CAPITULO 2
Podía sentir en la cabeza los latidos de su corazón, también podía sentir un rugido, como el de una bestia despertando en el infierno. Todo era confuso, un grito, alguien llorando, explosiones. No quería mirar hacia atrás, porque de hacerlo estaría mirando a su propia muerte.
De repente, un estruendo aún mayor como si un gigante se desmoronara, y después silencio. Abrió sus ojos, se hallaba a un costado de la carretera, cerca de la barrera policial. Frente a ella, yacía el voomer inmóvil, entre sus brazos una niña que lloraba y se aferraba fuertemente a ella.
Priss miró a la niña y le acarició el suave cabello dorado. Sintió que algo se movía entre ella y la pequeña y pudo ver que la cabeza de un perrito se asomaba, separó a la niña de ella.
- Ya pasó todo. ¿Estás bien?
La niña con su manitos secó las lágrimas de sus ojos y asintió con la cabeza, mientras alzaba al perrito.
- No vuelvas a escaparte Tobi. Gracias señora por salvarnos a Tobi y a mi.
Priss sonrió, el mundo apestaba, pero aún así quedaba algo de inocencia.
- ¿Dónde están tus padres?
No obtuvo respuesta. La niña parecía asustada.
Unos oficiales se acercaron, entre ellos el que Priss había golpeado para poder pasar.
- ¡Allí está Capitán! ¡Es ella!
- Señorita, me temo que tendrá que acompañarnos.
Priss se levantó con la niña en brazos ignorando las palabras del oficial e inició la marcha hacia su motocicleta que aguardaba por ella. Tenía pensado llevar a la niña con ella hasta que encontrara a los padres.
El policía hizo una seña a sus compañeros para que le cerraran el paso.
- Golpeó a un oficial e interrumpió un operativo. Son motivos suficientes para que quede detenida.
- Salvé una vida- contestó Priss- Es motivo suficiente para que dejen de fastidiarme.
- ¡Kaede! ¡Kaede! ¡Estás a salvo!- Gritó una mujer, mientras se abría paso entre los oficiales.
- ¡Mamá! ¡Mira Tobi está bien, esta señora nos salvó!- exclamó la niña, mientras Priss la dejaba en el suelo para que se reuniera con su madre.
Los policías observaron la escena en silencio, mientras la mujer abrazaba a su hija.
- Usted salvó a mi hija. ¿Cómo puedo retribuírselo?
- No se preocupe. El que esté sana y salva es suficiente.- respondió mientras se marchaba.
La imponente moto roja la estaba esperando, se colocó el casco y se subió. Igualmente debería tomar el camino más largo, la carretera permanecería cortada hasta que quitaran al voomer de allí.
Varias filas de vehículos seguía aguardando, mientras los oficiales indicaban la manera de salir.
Priss puso en marcha la moto y cautelosamente comenzó a salir de ese caos. Al final de la fila, un porsche rojo podía divisarse, Priss lo reconoció inmediatamente, había sido el mismo auto que hacía unos 15 minutos, casi la había embestido. La ventanilla del conductor estaba baja, quedando al descubierto la figura femenina que se hallaba frente al volante. Priss pasó lentamente con su moto por al lado del auto, descubriendo de esta manera a la persona que ella había considerado una psicópata. La joven de penetrantes ojos azules y cabellos del mismo color, la miró intensamente al tiempo que una sonrisa seductora se dibujaba en sus labios. Priss aceleró y se perdió en la noche.
*****
Había sido una noche demasiado larga y extenuante. La actuación, algunos encuentros sorpresivos y por último el incidente con el voomer. Jugar a la heroína no estaba en sus planes. Y aunque aún se le helaba la sangre al recordar la mano del voomer sobre ella, se sentía bien, como si hubiese liberado gran parte de la ira y la frustración que llevaba dentro.
Abrió la puerta de su remolque y chequeó que todo estuviese en orden, o más bien que el desorden en el que estaba acostumbrada a vivir no estuviese alterado. Se quitó la chaqueta y la dejó en el sofá, una vez en el colchón que había en el suelo y que le servía de cama, se quitó las botas. Apagó la luz y se preparó para dormir.
No obstante, a pesar del cansancio que tenía no pudo evitar repasar todo lo que le había sucedido. Había salvado la vida de una niña y eso la colmaba de paz. Pero, ¿Lo había hecho como un acto de heroísmo, o había sido un rapto de egoísmo para purgar su ira? Igualmente, no estaba dispuesta a seguir viendo como moría gente frente a ella. Había perdido muchos seres queridos durante sus 17 años de vida. Su familia, sus amigos, Hiroshi…Si tan sólo alguien hubiese estado en el lugar correcto, en el momento indicado y hubiese evitado alguna de esas tragedias…Ella había evitado una esa noche. Le había dado a esa madre y a esa hija la posibilidad que ella nunca tuvo.
El sueño comenzó a vencerla y los ojos se le cerraron. Priss quedó profundamente dormida. Una lágrima se deslizaba por su mejilla y entre sueños murmuraba algo.
- Mamá, papá…
*****
El porsche rojo se detuvo frente al edificio Lady 633. El acceso a una cochera, al lado de la boutique Silky Doll se abrió y el vehículo ingresó.
La joven alta y de cabellos azulados, descendió del auto para dirigirse a su casa, hizo su entrada a través de la boutique y tomó el elevador que la llevaría a su habitación. Se cambió rápidamente de ropa y tomó su bata de seda, se sirvió una copa de whisky y se dirigió a una parte del edificio que se encontraba en el subsuelo. Allí se sentó frente a una inmensa computadora y comenzó a analizar los diseños y planos de lo que parecía ser una armadura o en su defecto un voomer altamente desarrollado.
"¿Sería posible volver a empezar?"- se preguntaba- "¿A pesar del fracaso que llevaba sobre sus espaldas? ¿Valdría la pena correr nuevamente el riesgo?"
Todos estos interrogantes martillaban la mente de Sylia Stingray. El incidente de esa noche le había abierto una nueva perspectiva. No había sido el voomer el que había llamado su atención, tampoco la incompetencia de la Policía A.D., que era algo común. Había sido otra cosa, más bien alguien. No podía quitar de su mente la imagen de esa mujer salvando a la niña, su figura, sus movimientos, su pasión y a la vez su desprecio hacia todo; y por sobre todas las cosas esa mirada gatuna penetrante, en la que podía verse la ira mezclada con el sufrimiento.
Eso era lo que ella estaba buscando, lo que necesitaba para su causa. Pero ¿Cómo atrapar a semejante criatura salvaje? Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a iniciar la cacería.
*****
Como siempre después de un incidente con un voomer, los medios de comunicación tergiversaban los hechos y la Policía A.D. era presentada ante el público como los únicos héroes y salvadores. Y siendo que habían tenido todo un domingo sin noticieros, esto les había dado el tiempo suficiente para editar a su antojo las noticias.
De esta forma, el voomer que había causado estragos en la carretera, era mostrado como una bestia torpe que fue vencida rápidamente por los oficiales. Sin mencionar el hecho de que el acto heroico de la Policía A.D. había consistido en salvar a una niña, un perro y una joven que se hallaban en el fuego cruzado y habían quedado a merced del monstruo.
Genom no tenía escrúpulos al momento de manipular información y poco le importaba si un centenar de personas habían presenciado los hechos. Otros millones lo verían por televisión y creerían en esa verdad.
Todo se hallaba en manos de esa corporación, que había surgido como la salvadora de Japón, después del desvastador terremoto del año 33. Pero el título de "salvadores" les quedaba grande, y ellos mismos generaban el caos para luego controlarlo, o al menos hacer creer que lo hacían. Aún así el por que los voomers se colapsaban y se volvían violentos, parecía ser un misterio. Pero lo cierto era que la Policía A.D. no estaba totalmente capacitada para encargarse de estos accidentes.
*****
Priss había dormido el domingo todo el día, de esta manera había logrado apaciguar el agotamiento físico que tenía acumulado después de una semana intensa. Y también le había dado respiro a los recuerdos y pensamientos que la acosaban.
Claro que el lunes debería comenzar sus actividades cotidianas y nuevamente se encontraría inmersa en su infierno personal.
Su día empezaba a las 2 PM, cuando se levantaba y después de ingerir el desayuno fusionado con almuerzo se dirigía al estudio a ensayar.
Sus compañeros ya habían llegado y estaban practicando unas melodía nuevas.
- ¡Buenos días! Pensé que te había tragado la tierra- dijo Maxon.
Priss respondió con una leve mueca que intentaba ser una sonrisa.
Mientras que Jaid no pudo evitar abrir su bocaza.
- ¡Te vimos en la tele Priss! Así que la Policía A.D. te salvó el trasero de ese voomer…
Priss cambió su expresión.
- ¿De qué diablos estás hablando?
- Eso dijeron en las noticias.
- Nadie me rescató de nada. Yo salvé a esa niña.
- Pero…
- Yo te creo, tu no eres el tipo de chica que deber ser rescatada, y menos por esos idiotas- Intervino Fox.
Era increíble, no sólo habían querido detenerla, sino que le habían quitado todo el crédito de lo que había hecho. En realidad no le importaba ser reconocida como una heroína, pero esto ya era el colmo.
El enojo volvía a colmarla. Decidió no hacer caso y dejarse llevar por lo único que lograba apaciguarla: la música.
Ensayó durante toda la tarde hasta llegada la noche.
Cuando emprendió su regreso a casa pensó por un momento pasar por el taller de Nigel. Quería hablar con él sobre lo que había sucedido el sábado. Después de todo, ella había sido la que había huido y la que debía una explicación. Pero no sabía de que manera podría encarar la conversación. Nigel no era fácil de tratar, era muy callado y era casi probable que evadiría el tema. Aún no, no era el momento. Igualmente, tarde o temprano tendría que ir al taller a llevar su moto para el habitual mantenimiento.
*****
Sylia Stingray acababa de salir de la piscina. Secó su cabello y se colocó una bata y se dirigió hacia una habitación, encendió la luz y miró a su alrededor. El lugar era amplio y frente a ella se hallaba una enorme mesa de dibujo con lápices, reglas y demás elementos de trabajo. Había una lámina pegada en el tablero, era el boceto de un vestido de noche, en el que hacía un tiempo que estaba trabajando. Todos los diseños de la boutique Silky Doll eran realizados por ella.
Fue hacia un escritorio y sacó de un cajón unas láminas enrolladas, las desplegó sobre el tablero, eran planos con especificaciones técnicas para construir unas armaduras cibernéticas. Las miró por un instante, tomó unas hojas en blanco, un lápiz y comenzó a dibujar. Para su sorpresa lo que salió de su lápiz fue un rostro, el rostro de una mujer de mirada profunda. La misma que la había cautivado hacía un par de días. La misma persona que le había hecho creer nuevamente en sus objetivos. A la que tarde o temprano lograría atrapar y domesticar.
Continuó dibujando y ahora si pudo concentrarse en lo que quería, una nueva armadura, una nueva arma que sería usada por su musa inspiradora.
Cuando acabó, buscó el teléfono e hizo una llamada.
- Hola ¿Cómo haz estado?
- Ahh, Sylia eres tú.
- Tengo que pedirte algo.
- ¿Sí?
- He decidido volver a los negocios.
- ¿Estás segura?
- Totalmente.
- Pensé que ya te habías dado por vencida…
- No, digamos que me siento estimulada.
- …
- Necesito tu ayuda. Estoy trabajando en una armadura nueva.
- ¿Piensas usarla tu?
- No.
- ¿Ya sabes quién la usará?
- Si. Me gustaría que vieras los diseños en los que estoy trabajando.
- Está bien…
- Te espero mañana en la noche. ¿Qué te parece?
- Bueno.
- Nos vemos. Adiós.
- Adiós.
Continuará…
