CAPÍTULO 4
Hacía unos quince minutos que Nigel había despertado, abrazado a él, Priss permanecía profundamente dormida. No era su intención despertarla, era temprano aún y la placidez de su sueño, marcada por el ritmo tranquilo de la respiración, lo inundaba de una paz indescriptible. No podía dejar de observarla, su piel suave, el cabello desordenado, el flequillo que tapaba en parte sus ojos, pero lo que más le llamaba la atención era ver ese rostro de niña que el sueño le proporcionaba. Sintió miedo, como si tuviese entre sus brazos a una criatura inocente arrebatada del mismo paraíso. Esa imagen contrastaba fuertemente con la mujer decidida, violenta y pasional que conocía. Después de todo, Priss no era más que una niña recubierta de un caparazón de rudeza, que había madurado forzada por las circunstancias y que con sólo diecisiete años mostraba en su mirada el envejecimiento prematuro de su alma. Era como si durante el sueño volviese a su verdadero yo, desprovisto de presiones y de angustias, y por un momento recuperase la inocencia perdida. Sumido en estos pensamientos, comenzó a acariciarle el cabello. Su mente cambió de escenario, y se preguntó que sucedería de ahora en más, sabía que su situación no era fácil, y temía tener que renunciar a lo que sentía por ella para protegerla. Priss se movió y se despertó dirigiéndole una mirada juguetona, giró para quedar encima de él, apoyó la cabeza en su pecho; y permaneció así por unos instantes, mientras él continuó acariciándole el pelo. Levantó la cabeza para mirarlo con sus ojos gatunos.
- No sé si lo dije anoche, te lo diré ahora…Te amo.
Nigel sonrió, pero no respondió nada, su único reflejo fue atraerla hacia sí para besarla.
- No lo dijiste pero lo demostraste…
Sus interrogantes y temores podían quedarse en el olvido por un tiempo, el presente era demasiado bueno para estropearlo. Al parecer Priss pensaba de la misma forma, y el hecho de comenzar el día haciendo el amor con el hombre del que estaba segura de amar, no podía ser mejor.
*****
Priss se vistió, ya debía marcharse, hacía una hora que Nigel estaba trabajando en el taller. Ella hubiese querido continuar el día de la manera en que lo había comenzado, pero ambos tenían obligaciones que cumplir. Antes de dormirse, había tenido el gran temor de que todo durase sólo esa noche y terminase allí, pero lo que había sucedido por la mañana le había demostrado lo contrario; todo indicaba que era el comienzo de algo completamente nuevo, y eso la hacía muy feliz. Felicidad…ya extrañaba sentirla, inclusive le daba miedo. Pero quizás esta vez la vida le había dado una tregua y no podía desaprovecharla.
Una vez que salió de la habitación pudo ver a Nigel de espaldas ocupado en su trabajo.
- Debo irme ahora. Quiero regresar a casa y ver si mi remolque está aún entero.
- ¿Qué harás esta noche?
La pregunta la tomó por sorpresa, y después de vacilar un momento se animó a contestar.
- Supongo que tendré que ensayar, mañana tengo un concierto.
Nigel interrumpió lo que estaba haciendo, se puso de pie y se le aproximó. Priss permanecía quieta y en sus ojos podía leerse una mezcla de asombro y de desconfianza. Le costaba volver amar a alguien, pero su verdadera sorpresa era por Nigel, nunca hubiese imaginado tanta ternura de parte de ese hombre callado y reservado.
- ¿Y cuándo quieres repetir lo de anoche?
Priss se ruborizó, no sabía que responder.
- Yo…- no la dejó acabar y aproximándose lentamente besó sus labios.
*****
Una vez en su casa, que por suerte aún estaba de una sola pieza, tomó un baño caliente que logró relajarla después de un día demasiado agitado. Se puso a trabajar en un nuevo tema, donde seguro se verían reflejadas las experiencias más recientes que había tenido. Básicamente sus canciones hablaban de ella, de su pasado, de sus amores y de sus penas, de todo lo que guardaba su mente y que nadie podía acceder. Priss era una especie de acertijo cuya respuesta se hallaba encriptada en las letras de sus canciones.
Las obsesiones que habían ocupado su mente en estos últimos días, parecían una tontería. El haberse encontrado con Nigel en Hot Legs la había colmado de miedo y de interrogantes, sin imaginar nunca que cuatro días después estaría iniciando una relación con él. Sus temores no eran por Nigel, hacía tiempo que lo conocía, pero el recuerdo de las pérdidas pasadas le generaban esa inseguridad que no lograría apaciguar por mucho tiempo. Pero esta vez sentía que la herida del pasado se cerraba poco a poco, era el momento de empezar nuevamente.
*****
Sylia podía ser definida como una persona obsesiva, cuando una idea estaba fija en su mente, no descansaba hasta llevarla a cabo. Y esa obsesión era aún mayor cuando se hallaban involucrados directamente sus intereses personales.
Los planos de la nueva armadura ya estaban terminados, ahora sólo faltaba conseguir a la persona que la usaría. Ella sabía muy bien quien sería, el único problema era que la persona en cuestión ni siquiera lo sospechaba.
¿Por dónde podría empezar a buscarla? Sólo la había visto un par de veces, aunque había sido suficiente para que ese rostro se quedara grabado en su memoria. Comenzó a sacar conclusiones a partir de lo que había percibido en ella. Todo indicaba que por su apariencia y actitud, era alguien de los suburbios. Esos modales, la forma en que se conducía, el vocabulario que utilizaba, daban la impresión de alguien de un estrato social bajo que inclusive podía ser miembro de una pandilla. Sylia estaba acostumbrada a tratar con todo tipo de gente, muchos de su contactos estaban en la parte baja de Megalocity. Inclusive podía recurrir a ellos para que le brindasen información al respecto, pero prefería embarcarse en esta aventura ella sola.
La temporada de caza ya había comenzado, debía conocer el hábitat de su presa, y esa tarde decidió dar un paseo por Soho Ward, para hallar alguna pista que la guiase hasta su trofeo. Podría decirse que además de obsesiva y calculadora, era una mujer afortunada, o al menos ese día la suerte estaba de su lado. Los afiches que promocionaban a cierta cantante empapelaban los callejones y cuanto hueco libre hubiese. Era comprensible, si se tenía en cuenta que Hot Legs era uno de los clubes nocturnos más populares de Soho Ward, y que Priss Asagiri era la cantante de moda en ese barrio.
Al principio, Sylia no le puso atención a los afiches, ya que estaba más preocupada por la gente que la rodeaba, buscando a la persona deseada. El detenerse por un momento a esperar para cruzar la calle, la hizo percatarse de una mirada gatuna sumamente conocida que se repetía por doquier. Ese rostro era inconfundible, no podía haber equivocación, aún así se aproximó para comprobar de cerca su hallazgo.
- ¡Al fin te encontré! ¿Priss?
Como acto reflejo, buscó en su bolso el teléfono celular y marcó un número que estaba en la memoria. La imagen de un hombre moreno apareció automáticamente en la pequeña pantalla.
- Hola ¿Nigel?
- Hola Sylia.
- ¿Recuerdas los bocetos que te mostré el otro día?
- Sí.
- Ya acabé con los diseños definitivos, pero me gustaría que los supervises.
- Está bien.
- ¿Qué te parece esta noche?
- Lo siento, no puedo.
- ¡¿Cómo que no puedes?!
- Tengo trabajo para mañana y la paga es en efectivo.
- Yo puedo ofrecerte algo más que paga en efectivo y lo sabes…
- Lo siento Sylia.
- ¡Está bien, como quieras! Mañana arreglaremos.
Colgó el teléfono sin siquiera despedirse. Ahora sus planes deberían ser modificados. La enfurecía el hecho de que Nigel no estuviera disponible cuando ella lo necesitaba, y no quería lanzarse a ciegas sobre su presa sin tener lista la trampa.
*****
No sabía como explicarlo, pero se sentía sumamente feliz. Había estado por la noche con Nigel, pero no se había quedado a dormir ya que quería estar en su casa temprano. Los días en los que actuaba solían ser demasiado largos. Nigel le había prometido que iba a ir al concierto esa noche, y eso era lo que la llenaba de alegría. Ahora no sólo cantaría para sentirse viva, también lo haría por él.
Priss sabía muy bien que el público de los viernes era muy diferente al de los sábados. Los viernes siempre iba gente más "civilizada" como los llamaba Maxon o "aburrida" en términos de Jaid. Eran jóvenes provenientes del centro de Tokyo, que preferían divertirse en los suburbios, aún así tenía muchos fans entre ellos y era un público muy exigente, inclusive cabía la posibilidad de que algún ejecutivo de una discográfica se fijara en ella. Saber que Nigel estaría allí apoyándola, la hacía más fuerte, como en los viejos tiempos cuando estaba Hiroshi.
La noche pasó rápidamente, el público actuó con la euforia de siempre y Priss les entregó lo mejor de sí, pero algo había opacado la alegría del comienzo, Nigel no estaba, Priss comenzó a preocuparse y a imaginarse mil cosas. Una vez terminado el show, decidió marcharse para pasar por el taller. Al llegar, encontró todo cerrado y oscuro, como la vez anterior en la que había decidido esperarlo toda la noche. Era extraño, al menos que hubiese tenido una urgencia. Trató de frenar sus pensamientos, o sus temores volverían a la superficie y la enloquecerían. Emprendió el regreso a su casa e intentaría dormir, al otro día tendría tiempo suficiente para esclarecer las cosas.
*****
Sylia se despertó, miró el reloj que había en la mesa de luz, eran las 4 AM. Tenía mucha sed y la garganta le picaba. Se levantó cuidadosamente, tratando de no despertar a la persona que dormía a su lado. Se dirigió a la cocina a beber un vaso de agua fresca.
Había tenido sueños perturbadores durante la noche, voomers desquiciados, ella peleando y esa mujer…esa mirada…pero esta vez su admiración y obsesión se habían transformado en temor. Como si el rostro que se reveló en sus pesadillas fuera el presagio de algo malo por llegar. Regresó a la habitación y volvió a acostarse, tratando de olvidar esas imágenes trastornantes. El hombre que yacía a su lado, le daba la espalda, ella se acercó y pasó un brazo a su alrededor. Comenzó a besarle la espalda, al tiempo que le acariciaba el pecho.
- Nigel, se que no estas dormido…
Efectivamente estaba despierto desde que ella se había levantado, pero su mente estaba en otra parte, con otra persona. Giró para poder verla y responder a sus caricias y besos, sabía lo que ella buscaba y quería de él y no tenía más opción que complacerla.
*****
El celular empezó a sonar, Priss se despertó pensando que era el reloj despertador, y cuando se dio cuenta de que era el teléfono, saltó de la cama para buscarlo en el bolsillo de la chaqueta. Aún se hallaba algo dormida, por lo que no se percató de la procedencia del número.
- Hola.
- Priss.
- ¿Nigel?
- Sí.
- …
- Disculpa por anoche, no pude ir a verte, tuve que trabajar hasta tarde y…
- No te molestes en inventar una excusa, pasé por el taller después del concierto y no estabas.
- Quizás estaba durmiendo, estaba muy cansado.
- Lo que sea.
Cortó la comunicación y tiró el aparato en la cama con furia. Se sentía defraudada, como una tonta. Era obvio que él no estaba y por algún motivo le estaba mintiendo. Ella no tenía derecho a meterse en la vida de Nigel, pero le molestaba que jugaran con sus sentimientos.
*****
El repertorio para ese show no había variado demasiado desde la noche anterior, aunque habían preferido eliminar un par de baladas y reemplazarlas con temas más movidos. Faltaba poco para salir a escena, Priss, Jaid y Fox aguardaban en la habitación que servía de camarín y sala de reuniones. Cada uno estaba en sus cosas, Fox practicaba unos acordes en su bajo, Jaid seguía el ritmo con una batería invisible y Priss repasaba las letras de las canciones más nuevas. Maxon entró decidido a buscar su guitarra.
- Priss, hay un sujeto afuera que quiere verte.
- ¿Quién es?
- Es el mismo tipo con el que estabas el otro día, insiste en verte. ¿Lo recibes aquí o afuera?
Priss nunca espero que Nigel fuera a verla antes de la actuación, comenzó a pensar que realmente conocía muy poco a este hombre. Seguramente la forma abrupta en la que ella había terminado la conversación telefónica no le había caído muy bien. Se sentía culpable, había actuado como una chiquilla caprichosa, ahora tendría que enfrentarse con las consecuencias. El temor podía leerse en su cara. Salió al pasillo, como si se entregase a la pena máxima, pensando que Nigel estaría enojado con su actitud.
- ¿Aún sigues enojada?
- Quizás…
El verlo despreocupado la distendió y espantó todos sus miedos. Se paró en puntas de pie para alcanzar el rostro de Nigel y darle un beso en la mejilla, era su forma de perdonarlo y pedir perdón, pero no quería ser más demostrativa en un lugar público. Nigel adivinó su intención, y actuando con rapidez pudo besar sus labios antes de que ella pudiese reaccionar. El abrazo y el beso no se prolongaron por mucho, pero sí lo suficiente para que el resto de Sekiria saliera de la habitación y los descubrieran. Maxon aclaró su garganta para hacer notar su presencia, Priss se separó de Nigel y no pudo evitar el rubor en sus mejillas.
- Aseguráte de que tus fans no te vean en esta situación o les romperías el corazón- le dijo Maxon.
- O peor aún, podrían fotografiarte y publicarte en internet- agregó Jaid, al tiempo que chocaba su mano con la de Maxon y ambos se reían.
- Cállense.
- Está bien Priscilla, no te enojes. Pero al menos podrías habernos dicho que tenías novio.
La cara de Priss estaba más roja que un tomate, aunque era más de ira que de vergüenza. Todo era demasiado repentino y no tenía ganas de andar ventilando su vida privada por ahí, y aunque los chicos de la banda eran los únicos amigos que tenía, a veces era mejor que no se enteraran de ciertas cosas. Nigel no pudo evitar sonreírse, conocía perfectamente el mal genio de Priss.
Fox permanecía callado y en su rostro no había señales de que la situación lo divirtiera. Todos marcharon hacia el escenario, ya era momento de que el show comenzara. Nigel ya se había percatado de la presencia de Fox, lo conocía desde hacía tiempo, habían tenido algunas amistades en común, pero nunca habían sido muy dados a hablarse. Fox formaba parte de la banda de Hiro hacía tiempo y siempre llevaban sus motocicletas al taller.
- Te felicito amigo, parece que lograste domesticar a la bestia. Pensé que Hiroshi era el único que había tenido ese don.
Nigel lo siguió con la mirada y no respondió nada. Las implicancias de ese comentario eran muy profundas, y no quería poner a Priss en una situación difícil.
El concierto se desenvolvió normalmente, con una horda de gente agitándose con cada canción. Priss hablaba con su público, los invitaba a la enajenación completa, los seducía con su voz y sus movimientos sensuales.
Alejada de esa multitud eufórica, una persona observaba con interés semejante espectáculo, al tiempo que también se dejaba seducir por la diosa de ese lugar. Sylia Stingray sabía que estaba en un terreno que no le pertenecía, era una forastera en ese sitio, pero sabía camuflarse muy bien. Y de ser una cazadora en busca de su presa, pasó a convertirse en una presa más. La ropa de cuero que había escogido para la ocasión se adecuaba perfectamente al lugar y a las circunstancias, pero no pasaban desapercibidas ante las miradas masculinas que comenzaban a rodearla.
Sylia actuaba con soltura y poco le preocupaba lo que sucedía a su alrededor. La actuación de Priss acabó, y era el momento adecuado para buscar un trago y poder obtener información sobre ella. Cuando estaba cerca de la barra, le pareció ver a alguien conocido, pero su lógica le dijo que era imposible que estuviese allí. Sin embargo, cuando finalmente se disponía a pedir su trago, pudo comprobar que la lógica no podía aplicarse a todo.
- ¡¿Nigel?!
Entre todo el bullicio, el hombre no escuchó su exclamación, más allá de que su cabeza estaba pendiente de Priss. Sylia le tocó el hombro y así lo trajo de regreso a la realidad. Cuando la miró, le llevó unos segundos reconocerla vestida de esa manera. No era común verla con el cabello recogido en una trenza y una gorra de cuero; y si bien era una mujer que solía usar todo tipo de ropa, la minifalda, el top y la campera de cuero combinados con unas botas negras eran poco común en ella, al menos hasta ese momento.
- ¿Sylia?
- Nigel ¿Qué haces aquí?
- Lo mismo me pregunto de ti.
- Umm, digamos que estoy por negocios, pero tú…
- Sólo vengo a distraerme un poco.
- La próxima vez podríamos venir a distraernos juntos. ¿No crees?- Sylia lo había tomado del brazo, mientras apoyaba la cabeza en su hombro. Nigel quería deshacerse de ella pronto, ya que si Priss llegaba a aparecer en ese momento, las cosas se complicarían.
- Debo irme.
- ¿Tan pronto? Nigel quédate un rato más, podríamos irnos juntos.
- Sólo vine por una cerveza. Estoy cansado.
- Parece que no quieres estar conmigo.- respondió con cierta amargura en su voz a modo de reproche.
- No es eso, si necesitas algo llámame. Nos vemos.
- Adiós Nigel.
El hombre logró mezclarse entre la multitud para ir en busca de Priss que ya estaba en el camarín. Mientras, Sylia pidió un whisky y aguardó allí. No pasó mucho tiempo hasta que alguien picó el anzuelo y se sentó a su lado. El diversión recién comenzaba.
*****
Nigel golpeó la puerta del camarín donde Priss y su grupo se hallaban descansando, Maxon abrió y no se sorprendió de verlo.
- Ah, eres tú. Ven, pasa.
En realidad no era su intención interrumpirlos, pero principalmente quería evitar otro enfrentamiento con Fox.
- Prefiero esperar.
- Hey, Priss. Tu novio te está esperando.
Obviamente el comentario derivó en las carcajadas de Jaid y Maxon, mientras que Fox permanecía serio y Priss echaba humo por las orejas. Salió al corredor y pudo percibir que Nigel estaba intranquilo.
- ¿Qué sucede?
- Debo irme.
- ¿Ya? Pensé que ibas a esperarme.
- Es que…
- Entonces me iré contigo.
Recogió sus cosas y se despidió de sus compañeros.
- Aguarda. ¿Hay otra salida además de la principal?
- Si, la que da al callejón. ¿Por qué?
- No me gusta el ambiente de hoy, no es seguro para ti.
A Priss no le importaba si los borrachos de siempre la molestaban, pero apreciaba la preocupación de Nigel por su seguridad.
- Está bien, podemos salir por allí. A menos que esperemos un rato aquí, que no hay nadie.- Priss se dirigió a una habitación que estaba vacía. Allí podrían estar a solas, sin que nadie de Sekiria los molestase. A Nigel no le importaba a donde fueran, con tal de alejarse de Sylia lo más pronto posible.
*****
- ¡Hola muñeca!- el sujeto vestido de negro con un largo sobretodo, tomó asiento a su lado.
- ¿Te conozco?
- No, pero sería una buena idea que empezáramos a conocernos.
Sylia no respondió y siguió bebiendo. Mientras se reía para sus adentros, pensando en lo fácil que caían rendidos ante ella.
- ¿Eres nueva por aquí, no? Es la primera vez que te veo- continuó el sujeto.
- Si, vine a aquí en busca de algo, más bien de alguien…
- Quizás yo pueda ayudarte a encontrarlo. Mi nombre es Takeshi y conozco a todas las almas de este lugar.
- Bien, Takeshi, entonces imagino que conoces a Priss.
- Ya quisiera yo conocerla…bueno si, sé quien es ella, pero tú sabes a lo que me refiero.Vengo todos los fines de semana a ver sus conciertos, pero es inalcanzable e intocable.
- ¿A qué te refieres?
- No es una chica fácil.
- ¿Sabes algo sobre ella?
- Lo que saben todos…tiene diecisiete años, formó parte de una pandilla de motociclistas, es muy buena luchadora y tiene un genio de los mil demonios. Es la chica de mis sueños.
- ¿Tienes alguna fotografía?
- Esa es mi especialidad nena.
- ¿Podrías mostrarme alguna?
- Por supuesto. Oye, ¿Eres una fan suya o quieres tener una cita con ella?
- Se puede decir que ambas cosas.
- Vaya…Nunca pensé que una belleza como tú fuera esa clase de chicas…Si quieres fotos, puedo dejártelas a un muy buen precio.- sacó un sobre del interior de su sobretodo y se lo dio discretamente, Sylia lo tomó y lo guardó en su campera.
- ¿Aceptas todo tipo de paga?- El tono insinuante de Sylia era sumamente sugestivo.
- Por supuesto nena.
- ¿Cuánto?
- Digamos que unos 10.000 yenes y además puedo darte su dirección de e-mail y la del estudio donde ensaya.- tomó una servilleta del bar, sacó una lapicera y anotó todos los datos.
- Aquí tienes.
Sylia le pasó unos billetes, el sujeto los contó rápidamente.
- Bien, aquí tenemos 6.000.
- Podemos negociar el resto y de paso tener algo de diversión- Sylia pidió otro whisky, de repente sintió una mano en su pierna que se deslizaba por debajo de su falda.
- ¿Qué haces?
- Tomando un adelanto de lo que me debes.
*****
La habitación era amplia, un camerino que no se usaba con frecuencia. Priss solía encerrarse allí cuando deseaba estar sola antes de actuar, esta ocasión era diferente. No tenía ganas de marcharse aún, pero quería estar con Nigel sin interrupciones y molestias. Hot Legs no cerraba hasta bien entrada la madrugada y ese lugar era mucho más acogedor que su propia casa. Se sentía tranquila, como si todo lo que necesitaba estuviese allí.
Había pasado casi una hora desde que habían decidido refugiarse. Sentados en el sofá, abrazados y en silencio, porque las palabras no eran necesarias. Hacía tiempo que no compartía ese tipo de paz con alguien, probablemente desde que había estado con Hiroshi. Por momentos la quietud se veía interrumpida por un beso o una caricia.
- ¿Quieres que nos marchemos?
- Como tú quieras.- A Nigel aún le preocupaba el hecho de que Sylia estuviese cerca, no lograba descifrar que motivos la habían impulsado a ir a un lugar así.
- ¿Y qué haremos si nos vamos de aquí?- Las preguntas de Priss querían llegar a un lugar preciso.
- Lo que tú quieras.
- Mmm, ¿En serio?- comenzó a besarlo tímidamente, hasta que luego se animó más. Nigel sabía exactamente a donde quería llegar y le siguió el juego.
- ¿Quieres continuar en otro lado?
- No sería mala idea- Priss se levantó, tomó su chaqueta y se preparó para irse.
- Ven, salgamos por la puerta lateral.
- ¿Viniste en tu moto?
- No, me trajeron los muchachos en la camioneta.
- Entonces iremos en la mía.
Cuando salieron al pasillo, escucharon voces provenientes de la habitación contigua, el resto de Sekiria todavía estaba allí. Llegaron a la puerta, el callejón estaba oscuro, aún así Priss notó que había alguien allí. Eso no la sorprendió, siempre había parejas que buscaban refugiarse en la oscuridad para tener intimidad, o algunos adolescentes consumiendo sustancias ilegales.Efectivamente en las sombras, una pareja parecía estar divirtiéndose. Priss y Nigel salieron rápidamente para buscar la moto.
*****
Sylia estaba muy ocupada en sus asuntos, sumado al hecho de que los ocho whiskies que había tomado estaban causando su efecto, de lo contrario se hubiese percatado que su amante y su presa huían juntos por el mismo callejón en el que ella se encontraba "cerrando un negocio". Había decidido pagar su deuda de una forma poco convencional, a lo que su informante no se había opuesto en absoluto. Estaba claro que el alcohol había jugado un rol importante en sus acciones, aún así no era el total responsable. Pero todo tenía su límite, cuando sintió que unas manos trataban de abrirse camino debajo de su ropa, y que el beso que de por sí ya era interminable, se tornaba más violento y agobiante, decidió que ya había saldado su deuda, y logró separarse por un instante.
- Ya es suficiente cariño.
- ¿De qué hablas muñeca? Esto recién empieza.- Takeshi estaba a punto de desabrocharse el pantalón, cuando Sylia le dio un empujón y se hizo a un lado.
- Te agradezco la información. Si necesito algo más, me pondré en contacto.- Se arregló la ropa, tratando de recuperar la compostura y se despidió lanzándole un beso con la mano.
*****
El timbre del teléfono irrumpió en la quietud de la mañana dominical, y despertó de forma violenta a quienes estaban sumidos en el más profundo de los sueños. Nigel se levantó para atender la llamada, mientras Priss entre sueños maldecía.
Nigel tenía una leve sospecha de quien podía ser.
- Hola
- Nigel, voy a necesitar tu ayuda.
- ¿En qué?
- Quiero hacerle unas mejoras a mi armadura y empezar a hacer pruebas con la nueva.
- ¿Tienes mucha urgencia?
- No quiero dejar pasar más tiempo.
-¿Cuándo quieres que vaya?
- Cuando tú puedas.
- Pasaré mañana.
- Está bien.
- Adiós.
- Adiós.
Colgó y regresó a la cama, Priss ya estaba despierta por completo.
- ¿Qué sucedía?
- Un trabajo que tengo que hacer.
- ¿Ahora?
- No. No te preocupes, sigue durmiendo.
Le dio un beso en la frente y logró distraerla de las preguntas que comenzaban a escarbar en un terreno peligroso.
*****
Los planos de la nueva armadura ya estaban terminados y se hallaban desplegados en el tablero, Sylia los miraba una y otra vez y trataba de imaginar en su mente a Priss peleando usando su creación, luchando por su causa.
Henderson le anunció por el intercomunicador la llegada de Nigel. Cuando entró en la habitación, Sylia mostró una alegría y una euforia desconcertantes.
- ¡Nigel que gusto me da que hallas venido! Mira, estos son los planos que te mostré el otro día, le hice algunos arreglos. Me gustaría que empieces a trabajar en esto.
Nigel miró detenidamente los planos.
- Sylia, aún no tienes a la persona que la usará. ¿Acaso quieres repetir los mismos errores de antes?
- No, esta vez será diferente. Ya sé quien la usará.
- Siempre dices lo mismo, voy a creer que está sólo en tu imaginación.
- Te equivocas.- Sylia tomó un sobre que estaba sobre el tablero.
- Aquí la tienes- agregó, al tiempo que depositaba sobre la mesa las fotografías de Priss.
Nigel observó las fotos y sintió como si un puñal se le clavase en el corazón, con que Priss era el nuevo conejillo de indias de Sylia, o al menos eso era lo que ella pensaba. Trató de disimular su sorpresa para que Sylia no empezara con sus preguntas.
- ¿Priss?
- ¿La conoces?
- Si…no… la he visto en Hot Legs un par de veces, es la chica que canta allí.
- Así es. Es la muchacha ideal, su actitud, su carácter. Además es muy hermosa ¿no crees?
- Pero ¿Qué te hace creer que ella aceptará?
- Créeme que lo hará. Noté que tiene cierto odio por los voomers y por la Policía A.D.
- ¿Y cómo lo sabes?
- La he visto en acción, salvó a una niña de morir en manos de un voomer, y no le importó tener que pegarle a un oficial. Es muy impulsiva.
Nigel no sabía nada al respecto, pero todo lo que Sylia decía encuadraba perfectamente con el perfil de Priss.
- Bien, entonces empezarás a trabajar en la armadura para Priss.
- Me parece que primero deberías decirle que será miembro de las Knight Sabers.
- Umm…sí. Estoy esperando el momento oportuno. Además creo que voy a necesitar tu ayuda.
- No pienso involucrarme en esto.
- ¿Acaso le tienes miedo? Sólo necesito que le muestres el camino hacia mí, yo me encargaré del resto.
*****
La misión que Sylia le había encomendado no era nada fácil. Él sabía lo que significaba ser una Knight Saber y no iba a permitir que Priss arriesgara su vida para llevar a cabo los deseos de venganza de Sylia. Llegó al taller y Priss estaba esperándolo.
- ¡Al fin llegas!
- Priss…
- Hubo un voomer desquiciado cerca de Hot Legs y como siempre las Policía A.D. quedando en ridículo. ¿Sabes? Si pudiera les rompería el trasero a esos voomers y se los vendería como chatarra a Genom.
El comentario no podía ser más oportuno.
- Por cierto ¿Cómo te fue con tu trabajo?
- Aún no se si lo aceptaré- Nigel la abrazó y juntos entraron al taller.
Continuará
