MIEDO EN LA MENTE

El reloj de la torre del reloj marcaban alrededor de las once de la noche, Bárbara revisaba sus monitores, pendiente de cualquier señal de peligro. Dinah en una mesa vecina revisaba libros y libros haciendo su tarea, era aburrido tener que quedarse en casa sin poder salir a patrullar por tener que hacer la tarea de la escuela, Barbara era firme en sus decisiones y por más que le había rogado la respuesta había sido un determinante "No". La alerta Delphi se dejó escuchar, era Reese, Barbara rápidamente checó el sistema y ubicó el lugar.

***

Helena sentada en la cornisa de una azotea dejaba que el viento jugara con sus cabellos, era una noche tranquila, le gustaban esos momentos de soledad contemplando las luces de la ciudad desde lo alto. A veces se preguntaba que tan diferentes hubieran sido de vivir su madre ¿Existirían esas noches patrullando la ciudad? ¿Su instinto habría surgido o sería completamente diferente? ¿Selina la habría ayudado a desarrollar sus habilidades para el bien o para el mal? Posiblemente en vez de ayudar a Reese estarían jugando al gato y al ratón, ella evadiéndolo, él intentando atraparla. El mal tenía un encanto fascinante para ella, no podía negarlo.

¿Y Barbara? ¿Qué sería de la vida de Barbara?, era innegable que ella era indispensable en la lucha de ella contra el mal y ambas habían logrado vencer su tristeza, soledad y frustración con su mutua compañía ¿Cómo sería Barbara de no haberla tenido a ella a su lado? ¿Una simple maestra de escuela encerrada en sus libros? ¿Tal vez una asesora en un departamento de policía? ¿Cómo saberlo?

Pero su presente era este, cuidar a la ciudad de los chicos malos, respiró profundamente y cerró los ojos sonriendo ¿No habría manera de hacer eternos esos instantes?

::Helena:: se escuchó la voz de Barbara ::Reese reporta un asalto en la joyería de la esquina de la calle 51X64::

"Bienvenida a la realidad" respondió Helena.

::¿Cómo?::

"Estoy cerca, voy para allá" se levantó y brincó hacia la azotea vecina.

***

Helena se asomó en la terraza que daba frente a la joyería, Reese se enfrentaba a balazos a los ladrones de la joyería, él desde la calle, ellos desde su interior.

"Estoy aquí" dijo a Barbara "Al parecer Reese empezó la fiesta el solo, voy a entrar"

Brincó y se metió por la ventana de un piso superior del edificio. Los ladrones agazapados tras las vitrinas no dejaban de disparare a la calle. Helena abrió la puerta trasera de la joyería y observó hacia adentro.

"Son tres" dijo por el mic "Pan comido"

::Lo imagino, llamaré a Reese para que deje de disparar, podría darte:: respondió Barbara.

"No hace falta" sin decir más, Helena se abalanzó sobre los ladrones.

***

"Helena, espera..." de nada valieron las protestad de Barbara, inmediatamente empezó a escuchar los golpeas de la lucha "Nunca cambiará" dijo Dinah a Barbara mientras copiaba distraídamente unos datos de una enciclopedia a su cuaderno.

"¿Porqué siempre tiene que jugar al héroe?" Barbara no podía ocultar su enojo.

"Posiblemente porque sea uno" respondió Alfred sirviéndole una taza de té "Creo recordar que usted era más o menos igual de impulsiva a su edad. Normalmente nunca aprendemos de la experiencia de los otros, sino de la de uno mismo" Alfred tomó su charola y se encaminó a la cocina.

Barbara lo siguió queriéndolo matar con la mirada, pero no pudo responderle, tenía razón. Se tragó su rabia y volvió a fijarse en la pantalla del monitor. "Huntress, háblame"

***

"Dos cero favor los buenos" respondió Helena, ya había puesto fuera de combate a uno de los asaltantes noqueándolo contra una vitrina, el otro había salido corriendo a la calle y Reese lo había derribado. Un asaltante más quedó adentro de la joyería asustado y le apuntó con su arma, Helena le sonrió.

"Eso no te va a servir de mucho" de una ágil patada lo desarmó y le asestó dos golpes que lo arrojaron contra la pared. Helena lo tomó de la camisa y lo arrojó por la ventana rota del aparador hacia la calle. El hombre rodó por el piso y Helena le brincó encima, comenzó a golpearlo con violencia. Reese acababa de meter al asaltante que había atrapado en su patrulla cuando vio a Huntress.

"Detente" le gritó, y se corrió hacia ella, pero la chica no le hacía el menor caso, seguía golpeando al hombre derribado en el piso "Huntress detente!" Reese la abrazó por detrás y la hizo a un lado "¡Para, lo vas a matar!"

"¿Qué te pasa Reese?" dijo Huntress. Reese la soltó y se acercó a examinar al ladrón, estaba inconsciente.

"¿Qué pasa contigo?" Reese la miró molesto, tomó el radio y solicitó una ambulancia. Huntress en ese momento comprendió lo que había hecho, Reese se incorporó y se acercó a ella "¿Qué diablos te pasa?" le dijo molesto "¡Casi lo matas!"

"Yo... yo" titubeó turbada "No sé en qué estaba pensando..."

"¡Eres demasiado violenta!"

"...Lo siento Reese, yo..."

"...Creo que será mejor que te vayas a descansar, nos veremos mañana" Reese se dio la media vuelta dejando a Huntress con la palabra en la boca y volvió a inclinarse junto al hombre. Helena permaneció parada ahí sin saber que hacer.

::¿Qué pasa Huntress?:: la voz de Barbara la sacó de su turbación.

"...Nada..."

::¿Qué paso?::

"Nada... los... los detuvimos...."

***

"¿Te sientes bien?" Barbara escuchó un cambio en el tono de voz de Huntress, la sentía extraña. ::Si, no es nada. Me voy a casa a dormir..::

Dinah alzó la cabeza y miró a Barbara, su rostro no podía ocultar su disgusto.

"Necesito hablar contigo"

::Sí, nos vemos mañana... estoy muy cansada::

"Huntress" Barbara la llamó inútilmente, Helena había apagado el comunicador "Demonios" masculló entre dientes "Otra vez, mañana hablaré seriamente con ella."

"Siempre ha sido así" le dijo Dinah.

"Pero tiene que entender que no es ella sola, que somos un equipo y que no puede jugar con algo tan delicado como esto" Barbara giró su silla de ruedas y se dirigió a su cuarto "Esa niña..."

***

Barbara desayunaba con Dinah en el ante comedor cuando la puerta del elevador se abrió, era Helena, quien caminando como si nada saludó.

"Pensé que no ibas a venir" le dijo Barbara "Es tarde"

"Dormí de más" Helena dejó su saco a un lado, abrió el refrigerador y rebuscó en su interior.

"Hay tostadas francesas" dijo Dinah.

"¿No hay fruta?"

"Abajo hay un plato de sandía picada" indicó Barbara "¿Qué pasó ayer?"

"Nada" Huntress se volteó con el plato y se sentó en la mesa "¿Qué iba a pasar?"

"¿Quiere usted jugo señorita Helena?" le ofreció Alfred. Helena asintió con la cabeza.

"¿Cómo que nada?" Barbara sabía que Huntress le ocultaba algo "Reese se escuchaba molesto y tú apagaste el comunicador"

"Ya sabes como es Reese" Helena se metió un trozo de sandía a la boca "Todo lo exagera y no le gusta que le pegue a los chicos malos, y me puso de mal humor."

"¿Te sobrepasaste?" Barbara tomo un sorbo a su jugo sin dejar de mirarla. Helena no contestó y metió a su boca otro trozo de sandía. Dinah dejó de comer y también miró a Helena esperando oír su respuesta.

Barbara insistió "¿Eso fue? ¿Te sobrepasaste con el ladrón?"

"Bueno..." titubeó "Sólo un poco... realmente no fue nada."

"¿Estás segura?" preguntó Barbara mientras respiraba hondo, el carácter violento de Helena siempre era el principal motivo de discusión entre ellas.

Helena dejó el tenedor a un lado "No sé por qué tanta consideración por los malos, debería de preocuparte más yo, nadie se queja cuando me pegan y patean a mí. Siempre regreso con moretones, golpes, cortadas, mi cara a veces es un desastre, mi ropa a cada rato se rompe, y la ropa es muy cara y difícil de conseguir" Helena volvió a tomar el tenedor y a comer de su plato "¿Qué hay conmigo? Reese y tú se molestan cuando maltrato a gente que inclusive mata a otras personas, no entiendo a veces tanta consideración."

"Muchas veces es culpa tuya por tu imprudencia" le refutó Barbara "le dijo Barbara "No mides el peligro, como ayer"

"Vamos Barbara!"

"Es más por ti que por ellos" Barbara terminó de desayunar y se limpió la boca con una servilleta. "¿Por mí? ¿Porqué por mí?" Helena frunció el ceño.

Barbara apoyó los codos en la mesa y le clavó su mirada para decirle con toda la tranquilidad que le fue posible "Porque tú no debes convertirte en lo mismo que ellos aunque sea buscando justicia, nada justifica una muerte o un acto violento, recuerda a tu padre, nunca quebró la ley a pesar de..."

"Ya, ya, ya me sé la historia" Helena levantó la mano pidiendo paz "Escucha, creo que están haciendo una tormenta en un vaso de agua, el tipo está bien, no pasó nada ¿ me sobrepasé? Un poco, creo que sí, pero creo que es la primera vez que ocurre, lo lamento, no volverá a ocurrir" Barbara se reclinó atrás en su silla, sin dejar de mirarla "¿Y eso de apagar el mic?"

"Bueno" Helena volteó a verla "creo que he hecho mucho prometiéndote ser más moderada No crees que me presionas demasiado?"

"Es por ti Helena, no por ellos."

"No fue un buen día ayer ¿Podríamos discutirlo después?"

Barbara alzó la ceja y suspiró "Está bien, pero será después"

"Lo prometo"

"Bueno hora de ir a la escuela, Dinah, lista?"

"Voy por mis libros" respondió la chica corriendo a su cuarto.

"Nos veremos por la tarde" Barbara se retiró de la mesa y se dirigió al elevador.

Helena esperó a que salieran antes de mirar a Alfred y preguntarle: "¿Se levantó de malas?"

"Se acostó de malas" corrigió Alfred recogiendo los platos del desayunador "No hay nada que la enoje más que usted no la escuche y que apague el mic."

"Regálame una tostada francesa, es muy molesto tener que estar peleando mientras escuchas como te sermonean ¿Tú podrías hacerlo?"

"No, por eso yo no soy el héroe, sino usted y parte de la personalidad de un héroe es ser abnegado" Alfred le sirvió a Helena en un plato.

"¿Tengo cara de ser un superhéroe abnegado?"

"No" dijo Alfred dándole la miel y la mantequilla "pero si lo suficientemente inteligente para resolver y sobrellevar las situaciones más difíciles, como en este caso es el uso del mic"

"Odio cuando haces eso" Helena le clavó la mirada.

"¿Hacer qué señorita?"

"Dar esas respuestas en donde me pones contra la pared"

"Usted pregunta, yo solo le..."

"Olvídalo, siempre pierdo contigo" Helena partió su tostada y se la metió a la boca mientras Alfred muy discretamente sonreía.

***

Ya entrada la tarde en Nueva Gótica, Dinah entró al laboratorio con libros en mano, había sido un día terrible de escuela. Barbara trabajaba sobre un CPU.

"¿Hoy tampoco?" Le preguntó acercándose por detrás. "Te dije que no, hasta que acabe tu semana de exámenes no puedes salir a patrullar" respondió Barbara mientras cambiaba uno de los circuitos de memoria "No quiero que te distraigas y es más importante por ahora tu escuela"

Dinah torció la boca "sabía que dirías eso ¿puedo usar una computadora para pasar unos apuntes?"

"Claro, usa la de la izquierda"

"¿Hablaste con Helena?" le preguntó mientras sacaba unos discos y los metía en la máquina.

"No, se me escapó pero no me preocupa, habrá oportunidad" Barbara tomó la tapa para cerrar el CPU y atornillarlo "Helena sabe evitarme cuando necesitamos tener una conversación y hay posibilidades de que ella pierda"

"¿Dónde está?"

"Trabajando en el bar"

***

Helena limpiaba las copas de la barra cuando un hombre bastante tomado se sentó frente a ella. Le pidió un trago más, a helena no le agradaba mucho la idea hacerlo, pero Leonard podía llamarle la atención una vez más y no le interesaba escuchar más sermones. Helena sirvió el trago al hombre y continuó limpiando las copas.

"Eres muy sensual" dijo el hombre sonriendo maliciosamente. Helena fingió no oírlo y continuó con su labor.

"Realmente muy sensual muñequita ¿porqué no te sientas a conversar conmigo?... Nena, te estoy hablando..."

"Mira" Helena lo miró fijamente poniendo sus manos sobre la barra "Tú eres feliz tomando, yo soy feliz trabajando, seamos felices entonces, yo no te molesto a ti, tú no me molestes a mí ¿de acuerdo?"

"Solo deseo platicar y pasar un buen rato contigo..."

"Kyle!" le gritó Leonard "Trae dos botellas más de brandy de la bodega, se terminaron"

"Lo siento" Helena le sonrió al hombre ebrio "no acostumbro salir con clientes" y diciendo esto salió de la barra rumbo a la bodega. Esta era la parte odiosa de su trabajo, lidiar con personas que acostumbraban alcoholizarse y molestar a los demás. Helena retiró de un anaquel las botellas que necesitaba y abrió la puerta para salir, alzó los ojos hacia arriba, el borracho estaba ahí esperándola.

"Hola mi amor ¿qué te parece dedicarme solo unos minutos?"

"Vete de aquí"

El hombre intentó abrazarla y Helena lo arrojó de una patada. El hombre se enfureció y se abalanzó sobre Helena, Helena había perdido ya la paciencia y estrelló una de las botellas en su cabeza y lo golpeó. Leonard escuchó ruido atrás y corrió al almacén, Helena estaba hecha una furia y golpeaba a un individuo.

"¿Qué te pasa Kyle? ¡Déjalo!" Leonard intentó separarlos pero no pudo, Helena era muy hábil. Desesperado, llamó a dos de los barmans, Helena tenía al hombre contra el piso y lo asfixiaba con sus manos. Los dos cantineros le quitaron al borracho con gran esfuerzo a la chica de encima, la sujetaron de los brazos, Helena luchaba por zafarse como una fiera.

"Suéltenme, voy a matarlo!" gritaba

"Kyle!" exclamó Leonard "Kyle detente!! ¿estás loca?" Leonard agarró su quijada con las manos para obligarla a verlo a los ojos "Kyle ¿qué te pasa? ¿Quieres ir a la cárcel?" Helena de pronto reaccionó, respiraba agitadamente, notó a sus dos compañeros sujetándola de los brazos, miró a su jefe sorprendida.

"Helena ¿Estás bien?" Leonard le preguntó al ver la extraña mirada de la joven. Helena en ese momento miró sorprendida al hombre sangrante en el piso, por un momento no supo qué hacer o qué decir ¿Lo había golpeado ella?

"¡Esta loca!" grito el borracho mientras Leonard lo ayudaba a incorporarse"¡Quería matarme!"

"¿Yo... yo lo golpeé?" preguntó Helena turbada.

"Llévenlo afuera" ordenó Leonard a los barmans "y espérenme allá, atiéndanlo"

Los jóvenes soltaron a Helena y ayudaron a salir al hombre, Helena se retiró el cabello del rostro con la mano y se recargó en la pared, no entendía qué había pasado, Leonard se acercó a ella.

"¿Qué pasó Kyle?"

"No recuerdo... vine a buscar las botellas, quise salir, él estaba ahí y... no recuerdo"

"Lo lastimaste seriamente, podrían demandarnos por esto"

"Lo siento Leonard, no sé que pasó"

"Vete a tu casa..."

"Pero..."

"Vete, un incidente es más que suficiente, descansa tres días y regresa, no quiero discutir contigo" Leonard se dio la media vuelta y salió, Helena se quedó ahí parada, sin entender.

***