-¡Huntress! -exclamó Dinah- Oh, cielos, no salió a tiempo, voy a buscarla.

-Dinah espera -Bárbara intentaba pensar con claridad-, confía en ella.

-¿Qué?

-Confía en ella... Es peligroso que te acerques ahí ahora, espera...

-Podría estar atrapada...

-No le ayudarías mucho si tú también quedas atrapada.

Bárbara estaba preocupada también por Huntress pero no podía permitir a Dinah sola hacia un sitio tan peligroso en donde. Una gran cantidad de escombros y maderos ardientes flotaban sobre el agua, así como objetos que se golpeaban unos con otros por el oleaje producido por la caída del enorme inmueble.

Huntress había logrado dominar a Shiva y la tenía inmovilizada contra el piso -¡Tenemos que salir de aquí! -le dijo mientras trozos de madera ardiente caían a su alrededor- Voy a soltarte ¿Okey?.

-No iremos a ninguna parte, prefiero morir aquí -masculló Shiva. No bien había terminado de hablar cuando el techo del edificio se vino abajo y el piso cedió precipitándose al mar junto con Huntress y Shiva; Huntress se vio de repente bajo el agua, buscó protegerse la cabeza de los restos que caían sobre ella y que el mar zarandeaba violentamente. Nadó bajó la superficie hacia un extremo buscando alejarse de aquella maraña de palos, vigas y restos calcinados.

Emergió a través de un claro que divisó desde el fondo tosiendo, un ligero hilillo de sangre resbalaba por su frente, esperó a tomar un momento aire buscando con la mirada a Shiva. Comenzó a gritar su nombre y volvió a nadar hacia los restos del viejo almacén que flotaban en el agua buscándola. Se sumergió repetidas veces hasta que sintió que sus pulmones no aguantaban más.

Con esfuerzo se sostuvo de un pedazo de madera que flotaba, temblaba por el efecto del agua helada. La corriente la estaba alejando del muelle, pero estaba muy cansada para nadar hasta él. Todo lo que deseaba era dormir, comenzó a adormilarse y a resbalarse del madero, al sentir el agua tapando su respiración, se forzó a abrir los ojos y se sujetó nuevamente con fuerza de la tabla para no hundirse. Apoyó su cabeza en él.

Había sido una noche larga y terrible. Tosió y respiró hondo, su pecho le dolía, seguramente tenía una costilla rota, pero lo que más le dolía en ese momento ere saber que había perdido a su amiga. No importaba lo que había pasado, siempre la seguiría considerando como tal.

La hipotermia la estaba venciendo, trató de mantenerse consciente pero finalmente el cansancio y el frío la vencieron, aflojó su cuerpo y comenzó a resbalar del madero hasta perder su apoyo, lentamente empezó a hundirse en las heladas y oscuras aguas.

Un agudo dolor la hizo despertar, alguien tomó su antebrazo y jaló de él con fuerza hacia arriba. Era Reese, le pasó el brazo bajo las axilas y nadó hacia Dinah, quien estaba sobre un pequeño bote. Reese había encontrado a Oracle y Dinah en el muelle, llamando a Huntress. El y Dinah habían subido al pequeño bote para buscarla entre los escombros. Dinah la sostuvo mientras Reese subía a la embarcación para alzarla y sacarla del agua, Helena se quejó al sentir un agudo dolor nuevamente en su pecho.

Huntress entreabrió los ojos arrojando vapor por la boca. "Reese?"

Reese la acomodó en el bote y le preguntó "¿Cómo te sientes?"

Ella titubeó un segundo y respondió, "Creo que me rompí una costilla. hace mucho frío."

Dinah miró preocupada a Huntress su piel estaba pálida y su mirada se veía distantes. Le quitó el saco y la blusa para cubrirla con una la chamarra de Reese, de inmediato la abrazó intentando hacerla entrar en calor, mientras Reese conducía la embarcación a la orilla.

"Helena mírame" Dinah le dijo "No quiero que te me pierdas, permanece despierta ¿Ok?".

Oracle los esperaba en el muelle. "¿Cómo está?" preguntó al verlos llegar.

"Lastimada, y creo que tiene principios de hiportermia," dijo Dina saltando fuera del bote y amarrándolo a la orilla. Helena temblaba visiblemente. Reese la bajó cargando. Barbara se acercó y examinó uno de los ojos de Huntress.

"Vamos, aprisa, llévenla al SUV." Dijo.

".No pude encontrar a Sandy. traté." Helena susurró.

"La policía esta aquí buscándola," Reese le dijo acomodándola en la parte trasera del Hummer. Barbara se colocó en el asiento de a un lado.

"Barbara? Dónde está.Barbara?" musitó Helena.

"Aquí estoy, estoy bien," respondió Barbara tomándola de la mano.

"Me alegro tanto." Helena la miró un instante, cerró los ojos y cayó en la inconsciencia.

***

En la Torre del reloj al otro día por la tarde, Huntress observaba el atardecer recargada en una de las cornisas, tenía un pequeño parche sobre su frente y un notorio moretón en una de sus mejillas.

-¿Cómo te sientes? -Bárbara interrumpió sus pensamientos.

-Sigo sin comprender tanto odio -respondió Huntress y miró a Bárbara.

-Hay cosas que siempre quedarán fuera de nuestro entendimiento...

-Si hubieras visto su rostro antes de que se derrumbara la bodega... realmente me asustó.

-Intentamos hacer lo posible para que esto no ocurriera, hasta el último momento, pero ella no nos permitió ayudarla.

-No encontraron su cuerpo -Huntress bajó la vista-, temo que volveremos a saber de ella.

-Temo que sí -Bárbara tomó su brazo y le sonrío- ¿Cómo va tu costilla? ¿Te duele aún?

Huntress se levantó la blusa y dejó entrever una venda que rodeaba su torax - Oh, me molesta un poco, pero es normal, será cuestión de días y pasará.

Dinah salió a la terraza. -Imagino que hoy me tocará hacer el recorrido sola -dijo sonriendo esperando ver la cara de Huntress.

-De ninguna manera -respondió Huntress.

-Creo que no estás en posibilidades de protestar -dijo Bárbara- además, hoy tienes un compromiso.

-¿Compromiso? ¿Qué compromiso? -Huntress alzó la ceja.

-Reese quedó en venir a verte hoy y dijo que el haría la cena.

-¿Estás bromeando?

-No, tan pronto supo que mala eras cocinando insistió en hacerlo.

-¿Y quien le dijo que yo no sé cocinar? -Helena preguntó al tiempo que Bárbara daba la media vuelta y se retiraba del lugar. Dinah se le acercó y le dijo:

-No la culpes, recuerda que nuestro trabajo es salvar vidas.... -volvió a reír y acompañó a Bárbara al interior de la torre. Helena se quedó sola hablando en voz alta.

-No soy tan mala... -frunció el ceño- bueno, tal vez, un poquito...

Sonrió y siguió a Bárbara y Dinah.