Capítulo 2: Los estudiantes argentinos

A las once de la mañana, Harry se despertó. Los nudillos de Tío Vernon golpeaban la puerta, impacientes.
- ¡Vamos, niño, que no tengo todo el día!- le gritaba, mejor dicho, le ladraba- ¡Qué esperas, muévete!
El trayecto hasta la casa de la Sra. Figg fue torturante: Tía Petunia, nerviosa; Dudley, horrorizado y Tío Vernon, preocupado.
-Mira, niño, una sola cosa extraña que hagas o digas y yo te...
Golpeó la puerta. Una anciana mujer, de cabello canoso y rostro cetrino apareció. Era la Sra. Figg. Ella sonrió al ver a Harry.
-No se preocupen, lo cuidaré bien- dijo.
-De acuerdo- dijo Tío Vernon. Y añadió, dirigiéndose a su sobrino-Que tengas unas buenas vacaciones.
Y se fueron.
-Harry-le dijo la Sra. Figg- hoy tengo visitas, pero no te preocupes. Puedes ir al jardín. Vamos, entra, chiquito.
A Harry le sorprendió lo de "chiquito". Pero se asombró más cuando, al entrar en la sala, vio a cuatro personas; un adulto y tres niños. Un de ellos lo saludaba muy alegre. Harry lo observó más detenidamente y se quedó con la boca abierta.
Era Ron Weasley.
- ¡Ron! - Dijo, con la voz ahogada por la sorpresa- ¿Qué estás haciendo aquí?
-Venir a visitarte ¿Qué más podría hacer?- le dijo una voz desconocida.
Harry miró a la niña que le había hablado. Cuando la vio, sintió una punzada de nostalgia. Su cabello, cobrizo, no tenía nada que envidiarle al de los Weasleys. Pero lo que más lo ponía así eran sus ojos: iguales a los suyos, de un verde muy brillante, se destacaban sin esfuerzo alguno.
-Supongo que Ron te habrá hablado de nosotros- le dijo la niña desconocida- Yo soy Evangelina Méndez y él es- dijo, señalando al chico bajito- Alexis Eluqia.
- ¡Un gustazo en conocerte, Harry!- le dijo Alexis. Y agregó- Los dos somos argentinos.
-Una pregunta- inquirió Harry- ¿Cómo saben mi nombre si son Muggles?- Ante esto Evangelina saltó.
-¡RON!- dijo, y su amigo pegó un respingo- ¿¡Le dijiste que somos Muggles!?
-Estee- respondió Ron-Pero yo le mandé la carta ayer y ustedes...
- ¡Ah, Ron! -Dijo Evangelina- Me parece que van a tenerte que revisar tu memoria. -Y luego agregó- Está muy dañada.
-Tranquila, Lucy, -le dijo Alexis- no te vas a enojar por eso ¿o no?
- ¿Ustedes son magos, Evangelina? -preguntó Harry, saliendo de su asombro.
-Sí- respondió ella- Y no me llames Evangelina, decime Lucy; que es un apodo más corto.
- ¿Dónde estudian?- preguntó Ron, a modo de disculpa- Eso no me lo dijeron.
-Nosotros estudiábamos en el Instituto Argentino de Magia y Ciencias Legendarias- explicó Alexis- Pero este año el director, Mateo Álinez, nos dijo que terminaríamos el curso en Hogwarts.
- ¿Y no les explicó por qué?-interrogó Harry, curioso.
-No.
-Qué enigmático.
-Disculpen por cambiar de tema, pero- preguntó Harry- ¿quién es la chica que está hablando con la Sra. Figg?
- Es mi prima, Penélope Clearweter- dijo Lucy.
- ¿Por qué ella está con la Sra. Figg?- apuntó Harry.
-Porque tenía que arreglar un "asuntito" con Arabella- contestó Alexis- eso es lo que nos dijo a Lucy y a mí.
- ¿Arabella? ¿Quién es Arabella?- cuestionó intrigado Ron.
- ¡Opps!- dijo Lucy- Lo siento Harry, Ron; es súper secreto. Ni yo sé por qué estamos acá, así que debe ser importantísimo.
- ¡Harry, el almuerzo está listo!- esa era la Sra. Figg- Lucy, Alexis, Ron- ahora fue Penélope- ¡vengan, que tengo para rato!
-Vamos, que me muero de hambre- dijo Ron.
- ¿Qué habrá cocinado?- opinó Alexis, relamiéndose por adelantado- porque me muero de hambre.
-Yo sólo espero que no me indigeste. - Atajó Lucy- No ahora que tengo que encontrarme en excelente estado de salud...
- ¿Para qué no quieres indigestarte?- preguntó Ron con sarcasmo.
Habían llegado al comedor. Seis platos estaban perfectamente ubicados en la mesa. Después del almuerzo ellos retomaron la conversación.
-Entonces, ustedes entrarán este año, ¿no?- decía Ron, tratando de entender.
-Sí, pero no sabemos a qué casa nos mandarán- apuntó Alexis- ¿Cómo es Hogwarts?
- ¡Ah! ¡Es maravilloso!- dijo Ron con cierto aire soñador. Acto seguido, él y Harry les contaron todo lo que sabían sobre el colegio: los profesores, las cuatro casas, los alumnos... y los pasadizos secretos.
-Y el suyo, ¿cómo es?- finalizó Harry. Ellos estaban curiosos por saber algo más del colegio del que venían Lucy y Alexis.
-El nuestro es un poquito parecido a Hogwarts- dijo Lucy- Tiene túneles escondidos, muchísimos animales mágicos, etcétera, etcétera, etcétera.
- Te olvidaste de los animales mágicos. Hay elfos, duendes, hadas, guardianes esmeraldas, hipogrifos, unicornios...
- ¿Tanto?- objetó Ron- ¿y qué es un guardián esmeralda?
-Un guardián esmeralda es una variante de ninfa, - explicaba Lucy- pero éste último tiene un instinto protector muy fuerte. En casos extremos puede llegar a dar su vida para defender lo que custodia. Se los utiliza para guardar objetos muy valiosos y...
-Sí, sí- dijo Ron- ya sé que es, pero no sigas con el resto, por favor.
-Si no querés que te explique ¿por qué me lo preguntaste?- le respondió la niña muy irritada. Y agregó- pero dejen de interrumpirme ¿de acuerdo?
- ¿Sabes Lucy?-le dijo Harry- Te pareces mucho a nuestra amiga, Hermione Granger. Eres igualita a ella.
-Yo nunca podría igualar a esa genia come-libros- respondió Lucy, sorprendida por la comparación. Al oír esto, Ron saltó.
- ¿La conoces?- le cuestionó.
- ¡Como no podemos conocerla!- dijo Alexis, feliz de alegría- Cuéntales tú, Lucy.
-Bueno, resulta que dos años antes de ingresar al otro colegio (o sea, siete años atrás), - contaba la chica- nos mandaron acá en un intercambio escolar entre nuestra escuela y otra de este país. Al llegar nos enviaron al Instituto Hills, donde estudiaba Hermione antes de estar en Hogwarts. Bueno, ella en ese momento era una verdadera devora-libros. -dijo, al ver las caras de los atónitos chicos- Pasamos un sólo curso allí, fue muy duro aprender algo, aunque sabemos muchísimo inglés. Prometimos escribirnos, pero después de dos años le perdimos el rastro; las cartas que le mandábamos nunca llegaron a destino.
-Bueno, -objetó Harry- eso fue porque ya estaba en Hogwarts. Pero la van a ver ahora ¿saben? Ella está en Gryffindor, con nosotros.
- ¿Hermilu está con ustedes?- dijo Alexis, sorprendido.
- ¿Quién es "Hermilu"?- preguntó Ron.
-Es el sobrenombre que en su momento le pusimos-explicó Lucy- y le gustaba, se los aseguro.
- ¿Y en qué casa piensan estar?- inquirió Harry. - Hay sólo cuatro...
-Gryffindor, por supuesto.
- ¿Por qué?-interrogó Harry.
-Ay Harry-suspiró Lucy- si hubieras visto todas las cosas que hicimos y las normas que quebrantamos en cuatro años de colegio... ¿O no, Alexis?
-Nuestros compañeros de curso -comentaba Alexis- nos llamaban "el terror del ala sur". Claro que nunca nos agarraron.
- ¿Qué hicieron?- preguntó Ron.
- ¡Uf, de todo!- dio Lucy- Nos adentramos en los famosos "lugares prohibidos", descubrimos unos túneles de alrededor de mil años de antigüedad, bah, y muchísimo más...
- ¡Chicos, vamos!- la voz de Penélope Clearweter los volvió a la realidad. - ¡Vengan, que pueden regresar otro día!
-Bueno- dijo Lucy, en voz baja, al despedirse- intentaremos venir de nuevo. No tendremos problemas ¿no es cierto, Alexis?
- ¡Nos vemos!-gritó Harry. Cuando ellos se fueron, el sentimiento de nostalgia regresó con toda su fuerza. Se percató; Evangelina le recordaba mucho a su madre. Aunque él la había visto sólo una vez, se acordaba perfectamente cómo lucía en aquella ocasión. Su nueva amiga era igual a ella. Los mismos ojos, el mismo color de pelo...
La cena transcurrió con total normalidad. La Sra. Figg le siguió diciendo "chiquito", pero eso no le importaba. En realidad, lo que le importaba en ese instante era los enigmas que había recibido el día anterior. ¿Quién se lo habría mandado? ¿Tendrían éstos un mensaje escondido? No lo sabía. Antes de caer rendido, pensó:"quienquiera que me lo haya enviado, me a causar un dolor de cabeza formidable".
El sueño que tuvo fue extraño. Una mujer, de voz dulce le decía:"Ella se acerca, no te desesperes, que ya llegará a tu lado. Falta muy poco..." A su lado, una niña lo miraba. En una mano empuñaba una espada y en la otra tenía un enorme libro. Sentía mucha nostalgia, pero no sabía porqué. Un destello de luz verde lo despertó. A la mañana siguiente no lo recordaba más.