Capítulo 7: ¿Qué le pasa a Lucy?

Aquella mañana, todo parecía haber vuelto a la normalidad. Dean y Alexis discutían sobre fútbol. Al parecer, estaban hablando sobre el desarrollo los campeonatos nacionales, etc, etc...

– ¿No pueden dejar de hablar sobre ese deporte?–Dijo Ron, mientras untaba mermelada en una gran tostada– No tiene nada de excitante, ¿O sí?–Inmediatamente, se dio cuenta de que había metido la pata. Dean y Alexis defendieron sus gustos de una manera que asustó a todos los presentes.

– ¡ES MUY INTERESANTE!–Chillaron a coro. La tostada que el chico tenía en su mano se cayó, manchando su túnica. Parecía que Ron quería contestarles, pero algo lo detuvo. Lucy blandió el horario delante de su larguísima nariz.

– ¿Lo vas a agarrar o no?–dijo ella– Decidete rápido, que no tengo todo el día.

Ron tomó el horario de mala gana. Del otro lado de la mesa, Harry pegó un resoplido.

–Ron, ¿trajiste la almohada?–dijo Harry.

– ¿Por?

–Porque esta tarde hay adivinación. –Contestó Harry. –A propósito, te ensuciaste. –Lucy agitó su varilla y dijo: "¡Cleetto!". La mancha, al instante, desapareció.

– ¿El encantamiento quitamanchas, Lucy?–le preguntó Hermione.

–Sí–contestó ésta– Hablando de Roma, si no se apuran vamos a llegar tarde a nuestra primera clase...

En ese momento, llegó el correo. Las lechuzas penetraron por las ventanas superiores. Dejaron sus paquetes sobre sus destinatarios y se marcharon. Neville recibió un Howler de su abuela. Se había olvidado tres libros, el caldero y su varita. Un gran pájaro color negro azabache dejó una carta para Lucy, mas ninguno lo notó.

–Veamos–dijo Alexis, mirando el horario–Hoy tenemos primero Defensa Contra las Artes Oscuras (¡con Slytherin!), después trasformaciones, (una hora cada uno) y luego Adivinación.

–Entonces vamos yendo–finalizó Harry. Los seis tomaron sus mochilas y emprendieron camino.

–Y te olvidaste Pociones, en la última hora... con Slytherin otra vez–finalizó Alexis.

Yuk!–dijeron a coro Harry y Ron. Definitivamente, Pociones en la última hora no era la mejor manera de terminar el lunes.

–El aula de Defensa Contra las Artes Oscuras se encuentra del otro lado del castillo, –dijo Ron– supongo que tardaremos bastante...

– ¡Miren allá!–dijo Lucy. Un cuadro grande estaba cerca de ellos. Estaba titulado "Hogwarts, 105 D.C." Los escudos de las cuatro casas estaban en el centro; abajo, cuatro nombres.

– ¿Qué dice?–Quiso saber Ron.

–No tengo idea, no lo entiendo–respondió Lucy. Retomaron en silencio la marcha hacia la torre.

En el pasillo que tomaban para llegar al aula se encontraron con Draco Malfoy y sus guardaespaldas.

–Vaya, vaya muchachos. ¡Pero miren quienes están aquí! Potter, la sangre-sucia, y el perdedor–dijo Malfoy, más despectivo que nunca.

– ¡LÁRGATE, MALFOY!–Saltó Ron, rojo de la furia. Hermione y Harry lo agarraron de la túnica, para que no le diera una trompada a Malfoy.

Un cuarto, que ninguno conocía, también habló.

–Y parece que también está la escoria porteña... la huérfana y el imbécil.

Lucy y Alexis reconocieron a éste último.

–Parece que hay mucha peste por acá...–dijo Lucy, con bastante sarcasmo en su voz–. Creí que te habían expulsado, Zabini.

– ¿Blaise Zabini?– inquirió Hermione. Mientras Harry, Ron y Hermione miraban atónitos la escena, Alexis se vengó.

– ¿A cuántos del Ministerio sobornó tu papi? Que yo me acuerde, cuando Álinez te expulsó de colegio, tu ficha ingresó al Registro de Alumnos Peligrosos...

–Mejor mira con quién te metes, Euquia. No querrás que el Señor Tenebroso le haga algo a tu querido papá... ¿o sí?

A Hermione se le ocurrió algo.

–Zabini, Malfoy, algo más que digan y lo lamentarán.

– ¡Mira como tiemblo, sangre-sucia!–dijeron los advertidos a coro.

– ¡Diez puntos menos a Slyherin por faltar el respeto a la autoridad!–dijo Hermione, llena de satisfacción. – ¡Y la próxima serán más!

Los chicos empezaron a reír. Malfoy, Zabini y los demás estaban enojadísimos. Y, sorpresivamente, Malfoy sacó su varita mágica.

– ¡Pagarás por esto, sangre sucia!–Gritó. Y de improviso, dijo:

– ¡Incendio!

Todos, sorprendidos, no alcanzaron a reaccionar. Salvo Lucy, quien con un rápido movimiento de varita detuvo las llamas.

– ¡Reflect Incendio!

Las flamas cambiaron de dirección, dirigiéndose a Malfoy. En consecuencia, rápidamente se retiró el grupito agresor, con Malfoy a la cabeza, cuya túnica empezaba a humear.

En ese momento, la profesora Sophie Dainiwano abrió la puerta del aula que estaba al lado de ellos. Seguramente, los chillidos de Malfoy la habían tomado por sorpresa.

– ¿Sucede algo, chicos?–inquirió.

–Nada importante, profesora, no se preocupe–dijo Hermione.

–Entonces vayan a su próxima clase, falta muy poco para que comience...

Los cinco agradecieron a la profesora Sophie por avisarles, y salieron corriendo al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. En el camino, siguieron comentando la "hazaña" de Lucy.

– ¡Grande, Lucy! Hace mucho que no veo a Malfoy tan enojado–dijo Ron, tapándose la boca con la mano.

–Cuando llegue al aula (si es que sigue corriendo así) va a tener la mitad de la túnica quemada, si es que puede detener el hechizo– estimó Lucy.

– ¿Por qué?–preguntó Harry.

– Porque es un fuego mágico–Respondió Hermione, casi inmediatamente–. Un elemento mágico sólo se detiene con otro de su misma índole. ¿Cómo puede ser que no recuerden nada del año pasado?

–En otras palabras, tendremos un "pollito empapado"–Resumió Lucy.

Todos estallaron en carcajadas

– ¿Y vieron la cara de Zabini? La última vez que lo vi así fue cuando Álinez le dijo que estaba expulsado–dijo Alexis, con una sonrisa de oreja a oreja.

– ¿Ya conocían a Blaise? ¿Cómo es eso de que lo expulsaron?–Preguntó Harry. Lucy explicó.

–Blaise Zabini era compañero nuestro. Dos meses después de haber entrado en primero, dejó a uno de tercero en la enfermería, con vómito, diarrea, etc...

– ¿Qué le dio?– dijo Hermione.

–Una poción llamada "Aliento Draconis". Si no lo saben, esa poción está prohibida, por resolución ministerial internacional. Si te pescan con esa encima, la pena es de perpetua en Domuyo.

– ¿Domuyo?– dijeron Harry y Ron.

–La cárcel de los magos. Se dice que se encuentra en la cima de una montaña, que (según cuenta una leyenda) está en algún lugar del sur, donde sólo pueden llegar los hombres(o mujeres) que "ejerzan la verdadera justicia". El nombre (me parece) lo tomaron del Volcán Domuyo, pero no sé porqué...–respondió Hermione.

Harry y Ron se quedaron con la boca abierta.

– Entonces ¿qué le hicieron a Blaise?

–Como era menor de edad, no lo podían mandar a prisión. Entonces lo expulsaron. –Dijo Alexis–Y para asegurarse, le abrieron un expediente en el Registro de Alumnos Peligrosos. –Al ver la expresión de desconcierto en Harry, agregó–Ya saben, un registro en donde figuran los chicos que no pueden ingresar a la escuela nuevamente. Pero el registro es nacional, así que seguro que no rige en otros países...

Llegaron al aula cinco minutos antes, pero no eran los únicos ansiosos: casi todos los de su curso estaban allí, intentando deducir quien sería el profesor.

– ¿No tienen ni idea de quién será?–murmuró Lucy por lo bajo.

–Parece que no.

– ¡Ojalá que no sea Snape!–Deseó Ron– ¿Te imaginas teniéndolo en pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras?

–No creo que sea él–Observó Lucy inteligentemente–Dumbledore nos anunció que llegaría hoy, y si el profesor fuera Snape, Dumbledore lo habría dicho.

– ¡Bien dicho!–Le alabó Harry, mientras Lucy se ponía roja.

–No es nada... A propósito, Alexis, los chicos nos mandaron carta– Anunció Lucy sorpresivamente, para cambiar de tema.

– ¿De verdad?–preguntó Ron– ¡Léanla!

Lucy sacó de su bolsillo un pergamino doblado y empezó a leer.

Chicos,

¿Cómo les va? Espero que muy bien. Tenemos una sorpresa para darles ¡Uno profesor se va para su colegio! Me enteré cuando paseaba: pasé cerca de la oficina de Mateo y lo oí hablar sobre eso con alguien, decía que él uno de los profesores tendría que ver a Dumbledore en el transcurso de este año. ¿No es raro?  ¿Es lindo Hogwarts? No creo que sea mejor que acá. En los últimos días, la profesora de Adivinación y un superior de séptimo (Ala Este) aparecieron heridos de gravedad. Aún no se sabe cómo llegaron a ese estado. Lo raro es que donde los hallaron estaba escrito en la pared más cercana:

"La oscuridad pronto cubrirá las esperanzas con su manto de tormentos. El fin de Oralie y de la Orden del Fénix se acerca con rapidez."

¿Podrían averiguar sobre esto?

¡Gracias!

P.D.: ¡Nos están reventando con las pruebas de fin de año! Creo que me llevo otra vez Historia de la Magia...

–Menudo problema–Murmuró Alexis, preocupado.

–"El fin de Oralie y de la Orden del Fénix se acerca con rapidez"–Repitió Hermione–Creo haber leído algo sobre eso...

–La profesora Silvina y un superior del ala Este... ¿no será Guillermo?–Dijo Lucy, horrorizada.

–Ojalá que no–le respondió Alexis–Le debemos mucho al pobre Guille...

– ¿Y qué es eso de "los restauradores"?–Quiso saber Ron.

– "Oralie"–Musitó Harry– ¿No será...?

De repente, Harry se acordó de algo.

–Lucy, ¿recuerdas ayer a la noche, cuando entramos en ese cuarto extraño?–Dijo con rapidez–Las voces que oímos allí dijeron "Oralie, debes ayudar a la Orden y la los Restauradores". ¿No crees que se referían a...?

Lucy entendió de inmediato.

– ¡Claro! ¡Alexis, debemos investigar!–Anunció con energía. – ¡A la tarde vamos a la biblioteca!

Hermione no se quedó atrás.

–Yo los ayudaré–les comentó–conozco la biblioteca como la palma de mi mano.

–Hermione, ¿te encuentras bien?–Le preguntó Ron, ya que Hermione nunca investigaba sobre algo que no fuese para un trabajo práctico. En ese mismo momento se oyó la campana.

–Y ahí viene "el grupete del pollito empapado"...–anunció Ron, refiriéndose a Malfoy, Crabbe, Goyle y Zabini.

Todos los Gryffindor estallaron en risitas al ver a Malfoy, quien estaba realmente empapado. Pero Lucy había fallado con su pronóstico: sólo se le había quemado el borde de la túnica.

– ¡Qué lástima!–Se lamentó Ron.

–La próxima uso un encantamiento más fuerte, Ron. –Le prometió Lucy. – Aunque también podrían ser los magical targets... ¡Si, eso es! ¡La próxima, blancos mági...!

Se calló de repente. Todos miraron a Lucy, desconcertados. Hermione se atrevió a seguir la dirección de los ojos de la chica, que miraban horrorizados a la puerta, para encontrarse con...

– ¡Profesor Lupin!–dijo Harry, alegre.

– ¿Lupin?–murmuró Lucy. Había algo en su voz que los desconcertó a todos.

El profesor Lupin detuvo su mirada en Lucy, antes de entrar al aula.

***

– ¡Estuvo buenísima la clase!–dijo Alexis una hora después, cuando todos los de quinto salían del aula.

– ¿Y tú qué opinas, Lucy?–quiso saber Hermione.

– ¿Eh, yo? ¿Me hablás a mí?–murmuró Lucy.

–Sí, a ti–respondió Hermione.

–Pues, no sé, Hermilu. A mí me gustó mucho Re... la clase, quiero decir–contestó Lucy atropelladamente, al tiempo que sus mejillas empezaban a despedir calor.

– ¿Estás bien?–se preocupó Alexis. –No tendrás fiebre, ¿no?

–Quién, ¿yo?–dijo Lucy, mientras empezaban a subir la escalera –Yo nunca me enfermo ni me accidento. ¡Nunca, nunca, nunca!–Y cuando dijo esto, tropezó con un escalón falso.

¡Whimp! La bolsa de Lucy salió volando por el golpe. ¡Splash! ¡Glub! ¡Crash! Los tinteros golpearon el suelo y se rompieron en mil pedazos, manchando los zapatos con tinta roja, negra, y multicolor; los libros cayeron con un ruido sordo y a los más viejos se le salieron algunas hojas; y la pobre Lucy terminó con media pierna estancada en el escalón.

– ¿¡Lucy, estás bien!?–chillaron Harry, Ron, Hermione y Alexis.

– ¿A esto llaman estar bien?–chilló indignada la chica. Entre Ron y Harry le ayudaron a sacar el pie, mientras que Alexis la miraba más que sorprendido.

– ¿Te estarán echando un maleficio?–preguntó Alexis.

– ¡Es imposible!–chilló la chica, mientras recogía sus libros– ¡Siempre tengo activada mi defensa! ¡Siempre!

– ¿Defensa?–repitió Ron.

–Defensa Espiritual–respondió Alexis. –Es Magia Antigua de Primer Nivel. Y, Lucy, me parece que esta vez te olvidaste.

– ¡No importa! ¡La voy a activar ahora!

–No, no y no. –Intervino Hermione–Está prohibido hacer magia en los pasillos.

–Espíritus que pro... ¿está prohibido?–dijo Lucy.

–Sí. ¡Y yo me encargaré de que las reglas sean cumplidas!–Respondió Hermione con orgullo, señalando su insignia de prefecto.

–Uh. Ya empezamos con la "Prefecto-manía"–murmuró Alexis.

– ¡Ahhhhh! ¡Miren la hora!–dijo Lucy, ya histérica para esos momentos– ¡Vamos a llegar tarde a Trasformaciones! T-T

–Eso sí que es terrible–dijo Ron, y continuaron su marcha.

El día continuó bastante malo para Lucy. Al mal humor y los accidentes (cosas que, según Alexis, eran muy poco frecuentes en ella) le siguieron el hecho de estar en la luna durante casi todas las clases, olvidarse las cosas y (para colmo de males) seru regañada constantemente. Harry y Ron no podían entender cómo Lucy se horrorizaba con eso, pero cuando Alexis les contó que ella era la mejor alumna del curso en su otro colegio, le pudieron comprender.

–Waaaaaaa!–Gritó Lucy por enésima vez– ¡VAMOS A LLEGAR TARDE A POCIONES!

–Oh, oh. Mejor vayamos yendo–dijo Harry–nuestro profesor de Pociones, Snape, es terrible.

–Te olvidaste siniestro, tenebroso, malhumorado, injusto, desgraciado, tarado, inútil, cruel, malicioso...–empezó Ron a enumerar.

– ¡Olvidate de eso, Ron, por favor!–chilló Lucy– ¡No puedo llegar tarde a ninguna clase!

–Dios, hoy sí que está mal–murmuró Alexis– encima que Hermilu no está...

–Es verdad, creo que tenía Aritmancia...–recordó Harry.

Lucy no escuchó a ninguno y salió en una carrera desenfrenada hacia el salón de Pociones. Sin embargo, a mitad del camino retrocedió y dijo.

–Pero... ¿no saben dónde es el salón? ^^U

Ron puso carita de exasperación u_u U

–Mejor vamos todos juntos...–respondió Harry.

Cuando llegaron al salón de pociones, ya estaba Snape. El profesor los miró con una expresión maligna en su rostro, dándole a Harry una muestra gratis de su "super mirada de odio versión 5 mejorada".

– ¿"Eso" es el profesor?–le preguntó en voz bajita Lucy a Alexis, en un obvio español.

–Bueno, bueno. Parece que Potter y su escolta no pueden ni siquiera llegar a tiempo a sus clases...–dijo Snape, haciendo una mueca horrible. Los Slytherins rieron a coro. Lucy adoptó una expresión sorprendentemente desafiante.

–Si hubiera sabido antes que ESTO era la clase de pociones no me habría tomado la molestia de venir–le espetó de una manera formidable. Desde su asiento, Hermione la miró sorprendida. Algunos Gryffindors aplaudieron la respuesta de Lucy. Mientras tanto, Snape perforó a la chica con sus ojos tenebrosamente negros, mas nada pasó. Nunca jamás, en sus casi veinte años de docencia en el colegio, ningún alumno se había enfrentado de esa manera.

–Si desea tanto irse, señorita, ahí tiene la puerta–le espetó Snape con verdadera rabia. Una rabia que no mostraba desde sus días como estudiante, cuando los Marauders le hacían una buena, BUENA broma. Mientras tanto, Harry y Ron observaban atónitos la escena. Alexis, por su parte, no se inmutó: Lucy solía hacer lo mismo con sus enemigos en la otra escuela, eso sí, la chica tenía que estar verdaderamente enojada. Sin embargo, el profesor se contentó con decir–Por ahora, serán veinte puntos menos para Gryffindor, y la próxima vez será una detención.

El resto de la clase trascurrió con normalidad. Bueno, con la normalidad típica de una clase de Pociones. Para cuando hubo terminado el día, Snape había sacado en total 60 puntos de Gryffindor y otorgado 80 a los Slytherins. Mientras salían del aula, Hermione reprendía acaloradamente a Lucy.

– ¿Cómo pudiste hacer eso?–le decía–.

–Haciéndolo–respondió tranquila la aludida.

– ¡Pero hemos perdido 60 puntos en tan sólo UNA HORA!–murmuró Ron. – ¿Cómo rayos piensas recuperarlos?

 – ¡Ah! Eso corre por mi cuenta–respondió Lucy, como si nada–. Ya verán, el miércoles estaremos a la cabeza del marcador.

– ¿Querés que te de una mano?–preguntó Alexis.

–Dejá. Esto es un reto personal–le respondió la chica.

***

Bien entrada la noche de ese lunes, una sombra oscura merodeaba los corredores del castillo. La misteriosa personita subió las escaleras de una torre en desuso, hasta llegar a una puerta. La persona se bajó una capa de su cabeza: era Lucy. La chica, sin miedo alguno, golpeó la vieja puerta con su varita mágica.

Dissendium!–murmuró la chica. La puerta se abrió sin hacer ruido y Lucy penetró en su interior.

Si no hubiera sido porque estaba lejísimo de su sala común, se habría pensado que era un cuarto más. En efecto, la salita a la que Lucy acababa de entrar era una réplica perfecta de los dormitorios de la torre Gryffindor. La chica se acomodó en uno de los cómodos sillones que rodeaban a un estandarte que ostentaba una leyenda: "El escondite de los Marauders".

"Ah, hace tanto tiempo que no volvía acá..."–pensaba la chica mientras unas velas se encendían. Lucy se levantó y sacó de un estante un álbum de fotos. Decía

"Archivo de travesuras: 1964-1970"

Protagonizado por: Prongs, Wormnail, Padfoot, Moony y Lince.

Ideas generales: los cuatro.

Fotógrafo oficial: Wormnail.

Notas al pie: Lince.

Dedicatorias: dedicado a las próximas generaciones de quebrantadores de reglas. ¡Para que vean cómo se divertía la gente en la prehistoria! ^^ (Padfoot).

Si quieren hacer algunas de estas proezas, ¡primero recuerden que existe algo llamado "derechos de autor"! (Lince)

Para que siempre se recuerde cómo me ayudaron mis tres mejores amigos. (Moony)

Hmmm... si alguien quiere reírse un rato LAAAARGO, ¡esta es la solución! (Prongs)

"Ja. Cuando pensamos en esto, nunca creímos que pudiera servir..."–, pensó Lucy. –"Ya pasaron más de 20 años desde nuestra última aventura..."

De repente, unos pasos se escucharon. Lucy se puso su capa con rapidez y se escondió en un rincón. Entonces otra persona entró al cuarto, y Lucy tuvo que tragarse el grito de horror: Moony.

"De seguro está buscando nuestro álbum"–pensó Lucy, muerta de los nervios. –"¡Dios! Por qué tuve que sacarlo"

Sorpresivamente, a Lucy se le ocurrió una idea.

"Distrae a mi enemigo con tu brisa helada... Kaze!"

El Remus Lupin dio media vuelta y se dirigió en dirección a la ventana más cercana, la cual (para suerte de Lucy) estaba bastante lejos de donde estaba ella. Aprovechando eso, la chica no tardó en huir de ahí, y no paró de correr hasta que llegó a su habitación en la torre Gryffindor.