Negación. Todos los personajes y lugares conocidos mencionados en esta narración pertenecen a J.R.R. Tolkien, y son usados sin fines de lucro, los demás personajes ajenos a la historia original son inventos míos. Clasificado R por contener escenas un tanto eróticas. Toda una vida –Luis Miguel
Los ojos verdes de la joven dama de Lothlorien hipnotizaban con alegría al centinela, llevaba su cabello castaño trenzado y eso disgustaba un poco a Ascar, quien le prefería suelto para jugar con el, para entretenerse un poco cuando le tomaba por la espalda y empezaba a pensar en .. jugar con el.
Después de tantas citas, luego de que la mayoría de la compañía a la que pertenecía la joven hubiera partido, llegaba la ultima noche que pasarían juntos, nunca antes Elithil para asombró del joven elfo había compartido noche alguna con hombre u elfo alguno. El sol se estaba ocultando, las horas se terminaban y no sabía Ascar cual sería el momento adecuado para decirle a la joven que necesitaba pasar mas tiempo con ella.
Se hallaban en aquel lugar donde tantas veces Legolas y Minya se habían encontrado, mas el centinela le adopto desde que quedo vacante, sus anteriores lugares de reunión eran secretos, escondidos, perdidos a la vista de cualquier mirada curiosa, mas como su relación la quería rodear de pureza y respeto, las citas serían siempre después de su guardia terminando la hora de comida a la luz del sol. Decidió imitar a su compañero al ser cortes con la joven, mas no tan galante y seductor como con otras damas, el prefería por única vez en su vida, hacer las cosas bien, mostrarse como un elfo digno del amor de esta joven elfa.
- Debo irme Ascar, mi compañía parte mañana y deseo descansar. Esperare tu llegada a mi reino cuando desees. Mucho te extrañare amado mío. – dijo ella poniéndose en pie.
- No, Elithil, por favor espera
- Ya es tarde, te amare siempre por favor no me olvides, desearía tanto estar mas contigo, mas la noche esta cerca y ..
- ¿te importaría.. si.. si vamos a otro lugar donde podamos hablar con mas detenimiento?
- ¿Un lugar iluminado?
- Si
- ¿queda lejos de donde esta instalado mi compañía?
- No, esta relativamente cerca, ven sígueme. – aclaró el tomando su mano para guiarle.
- Ascar, no pensaras que yo..- declaró ella un poco turbada.
- ¡Elithil! Es la ultima noche que te veré en .. quien sabe que tanto tiempo, por favor, no dudes de mis intenciones.
Ella sonrió con dulzura y Ascar se mordió la lengua.
Juntos llegaron ante las miradas de algunos inoportunos guardias, a la casa de Ascar.
- ¿qué es este lugar y por que este en tinieblas? – preguntó ella en el umbral
- Un momento y se hará la luz..
Segundo después un clara luz iluminaba las habitaciones del joven elfo, muebles sencillos ordenados con exactitud militar ocupaban su hogar. Una mesa donde tomaba sus alimentos, cuando les preparaba, tres sillas de diferente color usadas para diferentes personas, una color azul para el como rey de su hogar, una de color caoba para Legolas como príncipe de su reino, que por cierto había sido un regalo de él, y otra sencilla y exquisita que usaba para recibir a sus damas de compañía, la cual tambien había sido regalada por una de ellas al notar la escasez de muebles en aquel lugar.
- Toma asiento por favor, amor mío – señalaba Ascar el asiento a su amada.
Elithil miró desconfiada, aquella silla tan diferente que se le ofrecía no le inspiraba seguridad, ¿cuántas mas habrían pasado por ella?
- ¿Tienes algo que decirme Ascar, antes de partir? – preguntó ella nerviosa, inspeccionando la pequeña pero encantadora vivienda.
- Si, he pensado mucho en esta relación que llevamos. – respondió el tomando asiento a su lado.
- Yo también lo he pensado y a pesar de que te amo mucho y mi corazón te pertenece, debemos olvidarnos uno del otro.
Esta clase de respuesta no la esperaba Ascar, nunca esperaba un no de una dama, jamas había sido negado por ninguna y el miedo de que aquella elegida por su corazón le negara, le invadió de miedo.
- No, Elithil, eso no, no podría yo seguir viviendo sin tenerte a mi lado.
- No veo forma de que esto se resuelva, tu perteneces al Rey Thranduil, a su armada y yo como fiel servidora de mi dama Galadriel, no puedo dejar sin avisarle, ella a partido y me espera ya a su lado.
- Elithil..
- Tu no dejaras a tu señor, yo no dejare a mi señora, así que no sé como se puede arreglar.
- Elithil...
- Es mejor terminar ahora, no nos dañemos mas, es mejor así.
- Elithil..
A cada palabra el pobre de Ascar palidecía mas, nunca había suplicado por el amor de dama alguna, mucho debían ellas de agradecerle que hubiera dignado fijar su vista en ellas.
- Es inútil, yo te amo mucho Ascar, como nunca antes he amado y desearía pasar mi eternidad junto a ti.
- Podemos hacerlo, Elithil, pide permiso a tu señora
- ¿Permiso para que?
Ascar estaba a punto de dejar su vida allí, de dar el paso definitivo en su vida mas dudaba, no le quería dejar ir, no podría vivir sin ella, mas, su libertad, su juventud, las miles de damas elfas que hacían fila en sus pensamientos para estar con él. La dama comprendió la incertidumbre de su mirada y se puso en pie.
- Debo irme ya..
- No, Elithil, por favor – suplicó Ascar tomando sus manos con impaciencia
- No me has respondido, no consigo tu respuesta, ¿qué permiso deseas que pida a mi señora?
- Permiso de nupcias.
- ¡Ascar!
El joven palideció, ni el mismo había reconocido las palabras que habían salido de su boca
- ¿estas diciendo que deseas desposarme? ¿Unir nuestro futuro juntos? –preguntaba alegre la joven volviendo a tomar asiento a su lado.
- Sí..
La boca del joven debía tener mente propia pues no obedecía a la razón mas que al sentimiento.
- ¡Oh! ¡Ascar! – exclamó ella abalanzándose sobre elm tirándole de la silla y cayendo juntos al suelo.
- Elithil, por favor, te cuidado, no deseo que te lastimes..
- ¿Tu me cuidaras?
- Si, siempre te cuidare hermosa mía.
Ambos sellaron su promesa con un beso. Y se pusieron de pie componiendo sus ropas.
- ¿Cuándo diré que es la fecha?
- ¿Fecha para que? – preguntó Ascar retirando el polvo de sus piernas
- ¡Para el enlace! ¡Que mas!
- ¡Oh! Elithil, tal vez... primero debemos dejar pasar un tiempo antes de que..
- ¡Ascar!
- Bien, aun no sé, regresa a Lorien y estaremos en comunicación, el rey no me hará caso cuando hay orcos cerca y Altadil ha marchado de nuevo, Legolas estará estos días muy ocupado para recibirme.
- Bueno, todo arreglado amor, esperare noticias tuyas, yo le informare a la dama Galadriel de mis próximas nupcias, mas esperare noticias tuyas para decirle la fecha.
- Así es, todo a su tiempo bella mía – dijo el joven arrastrándola seductoramente hacia el.
- ¡Ascar! – exclamó ella cuando sintió los apasionados besos del joven en su cuello desnudo.
- ¿Temes a tu futuro esposo?- preguntó Ascar ofendido
- Mmm... no.. – vaciló ella.
- ¿Deseas sellar nuestra futura unión?
- ¿Cómo es eso?
- Yo soy tuyo de ahora en adelante, ¿cierto?
- Si..
- Y tu eres mía de hoy en adelante, ¿no?
- Mmm.. si, eso creo.
- ¿cómo que eso crees? ¿qué respuesta es esa? – pregunto Ascar ofendido - ¡Oh! ¡Eres cruel con el pobre Ascar! – agregó el elfo apartandose un poco evitando su mirada al cerrar sus ojos.
- ¡Ay! Perdón, perdón amor mío...¡Claro que soy tuya por completo..!
- Demuéstramelo Elithil – desafió Ascar volviendo rapidamente a ella
Ella titubeo, vio la mirada tan pasional y llena de amor y deseo de su amado y tuvo miedo, su cuerpo se estremeció.
- Ascar, yo no podría, yo nunca..
- No temas, no te haré ningún daño, solo déjate llevar y tu mismo cuerpo te guiará..
Ella cerró los ojos entregando su ser por completo, Ascar quedo extasiado con el sueño que pronto se le cumpliría, empezó a besarle con ternura, sus caricias se encontraban solo en su rostro y cuello, iniciando el proceso de manipulación, como él llamaba a los juegos preliminares. Luego, poco a poco sus besos fueron volviéndose mas ardientes, mas fogosas sus caricias, ya bajaban sus manos por sus hombros, su vista, de cuando en cuando miraba ese primer destino, el frondoso pecho de Elithil a la vista, blanco asegurado.
*Todo una vida
estaría contigo
No me importa en que forma
Ni como ni donde
Pero junto a ti
Elithil empezaba a respirar con dificultad, pues las caricias del joven y apuesto elfo estaban surtiendo efecto en sus sentidos. Ya no oponía ninguna clase de resistencia, no puso objeción a que los labios del elfo se estamparan en su escote profundo, como disfrutaba ella de esos momentos.
- ¡Ah! Ascar.. que bien se siente eso..
- ¿Te gusta mi amor? Disfrútalo por que apenas es el comienzo.
*Toda una vida
Te estaría mimando
Te estaría cuidando
Como cuido mi vida
Y la vivo por ti
Comenzó entonces el elfo a bajar lentamente el vestido de Elithil, descubriendo aquellos grandes y frondosos pechos, llenándole de satisfacción, aún quedaba la ultima prenda intima y no quería el centinela que la joven abriera aún sus ojos y se perdiera el encanto.
Cuando logró que el vestido cayera por completo, fijo su boca al seno derecho, besándole alrededor de la aureola y pasando la lengua en forma circular, mientras con sus manos rodeaba la cintura de la joven intentado bajar con mucha agilidad la prenda intima, no habiendo sujetado bien la ropa, bajo sus besos por en medio de sus pechos, llegaba a la cintura y allí se detuvo, atendiendo al pequeño orificio que dividía su cuerpo en perfecta simetría. (el ombligo, ¿ok?)
*No me cansaría de decirte siempre
Pero siempre siempre
que eres en mi vida ansiedad y angustia
Y desesperación
La desnudo por completo, y como aun se hallaban en plena habitación de recepción, subió nuevamente, dirigiéndose a la base de su cuello, tomándole por detrás de la cintura no sin antes echar una mirada a las carnes tan redondas y coquetas que portaba en su retaguardia, le guío hasta su habitación y le dejó caer lentamente en aquella cama de tamaño excesivamente grande para alguien que acostumbra a dormir solo.
Ella levanto los brazos por encima de la cabeza, y dejo que los labios de Ascar le consumieran, disfrutaba tanto de esas primeras y desconocidas caricias, él entretanto, rápido y presto campeón del desviste, en pocos segundos quedaba totalmente desnudo ante ella, algo raro le pasaba, pero una especie de pena le enrojecía el rostro, como si se tratase de la primera vez que exhibiera su atlético cuerpo a una joven, le recordaban la primera vez y lo embarazoso que podía llegar a ser eso.
*Todo una vida
estaría contigo
No me importa en que forma
Ni como ni donde
Pero junto a ti
Pero teniéndola allí, tan hermosa e indefensa, tan segura de él, entregándose por completo a la pasión que les invadía, todo su amor y fuego estallaban en su vientre, las ansias por consumar ese bello acto le apresuraban, esto no podía ser mas que un bello sueño.
Se coloco encima de ella aun sin tocarle, mirando como se retorcía de placer ante el inminente toque o roce de sus labios, retirando los castaños cabellos de la joven de su bello rostro.
- Te amo Elithil – declaró el por primera vez durante un acto
Ella abrió los ojos le miro gustosa y respondió.
- Yo te amo como no tienes idea mi querido Ascar.
*No me cansaría de decirte siempre
Pero siempre siempre
que eres en mi vida ansiedad y angustia
y desesperación
Y ante esta respuesta, el sintió ser el elfo mas feliz sobre la tierra, casi lo podía jurar, y gritar a todo la gente que habitaba la Tierra Media. Se besaron una vez mas y su cuerpos se juntaban, se deseaban y ya reclamaban la dicha de ser uno solo, el dedico sus labios al pecho de ella que tanto le deleitaba. Hasta que, no pudiendo detener mas sus ansías de poseerle, el joven elfo entró en ella, arrancando un leve grito de dolor mezclado con placer, palideció Ascar al creer comprobar que nadie antes que él había profanado aquel recinto.
- ¿Te he lastimado? – pregunto el elfo, ajeno a este tipo de situaciones.
- No, amor, solo que .. sigue..
- No dime por favor, no quiero volver a lastimarte.
- Nunca había sentido algo tan .. grande.
Ascar se sintió traicionado, ¿como era posible que toda esa candidez, toda esa inocencia en su rostro hubieran probado ya las mieles del líbido? Mas no le detuvo en ese momento, mas bien se sentía relajado, podría actuar a su manera, no teniendo en la cabeza la idea de que la joven le compararía siempre al ser el primero, mas bien quería ser el ultimo y único en la vida de aquella dama y eso le consolaba.
Ascar y Elithil compartían aquella habitación tan requerida en los momentos de mayor apuro. Cuantas historias podrían relatar aquellos muros blancos de la casa de Ascar, fueron testigos de hermosas maravillas, de cantos de amor, de versos de pasión, el joven había amado mucho en su larga y aun joven vida, mas este momento opacaba cualquiera anterior, había dado con la hermosa elfa con quien compartiría su vida y eso le hacía disfrutar mas del momento.
*Todo una vida
Estaría contigo
No me importa en que forma
Ni como ni donde
Pero junto a tiMas sus movimientos eran sutiles, delicados, le trataba mucho mejor de lo que alguna vez trató a alguna dama, ella le mostraba su satisfacción y afecto con cada gemido que daba, con cada suplica pidiendo mas del dulce andar de Ascar, él le miraba, y se impresionaba cada vez mas, le amaba con locura y le deseaba totalmente para el, no pudo contenerse, no pudo apartarse a tiempo, todo ese amor y deseo reprimidos se desbordó dentro de ella llenándole completamente con los jugos de su pasión. No tuvo tiempo, no pudo reaccionar con rapidez, cayó exhausto sobre ella, besándole una vez mas, ella le recibió halagada de tener a su lado a tan formidable elfo, juntos cayeron allí, entregados uno al otro.
*No me importa en que forma
Ni como ni donde
Pero junto a tiMas en sus pensamientos, una duda se sembraba en Ascar, ¿habría ella tomado alguna clase de precaución? Mas no era posible, la probabilidad de un evento de esa clase era poca, no había por que llenar su cabeza con esas ideas, Ascar le amaba y ella a él, era todo lo que el joven elfo soñó y deseaba. Feliz se encontraba Ascar en brazos de Elithil.
*No me importa en que forma
Ni como ni donde
Pero junto a ti