Capítulo 3: Misterios
Sin perder un segundo más, Hermione cerró rápidamente el maletín, poniéndoselo al hombro, y agarrando la varita medio sostenida en el aire, para dirigirse hacia las escaleras. Sabía que el chico no podía estar apenas terminaban las escaleras, pero quería probar a ver si lograba encontrarlo de por ahí. Al final, lo único que pudo notar fue el mismísimo pasillo vacío de antes. Dejó de hacer brillar la varita, y con poca resignación se dirigió hacia el cuadro de la Señora Gorda.
***
- Ahh... ¡nada mejor que una buena ducha después de un día tan duro! – exclamó Hermione saliendo del baño con la bata puesta y sentándose en su cama, donde el cuarto estaba afortunadamente solo. Con otra toalla, la muchacha se restregó el pelo, desbaratándolo y dándole una forma radical.
- Prr – se oyó Croockshanks rozarle la pierna derecha. Hermione le sonrió.
- Tú también piensas como yo, ¿eh? Ja ja – dijo Hermione acariciándole detrás de la oreja. Después se vistió rápidamente, y al terminar, notó que aún era muy temprano para ir a cenar.
Se propuso entonces de agarrar su historia y seguir escribiendo sin la afortunada interrupción de sus dos compañeras de cuarto. Entonces, todo el buen humor que había recuperado mientras se había bañado, se convirtió en enojo y preocupación. Primero que todo enojo por la estúpida de Parvati, y segundo preocupación por la historia que había sido robada por el chico misterioso. Inconscientemente se puso a caminar de derecha a izquierda, pensando en quién podía ser ese muchacho. Lo único que sabía de él era que tenía una voz sensual, unos labios deliciosos, y unos ojos grises que derretían. ¿Le servía de algo todo eso? Sí, nada más a saber que un chico irresistible sí existía en Hogwarts.
- ¡¿Pero por qué demonios me robó la historia?! ¿Cómo sabía de ella? ¡¿O es que buscaba otra cosa y se equivocó, y no hizo en tiempo a intercambiarla?! – a cada pregunta Hermione tenía diferentes expresiones en la cara, haciendo que Croockshanks se asustara. De repente, la chica dejó de marear al gato con sus ida y vuelta, y salió definitivamente del cuarto dejando al pobre gato con un simple "Chao".
Hermione corrió escaleras abajo con el pelo mojado que bailaba a la velocidad que ella corría. Quería regresar a la última clase que había tenido antes del encuentro con el muchacho, a ver si encontraba almenos rastro de su historia. Superando los muebles y la chimenea, la Gryffindor estaba apunto de atravesar el cuadro, cuando alguien la llamó desde el sofá más grande. Era Harry.
- Hermione, ¿te sientes bien? – preguntó Harry, viendo como Hermione lo miraba nerviosa.
- Sí, ¿por? – Harry se paró del sofá y se acercó un poco a ella.
- No, bueno, por lo de hoy... es que no te vi en todo el día y me preocupé – dijo Harry tranquilamente cruzando los brazos. Hermione se sonrojó un poco.
- ¡Tonta! ¿Qué te pasa? ¡No te sonrojes! Tranquilo Harry, por suerte mi autoestima es fuerte – dijo Hermione, al parecer con atore. Harry arqueó una ceja interrogativamente.
- ¿Tienes que ir a algún lado? Si quieres te acompaño, no tengo nada que hacer – dijo yendo hacia el retrato. Hermione asintió, y al salir del cuadro caminaron juntos hasta el final del pasillo, donde Hermione posó los ojos en el sótano de donde ya no provenía el ruido de cadenas. Luego Hermione dejó de verlo, aunque con un punto interrogativo imprimido en la cara.
- Hey, ¿y a dónde vamos? – preguntó Harry rompiendo el silencio y despertando a Hermione de sus pensamientos. La chica se puso una mano en la barbilla.
- Umh, ¿a que no adivinas? – dijo mirando a Harry con picardía. Este se lamentó con burla.
- Ay no, ¿a la biblioteca? ¡Me lo suponía! – Hermione rió, mientras bajaba las escaleras. No se dirigían a la biblioteca, pero quería hacérselo creer por un rato.
Después de llegar al segundo piso, Hermione no se dirigió hacia la biblioteca, sino que al salón de Aritmancia. Harry se extrañó.
- ¿No ibamos a la biblioteca?
- Voy primero a Aritmancia – dijo Hermione abriendo la puerta de un salón con cautela – tú quédate aquí, y vigila que no venga nadie – al entar, se dirigió hacia su pupitre, donde para su sorpresa se encontraba su pluma favorita con alas a los lados. La agarró, y examinando los alrededores, encontró un papel en la silla de su pupitre. Extrañándose (aunque también ilusionándose) lo agarró, y notó que era un sobre (depaso muy grueso), con escrito "Hermione Granger". Lo abrió con mucha curiosidad, y lo primero que sacó fue una hoja que decía "Hillary Terriers: Capítulo 1". La chica dio un grito ahogado, y sin más que esperar sacó las demás hojas. ¡Era su historia! ¡La tenía de nuevo! Pero al llegar a la octava hoja, encontró una aún más pequeña, que no hacía parte de la historia. Decía:
Hermione Granger.
Muy buena tu historia y muy buen comienzo para tu primer capítulo. Ya estoy leyendo el segundo, mientras lees esta carta. Te daré capítulo por capítulo.
Y.O.
Hermione releyó por lo menos cuatro veces las tres frases, cada vez más impresionada. Luego también releyó la firma: Y.O.
- ¿"Yo"? ¿Cómo "yo"? ¿"Yo" qué? – se preguntó a sí mísma.
- Yo estoy cansado de esperar – le dijo Harry, que había aparecido detrás della (literalmente diciendo). Hermione se sobresaltó.
- ¡Dios mío, Harry! ¡Qué susto! – exclamó Hermione poniéndose una mano al pecho. Harry rió.
- ¿Qué? Ja ja – luego notó los papeles en el pupitre. – Hey, ¿qué son? – Hermione trató de esconderlos pero no hizo en tiempo y tuvo que explicarle a Harry todo lo que le había sucedido, pero antes excluyendo el momento del beso. Harry quedó impresionado.
- ¿Así no más? ¿Y qué esperas para buscar tu historia? – preguntó Harry.
- Bueno, en verdad yo vine aquí para buscar una pluma que se me quedó, y encontré este sobre con las hojas de mi primer capítulo y un mensaje. Ten, lee – le dio el mensaje y Harry leyó en murmullos.
- ¿"Yo"? – se preguntó Harry al igual que Hermione.
- Eso era lo que me estaba preguntando antes – aclaró Hermione – qué era lo que significaba Y.O.
- Para mí que son iniciales – dijo Harry pensativo.
- ¿Conoces a alguien con esas iniciales? – preguntó Hermione recogiendo las hojas y poniéndolas de nuevo en el sobre.
- Umh... Yvone Omeyer, de Ravenclaw, está con nosotros en Adivinación – dijo Harry. Hermione quedó de piedra, ¡no podía ser una mujer!
- P-pero esa letra n-no te parece más masculina, ¿e-eh? – dijo con nerviosismo.
- Sí, yo también lo pienso. No sé por qué, pero me parece conoci... – la palabra no pudo terminarla, que oyeron un maullido en la entrada de la clase.
- ¡Filch! – susurró Hermione. Harry la agarró del brazo.
- Ven, ¡escondámonos! – dijo Harry, y abriendo un alto armario escondido al final del salón, se metió ahí junto a Hermione y lo cerró milagrosamente sin hacer ruido. El armario podía ser alto, pero muy estrecho, cosa que empezaba a incomodar a Hermione, dado la corta distancia entre Harry y ella.
- Detente corazón, ¡detente! Bueno, no del todo, pero cálmate ¡por favor! – pensó Hermione, toda roja en la cara, que por suerte no se notaba gracias a la oscuridad de allá adentro. Hermione se acordó entonces de su tercer curso, cuando le había sucedido lo mismo la noche en la que le darían el Beso del Dementor a Sirius. Aunque ahora la cosa era muy diferente...
- No respires tan rápidamente – susurró muy bajito Harry – Filch tiene un oído muy fino – Hermione se sonrojó aún más, y no sólo por haber sido reprochada, sino también por haberse dado cuenta que ella estaba acurrucada abajo mientras que Harry estaba como encima de ella, de pie. De repente se oyó otro maullido cerca del armario y los pasos de Filch acercándose.
- ¿Qué tienes, mi princesa? ¿Encontraste chicos furfantes que no deben entrar en los salones después de las horas de clase? – se oyó la voz asqueada de Filch. La gata maulló otra vez.
- Grat grat – Mrs. Norris rascó un poco el armario, haciendo que Harry y Hermione detuvieran por un momento la respiración. Hermione pudo notar por la cerradura la cara de Filch acercándose.
- Ven pequeña, vamos a abri... – de repente, se oyó un ruido cerca de la pizarra. Peeves había entrado en acción, escribiendo un montón de groserías y haciendo dibujos vulgares, para luego escapar por la puerta, riendo como loco. Filch se olvidó del armario, y murmurando otras groserías entre dientes corrió tras el poltergeist, con su gata que lo seguía. Los Gryffindors suspiraron con alivio, y con prudencia abrieron la puerta.
- Fiiuuu – silbó Hermione yendo hacia su pupitre – menos mal que Filch no notó el sobre – lo agarró, y se lo puso en el bolsillo de la túnica, que era bastante grande. Harry se dirigió hacia la puerta y miró afuera con precaución.
- Ya se fueron, pero sugiero que salgamos de aquí – le dijo Harry haciendo señas de ir hacia allá. Hermione asintió, un tanto feliz por haber recuperado un capítulo de su historia.
***
Hermione estaba en su habitación, con Croockshanks a los pies, releyendo el primer capítulo de la historia que había recuperado. No se recordaba de nada de lo que había escrito, dado que la había iniciado a finales de Junio.
- ¡Vaya! ¡Que HORROR ortográfico que tengo aquí! – exclamó Hermione, bañando su pluma en el tintero y corrigiendo el error. Pronto la puerta se abrió, con el ruido de las carcajadas de siempre, y Croockshanks se escondió bajo la cama. Hermione notó a Lavender y a Parvati, y su expresión emocionada pasó a rencor.
- En serio Laven, deberías decirle a Josh que no tiene oportunidad, el pobre se lo cree todo... – dijo Parvati, sumbando en la cama su mochila. Lavender se estaba partiendo en dos de las risas.
- Ja ja ja ja, ¿Josh enamorado de mí? Ja ja ja ja – también Parvati se puso a reír junto a Lavender, hasta que sus carcajadas fueron interrumpidas por el chirrido del arrastro de una silla. Hermione se había parado de su silla, y tenía una expresión seria en el rostro. Las chicas dejaron de reír.
- Ejem... disculpa si te fastidiamos con tu estudio, Hermione – dijo Lavender, que no tenía nada en contrario con las historias de Hermione y se llevaba muy bien. Hermione le sonrió sinceramente.
- Oh Lavender, tranquila, no estaba estudiando – dijo acercándose – pero, ¿me darías un segundito con Parvati? Es que quiero hablarle en privado – Lavender asintió a la cara suplicante de Hermione, y con una sonrisa salió del cuarto. Ahí Parvati suspiró con cansancio.
- Aysh, Hermione, no tenías que montar tal escena – dijo, mientras jugaba con un peluche en su cama. Hermione se le puso enfrente y la miró con superioridad.
- ¿Te refieres a la de ahorita o a la de esta mañana? – dijo tranquilamente. Parvati pareció ponerse nerviosa, dado que extrangulaba el pobre conejo de peluche.
- Ambas – respondió sin rodeos. Hermione sonrió hipócritamente y se sentó al lado suyo.
- Querida Parvy, ¿cuál era la necesidad de decir en público que escribo historias? Además, ¿inventar que son "cuentos de hadas"? – Parvati pareció enrojecerse un poco, primero por la innecesaria sonrisa de Hermione, segundo por el diminutivo más ridículo que le habían dado en toda su vida. Parvati se paró de la cama y le dio la espalda.
- Querida Herms, sinceramente lo hice porque me tienes hasta la coronilla de tus estúpidas historias, y tu retrato de superioridad entre la gente – suspiró; – también el hecho de hacerte poner en ridículo delante de Draco Malfoy, lo hice porque así dejabas de perder tu tiempo en esos cuentos y te dedicabas a algo útil – Hermione se paró de golpe de la cama, y volvió a Parvati agarrándola por el hombro. Sus ojos demostraban asombro.
- Pero Parvati, ¡¿con qué descaro me dices eso?! ¡¿Te das cuenta?! ¡Estás gritando a los cuatro vientos que estás celosa de mí! – Parvati tenía una expresión en la cara impasible. Miraba a Hermione con frialdad.
- ¡Siempre eres la mejor en esto, la mejor en lo otro, que querías que hiciera! – explotó, liberándose de la mano de Hermione – ¡¡Estoy harta de tu modo de ser, siempre sonriendo a todo el mundo a pesar de la situación!! ¡Por eso es que le gustas a muchos, cuando yo no le gusto a nadie! – lágrimas salieron de sus ojos, y con rapidez incomparable abrió la puerta y salió de la habitación, entre sollozos. Segundos más tarde, Lavender entró en la habitación.
- Yo no... – Hermione quería explicar lo que había pasado, pero Lavender negó con la cabeza.
- Tranquila, lo oí todo – suspiró – y le doy la razón por sentirse así – Hermione esanchó los ojos. – La broma de los cuentos es sólo una excusa para sus celos – explicó – el problema es que ella está enamorada de una persona que te quiere mucho. Aparte de que tienes unos cuantos chicos por detrás...
- ¿Qué? Eso es imposible, nunca me he dado cuenta...
- Hermione, tú eres una persona muy observadora. Prestas atención en clase, y no sólo, sino también en la vida de las demás personas. Sólo que a veces no logras entender a la gente que tienes a tu alrededor... ni qué tienen que ver ellas contigo. A veces no entiendes ni siquiera el por qué te rodean – Hermione escuchaba atentamente lo que le decía su compañera. Sí, ella siempre estaba pendiente de los problemas de los demás, de sus vidas, pero habían veces que se olvidaba de la suya.
- ¿Y... y quiénes serían éstos muchachos a los que... a los que les gusto? – preguntó con nerviosismo. Lavender suspiró.
- De uno no estamos del todo seguras. De otro sospechamos que esté enamorado de ti de hace tiempo... pues nos dio un indicio y tú eres la que más se le parece – Hermione pareció confundirse.
- Nos dio ese indicio porque un día Parvati le confesó estar enamorado de él, y él la rechazó, diciendo que le gustaba otra. Parvati le preguntó quien era, él le dio un indicio y... descubrimos que eras tú – la sabelotodo Granger se dejó caer en la cama de Parvati. ¿Quién estaba enamorado de ella? ¿Cómo podía gustarle de hacía tanto tiempo?
Nota de la autora:
Hi there a todas!!!!!!! Cómo 'os' va????? Jejeje. Bien bien, espero q este cap les haya gustado. Estará Herms enamorandose de Harry? Parvati le regresará la palabra algún día? Descubrirá quien es el perteneciente de las iniciales Y.O.?!?? Quién es el chico que ta enamorao d ella?! NO SE PIERDAN EL PROX. CAP Y SIGAN DEJANDO REVIEWS PA DESCUBRIR CIERTAS COSAS, EN SU FIC FAVORITO, "La Escritora"!!
*+*¡!¡!¡FELIZ AÑO NUEVO!¡!¡!*+*
3-01-2003