La Escritora
Continuación – II Parte
Capítulo 9: Como los personajes
Hermione bufó. Todo lo que el Slytherin le había acabado de decir la había dejado demasiado desconcertada. No podía creerlo, simplemente. Por dos meses y medio había convivido con la curiosidad de saber quién era Y.O., había convivido con esas críticas en las notas, y había convivido con la curiosidad de saber a quién le pertenecían esos deliciosos labios. Y ya lo había descubierto todo, en dos palabras: Draco Malfoy. ¿Cómo no lo había pensado antes? Debería haberlo reconocido de una sola vez, ya que a fin de cuentas todo cuadraba: Y.O. desde un inicio había estado en el registro de alumnos, pero ella nunca había pensado en cambiar las iniciales por las últimas dos letras; el carácter fastidioso y odioso de el chico en las notas, ¿cómo no se había dado cuenta? Era un carácter digno de un Malfoy. Pero la culpa no había sido suya: había estado muy ocupada pensando en los estudios y en el amor, así que ponerse a investigar hubiera sido sólo una pérdida de tiempo.
Hermione miró su reloj. Faltaban diez minutos a la hora preestablecida del encuentro con Harry. El buen humor le regresó: todo entre ellos dos se aclararía finalmente.
Bajó las escaleras lo más rápido que pudo, dirigiéndose a la puerta del castillo: su mente estaba concentrada en Harry, Harry y sólo Harry. Pasó rápidamente por el vestíbulo, empezando a sudar, y con la fuerza que le quedaba abrió las enormes puertas del castillo. Corrió hasta llegar a los jardines, donde se detuvo para jadear tranquilamente, y calmar su respiración. Dos minutos más tarde llegó Harry, para la alegría de Hermione.
- Hola... Harry – Hermione continuaba a jadear.
- Mujer, parece que te hubieses echado una matada para llegar aquí – dijo Harry, viendo como Hermione estaba sentada y apoyada a una pared de plantas. Le brindó la mano, a la cual Hermione se agarró y se paró.
- Gracioso... ¿y a dónde vamos? – preguntó, ahora entusiasmada. Harry no le soltó la mano, y se la llevó hasta las orillas del lago. Después de tanta caminata, se relajaron sentándose frente al lago, y viendo como el sol invernal ya se estaba por esconder de nuevo.
- ¿Cómo es que no me hablas desde aquella noche? – preguntó Harry con una sonrisa, mirando a Hermione.
- Mira quién habla – dijo Hermione, mirando a Harry a los ojos con una ceja arqueada, y sonriendo.
- Realmente no entiendo si en verdad nos queremos o qué – dijo Harry, ahora viendo el lago.
- Bueno yo... yo pienso que sí – murmuró Hermione – al menos yo... al menos yo te amo – alzaron la mirada contemporaneamente, y se vieron al mismo tiempo. Harry al momento parecía serio, pero luego esbozó una linda sonrisa.
- Me alegra que yo sienta lo mismo por ti – dijo posándole una mano en la mejilla derecha de Hermione, y acercando su rostro al de ella. De un momento a otro se besaron, compartiendo lo que la última vez habían compartido.
***
Después de aquel beso, Hermione no se pudo resistir de contarle a Harry lo que minutos atrás le había sucedido, es decir, el encuentro con Malfoy. Harry había quedado cada vez más y más impresionado, y se había hasta enojado, aunque claro Hermione siempre había omitido la parte del beso. El chico había dicho que se "vengaría", pero Hermione no tenía idea de cómo y cuándo lo haría. Pero bueno, aquella situación de Y.O. ya se había resuelto, ya no tenía por qué preocuparse de su historia en manos de un ser misterioso, ni de tener algo que ver con Y.O.
Ahora se encontraba en su habitación, tranquilamente revisando sus capítulos, ya que Parvati y Lavender aún seguían afuera. Se sorprendió al darse cuenta de una cosa: Malfoy nunca había roto ni manchado un sola página de su historia.
- Tal vez en el fondo fondo sea una buena persona – murmuró Hermione, mientras terminaba de contar las páginas de su capítulo catorce – claro, un fondo sin fin – comentó después.
- Creo que podría seguir escribiendo en el capítulo quince. No veo la hora de terminarlo – sacó las hojas de su mochila, mojó la pluma en el tintero, pero antes de escribir leyó donde se había quedado la última vez.
"...Otros días más, y estás lejos de esta escuela del demonio por todo el verano." Decía la última frase. Hermione posó la pluma, antes de que pudiera mancharse la hoja. No sabía qué escribir. Se puso a pensar, hasta que la idea le vino.
"Hillary cerró su puerta con el pie, y luego se recostó en su cama. Cada vez que veía a Lorraine terminaba de mal humor. ¿Por qué esa chica le tenía que hacer la vida tan imposible? Si ella nunca le había hecho nada, ni se había metido con ella... ¿que acaso el que viniera de una escuela no-mágica contaba tanto? Los alumnos de Hoobdargs eran todos hijos de gente no-mágica, así que Lorraine no era la excepción; pero de todos modos ella la trataba como si fuera un fenómeno.
La chica suspiró. Estaba harta de hacerse tantos problemas. Pero para mala suerte suya, otro problema le vino a la mente: el dilema entre Henry y David.
David, desde que lo había visto había sentido una fuerte atracción hacia él, y no se lo había sacado de la mente. Cada vez que lo veía se sentía feliz, y se sentía en las nubes cuando él hablaba, o más, cuando le dirigía la palabra. Pero desde esas últimas semanas había empezado a sentir algo extraño por Henry: de repente lo había visto de otra manera, y se le había metido en la mente también. ¿Qué podía hacer? Estaba muy confundida. Henry era gentil, lindo, dulce; David era frío, distante, pero muy atractivo. Los dos tipos de personas eran muy atrayentes. ¡No sabía que hacer!
Suspiró y bufó al mismo tiempo. Era mejor que dejara de pensar en esos dos, porque jamás tendría oportunidad con ninguno de ellos... ninguno de los dos se fijaría en ella jamás. Además de que Hillary no estaba segura si continuaría estudiando en Hoobdargs... porque parecía que otra vez la cambiarían de escuela. Maldición. Cuatro escuelas (tres de esas no-mágicas) de seguido había cambiado en cuatro años consecutivos. Tendría que hablar con sus padres en cuanto antes... ella no era un simple juguete como para jugar con ella y luego deshacerse de él.
Se volvió a parar de la cama. Tanto pensar en esos problemas la había mareado. Intentó tomar un libro, y ponerse a estudiar, a dos semanas antes del final del año... pero para qué. Qué más daba. Una buena nota jamás remediaría el promedio de quién sabía cuántas otras malas. Tal vez era por eso que la cambiaban tanto de escuela... hasta ella mísma se sorprendía de no saber exactamente el por qué de tantos cambios.
Volvió a salir de su habitación, sin temer de encontrarse con Lorraine. Ya estaba harta de ella: otra molestia más y explotaba, y AY de quien la veía en acción: nadie conocía su verdadero yo, es decir, el enojado.
Pasó por el Salón Popular, saludando unas chicas mayores que ella, y luego bajó las escaleras para abrir la puerta de salida del Dormitorio Femenino y dirigirse a la Sala Grande. Posiblemente ahí se encontraba Kelly, sólo ella lograba entenderla, aparte Clarissa.
Al abrir las puertas, de hecho ahí se encontraban Kelly y un par de chicas más. Se sentó junto a ellas, tomando un bocadillo que se encontraba en una mesa ahí en el medio.
- Hola Hilly – dijo Kelly – ¿qué te trae por aquí?
- Oh nada, sólo que después de toparme con Lorraine, sabes, quería ver si ustedes me ayudaban a mejorar mi humor – dijo Hillary de un tiro.
- No tienes que hacerle caso a lo que diga esa – dijo Titty, pasando las hojas de un cuaderno – no le des el gusto.
- Sí, lo sé – murmuró Hillary – pero es inevitable. Sabes como soy yo, le hago mucho caso a lo que los demás dicen.
- Si piensas en eso, te convencerás de que así es. Bueno – dijo Jane – yo ya terminé mi tarea de Matemáticas. Kelly, ¿ya hiciste Historia del Arte?
- Sí, la tarea está en mi habitación. Te doy las llaves y la buscas, ¿vale?
- ¡Yo voy contigo! – dijo Titty, cerrando su cuaderno – Tampoco la he hecho – se paró de la silla y junto a Jane se dirigió hacia las puertas de la Sala Grande para ir al Dormitorio Femenino.
- Bien, Hillary – dijo Kelly, volviéndose hacia Hillary en el sofá – ahora estamos solas y me puedes decir qué es lo que en verdad te tormenta.
- Cómo se ve que me conoces, ¿eh? – dijo Hillary. Luego suspiró – Son esos dos, Kel. Me tienen loca. Ya no sé qué hacer, están clavados en mi mente, y ninguno de los dos se quiere ir.
- ¿Henry y David? – adivinó Kelly. Hillary asintió, con aire desesperado. Kelly negó con la cabeza pícaramente, riendo un poco.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- Je, es que me da risa tu confusión. Deberías dejar de hacerte tantos problemas, dentro de dos semanas se termina la escuela, y no volverás a verlos hasta después de tres meses. ¿Te vas a hacer tanto rollo por esos dos chicos? Mejor concéntrate en el tipo de vacaciones que te harás dentro de unos días... – Hillary fijaba la mesita ya vacía de bocadillos, con aire sombrío.
- Kelly, es que no te he dicho una cosa. Hay algo más que me tormenta – Kelly se extrañó.
- ¿Qué?
- Si mis padres ven mis notas, es posible que no vuelva a Hoobdargs el año que viene."
Hermione estaba satisfecha. Bueno, había escrito poco, sí, pero habían veces que ciertas frases bloqueaban las ganas de seguir: por ejemplo, esa última frase de Hillary daba como por terminado ese capítulo. Pero no; ella no debía dejar su penúltimo capítulo a tal punto, y debía hacerlo tan o más largo que los otros. De todos modos una sonrisa se dibujó en su rostro; cada día le venían más ganas de escribir, y el tener ya toda su historia enterita y bien guardada en un cajón de su escritorio, la hacía sentir mejor.
Se recostó en su cama, a pensar. A veces hasta le daba ataques de risa, pensando en quiénes se inspiraban los personajes de la historia: desde un inicio Henry reflejaba la figura de Harry, claro que un poco modificada (ojos azules, pelo marrón oscuro, y cero cicatriz a forma de rayo). Lorraine correspondía absolutamente y sin duda alguna a Pansy Parkinson, pero con anatomía diferente; Kelly se reflejaba en Ginny, aunque no del todo; pero lo que ella no lograba entender, y lo que le sorprendía, era a quiénes correspondían Hillary y David.
Hillary era del todo diferente a ella; no estudiaba, era perezosa, y algo indispuesta. Era muy coqueta, y no hacía más que pensar en chicos y hacerse cada vez más bonita. A veces Hermione hasta se asustaba con este personaje... porque tal vez reflejaba su verdadero yo, y ella no quería admitirlo.
Después estaba David. ¿En quién se reflejaba ese? No podía creer que aún no había pensado en alguien a quien representaba. Cabello rubio, ojos azules con reflejo grisáceo, alto, algo pálido... un tanto atrayente, muy asocial, y poco comunicativo; a veces arrogante y tal vez ofensivo.
- Umh... – murmuró Hermione, fijando el techo de su cama a dosel. Cerró los ojos un momento. Una sonrisa maliciosa en un rostro pálido le vino a la mente. Subió los párpados de una manera que tal vez ni se podrían volver a bajar, por la rapidez, y se sentó de nuevo en la cama, de un tiro.
- ¡Malfoy! – exclamó. No podía creerlo, después de medio año escribiendo esa historia, sólo ahora se daba cuenta de en quién se reflejaba más David... era absurdo.
- Ay, Hermione – se dijo a sí mísma – ¿cómo es posible que él se refleje en David?
***
Para despejar pensamientos ridículos sobre su nueva deducción sobre David y Hillary, Hermione se dirigió al Gran Comedor para finalmente tomar su cena. En el camino se encontró con Harry, que no esperó un minuto para abrazarla y decirle cuánto la quería. Hermione se sentía feliz, finalmente estaba de novia con Harry, y nada ni nadie podría provocar su separación...
- ¿Ya le has dicho a Ron? – preguntó Hermione a el niño que vivió, mientras bajaban las escaleras al Gran Comedor. Harry la tomaba de la cintura.
- ¿Sobre qué? – preguntó Harry curioso.
- De lo nuestro.
- No he tenido oportunidad de verlo hoy día... Desde que se empató con Giselle... ya no existe nadie más que ella – murmuró Harry.
- Bueno, sólo espero que no se enoje ahora que estamos juntos – dijo Hermione. Harry la miró divertido, ante su expresión incógnita. Al entrar en el Gran Comedor se separaron, porque aún no querían que todo el mundo supiese lo de ellos.
De todos modos caminaron juntos hasta sentarse en la parte derecha de la mesa, que quedaba viendo todas las demás. Al sentarse, los platos aparecieron de repente, y Hermione empezó a servirse de todo un poco, echando una última mirada a la anatomía de su novio. Cuando tomó de su copa, al alzar la mirada, por alguna razón la posó en la última mesa, la de Slytherin. Su mirada fue desde Millicent Bulstrode, hablando con otra chica no muy diferente a ella físicamente, hasta Pansy, que estaba comiendo sin mucho apetito. Continuó recorriendo la mesa hasta llegar a una cabellera rubia... Draco Malfoy. Inevitablemente su mirada se detuvo en ese rostro con expresión de fastidio y aborrecimiento. Las mejillas de Hermione tomaron un color rosa muy claro, imposible de notar, y un sentimiento de rabia la invadió. La Gryffindor frunció un poco el ceño, con extrañeza. ¿Por qué se acababa de ruborizar... por rabia?
- ¿Hermione? – le preguntó Neville a su izquierda – ¿Me puedes pasar la salsa tart...?
- Oh sí, claro que sí Neville, disculpa – dijo Hermione muy rápido, pasándole el pequeño recipiente a Neville Longbottom. El chico la miró extrañado.
Hermione regresó a sus alimentos, dispuesta a no volver a posar su mirada en la mesa de Slytherin.
N/A: ¡Muy bien! A petición de casi todoas, aquí les tengo la continuación. Este capítulo aún no hace ver lo que advertí la última vez – misterio, intriga, menos romance –, pero les aseguro que en el próximo capítulo aumentará. ¿Y bien? ¿Qué les pareció? Por favor dejen sus reviews para saber su opinión, que es muy esencial para mí.
Agradezco a todoas por sus reviews: Agatha-NP, Diel, Lilian Malfoy, Angelina Johnson, Hermione_de_Potter, vicu_malfoy, vegalone86, cindypotter, Lis-Jade-Black, Vane C, lora chang, Arwen-Magic16, Luadica, Lalwen de Black, Sirius Black, Hermione-Iris, Hikaru Ceres, El Vigilante, Minue, keender, y en fin a mi camarada Miaka!!! Por dejarme el review más largo que he recibido nunca: jeje tienes razón, Sana-chan no es como Hermione, son totalmente diferentes (KaroL ve ahora a Hermione dandole la mano a Sana-chan, y haciendo aparecer un martillo mágico, quedando así O_O), pero no me digas que Hayachan-lobito-pooh no es idéntico a Draquiu, sí? ¡Son la misma cosa! Sí? Puede que Draquiu no haya querido que Hermione lo matase con un cuchillo =P pero vale sí que se parecen, porque son unos ratas del demonio (jiji y a la vez amados! *o*). Espero que te me leas "Recordándote en las estrellas", vamos que "Fugitivo" te encantó, admítelo!!! ^^ Jiji bueno un besote loka (Miaka: ¡No soy loka! ¿Sí?), espero recibir tu review pronto y largo cuanto o más del otro ^^ jaja mentira! Nos vemos.
¡¡¡¡¡¡REVIEWS!!!!!!
*sON graTIs Y hacEN senTIr Bien a lA EScriToRA*
