Capítulo 14: Hipótesis


Todo alrededor de Hermione se volvió oscuro. La chica de repente, sin ser avisada, se encontró en un lugar completamente sumergido en lo más tenebroso de la oscuridad. Echó una rápida mirada a su propio cuerpo. También él se había vuelto oscuro, es decir, ni siquiera ella podía verlo.

La chica no sabía qué hacer. Primero había aparecido de la nada en su propia historia, y ahora, así como si nada, se encontraba en medio de las tinieblas. Hermione estaba empezando a preocuparse, y con toda la razón. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cómo era que se encontraba ahí? ¿Había muerto? ¿Seguía viva?

Todas estas preguntas abundaban su cabeza como animales salvajes delante de una preda muerta. Eran incesables. Hermione no sabía qué hacer, ni siquiera podía verse. ¿Pero qué pasaba? Otra pregunta más sin responder.

De repente, miles y miles de informaciones atravesaron su cerebro a una velocidad sorprendente, como un atleta en una carrera tratando de llegar lo antes posible a su meta. Las informaciones corrieron y corrieron, silenciosas como el viento. Llegaron, sin que Hermione se diera cuenta, a la mente, y procesándose a sí mísmas sin esperar un segundo más, corrieron hasta tropezar con la conciencia, que inesperadamente los recibió. Y así empezó todo.

Se miró alrededor por varios segundos, girando la cabeza de lado a lado. Nada. Ella se encontraba exactamente en la nada, pero una nada negra y sombría. Oscura. Completamente espeluznante.

Suspiró. ¿Qué demonios podía hacer? Era la segunda vez que se encontraba en un lugar desconocido. Primero en su propia historia y... una duda inmensa le venía en la mente con tan sólo pensar en eso. Pues ahora se recordaba todo. Absolutamente todo. Desde que su habitación se había vuelto la de Hillary, hasta que finalmente... había perdido el conocimiento.

Empezó a caminar, sin rumbo alguno, y continuando a pensar. No entendía cómo había llegado ahí. Ni siquiera tenía sospechas. Nada. Sólo sabía que ya síntomas sobre la historia había empezado a sentir en esa última temporada. Cosas demasiado obvias. Y sentía escalofríos cada vez que pensaba que podían ser cien por ciento ciertas.

Primero que todo, su despiste en clase. Ella solía ser muy concentrada, fuese cual fuese la clase, y nunca dejaba de tomar apuntes. Desde inicios de Diciembre, después de que Malfoy le había robado la historia, había empezado a distraerse. Por un momento había creído que se debía a la preocupación y la intriga de saber quién se había robado su historia; y también a la confusión de saber si se había estado enamorando de Harry.

Pero ahora refleccionaba. Las veces que había estado distraída en clase no pensaba completamente a Harry o en "Y.O.". Sino que también en la parte de la historia que en esos momentos se había encontrado en manos de un extraño; y en la otra parte de la historia que se había hallado en el último cajón de su antiguo escritorio.

Y ahora que lo analizaba, que se ponía a pensar en eso, una cierta hipótesis un tanto peculiar le venía a la mente: ¿Por qué había pensado más que todo en la historia? Sí, su historia era algo muy personal, eran frases y capítulos escritos por ella, pero... pero no. Algo más se escondía detrás de todo aquello. Y Hermione no lo descubría.

No sabía en qué creer o en qué pensar. Era todo un mundo de hipótesis confusas, sin base alguna de verdad. Pero era la única respuesta que se podía dar a sí mísma. La única que justificaba todo lo que a continuación estaba a punto de reasumir.

Su timidez hacia Harry había empezado a disminuir increíblemente aún después de darse cuenta de que le gustaba. Era algo extraño. También se había vuelto algo rebelde, con los profesores. Cosa nunca antes vista. O por ejemplo cuando había perdido la paciencia cuando Parvati le había criticado su labor de escritora. O mucho más, cuando se había puesto a llorar y gritar delante de todos los Slytherins, y había insultado abiertamente a Pansy. ¿Desde cuándo, en toda su vida, se había demostrado tan salvaje y poco paciente? Nunca. Esa había sido la primera vez. Pero una primera vez demasiado insólita. Era simplemente imposible.

Después: cuando Malfoy le había regresado la historia. No se había sentido tan fastidiada. Simplemente le había parecido un acto infantil por parte del chico dragón, el motivo por el cual le había robado la historia. Sólo eso. Ah, y se había sentido avergonzada de pensar que los labios del Slytherin eran deliciosos. Sólo avergonzada y algo enojada consigo mísma. Pero no se había sentido tan mal de que un Slytherin, en especial Draco Malfoy, le hubiese leído la historia. Por un momento, si ahora lo pensaba bien, hasta se le había hinchado el orgullo de escritora.

Hermione buscó su varita y finalmente la encontró. Murmuró el hechizo de iluminación, e iluminó su camino. Aunque no le sirvió de mucho. Sólo lograba aclarar la oscuridad. Así que continuó sumergida en sus pensamientos.

Y aquí el misterio aumentaba. La misma noche del día en que Malfoy le había entregado los últimos capítulos de la historia que había poseído, había sentido de repente una sensación de claustrofobia, en el Gran Comedor. Simplemente había tenido la sensación de que el techo había empezado a restringirse, mientras que el aire le había comenzado a faltar un poco. Y aunque esa sensación hubiese durado sólo unos pocos minutos (muy pocos minutos), ella, por una pequeña fracción de segundo, se había sentido cambiada.

Luego, al regresar a la habitación, se había sentido súper cansada, aunque en verdad ese día no hubiese hecho prácticamente nada. Sí, podía ser sólo simple cansancio por las presiones de aquella semana, pero en este momento Hermione pensaba que en verdad no había sido así. Que había algo más.

Entonces se había obligado a sí mísma a escribir en el capítulo quince de su propia historia, capítulo que sería el penúltimo. Pero no lo había conseguido, y sin más que decir, se había ido a dormir, pero con una sensación de preocupación en el pecho.

El día siguiente había sido peor. Mientras se había dirigido a la clase de Pociones, había visto el techo de un pasillo restringirse. Simplemente increíble, y apresurándose para llegar a la clase había querido apartar ese pensamiento absurdo, cuando en verdad, su subconsciente, había estado completamente preocupado por lo que había visto.

Y en clases de Pociones... la había sentido de nuevo, aquella sensación de claustrofobia. Y mucho más intensa. Había durado casi lo mismo que la primera vez, pero había sido peor. Hasta había empezado a sentir tumb, tumb, tumb en su cabeza, más las sienes que le habían retumbado insoportablemente. Y después... había visto los ojos de Harry cambiar de verde esmeralda a color azul cielo. Era simplemente extraño, misterioso, confuso. Y Hermione se sentía terrible al pensar en una hipótesis que la verdad podía ser la única solución a ese enigma: enigma que se complicaría más adelante.

Luego había olvidado que en Transformaciones no se debía de utilizar el hechizo de petrificación. Era increíble: ¿Hermione Granger olvidando una regla tan importante? Ver para creer. Por un momento había pensado que se había tratado de un simple error, ya que ella de todos modos, aún siendo tan lista, era un ser humano; pero no. Su subconsciente sabía muy bien que no se había debido a eso. Había algo más detrás de todo aquello. Algo misterioso y a la vez complicado.

Y todo se había complicado aún más. En el encuentro de ella y Harry con Malfoy, a éste lo había llamado "David". ¿Pero por qué? David. Lo había nombrado de aquella manera. ¿Pero por qué lo había llamado así? Otra pregunta más sin respuesta.

Sin darse cuenta para nada, Hermione había hecho un cambio radical en su método de estudio: o mejor dicho, la pereza le había invadido y del estudio aquel día no había querido saber prácticamente nada. No había hecho casi todas las tareas, y las que había hecho le habían salido en parte mal. Su modo de redactar y describir había cambiado repentinamente. Hasta su manera de pensar sobre el modo de empeñarse había permutado.

Después de ello, se había dirigido hacia su recamara, y al verla, se había llevado una sorpresa tremenda: su cuarto se había vuelto completamente la habitación de Hillary. Un completo misterio, además de que sus compañeras de cuarto habían creído que se había vuelto loca. Y después, lo que más le había inculcado miedo, había sido cuando había visto aquella pluma escribir por sí sola. Se había sentido terriblemente mal. Había tratado de justificar su visión através de un hechizo causado por Malfoy, porque le había parecido lo más lógico. Pero no, en verdad no había sido así. Cuando Malfoy lo había negado, la chica había notado una expresión de suma sinceridad, y también de sorpresa por el relato de Hermione. Y ella lo había visto cambiar de cuerpo en un momento. Se había vuelto David, mientras que el campo de Quidditch se había convertido en el parque de Hoobdargs. Después había visto a Harry con la pinta de Henry. Y para más, los dos muchachos la habían llamado por el nombre de Hillary. Ella, aterrada y confundida por lo que había sucedido, se había alejado de ahí, para después finalmente desmayarse con tan sólo ver que el sello de Hogwarts (de la entrada) se había vuelto el de Hoobdargs... y de ahí se había internado misteriosamente en su propia historia.

Hermione llevaba una expresión en el rostro de poca comprensión y completa confusión. No entendía nada, no sabía cómo demonios todo aquello había sucedido. Tenía sólo una hipótesis. Una sola. Completamente imposible, ¡no podía ser verdad! Hermione no se lograba convencer. Pero esa hipótesis era la única que le venía en mente.

Pues la dichosa hipótesis consistía en que la historia se había relacionado con su vida. Había empezado a formar parte de la suya, se había internado en ella. Es decir, que todos esos cambios en su vida se habían debido a que la historia se había estado entrometiendo e involucrando en su propia vida, cambiándole el sentido completamente.

¿En qué sentido? Pues, muy simple: Hermione había empezado a perder gran parte de su timidez, y Hillary no era para nada tímida; así que Hermione había sido influenciada en parte por el carácter de su propio personaje. Luego, había empezado a distraerse en clase, a no hacerle caso a las explicaciones de los profesores, como Hillary hacía en su historia. Se había sentido tan enorgullecida porque Malfoy había leído su historia, característica de Hillary, es decir, ser muy orgullosa. Luego había empezado a sufrir claustrofobia varias veces, al igual que Hillary, que le tenía una gran fobia a los lugares encerrados y estrechos. Había visto los ojos de Harry color azul cielo como los de Henry. Una pereza inmensa le había invadido y ya no le habían venido ganas de hacer nada, mucho menos de estudiar, al igual que Hillary. Había describido los labios de Malfoy "deliciosos" como Hillary hubiera hecho si alguna vez hubiese besado a David. Y después, su escuela se había estado convirtiendo en la de Hoobdargs.

Hermione continuó a caminar, aún sin saber a dónde se dirigía, iluminando su camino con la luz de la varita. Esa era la conclusión a la cual había llegado. Era la única que lograba justificar todo lo que había pasado. Pero el problema es que no sabía porqué todo aquello había sucedido. Era un misterio que aún tenía que resolver. Además de la pluma que había escrito por sí sola el final de su historia. ¿Quién le había hecho escribir? Otro misterio al cual no le encontraba solución.

De repente se detuvo y empezó a mover la varita por todos lados, tratando de iluminar el lugar. Había tenido la sensación de que alguien la había estado siguiendo. Observó la oscuridad que la rodeaba, pero no identificó algún ser vivo a su alrededor. Aunque, segundos después, alguien enfrente de ella apareció, a unos cuantos metros de distancia.

Era Kelly.

- Hermione – la nombrada notó que la voz de la chica se oía muy lejana, a pesar de la corta distancia que había entre ellas. – ¡Hermione! – exclamó de nuevo Kelly. La Gryffindor no sabía qué hacer. Estaba completamente boquiabierta. Frente a ella se encontraba uno de los personajes creados por su imaginación e inmortalizados en papeles de una simple historia fantasiosa, como si fuesen de carne y hueso. No sabía qué hacer.

- Pero cómo es posible q...

- Ven, Hermione, ven hacia mí – dijo la chica animadamente, indicándole con la mano de seguirla, mientras se alejaba aún más. – Te llevaré a un lugar donde tu vida puede mejorarse al cien por ciento – la voz se oía cada vez más lejana. Hermione no entendía y estaba algo asustada y confundida.

- ¿A dónde? – fue lo único que pudo pronunciar. Quería seguir a la chica de cabellos oscuros, y llegar donde ella. Pero algo se lo impedía. Algo la mantenía inmóvil en su lugar. Mientras, Kelly sonrió levemente.

- Tú no te procupes por ello – las palabras llegaban lentamente a Hermione. – No tienes que preocuparte por nada de hoy en adelante. Sólo sígueme. Será la única forma de salir de esta oscuridad – mientras la chica hablaba, Hermione pudo ver como se abría una especie de portal detrás de Kelly. Ésta se volvió y lo indicó. – ¿Ves? Pasando por este portal, saldremos finalmente de aquí. Ven, tan sólo sígueme. Yo te enseñaré el camino – Hermione se esforzaba por captar cada una de las palabras de la chica. No sabía qué hacer. Por una parte quería ir con ella, hacia dónde decía la muchacha... pero sin saber porqué tenía el presentimiento de que no sería la mejor solución a su problema.

- Lo siento, pero yo... yo no puedo. No puedo ir a un lugar que desconozco y...

- Oh no, pero si tú lo conoces muy bien – de repente el tono de voz de la chica aumentó y Hermione pudo oírla claramente – tú mísma lo has creado. No irás a ningún lugar desconocido. Iremos directamente a tu historia.

Hermione abrió los ojos de par en par, y de repente Kelly y el portal le parecieron mucho más cercanos. Entonces, con tan sólo atravesar ese portal, ¿se internaría de nuevo en su historia? Hermione no sabía qué hacer. No sabía se ir donde Kelly y atravesar el portal, o quedarse ahí a esperar eternamente... a que se le presentara otra ocasión como aquella.

Pero no... no podía irse con ella. Simplemente no podía. Porque ella llevaba ya una vida, como para construir otra en otra realidad. En la fantasía. No debía irse. Debía regresar a su propio mundo.

Pero... ¿en verdad quería volver ella a su mundo? ¿A la realidad? Donde tenía que ser falsa delante de los profesores... Donde tenía que soportar la envidia y el odio que cierta gente le tenía... Donde tenía que ser siempre disponible y amable con los demás... Donde, en el mundo muggle, se encontraban sus padres, que eran aún más falsos que ella, porque tenían que fingir quererse cuando en verdad ya no era así... Donde a nadie le importaba donde fuese a parar.

- ¿Y bien? – preguntó Kelly – ¿Vienes o no, Hermione? – Hermione no sabía qué hacer. ¿Fantasía o realidad? Esa era la pregunta. ¿Qué debía elegir? Ni idea. Pero la idea de ir en un mundo sin preocupaciones y problemas, además de creado por ella misma, era muy tentadora...

- Yo... – murmuró Hermione, dando un paso inseguro hacia adelante y viendo el suelo oscuro – yo creo que...

- ¡HERMIONE! – se oyó de repente detrás de ella. Kelly y la Gryffindor volvieron sus miradas hacia donde provenía la voz. A Hermione se le hacía ya muy conocida. De hecho, no muy lejos de ella, se vio la silueta de Ginny.

- ¡Ginny! – exclamó Hermione de repente volviéndose completamente. La chica la miraba con aire de súplica y también estupefacto. ¿Cómo había llegado ahí?

- No vayas con ella, Hermione – suplicó Ginny – no te alejes de nosotros, por favor – Hermione bajó la cabeza, y miró por el rabillo del ojo el portal que cada vez se hacía más pequeño. Kelly la miraba inquisidoramente, esperando una respuesta.

- ¿Qué piensas hacer, Hermione? – suplicó también la chica imaginaria – ¿A dónde piensas ir? ¿No vas a venir conmigo? ¿No quieres vivir en tu propio mundo? – Hermione pudo notar un dejo de lástima en su voz. Después miró a Ginny a los ojos.

- ¿Nos dejarás? ¿Te irás con ella? – preguntó la pelirroja. Hermione guardó silencio. – ¿Te alejarás de los chistes y comentarios inoportunos de Ron, de las risas animadas de tus compañeros, de los fines de semana en Hogsmeade, del ambiente de Hogwarts, de tu mascota, de tus seres queridos? ¿De todos y todo...? – Hermione no había pensado en eso. Sí, era cierto, dejaría todo... ¿se iría nada más para crearse una vida mejor? ¿Pero qué problemas tenía ella como para quejarse?

- Lo que hará ella – dijo de repente una tercera voz – es alejarse de todos sus problemas y crearse una nueva vida en el mundo que ella mísma se ha construido – todas miraron hacia el portal, de donde había salido un chico muy guapo de cabellos color rubio claro, piel muy clara y ojos plateados. David.

- ¡Pero se ha de suponer que uno no debe evadir a los problemas! – exclamó Ginny defendiendo sus ideas. – ¡Además, Hermione no tiene porqué evadir a ellos! ¡Ella es fuerte! – David le dirigió una mirada muy parecida a la de Draco Malfoy cuando quería decir que "sólo él tenía la razón".

- ¿Qué puedes saber tú si ella es fuerte o no? ¿La conoces suficientemente como para decir eso? No lo creo, y aunque la conocieras como si fuera tu gemela, jamás podrías ponerte en su lugar – miró a Hermione seriamente. – Además, evadir los problemas no es ningún pecado. Es tan sólo una via de escape más fácil y rápida para vivir tranquilamente – Hermione miraba a David calculadoramente, como si tratara de mirar através de él. En parte, ese chico tenía razón.

- No es tomar una via de escape más rápida y más fácil – murmuró Ginny enojada – es simplemente demostrar cobardía y temor de enfrentar los problemas; porque de todos modos ellos vuelven a ti, es imposible evadirlos, y no hay manera de que uno se pueda deshacer de sus propios problemas si ni siquiera los enfrenta – David frunció el ceño mientras fulminaba con la mirada a Ginny. Hermione fijaba el portal que cada vez se hacía más y más estrecho.

- Vaya, qué evento histórico es este: ¡Un Weasley utilizando el cerebro! – se oyó una voz fría y arrastrada cerca de Hermione. Imposible no reconocerla.

- ¡Malfoy! – exclamó Hermione al notar aquella típica sonrisa maliciosa y burlona más el guiño en un rostro pálido.

- El mismo que viste y calza – dijo, echando una mirada rápida a Kelly y David. – La verdad tengo que decir que esta vez la Weasley tiene toda la razón. Uno no puede evadir a los problemas porque ellos de todos modos te perseguirán hasta que no te les enfrentes. Así que, Granger, ¿vas a seguir los consejos de gente imaginaria como esta? ¿Te fiarás de ellos? – Hermione no osó mirarlo a los ojos. Se sentía demasiado acorralada, ya que esaba justo en el centro de todos – Vaya, te creía más inteligente, pero bueno, sangre sucia alfin.

La Gryffindor sintió como el Slytherin le hería el orgullo por milésima vez en siete años. Él siempre había logrado hacerla sentir mal, con aquellas palabras tan hirientes y llenas de odio. Tal vez esa era otra razón para alejarse de su mundo, aunque fuese estúpida. Pero la verdad era que ya estaba harta de la misma rutina de todos los santos días y de los problemas que en su familia habían. De toda la angustia y el miedo que sentía gracias al temor de que Lord Voldemort tomara de nuevo el poder en sus manos. Harta de todo eso. Ya no aguantaba más.

- Sinceramente, Malfoy – se armó de valor Hermione, mientras se dirigía hacia el portal, donde Kelly y David esperaban – es mi problema si yo me alejo de la realidad y me refugio en la fantasía. No creo que te importe más de tanto que me aleje de mi mundo, ¿verdad? Claro, qué te va a importar a ti, para ti es mejor ya que es una sangre sucia en menos en la sociedad mágica. Y luego los demás. No les importo más de tanto después de todo. Desaparezco o no, será lo mismo para ell... ooh nooo, pero qué digo. Cierto. Si ya no habrá más nadie que les haga copiar las tareas. Ya no estará más la sabelotodo Granger presente en clase para bombardar los profesores de respuestas y ganar centenares de puntos para su casa. Ya no habrá quién escuche los problemas de los demás atentamente y los trate de ayudar. Ah no, ya no habrá más Hermione Granger. Pero claro, no les importa más de tanto, después de todo...

- ¿Y a mí, Hermione? – se oyó una voz a sus espaldas. La chica se volvió lentamente – ¿Qué hay de mí? ¿Que acaso no te importa el dolor que voy a sentir apenas tú te irás? – la chica lo miró directamente a los ojos. Palideció vistosamente. No había pensado en él. No había pensado en sus sentimientos. Ni en el dolor que sentiría al alejarse de él.

- Harry...

N/A: Muajajajaja!!!! Qué pasará, qué pasará?!? =) Nadie lo sabe... excepto yo!!! XDDD Muajajaja sufran, suFRaN, SUFRAN!!! Qué decidirá Hermione?? Fantasía o realidad? El amor que le tiene a Harry o una vida sin problemas? Descúbranlo en el próximo capítulo, que publicaré lo antes posible si dejan muchos reviews!!!!! Todos: ¬¬.

Uff este capítulo me fue dificilísmo escribirlo _ nunca estaba satisfecha de lo que escribía, y aún no lo estoy!! Sí, este capítulo es una porquería, lo admito . Pero de todos modos me gustaría saber si entendieron la hipótesis de Hermione o si no y también LO QUE ENTENDIERON, a ver si no entendieron mal. Me entienden? Jajaja XDDD.

Y bien! Ahora voy con los agradecimientos, que hace tiempo que no los hago (aunque ustedes saben que yo siempre les estoy muy agradecida, síp?): Lis Jade, 2HGP, El Vigilante, Arwen-Magic16, kendeer, Luadica, Minue, pgranger, lora chang, mariale!!, Hermionet2002, vegalone86, Agatha-NP, Diel y Nadesiko-san. Mil gracias!! Espero que sigan dejando sus comentarios, quiero saber si logran entender todo a la perfección o si no XD. De acuerdo? Bueno, ya saben, sigan mi lema...

¡¡¡¡¡¡REVIEWS!!!!!!

*soN gratiS Y haceN sentiR bieN lA escritorA*

26-02-2003