Capítulo 17: Suspenso en los pasillos

No podía. No debía. No tenía que permitir ese beso. Ese segundo beso por parte de él. Por parte de Draco Malfoy. No podía permitirlo. Pero así estaba sucediendo. Hillary en ese momento tenía el control casi absoluto de ella. Y para el personaje, era como besar a David.

Todo pasó en un momento. Draco se acercó a su rostro y sin preaviso alguno chocó sus labios con los de ella, dejando caer la varita iluminada. Todo en un segundo. La verdad, el problema para Hermione no era que Draco la besara, sino que ella le correspondiese.

Sus labios tenían un sabor imposible de describir. Otra vez los estaba definiendo deliciosos. Simplemente de esa manera. ¿Pero era ella quien los definía así? No. Desde siempre había sido la parte de Hillary a definirlos de ese modo, porque ya desde de ese entonces su historia había empezado a internarse en su vida. Simplemente Hillary los definía así porque se sentía atraída por David.

Después de un par de segundos o más (que le parecieron a Hermione una eternidad), Draco pidió permiso para entrar, aunque de una manera forzada. Hermione suponía que Malfoy estaba luchando contra el deseo de David al igual que ella con Hillary. Pero el hecho era que Draco la estaba besando. Ella estaba besando los finos labios de un Malfoy. De un sangre limpia.

Hermione no tenía suficiente fuerza de voluntad como para empujar a Malfoy y alejarse de él. La fusión se hacía cada vez más y más potente, y lo peor era que los dos chicos se comportaban como si ellos mísmos actuaran por sí solos y de propia voluntad, sin que nadie los comandase. Pero no era así.

Hermione cedió irrevocablemente a la lengua de Draco, que lentamente se deslizó en su boca. Por un momento pareció tímida, pero luego empezó a entrelazarse con la de la chica. Ninguno trataba de oponerse a la continua fusión. Ninguno.

Incontrolablemente, Draco tomó a Hermione de la cintura y ésta le posó una mano en el hombro, aferrándole la camisa como si tuviera miedo de que el chico se separara de ella de un momento a otro. Era inevitable. También le empezaba a faltar un poco el aire. ¿Cuántos segundos habían pasado? Unos... ¿quince segundos? Muy probable. Hermione temía a que el beso durase más tiempo, a parte de que no quería que la fantasía se fusionara cada vez más con la realidad.

De repente sus piernas empezaron a ceder, y Hermione fue resbalando por la pared hasta quedar casi de cuclillas, sin excepción alguna de que Draco la siguiera. Sus mejillas estaban de un color rojizo porque el cuerpo de Malfoy estaba a un nivel un tanto elevado al de ella, es decir, que le daba la impresión de que estuviese encima de ella.

Si el profesor Müller de Defensa contra las Artes Oscuras hubiese visto esta escena, probablemente su comentario hubiera sido "¡Vayan a hacerlo a otra parte, indecentes!", ya que la escena ahora montada era un tanto comprometedora. Para cualquier pervertido (o morboso) la posición de estos dos jóvenes podría significar que en cualquier momento Draco y Hermione estuvieran a punto de tener jueguitos sexuales en medio de un pasillo nocturno completamente desierto.

Por eso a Hermione le latía el corazón a millón. La diferencia entre la perversión de un quinceañero (como lo era David) y un chico de diecisiete años (como lo era Malfoy) no era mucha. Posiblemente la continua lucha mental entre Malfoy y David los distraería, pero... Hermione ya empezaba a sentir la mano temblorosa de Draco que bajaba de su cintura y se acercaba al inicio del muslo.

- Esto no puede estar pasando... – pensó Hermione, mientras inconscientemente posaba una mano en el cuello de Draco – no... ¡no puede! ¡Maldición! Sé que la culpa no es de mis personajes porque yo nunca los hice tan pervertidos... mierda... ¡Todo esto está relacionado con la persona que está causando toda esta fusión! – Hermione revolvió el cabello de Draco, mientras éste luchaba por no seguir bajando la mano – ¡Maldición, maldición, maldición! ¡Basta! ¡¡Basta Hermione!! ¡Esta no eres tú! ¡NO ERES TÚ!.

De repente, una fuerza mayor hizo que Hermione quitara la mano de Draco de la nuca y del hombro, para así de aquella manera posar las dos manos en el pecho del chico y hacer una ligera presión, empujándolo y alejándolo de ella. Draco salió como disparado y fue a parar contra la pared opuesta de aquel estrecho pasillo. No se hizo daño por suerte, pero sí soltó un quejido mientras jadeaba continuamente.

Hermione también jadeaba. Estaba cansada tanto por la lucha mental contra la fusión cuanto por el beso apasionado que le había arrebatado casi todo el aire. No podía creer lo que había pasado apenas unos segundos atrás. Jamás había besado a alguien con tanta pasión y fuerza, ni siquiera aquella vez con Harry. Jamás.

Estaba por retomar la palabra cuando Malfoy subió una mano para hacerla callar.

- Mira Granger... será mejor si... no comentamos... nada respecto a... a lo que ha pasado... ¿de acuerdo? – jadeó Draco – Sabemos muy bien... por qué tuve aquel impulso y... no creo que sea necesario... discutirlo... ¿Te parece? – Hermione veía como el jadeo de Malfoy se reflejaba en su pecho que subía y bajaba al ritmo de la respiración. Después lo miró a la cara. La tenía tan roja cuanto ella mísma la podía tener. Hermione se hubiera reído y burlado si ese no hubiera sido ni el momento adapto ni las circunstancias adecuadas.

- De acuerdo – asintió. – Así que... por lo visto... será mejor que no mantengamos... a una cierta distancia – el tono de las mejillas de Draco hubiera podido aumentar si no hubiese sido porque ya lo tenía al máximo.

- Está bien.

Hermione y Draco se levantaron del suelo mientras se secaban el sudor que en ese medio minuto y algo les había empapado la frente, la nuca y el cuello. Hermione recogió la varita aún brillante de Draco y se la tendió sin verlo a la cara. Malfoy la tomó rozando sin querer la mano de Hermione, que al contacto la retiró enseguida, sonrojándose. Simplemente después de aquello no sería capaz de verlo a la cara de la misma manera que siempre.

- Esta vez iré yo adelante, ¿está bien? – murmuró Hermione – Presiento que pronto llegaremos a la salida de este laberinto de pasillos. Lumus – pronunció la chica mientras que sin mirar a los ojos del Slytherin se encaminaba en el oscuro y estrecho pasillo.

Por varios pasillos, Slytherin y Gryffindor guardaron silencio como si hablar fuera cometer un pecado mortal. Lo único que hacía Hermione era resumir mentalmente lo que había pensado en hacer para cuando ya hubiesen encontrado la salida. Lo que pretendía ella con "salida" era nada más y nada menos que dar la vuelta a una esquina y encontrarse con otra cosa que no fuese un pasillo. Si por ejemplo llegara a encontrarse con el Gran Comedor, tomaría el mismo camino de siempre hacia la torre de Gryffindor y, con un poco de suerte al llegar, iría directo a su habitación para ver si su historia seguía ahí donde la había dejado, al igual que la pluma. Y ante esto, analizaría las circunstancias para ver cómo haría para salir de todo ese problema.

Su otro objetivo era encontrar a Harry. Estaba muy preocupada por él y no podía soportar más pensar en la posible idea de que Harry ya no la amase por culpa de la fusión con Henry. Se sentía consternada y sola, porque aquél silencio de tumba que reinaba entre ella y Malfoy tampoco le hacía sentir muy bien que digamos.

- Eh... Creo que hemos estado pasando por el mismo pasillo una y otra vez, Malfoy... – murmuró de repente Hermione – ¿Qué piensas tú? – atendió una respuesta por dos breves segundos, pero nadie respondió. El silencio aumentó – ¿...Malfoy? – se dio media vuelta y, efectivamente, Draco no se encontraba más detrás de ella.

La velocidad de los latidos de su corazón empezó a aumentar. ¿Qué había pasado con Malfoy? ¿Por qué había desaparecido? Hermione no podía creerlo. Ahora se encontraba sola, completamente sola en la nada. En una nada oscura. Otra vez en esa nada oscura.

Quiso regresar por donde habían venido para ver si encontraba a Malfoy, mientras un nudo en la garganta se le formaba. No le gustaba la sensación de perderse. Desde pequeña, en los centros comerciales muggles, muchas veces se perdía, aunque sólo por un minuto, pero de todos modos siempre sentía mucho pánico. Y ni hablar de cuando se perdía en los parques de diversiones.

Aumentó la velocidad de sus pasos mientras hacía lo mismo con la iluminación de su varita. No podía ver muy bien a lo lejos, así que mientras caminaba trataba de recordarse de algún hechizo que actuara como si fuese una linterna muggle. Entonces se recordó. Con voz temblorosa, pronunció el hechizo, mientras de la varita salía un rayo de luz regulable.

Pudo darse cuenta entonces que aún estaba muy lejos del final del pasillo. De todos modos no se desalentó, y continuó caminando a paso rápido, mientras llamaba al nombre de Draco.

Después de una gran distancia pudo dar vuelta finalmente a una esquina. En un primer momento no iluminó exactamente su camino, porque se encontraba doblada en dos por el jadeo. Pero después, cuando subió la cabeza e iluminó el final del pasillo, se sorprendió por lo que vio.

Una chica alta se hallaba exactamente al final del pasillo que ahora una sorprendida Hermione iluminaba con su varita. La Gryffindor no lograba distinguir muy bien qué color de pelo u ojos tuviera, pues la luz hacía mucho contraste con los demás colores. Su cuerpo lo cubría una gran capa negra, y la expresión de su rostro era completamente misteriosa. Pero de lo único que Hermione logró darse cuenta fue de un gran particular, que le puso la piel de gallina: la luna que se asomaba através de la ventana le iluminaba el rostro como si los rayos lo transpasasen. Prácticamente, era algo transparente.

- Quién... quién... – balbuceó Hermione. Las palabras no le querían salir de la boca. Pero la chica no respondió. Le echó una última mirada a Hermione, y alzando la capa, desapareció por una esquina.

- ¡Espera!

Hermione empezó a correr y a correr con el sólo objetivo de alcanzar a la misteriosa muchacha. Tenía miedo de que la chica le estuviera indicando el camino que tomar para encontrar la salida, y que ella al perderla de vista se quedara de nuevo sola en ese laberinto infinito. No quería estar sola. Odiaba que la dejaran sola.

La chica misteriosa parecía ser hija del viento, pues corría como tal y era difícil alcanzarla. Hermione jadeaba y le continuaba gritando "¡Espera! ¡No corras tan rápido!", mientras cada vez se sentía más cansada: la verdad se había dado cuenta de que no había comido de hacía mucho tiempo, y que su cuerpo requería ser alimentado. De todos modos Hermione no hacía caso a las protestas ruidosas de su estómago, y continuaba corriendo, corriendo cuanto más podía mientras iluminaba su misterioso y aún desconocido camino.

Su guía de vez en cuando se detenía para que Hermione pudiera alcanzarla. La Gryffindor aún no veía rastro de salida alguna, pero de todos modos, confiaba en aquella chica medio transparente que de la nada había aparecido y ahora le indicaba el camino. Depositaba sus últimas esperanzas en ella, aunque no supiese realmente quien fuera.

Hermione disminuyó la velocidad de sus pasos. Se estaba cansando. No le gustaba hacer mucho ejercicio, y se sentía muy hambrienta. De hecho, correr tanto le aumentaba el hambre. Y ni hablar de la sed que tenía.

Ya su corrida se había vuelto una caminata. No le importaba si la chica misteriosa desaparecía a la vuelta de una esquina, pues sabía muy bien que la muchacha la esperaría. Hermione mantenía la varita en alto, a la que se le podía regular la intensidad de la luz y el modo de iluminar (a linterna muggle o normal). No pudo evitar iluminar su cuerpo. La verdad que ahora se veía muy bien. Su busto estaba muy pronunciado, como siempre había deseado tener. Se pasó una mano por sus curvas. Pudo percartarse entonces de que eran prácticamente perfectas. También sus muslos tenían una medida perfecta. No podía creerlo.

No podía creer que gracias a esa extraña fusión hubiera podido bajar como cinco kilos en tan poco tiempo y obtener tal cuerpo. Su cuerpo en condiciones normales no era así: varios kilos de más se le notaban en los muslos, y sus curvas no eran tan bien proporcionadas; su busto era mucho más pequeño del que ahora se había fusionado con el de Hillary, y su rostro no lucía tan delgado como lo tenía ahora.

Que Hermione no tuviese un cuerpo de Miss normalemente, no le importaba mucho que digamos. Obviamente a ella le agradaría tener un cuerpo parecido al de Hillary, pero no lo consideraba una cosa esencial. A ella no le faltaba nada en absoluto aún siendo como era. Era una buena estudiante, con muchos ánimos de hacer muchas cosas y de querer superarse a sí mísma cada día más. Tenía a alguien que la quería mucho y al cual no le importaba qué tan bonita fuese. No podía quejarse. Y, según los demás, era una excelente escritora.

La Gryffindor salió de sus pensamientos cuando de repente pudo notar por primera vez en minutos un rayo de luz que no proveniese de su varita. Era débil y de un color azulado, pero era una luz. Una última esperanza.

Olvidándose ya del apetito, empezó a correr hacia ella, y efectivamente después de unos segundos se encontró delante de una gran puerta por la cual se asomaba aquel rayito de luz. No esitó para abrirla, y con un gran esfuerzo logró mover la manija. Retrocedió para poder halar la puerta y finalmente pudo admirar pasmada lo que había descubierto.

Lo que había hecho ella había sido abrir la puerta de una extraña habitación semicircular iluminada por una rara luz azul eléctrica. El suelo hecho en mármol de un color grisáceo (probablemente efecto de la luz) tenía dibujado un raro reloj de márgen plateado del cual tres flechas aparentemente doradas aparentaban ser como pequeños rayos del sol (que en este caso era el reloj). Mágicamente la manecilla (dibujada también) que indicaba los segundos se movía, como si de un verdadero reloj se tratase. En ese momento las otras dos manecillas marcaban las once y un cuarto.

Hermione observaba la habitación sorprendida. ¿De dónde había aparecido tal habitación? No lograba comprenderlo. También el dibujo del reloj con esas flechas le daba una mala espina. Miró las paredes. Eran aparentemente de cerámica blanca (azulada en este momento por la luz), y no tenían decoración alguna. Pero Hermione tenía un mal presentimiento. Su sexto sentido de bruja le indicaba que algo extraño iba a pasar, y que tenía que ver con aquellas paredes.

Estuvo apunto de dar un paso hacia adelante para inspeccionarlas, cuando sintió los pasos de alguien a sus espaldas. Retuvo un grito cuando vio que una figura encapuchada cerraba la puerta de la habitación: era la chica misteriosa de antes.

- Yo no haría eso si estuviera en tú lugar – murmuró la muchacha. Su voz era baja pero sonaba amable, aunque algo misteriosa. Hermione observó como se dirigía al otro extremo de la habitación caminando a lo largo de las paredes.

- ¿Qué cosa?

- Pisarlo – Hermione vio como la figura encapuchada indicaba con una mano algo transparante el reloj dibujado en el piso.

- ¿Por qué? ¿Quién eres tú? – demandó Hermione rápidamente sin quitar un ojo de encima a la mano semitransparente.

- ¿Yo? – preguntó la chica con tono misterioso – Tú me conoces muy bien, Hermione – la susodicha frunció el ceño en sentido de incomprensión.

- ¿Te conozco? – preguntó – ¿Pero cómo te llamas? ¿Por qué no te haces ver? – la chica subió un poco la cabeza tapada casi completamente por la capucha, como para ver a la Gryffindor a los ojos. Hermione retuvo la respiración y empuñó la varita. La muchacha subió los brazos tapados por la capa negra y retiró lentamente la capucha, hacia atrás. Hermione ensanchó los ojos y dejó caer su varita, apenas observó con atención el rostro de la muchacha.

- Tú... tú... yo... – balbuceó. La chica la miró como si se hubiera esperado tal reacción.

- Sí, Hermione... yo soy Hillary Terriers.

N/A: La la la la la la =^^= (canto de angeles)........

Soy muy... PERO MUY MALA... este capítulo me costó tres días terminarlo... TRES DÍAS... más otros dos para darle los toques... No tenía ni la más mínima idea de qué hacer... ja ja MENTIRA... mi única duda fue dónde dejar el capítulo... si dejarlo ahí con la sorpresa o seguir con lo demás... ja ja DECIDÍ DEJARLOS CON LA DUDA... ¿Por qué?... Simple... ME GUSTA TORTURARLOS... Todos: Ya nos dimos cuenta ¬¬... Me alegro... porque así es chicos, así tiene que ser, entenderme rápidamente o si no en este fic están PERDIDOS, y en lo que significa la palabra... XP...

Ah, sí... ya se me estaba olvidando... lo de que Hermione no sea una Miss... pues... estaba harta de ver a Hermione de esa manera en todos los fics, y bueno, quise darle un toque personal que acercara el fic a la vida real... pues... creo que se necesitaba un cambio... ¿no?

Por cierto... pocos me comentaron sobre el DHm del capítulo anterior, así que eso me da a entender que no les desagradó después de todo =)... bien... eso me da a entender también que puedo poner cuanto DHm quiera que nadie me lo reclamará XP... ja ja, sí, ya les estoy viendo la cara...  Todos: ¬¬... ¿Por qué escribes HHm, entonces?... Ja, buena pregunta, buena pregunta... muy ingeniosa... pues... el caso es que este fic lo inicié cuando aún tenía mi fanatismo HHm al 50% (en Octubre), y bueno, yo cuando empiezo un fic con una cierta idea (en este caso, el fic es HHm), no cambio de idea por nada del mundo... sí sí, para mí hacerme cambiar de opinión es muy difícil, y por eso me sorprende haberme cambiado de HHm a DHm... así que... como esto sucede muy raramente... JAMÁS, NUNCA en sus vidas me verán fanática de Draco/Ginny... NEVER... MAI... JAMAIS... NIE... Porque imagínense que hasta imprimí varios foto-montajes de Emma y Tom y los pegué en la portada de mi diario y en mi corcho, más unas letras que decían "Draco/Hermione 4EveR"... así que... ni nada ni nadie me quitará el fanatismo por esta pareja... MUCHO MENOS ROWLING...! Y no intenten hacerlo... LO LAMENTARÍAN...

Y ahora los agradecimientos, ¡vi que les gustó el capítulo! ¡Me alegro!: Amanda, vicu-malfoy, Arwen-Magic16 (jaja mujer y qué hacen durmiendo en la enfermería cuando tienen que detener la fusión? XD), Lin_Granger_Halliwell, lora chang (buena pregunta... quien quiera que haya hecho todo esto... cómo lo ha hecho? Muajajajaja!), Carolina, Minue (Filia/Zelgadis son lo mejor ¬¬), Agatha-NP (yo también pienso lo mismo del HHm... sobre esa propuesta... no creo que sea posible XP... ah, y FELIZ CUMPLEAÑOS X MAÑANA!!!=D), esteffy (no mujer! Este no es el cap final!), vegalone86, kendeer, Luadica, y Lis Jade Black, mariale!!, y Vane Riddle (ya verán como se internará en sus lindas mentecitas, ya verán, ya verán...); también agradezco los reviews de Rodrigo (lamento que la historia de Hermione te aburra tanto pero por si no te has dado cuenta el título de este fic es "La Escritora" y adivina que hace un escritor?) y a Miaka82 (ay loka [sí sí, eres loka aunque no lo admitas!] no importa qué tan largos sean tus reviews, basta que los dejes! Y sean así de cómicos, no sabes cuanto me haces reír con tus locas hipótesis!! XDDD).

¡¡¡¡¡¡REVIEWS!!!!!!

*sOn GraTis Y HAceN SENtir biEN a LA ESCritora*

15-03-2003