[[[[*****Lejos de aquí...****]]]]
Era ya el primero de Septiembre, cuando todos los alumnos estaban entrando en el Expreso de Hogwarts, en la plataforma 9 y ¾. Todos los de primero que inciarían un nuevo año estaban exaltados, no veían la hora de llegar a su destino. Otros de diferentes años estaban felices por ver de nuevo a sus amigos del alma, o más aún, por reencontrar a sus amados. Pero sólo una persona entre ellos podría ser absolutamente excluida: Draco Malfoy.
El empezar un año nuevo o no seguirlo le daba igual. Su padre le había advertido que su proyecto sería adelantado por un año, apenas saliera de Hogwarts. Y ese proyecto se trataba sólo de una cosa: el convertirlo en un Mortífago.
Por eso Draco prefería mantenerse lejos de su tirano padre. Aquel imbécil que sólo lo concebió utilizando a su madre nada más para seguir la generación de los Malfoy. Nada más. Ningunas ganas de tener un hijo y quererlo. Sólo eso. Pero a Draco le daba igual, tenía todo lo que podía desear de la vida. Menos una cosa: el amor.
A veces se preguntaba si esos momentos con Hermione habían sido sólo sueños e ilusiones. Su primer beso en el Expreso, la primera vez que se desahogaba con alguien sobre sus temores y odios, las cartas amorosas. Y esa persona se le había ido, como si estuviera marcado por el destino. Ni siquiera un mes de novios verdaderos. Hermione se le había ido.
Draco montó el baúl en el Expreso y luego se fue a buscar un vagón para sí solo. No quería ver a nadie de los Slytherins. Quería estar solo.
*
Harry estaba ya entrando a la plataforma 9 y ¾, junto a Ron que lo seguía. En sus caras, ninguna sonrisa aparecía, ni siquiera un rasgo de ansiedad por ver de nuevo a sus novias. Los dos se sentían como en culpa el estar felices al regresar a Hogwarts, y por eso no sonreían. Por su amiga del alma Hermione.
Una chica de coletas agitó una mano a lo lejos de Harry. Era Hannah. Estaba junto a Hesione, la novia de Ron. Los chicos se acercaron a ellas, y las saludaron con un tierno beso en la mejilla.
- Me sentí tan mal este verano, sin ti – dijo Hannah, abrazando a Harry. – Otro poco y explotaba.
- Yo también – dijo Harry, abrazándola. Pero en su cara no había felicidad. Hannah notó eso.
- ¿Qué sucede? – le preguntó extrañada.
- Nada – dijo Harry, soltandola y esbozando una sonrisa fingida. Indicó a Hannah de seguirlo hacia el Expreso, con los baules. Ron hizo lo mismo con Hesione.
- Vamos con ellos – dijo Ron, siguiendo a Harry y Hannah. Hesione lo vio medio extrañada también.
*
El viaje hacia Hogwarts fue largo y agotador. Harry y Ron tuvieron que explicarle a Hannah y Hesione el porqué de sus caras largas. Las chicas tuvieron compación y no les exigieron que fueran "felices" por ese día. Mientras asignaban los chicos a las casas, los dos amigos no prestaban atención. Y mucho menos un chico de la casa Slytherin.
Draco se encontraba no en el comedor, donde todos veían la asignación a las casas, sino que estaba fuera, en las orillas del lago, paseando y pensando en Hermione. Recordaba esa vez que la había visto con sus amigos, en quinto año, nadar en el lago con un esplendido bikini, divirtiéndose de lo lindo. Se preguntaba qué estaría haciendo Hermione en ese momento, como se sentiría, si ya había iniciado las clases, si ya tenía casa, etc. La chica no le había podido escribir desde la última vez que se habían visto, y eso le preocupaba en parte: ¿posible que ni un minuto se había agarrado para escribirle? Entonces se puso a pensar en ese estúpido campo de protección del padre; de seguro Hermione había pensado que era mejor no escribirle hasta que él estuviera en Hogwarts.
El chico se sentó en la grama húmeda, y sintió una brisa típica de Septiembre, renfrescarle la cara. Deseaba que esa brisa también le renfrescara la mente, para que no se sintiera tan mal y tratara de borrar todos esos pensamientos sobre el proyecto de su padre, y Hermione.
*
Horas más tarde Harry y Ron se encontraban solos en la Sala Común. No se hablaban entre sí, aparte de que estaban agotados, se sentían como incompletos. Normalmente al inicio de cada año se ponían a platicar, aunque fuera por unos pocos minutos, sobre lo que habían hecho en el verano o sobre los nuevos llegados y cosas así. En fin, Ron habló, suspirando profundamente.
- Ahh como hace falta, ¿eh? – dijo, viendo a Harry. Éste miraba fijamente la chimenea, con aire pensativo, recostado en el sofá grande, y con el ceño fruncido.
- Te gustaba, ¿no es así? – dijo luego Ron, con algo de picardía. Harry lo miró, sin enrojecerse, pero con algo de impresión – En quinto y el año pasado, ¿verdad?
- Al igual que a ti en tercero y cuarto – Ron pareció sorprendido, dado a que ensanchó los ojos. Harry volvió a fijar la chimenea, con indiferencia en su expresión. – No me digas que no porque por algo siempre estabas de mal humor cuando te peleabas con ella, y cuando Krum la invitó al baile, tu muñeco de él lo hiciste añicos, esa vez después de la discución – Ron enrojeció, también mirando la chimenea.
- S-sí... pero me resigné a principios de quinto... luego encontré Hesione... y entonces sí que la olvidé por completo – dijo Ron, luego miró a Harry. – ¿Y tú? ¿Qué hiciste para olvidarla? – la expresión de Harry en el rostro pareció triste – Ah... entiendo... aún no la olvidas – Harry se compuso de nuevo sentándose, apoyando su cabeza entre las manos.
- Empecé a verla de una manera diferente en quinto... no podía quitarmela de la mente y cada que vez que me sonreía me sentía extraño... entonces me convencí... traté de decirle lo que sentía, pero... pero...
- Fue Voldemort, ¿no? A impedirtelo...
- Me borró todo lo que sentía por ella... y por mucho tiempo no recordé nada sobre que ella me gustaba... entonces poco a poco me fui recordando... de ese sentimiento... pero ya era demasiado tarde... – Harry se restregó la cara con las manos. Ron lo miró con compación.
- Te habías empatado con Hannah y no podías darle un dolor como ese a la chica, no podías dejarla.
- Exacto – dijo Harry, subiendo la cabeza de nuevo y echandose para atrás, suspirando.
- ¿Has probado a escribirle? – preguntó Ron, para que Harry tratara de no pensar en su pasado.
- Sí – suspiró Harry alfin – pero ella no ha respondido. Me imagino que anda ocupada con las cosas de la casa, y todo eso – entonces Ron se recordó de algo, que había querido hablar con Hermione de hace tiempo.
- Hey, ¿y entonces quién era el novio de Hermione? – preguntó inquisidoramente. En la cara de Harry, las cejas se le fruncieron, y con algo de rabia el chico pronunció:
- Draco Malfoy.
- ¡¿Malfoy?! ¡¿Ese idiota?! – exclamó Ron, parándose de golpe. Harry volvió a ver la chimenea, con un dejo de rabia en su mirada.
- No se si tú, pero yo el año pasado me di cuenta que Hermione fijaba siempre a Draco, se volvía roja si él le hablaba, y parecía mucho más feliz cuando platicaban y las veces que se encontraban juntos, aunque estuvieramos nosotros – Ron se sentó y pareció pensar, dándose cuenta que tenía razón.
- Sí... es verdad... parecía mucho más relajada con él... y enrojecía fácilmente... pero como es posible que...
- ¿Que Draco se haya enamorado de ella? – completó Harry, con un dejo de rabia. Ron asintió.
- Eso tampoco me cuadra a mí del todo – dijo Harry – pero como se podría esperar de él, puede que sea todo un engaño.
- ¿Un engaño?
- Sí. ¿Te recuerdas lo que dijo Hermione en la despedida? – Ron negó – "A él no le importa nada de mí". Así que es probable que haya jugado con los sentimientos de Hermione, cuando ella se le declaró, diciéndole que él también o algo por el estilo – Ron quedó en silencio, como pensando, y luego miró a Harry seriamente.
- ¿Qué piensas hacer, Harry? Sé muy bien que tú no eres del tipo que se queda con los brazos cruzados – a Harry se le fruncieron más las cejas, y quitó la mirada de la chimenea, mirando a Ron en los ojos.
- Draco Malfoy las pagará, por todo lo que ha hecho en su vida – fue lo que dijo, antes de que se le apareciera un pequeño guiño en el rostro.
*
Habían ya pasado cuatro días desde el inicio del séptimo año, que a Draco le había parecido una eternidad. Algunas chicas de otras casas, de quinto o sexto año, algunas veces lo miraban sonriendo, otras con extrañeza. Draco sabía muy bien que las que sonreían decían "Miren, es Draco Malfoy, auquel ricachón de Slytherin" mientras que las otras decían "Miren, es Draco Malfoy, el de Slytherin, de donde han salido todos los Mortífagos, como su padre". Muchas ocaciones el chico se preguntaba, ¿qué habría sido de él si lo hubieran visto con Hermione? De seguro muchos rumores se hubieran inventado, y habrían sido el principal tema de conversación del año. Pero lamentablemente (sí, lamentablemente) eso jamás pasaría, porque Hermione Granger se había ido lejos de Hogwarts, se le había escapado.
En ese momento Draco se encontraba por uno de los pasillos del tercer piso, caminando solitario, y pensando a todas esas cosas. Se regañaba porque ¿qué le tenía que importar lo que decía la gente de él o lo que hubiera dicho viéndolo a él con Hermione? Se tenía que fregar de todos esos comentarios, pero era difícil. Un tipo como él era difícil de cambiar.
Draco se detuvo y subió la mirada, encontrando frente a él Harry y Ron, que parecían estar esperándolo ahí de pie de hace mucho tiempo.
- Ah... hola chicos... ¿qué hay? – dijo tratando de ser despreocupado. Ninguno de los dos tenía una expresión de alegría, sobretodo Harry. A Draco la situación le pareció extraña – ¿Qué sucede?
- Se ve que siempre serás hijo de un Mortífago – murmuró Ron con odio. Draco se extrañó aún más, y frunció un poco el entrecejo.
- ¿Qué? – susurró, casi para sí mismo. Harry hizo un paso más adelante, dejando su mochila en el piso y estrechando los puños.
- Lo llevas en la sangre – dijo Harry, guardando su varita en el bolsillo y dando los lentes a Ron – ¡¡Esto es por Hermione!!
Lo que siguió fue un pandemonio total. Harry dio un sendo puñetazo en el abdomen de Draco, dejándolo sin aire ni habla, y haciéndolo caer en el suelo. Harry se le sumbó encima, agarrándolo por la garganta, con tanta rabia. Cerró otra vez el puño derecho, y le dio un golpe en la cara, haciéndole sangrar la boca. Draco no entendía el porqué de esa reacción, pero Harry parecía no querer explicarle.
- ¡Esto es por todo lo que has hecho, Malfoy! ¡¡MALDITO SEAS!! – le dio un golpe en el ojo, y sacó rápidamente la varita del bolsillo, estaba apunto de atacarle con ella, pero Draco fue más rápido, como una serpiente; pronto el chico de Slytherin sacó su varita, quitando la mano de Harry de su cuello.
- ¡Expelliarmus! – gritó, mandando a volar a Harry por los aires y haciéndolo caer encima de Ron. Harry se levantó rápidamente, estaba más que acostumbrado a ese tipo de cosas, y vio como Draco estaba tratando de pararse.
- Maldición... – susurró Draco, casi manteniéndose de pie. Harry se acercó de nuevo a él.
- No tienes derecho a quejarte – dijo Harry, mirándolo con odio eterno – después de lo que has hecho a Hermione – empuñó más la varita. – ¡Mira que sé lo de ustedes!
- ¡¿Y qué es lo tan grave que hice a Hermione?! – gritó Draco, parándose del todo, con rabia que le salía hasta por los oídos.
- Has jugado con ella – dijo Ron, haciendo un paso hacia adelante muy firme – con sus sentimientos, sin la menor consideración – a Draco le apareció un guiño en la cara.
- ¿Les ha escrito Hermione desde que se fue? – preguntó, en un susurro muy seguro. Las caras de odio de Harry y Ron cesaron un poco.
- No – dijo Harry, con expresión indiferente – no ha respondido – Draco sonrió aún más.
- Con razón. Ella les explicará todo tarde o temprano – dijo triunfante Draco, y agarró su mochila, pasando por al lado de Harry y Ron como si nada fuese y yéndose con una expresión más calmada, y no de malicia. Harry se volvió rápidamente.
- ¡¿Sobre qué?! – exclamó.
- Ya lo verás – dijo Draco en voz alta, sin voltearse, alzando una mano y saludando.
*
Cuando entró, Hermione trató de sonreir, pero dado que ella era extremadamente sincera, su rostro quedó igual de inexpresivo. La chica había entrado a su nuevo apartamento, y apenas pasó el pequeño recibidor miró a todos lados. A su derecha, se encontraba un espacio no tanto grande, para luego al final una pequeña cocina. Delante de ella, un poco más allá, un baño con una pequeña ducha, retrete y lavamanos, para a la derecha otro baño más grande, con dos lavamanos, un retrete y una bañera. A su izquierda en vez, había un espacio grande, que sería la sala, y enfrente dos cuartos no tanto grandes, sino medianos.
- ¿Qué tal? – preguntó la madre, con algo de entusiasmo – Lo sé, no es la gran cosa, pero por ahora vamos a vivir alquilados en este apartamento.
- Hay sólo dos cuartos – fue todo lo que dijo Hermione, entrando en uno de los cuartos que ya tenían camas, y que estaba cerca del bañado cerrado.
- Bueno, por suerte no tienes un hermano, je je – dijo el señor Granger, apoyando la jaula y Circe en el piso del recibidor.
- ¿Cuándo llegan mis cosas?
- Mañana – dijo la señora Granger – tendrás mucho que hacer, ahora que aún no vas a la escuela.
- Y hablando de escuela – dijo el padre de Hermione yendo donde la chica – hablé con Dumbledore hace unos días, las clases inician dentro de una semana.
- Está bien – dijo Hermione con indiferencia. Luego le vino algo en mente, viendo a Circe en la jaula, y se paró de la cama – Mamá, ¿tienes papel y pluma? – la señora Granger se asomó a su habitación.
- Busca en mi cartera – dijo. Hermione fue a la cocina, donde estaba la cartera, y sacó un pequeño libreto con una pluma. Se apoyó a la mesa de ahí incluida, y de pie, se puso a escribir.
Querido Harry
Disculpa si no te he respondido a la carta, de hace un mes. Lo que pasa es que hemos tenido mucho que hacer, empezando por lo más necesario.
Te cuento lo que me ha sucedido en este último mes: al llegar a Nantes, nos dirigimos directamente al "Hôtel La Jeune Fille", el cual el dueño es amigo de mi padre. Al día siguiente, mis padres empezaron a buscar entre los anuncios de periódicos e Internet, la casa en donde viviríamos. Yo mientras tanto me la pasé estudiando francés, con un curso automático, y vaya que es difícil. Es muy diferente al inglés, si supiera español o cualquier otro idioma que fuese un derivado del latín fuera más fácil, pero bueno. Después de unas semanas encontramos casa, pero aún no podíamos alojar porque no teníamos los muebles, que llegaron una semana después, de haberlos comprado nuevos. Mi padre ha hablado con Dumbledore para comunicarle a Madame Maxime sobre mi inscripción a su escuela. Ella pareció estar alegre con esa noticia. Inicio las clases dentro de una semana, y finalmente otra vez me cambiaré de lugar.
Este mes ha sido muy duro para mí. ¡No sabes cuanto he llorado! Los extraño tanto, el no poder estar con ustedes de nuevo en la sala común platicando como siempre, riendo, bromeando. También extraño a Draco... pensé que él ya no me quería porque después de la noticia de que me iba no respondió más a mis cartas. Pero el día en que me iba... en el aeropuerto, me vino a saludar por última vez. Dijo que no había podido responder por un tal campo de protección que había sido instalado por su padre, y que su ave no podía traspasarlo. Lo dijo con tanta sinceridad... que entendí al rato que no estaba mintiendo. Y de ahí no le volví a hablar... porque quería esperar a que llegara a Hogwarts, para poder recibir una respuesta suya.
De seguro te habrás preguntado como me pude enamorar de él, que siempre nos insultó, nos maltrató, nos humilló. Ni yo misma sabría como explicartelo, pero, es algo como te pasó con Hannah. Yo era amiga de ella, la fuiste conociendo, y así... sucedió, ¿no es así? De repente la empezaste a ver de otra manera. Y lo mismo me pasó a mí con Draco. Nos habíamos vuelto muy amigos. Y por fin sucedió lo que yo quería, lo que siempre había anhelado. Pero el destino decidió separarnos.
Bueno, ahora sí debo dejarte. Por favor, salúdame a Ron y a las demás.
Herms
*
Harry terminó de leer la carta, con tantas ganas de quemarla en la chimenea. Le había llegado en la tarde, con Circe, pero él sólo había tenido tiempo de leerla en ese momento, después de la cena, en la Sala Común.
- Entonces es por eso... que Draco parecía tan sincero y seguro de sí mismo... – dijo Harry, acostándose en el sillón grande de la Sala Común, con la carta en la mano derecha – Ya no me queda otra que pedirle disculpas...
Pobre Drakin, siempre lo malinterpretan XD...! jeje. Dejen reviews!!!!!!!!!!
*KaRoLYnA siLVeR*
