Aclaraciones: Hogwarts, y todos los personajes que en ella aparecen son creación de JK Rowling. Este trabajo es un mero entretenimiento del que no pretendo sacar ningún tipo de beneficio económico, tan sólo rendir tributo a unos personajes que amo y admiro.

BAJO NINGUNA CIRCUSNTANCIA Harry Potter Fanfiction Por Fridwulfa

Era el segundo año de Hermione como profesora en Hogwarts y aunque su futuro todavía no estaba muy claro, contemplaba el comienzo del curso con una extraña mezcla de esperanza y alegría. El pasado había sido un año lleno de acontecimientos, alegres en su mayoría ya que Lord Voldemort había sido vencido finalmente y muchos de sus colaboradores detenidos, pero también tristes en ocasiones porque la lucha había sido larga y muy dura y un gran número de valientes magos había perecido en la contienda. La propia Hermione había visto la muerte de cerca cuando un grupo de Mortifagos la secuestró y torturó con el fin de averiguar el paradero de Harry. Había sobrevivido, rescatada en el último momento, cuando ya había perdido toda esperanza de sobrevivir.

Hermione se estremeció al recordarlo, el insoportable dolor, los gritos, sus propios gritos, resonando en la habitación, distantes, como en un sueño, y la risa, la risa glacial de los mortifagos, disfrutando claramente con el sufrimiento de esa "sucia mudblood". Se había desmayado en ese momento, incapaz de soportar más el dolor y despertó tres días más tarde en St. Mungo, donde una carta de Dumbledore esperaba, informándole de que había sido invitada a formar parte del staff de Hogwarts, para cubrir la vacante dejada por Snape. Hermione tenía la certeza de que la oferta era una forma sutil de mantenerla a salvo, porque nada ni nadie podría hacerle daño mientras estuviera en Hogwarts, pero en cualquier caso se sentía agradecida hacia Dumbledore por ayudarle a descubrir su auténtica vocación. Ahora sabía que había nacido para enseñar.

Había sido un poco raro sustituir a Snape, a Hermione siempre le había gustado la asignatura de pociones, a pesar de lo desagradable de su profesor, pero trabajar en la mazmorra, instalarse en la propia oficina de Snape era otra historia. Podía sentir su presencia en cada esquina, en ocasiones, estando allí a solas, había tenido la clara sensación de que alguien la observaba y había girado la cabeza dispuesta a enfrentarse a la glacial mirada del maestro, sólo para comprobar que la habitación estaba vacía. Era en esos momentos en los que Hermione se planteaba si realmente había hecho bien al aceptar la propuesta de Dumbledore. La idea de sentir la presencia de Snape a cada momento le ponía los pelos de punta, aunque sabía, porque así se lo había contado Dumbledore que era precisamente a él a quien le debía la vida, que se había puesto en peligro para salvarla llegando a revelar su condición de espía. Hermione no quería parecer ingrata, pero Snape no dejaba de ser un personaje bastante lúgubre y su sola presencia era capaz de hacer bajar la temperatura de una habitación hasta bajo cero. Y aquí es donde Hermione tenía los sentimientos más encontrados, se sentía agradecida a su antiguo profesor por haberle salvado la vida, y más aún por haber arriesgado tanto al hacerlo, sin embargo preferiría no tener que cruzarse con él en la medida de lo posible, por otro lado, su situación le preocupaba, igual que preocupaba a toda la plantilla de Hogwarts, Dumbledore a la cabeza, Snape llevaba mas de diez meses desaparecido, tras el rescate de Hermione, y con los Mortifagos dispuestos a castigarle por su condición de espía, Snape había renunciado a su plaza de profesor en Hogwarts para no atraer más peligros sobre la escuela y había partido para "esconderse y seguir la lucha por su cuenta" tratando de esta manera de mantenerse lo más alejado posible de Dumbledore y su grupo de resistencia por si era capturado por los seguidores de Voldemort. Su gesto era valiente, y muy inteligente, por un lado significaba que continuaría su lucha contra las artes oscuras sin apoyos de ninguna clase, pero también daba una cierta tranquilidad a Dumbledore, ya que si lo capturaban lo torturaba, cosa que sin lugar a dudas era lo más probable de caer en sus manos, no podría revelar ningún secreto.

No obstante, su ausencia cuatros meses después de la caída de Lord Voldemort, empezaba a resultar preocupante. No habían llegado noticias suyas, ni directas ni indirectas, ningún Mortifago interrogado había mencionado su nombre, ni para bien ni para mal, y su paradero era un absoluto misterio. Sin duda alguna, éste era uno de esos casos en que la ausencia de noticias era una mala noticia.