Summary: Un sentimiento recién descubierto... aspiraciones detenidas... ¿Felicidad o desdicha? ¿Es fácil olvidar?... aquellas flores negras... son las que reflejan su alma...
Disclaimer: Todos los personajes de este fic son propiedad de J.K. Rowling, a excepción de los que son de mi invención (aunque creo que sólo son como cinco ^ ^UUU). No busco ganar dinero ni nada por el estilo, sólo los utilizo para divertirme ^_^
FLORES NEGRAS Por Annia3
El agrado duró sólo en aquella visita a la enfermería. Harry consideró que ya era hora de volver con su "plan". Ambos se resignaron a volver a sentir aunque sea un momento que eran de nuevo amigos. Pasó una semana más y aún no se hablaban.
Era aún temprano. Los Gryffindor de quinto y sexto tenían libres las dos primeras horas de ese lunes. Así que Harry luego de desayunar se despidió de sus amigos y bajó para hacer una caminata. Quería despejarse un poco para no pensar en sus problemas, así que el aire fresco de la mañana le vendría bien.
Salió del castillo y paseó por el jardín. Instintivamente empezó a buscar sus flores favoritas, que irónicamente había aprendido a querer por Virginia.
Al fin lo encontró. El pequeño campo de tulipanes negros se podía admirar desde la distancia. Se encaminó hacia esa dirección.
Sonrió melancólicamente por los recuerdos y empezó a cortar desde su tallo a cada flor. Cuidadosamente hizo un ramillete de 15 flores negras y para no maltratarlas apareció con su varita un trozo de papel bond de color vinotinto y las envolvió por sus tallos.
No tardó mucho tiempo en cansarse de estar allí así que emprendió la marcha hacia el castillo. Antes de entrar por las grandes puertas de roble se escondió el pequeño ramo bajo su túnica. No quería que lo vieran caminar con flores en la mano.
Caminaba por los pasillos silenciosos. Harry miraba una y otra vez a su alrededor. ¿Era su impresión o esa parte de Hogwarts no la conocía? No recordaba haber caminado nunca por esos lados. Al mismo tiempo una pelirroja pensaba lo mismo. Hacía ya tiempo que había subido del Gran Comedor para ir de nuevo a su Sala Común, pero una escalera se le movió así que tomó otro camino, que al parecer, para nada le sonaba.
Un sonido extraño se oyó. Ambos miraron al mismo tiempo detrás suyo en el lugar donde se encontraban. Nada... Iban a seguir su camino cuando sintieron que temblaba. No, eso no parecía un temblor, más bien como si algo grande viniera y...
- ¡Aaaaaaah! – dos gritos sincronizados se oyeron en lugares distintos. Al volver a mirar hacia atrás, cada uno había descubierto a una gran bola de piedra que ocupaba todo el alto y ancho del pasillo, y que se les venía encima. Las dos bolas tipo "Indiana Jones" arrasaban con todo y golpeaban en las paredes.
Ambos muchachos corrieron perseguidos por las "demoledoras", sin detenerse a pensar lo irreal de la situación. Harry vio que el corredor que tenía delante giraba hacia la izquierda, así que supuso que la bola se detendría, pero ésta bien campante dio la vuelta y siguió su trayectoria. Lo mismo había pasado con la bola que perseguía a Virginia. Entonces los pasillos se juntaron. Los dos pudieron verse cara a cara y también a la amenaza que estaba justo detrás de cada uno.
El camino se acabó. Se habían encontrado los dos respirando dificultosamente, mirándose angustiados. Tenían que decidir en segundos, las bolas de cada lado les "pisaban" los talones.
De pronto Harry vio la luz. Por el rabillo del ojo alcanzó a ver un salón desocupado a su lado izquierdo. Cogió de la mano a la joven y la empujó junto con él. Al entrar al salón la puerta se cerró. Adentro, los Gryffindor esperaban escuchar el choque de las dos moles de piedra, pero no ocurrió nada. Se miraron extrañados. Ya se disponían a abrir la puerta cuando una pequeña figurita se les apareció delante.
- ¿Peeves? – preguntó Harry imaginándose el por qué de repente, dos bolas gigantes de piedra se encontraban misteriosamente en los pasillos del colegio, siendo impulsadas por una fuerza invisible.
- ¡Peeves, no me digas que...! – profirió enojada la pelirroja adivinando la respuesta.
- Jajajajajajajajajajajajajajajaja – el poltergeist estalló. Se sobaba el estómago de tanto reírse a la vez que los señalaba haciendo gestos grotescos e imitándolos.
Harry y Ginny no lo podían creer, estaban realmente furiosos. ¡Los había vuelto a engañar! ¡¡¿Cómo pudieron ser tan tontos?!!
Contando hasta diez y controlándose todo lo que podía, Virginia le pidió una explicación al pequeño fantasma mientras Harry echaba chispas.
- ¡Vamos! ¿Cómo no pudieron darse cuenta? ¡Sólo eran ilusiones, muy reales gracias a mi nueva técnica! Jajajajajajaja, debieron verse, ¡Estaban asustadísimos! ¡Y sólo por simples ilusiones! Jajajajajajaja – chilló como única respuesta.
-¡Aaagghh! ¡Esto es suficiente, me voy de aquí! – Harry se dirigió furioso hacia la puerta. Giró la manilla y se dispuso a salir.
Giró otra vez... y otra, y otra, y otra más...
- ¿Pero qué...? – empezó asombrado.
- Ah ah ah – Peeves negaba con su dedo índice – esta es una habitación especial, nadie la ha utilizado en años.
- ¿A dónde quieres llegar? – preguntó hastiada la pelirroja.
- Lo que digo es que no podrán salir de aquí – dijo en un tono burlón. Un segundo después había desaparecido.
- ¿Qué quiso decir con eso? – Ginny estaba extrañada - ¿Acaso...? ¡No! – exclamó con miedo.
- ¿Qué...? – soltó Harry, pero al momento recordó que procuraba no hablarle a la joven y no continuó.
Virginia no lo escuchó, o hizo que no lo escuchaba.
- Leí de esto en la biblioteca... esta habitación fue hechizada hace muchos años, la puerta se cierra y no se puede abrir jamás, salvo con un conjuro poderoso que muy pocos magos saben hacer – respondió más para sí - ¡Estamos atrapados! – exclamó angustiada.
Harry olvidó por un momento la promesa de ignorarla.
- ¿Qué dices? Esto no puede ser – y corrió hacia la puerta. Intentó un hechizo tras otro pero nada ocurrió.
- Se abre de afuera tonto – Ginny había recobrado su aplomo y le miraba ceñuda – además es sólo con ese hechizo especial, que dudo que conozcas.
- Entonces qué sugieres sabelotodo – dijo Harry con burla.
- Tú nos metiste en esto, tú nos sacarás – respondió con tono firme.
- ¡¿Yo?! No digas tonterías, si no fuera por mí, las bolas gigantes nos hubieran demolido -
- Toc, toc, ¿Hay alguien ahí? – dijo ella dando leves golpes en la cabeza de él como si fuera una puerta – ¿Acaso no recuerdas que eran sólo ilusiones so burro? – le replicó con tono de "elemental".
- ¿Y si no lo hubieran sido? – preguntó perspicazmente.
- No hubiera necesitado de tu ayuda – respondió terca mientras se cruzaba de brazos.
- Si, como no... Mejor ya cállate – Harry no pensaba ceder.
Decidió inspeccionar en qué lugar estaban. Vio en el lado derecho del salón un sofá de color rojo y se tiró allí evitando la mirada de ella.
Ginny lo fulminó con la mirada, otra vez la estaba ignorando. Prefirió no pensar más en eso. Encontró una silla acolchonada cerca de un escritorio y se sentó.
Esperaron...
De pronto Harry recordó lo que tenía bajo su capa. ¡Sus tulipanes! Los miró, estaban bien. No se habían deshojado ni con la carrera, ¡Qué flores!. Prefirió sacarlos y los dejó a un lado de tal modo que ella no los viera, no quería dar ninguna explicación si es que la pedía.
Pero ahora se preguntaba por qué los había arrancado y los traía consigo. Se golpeó la frente con una mano al darse cuenta que los había cogido por inercia pensando en ella para dárselos. Qué tonto. Decidió mejor dejar eso de lado. No quería ahora pelear con su voz interior.
Por su parte, Ginny se veía intranquila. Se removía en su silla esperando salir de allí.
Pasaron 15 minutos y aún no oían a nadie para pedir ayuda. Tampoco se podía llamar a alguna lechuza porque la habitación no tenía ventanas. La única forma en que circulaba el aire era por unas pequeñas aberturas parecidas a claraboyas en la parte inferior de las paredes de cada rincón.
De repente oyeron algo, unas voces se acercaban. Parecían alumnos, así que totalmente emocionados se pusieron detrás de la puerta y gritaron a todo pulmón. Pero las voces ni se inmutaron y siguieron su camino.
- ¡No lo puedo creer! – se quejó Virginia – quizás la puerta es muy gruesa y ningún sonido traspasa al otro lado – concluyó un tanto molesta.
Harry también estaba exasperado, quería irse de allí y no tener a nadie más a quien mirar que a la chica Weasley. Se decidió por volver a su rincón.
Pasó media hora más y no ocurrió nada. Ginny se comenzaba a desesperar y caminaba de un lado para otro de la habitación. A Harry esto le estaba molestando aún más.
- ¡Ay, para ya!, si sigues así abrirás una zanja – dijo con mal humor.
- Pues de malas "señor todo me molesta" Potter – le espetó ella.
- ¿No te puedes sólo sentar? Ya me vas a marear de tanto caminar – gruñó.
insufrible
- Pregúntame cuánto me importa -
Se respiraba tensión en el aire. Ya estaban enojados entre sí por la indiferencia del otro, además de estar en ese momento realmente malhumorados, y la situación no ayudaba de a mucho.
- No me molestaría en hacerlo – le respondió de forma displicente.
- Ni te esfuerces, además yo hago lo que se me dé la gana – contestó indignada.
- No, no puedes -
- ¿Y por qué no? -
- Porque yo lo digo y punto -
- ¿Ah si? Sueña que te haré caso, no eres nadie para mandarme -
- Soy mayor que tú, casi como tu hermano – le dijo desafiante.
- No eres mi hermano, y la edad no tiene nada que ver. No tienes ningún derecho para ordenarme algo -
- ¿Acaso no te enseñaron a respetar a tus mayores? ¿Y por qué no tengo ningún derecho? -
- Porque no eres mi conocido, ni compañero, ni amigo ni mucho menos mi hermano, ya te lo dije – Ginny empezaba a hastiarse y hace mucho que buscaba desahogarse – No soy nada para ti ni tú para mí, ¿Lo entiendes?
- ¿Que no eres nada para mí? ¿De qué hablas? -
- ¡Já! No juegues conmigo Potter, tú fuiste el que empezó – le miró decepcionada – Eres un idiota sin consideración, antes ni siquiera sé porque te dirijo la palabra si tu no lo hacías conmigo – desvió su mirada enojada.
- ¿Qué soy un idi...? – Harry asimiló lo que había dicho ella y sabía para donde iba; trató de desviar el tema – ¿Acaso no te fui a visitar cuando estabas enferma?
- Eso fue una pantomima, estoy segura de que no lo hiciste porque te nació -
- No digas tonterías, no sé de qué hablas -
Ginny no se iba a quedar callada, hace mucho que quería saber porque Harry se comportaba con ella de esa manera tan tajante. Esa pregunta siempre rondaba por su cabeza, y ahora que tenía la oportunidad no la iba a dejar ir.
- Sólo digo la verdad – afirmó decidida – Éramos amigos, por lo menos yo así lo sentía. Y no sólo amigos sino confidentes... pensé que lo éramos, pero veo que me equivoqué – parecía decepcionada - ¿Qué es lo que te pasa Potter? ¿Por qué ya ni siquiera te dignas a saludarme?
Harry no supo que responder. Intentó balbucear algo pero ni siquiera eso.
- Oh, ya veo – continuó ella descargando su enojo – Apuesto a que el gran Harry Potter no puede dirigirle la palabra a la pobretona Weasley porque sería humillante, ¿No es así? A veces ni entiendo si quiera que hables con mi hermano... Pensé que eras diferente.
- ¿Qué estás insinuando? – preguntó indignado - ¿Sabes qué? Tómalo como quieras, me importa poco lo que pienses – le dijo desdeñosamente.
- Oh, estás diciendo que lo que digo no tiene importancia, ¿Y acaso lo tuyo sí? -
- Piénsalo de ese modo o como quieras, me da igual, de todos modos eres una mocosa – por dentro Harry se preguntaba cómo había sido capaz de decirle eso, pero lo hecho, hecho estaba, y no podía echarse para atrás – Eres infantil, ni siquiera sé porque alguna vez te consideré mi amiga.
- ¡¿Infantil?! Eres un burro hablando de orejas. Tú eres el infantil, si fueras maduro hubieras hablado conmigo desde un principio, cualquier cosa, lo que pensabas, y no dejarme con la palabra en la boca cada vez que como una estúpida me dirigía hacia ti. Ahora, ¿quién es el infantil? Eres un imbécil.
- ¡No lo soy! Además, ¿Por qué iba a perder mi tiempo hablando con una niñita como tú? -
- ¡Eres un imprudente! ¿Cómo te atreves a decirme eso? -
- Porque quiero, puedo y no me da miedo ¡No estás a mi altura! -
Ya estaban descontrolados, los escarnios seguían y seguían. Si la habitación no poseyera ese hechizo aislador, y la puerta no fuera tan gruesa, los gritos de seguro se escucharían hasta Hogsmeade. De los comentarios irónicos habían pasado a los hirientes. Era una pelea del que respondiera lo mejor posible. Sus rostros estaban colorados de la furia y ahora estaban tan cerca que sus respiraciones se entremezclaban y los gritos eran más fuertes a sus oídos.
- ¡No! – Ginny explotó al último comentario de él – Eso sería denigrante, pensé que eras un buen chico pero ¡No te soporto Harry Potter!
- ¡¿Y crees que yo a ti sí?! – bramó Harry.
- ¡Eres detestable! ¡Un tarado, imbécil, estúpido, idiota, creti...! -
Un silencio profundo invadió la habitación. Cualquiera hubiera pensado que no había nadie. Ginny hubiera seguido con su lista interminable de insultos sino fuera porque no podía emitir sonido alguno. Estaba estática, sus ojos abiertos desmesuradamente y sus labios sellados a los de él...
Fue en un arrebato. Harry no pudo soportarlo, de pronto se dio cuenta de que sus rostros estaban muy cerca y un impulso lo invadió. Deseaba tanto poder besar aquellos labios que no pudo contenerse, a la vez que rodeaba sus brazos por la cintura de ella y la apretaba más a sí mismo.
Ginny se había quedado con la mente en blanco. Apenas estaba asimilando lo que había pasado... ¡Un momento! ¡La estaba besando! ¡¿Cómo era esto posible?! ¡Era Harry y él...!
Un sonido seco se oyó de repente. Su mano levantada en el aire. La mejilla de él estaba roja... Era lo único que supo hacer. Su única reacción fue separarse lo más rápido y propinarle al chico una fuerte cachetada.
Ginny miraba su mano también roja, el golpe había sido fuerte. Levantó su vista y lo observó. Estaba de lado, sus cabellos echados hacia delante tapaban sus ojos y se sostenía la mejilla ardiente con una mano.
- Yo... no.... yo – atinó a decir la pelirroja, en realidad no se le ocurría nada – yo.... cómo.... – se sorprendió al ver una sonrisa en el rostro de él, pero no era una sonrisa, más bien parecía una mueca, mezcla de dolor y arrepentimiento.
- A veces... tu mayor deseo puede descontrolarte, ¿sabías? – dijo en un tono bajo y reflexivo, mientras mantenía la misma posición, pero ahora su rostro no mostraba expresión alguna.
- ¿Qué...? – Ginny pensó mejor sus palabras, aún no pasaba de la impresión - ¿Por qué lo hiciste? – le preguntó, muy despacio. Su rostro mostraba seriedad pero a la vez confusión.
- Eso... ya no importa ahora – dijo él dándose la vuelta y mostrándole la espalda – no pude controlarme, siento que... – sacudió su cabeza – lo siento.
Virginia sabía que debía confrontarlo. Se dirigió hacia él y lo tomó del brazo, volteándolo para verlo cara a cara. Le miró directo a los ojos. Quiso saber qué era lo que pasaba por la mente del chico examinándolo pero no pudo hallar nada.
Ella aún conservaba la misma expresión. Hizo el intento de decir algo pero ni una palabra salió de sus labios. Finalmente la pelirroja le dijo...
- No me has contestado -
- ¡¿Es que acaso no lo entiendes Virginia?! – le respondió él un tanto exasperado y sosteniéndole la mirada – no lo entiendes... – dijo bajando los ojos – no pude controlarme eso es todo.
- No – replicó ella tajantemente – no acaba ahí y tampoco lo entiendo. Si hicieras el favor de explicármelo, todo sería más fácil ¿No lo crees? – le miró expectante.
Él sólo la observó tiernamente.
- Es muy simple... yo... te amo – afirmó lenta y lacónicamente, un poco sonrosado, mientras que Virginia abría sus ojos a más no poder manteniendo una expresión de incredulidad en su rostro.
- Esa es la simple razón Virginia – continuó él al ver que ella no diría nada.
- No... no – Ginny negaba incapaz de creerlo, era imposible que Harry Potter la amara... ¿O no?... – tú... eres... yo sólo... ¿acaso? – al tener este pensamiento su rostro cambió drásticamente y frunció el entrecejo - ¿Acaso te estás burlando de mí?
Harry no más le sonrió. Esa pequeña sonrisa hizo temblar levemente a la pelirroja.
- No sería capaz de hacer eso – le dijo haciendo un gesto negativo con la cabeza, mientras que le cogía la barbilla. Sabía que estaba haciendo mal pero lo deseaba. Deseaba poder besar aquellos dulces labios una vez más.
- Créeme... – añadió acercándose a ella y posando delicadamente sus labios sobre los de la joven. Los encontró tan dulces como la miel.
Ella se había estremecido al contacto. Sus ojos bien abiertos y sin poder articular ningún músculo.
Aunque Harry estaba feliz, era sólo un beso de uno, sólo estaban unidos sus labios. Iba a retirarse cuando le sorprendió de sobremanera que Ginny le estaba respondiendo. La pelirroja tímida en un principio se había relajado y decidida a aceptar aquellos labios comenzó ella también a besarlos, mientras cerraba sus ojos. Harry abrió los suyos mientras duró la sorpresa pero luego se entregó de lleno a aquel acto de amor. No sabía a ciencia cierta porque ella había respondido, pero eso no le importaba ahora.
Él la cogió suavemente de su cintura, rodeando luego su espalda de fino talle con sus fuertes brazos, apretándola contra él. Ella mientras tanto le rodeó el cuello con sus brazos, acariciándole sus cabellos. En ese momento para ellos no existió ni Dios ni universo, sólo ellos dos en el espacio infinito...
Pero lo bueno no dura para siempre y necesitaron pronto de oxígeno para respirar. Lentamente su fueron separando. Sus miradas fijas en el otro intentando comprender su reciente proceder. Un silencio incómodo reinó de nuevo en la habitación. Sus cuerpos ya estaban totalmente separados pero no se atrevían a decirse palabra.
- Lo creo – comenzó Ginny pero aún su cabeza inclinada y desviando la mirada – sólo... ¿Por qué?... ¿Cómo? – levantó su cabeza y le miró decidida.
El también la miró y supo que no podría desviar el tema. Ella buscaba una explicación y tenía que dársela.
- Te amo Virginia Weasley... – comenzó quedamente – Aún no sé cómo fue... sólo pasó... Te convertiste en mi amiga, teníamos mucho en común y rápidamente nos entendimos. No niego que en un principio sólo te veía como la hermanita de mi mejor amigo, pero tú eras especial... cuando estabas junto a mí, inexplicablemente me sentía feliz... te llegué a tener un gran cariño, que luego se transformó en un sentimiento más profundo... Te veía como más que una amiga... todo esto me estaba confundiendo, había en mi mente una mezcla de sentimientos que no podía ordenar, fue entonces cuando supe la verdad, supe en realidad lo que sentía por ti... -
- ¿Por qué no me lo dijiste? – le preguntó ella como reproche en tono pensativo, mientras le miraba.
- Lo iba a hacer... – le respondió con una sonrisa melancólica – reuní el valor para confesártelo y te hice una pequeña tarjeta, lo había preparado todo para ese día, pero... – Harry no continuó, pareció dolido por el recuerdo.
- ¿Pero...? – indagó ella expectante.
- Los hallé en un salón – Harry notó que la pelirroja no parecía entender, así que aclaró: – a ti y a Colin – una chispa de celos brilló en sus ojos momentáneamente – tú lo aceptabas y ambos se besaron... ¿Qué más podía hacer yo? – le replicó en tono irónico – comprendí que había perdido mi oportunidad, o quizás nunca la había tenido – de nuevo tristeza en su voz – ya habías escogido, lo mejor era dejar todo como estaba...
- ¿Nos estabas expiando? – le reclamó ella fuera de base.
- Te estaba buscando, no fue mi culpa que te encontrara en esas condiciones – respondió despectivamente.
- Está bien – dijo ella después de meditarlo – pero, Colin y yo... -
- No me lo tienes que recordar – se percibía disgusto en su voz – he tenido que callar y soportarlo todo en secreto... Sabía que no me podías amar, que sólo me veías como un amigo, pero no imaginas cómo me sentía cada vez que los veía juntos. Me dolía... quería olvidarte, pero por más que lo intentaba no podía, te tengo aquí clavada – dijo apuntando a su pecho – y ¡Diablos! – continuó desesperado – ¡No podía hacer nada! Pero tenía que intentarlo, lograr olvidarte por cualquier medio posible. Es por eso que me hice un propósito: te ignoraría, no te dirigiría la palabra, si ya no estabas en mi vida, tampoco lo estarías en mi mente. Pero fue peor – dijo reprochándose – aún no puedo sacarte de mi cabeza, no conseguí nada.
– Sé que debes odiarme, no te culpo por ello – continuó – ... no debí besarte así... comprendo por que lo hice pero ¿Y tú? No niego que disfruté el que me hubieras respondido aquel beso pero ¿Por qué lo hiciste? No juegues conmigo, sé que te amo pero no me gusta ser segundo plato, apuesto a que lo soy para ti ¿no es así? Te gustó burlarte de mí ¡¿verdad?! – explotó.
Otro sonido seco... el segundo en el día y en la misma mejilla. A Harry lo tomó por sorpresa.
- ¡¡Tonto!! – gritó Virginia, mientras unas pequeñas lágrimas perfilaban en sus ojos - ¿Qué insinúas? Eres un tonto, tengo sentimientos por si no te das cuenta, ¡Y no puedo creer que hayas sido tan ciego!
- ¿Qué... qué estás diciendo? – dijo Harry contrariado.
- ¡¿Es que acaso no lo entiendes?! – ya no eran unas simples lágrimas, Ginny estaba llorando. Al verla así, a Harry se le encogió el corazón - ¡¿Cómo puedes decir que jugaba ahora contigo si no sabes nada?!... No lo sabes ¿verdad?... Colin y yo terminamos, yo fui la que se lo pedí, me sentía mal, ya no podía continuar con esa farsa, y ¿Sabes por qué? Porque no podía sentir nada por él, porque mi corazón lo ocupaba otro... Colin lo sabía y aún así me pidió que fuera su novia... de tonta le acepté, pero lo estaba engañando y también a mí misma, porque por más que quisiera corresponderle ¡no te podía sacar de mi cabeza Potter! No podía...
Virginia intentó reprimir las lágrimas que salían de sus ojos...
- ¡¿Ya te diste cuenta?! ¡¿Entiendes que te amo?! He tenido que vivir con este sentimiento desde hace 6 años y no ha sido nada fácil... ver que para ti yo no existía, ver como mirabas a otras, oír de tus propios labios que te habías enamorado de Cho... Estaba convencida que no tendría esperanza... cuando Colin me confesó que me amaba no pude evitar sentirme culpable, pero no quería estar sola y por eso acepté ser su novia... Disculpe si al señor le molestó – dijo esto último en tono irónico – pero tú tuviste la culpa...
- Pero... yo... – Harry no sabía que decir, ¡ella le estaba confesando que lo amaba! Siempre había querido oír eso, pero esta vez... se sentía mal, ella también estaba sufriendo.
- Eres egoísta, sólo piensas en ti mismo... te haces la víctima y decides olvidarme, ¡vaya solución! No pensaste que me dolía que me ignoraras... si no aspiraba a que me amaras por lo menos tenía tu amistad, pero también me la negaste, sólo por tu inmadurez... Y ahora, peleas conmigo, me besas inesperadamente, lo vuelves a hacer y luego me reclamas ¿Qué? ¿Con qué derecho? ¿No te parece que estamos a mano? ¡Eres un insensible! – estaba haciendo un gran esfuerzo para no llorar más – ¡Con tu actitud no vales nada! Y lo peor de todo es que me duele, me duele decírtelo, porque aún te amo y tú... tú...
Virginia estalló en llanto, no pudo evitarlo. Le dio la espalda... no quería que la viera llorar.
Por la mente de Harry pasaban sin número de pensamientos. Rememoró aquel día en que forjaron una sólida amistad, el día en que ella le regaló aquel reloj, todo lo acontecido a partir de ese entonces... gratos y malos recuerdos lo inundaron. Recordaba todo lo que había pasado desde el momento en que entraron a esa habitación... las palabras dichas, la pelea, los insultos, aquel beso... y luego los reproches, las confesiones... Virginia llorando... su corazón comprimido por la culpa. Había sido un idiota egoísta. Ella tenía toda la razón. Y ahora ella lloraba, debía hacer algo, tragarse su orgullo y hacer algo, cualquier cosa, no podía perderla... no ahora...
Se acercó lentamente. Alzó su mano y cogió el brazo de la joven. Ella hizo el intento de zafarse pero él rodeó su cintura y la abrazó fuertemente. Se separó de ella y la volteó. Vio sus ojos hinchados y rojos por las lágrimas. Impulsivamente la atrajo de nuevo y la asió enérgicamente. Su flor... su pequeña flor estaba en ese estado por su culpa.
Virginia se aferró también a él. Estaba enojada pero lo quería, quería estar en sus brazos. Se sentía bien de esa manera, no quería separarse. Lentamente, sus lágrimas se fueron secando.
No necesitaron decirse palabras. Ese abrazo lo expresaba todo. Decidieron olvidar aquella pelea, los reproches, los rencores acumulados a través de todos esos años... Comprendieron que no había porque reñir más, no valía la pena. Se amaban, eso era lo importante.
Sus miradas se encontraron de nuevo. Harry decidió dar el primer paso. Sus labios volvieron a unirse pero esta vez era diferente. No había presiones y era por iniciativa propia.
El beso duró más tiempo, ambos lo disfrutaron a más no poder.
- ¿Puedo creer que me has perdonado? – dijo Harry en voz baja sin mirarla a los ojos cuando se separaron un poco.
- Has sido un cretino, me dan ganas de no hacerlo, pero estoy segura que luego me arrepentiría – le respondió ella con la cabeza apoyada en su hombro.
- Lo harías... – una sonrisa se dibujó en los labios de él mientras hundía su cabeza en los cabellos de ella, respirando su aroma – entonces milady... ¿aceptaría ser mi novia? – preguntó siguiendo su antiguo juego.
Ginny se separó de él y lo vio a los ojos.
- ¿Por qué aceptaría? – dijo ella despacio en modo de prueba – no lo sé... sería una difícil decisión – continuó en el mismo tono pero con una sonrisa.
- ¿Te parece si te ayudo a decidir? – dijo él siguiéndole el juego y besándola de nuevo.
- Con esto podría pensarlo – comentó ella cuando se separaron.
- ¿Es eso un sí? -
- ¿Lo crees? – Virginia le sonrió de nuevo con malicia y ahora fue ella la que lo besó.
- Lo creo... – respondió Harry como ella lo había hecho otrora.
- ¿Sabes? Creo que entrar a este salón no fue tan malo después de todo – le añadió ella sonriendo.
Se estaban acercando nuevamente para besarse, pues ese deporte ya les estaba gustando demasiado, cuando escucharon un ¡PLIN! Enseguida empezaron a buscar con la mirada a la persona que se había aparecido.
En el suelo había una pequeña figurita que había empezado a barrer con una escoba de aproximadamente 50 cm de altura. El personaje vestía de una forma algo extraña y extravagante: con una pequeña camisita a rayas púrpuras y azules como para un niño de 4 años; no tenía pantalones pero sí unos largos calcetines, los dos diferentes, el primero de color amarillo con rayas rojas y el otro rojo con puntitos blanco. El atuendo lo completaba un pequeño sombrerito de copa color marrón y con dos aberturas a cada lado para dar espacio a las largas orejas de la criatura.
- ¿Dobby? – inquirió extrañado Harry
La criatura detuvo su labor y alzó la cabeza buscando a aquel que lo había nombrado. Al encontrarlo, el elfo doméstico expresó una gran sonrisa y un brillo de alegría cruzó sus ojos.
- ¡Harry Potter, señor! – exclamó lleno de júbilo – ¡A Dobby le alegra verlo de nuevo señor!
Dobby corrió directo hacia Harry y le cogió la pierna como si fuera un abrazo.
- A mí también Dobby – le dijo Harry separándolo y ocurriéndosele una gran idea – necesitamos tu ayuda.
Con el "necesitamos" Dobby reparó al fin en la chica que se encontraba al lado del "Niño que vivió", sólo que no sabía quien era.
- Los ayudaré con mucho gusto, Harry Potter, señor – dijo el pequeño elfo - ¿La señorita es su amiga?... ¡Oh! No me responda, disculpe mi impertinencia – corrigió rápidamente.
- No te preocupes Dobby – intentó calmarlo Harry – Ella es Virginia Weasley...
- Llámame Ginny – le interrumpió ella dirigiéndose al elfo, un poco divertida por su comportamiento.
- Sí – corroboró Harry – y se podría decir que es mi amiga, bueno, no tanto, bueno, de otra manera, bueno... mejor olvídalo Dobby, el caso es que queremos que nos ayudes a salir de aquí -
- No habría problema, Harry Potter, señor, pero si no es mucha imprudencia, ¿Podría decirme porque se encuentra con la señorita en este salón hechizado? – preguntó Dobby ingenuamente.
- Es una larga historia Dobby, estamos aquí encerrados desde las 10:00 Am y ya son la 1:30 Pm, mucho tiempo si te das cuenta -
- ¿Y en que podría ayudarle Dobby, señor? -
- Tú puedes aparecerte en cualquier parte Dobby – comenzó Ginny adivinando el plan de su novio – necesitamos que vayas con Dumbledore o con cualquier profesor, menos con Snape – recalcó – y le digas de nuestra situación.
- Lo haré enseguida señorita Virginia – dijo sumisamente el elfo.
- Gracias, y ya te dije que me llamaras Ginny -
- Sí, como usted diga, a Dobby le gusta servirle señorita Virginia – y diciendo esto desapareció.
- Le dije que no necesitaba llamarme así – dijo contrariada.
- Descuida, él es así, desde segundo año le vengo diciendo que sólo me llame por mi nombre, pero siempre me dice "Harry Potter, señor" – le respondió él resignado.
- Ya veo -
- A propósito, ¿Cómo supiste que esa era mi plan para salir de aquí? – le preguntó confundido.
- No lo sé, sólo lo supe, pensemos que te leí la mente y ya está – atinó a una sonrisa.
- Qué interesante – respondió él. De pronto como si se acordara de una cosa se dirigió hacia el sofá en que antes se había sentado y agarró algo que Virginia no pudo ver.
- ¿Qué es? – preguntó curiosa.
- Son para ti... – dijo sonriéndole mientras le extendía el aún conservado y hermoso ramo de tulipanes negros.
Guarda, pues, este hermoso ramillete que te ofrezco,
Unas flores negras te entregaría,
Guárdalas, nada temas, es un presente
Del jardín de mis eternas alegrías.
- ¿Son tus favoritos verdad? -
- Preciosos... – dijo tomándolo suavemente - pero, ¿Cómo lo sabías? -
- Aquel día en que me regalaste este reloj – dijo mostrándole su regalo – salimos a caminar por el jardín y vimos aquel hermoso campo de estas flores, fue entonces cuando me lo dijiste -
- Ahora lo recuerdo – Virginia acariciaba su preciado ramillete – reflejan tu alma... eso dije ese día...
- No entendí tus palabras en ese entonces, pero ahora las comprendo perfectamente, tú... yo... lo siento -
- No – sacudió su cabeza – no te disculpes, ahora ya todo es diferente, y a pesar de eso me sigo identificando con estas hermosas flores... Son únicas en su especie pero nunca ves un prado con sólo un tulipán... Siempre están juntos... así sean dos, pero siempre unidos... – sonrió – Dime Harry, ¿Quieres ser como los tulipanes?...
Él le regaló una cálida sonrisa para luego abrazarla.
- Ya sabes mi respuesta... – le expresó dulcemente al oído.
- Son increíbles ¡Por 4 horas! Ni porque me pagaran resistiría tanto tiempo encerrado
- No durarías ni un minuto Ronnie, a los 5 segundos ya habrías tumbado la puerta de tanto golpearla desesperado -
Los tres estallaron en carcajadas al comentario de Hermione, mientras Ron les mandaba miradas asesinas.
Se encontraban en el Gran Comedor. Hacía ya una hora que tanto Harry como Virginia habían salido de aquel salón gracias a Dumbledore, que había sido avisado por Dobby. El director se había mostrado muy divertido al escuchar toda la historia acerca de la broma de Peeves pero se guardó sus comentarios. Ahora disfrutaban de una deliciosa comida y se habían pasado el tiempo en contarle su odisea a sus amigos. Sólo se habían reservado los pequeños detalles como los de su reciente relación. Decidieron que los sorprenderían después.
- ¿Qué estas insinuando Mione? – dijo Ron disgustado.
- Nada, nada, sólo bromeaba – dijo Hermione dándole un beso rápido en los labios - ¿Me crees tan mala? – agregó poniendo cara de inocente.
- ¿Por qué me parece que siempre te aprovechas de mí, Mione? – Ron le veía divertido.
- ¡Oh, vamos! – exclamó Hermione rodeándole con su brazo.
Enseguida los dos iniciaron una pequeña pelea, dándose golpes quedaditos mientras reían.
- Aún parecen unos niños – rió Ginny.
- Pero no más que lo fuimos nosotros – comentó Harry.
- Lo sé, pero prometimos olvidar todo aquello ¿Lo recuerdas? -
- Por supuesto – dijo Harry ofreciéndole una de sus mejores sonrisas y uniendo sus frentes.
Al mismo tiempo, ambos juntaron sus manos por debajo de la mesa y se siguieron viendo como cómplices de un bonito secreto.
La luna se alzaba majestuosa en el cielo nocturno mientras las estrellas despedían un brillo curioso si las veías detenidamente. El silencio reinaba en todo el castillo. Era más de medianoche y todos disfrutaban de un tranquilo sueño.
Sin embargo, había alguien despierto. Harry Potter se encontraba en su Sala Común sentado al frente de la chimenea viendo las llamas arder. Llevaba puesto unos pantalones azul turquí de mezclilla y una camiseta blanca manga sisa.
Una inmensa alegría lo inundaba. Todos los sucesos acontecidos en ese día recorrían rápidamente su mente, en especial aquellos en esa habitación... Se reprochaba a sí mismo por su comportamiento anteriormente, si le hubiera confesado su amor a Virginia todo habría sido más fácil, tanto para él como para ella... porque Ginny le correspondía, eso lo hacía el hombre más feliz sobre la faz de la tierra en esos momentos. Si antes amarla lo hacía desdichado, ahora le alegraba de sobremanera...
Un leve ruido lo sacó de sus pensamientos. Miró hacia la escalera en caracol que conducía a los cuartos y vio a alguien que bajaba. La pudo reconocer enseguida. Podía incluso sentir su aroma. Ella estaba en pijama y la túnica de clases la abrigaba. Pero llevaba algo agarrado en sus manos. Cuando la luz del fuego la iluminó, Harry pudo distinguir dos tulipanes negros.
Virginia bajó hasta donde él sonriéndole.
- Tampoco puedes dormir ¿Verdad? – él le abrió un espacio para que ella se sentara a su lado.
- Ahora tú eres el que lee mi mente... – Virginia se echó en el sofá y se abrazó a él. La sensación de estar en sus brazos era una de las cosas que más le gustaba.
- Puede ser... – le dijo mientras besaba su frente – dime, ¿Y los tulipanes?
- Pues, puse el ramo que me diste en mi mesita de noche, y tuve el impulso de coger dos al salir de mi habitación – comentó mirando sus flores.
- Bueno señorita, demando atención por favor – dijo alzándola del sofá para luego coger uno de los tulipanes y hacer una venia - ¿Me permitiría esta pieza?
- Sería un honor, caballero -
Entonces Harry le rodeó la cintura y comenzaron a guiarse por una suave música que sólo oían ellos dos. Se movían lentamente, como queriendo disfrutar de cada segundo juntos. Ella le abrazaba por el cuello y él le susurraba delicadas palabras al oído que la hacían sonrojar.
De repente, en un impulso, Harry la cogió de las manos, estirándole los brazos y comenzando a darle vueltas no tan rápidas. Extrañamente, los tulipanes que descansaban en la mano de cada uno, no se habían estropeado. Virginia reía siguiéndole el juego y Harry por su parte lejos estaba de tener sueño y preocuparle si hacían ruido o no.
- No te sueltes Gin – advirtió Harry sonriéndole – si lo haces no me hago responsable.
- Ni se te ocurra soltarme – río de nuevo.
- ¡Vamos Virginia! – exclamó también riendo - ¡Me siento feliz! – dijo alzando un poco la voz.
- ¡Harry! ¡Vas a despertar a todos! – lo miró divertida.
- Es lo que me impide gritar a los cuatro vientos que ¡Te Amo! -
- ¿Y por qué no ahora un "Te Amo" silencioso? – Virginia lo hizo parar.
- Sería un placer milady – dijo Harry comprendiendo a qué se refería.
Los dos se miraron a los ojos tiernamente. Sus labios se unieron expresando todo el amor que sentían, todas sus emociones y alegrías se resumieron en aquel beso. Fue especial y dulce a la vez. Ya no se sentían solos, su complemento estaba a su lado, era una sensación indescriptible... Una luz destellaba en sus corazones, aquella luz que encierra el sentimiento más hermoso que puede albergar un ser humano... el amor...
Parecían dos tulipanes.... formaban un solo ser... siempre juntos, así como aquellas Flores Negras...
FINNota de la Autora: ¡¡Terminé!! Ahora sí que me siento realizada ^^UUUU Llevo escribiendo sin parar como desde las 3:00 Pm y ya es tardísimo (9:00 Pm) =P De todos modos me había llegado la musa y no hay que desaprovechar esa oportunidad. Siento haberlo hecho tan cortito pero ya les había avisado ^^UU
¿Y qué les pareció? Ya sé que de seguro esperaban otro final, algo más emocionante o más trágico, pero es que soy una romántica empedernida, sorry, y bueno a lo último ya ni sabía que escribir y de repente se me ocurrió esto. A mí personalmente me gustó pero no sé si les parezca muy cursi ^^UUU ¿o creen que no debí solucionar los problemas tan fácilmente?
También siento lo irreal de las bolas de piedra y lo poco original de lo de la encerrada en la habitación pero ya les dije ¡No se me ocurría nada! ^^UU Estoy segura que muchos pensaron que luego la parejita abriría la puerta por "la fuerza del amor..." ¡No! qué les pasa, soy cursi pero tampoco. ^-^ Y les digo esto porque dos de mis betas dijeron lo mismo, jejejeje n_n
Otro dato es que ¿recuerdan el poema que está de fondo? Bueno, en realidad termina de otra forma y triste pero entonces no quise que mi primer fic terminara de ese modo sino que tuviera un final lindo y cambié los últimos versos, por eso no les van a congeniar con el resto del poema y suenan un poco ridículos, pero por favor, pido comprensión, no soy poetisa n_nUUUU.
¡En fin! Lo hecho, hecho está y ya dejó el fic así n_n
De paso agradezco también a mis betas que me ayudaron un resto, no sé que hubiera hecho sin Andrea, Lina y bueno, también a mi hermano que fue el primero en leerla (¡Tan lindo!). Les mando un besazo a ellas y a él, y les dedico ésta, mi primera historia, aunque dudo que se paseen por aquí, jejejeje ^^UUU.
Nuevamente gracias a todos los que leyeron esta historia y a los que dejaron sus reviews, de verdad que fue muy importante para mí su opinión, ¡Arigato! ^-^
Ahora la contestación a los reviews:
Morgana: Hola¡ qué bien que te gustó el fic y vaya que sí me esforcé, no te imaginas las veces que tuve que releer la historia para quedar contenta, ya me la sé hasta de memoria ^-^UUU. ¿La idea es buena? ^o^ jejejeje, en realidad creí que no era tan diferente a las demás, después de todo se basa en el romance pero ahora me acuerdo del cambio de roles y jajajaja ustedes se pillan todo, a mí ni se me pasó por la cabeza en un principio n_nU. Sí, Harry sufre pero ya era hora y ¿Bastardo? O_o uff, me dejaste sin palabras jajajaja. En cuanto a tu impaciencia, ya relájala pues aquí ya tienes el 3 cap, espero que te guste, me costó mucho hacerlo y ojalá que no te den náuseas de lo cursi que está (lo digo porque me lo dijeron a mí :( ;_; ¡Bueno! Tengo que superarlo ^^UUUU Y gracias por las felicitaciones, besos a ti también ^e^ ¡Chau!
Darklade: ¡Genial que te gustó! n_n y que bien que te hizo ilusión la dedicación del anterior capítulo ^_- ¿Te asustaste? ^o^ uhu, pensé que había sido muy obvia, pero vaya, me alegra que te haya sorprendido. ¡Si o no! esa escena me encantó ¿sensual? A mí me parece sexy, es que ¡tan! Jajajajajaja =P . ¡Ah! Gracias también por el dato de Rowling, ¡ojalá que sea verdad! n_n por cierto, ¿ya conseguiste el libro de Quidditch a Través de los Tiempos de Kennilworthy Whisp? ^o^ ¡es el verdadero! ¡con la autorización de Jo! Ya lo compré y leí, es re bien y entretenido, te lo recomiendo, lo publicaron hace poco. Estaba pensando en transcribirlo aquí en Fanfiction para los que no lo puedan conseguir ¿Qué dices? ¿Es buena idea o es pésima? ^^UUU Hablando de otra cosa, siempre he tenido una duda, ¿J.K. significa Joanne Kathleen? O_o nunca he podido averiguar y necesito ese dato urgente ¿lo sabes? Tengo otras preguntas pero ahora no se me ocurre ninguna =P Weno, un beso pa' ti también y ya ves que actualicé rápido, ojalá te guste el final ^-^ . ¡Y el poema! ¡Es re lindo ¿verdad?! Y fue el que me inspiró para escribir ^^U, pero bueno como ya leíste arriba, en realidad los últimos versos son diferentes en el original, si quieres conseguirlo completo sin cambios me dices y yo te lo mando ^-^ Muy bien, entonces gracias de nuevo por escribirme y ¡Bye bye! n_n
Nia 88: Hi¡ me alegra que te haya gustado el 2 chap, a mí me pareció el más divertido n_nU, y espero que el tercero te guste también y no te decepcione ^-^ ¿Te llega Colin, eh? a mí más o menos, a veces es encantador pero otras de verdad desespera y ¡por supuesto! Ginny debería estar mil y más veces con Harry, son la pareja perfecta ¡¿Por qué muchos no se dan cuenta?! ^-^ jejejeje, exageré un poquito pero weno, qué voy a hacer, me encanta cuando están juntos n_n. ¡Bye!
Ginny-potter-irene: ^-^ ¿Eres romántica verdad? No digo nada porque yo también y mucho, jejejeje. Y weno, saliste ganando n_n aquí tienes el final rosa que me pediste, espero te haya gustado, si no, me lo dices. ¿Lo del pasillo? ¿Si o no que fue una de las mejores escenas? ^o^ personalmente me encantó, ¡fue tan linda! ^-^ Bueno, gracias por escribir, ¡nos vemos!
Lore: Hola¡ ^-^ gracias por lo de muy bueno n_n
bue, aquí tienes el 3 cap y ¡ya se reconciliaron! ¿cómo crees que los
iba a dejar peleados? ^o^ ¡me encanta que estén juntos! Jejejeje,
weno, te agradezco los ánimos y también por escribirme ¡chao! ^-^
Y también les pido esta vez que me dejen ¡¡sus reviews!!, me comentan sobre el final y todo el cuento ¿Listo? ^_-
¡No olviden el botoncito morado! =)
Annia
"Volará quien le ponga alas a sus sueños..."
