N/A: Solo quería agradecer a quienes dejaron un review * ^ . ^ * significa
tanto para mi, GRACIAS! Bueno, a la historia.
Disclaimers: Ni Kaoru ni Enishi ni ningún personaje de Rurouni Kenshin me pertenece, pertenecen al gran Watsuki-sensei
Entre Luz y Oscuridad
Capítulo primero:
Nieve, sangre y profecias.
Era una helada noche de invierno, los copos de nieve parecían pequeñas estrellas que abandonaban los cielos para cubrir el bosque y a los participantes de la tragedia que ocurría en él. La escena era horrible y a la vez conmovedora. Un hombre cayendo muerto en la nieve manchada con sangre. Una navaja volando en el aire, marcando el rostro de un joven, cuyo cabello era tan rojo como la sangre derramada. Una hermosa mujer cayendo inerte en los brazos del hombre que amaba. Un niño con los cabellos volviéndose blancos en segundos, a la vez que su rabia crecía y sus ojos se volvían de un azul hielo.
"Tomoe!, por favor no me hagas esto"- la voz era casi un susurro que venía del joven pelirrojo-
"Anata, Kenshin, ashiteiru"- decía Tomoe en un hilo de voz, mientras alzaba la delicada mano para acariciar su rostro.
"NOOO!!!!!! NEE-SAN!- ese fue el grito del pequeño- TÚ, MALDITO!- dijo apuntando a Kenshin, mientras un aura brillante rodeaba su figura, haciendo, su ahora, pálido cabello abatirse-
"Enishi"- la voz de Tomoe era apenas audible, no más que un susurro.
"MALDITO!"- el aura de Enishi se compactó, y luego salió disparada contra Kenshin, haciéndolo volar varios metros.
"Nee-san"- Enishi se agachó a levantar a su hermana- "Nee-san, por favor, no te mueras. Haré lo que sea, pero por favor no mueras.."
En ese momento una cegadora luz envolvió todo el lugar y una oscura voz habló, había algo en esa voz, que helaba la sangre.
"Que así sea. Tú seras mi escogido"- dijo la voz, e inmediatamente todo desapareció, la oscuridad lo envolvió todo.
--------------------------
Enishi despertó en su cama a media noche sin ninguna expresión en particular mas que un odio absoluto. Ese recuerdo era el que mantenía vivo el odio en su interior. Ese maldito Battousai se lo arrebató todo. Primero el cariño y la atención de su hermana, y luego su libertad. Y lo peor de todo es que, aunque su hermana seguía con vida, él no podía tenerla a su lado. El Señor de las Tinieblas la tenía presa consigo, para así asegurarse de que él cumpla todas sus órdenes. Es por eso que el había entrenado todos los días desde aquella noche. De una forma u otra iba a recuperar a su hermana y asegurarse de que fuera feliz. Pero si o si tendrá su venganza, Battousai pagaría por todo esto. *~*~*
Era el odio de Enishi lo que atrajo al Señor de las Tinieblas. Él sabía del potencial de Enishi, y sabía que si despertaba una gran cantidad de odio en él, su poder se contaminaría y podría usarlo a su servicio. Fue por eso que planeó el incidente en el bosque y se aseguró de que Enishi lo viera. Una vez él había creído que Battousai sería su elegido, pero el muy idiota se enamoró. Por eso ahora se aseguraba que la maldita perra que echó a perder a uno de sus más prometedores aliados, sufriera lo más posible. Al igual que la maldita elegida de la Luz, pero de eso se encargaría Enishi.
"Ya casi es tiempo"- decía de nuevo aquella voz fría lanzando una carcajada, proveniente de un hombre de gran altura sentado en la oscuridad de su cuarto, observando a través de las ventanas, de lo que era una enorme mansión, una brillante estrella fugaz.
*~*~*
"Ya casi es tiempo"- decía también la voz grave de Hiko Seijuro, quien se encontraba en el patio del palacio de la Luz. Estaba pronosticado que cuando Zan, esta estrella fugaz, cruzara la Luna, entre Luz y Oscuridad los escogidos se encontrarían y se perderían, y el destino del universo estaría en sus manos. Y que cuando Zan desapareciera el equilibrio ya habría retornado y sería el comienzo y el fin al mismo instante. Hiko aun no comprendía la predicción en su totalidad, nadie lo hacía. Solo se sabía que Zan era como una señal para todos de que la batalla tendría lugar en poco tiempo, y que el destino del universo estaba en juego.
"Pensaba que solo Kaoru-dono tenía la costumbre de hablar para sí"- la voz venía de detrás de un gran árbol
"Baka deshi.."- respondió Hiko con una casi sonrisa- "la enana pronto tendrá que pelear por todos nosotros..."
"No, no lo hará sola. Nosotros estaremos ahí también"- lo interrumpió Kenshin con los ojos dorados por un instante.
"ahh...claro, tu juramento de protegerla. Pero olvidas que la batalla final será solo de ella, y sin importar cuanto la queramos proteger, ni que creamos que ella no merece esto, sino una vida común y corriente, por la pureza de su alma, no podremos evitarlo. Es por esa pureza que fue escogida. Nadie posee tal pureza"- en los ojos oscuros de Hiko uno podía ver tal tristeza que conmovía el alma de cualquiera.
"Shisou... usted realmente la quiere como a una hija"- la realización de esto hizo que los ojos de Kenshi se agrandaran un poco por la sorpresa.
Hiko simplemente lanzó una triste carcajada- "Baka, ella es mi hija"- el rostro de Kenshin normalmente sin expresión alguna, ahora mostraba una sorpresa estupefacta- "si, curioso no. Que de mi saliera tal pureza, bueno se parece mucho a su madre. Tiene los mismos ojos, tan azules como el más puro zafiro. Pero tiene mi talento con las espadas y la energía, además de mi temperamento."-la mirada de Hiko estaba llena de sentimientos nunca antes vistos en él, 'nostalgia..' la nombró Kenshin- "Pero, escuchame bien baka deshi, si dices una palabra de esto..."
"Pero no crees que ella tiene derecho de saber la verdad.."
"No!, ni se te ocurra. Si ella lo sabe pondría en riesgo todo, con tal de que yo no peligre ni pelee, y entonces ella no se concentraría en su parte de la batalla y podría..."-Hiko prefirió dejar esa frase sin terminar, el solo pensar en ello hacía que su pecho se contrajera.
"Es por eso que pediste un guardián para ella, no? Porque si pudieras, tú mismo te enfrentarías al escogido de la Oscuridad, con tal de que ella no corriera peligro.."- en los ojos de Kenshin uno podía percibir cierta simpatía por su maestro.
"Sanosuke es su guardián dado por el destino, quien se ha encargado de su protección todos estos años, y la quiere como si fuera su pequeña hermana, al igual que Megumi, quien es la Sanadora, la encargada de curar a todos si somos heridos en el campo de batalla. Tú eres su protector por decisión propia, y te lo agradezco"- esto último borró de la mente de Kenshin lo que iba a decir a continuación, era la primera vez que oía a su shisou agradecer algo- "al igual que te exijo que no dejes que nada la hiera hasta que, hasta que le toque pelear su batalla"
"Hice un juramento, y pienso cumplirlo."- respondió Kenshin con voz ronca- "Pensar que yo pude convertirme en el escogido del mal, recordar toda la destrucción que causé. Es lo menos que puedo hacer. Proteger a Kaoru-dono con mi vida."
*~*~*
"Ahh... Que bonito día!!"- decía Kaoru mientras se desperezaba camino al comedor para su desayuno, cortesía de Kenshin. 'ahhh... Kenshin... si solo la llamara por su nombre, sin el odioso y frio...
"Ohajou gozaimazu Kaoru-dono"- vino el saludo en cuanto corrió el soji del comedor.
"Ohajou Kenshin"- saludó Kaoru notando el maldito dono. Cualquiera pensaría que luego de convivir por más de diez en la misma casa él podría, debería, por lo menos, llamarla por su nombre sin tanta formalidad innecesaria.
"Oi minna. Tengo hambre!! - vino el acostumbrado saludo de su guardián- "mmm, que rico!! Que suerte que cocinaste tu Kenshin, aun no me recupero del último intento de Jou-chan"
Por supuesto que luego de tal declaración vino el acostumbrado- "Oi, eso duele Jou-chan!!"- cuando Kaoru lo golpeó en la cabeza con la funda de su sakabattou.
"Es para que aprendas a tener un poco de respeto Tori-atama"- fue la explicación de una aun furiosa Kaoru. Era cierto que su cocina nunca había sido lo que se dice comestible, nunca había tenido tiempo para aprender las artes culinarias, su madre había muerto cuando ella era aun una bebé, por lo cual no le había podido enseñar, y el resto de su vida se la pasó entrenando para salvar el universo. Así que discúlpenla si no sabía como demonios hacer una buena comida, además no había porqué recordárselo, lo tenía bien presente.
"Oh, eso es cierto Tori-atama"- esta frase detuvo totalmente la línea de pensamientos de Kaoru. Megumi jamás había tomado partido abiertamente a su favor.- "Después de todo es solo una niña, no tiene porqué saber como cocinar si aun no ha crecido lo suficiente para alcanzar la mesada de la cocina. Hohohoho"- Kaoru juraría que vio unas orejas de zorro aparecer sobre la cabeza de Megumi mientras reía.
"Bueno si hablamos de altura, mi baka deshi tampoco se queda tan atrás de la enana"- a esto la figura de Kaoru se envolvió de un aura de furia, mientras los ojos de Kenshin se volvían dorados por un instante. 'Una cosa era que una persona insultara su comida, pero que dos la llamaran enana...' pensaba Kaoru, mientras imaginaba que crecía lo suficiente para ser llamada gigante y aplastar a esos dos con un enorme pie.
"Vamos comamos antes de que se enfríe"- 'o antes de que Sano se lo acabe todo' Kenshin terminó la frase en su cabeza con una gotita sobre su cabeza, a la vez ponía fin, antes de que comenzara, a un estallido del temperamento de su protegida.
*~*~*
Luego del desayuno cada uno dio comienzo a sus actividades. Hiko y Kaoru fueron al patio a entrenar. Kenshin fue al bosque a practicar y luego al pueblo a comprar los ingredientes para la comida. Sano fue al templo a entrenar con el monje Anji. Y Megumi a la clínica a seguir con sus clases. Aun siendo la Sanadora debía saber de donde provenía una dolencia para poder curarla. En mayoría de los casos era bastante fácil para ella el descubrirlo, pero otros...
"Por favor señora, si no me deja examinarla no podré ayudarla"- decía la galena tratando de mantener la calma, aunque uno podía una vena creciendo en su frente.
"mmn mnn.."- fue lo único que consiguió como respuesta además de que la anciana se acurrucara aun más.
"Y yo que pensé que no había nadie más terca que tanuki"- dijo la bella doctora dando un suspiro- "Muy bien, no me deja opción señora"- y con esto lanzó rayos de luz por las manos que al tocar a la anciana se volvieron cuerdas, que la sujetaron lo suficiente como para que Megumi terminara de examinarla y usara su poder para sanarla.- "Ya está"
"Ya me siento mejor, gracias"- luego de esto salió disparada por la puerta.
"Muy bien, quien sigue?"-decía la doctora Takani mientras revisaba algunos papeles.
"Oi megitsune"- esto mando escalofríos por la espalda de la galena
"Y ahora que pasó tori-atama?"- dijo con enojo creciente al notar que la mano que había sanado hace apenas tres días estaba ahora cubierta de sangre.
"Hey!, no me veas así zorrita. Fue culpa de Anji" - se defendió Sano
"Juro Sano que si tengo que volver a curarte una vez más esta semana haré que Kaoru cocine por un mes"
"Che, no seas así. Prometo que será la ultima vez de la semana, pero no nos tortures así! Sabes que adoro a Jou-chan, pero preferiría saltar en un precipicio a probar otra de sus comidas"- a esta declaración Megumi no pudo evitar una sonrisa.
"Muy bien, ahora pon esa mano aquí"- lo cual Sano hizo con un sonrisa que pronto se volvió en una expresión de dolor mientras Megumi examinaba la herida.
"Oi, eso duele zorrita"
"Los hombres son todos unos bebés"- dijo por lo bajo al tiempo que posaba una de sus largas manos sobre la herida. Una pequeña luz salió de ella y la herida desapareció.
*~*~*
Los gritos de dolor se expandían por todo el lugar. No era más que una larga y oscura caverna, iluminada con una cuantas antorchas aquí y allá, solo que éstas eran de un fuego azul, tétrico, que más que dar calor, daban escalofríos. Los gritos provenían de personas tiradas por ahí, siendo torturadas con sus más horrorosos recuerdos, atrapadas en si mismas, reviviendo una y otra vez lo que las colocó aquí, en el infierno. Mucha gente cree que el infierno es un lugar de terrible sufrimiento físico, pero el verdadero infierno está dentro nuestro, y es peor que cualquier maltrato físico, porque no hay escapatoria.
Solo había una jaula, hecha de oro y plata, dentro de ella se encontraba una hermosa mujer acurrucada en una esquina. Los cabellos, tan oscuros como el ébano, le llegaban a media espalda y los sostenía en una coleta justo en la nuca, con unos mechones cayendo suavemente sobre sus delicadas facciones. Tenía la piel más blanca que la nieve y los ojos más negros y profundos que el más puro infinito. A diferencia del resto no estaba gritando, es más, su rostro no mostraba ninguna expresión, lo único que delataba su inmensa tristeza eran las silenciosas lágrimas que corrían por sus mejillas.
"Kenshin, anata..."- su voz no era más alta que la más suave brisa.
N/A: Hola de nuevo, que opinan? Bueno, la historia entre Kenshin y Tomoe es la misma, excepto, claro, el final. Perdón para aquellos a quienes no sean precisamente fan de T/K, pero por el bien de E/K, lo prefiero así. Si, lo sé, Hiko padre de Kaoru?, bueno fue una idea del momento, pero creo que podría funcionar. En el próximo capítulo se cumplirá la profecía. Espero que aun sigan leyendo esto. Es el primer fic que hago, porfa aliénteme, dejen un review, aunque sea solo para decir que no les gustó, aunque espero que si.
Love you minna-san
ari_g
Vocabulario:
Anata: querido, amado. Manera en que la esposa llama a su esposo.
Nee-san: hermana mayor.
Battousai: nombre que se da a Kenshin, porque las técnicas que generalmente usa son todas con posición battou, la espada se encuentra en la funda y la extrae en una fracción de segundos. 'sai' es un sufijo que se utiliza para demostrar respeto, algo así como el más poderoso.
Kaoru-dono: manera en que Kenshin llama a Kaoru, significa 'señorita Kaoru', pero aun más formal.
Baka deshi: forma en que Hiko llama a Kenshin, significa 'estúpido pupilo'.
Shisou: significa 'maestro'
Ohajou gozaimasu: literalmente 'es usted muy madrugador' por lo cual solo se utiliza a la mañana, bien temprano. Ohajou es la forma corta.
Soji: puertas hechas de papel de arroz.
Oi: exclamación que utiliza Sano como saludo y para llamar la atención.
Minna: todos.
Jou-chan: apodo que Sano da a Kaoru. Significa 'pequeña damita'
Tori-atama: cabeza de gallo
Sakabattou: espada con filo invertido. En el manga y animé pertenece a Kenshin pero en este fic es Kaoru quien la utiliza.
Tanuki: mapache. Otro de los apodos de Kaoru
Megitsune: mujer zorro. Apodo que da Sano a Megumi.
Disclaimers: Ni Kaoru ni Enishi ni ningún personaje de Rurouni Kenshin me pertenece, pertenecen al gran Watsuki-sensei
Entre Luz y Oscuridad
Capítulo primero:
Nieve, sangre y profecias.
Era una helada noche de invierno, los copos de nieve parecían pequeñas estrellas que abandonaban los cielos para cubrir el bosque y a los participantes de la tragedia que ocurría en él. La escena era horrible y a la vez conmovedora. Un hombre cayendo muerto en la nieve manchada con sangre. Una navaja volando en el aire, marcando el rostro de un joven, cuyo cabello era tan rojo como la sangre derramada. Una hermosa mujer cayendo inerte en los brazos del hombre que amaba. Un niño con los cabellos volviéndose blancos en segundos, a la vez que su rabia crecía y sus ojos se volvían de un azul hielo.
"Tomoe!, por favor no me hagas esto"- la voz era casi un susurro que venía del joven pelirrojo-
"Anata, Kenshin, ashiteiru"- decía Tomoe en un hilo de voz, mientras alzaba la delicada mano para acariciar su rostro.
"NOOO!!!!!! NEE-SAN!- ese fue el grito del pequeño- TÚ, MALDITO!- dijo apuntando a Kenshin, mientras un aura brillante rodeaba su figura, haciendo, su ahora, pálido cabello abatirse-
"Enishi"- la voz de Tomoe era apenas audible, no más que un susurro.
"MALDITO!"- el aura de Enishi se compactó, y luego salió disparada contra Kenshin, haciéndolo volar varios metros.
"Nee-san"- Enishi se agachó a levantar a su hermana- "Nee-san, por favor, no te mueras. Haré lo que sea, pero por favor no mueras.."
En ese momento una cegadora luz envolvió todo el lugar y una oscura voz habló, había algo en esa voz, que helaba la sangre.
"Que así sea. Tú seras mi escogido"- dijo la voz, e inmediatamente todo desapareció, la oscuridad lo envolvió todo.
--------------------------
Enishi despertó en su cama a media noche sin ninguna expresión en particular mas que un odio absoluto. Ese recuerdo era el que mantenía vivo el odio en su interior. Ese maldito Battousai se lo arrebató todo. Primero el cariño y la atención de su hermana, y luego su libertad. Y lo peor de todo es que, aunque su hermana seguía con vida, él no podía tenerla a su lado. El Señor de las Tinieblas la tenía presa consigo, para así asegurarse de que él cumpla todas sus órdenes. Es por eso que el había entrenado todos los días desde aquella noche. De una forma u otra iba a recuperar a su hermana y asegurarse de que fuera feliz. Pero si o si tendrá su venganza, Battousai pagaría por todo esto. *~*~*
Era el odio de Enishi lo que atrajo al Señor de las Tinieblas. Él sabía del potencial de Enishi, y sabía que si despertaba una gran cantidad de odio en él, su poder se contaminaría y podría usarlo a su servicio. Fue por eso que planeó el incidente en el bosque y se aseguró de que Enishi lo viera. Una vez él había creído que Battousai sería su elegido, pero el muy idiota se enamoró. Por eso ahora se aseguraba que la maldita perra que echó a perder a uno de sus más prometedores aliados, sufriera lo más posible. Al igual que la maldita elegida de la Luz, pero de eso se encargaría Enishi.
"Ya casi es tiempo"- decía de nuevo aquella voz fría lanzando una carcajada, proveniente de un hombre de gran altura sentado en la oscuridad de su cuarto, observando a través de las ventanas, de lo que era una enorme mansión, una brillante estrella fugaz.
*~*~*
"Ya casi es tiempo"- decía también la voz grave de Hiko Seijuro, quien se encontraba en el patio del palacio de la Luz. Estaba pronosticado que cuando Zan, esta estrella fugaz, cruzara la Luna, entre Luz y Oscuridad los escogidos se encontrarían y se perderían, y el destino del universo estaría en sus manos. Y que cuando Zan desapareciera el equilibrio ya habría retornado y sería el comienzo y el fin al mismo instante. Hiko aun no comprendía la predicción en su totalidad, nadie lo hacía. Solo se sabía que Zan era como una señal para todos de que la batalla tendría lugar en poco tiempo, y que el destino del universo estaba en juego.
"Pensaba que solo Kaoru-dono tenía la costumbre de hablar para sí"- la voz venía de detrás de un gran árbol
"Baka deshi.."- respondió Hiko con una casi sonrisa- "la enana pronto tendrá que pelear por todos nosotros..."
"No, no lo hará sola. Nosotros estaremos ahí también"- lo interrumpió Kenshin con los ojos dorados por un instante.
"ahh...claro, tu juramento de protegerla. Pero olvidas que la batalla final será solo de ella, y sin importar cuanto la queramos proteger, ni que creamos que ella no merece esto, sino una vida común y corriente, por la pureza de su alma, no podremos evitarlo. Es por esa pureza que fue escogida. Nadie posee tal pureza"- en los ojos oscuros de Hiko uno podía ver tal tristeza que conmovía el alma de cualquiera.
"Shisou... usted realmente la quiere como a una hija"- la realización de esto hizo que los ojos de Kenshi se agrandaran un poco por la sorpresa.
Hiko simplemente lanzó una triste carcajada- "Baka, ella es mi hija"- el rostro de Kenshin normalmente sin expresión alguna, ahora mostraba una sorpresa estupefacta- "si, curioso no. Que de mi saliera tal pureza, bueno se parece mucho a su madre. Tiene los mismos ojos, tan azules como el más puro zafiro. Pero tiene mi talento con las espadas y la energía, además de mi temperamento."-la mirada de Hiko estaba llena de sentimientos nunca antes vistos en él, 'nostalgia..' la nombró Kenshin- "Pero, escuchame bien baka deshi, si dices una palabra de esto..."
"Pero no crees que ella tiene derecho de saber la verdad.."
"No!, ni se te ocurra. Si ella lo sabe pondría en riesgo todo, con tal de que yo no peligre ni pelee, y entonces ella no se concentraría en su parte de la batalla y podría..."-Hiko prefirió dejar esa frase sin terminar, el solo pensar en ello hacía que su pecho se contrajera.
"Es por eso que pediste un guardián para ella, no? Porque si pudieras, tú mismo te enfrentarías al escogido de la Oscuridad, con tal de que ella no corriera peligro.."- en los ojos de Kenshin uno podía percibir cierta simpatía por su maestro.
"Sanosuke es su guardián dado por el destino, quien se ha encargado de su protección todos estos años, y la quiere como si fuera su pequeña hermana, al igual que Megumi, quien es la Sanadora, la encargada de curar a todos si somos heridos en el campo de batalla. Tú eres su protector por decisión propia, y te lo agradezco"- esto último borró de la mente de Kenshin lo que iba a decir a continuación, era la primera vez que oía a su shisou agradecer algo- "al igual que te exijo que no dejes que nada la hiera hasta que, hasta que le toque pelear su batalla"
"Hice un juramento, y pienso cumplirlo."- respondió Kenshin con voz ronca- "Pensar que yo pude convertirme en el escogido del mal, recordar toda la destrucción que causé. Es lo menos que puedo hacer. Proteger a Kaoru-dono con mi vida."
*~*~*
"Ahh... Que bonito día!!"- decía Kaoru mientras se desperezaba camino al comedor para su desayuno, cortesía de Kenshin. 'ahhh... Kenshin... si solo la llamara por su nombre, sin el odioso y frio...
"Ohajou gozaimazu Kaoru-dono"- vino el saludo en cuanto corrió el soji del comedor.
"Ohajou Kenshin"- saludó Kaoru notando el maldito dono. Cualquiera pensaría que luego de convivir por más de diez en la misma casa él podría, debería, por lo menos, llamarla por su nombre sin tanta formalidad innecesaria.
"Oi minna. Tengo hambre!! - vino el acostumbrado saludo de su guardián- "mmm, que rico!! Que suerte que cocinaste tu Kenshin, aun no me recupero del último intento de Jou-chan"
Por supuesto que luego de tal declaración vino el acostumbrado- "Oi, eso duele Jou-chan!!"- cuando Kaoru lo golpeó en la cabeza con la funda de su sakabattou.
"Es para que aprendas a tener un poco de respeto Tori-atama"- fue la explicación de una aun furiosa Kaoru. Era cierto que su cocina nunca había sido lo que se dice comestible, nunca había tenido tiempo para aprender las artes culinarias, su madre había muerto cuando ella era aun una bebé, por lo cual no le había podido enseñar, y el resto de su vida se la pasó entrenando para salvar el universo. Así que discúlpenla si no sabía como demonios hacer una buena comida, además no había porqué recordárselo, lo tenía bien presente.
"Oh, eso es cierto Tori-atama"- esta frase detuvo totalmente la línea de pensamientos de Kaoru. Megumi jamás había tomado partido abiertamente a su favor.- "Después de todo es solo una niña, no tiene porqué saber como cocinar si aun no ha crecido lo suficiente para alcanzar la mesada de la cocina. Hohohoho"- Kaoru juraría que vio unas orejas de zorro aparecer sobre la cabeza de Megumi mientras reía.
"Bueno si hablamos de altura, mi baka deshi tampoco se queda tan atrás de la enana"- a esto la figura de Kaoru se envolvió de un aura de furia, mientras los ojos de Kenshin se volvían dorados por un instante. 'Una cosa era que una persona insultara su comida, pero que dos la llamaran enana...' pensaba Kaoru, mientras imaginaba que crecía lo suficiente para ser llamada gigante y aplastar a esos dos con un enorme pie.
"Vamos comamos antes de que se enfríe"- 'o antes de que Sano se lo acabe todo' Kenshin terminó la frase en su cabeza con una gotita sobre su cabeza, a la vez ponía fin, antes de que comenzara, a un estallido del temperamento de su protegida.
*~*~*
Luego del desayuno cada uno dio comienzo a sus actividades. Hiko y Kaoru fueron al patio a entrenar. Kenshin fue al bosque a practicar y luego al pueblo a comprar los ingredientes para la comida. Sano fue al templo a entrenar con el monje Anji. Y Megumi a la clínica a seguir con sus clases. Aun siendo la Sanadora debía saber de donde provenía una dolencia para poder curarla. En mayoría de los casos era bastante fácil para ella el descubrirlo, pero otros...
"Por favor señora, si no me deja examinarla no podré ayudarla"- decía la galena tratando de mantener la calma, aunque uno podía una vena creciendo en su frente.
"mmn mnn.."- fue lo único que consiguió como respuesta además de que la anciana se acurrucara aun más.
"Y yo que pensé que no había nadie más terca que tanuki"- dijo la bella doctora dando un suspiro- "Muy bien, no me deja opción señora"- y con esto lanzó rayos de luz por las manos que al tocar a la anciana se volvieron cuerdas, que la sujetaron lo suficiente como para que Megumi terminara de examinarla y usara su poder para sanarla.- "Ya está"
"Ya me siento mejor, gracias"- luego de esto salió disparada por la puerta.
"Muy bien, quien sigue?"-decía la doctora Takani mientras revisaba algunos papeles.
"Oi megitsune"- esto mando escalofríos por la espalda de la galena
"Y ahora que pasó tori-atama?"- dijo con enojo creciente al notar que la mano que había sanado hace apenas tres días estaba ahora cubierta de sangre.
"Hey!, no me veas así zorrita. Fue culpa de Anji" - se defendió Sano
"Juro Sano que si tengo que volver a curarte una vez más esta semana haré que Kaoru cocine por un mes"
"Che, no seas así. Prometo que será la ultima vez de la semana, pero no nos tortures así! Sabes que adoro a Jou-chan, pero preferiría saltar en un precipicio a probar otra de sus comidas"- a esta declaración Megumi no pudo evitar una sonrisa.
"Muy bien, ahora pon esa mano aquí"- lo cual Sano hizo con un sonrisa que pronto se volvió en una expresión de dolor mientras Megumi examinaba la herida.
"Oi, eso duele zorrita"
"Los hombres son todos unos bebés"- dijo por lo bajo al tiempo que posaba una de sus largas manos sobre la herida. Una pequeña luz salió de ella y la herida desapareció.
*~*~*
Los gritos de dolor se expandían por todo el lugar. No era más que una larga y oscura caverna, iluminada con una cuantas antorchas aquí y allá, solo que éstas eran de un fuego azul, tétrico, que más que dar calor, daban escalofríos. Los gritos provenían de personas tiradas por ahí, siendo torturadas con sus más horrorosos recuerdos, atrapadas en si mismas, reviviendo una y otra vez lo que las colocó aquí, en el infierno. Mucha gente cree que el infierno es un lugar de terrible sufrimiento físico, pero el verdadero infierno está dentro nuestro, y es peor que cualquier maltrato físico, porque no hay escapatoria.
Solo había una jaula, hecha de oro y plata, dentro de ella se encontraba una hermosa mujer acurrucada en una esquina. Los cabellos, tan oscuros como el ébano, le llegaban a media espalda y los sostenía en una coleta justo en la nuca, con unos mechones cayendo suavemente sobre sus delicadas facciones. Tenía la piel más blanca que la nieve y los ojos más negros y profundos que el más puro infinito. A diferencia del resto no estaba gritando, es más, su rostro no mostraba ninguna expresión, lo único que delataba su inmensa tristeza eran las silenciosas lágrimas que corrían por sus mejillas.
"Kenshin, anata..."- su voz no era más alta que la más suave brisa.
N/A: Hola de nuevo, que opinan? Bueno, la historia entre Kenshin y Tomoe es la misma, excepto, claro, el final. Perdón para aquellos a quienes no sean precisamente fan de T/K, pero por el bien de E/K, lo prefiero así. Si, lo sé, Hiko padre de Kaoru?, bueno fue una idea del momento, pero creo que podría funcionar. En el próximo capítulo se cumplirá la profecía. Espero que aun sigan leyendo esto. Es el primer fic que hago, porfa aliénteme, dejen un review, aunque sea solo para decir que no les gustó, aunque espero que si.
Love you minna-san
ari_g
Vocabulario:
Anata: querido, amado. Manera en que la esposa llama a su esposo.
Nee-san: hermana mayor.
Battousai: nombre que se da a Kenshin, porque las técnicas que generalmente usa son todas con posición battou, la espada se encuentra en la funda y la extrae en una fracción de segundos. 'sai' es un sufijo que se utiliza para demostrar respeto, algo así como el más poderoso.
Kaoru-dono: manera en que Kenshin llama a Kaoru, significa 'señorita Kaoru', pero aun más formal.
Baka deshi: forma en que Hiko llama a Kenshin, significa 'estúpido pupilo'.
Shisou: significa 'maestro'
Ohajou gozaimasu: literalmente 'es usted muy madrugador' por lo cual solo se utiliza a la mañana, bien temprano. Ohajou es la forma corta.
Soji: puertas hechas de papel de arroz.
Oi: exclamación que utiliza Sano como saludo y para llamar la atención.
Minna: todos.
Jou-chan: apodo que Sano da a Kaoru. Significa 'pequeña damita'
Tori-atama: cabeza de gallo
Sakabattou: espada con filo invertido. En el manga y animé pertenece a Kenshin pero en este fic es Kaoru quien la utiliza.
Tanuki: mapache. Otro de los apodos de Kaoru
Megitsune: mujer zorro. Apodo que da Sano a Megumi.
