Nota de la autora: Los flamers anti-HH , son unos verdaderos pesados. ¿ Porqué no nos dejarán en paz a todos los que amamos lo diferente? No voy a dejar de escribir HH por ellos. Solo me demuestran que no saben convivir con tolerancia. HH4ever.

Gracias a todos/as los que seguís la historia. Gracias Manuel, por ser un chico estupendo, y sacar la cara por todos los amantes del HH. Eres el mejor ;D

Disclaimer: Los personajes utilizados en este fanfic no me pertenecen. Son propiedad de JKR, Scholastics, Bloomsbury, Warner Bross y otras entidades. No hay ningún ánimo de lucro en la redacción del texto, y se ha realizado por puro placer y amor hacia los personajes.

Capitulo 3 Cambios inesperados

Arthur Weasley puso un gesto de contrariedad. Su gesto de preocupación, hacía que sus ojos se dirigieran al infinito. Su mujer, daba vueltas a su alrededor, llevándose las manos a la cara. Después se cubría la boca, después se tocaba la mejilla, luego se mordía las uñas...

" Molly , basta ya!!- le amonestó su marido- me estás poniendo más nervioso de lo que estoy!

" Pero, cómo quieres que reaccione? Esto es un desastre.

El sr. Weasley tomó aire despacio.

" Y qué querías que hiciera? Que me callara, con todas las barbaridades que están haciendo?

" Pero, ir en contra del mismísimo ministro, Arthur!!! Y ahora qué?

" Ya veremos...

" A quién se le ocurre? A quién se le ocurre?- Molly estaba tan nerviosa, que estaba retorciéndole a su marido, una de las mangas de la túnica.

" No podía callarme Molly. No podía. Ese dichoso Fudge, diciéndonos públicamente en el consejo ministerial, que no pensaba retirar los dementores de Azkaban. Y ese maldito Malfoy, a su lado , que no sé qué diablos pinta siempre tan cerca del ministro. ¿No se dan cuenta de la verdadera relación que tiene con Quién-tú-sabes? ¿Nadie va a admitir que el señor oscuro ha vuelto?

" Arthur, pero no hay nada que tú puedas hacer. Ni siquiera tienes voto en el consejo. Solo se te permite asistir. Si alguien tiene algo que decir que sea Dumbledore- movió la cabeza contrariada- gracias a Dios que al menos Percy es más discreto que tú...

" No Molly- dijo el sr. Weasley, cortando las palabras de su mujer, y bajando la mirada nuevamente hacia su taza de te humeante- Percy me apoyó en mis argumentos. El también...bueno, él también...

Esta vez , Molly tuvo que sentarse de la impresión.

" Oh, D-i-o-s m-í-o- murmuró Molly abatida- Pero Dumbledore tiene que hacer algo...

" Dumbledore tiene influencia en el consejo, Molly, pero no es Dios.

Molly ya no tenía fuerzas para decir una sola palabra más.

***

Ginny permaneció muda tras la puerta. Sus padres continuaron la discusión. Había oído una última frase de su madre, pronunciada con desesperación, y le hizo comprender lo que de verdad sucedía. No quiso seguir escuchando. Subió corriendo las escaleras hasta su dormitorio. Ni siquiera le interesaba lo que pudiera estar sucediendo en el jardín. Al llegar a su habitación, se sentó bruscamente en la cama, y se tapó la cara con las manos. Necesitaba consolarse y lloró hasta desahogarse. De pronto notó una mano en el hombro.

" Qué pasa Ginny?- le dijo Hermione algo asustada. Ginny quiso sonreirle, pero el recuerdo de la escena del jardín, le hizo mover los hombros para retirar la mano de su amiga.

" Nada- murmuró . Hermione notó la incomodidad de Ginny. Supuso que debía ser algo serio.

" Puedes confiar en mí- le dijo.

" Harry, está aún en el jardín?- preguntó Ginny.

Hermione frunció ligeramente el ceño. ¿Cómo sabía Ginny que...? ¿Les había visto acaso?¿ Lloraba por eso?

" Harry se ha quedado aún un rato abajo...- dijo algo titubeante- oye, Ginny , entre Harry y yo no hay nada, solo ...-comenzó a explicar.

" No tiene nada que ver con eso. Y además ambos sois libres- dijo Ginny levantando la cabeza hacia los ojos de su amiga, sosteniendo la mirada, casi desafiante- tengo que ir a hablar con mi hermano, eso es todo.

" Me gustaría ayudarte...

" Antes quiero contar con mi hermano- Ginny se levantó, y dirigiéndole una mirada muy leve y entristecida a Hermione, se fue a buscar a Ron.

*** A la mañana siguiente, todos los rostros de los miembros de la familia Weasley eran un poema dedicado a la consternación. El sr. Weasley se había marchado nuevamente a Londres . Harry y Hermione, no cesaban de mirarse el uno al otro interrogantes.

" Harry, cariño, ¿quieres más leche?- preguntó la sra. Weasley, mientras echaba te en su taza.

Harry no se atrevió a decirle nada, pero ella dándose cuenta, comenzó a llorar amargamente, y se dio la vuelta, para ocultar su rostro. Sus hijos, como impulsados por un resorte, se levantaron de la mesa, y fueron a abrazarle.

" No pasa nada, mami- le dijo Ron, dándole un beso en la mejilla. No podía soportar verla así. Ambos hermanos se miraron a los ojos. Hermione empezaba a pensar que alguien se había muerto, porque tanto misterio, y tanto dolor no eran normales. Harry se puso en pie.

" Sra. Weasley, tanto Hermione como yo, nos sentimos parte de esta familia, y nos gustaría que nos dijera lo que sucede- dijo muy seriamente y afectado- quisiéramos poder ayudar.

" Oh, Harry, tesoro, cuánto te lo agradezco, pero no creo que puedas hacer nada. Lo que pasa es que...- y en ese momento, Ron miró a su madre como si quisiera ponerle una mordaza. Y lógicamente, calló.

" Esto , Harry, es algo delicado, y preferiríamos que no os preocupaseis- dijo Ron en un tono muy digustado y firme.

La sra. Weasley no sabía qué decir. No le hubiera importado contarle a los chicos lo sucedido, pero parecía que su hijo Ron, no estaba de acuerdo.

Harry algo ofendido, se fue de la cocina sin terminar el desayuno, y Hermione le siguió. Pero esta, nada más salir, le retuvo sujetándole por una manga de la camisa, y se quedaron detrás de la puerta para poder escuchar. Harry le negó con la cabeza, pero aunque tiró de ella para llevársela, las palabras que oyó, le hicieron quedarse allí, tras la puerta.

" Porqué no quieres contarles nada, hijo? Creo que se han molestado.

" Mamá, me da vergüenza- soltó Ron tristemente, dejándose caer con desgana encima de una silla.

" Hijo que hayan despedido a tu padre y a tu hermano del ministerio, no es una vergüenza, es una injusticia- dijo la sra. Weasley- tu padre es un hombre luchador, honrado y por ello ciertos personajes no le respetan.

Harry y Hermione, abrieron la boca sorprendidos. ¡ Habían despedido a los Weasley! Con razón los hermanos se sentían tan mal. Especialmente Ron, que siempre andaba lamentándose de su situación económica. A Hermione le faltó poco para abrir la puerta y decirles que no se preocuparan por nada, pero no lo hizo.

"Vámonos- le susurró Harry al oído. Le hizo un gesto, y Hermione caminó tras él, hasta la habitación de Ron. Rebuscó en una caja de madera pequeña, que contenía sus efectos personales, y extrajo un saquito, de color dorado, con un lazo azul que llevaba sus iniciales por dentro.

" Aquí está el dinero - dijo satisfecho, mirando a Hermione- con esto podremos ayudarles, hasta ver qué solución encuentran.

" No lo aceptarán- dijo Hermione, torciendo el gesto.

" Lo harán.

" Ah, sí, cómo ?- Hermione le miró escéptica. " Tú déjame a mí. Tengo experiencia en convencer Weasleys para aceptar ayuda- le dijo Harry guiñándole un ojo. Hermione se sintió recelosa, pero por si acaso fue a buscar a su habitación, otro saquito de su dinero.

*** Al caer la tarde, el sr. Weasley ya había regresado de recoger sus últimos efectos personales del ministerio. La sra. Weasley había mandado a sus hijos que limpiaran el jardín de luciérnagas que ya no dieran luz suficiente. De este modo, los sres. Weasley se sentaron a discutir sobre las próximas facturas que deberían afrontar. Percy, nada más llegar se había encerrado en su habitación y parecía no querer hablar con nadie.

" Veamos, lo más urgente, es el colegio de los chicos. La paga anual de cortesía que se entrega a Hogwarts- dijo el sr. Weasley- 50 galeones por cada uno, hacen un total de 200 - una desgastada pluma iba anotando en un pergamino un montón de números que se escribían solos, según iba hablando - los uniformes, libros, y material pueden ascender a unos 850 sickles por cada uno, total otros 200 galeones. Mmmmm... total 400...

" No llega Arthur, deja de hacer números. Tenemos que comprar las túnicas de gala de los pequeños, y aún están los plazos que hay que pagar por la nueva cocina de chispa rápida- murmuró Molly , casi entre dientes- y los de la escoba nueva para ti, que te empeñaste en comprar hace dos meses.

" Mmmm, sí falta bastante- dijo Arthur preocupado, tocándose la barbilla- si tuviéramos 100 galeones más...- Arthur miró interrogante a su mujer, quien adivinó enseguida sus intenciones.

" No, eso no. No voy a pedírselos a los gemelos. Ese dinero es de ellos. Ya me dieron la mitad de lo que ganaron en esa apuesta.

" Entonces tendremos que intentar pedir un préstamo en Gringotts, puede pasar un tiempo hasta que consiga otro empleo- se lamentó. Molly sintió un escalofrío solo de pensarlo. En ese momento, tocaron a la puerta del salón con cierta insistencia.

" Ron, Ginny, iros de aquí- gritó la sra. Weasley. La puerta se abrió, y la cabeza de Harry se asomó por el resquicio. Sin pedir permiso, entró , seguido por Hermione.

" Buenas tardes, disculpen que les molestemos, pero Hermione y yo queríamos hablar con ustedes. Ambos levantaron la cabeza , mirándoles expectantes. Harry miró a Hermione quien le hizo un gesto rápido , para que prosiguiera.

" Sabemos lo que está sucediendo, y queremos contribuir con nuestro dinero para ayudarles - dijo de un tirón, temiendo flaquear. Los sres. Weasley , sorprendidos, no supieron reaccionar durante los primeros instantes. Hermione mostró dos saquitos de hilo, prendidos por unas cintas.

" Aquí hay 100 galeones en total- dijo. Respuesto ya, el sr. Weasley, palmeó la espalda de los dos muchachos.

" Es muy amable de vuestra parte, pero no los podemos aceptar.

" Porqué no? Ustedes los necesitan, y nosotros podemos colaborar. Por favor, sr. Weasley, permítanos que...- comenzó a decir Hermione, tan roja como debió ser en otro tiempo el cabello del sr. Weasley.

" De ningún modo- dijo tajante el sr. Weasley. Molly no dejaba de mirar los dos saquitos que bailaban en la mano de Hermione.

Harry sacudió la cabeza, mostrando disconformidad. Miró al sr.Weasley firmemente y dijo con voz segura.

" En ese caso, sr. Weasley, abandonaré esta casa, y estoy seguro de que Hermione me acompañará- y miró a la muchacha, que asintió con timidez- No podemos permitir, que ustedes se hagan cargo de nosotros en estas condiciones.

" Eso sí que no. Harry, estás aquí porque Dumbledore nos lo pidió y nosotros deseamos protegerte. Podrías estar en peligro. No permitiré que vuelvas a casa de los Dursley!!!- dijo la sra. Weasley, casi gritando. Se levantó del tresillo de terciopelo desgastado, con un impulso nervioso. Era cierto que estaba preocupada por el muchacho, pero no podía dejar de pensar en los dos saquitos que llevaba Hermione.

" Claro, que no , pero eso no significa que...- prosiguió el sr. Weasley. Pero su mujer, le interrumpió bruscamente sin ningún miramiento.

" Si tenemos que aceptar el dinero para que te quedes, lo haremos- Miró a Hermione con algo de avidez, y esta se acercó y le dio el dinero. Molly los cogió rápidamente, y se los puso sobre el regazo.

" Gracias por aceptarlo, sra. Weasley- dijo Hermione.

" No, no gracias a vosotros....esto es solo un préstamo, os lo devolveremos en cuanto podamos. Este dinero, va a servir para muchas cosas, sobre todo para el colegio de mis hijos- los muchachos vieron cómo unas lágrimas avergonzadas surcaban el rostro de la mujer.

El. Sr. Weasley, se había quedado mudo. Para su orgullo de patriarca, que unos muchachos le tuvieran que dar el soporte económico para que su familia siguiera adelante, era algo muy duro. No se atrevía a decir nada.

" No le digan nada de esto a Ron, por favor- suplicó Harry, dirigiéndose ya a la puerta-sé que se sentiría mal.

Antes de que las emociones les afectaran aún más, los chicos dejaron el salón a toda prisa, sin mirar más a los dueños de la casa.

***fin capitulo 3***