EL CUERVO

LA PROMESA A LA LÁPIDA

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Sakura se levantó sobresaltada en medio de la noche. Un cuervo graznando, un ser que emergía de la oscuridad eterna reclamando justicia y venganza. No sabía como lo sabía, pero lo sabía. Miró por la ventana, y encontró solamente un par de plumas oscuras, pero la ventana cerrada a cal y canto. Además, Kero no había ni siquiera chistado. Entonces, ¿acaso sería que se estaba volviendo loca por la falta de Shaoran?

-Shaoran...te extraño tanto... –musita Sakura mientras aprieta las plumas contra su pecho. Mira hacia la noche sin final– Shaoran...

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Mientras tanto, Tomoyo estaba en el departamento de Eriol. Ambos parecían apesadumbrados después del fatídico espectáculo.

-Eriol....¿por qué? –lloriqueaba Tomoyo completamente destrozada

-No lo sé...y todavía no alcanzo a creerlo...

-¡Pero si él no hizo nada! –le espetó, como si en algo arreglara las cosas

-Ya no hay nada que hacer, Shaoran está muerto y eso es todo

-Debe haber algo...tú eres el mago más poderoso...¡haz algo!

-No puedo. Jugar con la necromancia es algo que tiene su precio, como toda magia negra al ser usada, reclama algo a cambio

Tomoyo entonces rompió a llorar abiertamente.

-Dios mío Eriol....por qué...¿cómo es que sucedió esto?

-Créeme...lo voy a averiguar...por él...

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Shaoran después de vagar toda la noche llegaba a un claro en el bosque que estaba en el parque. Guiado por el cuervo en su pequeño peregrinar, la noche todavía permanecía impertérrita, aunque ya no quedaba tiempo para nada más sino para ocultarse de los rayos del sol. Apoyó la lanza contra el suelo y miró el papel, el primer nombre

-Ikawa, Makoto. Muy bien, será el primero...–entonces sintió una presencia que a la vez no lo era– ¿quién anda ahí?

-Nadie, Shaoran Li....¿o quien eres tú en realidad?

-Eso no tengo porque decírtelo –respondió Shaoran al momento

-Entiendo. Tú eres aquel que regresó de la muerte...tú eres al que revivieron con los antiguos poderes de Quor Toth....

Shaoran se quedó en su lugar, y retó a la nada.

-No tengo ni la más mínima idea qué es eso de los poderes de Quor toth –dijo Shaoran

-Aunque hicieron mal su trabajo...No puedo ver tu alma...pero si quieres saberlo te lo diré: utilizaron la magia más oscura y más negra de todas las magias negras solamente para cumplir tu deseo...

De un rápido movimiento, Shaoran pudo sacar de la oscuridad circundante a un sujeto con un hábito similar al de los monjes derviches

-Qué dem... –y al momento, aquel lugar se transformó en un lugar ensombrecido, donde de lado y lado se podían apreciar hábitos idénticos al que sostenía entre sus manos. Lo miró una vez más con amenaza, mientras lo sostenía ahora en vilo– ¿qué demonios es lo que quieres?

-Solo estoy aquí para guiarte –respondió el monje

-¿De veras? –dijo mientras lo estrechaba más fuerte, pero entonces notó algo– eres un...espíritu. ¿Por qué mandan a un espíritu a guiarme? ¿y en qué, si se puede saber?

-Te diré, que Shaoran Li como tal ha muerto, asesinado por la injusticia de los hombres. Pero tu deseo de justicia y de vengar la muerte de tus seres queridos, parece que logró trascender las barreras de la muerte, y te dio la oportunidad de cumplir tu deseo

-Justicia y venganza... –murmuró Shaoran, y miró hacia el cuervo, que reposaba en una rama alta de un viejo árbol, impertérrito– bien señor monje...por el momento si entendí, ahora, lamento dejarlo, pero debo comenzar a hacer unas visitas sociales

-¿Qué vas a hacer? ¿aniquilarlos y ya? –apuntó el monje– sabes que lo único que es más tétrico que la verdad...es la conspiración detrás de ella

-¿Estás diciendo que hubo algo más que un asesinato para acabar con mi familia?

-Exacto. Imagina esto por un momento: si la familia más poderosa de Asia desaparece, ¿quiénes se beneficiarían?

Shaoran se quedó silencioso en medio de la noche. No lo había visto desde ese punto de vista. Entonces, si podría haber alguien que hubiera maquinado todo desde el principio. Solo faltaba encontrar, ¿por qué acabarlos a todos?

-Algo aquí no me huele nada bien –Shaoran recogió la lanza que había recobrado en la policía– será mejor que comience con mis averiguaciones...a mi modo...

-Oh vamos...no creo que sea una buena hora, ya casi amanecerá. Igual, no creo que sea muy recomendable que te presentes así, podrían reconocerte

-Estoy legal y clínicamente muerto, si me identifican lo mínimo que les pasaría es que se los lleven a un manicomio –dice Shaoran– pero tal vez tengas razón...comprarme algo de ropa no estaría nada mal...–el cuervo graznó con fuerza, anunciando que el sol estaba próximo a salir–esta noche podrás comenzar...además, creo que tendrás que comenzar por la visita más importante de todas

Shaoran lo miró entonces con gravedad. "La visita más importante de todas"

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-¿Pero qué demonios sucedió aquí? –inquiere el sargento de la policía al guardia encargado de la morgue, al encontrar desaparecido el cuerpo de un recién ejecutado, y más encima encontrar un ventanal y un espejo quebrados–¡¡oficial mediocre!! ¿por qué no se me avisó de esto?

-Porque todos los reos están en sus celdas, señor –respondió el oficial

El impetuoso y ya algo pasado de kilos sargento Kobayashi quedó a mitad de camino, y a punto de quedar en ridículo frente a todos sus oficiales. Era cierto lo dicho por aquel policía. Solo un cuerpo desaparecido en la morgue de la cárcel más segura de todo Japón.

-Señor, tenemos el video de vigilancia –dijo entonces otro oficial apareciendo tras de él

-¡Dame eso! –dijo arrebatándole el objeto. Lo puso y las imágenes a blanco y negro lo dejaron más pálido que un muerto. ¡Un vivo en la morgue! ¡un considerado muerto se había mandado de más de 7 pisos y no había ni rastro de él! Fuera de trozos de carne quemada y mal coagulada.

-Avísenme si encuentran algo más –dijo mientras tomaba el cassette

-Pero señor, no puede tomar...

Demasiado tarde. El oficial ya salía hacia el estacionamiento. Montó en su viejo Camaro, y arrancó a toda velocidad con rumbo desconocido, mientras sentía el miedo crecer en su interior, junto con una conjetura alocada, pero digna de ser tomada en cuenta: estaba vivo, Él estaba vivo...

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-Hummm....eso es –dijo el monje fantasma– así te ves mejor que con ese uniforme de preso.

Shaoran terminó de ponerse su nueva indumentaria y asintió. Estaba vestido completamente de negro. Unas botas, pantalón y una casaca, negras ambas, y el toque final. Un gabán de tonos tan oscuros como los de la noche. Semejante cantidad de negro en un solo lugar, contrastaban con la palidez de su rostro y con las delgadas líneas rojas de su rostro. Tomó el largo bastón  (que en realidad lo era, la hoja misteriosamente había quedado guardada en el cuerpo de aquel largo objeto). El muchacho tomó el papel y miró el nombre: Makoto Ikawa. Su residencia actual es cerca del centro de la ciudad.

-¿Irás entonces? –le inquirió el espíritu al joven

-Iré, solo... –dijo Shaoran– después, sabrás donde encontrarme

-Muy bien...solo recuerda...se hará justicia, de una u otra forma –y al momento se desvaneció.

Shaoran comenzó a caminar en medio de la gente. A cada paso que daba, le hacía recordar sus últimos pasos en este mundo de penurias como un ser vivo, para regresar quien sabe de donde, a seguir paseándose por este mundo de penas, dolores....muerte...

Sin saber como, llegó al fin a un larga planicie verde, donde la paz se respiraba y el silencio reinaba imperturbable. El cementerio, el último reducto de paz que le quedaba...

Ieran Li. Amada madre –reza la primera de una serie de cinco lápidas. Fanren, Feimei, Fuutie y Shiefa. Sus ojos se cierran al ceder ante el dolor. Puede que estuviera muerto, pero el dolor aún permanecía, y eso era capaz de matarlo otras mil veces.

-Esto es mi culpa. Si ese día no hubiéramos discutido...no habría dejado desguarnecida la mansión y posiblemente no hubiesen acabado de esa manera...–entonces tocó las lápidas una por una– se hará justicia...a cualquier costo...El cuervo así lo jura...

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-Hola Sakura –le saludó Tomoyo con una sonrisa triste– ¿lista?

Eriol, quien estaba de pie junto a Tomoyo, asintió. Traía un ramo de flores blancas, y las entregó a Sakura, quien luchaba por no quebrarse ante el dolor de la pérdida del ser amado.

-Lista –respiró profundamente y se dispuso a entrar, cuando Sakura, y el mismo Eriol sintieron una descarga de energía...pero se sentía tan diferente... –¿qué es esto Eriol?

-Solo puedo percibir oscuridad –murmuró Eriol– no puedo saber quien es el portador de esa energía

Entonces un cuervo de mediano tamaño aleteó desde la entrada. Ella cerró los ojos, tratando de hallar al dueño de semejante poder...pero al igual que Eriol, solo puede ver oscuridad total. Siente como la energía se desplaza, dirigiéndose a algún lugar en la ciudad. Trata de seguir su rastro, pero al llegar a cierto punto se detiene. Las lápidas de los familiares muertos de Shaoran, tienen una extraña marca. Ella se inclina algo para poder verla mejor y es un dibujo de algo con alas. No sabe lo que es, pero está dibujado con algo escarlata oscuro. Ella le pasó un dedo...y reconoció la extraña pintura. Están pintadas con sangre...

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Ya casi es hora del atardecer y el sargento Kobayashi llegó a su destino. Un bar llamado "Green house". Ingresó al lugar, donde habían bailarinas de todo tipo haciendo bailes obscenos, y algunos parroquianos.

Ignorando aquellos detalles, subió por una escalera que tenía la leyenda "Prohibido el paso a personas no autorizadas". Subió las escaleras, para llegar al segundo nivel, donde estaban algunos jugando naipes.

-¡Sargento! –saludó uno de ellos– ¿se nos unirá en la partida?

-Lo siento mucho –dijo él serio– tengo algo que enseñarles

-¿Y qué es? –inquirió otro de la mesa con obvio interés

El sargento no respondió y puso el video, mostrando exactamente cuando se arrojaba por la ventana.

-¿Y? –preguntaron, obviamente desilusionados– ¿qué?

Suspiró ante la ineptitud de aquellos y les respondió

-El cuerpo de Shaoran Li desapareció anoche de la morgue –dijo él

Todos abrieron grande los ojos

-¿Robaron el cuerpo? –preguntó uno de los hombres

-No –respondió el sargento mientras palidecía– al parecer el "cadáver" se arrojó desde el piso de la morgue, pero no hallamos rastro de él

-Será mejor que llamemos a Quan Cheng –dijo el otro, súbitamente asustado 

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El monje hacía ya media hora que estaba esperando el arribo de Shaoran, frente a un edificio de apartamentos. Estaba comenzando a desesperarse, y justo cuando iba a proferir la enésima queja, pudo sentir los pasos inertes de Shaoran, quien venía saliendo de un callejón más oscuro que la misma noche. El monje levantó la vista y se quedó de una pieza. Shaoran venía cargando la lanza entre sus manos, y la hoja tenía claras muestras de haber sido usada recientemente. Puede que él fuera un espíritu, pero no estaba seguro de quién era él realmente...

-¿Listo? –preguntó el monje

-Listo –respondió Shaoran. La lanza se desvaneció entre sus manos y entró al edificio como un fantasma, puesto que al parecer nadie lo vio. Subió más de 8 pisos hasta llegar a su destino. Sacó de entre su bolsillo el papel y confirmó la dirección. Tocó suavemente la puerta, y una niña de unos 10 años le abrió la puerta

-¿Si? –le preguntó con amabilidad

-¿Aquí vive el señor Makoto Ikawa, pequeña?

-Si. Es mi papá

Shaoran no se inmutó ante lo dicho por la pequeña. Haría, de una u otra forma, que se hiciera justicia

-¿Quién lo busca? –preguntó la chiquilla

-¿Sí? –salió un hombre de unos 25 años, con anteojos y de pelo rubio, mientras le hacía una seña a la chica que regresara a la casa

-¿Makoto Ikawa? –preguntó Shaoran

-¿Quién es usted? –respondió el señor

-Su ángel de la muerte ha llegado... –dijo mientras sus ojos brillaban peligrosamente

Nota del autor: Quiero agradecer a todas las personas por los reviews, de verdad que son muy estimulantes para seguir escribiendo. Ahora que tengo un poco más de tiempo, podré actualizar mucho más seguido.

NightWalker