.EL CUERVO
"HOY LA MUERTE SERÁ TU PASAJERO..."
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-¿Y entonces te llaman "¿el cuervo?"
Shaoran sonrió al punto, y la pequeña ave voló a su hombro.
-Mi nombre no tiene mucha importancia ahora...solo debes saber que estoy aquí para hacer justicia...a todo costo.
-¿Justicia?
Shaoran guardó silencio. No dijo su nombre, pero tomó la lanza que reposaba cerca de ahí
-Reclaman por justicia...las voces encadenadas por la ineptitud de la justicia de los hombres reclaman justicia. La justicia es ciega...y yo seré sus ojos ahora...
Sakura sintió un leve escalofrío al escucharlo. Un miedo cerval surgió de los rincones más oscuros de su mente y despertaron sus temores más profundos...
-Será mejor que te prepares...la sangre bañará este suelo contaminado por la injusticia y la traición...
Sakura se acercó un poco más a la densa oscuridad en la que él se refugiaba, pero él retrocedió.
-No querrás ver mi rostro... –dijo él
-¿Por qué? ¿quién eres realmente? –preguntó ella
-Ya no tiene ninguna relevancia el que lo sepas...pero volverás a saber de mi... –murmuró mientras se perdía en la oscuridad
-¿Qué? ¿cómo? –dijo ella
Pero el silencio fue su única respuesta. Él se había ido...mientras trataba de recordar lo dicho por aquel sujeto...volverás a saber de mí...
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Mientras tanto, en el "Green house", las cosas no estaban del todo bien. Aunque el negocio si lo estuviera, no todo era felicidad en la cara de los administradores. Policías corruptos, sobre todo ellos estaban con una palidez espantosa...
Obviamente, "Green House" era más que un bar de mala muerte. Era la fachada de un gran grupo de traficantes de armas muy peligroso...con infiltrados en la policía tanto en China como en Japón. Pero la preocupación ahora era ese sujeto que estaba acabando con ellos uno por uno....
-Tranquilícense por favor y cuéntenos qué cuernos sucede aquí...
-Supe de un asesino de policías suelto por ahí...
-Ya acabó con Masamune, lo dejó como un colador...–dijo uno de los policías más pálido que el mármol
-Tranquilícense todos –dijo entonces una voz– ¿dices que alguien los ha estado matando?
-Así es –dijo un sujeto que respondía al nombre de Hatsuo Hiiyama, un policía corrupto más– debemos ponerle un remedio de prisa...
-¿Por qué? –respondió el sujeto con voz conciliadora, mientras salía de las penumbras a la luz– ¿será acaso porque tú eres el siguiente?
-¡Quan Cheng! –saltó inmediatamente Kobayashi– ¿qué hace usted aquí?
-No debemos preocuparnos por este sujeto –dijo él con una sonrisa en su totalidad estúpida– lo que debemos hacer es continuar según lo planeado...este sujeto solamente es un pequeño escollo...
Todos asintieron más tranquilos. Todos, a excepción de Hiiyama, que estaba obviamente espantado ante lo dicho por Cheng. Él era el siguiente y lo sabía, no se preguntaba como, pero algo le decía que la muerte tocaría a su puerta hoy...y no tendría más opción que abrirla
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Entre tanto, Tomoyo y Eriol estaban en el aeropuerto, esperando a alguien. Ambos sabían que ella era una de las personas que más habían sufrido con la pérdida de Shaoran. El vuelo, proveniente de Hong-Kong, no debía tardar mucho.
-¿Tardará mucho más? –preguntó Tomoyo con voz cansada
-No te preocupes, debe estar por llegar –respondió Eriol, y en efecto, el anuncio del vuelo proveniente de Hong-Kong retumbó por los altavoces de todo el lugar.
Ambos caminaron hasta la compuerta de desembarco. De allí surgió una chica de su edad, de cabello negro y ojos rojizos velados por la tristeza. De la Mei Ling vivaz y alegre, no quedaba ni rastro, solo una sombra de lo que era.
-Hola chicos –dijo ella en un susurro apenas audible
-Mei Ling –Tomoyo tenía ganas de soltarse a llorar ahí mismo– hola Mei Ling...
Mei Ling Li saludó efusivamente a Tomoyo. La miró con una sonrisa triste, mientras recogía sus cosas. Aquel suelo le traía espantosos recuerdos...y quería deshacerse de cada uno de ellos, pero...solamente había un detalle. Nadie lo entendería. Ni siquiera ella lo entendía
-¿Y como está Sakura? –preguntó entonces Mei Ling
-No está mejor que nosotros –respondió Eriol– también le ha afectado mucho la muerte de Shaoran...
Entonces Mei Ling pareció ver algo entre la multitud de gente. Un muchacho de negro y un ave igual sobre su hombro. Ella se talló los ojos con fuerza, para no encontrar nada allí después de un parpadeo...que cosas más extrañas...
-¿Mei Ling? –le llamó Tomoyo– vamos, se nos hace tarde. Sakura y los demás ya deben estar esperando...
Mei Ling asintió y marchó con ella. Pero un ave de impertérrita mirada la observaba atentamente...
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-¡Hiiyama! ¡Muévete maldición! –gritó un hombre al policía que se movía como tortuga– ¡se nos hace tarde!– entre tanto El fatal cuervo ya había llegado a su lugar. El policía se sentó en el asiento del piloto de un viejo Dodge, aguardando por su compañero...cuando el fatídico animal fue por su víctima. El cuervo se posó tranquilamente sobre el capot del carro. Hiiyama hizo un movimiento para espantarlo, pero sintió algo frío en su nuca...algo frío y agudo...
-¿Quién anda ahí? –dijo Hiiyama mientras trataba de sacar un arma de debajo del asiento
-Ni se te ocurra...–murmuró Shaoran– ahora, conduce...la muerte será tu pasajero hoy....
Hiiyama quedó lívido de miedo ante sus palabras, y arrancó el auto justo por donde él le indicaba. Él sabía exactamente sabía exactamente a donde, lo que no se explicaba era como lo sabía....
Su compañero, Datsuo Sakuragi, que salía de una tienda cercana, alcanzó a ver al sujeto en la parte posterior del auto. Trató de llegar a él, pero su compañero arrancó hacia las sombras....justo hacia donde tenían un depósito gigantesco de armas, en Tokio...
-¡¡Hatsuo!! –gritó el policía al verlo partir sin él– ¡no hagas una tontería Hatsuo!!
Tarde. Ya se perdían por las calles oscuras, directo hacia allí.
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-¿Pero qué demonios quieres de mi? –preguntó por enésima vez Hatsuo, amarrado completamente a la silla del piloto, y al menos unos 100 kilos de explosivos.
-Dime quién rayos es el hombre de la cicatriz y te dejaré en paz....
-¡¡Pero te digo que no lo sé!! –dijo Hatsuo tratando de conectar todo lo que recordara concerniente a una cicatriz, pero su confundida mente solo podía ver el cuervo volando hacia él
-Lástima –apuntó Shaoran al terminar de poner una última carga, y puso sus manos sobre su cabeza. Las imágenes llegaron al punto a su cabeza. Allí, pudo ver a muchos sujetos, sentados en una larga mesa....ocultos por el humo de sus cigarros. Y el hombre de la cicatriz estaba allí. Pero eso no era lo único que vio. Alguien conocido. Alguien indicándole donde estaba.
Alguien le había hablado a este patético remedo de policía, por su ubicación. Pudo ver su silueta y se quedó de una pieza, mientras lo soltaba.
-¿Me dejarás ir? –preguntó Hiiyama al cuervo con un hilo de voz que por nada superaba a un suspiro, mientras miraba al pétreo rostro de el cuervo
Shaoran volvió a verlo, con el rostro sumido en la furia.
-No creas que te has salvado...–tomó una granada en sus manos, quitó la espoleta y la puso en medio de sus piernas–...al contrario, la hora de la muerte ha llegado para ti, Hatsuo Hiiyama. El cuervo, portador de la venganza, te declara culpable por el crimen de alta traición. ¿Cómo te declaras?
Pero él quedó shockeado y completamente espantado ante él. Shaoran se encogió de hombros, y puso la palanca de velocidades en primera, mientras encendía el motor
-Culpable –dijo Shaoran– te declaro culpable de todos los cargos. Y tu castigo será –anudó el pedal del acelerador al pie del desafortunado policía– la muerte....
Shaoran se alejó unos pasos del auto, y vio como este comenzó a avanzar lentamente por la oscura calle. Shaoran le agitó la mano, en una forma de despedida sarcástica, y le dio la espalda como si nada, mientras el auto desaparecía en medio de una bola de fuego. Mientras se alejaba, varios trozos encendidos cayeron cerca de ahí, mostrando el dibujo allí representado....un cuervo, volando en medio de la oscuridad.
Pero Shaoran se quedó parado un momento, mientras el ave volaba a su hombro. La venganza, al final, los destruiría a todos. Mei Ling Li. Ella, al final, también sufriría el peso de su venganza....
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Entre tanto, Eriol había ido a dejar a Tomoyo y a Mei Ling en la casa de la primera, y había salido ya para su departamento. Otra noche oscura en su casa, tratando de develar el verdadero motivo del magnicidio de los Li.....
Entró, se sirvió un vaso de Cognac y se dejó caer pesadamente en su sillón, que le daba una vista hacia una ventana de mediano tamaño. Solo oía el quedo sonido del silencio en medio de la gran habitación. Se fijó en el tablero de ajedrez que tenía sobre la mesa...pero se fijó en un detalle. Las piezas no estaban como él las tenía la noche anterior. El misterioso papelito, con la misteriosa nota estaba a un lado del tablero, y las piezas movidas con cierta maestría. Y entraba una fría corriente de aire por la ventana....
-¿Quién anda ahí? –preguntó Eriol con voz dura, mientras sacaba su llave
-Eriol....-murmuró una voz proveniente de la oscuridad– ha pasado algo de tiempo...
El portador de la voz salio de las sombras, casi provocándole un susto mortal a Eriol. Era Shaoran, quien se presentaba ante Eriol, lanza en mano.
-.......¿Li? ¿eres tú? ¿Pero cómo.....?
-No me lo preguntes a mi, yo tampoco lo sé –dijo él mientras se sentaba–pero no estoy aquí por eso Eriol....necesito que me resuelvas una duda....porque realmente no sé que debo hacer...
Nota del autor: lamento la tardanza en actualizar, pero por unos cuantos problemas, me vi forzado a volver a escribir todos los capítulos que ya tenía listos, así que pido una disculpa
NightWalker
