EL CUERVO
LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA
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-¿Dónde...? –despertó Shaoran sobresaltado, sobre una cama. El sol brillaba esplendoroso en el cielo. Miró a su costado y no encontró nada familiar.
En ese momento Shaoran reparó en algo. Esta casa ya la conocía con antelación...se levantó y caminó hasta la ventana. Afuera estaban Tomoyo y Eriol comiendo algo. ¿Entonces quién estaba con él?
Lentamente se dio la vuelta para mirar, y cuando lo hizo, la sorpresa casi lo mata una segunda vez. Sakura estaba allí atrás
-¿Shaoran? ¿eres tú realmente?
Pero no podía decir nada, estaba completamente paralizado
-Shaoran... –murmuró Sakura, conocedora del hecho de que estaba vivo, y se levantó con lágrimas en los ojos– ¡Shaoran, estás bien! ¡estás VIVO!– vociferó haciendo énfasis en la última palabra.
Él se quedó quieto, en medio de la habitación, mientras ella la abrazaba. Masculló entre dientes con furia y con desesperación. El destino era cruel, espantosamente cruel, y mucho más ahora...
Había sido su deseo el que había permitido que el poder de Quor Toth lo regresara de la muerte, y había escogido vivir entre las sombras para que ella no lo encontrara y así encontrara una nueva felicidad...pero el destino era tan caprichoso que permitió que ellos lo encontraran...y las palabras del monje, su guía, lo estremecieron por completo
"lo lamento...–había dicho el monje con tristeza–pero no hay remedio...el poder solo te permitirá consumar esto...y luego, regresarás a la luz..."
-No puede ser...–murmuró Shaoran con dolor– no puede ser...
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Tomoyo y Eriol vieron salir entonces de la casa a Sakura, seguida de Shaoran. La amable Tomoyo vio con sorpresa como lo dicho por Sakura y Eriol la noche anterior no había sido vano: Shaoran Li todavía estaba vivo...muy vivo para alguien que ha pasado por la silla eléctrica
-Li...–Tomoyo vio como él se quedaba al abrigo de la sombra mientras Sakura se sentaba junto con Eriol y su persona– ven Li...
-No puedo...–dijo Shaoran en un suspiro mientras volvía a ver al cuervo posado en un árbol cercano– no puedo hacerlo...
Los tres quedaron extrañados. Obviamente, desconocían el hecho de que Shaoran, tan pronto acabara con el último, su vida se extinguiría de nuevo...
-Ven Shaoran –Mei Ling lo empujó hacia fuera– no te quedes ahí parado, ven.
Salió hacia donde estaban ellos y la luz hirió a sus ojos, desde entonces acostumbrados a la oscuridad perpetua. Avanzó unos pasos vacilantes y se sentó en medio del jardín. Se sentó, pero no tomó nada de la comida que ante él se presentaba.
-¿No comerás nada Shaoran? –preguntó Sakura con algo de extrañeza, ya que suponía que tendría algo de hambre
-No...no tengo mucha hambre –alcanzó a decir Shaoran, mientras se levantaba– iré adentro, tengo...sueño
Shaoran los deja con tres palmos de narices y entra a la casa, a la misma habitación en la que despertó. Se recuesta suavemente en la cama y vuelve la cabeza hacia el costado y se encuentra con su lanza, y con esta visión cerró los ojos nuevamente.
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El atardecer ha llegado de nuevo a Tomoeda. Shaoran, aún duerme, y los cuatro todavía se preguntan sobre su extraña conducta
-¿le sucederá algo? –dijo Tomoyo–no sé, se comporta algo...extraño
-Es cierto –apuntó Mei Ling con gesto pensativo
Sakura no dijo nada, solo atinaba a ver hacia la habitación donde debía estar Shaoran, y Eriol tenía un gesto sumamente pensativo.
-"Es extraño...siempre fue alguien serio, pero jamás huyó de esta forma de nosotros...algo sucede...hay algo más tras ese rostro pálido..."
Sin pensarlo dos veces, subió hasta la habitación. Y dentro, Shaoran dormía a placer, mientras el cuervo, en el lado opuesto de la cama, guardaba su sueño como un guardián intangible. Impertérrito, frío, observaba al cuerpo reposante sobre el lecho.
Eriol dudó al ver aquel cuadro, y se acercó con algo de cautela hasta donde dormía Shaoran, y se sentó en donde había estado sentada Sakura, mientras observaba la lanza de brillante hoja destellar con las rojiza luz del crepúsculo...y cuando fue a palpar la lanza, sintió una mano alrededor de su cuello, y abrió los ojos al ver a Shaoran, mirándolo con frialdad, para luego reaccionar y apartar la mano
-Lo lamento Eriol... –murmuró Shaoran mientras se sentaba en la cama con el rostro ensombrecido
-Li...¿qué pasa? ¿por qué te comportas así?
Shaoran guardó silencio de nuevo. Le era doloroso confesarlo y mucho más enfrentarlo
-¿Li?
-El poder de Quor toth...la más negra de las magias negras fue la que me permitió regresar de la muerte a reclamar justicia por todo lo que sucedió. Mi familia desaparecida, mi vida destruida y cegada por culpa de la justicia de los hombres...
Eriol escuchó con atención lo dicho por él, mientras se levantaba y avanzaba lentamente hasta la ventana...
-Pero cuando atrape al culpable...–atisbó hacia el hermoso atardecer que ante él se presentaba–...cuando lo atrape me iré de nuevo...estaré donde debo estar...
Eriol comprendió súbitamente a lo que se refería él. Si atrapaba al culpable, sería el equivalente de morir una vez más, y por ende, la tristeza para todos de nuevo...y sería mucho peor ahora que se habían enterado de todo.
Shaoran sonrió con tristeza, y volvió su vista hacia el atardecer. El silencio se hizo entre los dos, sin que nada hubiera podido evitarlo...y justo cuando iba a darse la vuelta para seguirlo mirando, lo vio...allí estaba él. Un viejo Camaro, Kobayashi y Quan Cheng dentro...
Todo pareció suceder demasiado rápido. Shaoran se descontroló, tomó la lanza que reposaba junto a Eriol, y sin palabra de por medio se arrojó por la ventana, cayendo de tres pisos y saliendo incólume
-Es la hora de la venganza... –murmuró peligrosamente mientras de un salto alcanzaba la calle y se perdía en el rojo atardecer. Eriol quedó pasmado ante su comportamiento. Las tres chicas acudieron completamente pálidas a la habitación
-¿Eriol? ¿dónde está Shaoran? –preguntó Sakura con voz trémula
-Pues...yo no lo sé Sakura... –respondió él
A Sakura le faltaba poco para soltarse a llorar ahí mismo
-¿Me...me abandonó de nuevo? –preguntó ella con la mirada baja
-¡NO! –saltó esta vez Mei Ling– ¡él no nos abandonará Sakura!
-Pero...
-Debemos ir a buscarlo –acotó esta vez Tomoyo
Pero Eriol era el único de ellos que conocía el destino que aguardaba por Shaoran, y las detuvo con un gesto
-¿Qué pasa Eriol? ¿no vienes? –le preguntó Tomoyo con preocupación al verlo
-Hay algo...hay algo que deben saber con respecto a este asunto... –murmuró Eriol– Shaoran...el cuervo...
Ninguna de los tres lo entendía
-¿A qué te refieres Eriol? –preguntó Sakura
-Sakura...Shaoran murió aquel día y no preguntes como, regresó de la muerte...pero está aquí por una misión, y cuando concluya esa misión él...
Las tres contuvieron la respiración
-...Morirá... –terminó la oración
Mei Ling sufrió un fuerte golpe al caer desmayada. Sakura se quedó parada en medio de la habitación y Tomoyo se acercó hasta él
-¿Cómo es que sabes eso? –le preguntó con voz quebrada
-Él me lo dijo...–respondió Eriol– por eso no se había mostrado antes...no quería vernos sufrir de nuevo. Ambos vieron a Sakura con preocupación...la cual soltó un grito desgarrador mientras caía de rodillas con los ojos anegados en lágrimas
-¡¡SHAORAN!!
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Shaoran corría a toda velocidad, saltando sobre los tejados, mientras el sol terminaba de ocultarse y la oscuridad regresaba sobre la ciudad. El camaro, seguía aún en su vista, ambos desgraciados en él...los últimos de su lista. Y después...
Apartó de su mente esos pensamientos por el momento. El cuervo volaba a su lado, y se detuvo intempestivamente. Habían llegado.
Una iglesia, una catedral con cierto aire tétrico. El camaro se detuvo e ingresaron los dos, mientras Shaoran observaba con furia el lugar.
Bajó y avanzó hasta los grandes portales. Empujó uno, que se abrió con un espeluznante chirrido, revelando el sagrado lugar. Pudo ver los vitrales que estaban en las naves del santuario. El altar, y una imagen de la cruz.
Y allí pudo verlo...justo en frente del altar, estaba Quan Cheng.
Nota del autor: Agradezco a todos aquellos que han enviado sus reviews para la historia...^^ que le queda un capítulo de vida. Muchas gracias a todos ellos.
NightWalker