Mientras abandonaba el departamento sintió como el celular comenzaba a
sonar molestamente en uno de los bolsillos de su traje, por lo que se
apresuró a buscarlo para detener aquel sonido vibrante.
- Hiragisawa - contestó el joven de ojos azules - eres tú - dijo algo sorprendido mientras conversaba con la persona del otro lado del teléfono - claro, dime dónde te encuentras he iré por ti de inmediato - luego de una pausa agregó - claro que conozco el lugar, estaré allí en unos minutos - guardó su celular algo emocionado por encontrarse con aquella persona de la que había debido despedirse hace tantos años atrás y se marchó sin perder tiempo subiéndose a su automóvil de lujo.
*****
Fujitaka mantenía el jardín tan perfecto como antes lo hacía su pequeña hija; Últimamente el dolor de tenerla lejos se había acrecentado, sobre todo desde que ese joven llamado Shaoran había llegado para disculparse por el fallecimiento de Sakura.
Consideraba que el destino le había jugado una mala pasada a un joven de tan poca edad...
- Es tan joven, y ya debe sobrellevar aquel sentimiento por la perdida de una vida - comentó el siempre amable hombre - espero que mi querida Nadeshico la esté cuidando en los cielos - tomó una rosa blanca que apenas comenzaba a extender sus pétalos y la cortó - siempre has sido una amante de las flores - murmuró como si le estuviese hablando a su hija.
Se puso de pie y abandonando el tan precioso jardín, se dirigió a la sala, donde la foto de una joven de ojos verdes y cabello castaño resplandecía entre un portarretrato plateado. Allí dejó posada la hermosa rosa blanca mientras en silencio le rezaba a su pequeña deseando que estuviese bien.
"Que ironía - pensó - tú, bien podrías compararte con esta flor... tan pura como su color marfil, a ti también te faltaba por florecer, eras joven aun. Y yo, cómo Dios lo hizo contigo, la corté antes de tiempo, acortando así sus días... solo por el egoísmo de tenerla cerca de mí por ser ella tan hermosa" - sus ojos brillaron pero con esfuerzo impidió que cayesen lágrimas por su rostro, se quedó así; extrañando, recordando y volviendo a extrañar.
****
-¡demonios!, Donde se metió Hiragisawa- era la décima vez en una hora que trataba de comunicarse con Eriol y sonaba la clásica grabación de -lo sentimos, él numera que usted desea contactar está apagado o fuera del área de servicio" -ahora si estaba desesperado, después de todo que una carta sangrara no era cosa de todos los días y el tonto que debía saber él porque; Apago su teléfono celular, eso si era el colmo, ciertamente apreciaba mucho a Eriol pero lo desquiciaba que hiciera esas cosas, con el ataque de histeria de la carta, el desastre en su departamento, cualquier persona común lo tendría prendido por lo que se pudiese ofrecer, pero no él. Se encaminó nuevamente a la mansión, si no podía llamarlo tal vez lo encontrara en su casa...
=========
Ahora mas calmado Touya había aceptado dar un paseo junto con Yuki, no salía de su casa mas que para comprar víveres desde la muerte de Sakura, un mes atrás. Mientras caminaban por la soleada avenida vio un escaparate lleno de ositos de felpa, nuevamente recordó a su hermanita que tenia debilidad por ellos, a veces pensaba que todo esto era una pesadilla de la que tarde o temprano tendría que despertar. Mientras caminaba distraído sintió como chocaba con alguien, cambiando la expresión de infinita tristeza por su característica mueca malhumorada
-¡qué no se puede fijar por donde camina!- una voz femenina que sonaba casi tan irritada como la de él contestó con la voz en grito
-¡¿Yo?! ¡Pero si fue usted el que tropezó conmigo!-ahora el joven Kinomoto levantó la mirada se quedó completamente absorto mirando a la bella joven que tenia enfrente, tenia los ojos azules, el negro cabello que caía en cascada por sus hombros, su piel estaba ligeramente bronceada, en verdad era una belleza,
-¡¿me está usted escuchando?!- el sonoro grito de la joven lo saco del ensueño, era exasperante,
- En primer lugar yo no choque con usted y en segundo ¡¡no me grite!!- lo había sacado de quicio -es mejor que me deje tranquilo señorita! Ahora con permiso - y continuó caminando, encontrando a Yukito en la heladería asombrando a todos con su insaciable apetito, escena que provoco una gota en la frente del joven que se dirigió a él dispuesto a contarle sobre el desagradable encuentro que acababa de tener.
=============
Mientras observaba la carta, Mei Lin noto que esta ya no era rosa como la recordaba si no color índigo y tenia escrito el nombre de Shaoran en la parte inferior, entonces lo entendió, las cartas habían pasado a ser de su primo ¿entonces donde estaban Kero y Yue? La ausencia de los guardianes le extrañó, pues según sabía estos siempre debían estar con su dueño o ¿es que no querían estar con Shaoran?, Tendría que preguntárselo, aun triste por la situación en que se encontraba todo, se dirigió a su habitación...
=============
Ahora si ya estaba enfadado; Eriol tampoco estaba en su casa, ni modo tendría que esperarlo ahí mismo, se preguntaba como es que alguien puede ser tan poco responsable y despreocupado, desde su más tierna infancia se le había dado el valor de ser intachable y cumplir con todo y todos, pero Hiragisawa siempre hacia lo que se le daba la gana, ni mas ni menos que eso. Sintió la presencia del hechicero ingles...
-¡aleluya!- pero no venía solo, había alguien más con él, alguien poderoso; se resignó, aun cundo tuviera invitados tenía que hablar con él, se puso de pie y en ese momento entró su amigo que sonreía francamente a la persona que lo acompañaba
-buenas tardes Eriol, señorita- Eriol estaba tan concentrado en su compañera que no noto a Shaoran hasta que este los saludo
- ¡Shaoran! Que te trae por aquí- era oficial Hiragisawa era un tonto
- antes que nada, ¿no crees que la señorita se pregunta quien es?-
-¡oops! Lo siento enseguida los presento. Jan, (pronúnciese yan) este es mi amigo Li Shaoran, Jefe del Clan Li y Shaoran esta es Jan Brooks, heredera de la tradición gitana, además de experta en cartas- en la más pura seña occidental le tendió la mano para estrecharla
-Es un placer señorita Brooks-
-el gusto es todo mío joven Li- Shaoran la observo era una chica linda, pero no tan bella como Sakura, sus ojos color miel denotaban un brillo de dulzura y el lacio cabello negro largo caía hasta la cintura, su voz Era melodiosa, además de tener la piel canela, por su ascendencia gitana. Notó también que efectivamente sonreía si, pero su sonrisa era artificial, no, no era tan bella como Sakura, ninguna chica lo era,
-Entonces me considera bonita pero no tanto como su novia- estaba confundido -a si, olvide decírtelo, como heredera de los gitanos, también tiene la habilidad de leer la mente- ahora Eriol sonreía divertido ante el sonrojo del que era preso su amigo, pero su sonrisa se heló pues ahora Li hacia un esfuerzo sobre humano para quebrarse en llanto frente a la joven que no conocía.
-no, no es tan bonita como ella y debo aclararle que no fue mi novia- ahora la confundida era ella
-¿fue?-
--murió hace un mes-
-OH lo siento, no fue mi intención-
-no se preocupe, ahora si no les molesta me retiro, Eriol ¿seria mucho pedir que dejaras encendido el celular?-
- descuida- dijo algo avergonzado por lo sucedido
-buenas tardes- salió apresuradamente de la habitación, casi no podía contener sus sentimientos. Al llegar al hotel con su prima ya no pudo contenerse mas, ese dolor era agudo y no dejaba de oprimirle el pecho la extrañaba indescriptiblemente
-Sakura-...
======= - lamento mucho lo ocurrido con tu amigo - se disculpó la joven gitana -
realmente no sabía lo que había ocurrido.
- ¿Lo dices por Lee?, oh! No te preocupes por él - dijo sonriendo amablemente
para luego adquirir un semblante serio - ciertamente la muerte de Sakura lo ha
destrozado un muchos sentidos pero mantengo mi idea de que el tiempo lo ayudará
a curar esa herida.
- De todas maneras quisiera que me disculparas con él, lo que dije pareció
afectarlo mucho - se notaba claramente su preocupación.
- Claro que lo haré, ahora si no te molesta ¿podríamos tratar aquel asunto del
que te hablé? - apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó los dedos dándole
ímpetu a su preocupación.
- Es sobre una carta ¿no es así? - sus ojos miel brillaron en profundidad.
- Sabes que en mi antigua vida he creado cartas y seres mágicos que se encargan
de cuidarlas - la joven asintió con un movimiento - pero en todos estos años
nunca he visto a una carta sangrar.
- Claro que no lo has visto - dijo como si fuese algo obvio - las cartas no
sangran porque no tiene sangre, están hechas de magia no de órganos, piel y
células.
- Eso es lo que yo también creí, pero he sido espectador del sangrado de una
carta - sus palabras enmudecieron a la joven gitana - supongo que tienes la
misma expresión que tuve yo al notarlo - comentó con humor la reencarnación de
Clow.
- Me dejas sin palabras, pero si me puedes dar un poco más de tiempo quizás te
pueda llegar a decir algo - Jan se puso de pie - iré de inmediato al hotel y
veré lo que puedo averiguar.
- POR SUPUESTO QUE NO - dijo firmemente levantándose de su asiento - no
permitiré que te quedes en algún hotel pudiendo quedarte aquí conmigo. Mandaré a
traer tus cosas si es que aceptas mi invitación - sus últimas palabras habían
sonado con más dulzura.
- Sería un placer - sonrió elevando un poco los hombros y entrecerrando los
ojos.
- "pasaron muchos años desde que la vi sonreír de esa manera"- pensó el antiguo
dueño de las cartas.
*****
Touya intentaba concentrarse en sus documentos pero la sola presencia de la
joven del otro lado de la puerta lo incomodaba. Hace tiempo que no sentía esa
necesidad de reñir con alguien. Después de todo, se había marchado de la casa de
su padre hace mucho tiempo para tomar las riendas de su vida y dejando de ver a
su hermana, con la que cada mañana se alistaba a discutir.
Un sonido extraño sacó al licenciado de sus pensamientos.
- ¿Música? - murmuró el abogado.
Se encaminó a la puerta y al abrirla se topó con Kumiko que se encontraba
sintonizando el dial en un aparato electrónico viejo y oxidado que años antes
había funcionado como radio.
- ¡¿QUÉ INTENTAS HACER?! - gritó el joven Kinomoto.
- Intento alegrar este lugar, ¿Te han dicho que tienes un muy mal gusto en la
decoración? - se acercó y lo miró fijamente a los ojos.
- NO ESTAS AQUÍ PARA DECORAR EL BUFET, TU TRABAJO ES ATENDER EL TELÉFONO Y
MANTENER LOS ARCHIVOS ORDENADOS.
- ¡DEJA DE GRITAR! - dijo exasperada dejando al pobre Touya desconcertado -
en efecto esta chica, lo provocaba, trantando de calmarse y prestando atención a la hora, salió, tal vez el hablar con Yukito le bajara el mal humor
===============
el joven Tsukishiro, se encontraba en una cafetería en compañía de Tomoyo, la joven de ojos azules, se sentía aliviada a su lado (como que ya les gusto Yuki de paño de lagrimas) con él podía desahogar sus penas, y reír un poco tal vez no le había prestado demasiada atención antes pero..
- Hiragisawa - contestó el joven de ojos azules - eres tú - dijo algo sorprendido mientras conversaba con la persona del otro lado del teléfono - claro, dime dónde te encuentras he iré por ti de inmediato - luego de una pausa agregó - claro que conozco el lugar, estaré allí en unos minutos - guardó su celular algo emocionado por encontrarse con aquella persona de la que había debido despedirse hace tantos años atrás y se marchó sin perder tiempo subiéndose a su automóvil de lujo.
*****
Fujitaka mantenía el jardín tan perfecto como antes lo hacía su pequeña hija; Últimamente el dolor de tenerla lejos se había acrecentado, sobre todo desde que ese joven llamado Shaoran había llegado para disculparse por el fallecimiento de Sakura.
Consideraba que el destino le había jugado una mala pasada a un joven de tan poca edad...
- Es tan joven, y ya debe sobrellevar aquel sentimiento por la perdida de una vida - comentó el siempre amable hombre - espero que mi querida Nadeshico la esté cuidando en los cielos - tomó una rosa blanca que apenas comenzaba a extender sus pétalos y la cortó - siempre has sido una amante de las flores - murmuró como si le estuviese hablando a su hija.
Se puso de pie y abandonando el tan precioso jardín, se dirigió a la sala, donde la foto de una joven de ojos verdes y cabello castaño resplandecía entre un portarretrato plateado. Allí dejó posada la hermosa rosa blanca mientras en silencio le rezaba a su pequeña deseando que estuviese bien.
"Que ironía - pensó - tú, bien podrías compararte con esta flor... tan pura como su color marfil, a ti también te faltaba por florecer, eras joven aun. Y yo, cómo Dios lo hizo contigo, la corté antes de tiempo, acortando así sus días... solo por el egoísmo de tenerla cerca de mí por ser ella tan hermosa" - sus ojos brillaron pero con esfuerzo impidió que cayesen lágrimas por su rostro, se quedó así; extrañando, recordando y volviendo a extrañar.
****
-¡demonios!, Donde se metió Hiragisawa- era la décima vez en una hora que trataba de comunicarse con Eriol y sonaba la clásica grabación de -lo sentimos, él numera que usted desea contactar está apagado o fuera del área de servicio" -ahora si estaba desesperado, después de todo que una carta sangrara no era cosa de todos los días y el tonto que debía saber él porque; Apago su teléfono celular, eso si era el colmo, ciertamente apreciaba mucho a Eriol pero lo desquiciaba que hiciera esas cosas, con el ataque de histeria de la carta, el desastre en su departamento, cualquier persona común lo tendría prendido por lo que se pudiese ofrecer, pero no él. Se encaminó nuevamente a la mansión, si no podía llamarlo tal vez lo encontrara en su casa...
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Ahora mas calmado Touya había aceptado dar un paseo junto con Yuki, no salía de su casa mas que para comprar víveres desde la muerte de Sakura, un mes atrás. Mientras caminaban por la soleada avenida vio un escaparate lleno de ositos de felpa, nuevamente recordó a su hermanita que tenia debilidad por ellos, a veces pensaba que todo esto era una pesadilla de la que tarde o temprano tendría que despertar. Mientras caminaba distraído sintió como chocaba con alguien, cambiando la expresión de infinita tristeza por su característica mueca malhumorada
-¡qué no se puede fijar por donde camina!- una voz femenina que sonaba casi tan irritada como la de él contestó con la voz en grito
-¡¿Yo?! ¡Pero si fue usted el que tropezó conmigo!-ahora el joven Kinomoto levantó la mirada se quedó completamente absorto mirando a la bella joven que tenia enfrente, tenia los ojos azules, el negro cabello que caía en cascada por sus hombros, su piel estaba ligeramente bronceada, en verdad era una belleza,
-¡¿me está usted escuchando?!- el sonoro grito de la joven lo saco del ensueño, era exasperante,
- En primer lugar yo no choque con usted y en segundo ¡¡no me grite!!- lo había sacado de quicio -es mejor que me deje tranquilo señorita! Ahora con permiso - y continuó caminando, encontrando a Yukito en la heladería asombrando a todos con su insaciable apetito, escena que provoco una gota en la frente del joven que se dirigió a él dispuesto a contarle sobre el desagradable encuentro que acababa de tener.
=============
Mientras observaba la carta, Mei Lin noto que esta ya no era rosa como la recordaba si no color índigo y tenia escrito el nombre de Shaoran en la parte inferior, entonces lo entendió, las cartas habían pasado a ser de su primo ¿entonces donde estaban Kero y Yue? La ausencia de los guardianes le extrañó, pues según sabía estos siempre debían estar con su dueño o ¿es que no querían estar con Shaoran?, Tendría que preguntárselo, aun triste por la situación en que se encontraba todo, se dirigió a su habitación...
=============
Ahora si ya estaba enfadado; Eriol tampoco estaba en su casa, ni modo tendría que esperarlo ahí mismo, se preguntaba como es que alguien puede ser tan poco responsable y despreocupado, desde su más tierna infancia se le había dado el valor de ser intachable y cumplir con todo y todos, pero Hiragisawa siempre hacia lo que se le daba la gana, ni mas ni menos que eso. Sintió la presencia del hechicero ingles...
-¡aleluya!- pero no venía solo, había alguien más con él, alguien poderoso; se resignó, aun cundo tuviera invitados tenía que hablar con él, se puso de pie y en ese momento entró su amigo que sonreía francamente a la persona que lo acompañaba
-buenas tardes Eriol, señorita- Eriol estaba tan concentrado en su compañera que no noto a Shaoran hasta que este los saludo
- ¡Shaoran! Que te trae por aquí- era oficial Hiragisawa era un tonto
- antes que nada, ¿no crees que la señorita se pregunta quien es?-
-¡oops! Lo siento enseguida los presento. Jan, (pronúnciese yan) este es mi amigo Li Shaoran, Jefe del Clan Li y Shaoran esta es Jan Brooks, heredera de la tradición gitana, además de experta en cartas- en la más pura seña occidental le tendió la mano para estrecharla
-Es un placer señorita Brooks-
-el gusto es todo mío joven Li- Shaoran la observo era una chica linda, pero no tan bella como Sakura, sus ojos color miel denotaban un brillo de dulzura y el lacio cabello negro largo caía hasta la cintura, su voz Era melodiosa, además de tener la piel canela, por su ascendencia gitana. Notó también que efectivamente sonreía si, pero su sonrisa era artificial, no, no era tan bella como Sakura, ninguna chica lo era,
-Entonces me considera bonita pero no tanto como su novia- estaba confundido -a si, olvide decírtelo, como heredera de los gitanos, también tiene la habilidad de leer la mente- ahora Eriol sonreía divertido ante el sonrojo del que era preso su amigo, pero su sonrisa se heló pues ahora Li hacia un esfuerzo sobre humano para quebrarse en llanto frente a la joven que no conocía.
-no, no es tan bonita como ella y debo aclararle que no fue mi novia- ahora la confundida era ella
-¿fue?-
--murió hace un mes-
-OH lo siento, no fue mi intención-
-no se preocupe, ahora si no les molesta me retiro, Eriol ¿seria mucho pedir que dejaras encendido el celular?-
- descuida- dijo algo avergonzado por lo sucedido
-buenas tardes- salió apresuradamente de la habitación, casi no podía contener sus sentimientos. Al llegar al hotel con su prima ya no pudo contenerse mas, ese dolor era agudo y no dejaba de oprimirle el pecho la extrañaba indescriptiblemente
-Sakura-...
======= - lamento mucho lo ocurrido con tu amigo - se disculpó la joven gitana -
realmente no sabía lo que había ocurrido.
- ¿Lo dices por Lee?, oh! No te preocupes por él - dijo sonriendo amablemente
para luego adquirir un semblante serio - ciertamente la muerte de Sakura lo ha
destrozado un muchos sentidos pero mantengo mi idea de que el tiempo lo ayudará
a curar esa herida.
- De todas maneras quisiera que me disculparas con él, lo que dije pareció
afectarlo mucho - se notaba claramente su preocupación.
- Claro que lo haré, ahora si no te molesta ¿podríamos tratar aquel asunto del
que te hablé? - apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó los dedos dándole
ímpetu a su preocupación.
- Es sobre una carta ¿no es así? - sus ojos miel brillaron en profundidad.
- Sabes que en mi antigua vida he creado cartas y seres mágicos que se encargan
de cuidarlas - la joven asintió con un movimiento - pero en todos estos años
nunca he visto a una carta sangrar.
- Claro que no lo has visto - dijo como si fuese algo obvio - las cartas no
sangran porque no tiene sangre, están hechas de magia no de órganos, piel y
células.
- Eso es lo que yo también creí, pero he sido espectador del sangrado de una
carta - sus palabras enmudecieron a la joven gitana - supongo que tienes la
misma expresión que tuve yo al notarlo - comentó con humor la reencarnación de
Clow.
- Me dejas sin palabras, pero si me puedes dar un poco más de tiempo quizás te
pueda llegar a decir algo - Jan se puso de pie - iré de inmediato al hotel y
veré lo que puedo averiguar.
- POR SUPUESTO QUE NO - dijo firmemente levantándose de su asiento - no
permitiré que te quedes en algún hotel pudiendo quedarte aquí conmigo. Mandaré a
traer tus cosas si es que aceptas mi invitación - sus últimas palabras habían
sonado con más dulzura.
- Sería un placer - sonrió elevando un poco los hombros y entrecerrando los
ojos.
- "pasaron muchos años desde que la vi sonreír de esa manera"- pensó el antiguo
dueño de las cartas.
*****
Touya intentaba concentrarse en sus documentos pero la sola presencia de la
joven del otro lado de la puerta lo incomodaba. Hace tiempo que no sentía esa
necesidad de reñir con alguien. Después de todo, se había marchado de la casa de
su padre hace mucho tiempo para tomar las riendas de su vida y dejando de ver a
su hermana, con la que cada mañana se alistaba a discutir.
Un sonido extraño sacó al licenciado de sus pensamientos.
- ¿Música? - murmuró el abogado.
Se encaminó a la puerta y al abrirla se topó con Kumiko que se encontraba
sintonizando el dial en un aparato electrónico viejo y oxidado que años antes
había funcionado como radio.
- ¡¿QUÉ INTENTAS HACER?! - gritó el joven Kinomoto.
- Intento alegrar este lugar, ¿Te han dicho que tienes un muy mal gusto en la
decoración? - se acercó y lo miró fijamente a los ojos.
- NO ESTAS AQUÍ PARA DECORAR EL BUFET, TU TRABAJO ES ATENDER EL TELÉFONO Y
MANTENER LOS ARCHIVOS ORDENADOS.
- ¡DEJA DE GRITAR! - dijo exasperada dejando al pobre Touya desconcertado -
en efecto esta chica, lo provocaba, trantando de calmarse y prestando atención a la hora, salió, tal vez el hablar con Yukito le bajara el mal humor
===============
el joven Tsukishiro, se encontraba en una cafetería en compañía de Tomoyo, la joven de ojos azules, se sentía aliviada a su lado (como que ya les gusto Yuki de paño de lagrimas) con él podía desahogar sus penas, y reír un poco tal vez no le había prestado demasiada atención antes pero..
