Capítulo 3:

-Señor, mi amo, - decía una voz muy grave - lo siento de verdad. Le hemos buscado por toda la ciudad y no hemos dado con él. Ni en su casa ni nada. Su familia a desaparecido. La casa quedó destrozada, pero a él no le encontramos....

-Así es mi Lord - volvía a hablar otro hombre encapuchado -, los gigantes nos han ayudado a buscarle y ninguno a dado con él. Extrañamente, una de las puertas de esa casa, la de privet drive, estaba infranqueable. Alguien lanzó un hechizo contra esa habitación. Podemos suponer que estaba allí, pero no pudimos verle, ni entrar, estaba cerrado como por un hechizo ....

-Lo sentimos amo- comenzaba a hablar con miedo el primero de estos - . No sabemos si era él, pero allá sobre las 11 vimos como alguien conseguía escapar volando... no parecía ni una escoba.... era algo parecido a un dragón.....

-Perdónenos señor, nosotros hicimos todo lo.......

-¡¡¡¡¡¡ Avada Kadabra !!!!!! - gritó una voz tenebrosa -

Un gran rayo de luz azul fue a parar a estos dos hombres. A los pocos instantes yacían en el suelo, sin conocimiento, no respiraban.... estaban muertos.....
-¿¿¿¿¿ Que pasa aquí ????? - se levantaba sobresaltado Harry - Dios mío, otra vez, esos extraños sueños....

Eran las 7 y media de la mañana y los primeros rayos de sol comenzaban a entrar por los ventanales de la habitación donde se alojaba Harry Potter. Éste se acababa de levantar sobresaltado de un extraño sueño. Un sueño que le parecía familiar de otras veces, de otras ocasiones había soñado cosas parecidas, con muertes de por medio, y todo parecía indicar que el sueño era de la misma persona.

Estaba sudando la gota gorda, la camiseta con la que se había acostado estaba completamente empapada en sudor, y la almohada parecía recién sacada de la lavadora. Daba la impresión de que Harry había pasado una mala noche y que lo había pasado realmente mal con el sueño, o mejor dicho, la pesadilla.

Rápidamente se levantó, se metió una nueva ducha y se puso ropa limpia. La que llevaba el día anterior olía a polvo por culpa de la que se montó en casa de sus tíos.

Harry no recordaba bien todo lo que había soñado. Se acordaba de que alguien mataba a dos personas y que hablaban de que habían intentado matar a alguien en una casa de prívet drive. Hablarían de él ???? Había pasado todo en realidad o era solo producto de su imaginación... ???? No lo sabía bien, pero el año pasado tubo sensaciones parecidas y pasó lo peor. Pero esta vez no le dolió.

Miró hacia la jaula de Hedwig, la noche anterior le mandó la contestación para Ron y para Hermione. A Ron le contaba todo lo que había pasado, quizá no todo, porque sabía que Ron rápidamente se alarmaba, y aunque lo que pasó el día anterior era para alarmarse, no quería asustarle a su mejor amigo. A Hermione, su mejor amiga, le contó todo con detalles. Ella vendría pronto y posiblemente podrían verse. Ahí se lo contaría en persona. En la carta Harry la decía que sí, que quería pasar el resto de las vacaciones con ella, y con mas razón ahora que no tenía hogar donde ir.... así que estaba en ascuas esperando la contestación.

En cuanto dio un repaso a los libros que le mandaron repasar para el verano bajó abajo al restaurante. Eran las 9 de la mañana ya y tenía bastante hambre. Las tostadas le sentaron de vicio, acompañado de un buen café con leche para ir tirando por la mañana....

Aún se acordaba como con Hagrid en su primer año en Hogwarts, hace ya 4 años, hizo que la pared se convirtiera en el pasadizo al callejón Diagón. Cruzó el bar y se metió en un pequeño patio cerrado. Ahí tocó la pared unas cuantas veces, de la misma manera que lo hizo 4 años atrás, y se empezaron a abrir los ladrillos uno a uno. Poco a poco se fue despejando... Harry estaba ya... en el Callejón Diagón.

Llegar ahí le traía buenísimos recuerdos. No podrá olvidar la primera vez que entró en Ollivander, una tienda con mas de 2300 años de antigüedad, donde su única dedicación era la venta de varitas mágicas. Harry no se pudo resistir al llegar a la puerta y entró a saludar al señor Ollivander a ver que tal se encontraba.

-Hola, hay alguien aquí ???? - preguntó Harry a ver si alguien salía entre las estanterías de los libros -

De repente, un hombre con el pelo blanco, muy anciano, se asomaba desde una escalera mecánica, a lo alto de una de las estanterías de varitas...

-¡¡¡¡ Harry Potter !!!! - exclamó el señor Ollivander - Que alegría me da verte. La última vez que te vi fue el año pasado, en el torneo de los tres magos de la escuela, en la comprobación de varitas antes de la primera prueba.... que tiempos aquellos. Estabas con Víctor Krum ( a Harry se le encogió el estómago al oír este nombre... se estaba rayando demasiado con Krum, se estaba empezando a parecer a Ron ), con Fleur... y con Cedric Diggory... pobre muchacho.

-Mmmm - empezó a gesticular Harry - ya bueno... no me gusta recordar todo lo del tema de Cedric, él se mereció ganar el torneo, y en cambio el ahora está...

-Harry !!! - dijo Ollivander como extrañado con Harry -, tu ganaste el torneo, no tuviste culpa de lo que le pasó a él.

-Si Ollivander... - dijo cabizbajo Harry - yo tuve mucha culpa en ello. No se si se lo habrán dicho, pero él y yo tocamos la copa al mismo tiempo, por acuerdo mutuo. Y al final la copa era un translador, con lo que Voldemort se deshizo de él porque no pintaba nada ahí... fue culpa mía...

-¡¡¡¡ Por dios Harry !!!! - se empezaba a preocupar Ollivander - No puedes seguir preocupándote por eso, fue algo que sucedió y ahí a quedado. Fue mala suerte, pero contra el destino y lo que a pasado no se puede hacer nada. Creemé Harry, y hazme caso, no debes pensar mas en ello.... ¡¡¡ Venga !!!, cambiemos de tema. ¿ Que te trae por aquí Harry Potter ?

-Pues ya ves, me e tenido que alojar en una habitación del Caldero Chorreante. Parece que los gigantes y los mortífagos hicieron una visita a casa de mis tíos y me e tenido que ir de allí. De todos modos ellos están bien, eso me a dicho Sir..... ejem... Dios, que nadie puede saber lo de Sirius Black

-Perdona Harry ??? - preguntaba extrañado Ollivander - Quien te a dicho que ??? Has dicho sir... y te has atragantado.

-No no, perdona, ya no se ni donde tengo la cabeza - intentaba poner alguna excusa Harry - . Intentaba decirte que Dumbledore me a avisado de todo lo que pasó y me a dicho que mis tíos están bien.

-Bueno, bueno... - dudaba el dueño de la tienda - Me alegro Harry de que estés bien, ahora hay que tener cuidado, el mundo mágico, y el muggle por que no decirlo también, se están volviendo muy peligrosos... hay que andar con mil ojos...

-Ya bueno... creo que yo ya e pasado lo mío. Creo que sé como está la cosa ahora mismo - explicaba Harry - . Ahora Ollivander, di me disculpa, debo irme, voy a dar una vuelta por el callejón Diagón a ver si veo algo útil para pasar estos dios días. Muchas gracias por la charla y espero que nos veamos muy pronto.

-Eso espero muchacho - le sonreía Ollivander -. Espero que nos veamos pronto. Cuidate.

-Eso haré - se despecía Harry -. Hasta otra señor.

-Adios muchacho. - se despidió con tristeza Ollivander -

Parecía que Ollivander no se había enterado de cómo fue la muerte de Cedric. A lo mejor Dumbledore no había dicho a la gente ni se había hecho saber como ocurrió todo de verdad. Incluso muchos no creerán que Lord Voldemort, casi 15 años después, haya recuperado su cuerpo....

Harry seguía su paseo por el Callejón Diagón , y a lo lejos vio otro edificio muy conocido para él , Gringotts. De nuevo por su mente pasaban buenos recuerdos de la primera vez que entraba allí y veía a todos esos gnomos, con caras de pocos amigos, trabajando en el banco de los magos. Quizá el lugar mas seguro del mundo mágico, aunque ello no impidiera que alguien entrara en la habitación 713, la habitación en la que se guardaba el secreto ya destruido que daba la vida eterna, la piedra filosofal, que pertenecía en su día al señor Nicolas Flammel.

Harry entró dentro del banco, los Gnomos parecían tan serios como siempre, aún así ese día Harry se sentía libre. El estar en el banco de los magos, casi con 15 años de edad, yendo a por su dinero le hacía sentirse un poco mas mayor, un poco mas maduro.

Harry se acercó a uno de los gnomos.

-Hola muy buenas señor, venía a recoger algo de dinero de mi cámara - dijo Harry -

-Tiene su llave ? - le preguntó el gnomo -

-Si tome, aquí la tiene - contestó Harry -

-Mmmmm - examinó cuidadosamente el gnomo la llave. Como si no se fiara del mismísimo Harry Potter - Parece que está todo en orden, venga, sígame .

Harry siguió al gnomo hasta llegar a uno de los trenes que conducían a las cámaras del dinero. Después de experimentar la velocidad que cogían esos polvorientos carritos, que se podían igualar a la velocidad de la preciada Saeta de Fuego de Harry, llegaron a la cámara de éste. Todavía seguía quedando muchísimo dinero, tanto como para vivir bien el resto de su vida, pero claro, no lo iba a coger todo... Sacó un buen puñado de galeones, que guardó en un saquito que llevaba guardado en la túnica. Y unos cuantos sickles y knuts por si compraba cosas de poco valor no tener que dar galeones y tener que cargar con todo el cambio....

Volvieron al tren y regresaron a la planta de arriba, donde Harry salía con todo el dinero bien guardado, no fuera a ser que algún ladrón lo viera y se lo quitase. Ya en el mundo mágico nadie podía fiarse de nadie...

En lo que no se había fijado Harry es que la entrada al callejón Knocturn estaba completamente sellada. Parece como si estuvieran de obras o algo así... porque ponía prohibido pasar.

Pero Harry ya había pasado muchas calamidades, y parecía que una mas le daba igual pasar... estaba dispuesto a saber el porqué la entrada al callejón Knocturn estaba cerrada... pero justo cuando iba a entrar sintió un gran escalofrío. No podía hacer sufrir mas a los demás. No era el solo el que estaba en todo. Dumbledore estaba al tanto de lo que hacía, Sirius estaba preocupado de él y Harry le había prometido no meterse en líos y cuidarse. Y eso le hizo pensar a Harry... iba a cumplir 15 años y era una inmadurez total entrar ahora ahí. Él no tenía por que ser el salvador de nadie, bastante había pasado ya, y si estaba eso así era por alguna razón concreta... la preguntaría cuando llegara al Caldero Chorreante.

Antes de volver pasó por otro de los sitios que le traían grandes recuerdos, Flourish & Blotts. Ahí fue donde conoció a Gilderoy Lockhart. Su profesor de segundo año que le impartía, a su manera claro, Defensa contra las artes oscuras.... Al final era un impostor, todo lo que contaba en sus libros lo había robado de otros escritores, y tenía éxito por su físico... vaya persona....

Y bueno, ya se estaba haciendo la hora de comer y decidió pasar por una de esas tiendas de golosinas tan apetitosas. Compró grageas de todos los sabores, y esas mágicas ranas de chocolate, en las que habían caras de magos conocidos. Todavía recuerda cual fue su primero cromo... Albus Dumbledore . Se llenó los bolsillos de golosinas ( cuanto le habría gustado a Ron estar en ese momento ) y se dirigió al Caldero Chorreante.

Allí en el restaurante volvió a comer de lo lindo. Se notaba muchísimo que apenas comía en casa de los Dursley, y entonces, mientras estuviera allí hospedado, iba a comer hasta hincharse, pero procurando no ponerse como su primo de gordo claro.... cosa que parecía imposible aunque quisiera...

Se tumbó en la cama y empezó a dar un repaso de todos los libros, y ya de paso se iba a tumbar un rato la siesta, ya que no había parado ni un minuto en toda la mañana. Estuvo prácticamente toda la tarde y toda la noche en la habitación, esperando contestación de Hermione y Ron, aunque aún fuera demasiado pronto... pero necesitaba ver su reacción ya... Entre todas estas cosas se le pasó el día en un volado. Fue a cenar y rápido se acostó. Acababa de concluir su primer día en el Caldero Chorreante y se acostó con la intriga de por qué estaba cerrada la entrada al callejón Knocturn.
Un nuevo día pasaba. Esta noche Harry la había pasado sin ningún sueño, no como la noche anterior, en la que se levantó empapado en sudor.

Rápidamente se duchó, se vistió y fue a desayunar.

En la restaurante del Caldero Chorreante, justo después de desayunar, Harry vio a un hombre que se paseaba por allí, con aspecto distinguido, y que parecía algún dueño de la taberna.

-Hola buenas señor - saludaba Harry - , ayer estaba paseando por el callejón Diagón y al pasar por al lado del callejón Knocturn vi que estaba todo precintado, parecía que no había un solo alma en toda la calleja y en la entrada ponía "prohibido el paso". Por que está asi si es tan amable de contestarme ???

-Ummm, - dudaba el señor - Usted se hospeda aquí ?? Por que tanto interés si se puede saber ?? Cual es su nombre muchacho ??

-Potter señor, Harry Potter - contestó -

-Harry ?? - preguntaba extrañado el señor - Eres tu Harry Potter ?? Que honor estar aquí con el niño que sobrevivió, en mi propio local. - Este le estrechó su mano con tanta fuerza que le hizo daño a Harry - Mira, te cuento. Hace unos días unos vándalos seguidores de quien-tu-ya-sabes entraron sin permiso en el callejón Diagón. Creemos que eran Mortífagos, y bien, fueron directamente al callejón Knocturn a robar. Se llevaron toda clase de pociones malévolas, con las cuales se puede formar cualquier catástrofe, y un montón de cosas prohibidas mas. Así que las autoridades del mundo mágico han decidido cerrar todas las tiendas y precintar la entrada en forma de seguridad para que nada ni nadie pueda entrar ahí y llevarse nada. De todos modos la mayoría de los artículos que se encontraban en el callejón Knocturn han sido guardados en lugares secretos.

-Muchísimas gracias señor - le dijo amablemente Harry -, veo que los seguidores de Volde.... perdón, de quien-tu-ya-sabes, están haciendo de las suyas....

-Si bueno - explicaba de nuevo el señor - el ministerio está al tanto de todo, aunque no estamos muy informados de las cosas que están pasando últimamente.

-Bueno señor, yo debo irme a mi habitación, tengo muchas cosas que hacer

-Bueno Harry - se despidió gentilmente el señor - espero serte de ayuda en mas ocasiones. Pásalo bien.

Harry entró en su habitación algo confundido. Parecía que el ministerio no estaba contando la verdad a todos los magos. No les estaba diciendo que los dementores ya no actuaban a favor del ministerio, que había muchas dimisiones... Harry por dentro se daba cuenta de que la cosa no iba nada bien.

De repente se sentó en la mesa que daba a una de las ventanas de la habitación, y casi cuando se estaba durmiendo leyendo el libro Leyendas de los unicornios , vio que Hedwig venía en dirección a él. Había sido mas rápido de lo que él pensaba. Tan solo algo mas de día y medio en ir a Bulgaria, pasando primero por Liverpool, muy buen trabajo de Hedwig...

Cogió las dos cartas y se llevó una terrible desilusión. Una era de Ron, y la otra era de.... Dumbledore. No había ninguna carta de su amiga Hermione. Hermione debía estar pasándoselo demasiado bien como para acudir en busca de su amigo.... Harry miró a Hedwig y le preguntó si le había entregado la carta a Hermione. La lechuza movía la cabeza en señal de afirmación. Le preguntó también si Hermione no le había contestado. Y ahora la lechuza hizo gestos con la cabeza como de negación. Hermione no había querido escribir a Harry....

Con muchísima desgana Harry abrió el primero de los sobres. Era el de Dumbledore. Éste le decía que debía tener mucho cuidado, que no se acercara a gente demasiado extraña, y que no comiera comida de lugares que no fueran seguros. También le ponía que estaba al tanto de lo de irse el resto del verano con Hermione, cosa que estaba de acuerdo, pero sin cometer locuras. A esto Harry no puso muy buena cara, ya que su amiga ni si quiera le había escrito... La carta de Dumbledore no decía mucho mas, que se cuidara y ya está.

Luego abrió la de su amigo Ron. Su amigo como siempre estaba con el miedo en el cuerpo rápido. Se alarmó mucho cuando le contó todo lo de la carta y bueno. Mas que nada preguntaba que si estaba bien y todo eso, cosa que en la carta Harry se lo dejaba bien claro que no le había pasado nada malo....

Después de leer las dos cartas se puso a estudiar algo, pero con la cabeza en otro sitios, quizá con la cabeza puesta en Bulgaria, donde su amiga estaría pasando unas estupendas vacaciones al lado del magistral jugador de quidditch Víktor Krum... ya solo de pensar el nombre le estaba empezando a dar asco. Cosa que de nuevo le recordaba a su amigo Ron, que no sabía si por celos o por qué, ya que nunca habían hablado de ello, sentía celos de cada chico que se acercaba a Hermione.

La tarde pasó muy lenta. En cuento calló la noche Harry fue a cenar y rápidamente, nada mas acabar, se metió en la cama.

No había sido un día muy agradable para Harry... se había pasado todo el día estudiando, la mitad de él apenas concentrado en lo que tenía que estar estudiando. A las 11 de la noche Harry se quedó dormido con una sola persona en su mente... Hermione y el por qué a pasado de él....
Apenas había salido el sol empezaron a llamar a la puerta de la habitación de Harry fuertemente. Harry se puso las gafas y miró el reloj. Eran tan solo las 6:15 de la mañana. Quien sería y que quería a estas horas.... A duras penas se levantó de la cama y fue a abrir la puerta.

Nada mas abrirla a Harry le dio un escalofrío en todo el cuerpo, la piel se le puso de gallina, y no pudo apenas articular palabra.

-H...He....Hermione !!!!! - exclamó Harry sorprendido -

-Harry !!!!!! - chilló Hermione al verle -

Hermione se avalanzó sobre él, sollozando, y le dio un tremendo abrazo. Harry notó como las lagrimas de su amiga llegaban a su cuello. Realmente Hermione no había pasado de él, al revés....

-Por dios Harry - empezaba a decir Hermione aún agarrada al cuello de su amigo - Que mal lo e pasado desde que recibí la carta. Me llegó ayer y rápidamente obligué a mis padres a coger un avión de vuelta a Londres. Quería estar contigo Harry, no quiero que nada malo te pase. Yo no puedo estar en Bulgaria mientras tu estás aquí solo, exponiéndote a peligros, Harry yo....

En ese momento Hermione rompió a llorar definitivamente y agarró mucho mas fuerte a Harry. Éste no se quedaba corto y empezaba a soltar alguna que otra lagrimilla dándose cuenta de lo importante que es para Hermione, y por supuesto, lo importante que es Hermione para él también. Los dos estuvieron abrazados un buen rato hasta que Hermione se calmó. Se separaron y se miraron muy cerca el uno del otro. Los ojos esmeralda de Harry miraban con mucho cariño a los tiernos ojos miel de Hermione... con la mirada se decían todo.

-Vendrás a mi casa a pasar el verano, verdad Harry ??? - decía Hermione -

-Por supuesto que sí, como no iba a ir contigo??? - contestó a esto Harry -

-Pues venga, date una ducha, coge todas tus cosas, guárdalas y vamos abajo. Mis padres nos están esperando, ellos nos llevarán a mi casa. No tardes, eh??? -volvía a hablar Hermione -

-Vale, no tardo nada, espérame abajo.

Cuando Harry se daba la vuelta para irse hacia la ducha, Hermione se levantó y le dio un toquecito con el dedo en el hombro. Harry se giró y Hermione le dio un tierno beso en la mejilla, lo que hizo que Harry se pusiera mas colorado de lo que estaba por los apretujones de Hermione.

-Me importas mucho Harry - dijo Herm -, mas de lo que tu te piensas.

-Tu a mi también, Hermione - contestó Potter -

-Nos vemos abajo - dijo Hermione guiñando un ojo -

Hermione salió por la puerta y dejó ahí a Harry, medio boquiabierto, con la sorpresa de verla de nuevo y con la ilusión de pasar las vacaciones con su mejor amiga, con esa amiga que tanto le importaba a Harry Potter.