Todos los personajes a excepción de Aleriel, Cyrul y Löiken (u otros por
venir) pertenecen a Tolkien
Ahora pasemos con la historia
Capítulo 1: -Aleriel!! Donde estas??!!- escuche a alguien gritar.Uh oh.
-Aleriel!! Ahí estas! Te he estado buscando por horas! Sabes muy bien que hoy llegan el rey Thranduil junto a su hijo- mi nana, Latwen, dijo esta última parte guiñándome un ojo. Bueno, creo que mejor me presento. Soy Aleriel Silverain, hija del rey Cyrul de Goldwoods, y si, soy un elfo. Tengo el pelo castaño, a excepción de unos cuantos que son más claros, y mis ojos son una mezcla de marrón (en la parte interior) con un verde musgo. Acabo de cumplir 2195 años y mi padre ya cree que es edad para casarme, y conociéndolo se que la llegada del rey y compañía tiene algo que ver.
Llegamos al castillo y mi nana me dijo: - Ale, es mejor que te bañes y escojas un vestido limpio, en cualquier momento pueden llegar!!- y diciendo esto sacó uno de color verde oscuro (pero no tanto), con un escote muy amplio (pero de esos que llegan a mostrar gran parte de los hombros. no del otro lado.). Y yo, como buena niña, moví mi cabeza en señal de afirmación. Al parecer eso fue lo único que tuve que hacer para que me dejara sola. lástima que mi espíritu aventurero pudiera más que yo: en pocas palabras, me escapé a los establos donde me estaba esperando mi caballo, una hermosa yegua color crema y crin blanca llamada Luna Llena. Haciéndole honor a mi raza, me monte en ella sin silla alguna y me dirigí hacia un pequeño prado ubicado muy cerca de la entrada del castillo.
Ya llevaba un buen rato galopando cuando vi a un grupo de figuras acercándose. La mayoría eran soldados, los cuales rodeaban a tres figuras ubicadas en el centro de todos los guardias.
Pude reconocer al rey Thranduil, ya lo había conocido en una visita anterior; pero no pude reconocer a las otras dos. Ambos eran rubios, pero había una notoria diferencia de edades. Ya había detenido a Luna cuando el mayor (a mi parecer) me miró directo a los ojos. Me quedé estática. Se inclinó y le susurró algo al rey, el cual también volteó a mirarme. Este sonrió y le dijo algo al mayor. El menor todavía no parecía prestar mucha atención a su alrededor.
Cuando me di cuenta ya todos habían parado, pero seguían observándome. Esto me hizo sentir muy incómoda, por lo que decidí poner, con un leve movimiento de manos, a mi yegua en camino a los establos de regreso. Todavía podía sentir sus miradas. Deje a Luna y subí a mi cuarto para cambiarme. Ahí me encontré con una muy enfadada Latwen.
- Aleriel! Donde has estado de nuevo! Los invitados ya han llegado y tu todavía no estás cambiada! Tu padre ya ha preguntado por ti!
- Ya voy nana, en diez minutos estoy lista, no te preocupes.- Me metí al cuarto de baño para refrescarme y salí ya vestida y lista para saludar al rey.
Bajé por las escaleras. Me detuve justo a la entrada del salón del trono para tomar un largo respiro. Entre. y ahí estaba mi padre junto al rey Thranduil, sonriendo. A un costado estaban los otros dos. Padre volteó hacia mí.
- Aleriel! Que gusto, hija mía, que al fin hayas venido para alegrarnos con tu presencia!
- Gracias, padre, por tal alabo, aunque dudo mucho que pueda ser verdad- dije plantando una sonrisa falsa en mi rostro.
- No digas esas cosas hija. Ven acá y saluda al rey Thranduil- y estiró su mano hacia mí, la cual tomé.
- Aleriel! Que bella has crecido desde la última vez que te vi!- dijo con una sonrisa Thranduil.
- Muchas gracias su majestad-
- Creo que my Lady no ha tenido el placer de ser presentada a mis hijos- y señalando al mayor dijo- Este es mi hijo Legolas, heredero al trono e Mirkwood; y mi hijo Löiken- Por primera vez pude ver a Legolas perfectamente: pelo rubio crecido un poco más allá de los hombros y sujetado por una media cola. Era bastante alto. Ojos azules como el cielo. Su hermano se parecía mucho a él, con la diferencia que tenía los ojos verdes. Salí de mi transe cuando me di cuenta que Legolas me estaba observando. Me sonrojé y bajé la cabeza.
- Padre? Estoy cansada. puedo retirarme a mis habitaciones?- dije esperanzada.
- Por supuesto, mi pequeña joya. Además ahora sólo vamos a tratar asuntos demasiados delicados y aburridos para ustedes.- esto no podía ser bueno.
- Está bien padre, entonces me retiro.- fui interrumpida por Thranduil.
- Legolas! Porque no acompañas a Aleriel?
- Por supuesto padre- y por primera vez en la noche escuche su voz, tranquila y casi sedante. Extendió su brazo hacia mí y yo la tomé. Durante todo el camino no se pronunció palabra alguna.
Mientras tanto, en el salón del trono: - Bueno Thranduil, creo que queda tratado no?
- Por supuesto! Una alianza entre Goldwoods y Mirkwood sería lo más ventajoso en estos momentos. Además ambos estamos buscando a alguien con quien casara a nuestros hijos.- y extendió su mano hacia Cyrul, quien la tomó, sellando el pacto.
Nota del autor: Bueno es mi primer fic, sientanse libres de decirme lo que piensan realmente. Si quieren sigo con la historia. y todavía no se que camino va a tomar así que me pueden ayudar. Fallen star
Capítulo 1: -Aleriel!! Donde estas??!!- escuche a alguien gritar.Uh oh.
-Aleriel!! Ahí estas! Te he estado buscando por horas! Sabes muy bien que hoy llegan el rey Thranduil junto a su hijo- mi nana, Latwen, dijo esta última parte guiñándome un ojo. Bueno, creo que mejor me presento. Soy Aleriel Silverain, hija del rey Cyrul de Goldwoods, y si, soy un elfo. Tengo el pelo castaño, a excepción de unos cuantos que son más claros, y mis ojos son una mezcla de marrón (en la parte interior) con un verde musgo. Acabo de cumplir 2195 años y mi padre ya cree que es edad para casarme, y conociéndolo se que la llegada del rey y compañía tiene algo que ver.
Llegamos al castillo y mi nana me dijo: - Ale, es mejor que te bañes y escojas un vestido limpio, en cualquier momento pueden llegar!!- y diciendo esto sacó uno de color verde oscuro (pero no tanto), con un escote muy amplio (pero de esos que llegan a mostrar gran parte de los hombros. no del otro lado.). Y yo, como buena niña, moví mi cabeza en señal de afirmación. Al parecer eso fue lo único que tuve que hacer para que me dejara sola. lástima que mi espíritu aventurero pudiera más que yo: en pocas palabras, me escapé a los establos donde me estaba esperando mi caballo, una hermosa yegua color crema y crin blanca llamada Luna Llena. Haciéndole honor a mi raza, me monte en ella sin silla alguna y me dirigí hacia un pequeño prado ubicado muy cerca de la entrada del castillo.
Ya llevaba un buen rato galopando cuando vi a un grupo de figuras acercándose. La mayoría eran soldados, los cuales rodeaban a tres figuras ubicadas en el centro de todos los guardias.
Pude reconocer al rey Thranduil, ya lo había conocido en una visita anterior; pero no pude reconocer a las otras dos. Ambos eran rubios, pero había una notoria diferencia de edades. Ya había detenido a Luna cuando el mayor (a mi parecer) me miró directo a los ojos. Me quedé estática. Se inclinó y le susurró algo al rey, el cual también volteó a mirarme. Este sonrió y le dijo algo al mayor. El menor todavía no parecía prestar mucha atención a su alrededor.
Cuando me di cuenta ya todos habían parado, pero seguían observándome. Esto me hizo sentir muy incómoda, por lo que decidí poner, con un leve movimiento de manos, a mi yegua en camino a los establos de regreso. Todavía podía sentir sus miradas. Deje a Luna y subí a mi cuarto para cambiarme. Ahí me encontré con una muy enfadada Latwen.
- Aleriel! Donde has estado de nuevo! Los invitados ya han llegado y tu todavía no estás cambiada! Tu padre ya ha preguntado por ti!
- Ya voy nana, en diez minutos estoy lista, no te preocupes.- Me metí al cuarto de baño para refrescarme y salí ya vestida y lista para saludar al rey.
Bajé por las escaleras. Me detuve justo a la entrada del salón del trono para tomar un largo respiro. Entre. y ahí estaba mi padre junto al rey Thranduil, sonriendo. A un costado estaban los otros dos. Padre volteó hacia mí.
- Aleriel! Que gusto, hija mía, que al fin hayas venido para alegrarnos con tu presencia!
- Gracias, padre, por tal alabo, aunque dudo mucho que pueda ser verdad- dije plantando una sonrisa falsa en mi rostro.
- No digas esas cosas hija. Ven acá y saluda al rey Thranduil- y estiró su mano hacia mí, la cual tomé.
- Aleriel! Que bella has crecido desde la última vez que te vi!- dijo con una sonrisa Thranduil.
- Muchas gracias su majestad-
- Creo que my Lady no ha tenido el placer de ser presentada a mis hijos- y señalando al mayor dijo- Este es mi hijo Legolas, heredero al trono e Mirkwood; y mi hijo Löiken- Por primera vez pude ver a Legolas perfectamente: pelo rubio crecido un poco más allá de los hombros y sujetado por una media cola. Era bastante alto. Ojos azules como el cielo. Su hermano se parecía mucho a él, con la diferencia que tenía los ojos verdes. Salí de mi transe cuando me di cuenta que Legolas me estaba observando. Me sonrojé y bajé la cabeza.
- Padre? Estoy cansada. puedo retirarme a mis habitaciones?- dije esperanzada.
- Por supuesto, mi pequeña joya. Además ahora sólo vamos a tratar asuntos demasiados delicados y aburridos para ustedes.- esto no podía ser bueno.
- Está bien padre, entonces me retiro.- fui interrumpida por Thranduil.
- Legolas! Porque no acompañas a Aleriel?
- Por supuesto padre- y por primera vez en la noche escuche su voz, tranquila y casi sedante. Extendió su brazo hacia mí y yo la tomé. Durante todo el camino no se pronunció palabra alguna.
Mientras tanto, en el salón del trono: - Bueno Thranduil, creo que queda tratado no?
- Por supuesto! Una alianza entre Goldwoods y Mirkwood sería lo más ventajoso en estos momentos. Además ambos estamos buscando a alguien con quien casara a nuestros hijos.- y extendió su mano hacia Cyrul, quien la tomó, sellando el pacto.
Nota del autor: Bueno es mi primer fic, sientanse libres de decirme lo que piensan realmente. Si quieren sigo con la historia. y todavía no se que camino va a tomar así que me pueden ayudar. Fallen star
