TABÚ
Escrito por Subaru Shojo (story id: 1302292)
Traducido por Natalia (anna-chan)
Capítulo 2: Naranjas.
Ambos chicos estaban sentados comiendo su cena apropiadamente. Ni una sola palabra fue intercambiada durante la cena, había un extraño silencio entre Kino-san y Yohmei-sama.
Yoh esporádicamente miraba a su mentor y a la anciana, ambos estaban mirándose y asintiendo la cabeza en un acuerdo silencioso. Ahora deseaba tanto poder leer mentes. Y luego recordó que se quedo dormido durante su lección.
Comenzó a reír avergonzado hacia su plato, ganadote la atención de Yohmei y Tamao.
"¿Yoh-sama? ¿Le gusta la cena?" El trance de Yoh fue desvanecido por su tímida voz. Estaba sonrojándose fuertemente pero sonreía gentilmente e todas maneras. Él respondió sonriéndole suavemente, a veces sólo a veces deseaba que Anna pudiera sonreír de esa manera.
Pero cuando recordó esa fría y penetrante sonrisa, su ilusión de hundió en su mente.
"¡Hai! Oiishi yo, ¿ne Anna-chan?" Miró a su alrededor para verla. Pero mientras la miraba, su sonrisa se convirtió en una delgada línea. Los ojos de ella estaban tan nublados casi sin vida. Sus parpados estaban casi cerrados y su respiración era lenta y pesada.
¿Estaba enferma? ¡Claro que no! ¡Ella era Anna Kouyama, la aprendiz de itako que nunca se enferma!
Sacudió su cabeza destruyendo esa estúpida idea, regresando su atención a la pre-lectora de tabla ouji. No estaba riendo ni sonrojándose. Sus hebras de pelo rosado le estaban cubriendo el rostro dándole una actitud sombría.
Tragó un gran pedazo de pescado casi atorado en su garganta.
'¡Yoh! ¡Soy un chico malo! ¡Ahora es Tamao-chan! ¡Voy a tener que disculparme con ella también! ¡Dios! ¡Prometo nunca jamás volver a vivir con una chica de nuevo!'
Suspiró mientras silenciosamente era atraído por su promesa. Sin embargo, las cosas no eran tan buenas como el pequeño shaman las había pensado, porque Yohmei y Kino estaban ahora llamando su atención.
"Como la Familia Asakura tiene pocos descendientes necesitamos de fuertes sucesores para la próxima generación Asakura." Yohmei comenzó, aclarando su garganta un poco.
Yoh podia sentir que algo malo iba a ocurrir, miró hacia su izquierda y vio a la pequeña cabeza rosada estremecerse un poco, sus ojos estaban abiertos y vacíos. ¿Ella sabía que estaba pasando?
"Te tenemos a ti Yoh, como el sucesor Asakura y necesitas alguien bastante fuerte para ser tu compañero." Kino-sama continuó el parlamento del hombre malhumorado.
El joven shaman se rascó la parte de atrás de su cabeza frunciendo el ceño en confusión y socarrón. '¿Compañero? ¿Qué quiso decir ojii-san con eso?'
"Como respuesta a tu idiotez Yoh, tu compañero será la Esposa del Shaman King." Yoh sudó al ver una gran vena apareciendo en la frente de su abuelo.
Luego la explicación le cayó como un balde de agua fría. ¡Casi tenía 9 años! ¡¿Y se iba a casar con una mujer gorda y grande en un kimono blanco?!
"¡Yoh no baka! ¡No te vas a casar ahora mismo! Por amor a Kami-sama! ¡Hemos elegido la chica perfecta para ti! Hasta que seas lo suficientemente maduro como para casarte, ella será tu prometida." La vena de Yohmei estaba tomando un color extraño, el chico Asakura observó.
"Y… y-y ¿quien es ella?" Tamao estaba tartamudeando, la actitud densa de Yoh desapareció mientras la miraba. Aún estaba temblando y sus ojos estaban húmedos con lágrimas. Si, él era DENSO, tendría que haber sido él quien hiciera la pregunta, ¿no?
Sin embargo, ese fue el momento de Yohmei para permanecer callado, ahora se había dado cuenta de los puros e inocentes sentimientos que la pequeña de cabellos rosados tenía por su nieto.
A pesar de ya saber la respuesta, era mucho más aterrador mirarla y ver que sus poderes la estaban destruyendo silenciosamente, lentamente.
Pero Kino-sama era más fría que Yohmei. Y con toda resolución e ignorancia hacia los sentimientos de Tamao dijo lentamente.
Anna Kouyama.
Los tres chicos se congelaron, cada uno a su simple manera. Yoh estaba estático sin respirar ni parpadear, a su lado los ojos nublados de Tamao estaban mojando el piso de tatami. Ella ya lo sabía de antes y ya le había rezado a Kami-sama que sus predicciones no fueran ciertas.
Y los ojos negros de Anna se abrieron un poco, pero por dentro la oscuridad de sus ojos estaba consumiendo su alma. Se paró y pidió permiso para retirarse a su alcoba.
"Anna-chan, no necesitas esconder tu enfermedad. Te he estado enseñando por años, además se mucho sobre ti. No trates de esconder cuanto me odias ahora." La sabia anciana casi sonrió pícaramente. La chica Kouyama se detuvo, cerró sus puños y volvió a caminar.
"Algún día aprenderás a amarlo y luego me lo agradecerás." Su sonrisa se volvió tierna y sincera. Pero Anna ya estaba demasiado lejos como para escucharla. Pero Yoh si lo escuchó mientras empezaba a pensar en ello, Anna-chan era su… prometida. Y además ella estaba tan infeliz por ser de él y no alguien de quien ella amase.
Miró hacia bajo a la mesa y sonrió de todas maneras, la comprendía bastante bien. Talvez si fuera un poco más grande actuaría de la misma manera. Sin embargo como ella a veces decía (o gritaba) él era tan solo un chico inmaduro.
"Bueno, ¿qué opinas hijo?" Yohmei le preguntó después de ver la demostración entre Kino-san y su alumna.
"Eto… Le tendré que decir a Tamao-chan lo siento." Sonrió avergonzado rascándose la parte de atrás de su cabeza nuevamente.
"¡¿Nani?! ¡No te pregunté que vas a hacer! ¡¡Te pregunté sobre el compromiso!!" Yoh se preguntó como una vena puede aparecer tantas veces en un mismo día.
"Estoy cansado, ¿puedo ir a dormir?" Sonrió encantado mientras veía a su abuelo casi agarrar su cuello para estrangularlo.
"Si puedes ir Yoh-kun, tu ojii-san está peligrosamente emotivo ahora. No te preocupes, yo me haré cargo de él." Tanta tranquilidad lo asustó. A veces, el pequeño shaman deseaba ser como ella. Se levantó y corrió hacia arriba para acostarse en su futon.
Mientras corría hacia su cuarto, escuchó algunos sollozos suaves. Caminó más lento y se volteó para tocar a la puerta.
Nadie contestó y los sollozos se calmaron…
"Tamao-chan moushikaneru, por hacerte llorar… De verdad me encanta la forma en que cocinas y la manera en que me sonríes cuando soy castigado con cien katas. Y…" La puerta se abrió y la niñita estaba vestida en su pijama Amarillo con gatitos rosados.
No estaba sonriendo solo estaba mirando a la nada con una cara llorosa, y en sus manos había un tazón lleno de naranjas.
"¿Nansorya?" Preguntó desconcertado ya que jamás imaginó ser respondido con naranjas.
"Anna-san tiene un resfriado terrible, Yoh-sama como su prometido debe cuidar de ella." Respondió mirándolo con nada más que una falsa sonrisa. Él le sonrió a medias y tomó el tazón.
"Tamao-chan boku wa…" trató de decir pero la puerta fue cerrada silenciosamente. Suspiró mientras se apoyaba contra la puerta. Jamás viviría con mujeres, talvez si hablara con Anna sobre ese problema ella lo entendería.
'¡Eso es! Es hecho de que estuvieran comprometidos no significaba que debían hacer las cosas que los prometidos hacía, ¿ne?' Ahora estaba sonriendo, entraría a su cuarto, le contaría su idea y no abría ningún compromiso.
Pero su cabeza comenzó a girar en confusión mientras entraba a su cuarto; no tocó a la puerta porque su ki indicaba que estaba dormida así que no estaría esperándolo para lanzarle cosas.
Ahora tenía que despertarla y hacer que se coma las naranjas. Apoyó su mano sobre el futon para darla vuelta. Estaba algo mojado…
Ella había estado llorando de nuevo, está él se estaba mordiendo el labio con gran remordimiento. Se volvió a sentar y miró al cuchillo y el tazón de naranjas.
"Tamao-chan me dijo que estás enferma…" empezó. Al principio se sintió bastante estúpido hablando con alguien que estaba durmiendo y no le importaría lo que él dijera. Sin embargo… no era tan malo mientras pensaba más en el asunto…
"Y… uhm… ¿sabía que las naranjas tienen muchas vitaminas C?" tomó una de las naranjas y la miró de cerca.
"Porque no importa que tan débiles parezcan… a veces son muy fuertes… Quiero decir, pueden hacerte fuerte al comerlas por supuesto." Frunció el ceño a su forma redonda dándola vuelta por todos lados.
"A veces puedes entender a las naranjas de forma errónea, ¿sabes? Ellas tratan de hacerte sentir mejor… y luego con una noble… causa… ponen las cosas de cabeza… pero las naranjas son buenas, siempre tratan de ser buenas contigo…" Ahora trató de tirarla al aire y atraparla con la otra mano. Luego empezó a frotarse la pera, pensando.
"A veces piensas que las naranjas siempre son redondas, como si no tuvieran ningún problema pero creo que las naranjas tienen problemas también. Como, uhm… ser cortada por un malvado carnicero para hacer una ensalada… o ser comida por mi o por vos…" Frunció el ceño nuevamente y sacudió su cabeza.
"Está bien, esa fue una estúpida razón para defender a las naranjas, pero ¿quién sabe? Si gente loca dice que las plantas sienten, ¿por qué las naranjas no pueden sentir también?" No le preguntó a nadie en especial, estaba más bien teniendo un monologo que un dialogo con la durmiente itako.
"¡Las naranjas te amarían! Si le dan fuerza a la gente por lo menos le gustará alguien muy fuerte con quien compartir esa fuerza."
"Talvez al principio no te gusten las naranjas, pero estoy seguro de que si las pruebas talvez tu relación con ellas, quiero decir tu… relación de vitaminas con ellas saldría adelante." Ahora apoyó la naranja en el piso y comenzó a rodarla, aún mordiéndose su labio inferior, continuó.
"O talvez las naranjas son más débiles que tu y talvez no quieras probarlas… está bien, nadie te está forzando ni nada por el estilo… pero talvez las naranjas ya te quieren…" Entre toda la oscuridad un suave sonrojo le estaba adornando el rostro. Sus manos estaban muy ocupadas con la naranja en ese momento.
"Eto… dejare las naranjas aquí… y un cuchillo para cortarlas… espero que te sientas mejor en la mañana." Se levantó dejando la naranja en el tazón nuevamente. Dio un suspiro y salió de la habitación luego de susurrar 'cuídate'. Cerró la puerta y fue a su cuarto.
Las cobijas del futon se arrugaron silenciosamente mientras su dueña se ponía en otra posición. Sus ojos estaban posados sobre las cosas redondas de las que él había hablado tan vivamente. Se sentó dejando que sus hebras de pelo cubrieran sus ojos; tomó una naranja y la miró fijamente por un largo tiempo.
La cortó, y luego con sus delgados labios absorbió el cítrico y dulce juego de ella. Su lengua removió todo resto de juego de sus labios disfrutándolo relajadamente. Dejó la otra mitad de vuelta en el tazón con el cuchillo al lado. Luego volvió a dormir.
Talvez y solo talvez le estaban empezando a gustar las naranjas.
El fantasma de una sonrisa acechó sus labios hipnotizándola hacia un placentero sueño.
Fin del Capítulo 2
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Notas de la Traductora:
Yo sabía que a los fanáticos del YohxAnna les iba a gustar esta historia. Es muy buena, lastima que sea tan cortita...
Sakura himura: Si la conversación con el pato te gustó, la conversación con las naranjas te debe de haber dejado encantada. Es este fic vamos a ver seguido a Yoh hablando con objetos inanimados.
Xkari18: Pues voy a seguir traduciéndolo hasta el final, no te preocupes.
Hidrazaina: De nada.
anna: Acá esta la traducción del segundo capítulo. Espero no haberme tardado mucho.
Anna Asakura: Pues suposiciones fueron acertadas... No serás adivina o algo por el estilo, porque si lo fueses te contraría para que me leyeses el futuro.
SaKKuRi: No se si lo traduje rápido o no, pero acá esta la continuación del mismo.
Kanashimi Hikari: Por lo que veo te gusto...
Bratty: Por lo que veo en tu casa hay fiesta para rato... Y espero que me mandes torta y fotos de tu cumple, en especial en la que aparezcan los gemelitos... Si no me confundo, creo que de esas tortas las personas salen casi desnudas... ¡Como te envidio! ¬¬ Cambiando el tema, leí tu review de Lo de Adentro. Que suerte que te haya gustado, creí que nunca me perdonaría después de haber escrito ese YohxAnnaxTamao ^^U
