Notas de autor: Bueno para ser uno de mis fics más paranoicos no ha sido mal recibidos, pero tampoco demasiado bien. Suerte que tengo amigas que me apoyan ^^ Os digo sólo una cosa: si la historia os está gustando dejadme un review, por favor, ¡porque es la única forma que tengo de saberlo!! Ok? Besos a todos los slash-lovers que andan por ahí sueltos. Por cierto, la versión en inglés y no censurada de este fic está en snitchfiction.net y podéis buscarla bajo mi nombre, pero sólo si os gustan las emociones aún más fuertes jeje. Dedicado a mis muchachas de siempre, ¡os quiero!

Disclaimer: SÉ que los personajes no son míos. Pero me divierto con ellos un poco, y no gano dinero ni nada así que ¿qué hay de malo en ello!

Nota: No apto para menores ni anti-slash, por favor pekes leed fics de rating G, por vuestra' muelaaaaas. Este capítulo ES fuerte.

AMA A TU ENEMIGO, TEME A TU AMANTE

CAP.2: PASSION AND UNCERTAINTY

(Perspectiva de Lucius)

"¿Dónde estás, Severus? La reunión empieza dentro de dos horas. Sé que vendrás pero…las cosas no son fáciles. No para mí. Lo único que doy por sentado es que aún eres mío".

Lucius Malfoy se puso las ropas más oscuras que tenía, las de un verdadero mortífago, y bajó las escaleras rumbo a una puerta secreta de su mansión. Se detuvo durante un momento frente a uno de los espejos que cubrían en hilera toda la pared del corredor principal. Miró su reflejo y asintió en silencio, mordiéndose el labio inferior; se sentía orgulloso y culpable al mismo tiempo por ser un hombre atractivo bien entrado en la treintena...Ser así le había traído placeres pero también grandes problemas. Siguió caminando deprisa y salió de la casa, dejando que los recuerdos invadieran su cabeza una vez más. "La primera vez que te llevé a mi habitación…estuvo muy bien, Sev".

*Flashback*

                Esa noche, Severus, curioso y reluctante al mismo tiempo, me siguió escaleras arriba. Entramos en mi dormitorio, donde los otros Slytherins de sexto ya roncaban; yo encendí mi varita con lumos y me acerqué a mi baúl.

-Esto es un tesoro de mi propia biblioteca-dije, dándole un libro.

       Para ser más exacto, era el Tratado de Métodos Mágicos de Tortura Silenciosa, un volumen muy interesante. Él le echó un vistazo con aparente curiosidad, pero lo noté tenso, nervioso al darse cuenta de que no dejaba de mirarlo fijamente. Finalmente, cuando vi que mi *presa* estaba lo suficientemente agitada, me decidí a atacar. Por algún motivo que no identificaba, ese muchacho me parecía delicioso. Alcé su barbilla con una mano.

-¿No vas a decírmelo, Severus? ¿Piensas pasarte más noches sin dormir? Eso es muy malo-susurré.

       De repente, como llevado por un impulso, se puso de puntillas y presionó con fuerza sus labios contra los míos. Cómo podía resistirme.

-Eso está mejor-dije, recuperando el aliento.

       Intentó volver al ataque, y entonces supe que su cuerpo había empezado a reaccionar fuertemente a nuestra cercanía. Lo cogí del brazo y conseguí empujarlo a través de las cortinas de la cama, de modo que caí intencionadamente sobre él.

-¿Qué voy a hacer contigo ahora?-murmuré, ante su rostro sorprendido. Clavó las uñas en la colcha, respirando fuertemente.

-Lucius, no creo que esto…-empezó a hablar.

*Pausa en el flashback de Lucius*

*Flashback de Snape*

       Esa visión me desconcertó: Lucius era una visión impresionante desde esa perspectiva, eso no puedo negarlo. Pero yo era muy joven-por no decir inexperto-y además orgulloso, por lo que me sentí ciertamente dominado, más aún al notar cierto destello de maldad en sus ojos grises.

-No pienses ahora-me dijo con voz seductora.-Es momento de sentir. Pero no te preocupes, seré bueno por ahora.

       Poco tiempo después sentí por primera vez sobre mí un cuerpo frío y suave que se movía de modo tan experto como para que, en poco tiempo, el número de prendas de ropa en el suelo aumentara estrepitosamente. De aquella noche recuerdo la mezcla entre delirio y dolor que me causó, y sus ojos satisfechos cuando, después de hacerme casi enloquecer, manchó sus labios con la sangre de una de mis heridas.

-La sangre es un sabor de lo más agradable. Especialmente esta, amor-suspiró.-Puedes estar orgulloso, no suelo hacer esto con chicos como tú.

       Lo miré desde la posición en que estaba (lamentablemente no podía sentarme) y esta vez la perversión de su mirada era más que evidente para mí. Me sonrió con un curioso quiebre en los labios.

-Me llevo algo de ti que nadie más tiene. Así que… eres mío. No lo olvides, Sev.

       Comprendí la razón por la que me pidió que me marchase: no quería-al igual que yo- que nadie nos encontrara juntos a la mañana siguiente. Volví a mi habitación, maldiciendo a Lucius por la marca que había dejado en mi cuerpo; pero en el fondo deseaba que no hubiera sido un sueño.

* * *

       Cuando me desperté a la mañana siguiente, estaba mareado y me dolía una barbaridad atrás. Recordé a duras penas los acontecimientos de la noche anterior y me maldije una y otra vez por no haber puesto a Lucius en su sitio. No entendía por qué aquel tipo me gustaba tanto, ni mucho menos por qué él había querido hacer eso, si yo no era más que un estudiante de quinto canijo y desagradable. Necesitaba encontrar respuestas casi tanto como necesitaba verle de nuevo.

       Malfoy sólo me dedicó una breve sonrisa diabólica cuando entró en el Gran Comedor a la mañana siguiente. Yo no sonreí sino que le eché la mirada más penetrante posible, examinando sus rasgos perfectos y esos ojos grises que habían brillado de placer hacía tan sólo unas horas.

-Sanpe. ¿Te encuentras bien?

       Volví la vista hacia mi derecha y vi a Sheila Heller, una compañera de quinto, mirándome preocupada con un par de grandes ojos castaños.

-Es que estás colorado. Resulta algo raro en ti-dijo.

-Estoy bien, gracias-dije sin prestarle atención; bajé la mirada hacia mi plato y seguí comiendo.

No encontré la oportunidad de hablar con Lucius durante tres larguísimos días y empecé a pensar que nuestro encuentro ni siquiera había sido real, aunque mi herida ya casi cicatrizada sí que lo había sido. Yo le deseaba, era tan simple como eso. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, sentía una profunda desconfianza y al mismo tiempo me moría por volver a tenerlo cerca. Al fin tropecé con él en un pasillo a la hora del almuerzo.

-Lucius-tragué saliva, tratando de mantener la compostura.-Quiero aclarar algunas cosas contigo.

(Continuará ^o^)

* * *

Notas: Hey un momento! , sé lo que estáis pensando! Éste NO ES uno de esos slash sin argumento; por supuesto que lo tiene, y uno cuidadosamente planeado que tengo que desarrollar. Y si no, ¿cómo iba a explicar todo lo que ocurrió entre esa primera vez y el momento en que, montones de años después, se dirigen los dos a una reunión de mortífagos? ¡Anda que no queda ná! Así que seguid leyendo la historia y dejad reviews, friends, ^^ Besos de Isilme. Y ahora con la intriga…