Notas de autor: ¡Por fin! Aquí tenéis el capítulo cuatro, la verdad es que os agradezco vuestras reviews porque no pensé que un slash en castellano pudiera tener tanto éxito, y más siendo de una pareja inusual como ésta. Pero estoy tan animada que de seguro lo continuaré ahora que tengo tiempo. ¡Va por vosotros/as!
Disclaimer: SÉ que los personajes no son míos. Pero me divierto con ellos un poco, y no gano dinero ni nada así que ¿qué hay de malo en ello!
Nota: No apto para menores ni anti-slash, por favor pekes leed fics de rating G, por vuestra' muelaaaaas. Este capítulo sigue siendo fuerte (ejem todo el fic lo es)
AMA A TU ENEMIGO, TEME A TU AMANTE
CAP.4: CHANGES
(Flashback de Lucius)
Me asombré de verdad la noche en que mi tranquilo y reflexivo amante preferido se rebeló contra mí. Recuerdo que acababa de trepar por su colcha cuando me sonrió de un modo extraño y con impaciencia. Había un destello peculiar en sus ojos negros, y ni siquiera me dio tiempo a preparar una buena defensa. Severus me empujó con firmeza sobre la cama, y tomando su varita-que tenía escondida bajo la ropa-en un rápido movimiento, murmuró "weakilus". Sonrió de oreja a oreja al tiempo que yo sentía mi cuerpo relajarse, a pesar de que la sangre corría desbocada por mis venas.
-¿Qué demonios…?!-comencé a decir.
-Sssh. Es sólo un pequeño hechizo para evitar que hagas movimientos bruscos esta noche. Eso quiere decir que no creo que puedas tenerme quieto hoy, Lucius.
Era verdad. Podía moverme y pensar con claridad, pero cuando intenté liberarme de su peso con un empujón…simplemente no pude. Apreté los dientes con fuerza, mientras él pronunciaba el hechizo "Silentius", como de costumbre, para asegurarse de que nadie fuera de nuestras cortinas nos oiría. Cuando me encontré con su mirada de nuevo me sentí de lo más humillado. Yo, que nunca jamás me rebajaría ante nadie, estaba a punto de ser dominado por un canijo de quinto al que había subestimado. Mi varita estaba ahora fuera de mi alcance, y Snape no dejaría que me moviera para cogerla.
-Qué te den-murmuré.
Él se inclinó y me besó rápidamente antes de responder.
-¿Y qué tal so soy yo el que da esta noche? No puedes escapar. Además, tu cuerpo te traiciona. Estás caliente al máximo.
-Dame una solución, entonces-dije, aceptando el hecho de que el deseo me estaba volviendo loco.
Sin duda Sev había aprendido, no podía decir cuánto, y la cuestión es que yo mismo le había enseñado todo aquello. En cada roce sentí que yo le gustaba a más no poder, tal vez tanto como él a mí, aunque en qué sentido o de qué forma…no sabía decirlo. El amor nunca había entrado en mis esquemas, y no pensaba dejarle paso entonces.
(Pausa en el flashback de Lucius)
**
(Flashback de Snape)
El curso avanzó entre clases y noches que casi parecían auténticas batallas entre Lucius y yo, con magia de por medio, para ver quién tomaría el control. Eran pequeñas cosas que le daban variedad al tema, aunque yo en el fondo estaba conforme pasara lo que pasase. Su particular gusto por la sangre y el dolor que fluía a través del deseo era correspondido con una desconcertante quietud por mi parte, que luego se transformaba en rebeldía, y más tarde en una nueva trampa. Una trampa, eso es lo que era nuestra relación, para él y para mí. Aunque me di cuenta mucho más tarde.
Pasé ese verano en mi casa, rodeado de un ambiente casi-mortífago pues mis padres se estaban planteando el ayudar al Señor Tenebroso (tal vez plantearse no sea el verbo, digamos…¿obedecer?). Yo conseguía evadirme, sin embargo, en mi cuarto de estudio practicando Artes Oscuras y, por supuesto, pociones. Por las noches no podía parar de pensar en él; sentía escalofríos, como si me faltara algo, y no me decidí a escribirle. ¿Qué iba a decirle? "¿Dónde quedamos que no puedo más?". Sonaba decadente. A pesar de la falta de comunicación, tenía esperanzas respecto al próximo curso, que sería su último año en Hogwarts.
Septiembre llegó, subimos al expreso de Hogwarts y allí mismo comprendí que él también me había echado de menos: Entró en mi compartimento del tren, que aún estaba vacío, y me sonrió.
-¿Todo bien, Sevvy?
-Hola, Lucius.
-¿Me has echado de menos?
-He estado ocupado-dije evadiendo la pregunta.
Estaba un poco más alto, pálido como siempre y el pelo por debajo de los hombros recogido en una coleta. Parado en la puerta, con los brazos cruzados, parecía una aparición. De repente se acercó a mí y me besó con fuerza, haciendo que recordara de golpe lo loco que conseguía volverme.
-Te veré esta noche.
Algo había cambiado. No con respecto a mí, pues la noche tuvo mucho que ver con todas las anteriores, pero Lucius tenía algo distinto. Al día siguiente me di cuenta. A la hora del desayuno, él se sentó junto Narcissa Lange, una chica rubia de su curso que le sonrió levemente. La muchacha en cuestión parecía bastante cohibida, y apenas mostraba interés por seguir la conversación que Lucius había comenzado. Cuando aquel día los de mi clase tuvimos que subir hacia la torre de Astronomía, volví a verlos juntos, pero esta vez algo estalló dentro de mí, llenándome de ira. Él tenía aprisionada a la chica contra una pared, y la estaba besando. Como es lógico no me vio, y yo proseguí mi ascenso por las escaleras rápidamente, tan enajenado que por poco no caí en el hueco de uno de los peldaños falsos. Aquello era algo totalmente nuevo, sentía rabia, un millón de preguntas daban vueltas por mi cabeza. Sabía que tenía otros amantes, pero verlo allí…y con una chica…
* * *
No fui a su encuentro aquella noche, ni a la siguiente, y él tampoco dio señales de vida. Al tercer día después de mi disgusto, apareció en mi cuarto a medianoche.
-No sabes nada, Severus, de estos asuntos-me dijo, al ver que me apartaba de su lado.
-Ilumíname, entonces.
-Ella es mi prometida.
(continuará)
*****************
Notas: Bueno, empieza a tener argumento, ¿verdad? A estos dos les queda mucho por pasar-en el pasado y el presente claro. Supongo que querréis saberlo todo, ¿o no? Dejad vuestros reviews y veremos en qué para todo esto. Besos a mis lovely girls que no me abandonan, you rule! ^^
