Estuvo a un paso de salir tras ella, pero tenía razón, sería peligroso. Cerró su boca y se echó atrás, apoyándose en el susodicho tronco, de pronto sintiendo una revuelta de confusiones en su interior. Se llevó sus manos a su cabeza, tirándose el pelo levemente. Las bajó y se restregó los ojos, permaneciendo así, concentrándose en qué hacer.

- ¿y ahora qué pretendes?

James saltó de su asiento, con el corazón en la mano. Miró bruscamente a su izquierda, sufriendo un repentino temblor de pies a cabeza. - MA - Marianne...

Ante la pavorosa reacción, Marianne sonrió burlona, dando un rodeo y sentándose en la banca. - ¿te divertías, Potter?

James dejó caer su mandíbula, cruzando sus brazos... -Eh, ah, eh yo, eh ¿de qué hablas? - terminó diciendo llevando una mano a su cuello.

Marianne rió, bajando su mirada y luego llevándola hacia el castillo a su derecha, negando levemente. Volvió sus ojos  de nuevo a James quien la miraba extrañado por su sarcástica sonrisa. Peor fue u expresión al ver que la de Marianne se convertía en una mueca de asco, acompañada de una sonora cachetada.

- Eres un asco, no pensé que podías llegar a tanto. Lo siento mucho James, pero...

- ¡Por favor, no le digas! - le interrumpió desesperado - Te lo ruego, Marianne, te doy lo que quieras...

- ¡Maldito bastardo...! – rió enojada -  ¿ahora la traición la igualas a un favor? ten cuidado con lo que haces. Yo no me voy a quedar callada con esto. Al menos Arabella tuvo la dignidad de parar.

- Dios, ¿nos estuviste espiando todo el tiempo? - exclamó de pronto indignado.

- Sólo - arrastró - pasaba por aquí... ¿Es un lugar bastante público, no crees? No tiene ni la más mínima consideración, veo. En fin, James, prepárate para tu muerte - rió divertida - adiós.

Marianne se levantó rápidamente, dejando un saludo con su mano. James apretó sus dientes y ojos un segundo. De pronto saltó, alcanzando a la chica.

- Marianne, una cosa, al menos--- al menos no le digas que fue con Ara --- eh--- ella no tuvo la culpa... ¡te lo ruego! - murmuró. Marianne observó un instante el brillo de terror en sus ojos oscuros, acompañando el del leve sudor de su morena piel. se soltó de la mano con que James le sostenía y dio media vuelta.

- Lo voy a considerar. - dijo, tomando rumbo nuevamente y dejando al chico inmerso en sus pesados remordimientos.