Capitulo 2.- Si los recuerdos no fueran tan dolorosos, una luna que comienza a teñirse de rojo.

Y precisamente el profesor Lupin , en esos momentos despertaba del todo alarmado, pues el sol entraba ya con mayor brillo en la habitación lo que significaba que volvía a quedarse dormido, se apoyo en el otro lado de la cama, aun se encontraba tibio, aun conservaba el olor de Sirius, definitivamente no había podido borrarlo ni en doce años, recordó como se molestaba cuando su sensible nariz captaba ese peculiar olor de su amante un olor a árboles, a bosque, tal ves el olfato de lobo se había enamorado de ese olor, aun cuando su yo humano hubiera preferido esos misteriosos ojos. Cada ves que llegaba a el ese olor lo recordaba y eso le había dolido durante doce años, ahora la felicidad lo embargaba, que mas daba si moría mañana sus sueños estaban completos, pues sus únicos deseos durante doce años habían sido aferrarse a la inocencia de Sirius y volver a estar a su lado, ahora eran realidad, todo lo que viniera después, todo aquello que podía permitirse era esperanza; pero no sabia por que el siempre había sido el optimista, tal ves por que por su naturaleza comprendía la lucha entre luz y oscuridad, el quería creer que al lado de Sirius podía enfrentar lo que fuera. Y quien sabe tal ves pensar en un hogar era posible, brindarle el amor de padres a Harry, algo que deseaba por el amor que sintió por James y Lily; si tan solo no hubieran sido tan tontos para desconfiar el uno del otro.. no el hubiera no existía, nunca mas pensaría en lo que fue, debía vivir por aquello que vendría.
Cerro los ojos ante el sol, y de pronto tuvo una extraña sensación, nostalgia, deseos de corre a donde Sirius se encontrara, temor de la distancia; pero los acallo era el lobo quien hablaba por el, la aprensión que el lobo sentía.
El joven profesor tomo rápidamente sus ropas y cerro la habitación, dando un rápido vistazo decidió que volvería temprano para ordenar algo del desastre, aunque seria un trabajo inútil, en cuanto el desordenado de Sirius regresara, comprobó también el sótano, pues debía tener listos los hechizos para encerrarse por la noche, era posible que en la tarde el dolor no le permitiera pensar bien.
Con un gesto ausente cerro la puerta y contemplo el bosque, el lobo se sentía libre, pero el debía encerrarlo de nuevo, no quería faltar a sus clases, o sus compañeros sospecharían, sonaba justo como en el colegio, pero ahora el era un profesor y sus compañeros otros profesores, un trabajo que le permitía esconder fácilmente a Sirius y pasar desapercibido, mientras conseguían informes útiles a su causa.

Para todos era el amable y distraído profesor Lupin, aun cuando faltara en algunas ocasiones; el no quería que estas fueran notorias, así que se obligaba, pese al dolor y angustia que crecía en el, a asistir.

Le molesto por un momento el que Sirius no estuviera esa noche con el, pero ahora que estaban juntos de nuevo que seria una noche, cuando había ya pasado tantas solo; lo peor es que por la mañana estaría muy cansado y seguramente su cariñosa pareja no lo seria tanto, no al menos al descubrir que el espía era precisamente Snape, claro que él lo sabia, pero si le hubiera dicho a Sirius, es probable que no recibieran la información, que se hubiera negado a ir; un resentimiento eterno existía entre esos dos, solo esperaba poder conseguir algún día que se toleraran, y quien sabe si se ponía a soñar tal ves una amistad... el mismo se rió de ese sueño realmente era imposible, hasta era mas posible que Voldemort se rindiera pacíficamente, que mala broma se regaño a si mismo, ese era un enemigo del que no podía burlarse.
Siempre que veía con optimismo el futuro, siempre que pensaba en la alegría de estos momentos, estaba la sombra de Voldemort, en cualquier instante, sus vidas podían ser destruidas nuevamente, pues estaba en medio de una guerra, y sobrevivir era solo una esperanza, no podía evitar el dolor, si perdía a Sirius su alma se destrozaría, y siempre prefería morir a padecer nuevamente una sola noche como todas las de aquellos doce años.

Retiro esos tristes pensamientos, saludo amablemente a las personas que encontraba en su camino, sin darse cuenta encerrado en sus pensamientos había cruzado el bosque, y ahora en medio del poblado sonrió pensando en la cara de Sirius, cuando viera a Snape, mejor no sonreía ya casi escuchaba el sermón de Sirius, le haría pagar aun cuando acabara de pasar su transformación, bueno le encantaban esas venganzas aun cuando estuviera agotado.

Sonriente observo el cielo y pensó en que Sirus lo estaría contemplando también.
Padfoot, realmente era quien contemplaba el cielo, quien lo viera pensaría que el perro estaba realmente aburrido, pues así era, y había corrido durante todo el día de un lugar a otro escuchando rumores, reteniendo nombres, siguiendo a sospechosos y posibles mortifagos, su condición de animago ilegal era envidiable a la hora de ser espía.
Y ahora cuando lo que mas deseaba era ir y estar con Remus, tenia que esperar, pacientemente al dichoso espía, esa información debía ser entregada a Dumbledore.
Por un momento la sospecha de que fuera Snape a quien esperaba cruzo por sus ojos, no realmente Remus le hubiera dicho si ese fuera el caso, a menos que él creyera que así no podía rehusarse, o si era Snape, Remus pagaría por eso, por su mente pasaron muchas ideas de venganza, si alguien hubiera visto al perro negro, podría imaginar que su cara parecía la de un pervertido.
Una sombra y un ruido y Padfoot estaba listo para saltar encima de quien fuera, pero ese alguien era el espía, que sentándose en una banca oscura sonrió con burla ante la cara del perro.
Pues frente a el Padfoot contemplaba a Severus Snape, para después ser Sirius quien lo contemplaba receloso y molesto, pero ya que estaba ahí, Remus pagaría caro, se sentó con un movimiento tratando de apartarse lo mas posible de ese tipo que odiaba tanto.

- No te ha hecho mucha gracia- le contemplo Snape- pensé que tu lobito te diría todo - la mirada fría era hiriente, si tuvieran ese poder ambos habrían caído fulminados por aquellas miradas que se repartían.
- No si pensaba que me negaría a venir, y no es lobito es Remus- respondió cortante Sirius.
- Bueno como desees yo únicamente te doy la información y me largo, tu presencia no me es en lo mínimo agradable, seguramente encontrare pulgas en mis ropas - respondió sarcástico Snape.
- Claro con ese cabello como no habrías de encontrar pulgas - Sirius se comportaba con el siempre, como si estuvieran en el colegio.
- Bien no vine a que me insultes, recuerda los nombres que te daré pues son las siguientes victimas, descubrí muchas pero como aun no estoy, en el circulo interno de Voldemort, no pude descubrir de lo que él en persona se encarga - rápidamente Snape había cambiado de tema.
- Y ,¿ por que en noche de luna llena?, fue para fastidiarnos que la elegiste- repuso Sirius aun molesto.
- No, es simplemente que hoy, llevarían a cabo uno de esos asesinatos personales, lo cual me dejo escabullirme hasta aquí, ¿contento con la respuesta Black?- asevero Snape.

Pero Sirius no lo observaba, si no que contemplaba como la luna aparecía lentamente en el horizonte, Remus seguramente ya estaría encerrándose, pero no entendía por que sentía esa angustia en su corazón, un dolor, tal ves era la culpa por no estar con el.

- Black, si piensas no prestarme atención, entonces me marchare, tengo muchas ocupaciones - Snape lo veía tratando de parecer ofendido, pero la actitud de el otro lo desconcertaba.
- Es solo que ... - Sirius se cayo de pronto al sentir una punzada de dolor, y levanto los ojos nuevamente para contemplar la luna que estaba surgiendo una luna roja, sangre , se estaba derramando, entonces sin saber como se levanto temblando.
- ¿Que ocurre Black?- pregunto Snape, reprimiendo las ironías, cuando lo vio tan alterado.
- ¿ Asesinarían a alguien?, en esta noche de luna llena - Sirius no podía evitar esa angustia.
- Si ellos dijeron que hoy estaría indefenso ese ser... o no - Snape se cayo al comprender las ideas de Black, entonces Lupin estaba en peligro, su mente no dejo de formular esas ideas, cuando vio a Sirius correr desesperado, rápidamente lo siguió.
- Debo ir, no puede ser solo es una tontería la que pensé- Sirius corría desesperado.
- Espera, podemos aparecernos en su casa, detente- le gritaba Snape.
- No, el lugar esta protegido contra hechizos de ese tipo, al bosque solo puedes entrar caminando - gritaba ya al punto de la histeria Sirius.

Snape decidió seguirlo, después de todo el confiaba en que eso no hubiera ocurrido, mientras Sirius confiaba en que encontraría a Remus encerrado en el sótano, transformado en un lobo, pero a salvo.