Notas: Como siempre los derechos son de la creadora de tan maravillosos
personajes, Rowling.
Nota: gracias por el review Cho Chang, espero que este capitulo te guste.
Capitulo 11.- Doloroso encuentro que destruye mi alma.
La sangre corría por los campos, el pasto se teñía de rojo con el sol que se extendía por los cielos, pero en medio de las brumas había surgido una esperanza oscura al menos, el ministerio había escuchado al fin, aun cuando muchos debieron morir por ese momento.
Harry observaba con terror, su mente negaba una y otra ves , ¿era necesario todo este dolor?, así era el mundo perfecto que Voldemort ambicionaba, un mundo cubierto de sangre y cadáveres.
El niño se abrazo con mayor fuerza a un cuerpo en el suelo, tres veces mas ancho que un hombre, sujeto con sus pequeñas manos la gran manaza del hombre muerto, su amigo, el primero que le había dicho que era mago, un amigo incondicional, otra victima en el campo de batalla.
Snape buscaba con la vista entre los sobrevivientes, rápidamente localizo a varios de sus alumnos, por suerte ellos resultaron ilesos, no pudo evitar sentir un nudo en su garganta cuando lo vio, el pequeño Potter abrazando el cadáver de Hangrid, no podía creer que el hombretón hubiera muerto, para el era un parte de Hogwarts, además de una especie de amigo respetuoso.
Dejo al joven Potter con su dolor y prosiguió su camino, observo a Dumbledore, su mentor y amigo estaba parado con la mirada perdida, los cabellos canos mezclados con sangre, pero el infinito dolor en sus ojos era a causa del resultado, pues mas que nadie sabia las consecuencias que esta guerra traería.
El profesor de pociones se limito a observarlo unos instantes, no era el quien podía calmar su dolor; siguió buscando entre la destrucción, y entonces lo vio, en medio del caos, rodeado de cadáveres de hombres que antes habían sido lobos, Sirius Black observaba con una expresión perdida en dirección al bosque; los mortifagos con su señor habían huido de ahí, no contaron con la llegada del ministerio, después de todo esta batalla no era la ultima , su propósito era destruir la esperanza y lo habían conseguido, el lo sabia cuando contemplo al mago destrozado por el dolor, su ultima esperanza había caído, ante una visión.
Y el sabia bien de esto, lo presencio, cuando toda la trifulca empezó, Black y el atacaron temerariamente, protegían al joven Potter, los magos habían controlado la situación , pero entonces un ejercito diferente, un ejercito de hombres lobo había caído sobre ellos, Sirius grito a su lado cuando observo al líder, un gran lobo café, son ¿ojos dorados?, una simple casualidad pensó él, pero Black no debió pensar lo mismo, puesto que había corrido detrás de el, una tontería sin duda. Ambos se habían descuidado, pues si Black corrió detrás de el lobo, el corrió detrás también, dejaron a un joven Potter solo en medio de la batalla, esta distracción pudo costar la vida de el joven, y con ello hubieran perdido sin duda en aquel día, no habría habido mañana; pero Hangrid noto todo esto, corrió al lado del joven Potter y murió protegiéndolo, como debieron hacer ellos dos, tomo el lugar que ellos abandonaron.
Y Black había perdido el corazón, si no la cordura que aun le quedaba, el profesor se paro detrás de este y lo oyó decir una y otra ves " eso no es cierto", " no puedo matarte"; todo ello mientras veía el espacio vació delante de el, un espacio que antes había ocupado un lobo y posteriormente a la salida del sol, un hombre, uno que Snape, a causa de los enemigos que lo rodeaban, solo pudo contemplar desde lejos, pero un hombre que el reconoció como Remus Lupin, un hombre que era ahora sirviente de Voldemort, si no es que siempre lo había sido.
La mente oscura, los pensamientos negándose a entenderse, no podía asimilar el hecho, su mente divagaba, como aquella ves, cuando cayo en la trampa de Pettigrewy; divagaba pues nuevamente había vuelto a caer en una trampa, aferró su brazo, la sangre corría abundante por el, y por múltiples heridas; pero no le dolían, como sentir el dolor físico, cuando el dolor de su alma era demasiado profundo.
Estaba muerto, eso era un destino mejor, había perdido a su amado, eso era mejor; a esta realidad que era demasiado perversa; el destino era un juego constante, y el solo era un instrumentó con el que se divertía.
No pudo creerlo, no en el momento en que la batalla estaba en un punto culminante, los lobos viniendo hacia ellos, eran hombres lobo, el pudo reconocerlo desde lejos, y ahora con mayor certeza.
Pero en medio de la batalla se quedo estático, pues ante el se encontraba un lobo de ojos dorados, un lobo que el conocía perfectamente, cuantas veces no lo vio transformarse, un lobo al que el había unido su vida, pero no podía ser cierto, no por que el estaba muerto.
El lobo se giro al verlo y corrió detrás, y él no pudiendo reprimir ese impulso había corrido detrás también.
Pero todo había sido una trampa, vio al lobo sonreírle, y se vio rodeado por muchos otros, el combatió fieramente, su dolor era tanto, su odio inmenso, lo descargo en todos esos seres que lo atacaban, en la confusión había perdido de vista al lobo de ojos dorados, pero este a él no; Sirius no pudo notarlo por que estaba de espaldas, que un lobo venia hacia el, si el lobo de ojos dorados no se hubiera anticipado y matado al agresor, el hubiera caído.
Pero el había buscado al lobo de ojos dorados y lo vio frente a el, el no pudo moverse y no detuvo el fuerte arañazo dirigido a su brazo, el lobo lo atacaba produciéndole múltiples heridas, pensó que no lo reconocía, se transformo en Padfoot, su amigo el lobo no dejo de atacarlo, ya no era mas el que había sido.
El sol había hecho su aparición, con la madrugada, los lobos muertos a su alrededor, cambiaron, en seres humanos, y el también se transformo, no tenia caso ya.
Levanto la vista y frente a el, como una aparición lo observo, los ojos dorados se perdieron en los azules, pero todo era diferente, ahora esos ojos dorados estaban vacíos, fríos, sin aquel brillo que había iluminado su vida y que creyó distinguir en la noche.
Su mirada lo recorrió, la realidad fría y presente ante sus ojos era demasiado difícil de aceptar, no era el, se repitió no podía serlo.
- No eres él- dijo mas para si, que para el hombre frente a el, sus ojos no pudieron evitar las lagrimas.
- ¿ No soy quien Sirius?, no soy Remus Lupin, no la mascara que tu conocías, este es el verdadero yo, uno que te desprecia Black- Remus lo observaba con frialdad, pero su corazón se estrujaba, quería gritar, abrazarlo y jamás soltarlo, pero a cambio lo había lastimado, y debía lastimarlo mas que físicamente.
- Remus, tu... yo te amo... no estas muerto...creí que si y mi corazón sufrió inmensamente..., no puede ser , ¿qué te ocurrió?- Sirius no pudo evitar contemplar la marca de Voldemort, la marca oscura en la mejilla del hombre lobo.
- ¿Amor?, a Black, no me digas que creíste en todo ese juego, a si, soy un excelente actor, "te amo Sirius" y tu lo crees siempre, eres un perrito que controle fácilmente, pero ya me canse de fingir, el señor oscuro es mi amo, siempre lo fue, yo siempre espié encubierto en tu amor, eres un tonto Black, confiar en un hombre lobo, un ser oscuro- las lagrimas amenazaban sus ojos, pero el tomo el valor, hiérelo para salvarlo, se recordó, hiérelo y Voldemort no te podrá usar mas como un arma contra ellos, hiérelo y que tu amor lo salve, aunque el te odie.
- No, tu venciste a la oscuridad, tu eres mi luz, todo lo que dices es mentira, es esa marca te controla, te hace algo lo se, es Voldemort quien rige tus acciones, tu no me mataste, pudiste hacerlo - Sirius, sentía que su alma se derrumbaba.
- Que lastima me das Black, la oscuridad siempre fue parte de mi, tu te negaste a verlo, ¿quieres que te mate?, no lo se, es aun mas bello contemplar tu dolor, el saber que tu amor no existió en verdad, mi lealtad es única para Voldemort, el es mi señor, aun antes de la marca- Remus sentía que su corazón revelaría la verdad de un momento a otro, su resistencia caería.
- No, eso no es cierto- Sirius observo al grupo de mortifagos que se alejaban rápidamente, se acerco ante el gesto de Remus y lo abrazo, no quería dejarlo ir, no podía comprender aun las palabras.
¿Qué haces?- Remus quería perderse en ese abrazo toda la vida, pero el precio era demasiado alto, así que reuniendo su valor empujo al hombre con gran fuerza- eres un necio, y un tonto además, quieres tu muerte con gusto te la daré en este momento, dejarías de sufrir - vio a los mortifagos y dio la vuelta- bien, por el momento te salvaras Black.
Intento caminar pero algo sujetaba su capa, Sirius tiraba en el suelo de ella, su corazón se partió pero el dio una fuerte patada, obligándolo a soltarlo, no podía estar mas tiempo ahí, arruinaría el plan del que dependía la vida de los seres que amaba.
- La próxima ves que nos veamos, Black, solo uno de los dos vivirá-Remus se alejo, entre los grupos de mortifagos, se ajusto la capa y el viento se llevo sus palabras- y mi deseo es que seas tu- las lagrimas contenidas escaparon.
Sirius, se quedo viendo el lugar, viendo destruirse su amor, ni en otro mundo podría ser feliz con el, su amor había sido una farsa, otras persona mas que lo traicionaba, pero esta ves era mas doloroso.
Nota: gracias por el review Cho Chang, espero que este capitulo te guste.
Capitulo 11.- Doloroso encuentro que destruye mi alma.
La sangre corría por los campos, el pasto se teñía de rojo con el sol que se extendía por los cielos, pero en medio de las brumas había surgido una esperanza oscura al menos, el ministerio había escuchado al fin, aun cuando muchos debieron morir por ese momento.
Harry observaba con terror, su mente negaba una y otra ves , ¿era necesario todo este dolor?, así era el mundo perfecto que Voldemort ambicionaba, un mundo cubierto de sangre y cadáveres.
El niño se abrazo con mayor fuerza a un cuerpo en el suelo, tres veces mas ancho que un hombre, sujeto con sus pequeñas manos la gran manaza del hombre muerto, su amigo, el primero que le había dicho que era mago, un amigo incondicional, otra victima en el campo de batalla.
Snape buscaba con la vista entre los sobrevivientes, rápidamente localizo a varios de sus alumnos, por suerte ellos resultaron ilesos, no pudo evitar sentir un nudo en su garganta cuando lo vio, el pequeño Potter abrazando el cadáver de Hangrid, no podía creer que el hombretón hubiera muerto, para el era un parte de Hogwarts, además de una especie de amigo respetuoso.
Dejo al joven Potter con su dolor y prosiguió su camino, observo a Dumbledore, su mentor y amigo estaba parado con la mirada perdida, los cabellos canos mezclados con sangre, pero el infinito dolor en sus ojos era a causa del resultado, pues mas que nadie sabia las consecuencias que esta guerra traería.
El profesor de pociones se limito a observarlo unos instantes, no era el quien podía calmar su dolor; siguió buscando entre la destrucción, y entonces lo vio, en medio del caos, rodeado de cadáveres de hombres que antes habían sido lobos, Sirius Black observaba con una expresión perdida en dirección al bosque; los mortifagos con su señor habían huido de ahí, no contaron con la llegada del ministerio, después de todo esta batalla no era la ultima , su propósito era destruir la esperanza y lo habían conseguido, el lo sabia cuando contemplo al mago destrozado por el dolor, su ultima esperanza había caído, ante una visión.
Y el sabia bien de esto, lo presencio, cuando toda la trifulca empezó, Black y el atacaron temerariamente, protegían al joven Potter, los magos habían controlado la situación , pero entonces un ejercito diferente, un ejercito de hombres lobo había caído sobre ellos, Sirius grito a su lado cuando observo al líder, un gran lobo café, son ¿ojos dorados?, una simple casualidad pensó él, pero Black no debió pensar lo mismo, puesto que había corrido detrás de el, una tontería sin duda. Ambos se habían descuidado, pues si Black corrió detrás de el lobo, el corrió detrás también, dejaron a un joven Potter solo en medio de la batalla, esta distracción pudo costar la vida de el joven, y con ello hubieran perdido sin duda en aquel día, no habría habido mañana; pero Hangrid noto todo esto, corrió al lado del joven Potter y murió protegiéndolo, como debieron hacer ellos dos, tomo el lugar que ellos abandonaron.
Y Black había perdido el corazón, si no la cordura que aun le quedaba, el profesor se paro detrás de este y lo oyó decir una y otra ves " eso no es cierto", " no puedo matarte"; todo ello mientras veía el espacio vació delante de el, un espacio que antes había ocupado un lobo y posteriormente a la salida del sol, un hombre, uno que Snape, a causa de los enemigos que lo rodeaban, solo pudo contemplar desde lejos, pero un hombre que el reconoció como Remus Lupin, un hombre que era ahora sirviente de Voldemort, si no es que siempre lo había sido.
La mente oscura, los pensamientos negándose a entenderse, no podía asimilar el hecho, su mente divagaba, como aquella ves, cuando cayo en la trampa de Pettigrewy; divagaba pues nuevamente había vuelto a caer en una trampa, aferró su brazo, la sangre corría abundante por el, y por múltiples heridas; pero no le dolían, como sentir el dolor físico, cuando el dolor de su alma era demasiado profundo.
Estaba muerto, eso era un destino mejor, había perdido a su amado, eso era mejor; a esta realidad que era demasiado perversa; el destino era un juego constante, y el solo era un instrumentó con el que se divertía.
No pudo creerlo, no en el momento en que la batalla estaba en un punto culminante, los lobos viniendo hacia ellos, eran hombres lobo, el pudo reconocerlo desde lejos, y ahora con mayor certeza.
Pero en medio de la batalla se quedo estático, pues ante el se encontraba un lobo de ojos dorados, un lobo que el conocía perfectamente, cuantas veces no lo vio transformarse, un lobo al que el había unido su vida, pero no podía ser cierto, no por que el estaba muerto.
El lobo se giro al verlo y corrió detrás, y él no pudiendo reprimir ese impulso había corrido detrás también.
Pero todo había sido una trampa, vio al lobo sonreírle, y se vio rodeado por muchos otros, el combatió fieramente, su dolor era tanto, su odio inmenso, lo descargo en todos esos seres que lo atacaban, en la confusión había perdido de vista al lobo de ojos dorados, pero este a él no; Sirius no pudo notarlo por que estaba de espaldas, que un lobo venia hacia el, si el lobo de ojos dorados no se hubiera anticipado y matado al agresor, el hubiera caído.
Pero el había buscado al lobo de ojos dorados y lo vio frente a el, el no pudo moverse y no detuvo el fuerte arañazo dirigido a su brazo, el lobo lo atacaba produciéndole múltiples heridas, pensó que no lo reconocía, se transformo en Padfoot, su amigo el lobo no dejo de atacarlo, ya no era mas el que había sido.
El sol había hecho su aparición, con la madrugada, los lobos muertos a su alrededor, cambiaron, en seres humanos, y el también se transformo, no tenia caso ya.
Levanto la vista y frente a el, como una aparición lo observo, los ojos dorados se perdieron en los azules, pero todo era diferente, ahora esos ojos dorados estaban vacíos, fríos, sin aquel brillo que había iluminado su vida y que creyó distinguir en la noche.
Su mirada lo recorrió, la realidad fría y presente ante sus ojos era demasiado difícil de aceptar, no era el, se repitió no podía serlo.
- No eres él- dijo mas para si, que para el hombre frente a el, sus ojos no pudieron evitar las lagrimas.
- ¿ No soy quien Sirius?, no soy Remus Lupin, no la mascara que tu conocías, este es el verdadero yo, uno que te desprecia Black- Remus lo observaba con frialdad, pero su corazón se estrujaba, quería gritar, abrazarlo y jamás soltarlo, pero a cambio lo había lastimado, y debía lastimarlo mas que físicamente.
- Remus, tu... yo te amo... no estas muerto...creí que si y mi corazón sufrió inmensamente..., no puede ser , ¿qué te ocurrió?- Sirius no pudo evitar contemplar la marca de Voldemort, la marca oscura en la mejilla del hombre lobo.
- ¿Amor?, a Black, no me digas que creíste en todo ese juego, a si, soy un excelente actor, "te amo Sirius" y tu lo crees siempre, eres un perrito que controle fácilmente, pero ya me canse de fingir, el señor oscuro es mi amo, siempre lo fue, yo siempre espié encubierto en tu amor, eres un tonto Black, confiar en un hombre lobo, un ser oscuro- las lagrimas amenazaban sus ojos, pero el tomo el valor, hiérelo para salvarlo, se recordó, hiérelo y Voldemort no te podrá usar mas como un arma contra ellos, hiérelo y que tu amor lo salve, aunque el te odie.
- No, tu venciste a la oscuridad, tu eres mi luz, todo lo que dices es mentira, es esa marca te controla, te hace algo lo se, es Voldemort quien rige tus acciones, tu no me mataste, pudiste hacerlo - Sirius, sentía que su alma se derrumbaba.
- Que lastima me das Black, la oscuridad siempre fue parte de mi, tu te negaste a verlo, ¿quieres que te mate?, no lo se, es aun mas bello contemplar tu dolor, el saber que tu amor no existió en verdad, mi lealtad es única para Voldemort, el es mi señor, aun antes de la marca- Remus sentía que su corazón revelaría la verdad de un momento a otro, su resistencia caería.
- No, eso no es cierto- Sirius observo al grupo de mortifagos que se alejaban rápidamente, se acerco ante el gesto de Remus y lo abrazo, no quería dejarlo ir, no podía comprender aun las palabras.
¿Qué haces?- Remus quería perderse en ese abrazo toda la vida, pero el precio era demasiado alto, así que reuniendo su valor empujo al hombre con gran fuerza- eres un necio, y un tonto además, quieres tu muerte con gusto te la daré en este momento, dejarías de sufrir - vio a los mortifagos y dio la vuelta- bien, por el momento te salvaras Black.
Intento caminar pero algo sujetaba su capa, Sirius tiraba en el suelo de ella, su corazón se partió pero el dio una fuerte patada, obligándolo a soltarlo, no podía estar mas tiempo ahí, arruinaría el plan del que dependía la vida de los seres que amaba.
- La próxima ves que nos veamos, Black, solo uno de los dos vivirá-Remus se alejo, entre los grupos de mortifagos, se ajusto la capa y el viento se llevo sus palabras- y mi deseo es que seas tu- las lagrimas contenidas escaparon.
Sirius, se quedo viendo el lugar, viendo destruirse su amor, ni en otro mundo podría ser feliz con el, su amor había sido una farsa, otras persona mas que lo traicionaba, pero esta ves era mas doloroso.
