Caso 2

El pasillo que recorría la mayoría de las aulas de clase, era iluminado por los rayos de luz que penetraban por las enormes ventanas. Niguna antorcha o candela estaba encendida, y la única fuente de luz era exactamente la luna. Unos pasos rápidos recorrían el pasillo anterior, acompañados por un aliento jadeante.

La puerta de entrada al pasillo se abrió ruidosamente. La figura oscura de un humano estaba en medio de ellas, jadeando. Pronto continuó a correr, otra vez sin rumbo. Ya por varios pasillos atrás hacía lo mismo, buscando sólo una cosa: vida humana.

De su habitación hasta el lugar donde corría no había visto una sola alma viva, ni siquiera algún fantasma o espectro. Empezaba a sentirse la única persona en todo el castillo de Hogwarts. Se había encontrado en varios lugares oscuros, con antorchas apagadas. La luz no la veía en toda la noche.

Se calmó un poco, y ya la corrida no fue tan rápida. Estaba llegando al final del pasillo, y parecía no haber otro lugar a dónde ir. Finalmente se detuvo, delante a un salón ya muy conocido: el aula de Transformaciones.

Abrió la puerta instintivamente, encontrando su vacía y tétrica aula iluminada por los rayos de luna que penetraban por las tres grandes ventanas al fondo. Miró el pizarrón donde comúnmente su profesora escribía los ejercicios por hacer, y luego los pupitres donde ella se sentaba. Una voz masculina resonó en toda la habitación.

- ¿Tratando de huir?

Hermione Granger se sobresaltó, sintiendo como la puerta detrás suyo se cerraba por sí sola.

Una luz que provenía del techo, iluminó un pupitre al centro del salón. Hermione, aún asustada por lo apenas sucedido, se quedó ahí parada, sin entender rápidamente que la estaban invitando a sentarse. Luego, la luz la iluminó y Hermione se tuvo que tapar los ojos. La luz empezó a caminar hacia el pupitre, para luego quedarse ahí. Hermione no la siguió, y continuó a quedarse parada. Entendía ya que querían que se sentara, pero no entendía el por qué. Y quería saberlo.

- Siéntate, Hermione Granger – dijo de nuevo la voz masculina. Hermione miró hacia el pizarrón, de donde provenía la voz.

- ¿Por qué debería? ¡Ábranme la puerta! – dijo y dio un golpe de lado hacia la puerta de madera.

- ¿Huyes, Hermione? ¿Aún no entiendes por qué estás aquí? – la voz resonó en todo el salón.

- Eso es lo que quisiera saber – dijo Hermione, manteniendo la calma. Era fácil para ella mantener el control en todo. O almenos así parecía...

- Vamos a examinarte – dijo la voz – mentalmente. Por favor, toma asiento.

- ¿Me tengo que fiar? ¡De seguro fueron ustedes que hicieron desaparecer la gente y la luz! ¡¡Regresen las cosas como estaban!! – la voz se rió, resonando por todo el salón. Hermione sintió el corazón latirle fuerte, como antes de un examen... pero esa vez era diferente.

- Ja, ja, ja. ¿Entonces quisieras que regresaramos todo como antes? ¿Quiéres regresar a la vida de antes? ¿Donde la gente sólo se interesa en ti por tu inteligencia en vez que por ti mísma? ¿Donde sólo gente falsa te rodea?

- ¿Gente falsa? – susurró Hermione, fijando con ojos vacíos el pupitre iluminado. La voz masculina no desistió.

- Toma asiento, querida Hermione. Ya entenderás el por qué estás aquí... por qué todo ha cambiado... y todo será como antes...

Nadie te aprecia, es sólo interés

Hermione, increíblemente, fue caminando hasta el pupitre, sin pronunciar palabra alguna. Al llegar, se sentó, y la luz la iluminó con intensidad, hasta quemarle un poco.

- ¡Ah! – dijo Hermione, tapándose la cabeza – ¡¿Qué hacen, están locos?! – nadie respondió, pero la luz cesó de quemarle. Unos susurros se oyeron detrás y delante de ella...

Nadie te aprecia... es sólo interés... nadie... interés...

- ¿Qué? ¡¿Quién es?! – dijo Hermione mirándose por todos lados. La voz continuaba hablando, haciéndola temblar de nervios.

Nadie te aprecia... sola estás... no eres nadie...

La voz provenía del pupitre enfrente de Hermione. Ésta, sintiéndose intimidada, habló tratando de que no se notara su miedo.

- ¿Pero... esa voz... es acaso...? – Hermione se puso una mano en la garganta, otra voz resonó suavemente.

- Esa es tu yo profundo, el que no dejas ver, el que quiere salir y no le permites... – era la voz de Harry, Hermione la reconocería en cualquier momento, aún al borde de la muerte.

- ¡Harry! ¿Tú también estás metido en esto? ¿Cómo pudiste...?

- No soy el Harry que conoces, sino el de tu subconsciente...

- Así es, Hermione... te queremos abrir los ojos... aceptar la realidad... – dijo otra voz masculina.

- ¡Ron! – gritó Hermione, temblando – ¡Ron! ¿Qué es lo que dices? ¿Qué realidad?

- La que te rodea, Hermione... – dijo una voz que arrastraba las palabras, proveniente detrás de ella – la hipocrecía de la cual estás ciega...

- ¡Maldito Malfoy! Tú eres el que está causando todo esto, ¡lo sé! ¡¡Regresa todo como antes!!

- ¿En serio quiéres volver a la vida de antes, donde la gente te aprecia sólo por tu "inteligencia" y no por lo que eres? ¿Quiéres volver entre Harry y Ron, que nunca te han tomado en cuenta como una mujer? ¡¿Que siempre te ignoraban, y te veían sólo como "nuestra amiga, la chica más inteligente de toda Hogwarts"?! – Hermione veía como su cuerpo temblaba, sus manos estaban frías, la temperatura bajaba... sabía que todo eso era verdad, pero no quería admitirlo por su orgullo.

- No... no es verdad... Harry y Ron me quieren, yo también los quiero... yo los amo, ¡son los únicos chicos que he amado en mi vida! ¡¡Y ellos también me aman, ellos no son mis amigos por interés!!

- ¿Cómo puedes estar segura? – dijo la voz de Harry – ¿Cómo puedes saber si Harry y Ron te quieren o no?

- ¡Porque lo han demostrado! – gritó Hermione, viendo hacia la luz.

- Sí, pero sólo te ven como una chica que sólo piensa a los estudios – dijo la voz de Hermione – ¿Crees que estás en su lista de chicas más bonitas? ¡¿Crees que ellos te observan como a Cho Chang, Hannah Abbott, o Parvati Patil?!

- Yo... yo... ¡no, ellos jamás me han visto de esa forma! ¿Y qué? Lo que me importa es que me quieran, ¡nada más! – Hermione trataba de no llorar, pero los ojos le ardían. Sabía que lo que decía era mentira, y que tarde o temprano esas personas se darían cuenta... y así era.

- Mentira – dijo la voz de Draco. – Sólo mientes para creer que estás bien, pero no es verdad. ¿Deseas tanto que un chico se te acerque y trate de conocerte por lo que eres, cierto? También deseas tanto tener unas amigas que te aprecien, ¿no? Pero jamás, tú nunca has tenido alguien sincero al lado tuyo, y ninguna chica ha querido volverse tu amiga. ¿Por qué crees que Parvati o Lavender nunca se acercaron a ti? Pues por el simple hecho de creer que eras como siempre has querido aparentar ser.

- Pero... – Hermione estaba a punto de llanto – pero yo no soy así... yo no soy una persona arrogante... siempre ayudo, yo... – empezó a llorar, sin controlarse. No soportaba la idea de que alguien supiera realmente cómo era. Pero en ese momento no podía escapar.

- Claro – dijo la voz de Ron, – tú eres así porque no quieres que la gente note cómo te sientes realmente. Y para que nadie sepa de ti, de tus sufrimientos, te comportas todo lo contrario. Ayudas a la gente para que no tengan un mala idea de ti, pero en el fondo sabes que están cerca de ti sólo por interés, interés personal...

- No, no es cierto, ¡no es cierto! – gritó Hermione, tapándose los ojos y empapándose de lágrimas frías que le congelaban la cara.

- Lo sabes muy bien pero no quieres que nadie lo sepa. Sabes bien que te sientes sola, pero siempre te haces la fuerte y no demuestras tu sufrimiento. Siempre andas o con un duro rostro o con una sonrisa falsa. Pero jamás muestras sufrimiento por tu soledad. Estás tan acostumbrada, que hasta te agrada – la voz de ella mísma, Hermione, le resonaba a la chica por todo el cerebro, sin dejarla en paz. La chica se sentía ridícula que voces que no exitieran le echaran en cara la verdad de sí mísma, que ni ella había querido reconocer. Se secó las lágrimas, pero era inútil, otras más le empapaban las mejillas rosadas. Cerró los ojos, y se puso en posición de descanso para seguir llorando por otros minutos. Las voces le repetían las verdades ocultas en lo más profundo de su corazón....

- ¿Recuerdas aquella vez con Lidia? Estabas feliz de tener una verdadera amiga, con quien conversar sobre tonterías, y confiarle todos tus secretos. Hasta que un día... ella te abandonó, por otra chica, mucho más simpática que tú. Sentiste algo en tu corazón, una punzada inmensa, te habían dejado sola por otra niña. Y te fuiste encerrando poco a poco en ti mísma... hasta encontrarlo agradable.

- Y de ahí decidiste superarte para que nadie te dejara sola otra vez. Estudiabas hasta la madrugada, y siempre al día siguiente regresabas de la escuela con una sonrisa en la cara, donde en la casa una madre y un padre te recibían con los brazos abiertos. Te sentías feliz, de que ellos y también los profesores te elogiaran, y que los demás niños te respetaran. Pero dentro de ti, sabías que esa no era la felicidad, pero el tema no lo querías enfrentar. En Hogwarts, te sentías mal cuando te apodaban "Sabelotodo Granger", pero aparentabas indiferente. Te dolía ser así, pero sabías que ya no había marcha atrás, ya todo estaba perdido...

Hermione fue cesando los sollozos, como si fuera refleccionando en cada cosa que esas voces le retumbaban en los oídos. Subió la cabeza, mostrando una cara roja y empapada en lágrimas de sufrimiento completo. Se restregó la cara con las mangas de la túnica, y luego se la tapó con las manos. Se sentía más humillada que nunca...

- Estoy... estoy dispuesta a... a cambiar – susurró, sin mostrar la cara a la luz. Las voces callaron, y ella quedó la única persona audible. – Quie... quiero ser... quien debo ser... pero no sé como... ya no puedo hacer nada... todo... todo está perdido... pero quiero ser quién debo ser.

La luz fue bajándose y Hermione, que tenía la cabeza baja aún tapada, subió su mirada. Apenas quitó las manos de su cara, los ojos no distinguieron nada, ya que había muy poca luz, casi invisible. A Hermione le vino un miedo tremendo, se temía lo peor, temía que finalmente pagaría el castigo que debía haber recibido hacía tanto tiempo por su comportamiento falso. Pero la luz se fue divulgando de nuevo, hasta iluminar sólo la figura de alguien que Hermione jamás hubiera pensado de ver, en el escritorio de los profesores.

- Yo te puedo ayudar – dijo, con la luz que había desparecido... para siempre.

N/A: Vaaaaya, por lo visto he subestimado el fic y en cierto modo a ustedes les ha gustado ^^. Me alegro que haya sido así, y como ven, aquí está el segundo capítulo, o mejor dicho, el segundo caso =P.

Gracias por sus reviews!: Lis Jade Black (qué coincidencia más grande! Jaja ya me imagino a Draco donde un psicoLoKo xD jajajaja! Sobre kien es el tipo... algún día lo sabrás XDD), kendeer (hasta en fic como este te pones a tontear! Kendeer: toy loka y lo sabes. XD), Dark Polly, death eather (te doy toda la razón), Lisa Malfoy Radcliffe, Shagy Sirius, Abner Vancastle, Noelle Willow Felton, Minue, Lee (otro fic incompleto que tengo es sólo HP y la Sortija de Lumiruk, ténganme piedad!! =S), Akira Akizuki (no sé si tus deseos puedan realizarse... pero poner algo no cuesta nada! XD Y sí! Vivan las Reddy-Black Gurls!! :[).

REVIEWS

30-04-2003