Capítulo VI: El encuentro.
¿Qué era eso? ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué... por... por... por qué le dolía tanto el cuerpo? Draco se sentía sumamente cansado y no tenía ninguna intención de abrir los ojos, su cuerpo estaba abatido, no sólo de dolor sino de angustia y sufrimiento. Se movió un poco entre las sábanas para comprobar que estaba completo... sí, sentía los pies, las piernas, su cadera, las costillas le crujían y los brazos los tenía adoloridos pero no le faltaba ninguna parte del cuerpo. Entonces, ¿por qué se sentía tan mal?, trató de recordar lo sucedido: la clase de canto, las miradas de todos, correr por el pasillo, sentirse ahogado, una Sombra extraña y golpes... muchos golpes infames que le habían hecho perder el conocimiento.
- Potter...
Dijo con una leve vocecita como quien susurra algo para sí mismo. Draco estaba casi completamente seguro de que Potter había tenido que ver algo con eso. Hacía dos años, cuando ambos estaban en tercero, había tenido una visión de él muy peculiar: su cabeza flotando en el aire... desde ese momento decidió observarlo detenidamente, cada movimiento, cada una de sus cosas y llegó a la conclusión de que Harry Potter tenía algún secreto para hacerse invisible, no sabía cómo pero estaba seguro de que lo tenía.
Sabía muy bien que Potter tenía muchísimas razones, y no se diga ganas, para golpearlo... las mismas que él tenía para ahorcarlo a él... pero esto era demasiado, ¿dejar inconsciente al gran Draco Malfoy? Eso era mucho, Potter había comprado, al fin, su verdadero odio y la sed de venganza más latente que había sentido hasta ahora.
De pronto le surgió una pregunta obvia, pero que no había tenido tiempo de reflexionar: ¿Dónde demonios estaba? Sabía que tenía que abrir los ojos para averiguarlo pero sentía los párpados sumamente pesados. Decidió usar sus demás sentidos: oía algunas voces a lo lejos... una mujer y un hombre... estaban discutiendo pero no podía distinguir lo que decían... con las manos palpó las mantas que lo cubrían... estaban limpias y frescas, incluso podía olerlas... pero en el aire había otro aroma que se mezclaba con el del suavizante mágico para telas: era el olor de las medicinas... tendría que estar en la enfermería.
Las palabras de las personas que estaban en el cuarto contiguo eran cada vez más apresuradas y el hombre elevaba la voz por encima de la mujer...
- ... no puedo creerlo, qué seguridad hay en este lugar... qué director de pacotilla... ya decía yo que esto no iba a ir bien... ya le dije que necesito verlo... por algo soy su padre!!
Draco abrió los ojos de repente, olvidándose de su sopor, había reconocido su voz, Lucius Malfoy estaba discutiendo con la señora Pomfrey, quería pasar a verlo y seguramente preguntarle que había pasado, pero, ¿qué iba a responderle? ¿qué Potter lo había atacado? Al oír eso, su padre, seguramente, lo reñiría primero por no haber utilizado la magia en defensa propia... para él en lugar de un ataque habría sido una falta de preparación de Draco ante Potter y segundo, iría directo a contárselo a Dumbledore para que expulsaran a Harry, lo cual era lo último que quería: su venganza no se podía realizar teniendo a Potter lejos, Draco había aprendido a tener a sus enemigos más cerca que a sus amigos. Volvió a cerrar los ojos y pensó que si su padre llegaba a pasar se haría el dormido.
En el Gran Comedor, había un enorme bullicio esa tarde... todos comentaban los últimos acontecimientos que habían tenido lugar, no sólo en Hogwarts sino en una población pequeña al norte de Canadá: ataques inesperados por algo que no veían.
- Es impresionante – comentó Ron, dejando un ejemplar de El Profeta a un lado – cómo es posible que no vean qué los ataca??
- Tal vez sea algún hechizo de pelea... quizá puedan golpearlos a distancia... – dijo Hermione.
- ... alguien sabe si ya hablaron con Malfoy?
- No creo, la última vez que oí algo de él de la boca de Dumbledore, dijo que no había despertado aún. – confirmó Harry, un tanto apesumbrado.
- Harry... has estado durmiendo bien?? – preguntó Mildred – porque tienes una cara terrible...
- Eh... no, he tenido algunos problemas para conciliar el sueño.
En realidad, Harry se había obligado a mantenerse despierto la mayor parte de la noche posible para vigilar cuando Enid intentara salir. Sin embargo, no le había resultado provechoso, ya que la torre de Gryffindor no había tenido movimiento alguno en la noche y estaba pensando seriamente que todas las aventuras que había tenido los años anteriores estaban repercutiendo en él... lo habían hecho más paranoico.
De pronto, la puerta del Gran Comedor se abrió y entraron los profesores Dumbledore y Lupin quien saludo con movimiento ligero de cabeza a Harry, él contestó el saludo pero al mismo tiempo sintió un hueco desagradable en el estómago.
- Ron, tenemos que encontrar la nota que perdí!! – dijo en susurro.
- Qué nota??
- Cómo que qué not...??
Harry recordó que no había podido decirle nada ni a Ron ni a Mione: Justo después de que Draco había salido de la clase de canto, Harry había ido a saludar a Lupin... al despedirse había extendido la mano, Harry había dudado un poco en darle la suya ya que el asunto parecía muy formal. Sin embargo, momentos después de hacerlo, había dejado de sentir la piel del profesor y un pequeño pedazo de pergamino se encontraba en su mano. Lupin le dirigió una mirada confidencial y Harry entendió que tendría que ser de Sirius. Pero la suerte no había estado de su parte, al instante mismo de voltear para dirigirse a sus amigos, había sentido un golpe increíblemente fuerte en la pantorilla y al agacharse para cubrir el área afectada, otro golpe en la mandíbula lo había hecho caer al suelo. Todos los slytherins se burlaron diciéndole cosas como: "Potter, pero qué te pasó?... más cuidado por dónde caminas!!... estás seguro que esos lentes son tuyos, Potter?? O tal vez ya necesites más aumento". Hermione había sido la primera en acercarse a auxiliarlo después de su repentina pelea contra una de las mesas del Gran Comedor que habían aparecido sin que él lo notara. Había recuperado sus lentes pero no había ni rastro de la nota de Sirius y Harry temía que algún slytherin la hubiera tomado. Iba a decírselo de inmediato a sus amigos pero Mildred y Maud estaban ahí y el asunto era demasiado personal como para compartirlo.
Ron lo observó curioso.
- Y bien? Qué nota?
- Eh... bueno... olvídalo después te digo.
- Qué?
- Nada...
Ron hizo una mueca extraña pero dejó de insistir.
Enid había estado toda la mañana en la torre de Gryffindor, no había bajado a desayunar y tampoco a clases, Mildred la había excusado diciendo que tenía un fuerte catarro pero Harry aún no estaba convencido, así que después de la comida decidió subir para comprobar que estaba ahí.
- Harry, tenemos Defensa Contra las Artes Oscuras, no puedes retrazarte, recuerda que Ogrumm no se tienta el corazón con nadie... – dijo Ron, recordándole que la "Snapa" de Cackle era la maestra temporal de esa materia.
- Si, además ha tomado muy en serio eso de quitarle puntos a las casas... creo que le gusta, sólo espero que no vaya a poner esa táctica en Cackle – dijo Maud.
- Ufff... – Mildred hizo cara resignación – si lo pone, seguro perderíamos por mucho todos los años.
Harry sólo hizo una seña diciendo que entendía y echó a correr a las escaleras, pero antes de llegar oyó a Peeves murmurando una extraña letanía pero, cómo una extraña actitud en él, parecía que la decía muy seriamente y hasta con cierta agonía. Harry se asomó al pasillo de donde provenía la voz y vio, horrorizado, que el pequeño Poltiegrist yacía en el piso, estaba temblando, tenía los ojos cerrados y por su frente corrían gruesas gotas de sudor.
- Peeves!!
Harry corrió hacia él, Peeves oyó su voz y abrió los ojos esperanzado.
- Harry Potter... a- ayúdame… a- ayúdame… no… no dejes… no… se…. acerque... Harry.... por favor....
- Que se acerque quien??
- La... la....
- Harry!!!
Alguien gritaba al final del pasillo, Harry también oyó pasos, dados por varias piernas, que se acercaban pero no podía apartar los ojos de Peeves.
- Harry, qué haces??
Por fin volteó, era Ginny, un poco asustada.
- Que?? No ves? Peeves fue atacado...
Como un chubasco helado, Harry oyó unas carcajadas extremas que le perforaban los oídos, Peeves ya estaba volando por encima de ellos y no dejaba de señalarlo y se retiró gritando a mil voces: "Harry Potter es un tonto, un tonto, lo engañé, lo engañé". Harry sintió un terrible acceso de ira y pensó ir directo con McGonagall para acusarlo... pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un jalón en su túnica.
- Harry, tienes que venir, Dumbledore te está buscando...
- Por qué?
- No lo sé, sólo pidió de favor que alguien te buscara y ... bueno... yo...
Harry comprendió perfectamente lo que la chica trataba de decir.
- Si, está bien, ahora voy...
- Esta en la enfermería...
Ginny esbozó una gran sonrisa, se sonrojó y se fue. "Ja, ja, ja!" volvió a oír, achicó un poco los ojos y se prometió a sí mismo no volver a confiar en Peeves así lo viera en la situación más espantosa. Volvió sobre sus pasos y tomó el camino a la enfermería.
- Está usted segura, señora Pomfrey? Yo aún lo veo muy pálido..
- Bah!... está pálido por naturaleza, además necesita salir y empezar a tomar aire freso, le hará mucho bien.
- Bien... pues, vamos, señor Malfoy, quiere que llame a alguno de sus amigos para que lo acompañe?
Draco meneó la cabeza haciendo una negativa. Madam Pomfrey le vendó el brazo lastimado y lo ayudó para ponerse la túnica de Hogwarts.
- Puedo irme ya?
- Claro, claro.
Dio unos pasos y se detuvo: Harry Potter estaba en la puerta. Draco sintió que si no tuviera el brazo vendado, habría saltado en ese mismo momento y le habría dado una paliza similar. No movió sus ojos y mantuvo la mirada de Potter hasta que éste pasó por un lado. Dudó un momento entre quedarse ahí y oír lo que Dumbledore iba a decirle o salir y sentir la brisa que necesitaba, se decidió por lo último, ya averiguaría después lo sucedido.
Tomó la dirección al campo de Quidditch... todo estaba muy verde y el Bosque Prohibido tenía un aspecto jovial, el pasto estaba húmedo y maldijo unas cuantas veces a los prados más descuidados puesto que le dejaban empapados los pantalones al pasar. Trató de mantener su mente alejada de todo lo que había pasado pero era demasiado... además, el frío hacía que el brazo le doliera, se lo frotó un rato intentando calentarlo pero cada vez sentía las ventiscas más metidas en la médula del hueso, pensó en volver al castillo pero al imaginarse estar de nuevo rodeado de gente en un lugar cerrado lo hizo desechar la idea.
Caminó un poco más y entonces tuvo la visión más inesperada pero agradable del mundo... Enid... ella estaba sentada en una roca gris, muy cerca del lago. Draco titubeó, ¿se acercaba? ¿cómo llamar su atención? ¿y si le molestaba su presencia?... "Eres patético" pensó. Comenzó de nuevo su caminata, en realidad no quería ir hacia ella pero sus pies lo guiaron hacia allá, desvió la vista he hizo como si no la notara. Enid bajó la cabeza como si estuviera apenada y cuando Draco ya había avanzado lo suficiente como para no seguir fingiendo una cara fría, oyó la voz que había deseado oír desde la primera vez.
- Draco?
Draco se detuvo, Enid lo había llamado... estaba diciendo su nombre... "pero que tonto eres, qué importancia puede tener el que diga tu nombre??.. espera... cómo sabe tu nombre??"
- Draco... Malfoy?
Giró la cabeza lo suficiente para verla.
- Qué? – dijo lo más inexpresivo que pudo.
- Solo... yo solo... quería saber... si... ese... es tu nombre.
Draco hizo una cara de pregunta. Y Enid volvió a hablar.
- Tu apellido es... Malfoy?
- S- sí... por qué?
Enid dejó escapar aire que tenía contenido desde que había pronunciado el nombre, se volteó rápidamente y comenzó a caminar acercándose. Draco frunció el entrecejo y sin pensarlo mucho fue tras ella y caminó a su lado.
- Espera un segundo...- dijo pensando qué preguntar – cómo sabes mi nombre?
- ... muchos gryffindors lo mencionan.
- Ah, sí? Qué dicen?
- Algo no muy bueno.
Draco expresó una leve sonrisa, en realidad le agradaba no agradarles a los gryffindors, en especial a algunos.
- Por qué te interesa mi nombre?
- Ah.. eh.. por nada, sólo curiosidad.
- Puedo saber el tuyo?
No estaba dispuesto a decirle que lo sabía... que sabía su horario, que sabía que se juntaba con Potter y Weasley, que sabía que era buena jugando quemados, que sabía que era la única niña que lo había impresionado de esa forma... no se lo diría nunca mientras pudiera evitarlo.
Draco miró las túnicas negras de invierno, eran idénticas. Enid también las miró.
- Enid... soy una cackle.
Entraron al castillo y llegaron a las escaleras, una para la torre de Gryffindor, otra opuesta para la mazmorra de Slytherin... Draco quería seguirla pero le pareció que sería muy obvio si lo hacía así que contra su voluntad, levantó un brazo y movió los dedos despidiéndose.
- Hasta otra ocasión, Enid.
- Si... supongo.
Pusó absolutamente toda su atención en escuchar sus pasos, cuando los oyó lo suficientemente lejos giró y alcanzó a verla desaparecer en la vuelta del descanso... ese había sido su primer encuentro y no habría duda de que perduraría en su mente (y en su corazón, aunque él no lo aceptara) por mucho tiempo.
Harry tuvo un ligero estremecimiento cuando Draco lo miró, pero no apartó la vista de la suya. En la primera habitación de la enfermería, estaba el profesor Dumbledore sentado en un banquillo con la cabeza recargada en un brazo.
- Profesor?
- Ah, Harry, pasa, pasa...
- Se.. se siente usted bien?
- Eh... si, sólo un poco cansado, es todo. Pensé que tendría que ir a la torre de Gryffindor a buscarte.
- Ginny me encontró.
- Si, si.. no tengo mucho tiempo, Harry, debo ir a una junta de profesores y seguramente ya me están esperando, sólo te devuelvo esto que llegó a mis manos en uno de mis paseos nocturnos por las cocinas. – Harry miró al director, extrañado – creías que tu y Ron eran los únicos que iban por comida a la cocina?
- N- no – tartamudeó, conteniendo una risita.
- Bueno, pues Dobby encontró esto mientras hacía la limpieza del Gran Comedor, vio tu nombre y pensaba entregártela pero aparecí yo primero.
Dumbledore dejó en la manos de Harry algo que él reconoció de inmediato.
Esbozó una enorme sonrisa y le agradeció infinitamente al director, después preguntó si eso era todo y Dumbledore asintió.
Cuando salió de la enfermería, Harry se preguntó si lo habría leído, pero después lo tranquilizó la idea de que Dumbledore era muy respetuoso y aunque hubiera abierto aquel trozo de pergamino, podía confiar en que no lo divulgaría.
Miro a ambos lados, no había nadie cerca, desdobló el sobre y lo leyó.
NOTAS:
Una disculpa a todos por tardarme tanto, pero tenía trabajos enormes en la escuela.
LINA SAOTOME: Draco no se sonrojó, por eso puse: "un leve tono rosado". Lo de la aclaración de preguntas lo haré pronto.
ESTELA: Harry no quedó en los finalistas... digo hay que darle más crédito a Drackie no?
IRIS POLLENS: gracias por leer este fic, a mi también me encanta Draco. La personalidad de Enid se definirá pronto, lo prometo.
SAKURA CORAZÓN: perdón por no haberte dejado review en los otros capis de tu fic pero si los he leído eh?. Bueno, Draco cree que fue Potter... pero no... fue la sombra... pero .... quien es la sombra??? Próximamente se sabrá!!!
CELESTE: no te puedo contestar ninguna de las preguntas... pero espero que te siga gustando para que las respondas leyendo.
ESPERO SUS REVIEWS.
