CAPÍTULO IX: La pelea.

La sala común de Gryffindor estaba repleta de calderos burbujeando, de varitas agitándose y de voces gritando diferentes hechizos, y en algunos casos de cabras, congelados o árboles enojados por los malos resultados de sus compañeros de trabajo.

Por su parte Mildred intentaba hacer un hechizo levitatorio, Hermione le había aconsejado usar "Wingardium Leviosa" pero la prueba con la Maestra Cackle sería sin varita.

- Sin varita? – dijo interesada, Mione – cómo es eso?

- Son sólo conjuros y concentración – respondió, Enid desde el sillón donde estaba.

- Concentración? Eso no se puede, se debe tener un artefacto mágico – dijo, Dean – mira, Mildred no ha logrado ni mover el cenicero.

Enid paró de escribir lo que le estaba dictando Harry, le votó la pluma a Seamus, y después de picarlo, cayó al suelo, justo en medo del sillón y la mesa donde estaban practicando. Se movió para mirarla fijamente, mientras los demás, incluyendo a Harry, se acercaban un poco más para observar, con cuidado, lo que hacía.

Enid puso las manos en dirección a la pluma y empezó a moverlas ondulantemente, sus ojos no se separaban de ese punto.

- Altmar Akbar Zanzíbar Calendula

Despacio, la pluma se fue levantando por si sola, con el miso movimiento que haría si estuviera cayendo pero dirigiéndose hacia arriba, hasta que tocó el techo. Harry estaba impresionado, nunca había visto a nadie hacer magia sin una varita o un caldero de por medio. Volteó a ver a Enid quien tenía aún los ojos en la pluma, al parecer sintió su mirada porque sonrió, después dio un chasquido con los dedos y la pluma comenzó a caer en picada con la punta directo hacia Dean, quien la esquivó por un pelo.

- Oh, lo siento, Dean, creo que se me escapó.

Dean le lanzó una mirada fulminante que terminó en sonrisa.

- Humm... alguien puede pasármela, por favor? – preguntó, Enid.

Ron iba a hacer el favor pero una seña de Harry lo impidió, Enid lo miró extrañada pero él se recargó en el respaldo del sillón y sacó su varita.

- Ahora nos toca a nosotros... Accio Pluma!

La pluma voló hasta las manos de Harry quien se la entregó a Enid galantemente, ella hizo gesto de mucha educación.

- Gracias,  gentil caballero.

- De nada, damisela en necesidad.

Ambos rieron mientras los demás seguían ensayando. Enid volvió a concentrarse en lo que estaba escribiendo pero sin dejar de sonreír y Harry, aunque le seguía dictando la miraba de reojo, también sonriendo. Era la primera vez que la veía feliz y eso, por alguna razón lo confortaba.

Draco estaba recargado en el alfeizar de la ventana del baño, la espuma le cubría la mayor parte del cuerpo delgado, su cabeza estaba recargada en sus brazos y por su cara caían mechones rubios empapados. Tenía ojeras, estaba más pálido de lo  normal y la mirada estaba perdida. Si su padre lo hubiera visto en ese estado, seguramente lo habría mandado a un médico inmediatamente, pero no era Lucius quien lo observaba, aunque los ojos eran bastante parecidos: fríos para los enemigos y cálidos pero obsesivos para los suyos.

Èl estaba ahí, mirando a aquél joven de 15 años arrogante pero que, sin embargo, se veía abatido. Sabía muy bien la causa de su sufrimiento pero definitivamente no podía evitárselo, Draco, simplemente por ser quien era: Draco, tenía que sufrir para no cometer errores. Tenía que protegerlo y si verlo de esa forma era el único camino para hacerlo, estaba dispuesto a recorrerlo.

Le echó una última mirada sombría y se movió para salir de la habitación, pero no se dio cuenta de que una de las lámparas de aceite estaba volteada hacia él y delató su presencia.

- Quién está ahí? – preguntó, preocupado, Draco.

No hizo ruido, no era el momento, ni tampoco sería oportuno que lo viera ahora. El rostro de Draco parecía nervioso, pero tomó un suspiro y recobró el coraje.

- Quién demonios eres? – volvió a preguntar – he dicho, quién eres??

Draco oyó que una puerta de los baños azotaba estruendosamente y mientras se obligaba a recordar si la había asegurado o no, sintió dos manos huesudas pero fuertes que lo tomaban de los hombros y lo hundía en el agua sin previo aviso. Una voz como susurro le llegó al oído: "La noche no es para ti". Intentó apartarlas pero en la posición en la que estaba no le era posible hacer nada más que... Draco hizo una fuerza terrible en el estómago, levantó sus piernas y pateó en dirección a su agresor que lo soltó al fin.

Rápidamente se enderezó y sacó la mitad del cuerpo de la bañera, avistando para distinguir algo... pero no había nada, excepto agua salpicada por todos lados. Poco a poco, Draco recobró su ritmo de respiración cuando descubrió unas huellas de pies que salían de la tina y se dirigían a la puerta. Se quedó estupefacto por unos segundos observando el camino de agua... hasta que gritó. Pero no fue un grito de terror, tampoco de susto, fue de odio.

Como pudo, salió de la bañera, tomó una toalla, se la envolvió en la cintura y sin pensarlo 2 veces salió a la sala común. No había mucha gente, sólo Blaise Zabini, Crabbe, Goyle, Millicent Bulstrode y se percató de la presencia de Pansy hasta que oyó un alarido que a su vez le pareció entre satisfacción y sorpresa. Todos quedaron en silencio observando al Draco empapado que acababa de salir del baño.

- QUIÉN FUE?? – preguntó furioso.

- Quién fue que? – dijo, Zabini.

- Quién salió de este maldito baño??... ANTES QUE YO, CRABBE!! – añadió al ver que Vincent abría la boca y a la vez lo señalaba.

Todos negaron con la cabeza o alzaron los hombros, confundidos.

- ESTO ES DEMASIADO!!

El grito de Draco retumbó por las frías paredes como un cañonazo. Medio resbalándose por los restos de jabón que le quedaban en los pies, bajó las escaleras a los dormitorios solitarios. Sólo se dio tiempo para ponerse ropa interior y abrocharse los pantalones del uniforme. Sus compañeros de casa lo vieron volver con el cinturón mal puesto, metiendo un brazo en la camisa blanca (que estaba empezando a abrochar chueco y que tenía los puños desamarrados), sin la túnica obligatoria y sin zapatos.

- Malfoy no vas a salir así, verdad? – le preguntó, Blaise.

- Qué te importa!!

Blaise miró de nuevo a sus compañeros y entre todos, confirmaron que era mejor seguirlo.

Draco subió 3 pisos y medio cuando se detuvo, su pensamiento se había aclarado un poco más, en realidad no sabía a dónde iba, era mejor buscar al profesor Snape y... pero ese razonamiento fue opacado por la voz que le dio la respuesta a su pregunta, súbitamente el coraje le subió de nuevo y con nuevas fuerzas terminó las escaleras de ese piso, en cuanto lo divisó, se abalanzó hacia él tomándolo por la túnica y levantándolo unos centímetros del suelo.

- Ma- Ma- Malfoy.

- Dime dónde está el refugio de los gryffindors!!

- Q-qué?

- Dime en dónde están los dormitorios, ya!!

- P-pe-pero.

- Oye! Por qué no lo dejas en paz?

Draco miró hacia la derecha y vio a un ravenclaw debilucho y casi de la misma estatura que Colin Creevey que ahora estaba más espantado que antes. Estaba a punto de soltarle un bofetón al entrometido cuando, sin más, se espantó y echó a correr. Entonces, volvió su atención a Colin.

- DÍMELO!! - rugió, Malfoy.

Entonces se dio cuenta por qué el ravenclaw había huido, los demás slytherins lo habían alcanzado y entre ellos Crabbe y Goyle y sus puños amenazantes. Goyle se adelantó un poco restregándose los nudillos.

- Mas vale que le digas lo que quiere, Creevey – dijo con un tono que, si no proviniera de una garganta tan gruesa, no espantaría, al contrario, causaría risa.

Los ojos atemorizados de Colin pasaban de Malfoy a los nudillos una y otra vez. Hasta que un crujido le indicó que Gregory no aguantaría más.

- Séptimo piso, primer corredor – murmuró.

Inmediatamente, Draco lo soltó y a paso veloz fue directo a las escaleras, subía tan apresuradamente que les sacó ventaja a sus compañeros.

La torre de Gryffindor estaba despejándose poco a poco, la mañana había sido sofocante y ahora, que ya era hora de comer, todos pensaban que era un descanso merecido y las varitas se iban guardando mientras los calderos se enfriaban. Enid y Harry habían terminado el resumen para el trabajo escrito y observaban a Ron que todavía seguía adolorido.

- No seas exagerado, Ron, no te soltó tan alto – dijo, Maud de pronto.

- Arriba de la armadura no te parece "tal alto"?

Maud encogió los hombros y continuó ayudando a Mildred a recoger los objetos rotos del piso. Harry se acomodó mejor en el sillón y miró a Enid.

- Mildred... bueno... ella...

- Necesita practicar, es todo.

- Claro.

Harry estaba de acuerdo con eso, en las últimas horas Mildred Hubble había practicado el encantamiento levitatorio en muchas cosas, incluyendo a Ron y todas se le habían caído estrepitosamente... incluyendo a Ron.

- Bien, se acabó, vámonos, muero de hambre!! – dijo, Hermione.

Se sacudieron un poco las ropas y empezaron a atravesar el retrato de la señora gorda, Mildred fue la primera en detenerse extrañada y cuando la mayoría había quedado fuera, un poco atascados por el paro repentino, Harry volteó hacia donde miraban todos: alguien venía hacia ellos, lo siguiente pasó en un segundo.

Por fin, Draco llegó al séptimo piso y dio vuelta en el primer corredor. Vislumbró con alegría que varios gryffindors salían de un recoveco en la pared, aceleró el paso. Una cackle se le quedó viendo extrañada y los demás fueron deteniéndose. De pronto divisó a Potter y a su lado... a Enid, su presencia no apaciguó su ira, al contrario, la encendió más.

Un poco más cerca, vio que Harry por fin lo había visto, pero, por la mirada que tenía, era obvio que aún no comprendía qué pasaba, es más, dudaba que lo hubiera reconocido. Eso lo animó y sus pasos largos y apresurados se convirtieron en rápidos y furiosos. Su caminata se convirtió en corrediza.

Llegó hasta Harry y le saltó encima derribándolo por completo, antes de que él pudiera responder le soltó un puñetazo en la cara y otro en el estómago. Pero Potter reaccionó y con un rodillazo lo hizo doblegarse, lo tomó del cuello y lo sarandeo cuanto pudo porque el brazo de Malfoy se escurrió por los suyos y le dio otro golpe en la quijada.

Ron trataba de detenerlos junto con Seamus y Neville, cuando Blaise Zabini y los demás slytherins llegaron. Inmediatamente, empujó a Crabbe quien iba a responder como solía pero Blaise lo detuvo.

- Qué te pasa, Weasley?

- Qué les pasa a ustedes, Zabini, por qué vienen a molestarnos?

Quería seguir peleando  pero recordó a Harry y a Draco y olvidó a los otros. La pelea seguía fuerte, Harry trató de dar una voltereta para dominar a Malfoy pero él fue más rápido y en cuanto Potter se dejó caer lo esquivó por un pelo, dejándolo estrellarse contra una de las paredes, al levantarse Harry rozó uno de los cuadros y éste cayó partiéndose en dos, entonces la gente pintada que estaba curioseando, se espantó y todos huyeron. Los destrozos no pararon ahí pero ellos seguían lastimándose lo más que podían. Ron logró tomar una punta del cuello de la camisa de Draco, sin embargo, sólo logró desabrocharle algunos botones cuando tuvo que soltarlo de nuevo porque una patada de Harry iba directo a él.

- Qué es este alboroto?

Una voz se abría paso por entre los alumnos, era la profesora Ogrumm que al ver la pelea trató de separarlos con magia... otro intento fallido. Entonces, desapareció como solía hacerlo para volver con refuerzos.

- A un lado, a un lado, vamos, no se queden viendo.

Varios espectadores voltearon hacia atrás y vieron a los profesores que ya venían. El que hablaba era Lupin mientras que Snape empujaba a los anonadados, detrás de ellos venían Ogrumm, de nuevo y Mim.

- Santas Coles!! Siguen peleando con la misma fuerza, hace un rato traté de separarlos pero no pude.

Snape y Lupin sacaron las varitas y murmuraron un hechizo al mismo tiempo. De las puntas salieron dos esferas plateadas, cada una se dirigió a un oponente, Harry y Draco se paralizaron un instante para después salir disparados a  lados diferentes, en cuanto tocaron el suelo, ambos se levantaron para seguir peleando pero Snape tomó a Harry de los hombros al tiempo que Lupin detenía un puño de Malfoy.

- Basta! – gritó Severus – he dicho, basta!!

Harry se tranquilizó pero Draco seguía forcejeando.

- Señor Malfoy, obedezca!!

Dejó de moverse pero en sus ojos se veía la cólera aún. Ron los veía, asustado, nunca había visto que su amigo peleara de esa forma. Harry tenía rasguños en la cara y un hilito de sangre salía de su nariz mientras Draco lucía manchones rojos en el pecho y un labio partido. Entonces se dio cuenta de que tampoco, nunca, había visto así a Malfoy, venía con las ropas mal puestas y arrugadas, sin zapatos, despeinado y le daba la impresión de que la camisa que llevaba "puesta" no era suya sino de uno de los gorilotas que tenía como amigos, porque le quedaba bastante holgada y lo peor (en el caso de Draco) es que parecía no haberse dado cuenta.

- Qué significa esto? – preguntó, Snape, volteando principalmente a Harry, cosa que no extrañó a los gryffindors que estaba ahí.

Nadie hizo un solo ruido hasta que el profesor repitió la pregunta en un tono mucho más amenazador. Neville, extrañamente, alzó la mano señalando a Draco.

- E... él vino y golpeó a Harry.

Todos voltearon a verlo impresionados pero los ojos que lo veían con más impresión eran los grises que estaban presentes, pero pronto esa admiración se convirtió en odio... el par de pupilas no se detuvieron mucho en el muchacho porque detectaron el intercambio de miradas entre los profesores.

Un segundo después, sintió que Lupin lo alentaba a caminar, el grupo formado por Harry, Draco, Snape y Lupin empezó a abrirse paso entre los demás alumnos.

- ... según el señor Malfoy, el que empezó la agresión fue el señor Potter, profesor Dumbledore.

- Pero todos vieron que el señor Malfoy agredió sin aviso al señor Potter.

- Sin embargo, no podemos asegurar que el señor Potter no haya hecho una previa ofensa...

- Y tampoco podemos asegurar lo contrario...

- Bueno, bueno, tranquilicémonos, profesores.

Dumbledore tenía la mirada en los golpes de ambos que estaban siendo curados por Madam Pomfrey en su oficina, algo alejados del escritorio principal.

- Bien... ahora tomen esta poción, les servirá para calmarse.

Los frasquitos de Pomfrey  se vaciaron mientras ella se dirigía al escritorio para darle el informe al director. La mente de Harry estaba mucho más tranquila ahora y, aunque sabía que a Draco no le faltaban excusas para golpearlo, aún  no comprendía por qué había sido ese día... qué era lo que lo había provocado, volteó a verlo y vio que él aún estaba lo bastante molesto como para seguir peleando. De pronto, los dos levantaron las cabezas hacia delante.

- Creo que no va a haber más motivo que castigarlos a ambos... no, no, no habrá excusa, señores... los dos tendrán horario de castigos, yo mismo los haré y mañana les serán entregados, lo que hicieron pudo haber provocado un problema peor o haber lastimado a alguien más, además es desprestigio para Hogwarts, ahora que tenemos invitados. Ahora salgan, tengo que aclarar ciertos puntos con sus profesores.

Draco fue el primero en levantarse, botó el frasco en la mesa más próxima y salió como alma que lleva el diablo, en la entrada tuvo que esperar a que la gárgola cobrara vida y se hiciera a un lado, entonces Harry lo alcanzó y en cuanto estuvieron del otro lado de la pared, decidió hablar.

- Qué pasa, Malfoy? Crees que es muy gracioso que un día, sin más, vengas y me golpees?

Harry mantuvo la expresión más vana que pudo encontrar, seria y sin expresión... pero con los ojos verdes más retadores que jamás se hayan visto. Draco detuvo su caminata y lentamente volteó hacia la gárgola que ya había tomado su posición habitual.

- Si no estuviera tan cerca de Dumbledore, terminaría de darte la paliza ahora mismo... – dijo con despecho – pero no lo haré por obvias razones... maldito pervertido.

- Pervertido? Ahora si te has vuelto loco, según tu, qué hice?

- Qué hiciste? Eres más sin vergüenza de lo que creí!! – Draco, bajó el tono por que los nervios de la boca se le tensaron – te metiste a mi baño con ese maldito método de invisibilidad que tienes!!

Harry levantó las cejas sorprendido por dos cosas, una por la barbaridad que estaba diciendo su mayor enemigo y dos por la sospecha enorme que tenía Malfoy acerca de "se método de invisibilidad".

- Pero qué estás diciendo?

- Olvídalo! Seguramente no sabes de lo que estoy hablando _ dijo, Draco con sarcasmo – pero me tiene sin cuidado si alguien más me cree... y te juro, Potter, que esto no se va a quedar así, te lo juro!!

Malfoy siguió su camino apresurado hacia su casa, sin detenerse a pensar en lo que Harry estaba haciendo, el coraje ya le había bajado pero las ganas de vengarse no. Entró a su habitación, dispuesto a arreglarse para bajar a comer, en el espejo se examinó el labio herido y maldijo a Potter unas cuantas veces... después de dejar la camisa, que había descubierto que era de Goyle,  en la cama y de acomodarse la túnica, se acercó a su escritorio para tomar el cepillo, sin embargo, su mano se topó con un pequeño pedazo de pergamino. Extrañado, lo acercó y lo abrió... su corazón se aceleró sin que pudiera evitarlo al leer las palabras: era un recado de Enid en donde le decía que necesitaba verlo, le daba fecha y hora para una cita en las afueras del castillo, le pedía fuera discreto.

Draco se pasó una mano por  el cabello... para qué querría verlo? Tal vez para reclamarle sobre la pelea con su gran amigo... volvió a mirar la nota, eso no importaba ahora, Enid le había escrito.

Dobló el pergamino y lo guardó en una bolsa de su camisa, cerca de su corazón, sin saber que en una de las torres del mismo castillo en el que estaba, Harry Potter estaba recibiendo una nota similar.

* Gracias a todos por leer mi fic (a los que ponen y a los que no ponen review)

RINOA: bueno, bueno, sólo te voy a decir que vas por buen camino en algunas de tus sospechas.

ATHENAS89: hummm... bueno, lo de Enid llorando se va a aclarar en los próximos capítulos... que, por cierto, ya van a empezar a contar el desenlace.

----: se me olvidó decirte en el capítulo anterior que si quieres leer un fic de yaoi Draco/Harry mío, puedes ir  a mi profile y buscar una historia que se llama: La Sangre del Lord. Es una historia alterna en dos tiempos.

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