NOTA: En realidad ya no iba a continuar este fic aquí en Fanfiction, no porque a mi no me gustara o porque no tuviera ya un final pensado. Sin embargo, puesto a que recibí algunos reviews y mails pidiéndome que pusiera el siguiente capítulo... pues... aquí está. Espero que lo disfruten y gracias a todas las personas que leyeron esto.

CAPÍTULO 12: La Sombra de un Malfoy.

Todos se quedaron un momento sin hacer nada, sólo mirándose y tratando de que los engranajes de su cabeza no se oxidaran ante tantas cosas que debían pensar. Estaban tan concentrados que no se dieron cuenta que Crookshanks maullaba más de lo normal y estaba inquieto... no, hasta que Hermione sintió uno de sus arañazos en la pierna.

- Crookshanks qué te sucede?

El gato se encrespó de repente en dirección del Bosque Prohibido, paseando su mirada entre los arbustos y un camino de tierra abierto entre estos. Nadie comprendía que pasaba hasta que Malfoy cayó de repente al suelo.

Ron fue el primero que se inclinó hasta él, Draco estaba boca abajo y con las manos se abrazaba el estómago.

- Malfoy? Que te pasó?

Pero no hubo respuesta, en lugar de eso alguien invisible alzó a Draco del uniforme suspendiéndolo en el aire. Harry notó que en la cara de Draco había una expresión de terror y su mirada se cruzó con la de él por unos segundos.

- Pe... pero cómo? Potter... tu...

Mildred y Maud estaban lo bastante asustadas como para intentar moverse y Hermione, Ron y Harry también estaban sorprendidos ante lo que veían... o ante lo que no veían. Enfrente de Draco, un humo gris, parecido a un aliento caliente en un clima frío, salió de una boca incorpórea.

- Regresa al castillo!! Regresa!! No tienes por qué estar aquí!!

La piel de Draco se volvió más cetrina cómo si esa voz le provocara náuseas.

- Periculum Depelere!!

Un grito proveniente de la misma dirección que el campo de quidditch, los hizo reaccionar. Harry y Ron se miraron por una milésima de segundo para después sujetar a Malfoy por los pies y hacerlo caer hasta el suelo. Milagrosamente, la cosa intangible se desvaneció cuando el hechizo pegó contra ella. Segundos más tarde, Lucius Malfoy llegaba hasta su hijo.

Dumbledore se acariciaba la barba mientras la profesora McGonagall hojeaba una pila de libros en una mesita cercana a la cama de Bill. De pronto, el mago de canas se paró y tomó la temperatura del enfermo con la palma de la mano.

- Sigue subiendo... – dijo, mientras se apartaba y daba unos pasos rodeando la cama – me temo, Minerva, que es un hechizo de antaño. – completó, dirigiéndole una significativa mirada a la profesora.

McGonagall dejó el libro que estaba hojeando y levantó otro que llevaba por título "Hechizos y Embrujos de Antaño: ¿Cómo lograr que perduren?".

- No, no.. – Albus negó con la cabeza – no me refiero a un hechizo viejo. Mas bien – dijo, mirando a Bill – creo que fue descubierto hace bastante pero... hecho por alguien en los últimos tiempos.

Minerva McGonagall se levantó  dejando caer los dos libros.

- Pero, Albus, quién podría haberlo hecho? – los dos profesores se miraron preocupados – sólo un mago conocedor de las Artes Obscuras invocaría la Fuerza Necesaria para realizar un hechizo de antaño. Los magos actuales ya no tienen la capacidad individual para lograrlo...  – Minerva abrió los ojos notablemente – Vol... quien-tu-sabes? El Innombrable puede estar implicado en esto?

- No lo sé aún... pero es muy probable, Minerva, muy probable.

En ese preciso momento, Bill se despertó sobresaltado y se levantó cómo si no sintiera ningún dolor pero si mucha preocupación. Dumbledore y McGonagall también se pusieron en pie. La profesora intentó avanzar hasta Bill para recostarlo de nuevo pero Dumbledore la detuvo por el brazo, haciéndole una señal para que guardara silencio. Bill parecía no notarlos, tomó su capa manchada de sangre y salió de la enfermería. Los profesores lo siguieron.

- Draco!! Draco, por favor!!

Harry y Ron retrocedieron hasta donde estaban Maud, Mildred y Hermione, observando la reunión. Draco no reaccionaba y Lucius no paraba de agitarlo. De pronto y como si hubiera sido un acto de magia, Bill Weasley apareció ante sus ojos y se arrodilló al lado de Lucius.

- No despierta? Lo atacó?

El señor Malfoy sólo asintió con la cabeza.

- Regresará... y pronto.

Ante estas palabras, Lucius apartó por primera vez la vista de su hijo y miró al Weasley. Se paró y apuntó con su varita al cielo. Al mismo tiempo, Dumbledore y McGonagall aparecieron en la entrada del castillo y empezaban a correr hacia ellos.

- Es Dumbledore!! – gritó, Ron.

Harry no estaba seguro, pero casi podía asegurar que su amigo lo había dicho con el extraño sentimiento de advertirle a Lucius que no se atreviera a hacer lo que intentaba. Sin embargo, el rubio lo hizo.

- Espectrum Loricatus!!

De la punta de la varita de Lucius, una extraña luz azul brillante salió con dirección al cielo, subiendo cada vez más hasta convertirse en una no agradable visión de caparazón.

- No!! – gritó McGonagall, extendiendo los brazos hacia ellos.

- Harry, salgan de ahí!!

Harry oyó que Dumbledore también gritaba, pero... no podía ni quería moverse: algo le decía que debía permanecer ahí o jamás encontrarían a Enid.

El caparazón azul brillante cubrió al grupo, no dejando ningún espacio abierto y, aunque ellos no lo sabían, Dumbledore y McGonagall dejaron de verlos.

En cuanto el caparazón terminó su acción protectora, Draco abrió los ojos.

- Oh... por Merlín... – dijo Lucius abrazando a su hijo.

Harry, Ron y Hermione se miraron mutuamente, al parecer, los tres pensaban lo mismo, jamás se imaginaron a Lucius Malfoy brindando cariño a un ser humano, ni siquiera a su hijo.

Draco levantó un poco la cabeza mirando a su padre.

- Por qué? – fue lo que todos alcanzaron a oír.

- Oh... Draco... estás bien... estás bien – seguía diciendo Lucius, con lágrimas retenidas en los ojos y acariciando el cabello rubio de su hijo con una mano temblorosa.

Draco trató de incorporarse por completo pero tambaleó y volvió a recostarse en el pasto.

- No, no, aún estás débil, Draco... estuviste muy cerca...

Pero Draco sólo lo observaba. Tenía la boca completamente seca y la piel más blanca que de costumbre.

- Por qué? – volvió a preguntar.

- Qué no escucha? – dijo Mildred de repente, acercándose hasta Lucius. – su hijo le está preguntando: por qué?

Lucius se levantó de repente casi botando a Mildred hacia atrás.

- Ustedes qué hacen aquí?? Tu, Potter!! – dijo, señalando a Harry – que no eres el salvador del mundo?? Por qué no haces algo extraordinario ahora!!!

Harry no se sobresaltó, simplemente encogió los hombros.

- Tal vez porque fue usted quien nos encerró en esto... si hubiera algún peligro aquí hubiera sacado a su hijo y a usted mismo, no lo cree?

Lucius retó con la mirada a Harry...

- Papá – Lucius bajó hasta su hijo de nuevo – esa voz... era de un Malfoy, estoy seguro... qué pasa? Tienes que decírmelo.

- Draco... esto... esto...

- Debe decírselo, señor Malfoy, es justo – Lucius miró a Bill con recelo y todos adivinaron que iba a decir otra de sus ofensas – no importa lo que me diga ahora a mí, es su hijo.

Ron estuvo a punto de decirle a Bill que él también tenía mucho que explicar pero Hermione se lo impidió a tiempo. Lucius suspiró un par de veces y por fin empezó a relatar la verdad:

- Draco... recuerdas... recuerdas esa vieja historia que te contaba cuando eras un niño? La del legado Malfoy? – Draco asintió con la cabeza – Todo... todo lo que te he dicho es por algo Draco, no debías juntarte con ningún sangre sucia... nunca!! Te lo dije!! Y ahora... ahora que el estúpido de Dumbledore aceptó a ese colegio de brujas aquí, yo sabía que estabas más expuesto, que algún día caerías y que la Maldición estaría ahí, como siempre, acechando.

Lucius hablaba de una manera entrecortada como si quisiera en ese momento gritar y salir corriendo a no sé donde hasta que se cansara y no pudiera más. Draco por su parte lo miraba asustado como si un gran velo estuviera cayéndosele de los ojos.

- Acechando... como a mí, como a mi padre... todos hemos caído, Draco, la mayoría... pero nadie había llegado hasta estos límites, nadie... todos hemos logrado mantener todo bien, lo superamos, tu tienes que lograrlo también hijo mío, también tu!!

- De... de qué estás hablando, padre? Qué es lo que debo superar? De qué hablas?

- DE LA SANGRE SUCIA QUE AMAS!! Debes olvidarla, ya!! Entiende, no puedes estar a su lado!!

Draco juntó todas sus fuerzas y se incorporó tambaleante casi desplomándose, dirigió una mirada hacia Harry, él comprendió y le estiró el brazo para ayudarlo a caminar.

- Vámonos, Potter...  tenemos algo que hacer.

Harry miró sorprendido a Draco, de nuevo lo desconocía. También Ron y las chicas se miraron entre sí, no sabiendo si Malfoy estaba hablando concientemente.

- Malfoy, estamos encerrados – dijo, Maud.

- No importa...

Draco empezó a caminar cojeando seguido de sus confundidos compañeros. Lucius también se incorporó.

- No lo entiendes, no es algo que puedas elegir, Draco... no lo es!! El primer Malfoy lo quizo así y la maldición ha pasado por generaciones, recuerda la historia Draco... No puedes huir.

- Espectrum aberturus!!

El caparazón azul se rompió en mil pedazos pequeños, haciéndolos reaparecer. Draco siguió caminando, escuchando la palabrería de su padre por detrás.

- No podrás contra eso, Draco. No la dejará ir, se la llevó por ti, hijo mío, por ti!!

Entonces, Draco se volteó súbitamente, olvidando el dolor y la pesadez que sentía y se dirigió hasta quedar enfrente de un reducido Lucius.

- PRECISAMENTE POR ESO DEBO IR A BUSCARLA!! No lo entiendes tu tampoco, verdad? Dime... a quién dejaste morir tu, Lucius?

Harry, Ron y Hermione metieron sus manos dentro de las túnicas tomando sus varitas cautelosamente. Draco y Lucius estaban muy alterados y bien podían empezar a lanzarse hechizos. Sin embargo, eso no sucedió. En cuanto Draco había hecho la última pregunta, Lucius había agachado la cabeza. Más parecía él el hijo.

- No dejé morir a nadie... recapacité a tiempo, antes de que la Sombra apareciera.

- La Sombra? – Draco sintió que la energía lo abandonaba de nuevo – La Sombra es... es... nuestra maldición?

- S- si... perdóname por no habértelo dicho, creí que con todo lo que te había dicho de los sangre sucia y del Lord... era suficiente. Jamás creí que tu también caerías... también se ha vuelto una maldición.

Draco se quedó unos minutos mirando a su padre... ya no parecía tan arrogante y déspota como siempre, ahora era un pequeño señor asustado. Viró y continuó caminando hacia el bosque prohibido.

- No dejaré que Enid muera, papá... aunque tenga que matar La Sombra de un Malfoy.

* Comentarios en los reviews.

ANNA BRIDGET: No... la cita de Enid se aclarará en el prox. capítulo, Lucius no le hizo nada a Bill... gracias por tus comentarios.

MEGAN BAULDELARIE: Gracias por tus comentarios... y que bueno que me pudiste dejar review, de hecho ya no pensaba seguirla, no sé, por muchas cosas.

POLGARA: pues gracias por empezar a leerlo... en fin, ya casi lo agarraste al último pero... jejeje... espero que también te guste este capítulo.