CAPÍTULO XIV: El gato y el laurel.
Los encargados del Ministerio se sentaron donde la profesora McGonagall les dijo, mientras ella recorría con los ojos el despacho de Dumbledore.
- Disculpe profesora, pero no tenemos mucho tiempo, debemos revisar el castillo ahora mismo, según nuestros cálculos la fuente se hace cada minuto más fuerte.
- Eh... claro... claro... iré a buscar al director.
La profesora salió bastante agitada y con presentimiento de males cada vez más latente en su pecho.
Mildred se desplomó en el suelo. Llevaban ya cuatro horas caminando sin destino fijo y las piernas de todos parecían gelatinas que se negaban a despegarse de la superficie del bosque. Ron siguió su ejemplo, estaba agotado y seguía sospechando de las intenciones de Malfoy.
- Esto parece no tener fin, Harry – dijo Hermione, bastante bajo – ya deberíamos haber encontrado algo.
Maud asintió dándole la razón a Mione. Harry miró en dirección a Draco y de pronto, se paró.
- Qué sucede?
Todos miraron hacia el guía del camino: Draco tenía la mirada fija detrás de unos matorrales cercanos, una lágrima logró salir de sus ojos.
- Enid...
Malfoy corrió en esa dirección seguido por todos que habían olvidado su cansancio de un momento a otro.
Era una visión que ninguno olvidaría, Enid estaba ahí, vestida totalmente de blanco y una corona de rosas blancas en la cabeza. Tenía el cabello suelto, cayendo en ondas hacia el suelo. Recostada sobre una especie de altar de piedra en fuego azul.
Al verla, Draco sintió como si le arrancaran el corazón de un tirón y lo dejaran vació, ¿por qué sentía esto?. Sin planearlo, aumentó la velocidad de su paso, dejando un trecho entre él y los demás.
- No, Draco, no, espera!!
Escuchó las voces de sus compañeros muy lejos y decidió voltear.
Harry se dio cuenta desde que Draco empezó a correr, un gran agujero negro se formaba con cada paso que él daba. Ni él ni los demás podían seguirlo, era como si la Tierra se hubiera partido a la mitad y un agujero negro se hubiera insertado separando las dos mitades.
- Draco, espera!! No podemos cruzar!!.
Draco volteó y miró con desesperación lo que los demás le señalaban, pero era demasiado tarde, sus pies cayeron en el hoyo oscuro antes de que pudiera pensar en hacer algo.
Lo único que pudo hacer fue estirar las manos y asirse de lo primero que encontrara. Sintió que una mano fría lo tomaba de sorpresa, volteó la cabeza hacia arriba y vio a un hombre vestido también de blanco, tenía el cabello negro como aquel agujero que se hundía bajo sus pies, más negro que el del mismo Harry, pero lo reconoció por los ojos: grises casi blancos.
El hombre lo ayudó a subir completamente, pero apenas lo hubo logrado, le dio una bofetada que hizo caer de nuevo, la mitad de su cuerpo al agujero.
- No me obedeciste, debiste hacerlo...
Un suspiro helado lo hizo estremecer, ese hombre no hablaba como hombre. De pronto, con una sola mano y no mostrando el más mínimo esfuerzo, tomó a Draco por la túnica y lo botó al suelo firme.
- Dime, pequeño Malfoy... por quien vienes? Por ella? – señaló a Enid, que seguía sobre el altar en fuego – o tal vez vengas por ella...
El hombre señaló un punto justo detrás de Draco. Él volteó en esa dirección y abrió mucho los ojos, ahí estaba otra Enid, pero con el uniforme de Cackle totalmente sucio y en algunas partes rasgado, tenía la cara manchada de una mezcla de lágrimas y sangre y el cabello, aún sujeto en la trenza, pero enmarañado y también sucio.
El corazón de Draco dio un respingo, ambas eran idénticas, de reojo vio a sus compañeros que tenían la misma cara de confusión que él.
- No sabes quien es a quien amas? – al hombre se le notaba cierta ilusión en la cara, sacó la varita de pronto – decide ahora... quien es Enid Nightshade?
- Nightshade... – la voz de Draco era como un susurro distante hasta para sí mismo – es Noche... Enid Noche.
Entonces comprendió a quien debería elegir, porque la misma voz que le decía que el apellido de Enid era Noche, le decía también que quien era la verdadera. Draco dio unos pasos tambaleantes hacia la Enid sucia. La miró por unos instantes.
Enid sentía algo extraño, desde hacía algún tiempo sabía que Draco era el ser que estaba provocándolo todo pero nunca había querido aceptar lo que sentía por él.
No lo soportó más y echó a llorar, abrazándolo. Draco también la abrazó acariciándole el cabello. Un grito del otro lado del agujero los hizo separarse después de unos segundos. Había sido Maud quien señalaba en dirección al extraño hombre.
Tanto Draco como Enid pudieron ver que el hombre cambiaba de formas... desde la figura de Ethel, de forma invisible y de nuevo a su estado, hasta que pudo controlarse.
- Maldito!! Estas maldito!! Eres el Malfoy que nunca deseamos, eres el dueño de la maldición, maldito seas tu por siempre y tu padre también!! – dio unos pasos en círculos y luego lo miró de nuevo – traté de hacerte entender con todo, desde golpes hasta engaños, creí que ser dependiente de alguien era lo que más odiabas, pero ni siquiera la sed logró que dejaras pensar en ella – respiró profundo - no puedes estar con ella... ni si quiera lo intentes, Malfoy!!
El hombre levantó la mano derecha que daba al agujero negro haciendo rebotar un hechizo. Draco miró hacia la otra orilla, junto a sus compañeros estaban Bill Weasley y su padre. La luz del hechizo se desvaneció en medio de lo oscuro.
- La sed? – pronunció Draco cuando la luz se hubo ido.
- Yo les puse a la mano la lista de ingredientes para esa poción... pero eres terco como buen Malfoy, y si tu no quieres decidir... entonces lo hará esta Sangre Sucia... – miró a Enid fríamente – casi lograste engañarme con todo el cuento de tus padres... tuve que atacar a muchos muggles y sangre sucias. Al principio logré hacer creer que eran mortífagos...
Enid escondió más la cara en el cuello de Draco, él estaba más confundido que nunca... no sabía que era lo que Enid tenía que decidir pero por alguna razón, no le gustaban esas palabras. De pronto, recordó algo.
- Enid no es Sangre Sucia... es hija de magos, no tienes por qué molestarnos.
El hombre sonrió.
- Te has preocupado por investigarlo... Hijo de Malfoy... hace menos de dos meses, cuál era la segunda pregunta que le hacías a la gente cuando la conocías?
Draco miró desafiante al hombre, pero recordó.
- Eres Sangre Limpia?... – dijo, de nuevo, casi en un susurro.
- Exacto!! Dime por qué no se lo preguntaste a ella?
Draco movió la cabeza negativamente... no había tenido oportunidad... ni ganas de hacerlo, en su primer encuentro todo había sido muy rápido, Enid había sido la que había hablado y a él jamás se le ocurrió la posibilidad de que fuera Sangre Sucia.
El hombre caminó unos pasos hacia la Enid del altar.
- Si se lo hubieras preguntado... te hubiera dicho que si... que es una Sangre Sucia... – rió sarcásticamente – la única Sangre Sucia por elección.
- Que?... – Draco no sabía si sentir horror o confusión – por elección? Qué es eso?
- Si... mi pequeño descendiente... es una Nightshade – el hombre miró un segundo en dirección de Lucius Malfoy – lastima que tu padre no te lo haya dicho... aunque tal vez pensó que jamás tendrías contacto con ella – de nuevo sonrió y miró a Ron – tu, niño pelirrojo, debes estar orgulloso de que tu hermano pertenezca a la Liga de las Sombras – volvió la vista hacia Draco, mientras Ron miraba extrañado a Bill – la advertencia le llegó muy tarde a tu padre.
- No entiendo...
- No sabes nada acerca de los Nightshade?
Draco negó con la cabeza.
- Cleo y Yurem Nightshade descubrieron la forma de mantener el alma de un ser vivo ligada a la Tierra con Magia... de esa forma nunca extrañarían a los muertos que no se convirtieran en fantasmas. Siempre estarían ahí presentes.
- Eso no la convierte en Sangre Sucia... – interrumpió, Draco, mientras el hombre movía un dedo recriminándole.
- No me interrumpas... el Ministerio prohibió el uso de esa fórmula y tiraron todos los frascos de pociones que había, pero al parecer, guardaron uno solo. Hace quince años, la pareja tuvo a dos niñas, gemelas... idénticas en todo, menos en una cosa, la más importante... una de ellas nació con los poderes mágicos de sus padres, era bruja... pero la otra no tenía ni una gota de magia en sus venas, era una squib.
Draco separó a Enid por un momento, la miró y pasó su vista a la joven del altar.
- Cuatro años despues, Cleo y la niña squib enfermaron, aún no descubren bien de qué, era un virus que atacaba los pulmones y el cerebro. La niña bruja comprendía bien que iba a perder a su madre y a su hermana, entonces, le pidió a su padre que hiciera algo para que no murieran. Yurem sacó la última botella y realizó el hechizo. El mismo ligó la vida de su mujer a la de una planta, dándole parte de su fuerza vital... y ligó a las dos niñas mental y vitalmente, dándoles comunicación interna pero provocando que su hija se convirtiera en sangre sucia, mitad bruja, mitad squib – el hombre miró a Enid suspicazmente – hasta que ella lo quisiera.
Enid miró a Draco con temor y fue entonces cuando Draco supo cuál sería su decisión.
- Pero señores, por favor....
- Esto va más allá de nuestro poder, profesora McGonagall, necesitamos revisar el castillo ahora mismo.
Los magos del Ministerio se separaron, inspeccionando cada rincón de Hogwarts ante la mirada asustada de la profesora.
- Profesor Dumbledore, haga algo... – la voz ahogada de Hermione era evidente... en su mirada se reflejaba que entendía lo que pasaba por la mente de Enid.
- No puedo hacerlo, señorita Granger... la magia no prevalece en el corazón. Es decisión personal y nada hay que hacer.
Harry sentía que estaba viviendo un sueño, ni siquiera sentía pena o desconsolación por Malfoy, no sentía nada... y eso lo hacía sentirse extraño, miró a Ron y por su cara supo que tampoco él estaba bien.
El hombre asintió y desapareció. Draco suspiró con la mirada perdida.
- Ahora la entiendo...
Enid frunció el entrecejo.
- La canción... – respondió, como recordando algo muy lejano – "Es la Sombra que nos acecha, la única que nos destruye pero que también nos alimenta.."... toda la canción tiene sentido ahora – suspiró otra vez, mirando de reojo a Enid – Nightshade... eres mi Sombra... mi Sombra Nocturna...
- Perdóname... pero no puedo dejarla... moriría si lo hiciera.
Draco no dijo nada aunque su corazón gritaba que le pediera a Enid que se quedara. Se levantó y se talló la cara y la cabeza con ambas manos, alisando al final su cabello platinado. Al quitarse las manos del perfil, la cara orgullosa de los Malfoy volvió a aparecer.
- Bien... entonces, ya es hora, no?
Entonces, el hombre volvió a aparecer y, a su vez, el agujero negro desapareció. Al parecer, el hombre estaba seguro de que los magos del otro lado ya no tratarían de hacerle nada.
Todo pasó en un santiamén, el hombre chascó los dedos y el altar en fuego dejó de estarlo, la Enid tendida en él desapareció.
Draco lo veía todo con el rabillo del ojo y lo único que lo separaba de Enid y los demás era la figura de Harry. En ese momento, ella se agachó y recogió a Intriga, el gato parecía cansado.
- Tu gato! – dijo, sorprendido Harry – está bien...
- Si...- contestó, casi sin ganas la dueña – y lo estará por siempre, se lo prometí.
Los engranes de Draco trabajaban a mil por hora por cada palabra que se decía ahí. El gato... estará bien por siempre. Su expresión cambió un poco, la vida de la hermana de Enid debía estar ligada al gato, así como la de su madre a una planta. Lo miró con algo de repulsión, era extraño, el gato parecía apenado ante aquellos ojos grises.
Algo empezó a sonar en el bolsillo de Harry, él sacó el Enumerixtus de éste, sólo había dos focos prendidos cada uno con su rayito rojo minúsculo. El hombre se acercó un poco a Harry y alzó el cuello.
- Un Enumerixtu hace siglos que no veía uno de estos.
- Para qué sirve? – preguntó Harry, casi sin pensarlo.
- Para localizar almas.
- Que?
- Localiza almas... personas muertas o casi muertas. – Enid besó al gato - Por eso sonó, el alma de Edra volvió a Intriga, mira...
Enid tomó la mano de Harry con el Enumerixtus y la levantó, por detrás había puntos verdes, Harry miró varias veces el lugar, los puntos coincidían con las personas presentes, había ocho... en el lugar del hombre y en el de Intriga era donde apuntaban los rayos. Harry sintió que necesitaba miles de horas más para interrogar por completo a Enid, la miró por unos segundos, tratando de que las palabras se formaran en su boca. Sin embargo, la chica sabía qué era lo que más le confundía.
- Esa noche, Intriga fue atacado por primera vez, Edra hizo un esfuerzo, tomó forma corpórea y me avisó de la Sombra y del peligro que corríamos ambas... – miró por un segundo a Draco, quien seguía sin moverse – y él.
Harry asintió recordando todo lo que aquella noche había pasado, y concordaba, por alguna razón se sintió satisfecho.
Ron le dio un codazo, y le señaló con la cabeza al hombre. Todos los Malfoy estaban mirándose, parecían estar transmitiéndose los pensamientos, se quedaron así por unos segundos, hasta que Lucius bajó la mirada.
- Estás listo, Draco?
Draco asintió orgulloso y serio. Lucius Malfoy dirigió una mirada furtiva a Dumbledore quien sonrió por primera vez.
- No lo había traído con esos fines pero ya que insisten... – miró a todos pasivamente – creo que será lo mejor.
El hombre lanzó un pequeño laurel a las manos de Bill.
- Dales eso a los DeLacoure, y pregúntales por qué nunca buscan dentro de un laurel. – sonrió al ver la cara de Bill – si... ellos también tienen una sombra... Fleur debía casarse con alguien valiente, está fue tu prueba muchacho, dales el laurel, que ellos entenderán.
Todos miraban muy atentos a lo que decían y hacían estos personajes, aunque no entendieran del todo.
- Ahí están, ahí están!! Alto en nombre del Ministerio de Magia!!
El mundo parecía haberse detenido cuando oyeron esas palabras, uno de los señores del Ministerio corría varita en mano por uno de los senderos del bosque. Dumbledore se acercó a Draco casi al mismo tiempo que Enid, y le puso en las manos el giratiempo de la profesora McGonagall.
Enid se puso enfrente de él y lo abrazó.
- Gracias... si esto no fuera tan importante quizá tu y yo...
Pero Draco puso un dedo sobre sus labios.
- No lo digas... prefiero nunca saberlo.
Draco levantó su varita y lanzó el giratiempo al aire, no dijo nada sólo apunto y de la varita salió un rayo rojo que golpeó a giratiempo y de pronto, todo se hizo negro.
Fue como un parpadeó, Draco miró a su alrededor extrañado, tragó saliva, a su derecha vio a Harry y a Ron arremangándose la camisa y empezando a revolver una especie de mezcla de varios colores para que Dean Thomas, que dibujaba muy bien, hiciera los escudos de las dos escuelas, pero después de dos segundos ya estaban mas que sucios y jugando a las guerras de pintura junto con Seamus.
Era una sensación extraña, todo él y su alrededor olía a laureles, tal vez por eso los DeLacoure entenderían, entonces, por una de las puertas vio aparecer al profesor Snape, quien iba a revisar el orden y regañó a Potter y Weasley, alegando que no iban a terminar a tiempo si seguían con sus jueguitos, ademas de quitarle los 5 puntos respectivos por cada uno a Gryffindor.
Draco volvió a parpadear y casi sin razonar se acercó a los dos gryffindors.
- Tenia que ser un Weasley, pero que mal gusto tienes... – dijo dudoso.
Ron lo miró frunciendo el entrecejo. Era notorio que el tono no era correspondiente a las palabras. Pero, aún así era un insulto.
- Entonces pintalo tu, Malfoy.
Draco miró un poco más allá y vio el escudo de Cackle ya casi terminado.
- En realidad a mi no me importa, la visita de esas brujas me tiene sin cuidado...
Harry sacó la brocha del bote de pintura y salpicó, sin querer, el zapato de Malfoy... pero éste ni siquiera se percató.
Draco tomó su cabeza con las dos manos y entró al castillo ante la mirada de todos.
Llegó a la sala común de slytherin, vacía, porque la mayoría tenía cosas que hacer para la llegada de las cackle... se miró por un segundo en el espejo común y comenzó a llorar, por primera y última vez en su vida, como un niño pequeño.
Las cackle llegaron el día acordado, Draco miró a Enid entrar como la primera vez, con el uniforme y con el cabello recogido en una trenza. Sólo fueron cuatro semanas de estancia porque, misteriosamente, los ataques de mortífagos habían desaparecido. Durante todo el mes, Draco se limitó a observar de lejos a Enid y consiguió un permiso escrito de su padre donde le denegaba el permiso para la clase de Educación Física y cualquier otra que tuviera que compartir con las cackle, lo único que tuvo que decir fue: "hay muchas sangre sucias" para que Lucius le diera el papel firmado.
No sabía si tener lástima por las personas que no recordaban o sentir envidia de su posición.
Dos día antes de la Noche de Brujas, Amelia Cackle, anunció que la Academia se iría después de la celebración, así que el profesor Dumbledore organizó la mejor de las fiestas que se hubieran celebrado antes, para despedirlas.
Draco bajó tarde a la cena de gala, y prácticamente no se dejó ver en todo el día por nadie. Pansy estaba histérica por dos cosas: se había peleado con Ethel y Drusilla porque ambas habían dicho que Malfoy era bastante atractivo y que entendían bien por qué nunca le había hecho caso a una desquiciada acosadora como ella y por que Draco no asistiría acompañado a la Noche de Brujas.
Cuando entró en el Gran Salón, tanto los gemelos Weasley como Griselda Blackwood y Fenella Feverfew cantaban arriba del escenario, acompañados con percusiones por la maestra Vamp, "Punky Night", vestidos con ropas punkies y peinados de puntas paradas.
Se sentó en la mesa más apartada, tratando de pasar casi desapercibido por todos. Entre la gente pudo ver a Bill Weasley con Fleur DeLacoure, justamente cuando estaba sacando de sus bolsillos un pequeño laurel y dándoselo a ella, no supo por qué, pero una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Cerró los ojos... cuando alguien le puso una mano en el hombro.
- Lo has hecho bien... personalmente no creí que fuera tan fuerte, señor Malfoy.
Draco miró hacia arriba, Dumbledore estaba parado ahí, sonriendo. Sin contestar a la expresión, miró de nuevo a la pista de baile.
- He conseguido el poder necesario para cubrirlo de las sombras por unos minutos, si usted me comprende.
Malfoy volvió a mirar a Dumbledore, ¿qué le estaba diciendo el viejo loco?. El director estiró la mano hacia la pista.
Harry estaba tratando de convencer a Ron para que sacara a bailar a Hermione, y Maud y Mildred estaban bailando rock and roll juntas. Enid se cruzó de brazos, era la mejor fiesta a la que había asistido pero sentía que faltaba algo. Fue entonces cuando una mano blanca se extendió ante ella.
Draco no podía dejar de mirar a Enid mientras bailaban, su mente se había quedado antes de haberla invitado a bailar y parecía que el único elemento de su cuerpo que le respondía en ese momento era su corazón.
A la mañana siguiente, la Academia Cackle estaba abordando el Expreso de Hogwarts para regresar a su castillo. Draco observaba todo de lejos. Entonces, un gato negro ronroneó a sus pies. Lo cogió, era Intriga, no había duda, lo había memorizado la noche en que supo la verdad.
Enid se disculpó, tomando al gato y reprendiéndolo. Draco trató de memorizar cada detalle de las expresiones de ella, tal vez sería la última ocasión en que la vería. Todas las imágenes de los recuerdos que ahora no existían vinieron a su mente y no pudo evitar que su expresión cambiara drásticamente. Enid pareció comprender que algo le ocurría.
- Necesitas algo?
Draco negó con la cabeza, Enid le sonrió con agrado, Draco dio media vuelta sin cambiar su gesto pero cuando ya se iba, ella lo jaló de la mano y le dio un beso en la mejilla, tan tiernamente que Draco no pudo moverse hasta que el tren hubo partido.
Hasta entonces conoció la respuesta que Enid le hubiera dado si no fuera un Malfoy.
FIN.
* Comentarios en los reviews
NOTA: gracias a todos los que leyeron este fic. Si quieren leer otra historia mía vayan a mi profile.
GABRIELA: que bueno que te gustó la escena de Draco de cuatro, una visión algo diferente de cómo es Lucius de padre... gracias por leer el fic, espero que te guste el final.
POLGARA: pues traté de hacer lo que me dijiste... aquí está el último capítulo. Lo subí lo más rápido que pude.
ANNE MALFOY: Pues no importa... jeje... espero que te haya gustado el final. Bueno, la primera opción era Ethel pero era muy cliché así que pensé en la manera en la que Enid pudiera quedar bien con él. Si quieres leer algo más de mis historias visita mi profile... autocomercial ya se...
