Ni Harry Potter ni los demás me pertenecen, aunque Aina, Nausica y Galceram
sí son personajes míos.
Sin más comentarios, ahí va el segundo capítulo.
2 NIHIL NOVUM SUB SOLE
Nada nuevo bajo el sol
Algo la zarandeaba fuertemente. Nausica dio un par de manotazos al aire aún con los ojos cerrados. Entonces una súbita corriente de aire hizo que se estremeciera; intentó en vano recuperar las sábanas que tan cruelmente le habían sido sustraídas.
Abrió los ojos.
– Vale, vale, ya estoy despierta!- Gritó alzando las manos en señal de tregua justo cuando Hermione estaba a medio murmurar alguno de sus hechizos.
– Vamos, dormilona. ¿No querrás llegar tarde a clase otra vez, verdad? – Aina ya estaba completamente vestida. De hecho todas las chicas del dormitorio estaban casi listas para bajar a desayunar.
Nausica soltó algunas palabras malsonantes. – Hubierais podido avisarme antes, ¿no? – Empezó a vestirse a toda velocidad.
– Lo intentamos; pero apreciamos demasiado nuestra integridad física. – Contestó Hermione mostrándole unas marcas rojas en sus brazos dónde había sido golpeada por la chica dormida.
– Oops. Lamento eso; te saldrá un buen cardenal. La próxima vez merezco que me echéis un balde de agua fría a la cabeza. Listo. – Se levantó completamente vestida aunque algo desaliñada.
Después de un abundante desayuno Gryffindor y Ravenclaw se dirigieron hacia el aula de Defensa contra las artes oscuras.
Entraron en clase. – No se sienten, muchachos. – Dijo el retrato de un vampiro risueño que colgaba en una pared. – El profesor Lupin no vendrá hoy; está en Londres por asuntos de Hogwarts, pero me ha encargado decirles que pueden ir a los jardines aprovechando el buen tiempo y estudiar el capítulo dos del libro para esta noche.
Los alumnos se sorprendieron un poco. Remus Lupin, que había vuelto a Hogwarts debido a la insistencia del director Dumbledore no había faltado nunca a ninguna clase. Dispuestos a aprovechar la ocasión se dirigieron a los jardines, dónde algunos hojearon perezosamente los libros; otros no hicieron ni eso.
Claro que había excepciones.
– Oh, vamos Mione, hoy es un día perfecto para tomar el sol. – Ron se acercó a la chica que se disponía a leer bajo la sombra de un gran roble.
– No podrás convencernos, Ron. – Dijo ella. A su lado se sentaron Nausica y Galceram absorbidos completamente por la lectura. – Además, no creo que el profesor Lupin haya remarcado que leyéramos esto para esta noche sin ninguna buena razón. Así que si no te importa me quedo aquí, pero gracias de todas formas. – Sonrió afablemente y abrió su libro por el capítulo dos; los Kelpies
Las otras clases del día fueron futurología para Ron y Harry mientras que los demás asistieron a lecciones de runas antiguas.
En la asfixiante aula de la profesora Trelawney los estudiantes intentaban relajarse para "abrir su ojo interior".
– Esto les va a ayudar. – La mujer encendió una vieja radio mágica que empezó a reproducir una horrible música de relajación. Se sentó tranquilamente en el suelo. – Ahora cierren los ojos, concéntrense y escriban lo primero que les pase por la cabeza en el pergamino, cualquier cosa, y después analícenlo, INTERIORICEN el resultado.
– Vaya, hombre. – Harry observó algo contrariado el patético garabato que había surgido de su pluma. A su lado Ron intentaba escribir algo suficientemente original para satisfacer a la profesora.
– Curioso dibujo. – Dijo Trelawney mirando por encima del hombro de Harry. – ¿Ve en él algún significado especial?
El chico observó más fijamente, por alguna extraña y desagradable razón notó que un escalofrío le recorría el espinazo. – Parece... hum... la barba de... esto... Hagrid. Mañana tenemos clase con él. –Mintió sin pensarlo. Al instante se reprendió mentalmente por decir tales estupideces (aunque fuera en la estúpida clase de futurología) Para su sorpresa la profesora asintió sonriente y tras examinar algunos pergaminos más les permitió abandonar la sala antes de que nadie muriera ahogado.
Durante la cena llegó Lupin, parecía contento pero cansado, y su túnica estaba más ajada de lo que los alumnos recordaban. Se sentó pesadamente en su silla y tomó algunos sorbos de zumo de calabaza. Finalmente susurró algunas palabras a Hagrid, llamó a los prefectos de cada casa y estuvo un rato hablando con ellos.
Cuando Hermione regresó con sus amigos fue recibida con expectación. – ¿Qué ha dicho? Vamos, dinos. –Exclamó Ron con una mirada inquisitiva. Ella se limitó a contestar con una sonrisa enigmática que todos los alumnos de quinto curso debían presentase en los jardines del castillo una hora después de la cena equipados con ropa de abrigo y sus varitas.
La media luna brillaba pálida en el cielo por encima de la bruma que empezaba a formarse en la superficie del lago, las siluetas sombrías del bosque oscuro se recortaban en el horizonte, y los alumnos de quinto curso temblaban de frío, tosiendo y maldiciendo la gélida brisa nocturna
– Bienvenidos todos. – Dijo Lupin sonriendo afablemente. – Siéntense, aquí, en el pasto, por favor. Espero por su bien que hayan hecho caso de las instrucciones de mi amigo el vampiro.
Los alumnos se apresuraron a asentir sin mucho convencimiento.
– Oye; ahora que me fijo este Lupin está un rato bueno...
– ¡Shhhh! – Murmuró Hermione cuando Nausica susurró ese comentario con un brillo pícaro en los ojos.
– Aunque normalmente está prohibido para todos los alumnos pasear por el exterior durante la noche, hoy vamos a hacer un ejercicio especial aprovechando las circunstancias favorables. Hace unos días un alumno de séptimo divisó un kelpie en el lago del castillo, así que esto nos proporciona una perfecta oportunidad para poner en práctica sus conocimientos.
Dirigió una seria mirada a sus alumnos.
– Esto no es ningún juego. Van a ir por los alrededores del lago en grupos con el objetivo de derrotar a la bestia; quienes lo consigan ganarán puntos para su casa en función del ingenio y la dificultad de los hechizos que utilicen, y si alguien se mete e apuros serios Hagrid o yo mismo vendremos en su ayuda. ¿Alguien tiene preguntas?.
Una chica de Ravenclaw, menuda y que ocultaba sus ojos azules tras unas gafas cuadradas levantó el brazo tímidamente. – Dígame, señorita Moon.
Diane Moon se sonrojó ligeramente. – ¿Cómo sabrá usted los hechizos que usemos, o cuando tengamos problemas, profesor?
En el rostro de Remus se dibujó una sonrisa lobuna. – Descuide, Moon; lo sabré. Y ahora sin más preámbulos pueden empezar. – Y ante sus propios ojos se desvaneció.
Lentamente los alumnos fueron levantándose. – Oye Harry. – Dijo Ron en voz baja. – ¿Tu tienes alguna idea de qué demonios es un kelpie?.
El chico se limitó a encogerse de hombros.
Fin del cap. 2
Es un capítulo algo corto, verdad?
Muchas gracias por los reviews a:
Iris Pollens: ¿Qué puedo decir? Mi primer review... ¡qué ilusión!
( AAAAAAAAAwwwwwww! (Rakshah aúlla de satisfacción)
JS: Muchas grácias, siempre es bueno recibir mensajes que te ayuden a mejorar, y tienes razón, a veces el fic se hace un poco lento, pero es que hay taaaantas cosas que contar... prometo esmerarme la próxima vez.
Atomsk: Ajajajajajaj, la verdad es que los nombres son de los más rebuscado... algún día los comentaré... hoy estoy muy cansada...
Mione-chan Freakyeug por ser mis beta-readers y leer las páginas que voy escribiendo durante las horas de clase. ( aunque aún no se hayan dignado a escribirme ni un triste review... sigh)
Oh, y gracias también a quien haya leído el fic aunque no deje review.
Por cierto, Moon es un alumno que aparece en el primer libro durante la ceremonia de selección. De hecho, sólo aparece eso, su apellido, por lo que me he permitido la libertad de convertir a "Moon" en una chica llamada Diane. Diane o Diana es la diosa romana de la luna ("Moon"= Luna en inglés).
Sin más comentarios, ahí va el segundo capítulo.
2 NIHIL NOVUM SUB SOLE
Nada nuevo bajo el sol
Algo la zarandeaba fuertemente. Nausica dio un par de manotazos al aire aún con los ojos cerrados. Entonces una súbita corriente de aire hizo que se estremeciera; intentó en vano recuperar las sábanas que tan cruelmente le habían sido sustraídas.
Abrió los ojos.
– Vale, vale, ya estoy despierta!- Gritó alzando las manos en señal de tregua justo cuando Hermione estaba a medio murmurar alguno de sus hechizos.
– Vamos, dormilona. ¿No querrás llegar tarde a clase otra vez, verdad? – Aina ya estaba completamente vestida. De hecho todas las chicas del dormitorio estaban casi listas para bajar a desayunar.
Nausica soltó algunas palabras malsonantes. – Hubierais podido avisarme antes, ¿no? – Empezó a vestirse a toda velocidad.
– Lo intentamos; pero apreciamos demasiado nuestra integridad física. – Contestó Hermione mostrándole unas marcas rojas en sus brazos dónde había sido golpeada por la chica dormida.
– Oops. Lamento eso; te saldrá un buen cardenal. La próxima vez merezco que me echéis un balde de agua fría a la cabeza. Listo. – Se levantó completamente vestida aunque algo desaliñada.
Después de un abundante desayuno Gryffindor y Ravenclaw se dirigieron hacia el aula de Defensa contra las artes oscuras.
Entraron en clase. – No se sienten, muchachos. – Dijo el retrato de un vampiro risueño que colgaba en una pared. – El profesor Lupin no vendrá hoy; está en Londres por asuntos de Hogwarts, pero me ha encargado decirles que pueden ir a los jardines aprovechando el buen tiempo y estudiar el capítulo dos del libro para esta noche.
Los alumnos se sorprendieron un poco. Remus Lupin, que había vuelto a Hogwarts debido a la insistencia del director Dumbledore no había faltado nunca a ninguna clase. Dispuestos a aprovechar la ocasión se dirigieron a los jardines, dónde algunos hojearon perezosamente los libros; otros no hicieron ni eso.
Claro que había excepciones.
– Oh, vamos Mione, hoy es un día perfecto para tomar el sol. – Ron se acercó a la chica que se disponía a leer bajo la sombra de un gran roble.
– No podrás convencernos, Ron. – Dijo ella. A su lado se sentaron Nausica y Galceram absorbidos completamente por la lectura. – Además, no creo que el profesor Lupin haya remarcado que leyéramos esto para esta noche sin ninguna buena razón. Así que si no te importa me quedo aquí, pero gracias de todas formas. – Sonrió afablemente y abrió su libro por el capítulo dos; los Kelpies
Las otras clases del día fueron futurología para Ron y Harry mientras que los demás asistieron a lecciones de runas antiguas.
En la asfixiante aula de la profesora Trelawney los estudiantes intentaban relajarse para "abrir su ojo interior".
– Esto les va a ayudar. – La mujer encendió una vieja radio mágica que empezó a reproducir una horrible música de relajación. Se sentó tranquilamente en el suelo. – Ahora cierren los ojos, concéntrense y escriban lo primero que les pase por la cabeza en el pergamino, cualquier cosa, y después analícenlo, INTERIORICEN el resultado.
– Vaya, hombre. – Harry observó algo contrariado el patético garabato que había surgido de su pluma. A su lado Ron intentaba escribir algo suficientemente original para satisfacer a la profesora.
– Curioso dibujo. – Dijo Trelawney mirando por encima del hombro de Harry. – ¿Ve en él algún significado especial?
El chico observó más fijamente, por alguna extraña y desagradable razón notó que un escalofrío le recorría el espinazo. – Parece... hum... la barba de... esto... Hagrid. Mañana tenemos clase con él. –Mintió sin pensarlo. Al instante se reprendió mentalmente por decir tales estupideces (aunque fuera en la estúpida clase de futurología) Para su sorpresa la profesora asintió sonriente y tras examinar algunos pergaminos más les permitió abandonar la sala antes de que nadie muriera ahogado.
Durante la cena llegó Lupin, parecía contento pero cansado, y su túnica estaba más ajada de lo que los alumnos recordaban. Se sentó pesadamente en su silla y tomó algunos sorbos de zumo de calabaza. Finalmente susurró algunas palabras a Hagrid, llamó a los prefectos de cada casa y estuvo un rato hablando con ellos.
Cuando Hermione regresó con sus amigos fue recibida con expectación. – ¿Qué ha dicho? Vamos, dinos. –Exclamó Ron con una mirada inquisitiva. Ella se limitó a contestar con una sonrisa enigmática que todos los alumnos de quinto curso debían presentase en los jardines del castillo una hora después de la cena equipados con ropa de abrigo y sus varitas.
La media luna brillaba pálida en el cielo por encima de la bruma que empezaba a formarse en la superficie del lago, las siluetas sombrías del bosque oscuro se recortaban en el horizonte, y los alumnos de quinto curso temblaban de frío, tosiendo y maldiciendo la gélida brisa nocturna
– Bienvenidos todos. – Dijo Lupin sonriendo afablemente. – Siéntense, aquí, en el pasto, por favor. Espero por su bien que hayan hecho caso de las instrucciones de mi amigo el vampiro.
Los alumnos se apresuraron a asentir sin mucho convencimiento.
– Oye; ahora que me fijo este Lupin está un rato bueno...
– ¡Shhhh! – Murmuró Hermione cuando Nausica susurró ese comentario con un brillo pícaro en los ojos.
– Aunque normalmente está prohibido para todos los alumnos pasear por el exterior durante la noche, hoy vamos a hacer un ejercicio especial aprovechando las circunstancias favorables. Hace unos días un alumno de séptimo divisó un kelpie en el lago del castillo, así que esto nos proporciona una perfecta oportunidad para poner en práctica sus conocimientos.
Dirigió una seria mirada a sus alumnos.
– Esto no es ningún juego. Van a ir por los alrededores del lago en grupos con el objetivo de derrotar a la bestia; quienes lo consigan ganarán puntos para su casa en función del ingenio y la dificultad de los hechizos que utilicen, y si alguien se mete e apuros serios Hagrid o yo mismo vendremos en su ayuda. ¿Alguien tiene preguntas?.
Una chica de Ravenclaw, menuda y que ocultaba sus ojos azules tras unas gafas cuadradas levantó el brazo tímidamente. – Dígame, señorita Moon.
Diane Moon se sonrojó ligeramente. – ¿Cómo sabrá usted los hechizos que usemos, o cuando tengamos problemas, profesor?
En el rostro de Remus se dibujó una sonrisa lobuna. – Descuide, Moon; lo sabré. Y ahora sin más preámbulos pueden empezar. – Y ante sus propios ojos se desvaneció.
Lentamente los alumnos fueron levantándose. – Oye Harry. – Dijo Ron en voz baja. – ¿Tu tienes alguna idea de qué demonios es un kelpie?.
El chico se limitó a encogerse de hombros.
Fin del cap. 2
Es un capítulo algo corto, verdad?
Muchas gracias por los reviews a:
Iris Pollens: ¿Qué puedo decir? Mi primer review... ¡qué ilusión!
( AAAAAAAAAwwwwwww! (Rakshah aúlla de satisfacción)
JS: Muchas grácias, siempre es bueno recibir mensajes que te ayuden a mejorar, y tienes razón, a veces el fic se hace un poco lento, pero es que hay taaaantas cosas que contar... prometo esmerarme la próxima vez.
Atomsk: Ajajajajajaj, la verdad es que los nombres son de los más rebuscado... algún día los comentaré... hoy estoy muy cansada...
Mione-chan Freakyeug por ser mis beta-readers y leer las páginas que voy escribiendo durante las horas de clase. ( aunque aún no se hayan dignado a escribirme ni un triste review... sigh)
Oh, y gracias también a quien haya leído el fic aunque no deje review.
Por cierto, Moon es un alumno que aparece en el primer libro durante la ceremonia de selección. De hecho, sólo aparece eso, su apellido, por lo que me he permitido la libertad de convertir a "Moon" en una chica llamada Diane. Diane o Diana es la diosa romana de la luna ("Moon"= Luna en inglés).
