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Estoooooo, merezco que me ahorquen, que un dragón me chamusque el pelo, que Parvati Patil venga a vivir a mi casa... soy un ser despreciable por tardar tanto en escribir, lo sé, y no voy a repetir aquí lo que dije en el cap. anterior sobre mi patológica incapacidad por escribir rápido...

A ver... en este cap. he intentado meter un poco más de acción, aunque la acción no es mi fuerte, así que por favor, leedlo y después me decís que os parece (eso es una oscura y nada disimulada manera de decir que quiero reviews!!!!! Aaaawwww, sí, reiews bonitos, reviews waaaapos, reviews.... mmmmmmmmmmmnnnnnnnnnnnnnnnnnnhhhhhhhhhhhhh...)

Ah, otra cosa, la acción pasa en varios sitios de manera simultánea a partir de la línea de asteriscos, okiz? Aunque creo que queda bastante claro en el cap, lo digo aquí antes para que quede claro y entendedor ^____ ^

Ala, ahora mi parte favorita: REVIEWS!!!!!!!!!!

Rinoa: Muajajajajajajaaaaah, així que ja us imaginaveu lo dels animagos, eh? Jajajajajajajjaa... Buenu, xica, espero que t'agradi molt el cap, pq surt el Ced, sí, sí, surt ell, poquet però surt ^____^ i te dedico la seva intervenció en la història, okiz?

Apa, cuidat, i CONTESTAM EL MAIL, so vaga!!! Jajajajaajajaj

Luna: Lee, lee atentamente ^____^ , que por aquí aparece una Ravenclaw de ojos entre verdes y marrones (que si mal no recuerdo, me dijiste que los tenías así). Hum.... me estoy planteando seriamente la posibilidad de derrumbar parte de la sala común de Ravenclaw... aunque al empezar el fic Cho no me caía especialmente mal, con el paso de los capítulos me ha ido cayendo más y más gorda, no se, será la influencia de todos los demás fics que voy leyendo, que no la dejan precisamente bien... En fin, espero que lo disfrutes. Un besote!

Arwen: Awwwwwwww, muchísimas grácias por tu review. ( Si te has fijado, tomo prestado el título del cap. de una frase que aparece en "viaje a la tierra media" Te importa? Si no quieres que ponga esta frase como título me lo dices que lo cambio en un momento.) A ti tampoco te cae bien Cho? Vaya, tendré que acerla caer de la torre... (eso sí sería divertido, verdad?) En fin, cuidate, vale? (ah, y sí, ten paciéncia porque el próximo cap. va a ser algo parecido a un G/D) Besos :******

Gwen de Merilon: Lamentablement, no puc respondre a totes preguntes... Jo també em pregunto moltes vegades p.q els els nois dels fics sempre són taaaan encantadors, amables, adorables... Ah, i sobre lo d'Historia... ara no recordo si ja t'ho vaig dir (ohohoh, mala memòria) pero estudio primer a la Rovira i Virgili de Tarragona (encara no m'he especialitzat en cap època ni res, però això si, ja des de primer els que volem podem començcar-nos a orientar cap a l'arqueologia. ) Aquet dissabte anirem uns quants a un jaciment a excavar de voluntaris, la Cansaladeta, et sona? Esta molt a prop de Tarragona... m'encanta l'arqueologia... i espero poder especialitzar-me en restauració, si es que es pot... en fi, no t'avorreixo més amb les meves perspectives de futur... Moltíssimes gràcies pel teu review ^____^ Cuidat i un petonàs!

Gin-gin: Sí! Jajaja, los mortífagos atacan de nuevo ^____^ me emcanta hacer aparecer motífagos de la nada para sembrar el pánico y la destruccion... estooooo me está saliendo la vena psicópata, no me agas caso... Muchas grácias por tu review ^___^ un besazo!

Anna Voig: Espero que el cap. te guste, es más de acción que de otra cosa... Ah, y veo que as actualizado tu historia... voy a leerla AHORA!! ^____^ Besos!

Mione-chan: Eiiiiiii, xiroiaaaaaa!!!!!! Que fa temps que no parlem!!! ;_____; i et trobo molt a faltar!!!!!!!! Em sembla que demà et trucaré, sí, sí, sí... Ai, Aineta, que la vida es motl dura sense amigues tan collonudes com tú... (mira que estic sensible i me posaré a plorar...) Buenu, prou de llagrimes.. així que un gatet, eh? Mmmmmmmnnnnh, nouse... no prefereixes algo més original, com un lemur o un os formiguer? Jajajajajajaj, es brometa! Apa, carinyu, molts ptunets! Muacs, muacs, muaaaacs!

Kento: Awwwwww, muchas grácias por tu review!! Me alegro de que te guste la historia.. a ver qué te parece el próximo cap... ^___^ Ala, un besote, y que lo disfrutes!

Ala, ya está, todos los reviews del cap 12 contestados! Jajajajajajajajaja, y ahora:

(redoble de tambores... )

Tatatatachaaaaaan!!!!!!!!!!!!!! Con todos ustedes...

Draco Dormiens Nunquam Titillandus

Nunca le hagas cosquillas a un dragón dormido ^____^

El dragón, tan grande como una casa, sacudió la cabeza para desprenderse de los trozos de cristal que habían quedado sobre su piel.

Cuando la lluvia de pequeños fragmentos cayó sobre las figuras acurrucadas demasiado cerca de las fauces del animal, una chica de cuarto de Ravenclaw que estaba justo al lado de una de las enormes patas semejantes a columnas gimió de puro terror.

Sin duda una mala idea, porque acto seguido el dragón bajó su monstruosa tez para olfatear el origen de tan singular sonido.

La joven empezó a temblar violentamente cuando el hocico escamoso del animal rozó su cuello, pero no podía moverse, nadie en el Gran salón podía. Incluso el director Dumbledore, uno de los magos mas poderosos de la historia, se había derrumbado encima de la mesa incapaz de reaccionar ante aquél ataque a gran escala.

– ¡Maldita sea! – Pensó Harry desde el suelo. – Malditos seamos todos por no haberle contado a Dumbledore todo lo que sabíamos. Quizá así hubiéramos podido evitarlo...

Otro grito de terror lo sacó de sus pensamientos; el dragón había empujado a su víctima violentamente con el hocico al tiempo que abría sus fauces.

Parecía muy hambriento.

Pero entonces, de nuevo aquél singular silbido, el mismo que habían oído durante el primer ataque, volvió a sonar, y Harry movió extrañado la cabeza. Quizá eran imaginaciones suyas, pero... Volvió a escuchar más atentamente y abrió los ojos, anonadado. La ultima vez no se había fijado, pero ahora... ahora entre los silbidos podía distinguir palabras.

– ¡Detente! – Palabras pronunciadas en una lengua abominable, pero palabras al fin y al cabo. Y además parecieron surtir efecto, porque se detuvo justo cuando sus dientes estaban a escasos centímetros de la pálida piel de la muchacha.

Alguien le estaba hablando al dragón, alguien más en la escuela era capaz de hablar pársel. ¿Quién dijo que el único reptilíngüe de Hogwarts era Harry Potter?

El dragón miró contrariado a su alrededor, ¿acaso su misión no era sembrar el terror? Sin embargo al parecer no le estaba permitido alimentarse... Sacudió la cabeza frustrado y una pequeña llamarada se escapó por sus fosas nasales.

Acto seguido un grupo de mortífagos cruzaron el enorme agujero que el dragón había practicado en la pared y se dispersaron por toda la sala. En aquél instante se oyó el ruido de algo pesado cayendo por las escaleras. Harry giró débilmente la cabeza para investigar el origen del ruido y esbozó una leve sonrisa viendo lo que había pasado; Galceram no había tenido tiempo de bajar las escaleras antes de quedar sin fuerzas, por lo que había optado por bajar resbalando por los peldaños y había quedado tirado en el suelo, al pie de las escaleras en una posición francamente ridícula.

A una señal del mortífago que iba en cabeza, dos de ellos se separaron del grupo y se acercaron al origen del ruido, pasando tan cerca de Harry que el chico pudo oír su pesada respiración bajo las capuchas.

Segundos después volvieron a entrar en el Gran Salo arrastrando al joven Ravenclaw por los brazos y lo llevaron hasta su líder.

El mortífago se acerco al muchacho.

– * Ja et vaig dir que ens veuriem aviat, fill *. (Traducción: Ya te dije que nos veríamos pronto, hijo)

Galceram alzó la vista, furioso. – * No em diguis fill ! No vull tenir res a veure amb algú com tu! * (Traducción: ¡No me llames hijo! ¡No quiero tener nada que ver con alguien como tú!)

Como única respuesta recibió un puñetazo en las costillas que le dejó sin aliento. Galceram rogó en silencio que no volvieran a rompérselas de una paliza.

– En fin. ¡Feliz Navidad! – Dijo el mortífago en inglés y suficientemente alto como para que todos le oyeran. –¡Y que nadie se mueva! Cualquier resistencia es inútil, porque ahora mismo incluso el director Dumbledore no es más que un simple viejo sin poderes gracias a esta preciosidad que tengo en mis manos. – Alzó el brazo y mostró un simple crucifijo de madera oscura. En aquél momento todos notaron que sus fuerzas disminuían más aún.

Animado por la sensación de poder, el padre de Galceram caminó lentamente hacia la mesa de los profesores y se sentó indolentemente entre la excelente vajilla, jugueteando con el crucifijo.

– Parece mentira que algo tan insignificante sea la diferencia entre ganar o perder, ¿verdad, viejo? – Preguntó mientras le mostraba la cruz de madera a Dumbledore. – Sí, lo has adivinado, viejo, esto que tienes ante tus narices es la cruz de Santo Domingo. Y no, no era solo una leyenda, como puedes ver... Pero ya basta de cháchara, ahora... sí... creo que ahora los chicos y yo vamos a "conocer" a estos hijos de muggle que hay por aquí. ¿No te importa, verdad, Dumbledore?

El anciano le lanzó una mirada desafiante por encima de sus gastadas gafas pero no dijo absolutamente nada.

– Tomaré esto como un "no". – Saltó de nuevo al suelo. – A ver... necesito un voluntario. – Miró a su alrededor y su vista finalmente se posó en la vieja profesora Trelawney, que temblaba violentamente. Lentamente el hombre se acercó y ella se encogió sobre sí misma cuando la mano del mortífago se cerró en torno a su brazo. Necesito su ayuda, amable señora. Levántese por favor. – Tiró suavemente de la mujer, hablando con voz dulce. – Mire, sólo tiene que hacer una cosa. Usted me acompaña, damos un paseo alrededor del salón y con sus encantadoras manitas me señala unos cuantos hijos de muggle.

Trelawney no dijo nada, estaba en estado de shock, pero se levantó y siguió al mortífago. De vez en cuando señalaba a algún alumno que era rápidamente arrastrado por los mortífagos hasta el centro del salón. Una chica de segundo de Hufflepuff hecha un mar de lágrimas, un par de Gryffindors, también muy jóvenes que se pusieron en pie con dignidad, una chica de Ravenclaw llamada Lynx Darkwoolf, cuyos ojos de un color entre el verde y el marrón estaban llenos de furia (aaaaaw, Luna, Lunita, ¿sabes quién es esta?) y otros más. Incluso el cantante del grupo que había estado tocando minutos antes también fue llevado asta allí cuanto la profesora lo tocó con sus manos esqueléticas.

Finalmente Trelawney señaló a una última persona. Apartando brutalmente el brazo del chico que la rodeaba en actitud protectora, pusieron a Hermione en pie y la llevaron con los demás.

– Bien... así que sois escoria sangresucia, ¿eh? ¿Qué vamos a hacer con vosotros? – Algún que otro mortífago hizo crujir sus nudillos mientras el dragón chasqueaba hambriento las mandíbulas. Oh, sí, él sabía muy bien que hacer con aquellos jóvenes y tiernos estudiantes.

Pero entonces, una fuente de metal salió volando desde una mesa cercana y rasgando el aire golpeó certeramente el estómago del mortífago. Aullando de dolor, el hombre se dobló sobre sí mismo mientras sus compañeros miraban confundidos a su alrededor sin saber muy bien qué acababa de pasar. Acto seguido otras piezas de la vajilla de gala dejaron su lugar habitual en las mesas y golpearon a los demás seguidores del Señor oscuro. Todos los atacantes levantaron sus varitas ante aquél enemigo invisible, pero entonces desde el centro del salón se oyó una voz como lejana, cavernosa, que gritaba a pleno pulmón.

– ¡¡¡¡¡POR HOGWARTS!!!!!! ¡¡¡¡¡¡GUERRA A LOS INVASORES!!!!!! - En aquél momento la espectral figura de Cedric Digory se materializó en el centro de la sala. También estaban Nick-casi-decapitado, y el barón sangriento, y la dama gris, y Peeves, y otros muchos fantasmas que ningún alumno había visto jamás preparados para defender su hogar.

Y parecían muy enfadados.

También aprovechando la confusión una sombra grisácea entró en el salón a toda velocidad directa hacia el padre de Galceram. El hombre apenas pudo reaccionar cuando la enorme loba se le echó encima gruñendo ferozmente para después pegarle un tremendo mordisco en la pierna.

Cegado por el dolor de la mordedura, soltó el crucifijo.

Craso error, porque en el preciso instante en que lo hacía, todos los alumnos y profesores de Hogwarts se levantaron preparados para defender la escuela con uñas y dientes (técnicamente al no llevar sus varitas, eso era lo único que tenían para defenderla).

El primero en recibir fue el mismo padre de Galceram cuando la joven Darkwoolf , con sus ojos verdes centelleantes de furia, se adelantó y le pegó un potente puñetazo en la cara que le dejó fuera de combate durante unos segundos, segundos en que todo a su alrededor se había convertido en una verdadera batalla campal. Unos cuantos de sus hombres ya habían caído bajo el ataque de los alumnos más avanzados que ahora usaban las varitas de los mortífagos para mantener a raya el dragón.

De rodillas en el suelo, Alió (Alió padre, se entiende) intentó recuperar el maldito crucifijo del suelo, pero sólo tuvo tiempo de arrancar un puñado de pelo gris del lomo de la loba que adelantándose a sus movimientos lo había tomado entre sus dientes y había echado a correr.

– ¡¡¡¡¡Atrapad a ese condenado bicho!!!!! – Gritó preso de la furia mientras levantaba en alto su varita y murmuraba una maldición.

Pero no llegó a lanzarla, porque en aquél instante, Galceram se abalanzó sobre él y lo derribó con un rugido de rabia. Tenía el cabello alborotado, la túnica de gala medio rasgada y la mano derecha crispada alrededor de la varita. Forcejearon unos instantes mientras a su alrededor la gente corría en desbandada hacia el jardín y los pasillos. Finalmente se separaron, jadeando pero con las varitas listas para atacar.

* * * * *

Al mismo tiempo que esto ocurría y no muy lejos de allí Ginny gritó cuando una gran bandeja para ensaladas le golpeó en la espalda. – ¡Maldita sea, Peeves! ¡A mí no, a los mortífagos!

El poltergeist cacareó burlonamente. – Perdona, roja, pero te he confundido con uno de ellos.

– Si, claro. – Murmuró ella mientras echaba a correr hacia una de las puertas laterales esquivando alumnos y mortífagos. Afortunadamente el dragón estaba ocupado.

Tuvo tiempo de abrir la puerta antes de oír como el padre de Galceram gritaba alguna cosa, y era respondido por un silbido ahogado. Acto seguido se rompieron más ventanales del gran salón, y más estudiantes gritaron aterrados. Ginny decidió que no esperaría a saber qué nuevo horror acababa de entrar, por lo que enormemente preocupada por su hermano y amigos, cruzó la puerta y empezó a subir por las escaleras.

Fue ascendiendo por los peldaños, jadeando. De vez en cuando se oían gritos lejanos y ruido de pasos, más gente se había refugiado en los pasillos de Hogwarts . Se cruzó sin mediar palabra con una pareja de Hufflepuffs temblorosos, pero ella siguió adelante, hasta el tercer piso.

El camino hacia la sala común de Gryffindor estaba extrañamente oscuro, apenas si podía ver por dónde pisaba, y a veces el sonido de sus propios pasos hacía que mirara hacia atrás, asustada. Siguió andando hasta que llegó a una encrucijada; a veces los pasillos eran muy caprichosos y se entrecruzaban a voluntad. Realmente era muy fácil perderse. Sopesó un momento las opciones a seguir: derecha o izquierda.

Definitivamente, izquierda.

Ahora el pasillo era más estrecho; Ginny empezaba a dudar de su elección, pero siguió adelante. Bajó unas angostas escaleras y llegó hasta un corredor que jamás había visto. Olía a polvo y a telarañas. De nuevo el camino se ensanchaba, pero aún así Ginny caminaba lo más pegada a la pared posible. Hacía mucho, mucho frío.

* * * * * * * *

Cerca de una de las puertas Harry corría a toda velocidad hacia el centro del gran salón. Allí seguro que estaban Ron y Hermione, tenía que llegar hasta ellos... tenía que...

De repente un objeto contundente y muy aerodinámico le golpeó en la nuca con un sonido metálico y cayó de bruces en el suelo, otra vez.

La cabeza le daba vueltas, pero notó como alguien tiraba de él y le ayudaba a ponerse en pie.

Era Aina, y parecía muy alterada.

La chica señaló una bandeja de plata que había en el suelo con una gran abolladura, después le señaló a él y finalmente a Peeves. Harry asintió frotándose la nuca y maldiciendo al poltergeist, que acababa de noquear a otro alumno con una ensaladera.

– Vamos, Harry, tenemos que huir.

El chico miró confuso a su alrededor. – Sí, pero Ron y Mione...

– No son niños, Harry, sabrán cuidarse solos... Aaaaay mierda! – Tuvo que agacharse para evitar un cuchillo de plata que iba directo a su cabeza. – No pienso quedarme aquí ni un minuto más. ¿Vienes o te quedas?

El chico miró a su alrededor por última vez. Algo se estaba quemando a juzgar por el humo que había empezado a invadir el salón, y apenas quedaba ya gente allí, aunque aún proseguía la lucha entre mortífagos y profesores mientras que el dragón parecía bastante cansado, hostigado por una docena de estudiantes de séptimo. Empezaron a andar, y poco después a correr hacia los ventanales rotos, cada vez más rápido. De repente, Aina dio un traspiés, había tropezado con algo gris y blando. La chica se había quedado de pie, inmóvil, mirando al animal inconsciente que yacía en el suelo.

– ¡Sica...! – Exclamó con un susurro mientras se agachaba prestamente junto a su amiga que seguía en forma lobuna y que tenía una fea quemadura en una de las patas traseras y apenas respiraba.

Justo entonces, se oyó un grito, y más ventanales se rompieron con un ruido atronador, el chico pudo oír una orden en pársel justo antes, una orden de ataque; Ni Harry ni Aina se atrevieron a levantar la cabeza para ver el nuevo invitado al banquete.

* * * * * *

– ¡Ron, corre, vamos!

– Pero... ¿Y Ginny? Debería...

– Ginny está con Harry, no le va a pasar nada, vamos, tenemos que salir de aquí, al jardín, desde allí podremos huir...

Echaron a correr; en su misma dirección iban algunos alumnos más, Hermione pudo reconocer a un chico y una chica de cuarto de Ravenclaw, y a un par de Hufflepuffs de tercero.

Estaban a un par de metros de los ventanales cuando un mortífago gritó a pleno pulmón, y se oyó de nuevo un silbido en parsel. De repente un hocico escamoso rompió otro ventanal, y algo parecido a un dragón golpeó ferozmente al joven Ravenclaw que estaba más adelantado del grupo, arrojándolo a varios metros de distancia.

– ¡Nicholas! – Gritó su acompañate, angustiada. El chico sangraba abundantemente por un feo corte en la cabeza y estaba inconsciente.

El animal miró entonces a quien tenía más cerca, un chico pelirrojo y su pareja.

* * * * * * * * * * *

– Quítate de mi camino, chico.

– No cuentes con ello, mortífago.

El hombre tragó saliva. – Tú lo has querido, chico. – Levantó su varita en el aire, pero no lanzó ninguna maldición, sino que ejecutó un hechizo para amplificar la voz, y sonrió. - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Llamad a los refuerzos!!!!!!!!! – Gritó con todas su fuerzas. Al instante un silbido respondió su petición, y otra cabeza escamosa atravesó los ventanales del salón.

Galceram desvió la vista hacia el ruido, y entonces se dio cuenta de su error; el mortifago ya había pronunciado la maldición, y un brillante haz de luz roja pasó a escasos centímetros de su cabeza, atravesando todo el salón. Como si fuera una película a cámara lenta vio como el hechizo alcanzaba a Nausica en una de las patas traseras. La loba cayó al suelo inconsciente, y el objeto que transportaba se perdió entre el gentío.

Un alarido de horror escapó de la garganta del chico, que sin pensarlo echó a correr hacia su amiga.

Su padre sonrió; ahora tenía el camino libre para recuperar el crucifijo.

No muy lejos, en los ventanales, se oyó el sonido de muchos cristales rotos.

Cuando llegó hasta el cuerpo inerte de la loba, vio que Harry y Aina estaban a su lado. Cayo de rodillas, a su lado, y paso una mano por el suave pelaje gris.

– Aún respira. – Murmuró. – Tenemos que sacarla de aquí. – Apenas sin esfuerzo tomó en brazos el cuerpo de su amiga y se incorporó.

Harry le miró aturdido. – Sí, pero... no podemos huir sin más... la gente...

– ¡¡¡¡Y a mí qué me importa la gente!!!! – Exclamó él, furioso. Harry retrocedió un poco. – No voy a dejarla aquí para que muera. ¡Nunca! Jamás volveré a permitir que lastimen a alguien que quiero... – Murmuró. – Quedaos aquí, si queréis. Yo me voy.

Harry y Aina se miraron un momento antes de seguir al chico.

Después de dar un par de pasos, Galceram se detuvo, mudo de terror, porque a unos veinte metros de allí había otro animal que cortaba su via de escape. Este, al contrario que el gran dragón que aún seguía luchando en el interior del gran salón, era más pequeño, del tamaño de una camioneta, y tenía las escamas color entre pardo y ocre, carecía de alas, y en sus ojos no brillaba la fría inteligencia que se adivinaba en los del dragón.

– ¡¡Es una sierpe de tierra!! – Exclamó Aina temblorosa.

– ¿Una qué?

– Una sierpe, Harry. Se parecen a los dragones, aunque no pueden volar, ni son tan listas como los dragones, pero muy, muy feroces. Quizá deberíamos...

Pero Harry no la escuchaba; había visto una cabeza pelirroja entre la gente, una cabeza pelirroja demasiado cerca de aquella monstruosa sierpe.

* * * * * * * *

– Huye, Mione.

– Ni hablar. Yo me quedo aquí contigo. Si te pasara algo... yo...no me lo perdonaría nunca.

Por unos momentos Ron se arriesgó a apartar la vista de la sierpe para cruzar una fugaz mirada con la chica que estaba a su lado. El temblaba, pero Hermione hacía gala de una perfecta entereza. Tragó saliva y apretó los puños. No quería morir, pero haría cualquier cosa por protegerla, por proteger a la persona que más quería.

– Hermione... – Murmuró con voz entrecortada. De repente notó como una mano cálida se entrelazaba con la suya al mismo tiempo que la sierpe avanzaba otro paso hacia ellos. – Yo te...

– Ron!!!!! Hermione!!!! – Harry llegó jadeando. – Estáis bieeeeeeeeeaaaaaaaarrrrrggh!

Tuvo que saltar hacia un lado para evitar que aquél maldito bicho le rajara las entrañas de un zarpazo. Era mucho más rápido que el dragón.

– Ahora sí la hemos jodido. –Murmuró Harry para sí mismo. La sierpe miró maliciosamente al pequeño grupo de alumnos que tenía delante y se relamió el hocico escamoso. Entonces irguió mucho la cabeza, e inspiró profundamente. Los chicos vieron como en su cuello aparecían dos manchas de un rojo incandescente.

Con un rugido espantoso la sierpe escupió un chorro de llamas en dirección a Ron, Harry y Hermione. Falló, pero por muy poco.

Con el cabello medio chamuscado, Harry se rebanaba los sesos, pensando en alguna manera de salir con vida de aquella maldita fiesta. Se palpó la túnica, con las manos temblando. La sierpe volvió a erguir el cuello. Entonces lo notó, en uno de sus bolsillos. Harry se quedó inmóvil un instante, era un plan descabellado, pero podría funcionar.

Un podo pensar mucho más, porque el animal abrió sus enormes fauces para intentar abrasarlos de nuevo.

Entonces, Harry cogió la pequeña bolsa de cuero de su bolsillo y lo lanzó hacia la boca abierta. El proyectil hizo diana, y cayo directamente en la garganta del monstruo, que gimió sorprendido.

– ¡¡¡A correeeeeeer!!!

Y de repente, mientras Harry, Hermione, Ron, Aina, Galceram y otros alumnos pasaban a escasos metros de la colosal bestia hacia los jardines, la boca de la sierpe se llenó con un estallido de un centenar de flores escarlata; Harry aún no sabía por qué se había llevado las semillas de flor de fuego al baile; quizá para darle una a Ginny... ahora rugía, daba zarpazos al aire y tosía en un vano intento de librarse de aquél objeto extraño que le obstruía la garganta.

Cruzaron los ventanales con los ojos llorosos e irritados por el humo, y siguieron corriendo durante un centenar de metros, adentrándose en los jardines del castillo. Finalmente cayeron rendidos y sin aliento sobre el césped.

Un poco más tranquila, Aina se acercó a Galceram.

– ¿Cómo está Nausica?

– Respira, pero esta herida tiene mal aspecto. – Contestó él con voz sombría.

Entonces, Hermione, que estaba observando la escena, se colocó de rodillas al lado del chico. – ¿Nausica? ¿Es un animago? Increíble...

– Hermione... tú eres muy buena con los hechizos. ¿Puedes hacer algo para ayudarla? – Galceram pasó una mano temblorosa por el suave pelaje de la cabeza y miró a Hermione. En sus ojos había tristeza... y culpa.

La joven prefecta se acercó un poco más y examinó la herida, era profunda, pero sin embargo señaló la pata lastimada con la varita y cerró los ojos, murmurando unas palabras en voz muy baja. Una ténue luz azul creció sobre la herida, y esta pareció curarse ligeramente.

Con la frente perlada por el sudor, Hermione se apartó.

La respiración de Nausica se hizo más profunda, y de repente, abrió de par en par sus ojos verdes, miró a su alrededor y meneó la cola, contenta.

– ¡¡Sica!! ¿¡¡Estás bien!!?– Como única respuesta, Galceram recibió un par de lametones en la nariz. El joven finalmente pasó los brazos alrededor del cuello de la loba. – Nunca, nunca vuelvas a darme un susto así, ¿me oyes?

Nausica negó con la cabeza, y por unos instantes permanecieron en silencio, mirándose.

– * Ahem... * Lamento interrumpir el momento, chicos, pero creo que deberíamos largarnos de aquí en seguida. – Dijo Ron mientras los demás se levantaban.

– ¿Pero qué...? – Masculló Galceram. Se giro hacia la escuela, y vio la sierpe de antes que ya libre de las flores de fuego había decidido dar caza a aquellas presas tan escurridizas.– Oh, vaya. – Él también echó a correr, pero un gemido lastimero lo detuvo en seco y resbaló unos centímetros por el césped humedo; Nausica intentaba seguirles el paso pero cojeaba visiblemente. Sin ni siquiera detenerse para recogerla, Galceram tomó a la loba en brazos y emprendió de nuevo la carrera hacia el bosque, que se recortaba contra el cielo estrellado.

– ¡Por aquí! ¡A los árboles! – Exclamó Harry que iba a la cabeza del grupo. Progresivamente la vegetación se hizo más abundante, y todos empezaron a avanzar a trompicones por entre los matorrales. Por el ruido, la sierpe estaba muy cerca.

– Aargh, no veo una mierda. ¿Nadie puede alumbrar el camino? – Justo después de que Ron pronunciara esta frase, una descomunal llamarada pasó peligrosamente cerca de ellos. Ron optó por mantener la boca cerrada.

– Tenemos que escondernos. No podremos seguir corriendo eternamente. – Exclamó Aina.

– Apoyo... tu... propuesta... – Galceram apenas podía hablar entre jadeo y jadeo.

– Está bien. Busquemos un árbol suficientemente alto como para ponernos a salvo... Este bicho no puede volar, ¿verdad?. – Harry y los demás miraron a su alrededor. Finalmente divisaron un enorme roble; curiosamente el mismo en que estaba sentado Deimos Lawson la noche de la cacería del Kelpie. Aina sintió un escalofrío.

Llegaron hasta la base del tronco. La sierpe no se veía por ninguna parte, pero estaba cerca; la oían respirar y arañar el suelo con las patas. La primera en trepar fue Hermione seguida de Aina, Harry y Ron, y por último Nausica acabó por volver a su forma humana.

– Gracias por no dejarme nunca sola... – Susurró al oído del chico antes de trepar ayudada por los demás.

Galceram se permitió sonreír un momento antes de subir él también.

Todos esperaron con el alma en vilo, y nada, sólo el viento.

– Hum... quizá la hayamos despistado... – Comentó Ron con una sonrisa en el rostro.

– ¡Sssssht! – Lo cortó Hermione. Intentaba captar todos los sonidos a su alrededor; algún roedor correteando entre los arbustos, un búho ululando, y de repente, a sus espaldas, el estallido de un árbol al ser alcanzado por una llamarada.

La sierpe, a unos cien metros de distancia, se acercaba paso a paso, preparando una nueva ráfaga de fuego. Ya estaban todos dispuestos a saltar cuando Nausica, que estaba sentado junto al tronco, dónde había un hueco hecho posiblemente por algún pájaro, exclamó algo. – ¡Eh! Aquí hay una...

Y desapareció sin dejar rastro.

Los demás miraron es espacio vacío con lo ojos desorbitados unos segundos antes de tocar ellos también la lata de refresco vacía y oxidada que reposaba en el hueco del árbol. No sabían dónde les llevaría el traslador, pero siempre sería mejor que donde estaban ahora.

Instantes después, muy lejos de allí, seis cuerpos aparecían de la nada y caían sobre un montón de hojarasca.

– ¡AAAAwwwwwwwwww! Nunca me acostumbraré a este tipo de viajes... – Masculló Aina levantándose. Cuando estuvo en pie, echó una hojeada alrededor, y se llevó la mano a la cabeza. – Mmmmmmmmh... Harry, Ron, Hermione... bienvenidos a nuestro país.

Fin del cap.13 ^___^ No me matéis por dejarlo en este punto. Hasta pronto!!!!!!!

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