2. Criaturas, magia, sueños.
Su cuerpo era monstruoso, horrible, inmenso, henchido de ira y veneno, sanguinolento; e iba armado por entero de escamas soldadas, como si una cota de acero llevara, que nada pudiera atravesar: No podía herirlo el filo de la espada, ni penetrarlo la punta de la lanza. Sus alas eran como dos grandes velas, que hinchadas por el viento, veloces volaban. La cola, retorcida en cientos de repliegues, era inmensa y su largo lomo descansaba. Moteada de escamas de rojo y negro, barría todo lo que a su alrededor se hallara, y terminaba en dos aguijones: mortíferos ambos, y más cortantes que el acero. Sus enormes fauces abiertas, como la espeluznante boca del infierno, cada una con tres hileras de dientes de hierro en los que, goteando aun sangre y vísceras, cadáveres recién devorados se veían.
.................................................................... Una densa niebla rodeaba las altas montañas que se cernían amenazantes, el sol se ocultaba tras las nubes, los pájaros no se dejaban ver demasiado por allí, de vez en cuando un gorgojeo mataba el silencia que parecía ser permanente por aquellos escabrosos paisajes, parecía mentira que el color existiera, todo se tornaban de apagados grises y negros, la lluvia no dejaba lugar seco a los ojos del que lo mirara, allí el tiempo aprecia no existir, por las noches la luna se tornaba amenazante tras los erosionados picos de las montañas. Hacia años, décadas en incluso siglos que los humanos no había pisado ese lugar, que caía en el olvido desde la edad donde las brujas eran quemadas y los curas se peleaban por quien dirigir una abadía, donde las doncellas despojadas caían en el olvido y en la soltería eterna y los caballeros se divertían montando a caballo, frecuentando fatuas batallas y divirtiéndose en enamorar a inocentes campesinas dejándolas un regalo en el vientre que seguramente moriría falto de higiene o deshidratado por la falta diaria de comida. Y así aquel lugar calló para todos en el olvido, y con él aquellos misteriosos habitantes que quitarían el aliento con tal solo verlos, un lugar olvidado para todos, magos y muggles, o por lo menos eso era lo que pensaban los habitantes de aquellas montañas, los enormes y elegantes dragones. Uno de estos abría los ojos, dejando mostrar unos enormes iris grises que parecían arder en fuego dentro de un pequeño trozo de hielo, aquél joven dragón, Colmillo Real, era uno de los más importantes integrantes de aquél monstruoso grupo alado. Asomó lentamente su blanquecino hocico por el agujero de entrada a la cueva, dando paso después a sacar todo su cuerpo, depositó sus garras cuidadosamente sobre aquellas frías rocas que representaban su hogar, por poco tiempo se dijo. Entró de nuevo apresuradamente en la cueva, hoy iba a ser un largo día, pero no quería comenzarle totalmente solo, algo poco frecuente en él, despertó a su querido y poco corriente amigo, un pequeño trasgo llamado Hipper con él que había realizado la mayoría de sus hazañas. Este aun soñoliento se subió a su lomo, el dragón partió sin mirar atrás, volvería? Entonces la niebla se presento aun más densa si cabe, y la enorme silueta del dragón se disimuló hasta quedar prácticamente indescriptible... Mientras tanto una chica volvía en sí:
..........
-Hermione- una voz la llevaba de nuevo a la realidad, ¿donde había estado, que había sido aquél lugar en que la niebla y el olvido mandaban?
-Si que qué pasa....- abrió los ojos y nada más y nada menos que Draco Malfoy la observaba con una notable cara de ..¿preocupación?!! en el rostro...
- Malfoy!!!- vociferó sorprendida Hermione- ¿qué haces tú aquí?
-No te pongas así si, lo llego a saber y no te ayudo ni harto de vino(Malfoy, ayudando a Hermione, uy uy uyyyy :p)- contestó este notablemente molesto
-¿Qué me ha pasado?- preguntó más calmada Hermione, y visiblemente agradecida.
- No lo sé, fui ha... bueno da igual, el caso es que pasaba por un pasillo y te encontré tirada en el suelo, sudorosa, así que te cogí y busqué un compartimiento vacío, te recosté entre los asientos, y hice un hechizo enervate, que no te sirvió más que para que te movieras más y la fiebre te subiera, como vi que no podía hacer nada por el medio mágico, y no es que sepa demasiado del muggle, fui a buscar a alguien pero cuando estaba al salir empezaste ha hacer sonidos muy raros, como si te fueras a despertar, entonces me volví y te hablé. y bueno todo lo demás ya lo sabes- concluyó el rubio.
- Muchas gracias, no hacía falta que te tomaras tantas molestias.. yo .. no se como agradecer...
- No me tienes que agradecer nada, diles a los tontos de tus amiguitos que se preocupen más por ti, que no voy a volver a ayudarte, adiós- y abandonó el vagón cerrando la puerta tras de si con una sospechosa sonrisa en el rostro.
Hermione se levantó aún confundida con los recientes sucesos que le asediaban últimamente, a este paso moriría antes de llegar a Hogwarts, aunque haría lo posible por que eso no pasara, bueno ahora tenía que buscar a Harry, Ron, Erica, y a Marc, tenían más de una conversación pendiente...,
Por fin, ahí estaba su vagón, entró esperando que sus amigos no hubieran abandonado este, y una sonrisa apareció en su rostro, blanco por el desmayo anterior, al comprobar que sus amigo seguían en el compartimiento, y que la llegada de Malfoy había servido un poco para aligerar la tensión que inevitablemente se había formado.
-Hola- saludó tímidamente Herms- no quiero importunaros... -Pasa Herms- dijo inmediatamente Harry, Hermione no sabía donde sentarse, el lado de la ventana lo ocupaba Harry y al lado de este Ron, enfrente de Harry se encontraba Erica, y al lado un asiento libre, Marc se encontraba sentando en el suelo, encima de un baúl, y otras cosas para estar al nivel de los otros, Erica pareció darse cuenta del pequeño problema de Hermione...
-Siéntate aquí.. amiga- le dijo la chica de enormes ojos rojos a la joven. pronunciando tímidamente la última palabra, esta le sonrió y se sentó a su lado, le pareció adecuado posponer el tema para más tarde, y lo que quedaba de trayecto lo pasaron hablando de quidditch, el nuevo título otorgado a Hermione, y luego Hermione mantuvo una conversación individual con Erica, conociéndose mejor, reencontrándose como amigas.
Llegaron a Hosmeade, estaba lloviendo, una lluvia fina y fría, pero raramente agradable al contacto de la piel, llegaron los carruajes, Erica subió junto a Marc y Harry, y Hermione subió con Sam(aquél chico de los sprays :p) y Ron, que parecía llevarse muy bien con el amigo de la joven.
McGonogall esperaba a Sam, Marc y Erica, que la reconocieron a lo lejos por su perfectísimo moño, y su seria cara. Esta les dirigió una fingida sonrisa de bienvenida, diciéndoles que serían los últimos en seleccionar y dándoles la bienvenida a Hogwarts. Junto a ella había otros dos chicos que parecían tener aproximadamente también 15 años, eran una chica con el pelo medio azul medio morado con unos enormes ojos azulones, y un chico algo más alto que ella con el pelo cobrizo y ojos turquesa, que parecían sonreírle en su morena cara. La chica mostraba unas negras ojeras bajo esos enormes ojos azulones, y una cara pálida, pero a pesar de eso, parecía enormemente contenta.
Hermione, Harry y Ron mientras tanto se disponían a coger un buen asiento, parecía que este año la selección de los nuevos alumnos les interesaba bastante. McGonogall colocaba en el centro de la sala un taburete y encima de este un viejo sombrero lleno de parches y remiendos.
Después que los alumnos de primer año fueron seleccionados, los cinco alumnos restantes se disponían a ser repartidos entre las casas. El primero en acercarse al taburete fue Marc..
Que tenemos aquí? Preguntó el Sombrero Seleccionador, muchas cualidades alberga tu cabeza, auque seguro no de un Hufflepuff, ni las equivalentes a un Ravenclaw, parece ser que estás destinado para Gryffindor o para Slytherin, poderosas casas para un poderoso individuo, en Gryffindor podrías conseguir grandes cosas, en cambio en Slytherin todos tus poderes saldrían a la luz, con la gran característica de tu ambición y astucia, en definitiva tu casa es :
SLYTHERIN! Gritó el sombrero, el chico se quedó bastante sorprendido y entre un enorme barullo se dirigió hacia la mesa decorada de verde y plateado, donde un reciente prefecto le daba la bienvenida a aquella casa, y le advertía estar en la mejor de todos, diciéndole que esperaba que no defraudara a su casa. Mientras tanto en la mesa dorada y roja una chica pensaba como su hermano había entrado en Slytherin, bueno sería la excepción que confirma la regla, se dijo, y esperando que Malfoy no le pusiera en su contra dirigió su cálida mirada hacía el sombrero seleccionador donde en ese instante se encontraba sentada Erica, que sonreía bajo el sombrero.
Vaya, ¿qué tenemos aquí? Una linda damisela, con unos dotes impresionantes he de añadir, no veía tales dotes desde que una chica, creo que se llamaba Hermione se sentaba donde tu estás ahora, al igual que aquella chica tu demuestras un enorme valor e inteligencia, eres honrada y aunque tienes un pequeño toque Slytherin, que era más notable en Granger, te mandaré a:
GRYFFINDOR! Gritaba el sombrero, la mesa estallaba en aplausos y entre vítores una sonriente Erica se sentaba junto a Hermione, la cual le dio un cariñoso abrazo, las amigas juntas de nuevo pensaba la chica de enromes ojos rojos, mientras una frase se le repetía una y otra y otra vez en la cabeza, tienes un pequeño toque Slytherin, aunque era más notable en Granger, no serían las suposiciones de Marc ciertas? Bueno entre todos tendrían tiempo de averiguarlo, cuándo el sombrero anunció una nueva Gryffindor, aquella chica de enormes ojos azulones remarcados con oscuras ojeras.
Sam quedó en Ravenclaw, y el otro chico en Slytherin, donde no fue tan aplaudido por sus compañeros como el chico de ojos amarillos con pintas moradas, Marc
Ya llevaban un rato cenando, cuando Hermione se dio cuenta que la chica de los enormes ojos azulones no había probado bocado:
-Hola, soy Hermione Granger, prefecta de Gryffindor y una de tus compañeras de habitación- se presentó educadamente Herms
-Hola encantada, yo soy Nika- contestó sonriente la chica
-He observado que no has probado bocado, ¿te encuentras mal?- preguntó Hermione como una made preguntando a su hijo
-No- contestó divertida la otra- solo que es que yo no suelo cenar muy a menudo, simple costumbres
-Ah, perdona si te molesté- añadió Hermione
-Que va, menos mal que me hablaste, tanto barullo me desconcentra.
-Bueno, estoy aquí para lo que necesites- se ofreció la nueva prefecta de Gryffindor
-Vale, ...- y entonces las dos chicas se tornaron en una conversación variada de distintos temas, a la que se unió en unos minutos Erica, resultó que Nika era de descendencia de magos, aunque no del todo, como nos logró explicar, su madre no era mago, pero tampoco dejaba de serlo, y con tal descripción la cena dio por terminada. Las chicas subieron a su habitación donde el equipaje les esperaba al lado de sus camas, Lavender y Parvati decidieron dormir, mientras que las otras tres chicas a las que habían puesto todas muy cerca se pusieron a desempacar sus cosas, acostándose con todo hecho, y preparándose para el ajetreado día que les esperaba mañana ............................................................................ ..................................................................
En una oscura habitación, maloliente un incansable llanto se escuchaba, una rata comía lo que algún día había parecido ser queso, y en una esquina uno de los cerdos se daba golpes contra la pared mientras que una gallina ponía un huevo, en la otra esquina una cama de madera con un colchón falto de plumas eran testigos de el sufrimiento de una pequeña muchacha que no debía aparentar más de trece años, aunque ya los quince pasaban amenazadoramente.
No tendría tiempo de comunicarse con ellos, y aún no sabía como escapar de las llamas, no quería morir, no aun, no quería morir antes que él, y esperarle en la eternidad durante años y años, no, no, se negaba a ello, tendría que escaparse y buscar una solución coherente, pero entonces, algún día podría volver? De sus enormes ojos castaños afloraban lágrimas, pero, lágrimas, ¿de sangre?
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Hermione despertaba, miró el despertador mágico que se encontraba en su mesilla, y vio que aún era pronto, había tenido un sueño muy raro, decidió que aun era pronto para bajar a desayunar, tomaría un buen baño, se dijo y con tal pensamiento se metió en el aseo, y dejó el agua recorrer su cuerpo bien formado, cada gota que recorría su cuerpo le hacían pensar en alguien, en un rubio, pero como tales sentimientos podían dirigirse a él, salió del baño, y se miró al enorme espejo, su reflejo le sorprendió dejando entrever que era mas bella de lo que pensaba, y entonces se paró en sus enormes ojos, forzó la vista, cuando un enorme grito producido por ella misma resonó en toda la torre de Gryffindor, en un instante sus ojos se habían vuelto llorosos y por ellos cían lágrimas de sangre, aquella visión había producido el grito, aquella visión la había hecho volverse, se volvió a mirar al espejo, allí estaba ella misma, sin sangre, sin lágrimas, respiró aliviada sin prestar atención a las preguntas que se escuchaban al otro lado de la puerta, salió con la respiración agitada y se sentó en su cama.
Parvati y Lavender le decían que se fuera a gritar a otra parte, mientras que Erica y Nika la observaban con notable preocupación, esta última se acercó y le dijo que qué la había pasado, diciéndola que se tranquilizara, que ya había pasado todo, mientras Erica la abrazaba cariñosamente meciéndola como a una niña mientras que le acariciaba la cara y observaba sus desorbitados ojos, pensaba que la leyenda se estaba cumpliendo.
Cuando Hermione se tranquilizó bajaron a desayunar, a pesar de todo era temprano y las mesas de las casas se encontraban prácticamente vacías, exceptuando a un rubio que se encontraba acompañado de un chico con ojos amarillos con pintas morenas.
Cuando se quisieron dar cuenta se vieron rodeadas de la mayoría de los alumnos, cuando Dumblendore se dispuso a dar un comunicado: -Estimados alumnos me da mucho gusto anunciarles que este año tendremos para nuestra alegría, a una de las mejores profesoras de DCAO del momento, la señorita Laura Croff. Y cuando dijo esto una chica de estatura normal pero tirando a pequeña con un cuerpazo abrió la puerta. Para asombro de todos no llevaba ni túnica ni capa, si no unos pantalones anchos y una camiseta sin mangas que la llegaba por encima del ombligo, aunque su cara mostraba seriedad el resto del cuerpo la convertía notablemente en la profesora más joven y más rara que tenían. Hermione repartió los horarios, y después miró el suyo, a primera hora tenían... Defensa contra las artes oscuras.
Se dirigieron con paso ligero hacia la clase, estaban ansiosos de empezar a dar clase con aquella peculiar profesora.
Entraron y se sentaron en primera fila, colocados de izquierda a derecha así: Nika, Ron, Harry, Hermione y Erica. Poco a poco los alumnos fueron entrando con la curiosidad marcada en la cara, cuando ya estaban prácticamente sentados a excepción de Seamos, que parloteaba alegremente frente a Parvati.
- Buenos días alumnos- saludó con voz grave la profesora- no hace falta que me presente, pues el director muy amablemente se ha encargado ya de eso, ahora os nombraré y levantáis la mano cuando pronuncie vuestros respectivos nombres.
Y así nombre por nombre pronuncio a todos los presentes deteniéndose misteriosamente al llegar al nombre de Hermione y de Erica.
- Hoy daremos la marca tenebrosa, para iros introduciendo en lo que es Voldemort y sus seguidores
Toda la clase se quedó sin aliento al oír a la pequeña profesora pronunciar su nombre, todos excepto Harry, Hermione( por raro que parezca) y Erica que solo entristeció la mirada, lo que produjo una clara decepción para Croff.(la profesora)
-Bueno empezaremos por describir a esta, como todos sabéis, se trata de una calavera de tamaño colosal , compuesta de lo que parecían de lo que parecen estrellas de color esmeralda y con una lengua en forma de serpiente que le sale por la boca. El símbolo también aparece en el brazo de los seguidores de Voldemort, haciéndose más visible cuánto más fuerza adquiere Voldemort y cuanto más cerca está.
La marca tenebrosa es la versión de Voldemort de la marca del diablo, una noción de la Edad Media. Pero no vamos a introducirnos en los orígenes de tales marcas, como unos cuantos de esta clase sabéis,- dijo mirando inquisidoramente a Harry, Hermione y Erica, la cuál pegó un salto en la silla.- el hechizo para que aparezca la marca tenebrosa es Morsmordre, que significa muerde la muerte en francés, la marca es perfectamente reconocible, y lo usan como signo de haber cometido alguna atrocidad con muggles o magos hijos de muggles, o incluso amigos de muggles, aunque se que esto no os va a servir de nada, por lo menos valdrá para que sepáis algo de los métodos de Voldemort, y ahora hablaremos algo de este, que es Voldemort?
El señor tenebroso, el que no debe ser nombrado, quieres ser dueño del mundo, aunque es una fuerza abstracta, menos de carne y hueso que una energía sobrenatural, ahora mismo esta recuperando poderes, pero se debilitó notablemente gracias a Harry, es una degradación de mago, envidioso lucha contra lo que tiene y odia. Él, un hijo de bruja y muggle, repudiado, conviviendo n el orfanato con muggles, va contra ellos, les ha tomado tal odio que no hace más que matarlos sin darse cuenta de que ha perdido su vida, y su personalidad.
Luego les estuvo enseñando algunos hechizos de contraataque, hasta que llegó la hora y les despidió sin deberes, y dejándoles con una sensación de sabiduría estable en el estómago, como si saber a lo que se enfrentaban ayudaba algo, y si que ayudaba.
Después de unas cuantas clases en las que Hermione participo incluso más de lo normal, probando que aunque sus gustos y su aspecto hubiera cambiado sus estudios se mantendrían igual o mejor si cabe.
Por los oscuros pasillos una chica se dirigía con paso rápido hacia el despacho del director. Por otro pasillo incluso más oscuro otro chico iba al mismo destino.
Su respiración era agitada, había salido tarde de la última clase, para encontrarse con McGonogall que le dijo que Dumblendore quería hablar con ella, que la esperaba en su despacho, y allí se encontraba frente la estatua de la gárgola .Se apoyo en esta para descansar un poco, un segundo más o menos no tendría importancia para Dumblendore, en cambio la permitía descansar.
Cuando se disponía a decir al contraseña oyó unos pasos acelerados que se dirigían hacia donde ella estaba. Miró hacia atrás para encontrarse con la exquisita mirada de Malfoy.
-Hola Granger, tu por aquí, entonces no he de preocuparme, ya veo que el asunto carece de importancia.
-Hola Malfoy- contesto como más fríamente pudo y pronunció la contraseña, la gárgola se abrió al igual que la vez anterior y los dos chicos pasaron trayendo con ellos un silencio incómodo.
- Buenas noche- saludó el poderoso mago- se preguntarán para que han venido aquí, bueno tenemos que hablar de sus obligaciones como prefectos y de lo que ello implica, bien creo que les hemos explicado todo excepto la parte de sus dormitorios- agregó misteriosamente el anciano.
-La parte de los dormitorios?...- preguntó inquisitivamente Draco
-Si Draco, las partes de los dormitorios. Bueno como prefectos deben dormir cada uno en su torre- arrancando un suspiro de parte de ambos- pero como prefectos tiene derecho a unas habitaciones con sala común especial y un baño, ambas cosas que tiene que ser compartidas por los dos, aunque las habitaciones como es lógico están separadas, y dentro de las habitaciones de cada uno, hay un cuadro que lleva a un pasillo que les permitirá llegar a sus salas comunes y a la torre de sus respectivas casas, ahora ustedes viene conmigo, les enseño el lugar y ya está, si tiene alguna pregunta.. háganla- Dumblendore soltó todo esto de corrido sin borrar esa sonrisa de satisfacción de su rostro a pesar de las caras que se iban desfigurando poco a poco conforme el hablaba.
Los chicos aun atónitos por todo lo que les había comunicada el director, siguieron a este hasta una estatua que mostraba con ciervo con lo que parecía ser una doxy encima.
Dumblendore pronunció la contraseña: Draco Dormiens arrancando una sonrisa por parte del Malfoy y una mueca de fastidio por parte de la joven.
Al entrar se encontrarin con un iluminado pasillo, que al pasar de largo mostraba una amplia sala, con dos escritorios, unas cuanats librerias repletas de libros de toda clase, incluso algunos que parecían haber estado anteriormente en la zona prohibida de la biblioteca, había también una enorme chimenea y enfrente de esta un enorme sillón, una considerable ventana que llegaba hasta el techo mostraba un balcón donde apoyado contra el suelo se encontraba un telescopio de considerable tamaño.
Una puerta con tiradores góticos daba paso a una escalera, donde a un lado se encontraba una puerta que ponía Hermione Granger, y al otro una que ponía como es lógico Draco Malfoy, entraron y pudieron ver como muchas de sus cosas se encontraban ordenadas por la habitación. Era en definitiva un lugar precioso.
Salieron, y Dumblendore les dejó solos en su nueva sala común, Draco como no sabia que decir se fue dejando a una Hermione Granger confundida y misteriosamente feliz a la vez.
La chica salió con paso ligero hacia el gran comedor, que ahora se encontraba considerablemente más cerca., por el camino percibió aquel olor familiar. El mismo que detectó en el metro aquella mañana, el de su hermano, se escondió no quería cruzarse con el, quería verle y luego llegarle por detrás para que no pudiera darle ninguna excusa, cuando se acerca a donde se encontraba ella escuchó algo que la dejó paralizada. Su hermano tarareaba incansable aquella melodía de su sueño, aquella melodía que en su sueño bailaba con él, por que ¿había sido un sueño?
Su hermano entro en el gran comedor sin sufrir ningún percance, Hermione seguía en su escondite, parada, quiete, paralizada por lo que acaba de escuchar, aquella melodía....
Después de que pasó a lo sumo un cuarto de hora, que para Hermione había parecido siglos, la chica volvió a el mundo, salió y entro al Gran comedor, se sentó en la mesa de Gryffindor, no sin antes echar un sospechoso vistazo hacia la mesa de las serpientes.
-Hola Herms- saludó Erica, se preguntaba donde había estado la Gryffindor , y eso hizo- Donde has estado, te he echado de menos...
-Pues te acuerdas que McGonogall me dijo que fuera a habalr con Dumblendore bueno fui y- le contó todo lo que había ocurrido, haciendo a la otra notar un brillo especial en las partes que mencionaba a Draco, cuando Hermione acabó su relato, Erica le dijo algo que la dejo conmocionada, le dio a entender que si le gustaba Draco, a lo que Hermione respondió con una negación bastante titubeante y un tono notablemente rojo, lo que arrancó unas irremediables carcajadas por parte de la chica de ojos rojos.
- Hola - saludó Nika, sus ojeras habian aumentado se sentó y converso algo con las chicas, sin evitar que Hermione se fijara en la predilección por los alimentos rojos.
Hermione salió acompañada con Erica, la cual se desprendio de su destino introduciéndose en la biblioteca, Hermione siguió andando sin saber lo que buscaba, sin rumbo fijo, se cruzó con Sam, que la saludó, y con Marc que le saludó sonriéndola, parecía que todo iba a ser mucho más fácil de lo que imaginaba, sacó un libro de sus enormes bolsillos, y mientras que lo hacía se trpezó con algo y cayó estrepitosamente al suelo, dándose un fuerte golpe en la cabeza, cuándo abrió los ojos se encontró debajo de un chico que no resulto ser otro que Malfoy , Draco hasta en la sopa pensó, y luego le miró a los ojos, este iba a decirla algo aunque paró al notar la intensa mirada de Hermione sobre sus ojos, decidió mirarla, mirar a esos enormes ojos castaños, que le ofrecían la calidez que nunca había obtenido de nadie, por la cabeza de ella mientras tanto atravesaban un millón de sensaciones, él la miraba, con esos tan fríos, que parecían cristal pero que la derretían como si de fuego se trataba, la miraba ardientemente, sus rostros se empezaron a acercar lentamente, poco a poco, sus labios se rozaron produciendo un leve calambre, el fuego y el hielo se juntaban, sus cuerpos se atraían, eran polos opuestos, pero, quién sabe, tal vez tuvieran algo en común, sus miradas encajaban a la perfección, sus labios igual, sus lenguas se comenzaron a entrelazar como si de fuego se tratara, también encajaban, eran como un puzzle, ambos se necesitaban uno al otro para estar completos. Se separaron lentamente, él se levanto, le dirigió una preciosa mirada, mientras que ella se quedó en el suelo, pasando su lengua por sus labios, sorprendida por lo que acaba de pasar, y asustada por todo lo que eso pudiera acarrear.
Él se alejó, no sabía como había podido pasar eso, pero tampoco le importaba, solo sabía que había pasado lo que él deseaba que pasara, y esperaba que ella también lo esperaba. No había sido su primero beso, y sin duda no el más apasionado, pero el mejor, se había sentido entero, feliz, contento, como en una nube, él nunca se había sentido así, le daban ganas de darse la vuelta y hablar, aunque sabía que ya habría tiempo de eso, lo que no había duda es que algo había cambiado entre ellos, y era ese algo lo que le mantenía el corazón en vilo, bueno, compartían una misma sala común, podrían hablar, pronto, incluso más pronto de lo que él pensaba.
Ahora un miedo se apoderaba incesantemente del muchacho, si su padre se enterara de este suceso, si se enterara que era una sangre sucia lo que hervía sus venas, porque, ¿ era una sangre sucia? las dudas aun albergaban en su mente, y no solo en su mente, si no en la de tres chicos más, aunque todos en su interior sabían la respuesta, que luchaba por ser conocida.
Mientras tanto Hermione andaba lentamente hacia su sala común, tenía que hablar con Erica, era sorprendente la confianza uqe tenia en aquella chcia, que apenas conocía hace un par de días, abrió la puerta de su habitación, donde la chica la esperaba sonriente:
- ¿Qué te ha hecho Draco?- preguntó misteriosa, Hermione se lo contó, sintiéndose mucho más a gusto después de esto, a continuación las dos amigas se pusieron a escuchar a Ari, una cantante de hip hop española.
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rimas frescas para que aprendan las princesas niñas bonitas vestidas de fiesta va que apestan huelen molestan quita mosquita, entra en acción el miembro principal de la función con un focón encendido a dar calor Ari ha venido, ya te digo hoy soñaras conmigo en la de te has quedado con uno de estos frisos no hace falta que me baje los pantalones y enseñarte lo que hay que hay que tener para coger este micrófono monótono de vida y darle vida
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Estuvieron escuchando música hasta altas horas de la noche, aunque Hermione nada más que hacía pensar en lo sucedido con Draco, le había tenido tan cerca, le había besado, aun no se le quitaba la sensación en la boca, esos calambres que le habían atravesado el cuerpo, había sido tan intenso, tan raro...
Decidieron irse a dormir, a Hermione le pesaban los ojos y empezaba a sentirse bastante mareada. Sus enormes ojos castaños parecían rogar poderse cerrar, y su cuerpo normalmente ligero como una pluma pesaba como nada, y quería descansar en la cama.
Mientras que Hermione se tumbaba ágilmente en la cama, la otra chica se quitaba la capa, dejando ver su prefecta figura y el precioso tatuaje de la calavera en el hombro, una calavera que te miraba de frente, como si quisiera saber todo de ti, o simplemente lo supiera, que se encontraba rodeada por fuego en forma de fénix.
La chica de ojos rojos pensaba con su cabeza apoyada en el respaldo de la cama, era la única que conocía la leyenda, la única por ahora. Los otros lo tendrían que averiguar, igual que lo hizo ella un año atrás, pero debía ser rápido, el tiempo corría. Y por ahora todo encajaba.
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Todo lo que la rodeaba permanecía en oscuridad, como si de una invidente se tratara, fue andando apoyándose en las paredes de roca fría, cuando se pie hizo contacto con algo, se agacho para ver que era aquello, cual fue su sorpresa al ver que tres animales se encontraban juntasen aquel lugar, o era un solo, su cabeza era suave y peluda, con un hocico exacto al de un león, su cuerpo similar a de una cabra y una cola de dragón, con escamas platadas y verdes, era la quimera
-.-.-.-.-.-.-.-.-. Nota de autora: -.-.-.-.-.-. Bueno muchas gracias a la chica que m ha dejado el review, en cuanto al pelo, no creo que le crezca, pero siempre puede haber un hechizo que se le alargue para ocasiones especiales, bueno n he resistido a no poner algo de Ari, un saludo
Andrea Espero subir el próximo capitulo pronto
Su cuerpo era monstruoso, horrible, inmenso, henchido de ira y veneno, sanguinolento; e iba armado por entero de escamas soldadas, como si una cota de acero llevara, que nada pudiera atravesar: No podía herirlo el filo de la espada, ni penetrarlo la punta de la lanza. Sus alas eran como dos grandes velas, que hinchadas por el viento, veloces volaban. La cola, retorcida en cientos de repliegues, era inmensa y su largo lomo descansaba. Moteada de escamas de rojo y negro, barría todo lo que a su alrededor se hallara, y terminaba en dos aguijones: mortíferos ambos, y más cortantes que el acero. Sus enormes fauces abiertas, como la espeluznante boca del infierno, cada una con tres hileras de dientes de hierro en los que, goteando aun sangre y vísceras, cadáveres recién devorados se veían.
.................................................................... Una densa niebla rodeaba las altas montañas que se cernían amenazantes, el sol se ocultaba tras las nubes, los pájaros no se dejaban ver demasiado por allí, de vez en cuando un gorgojeo mataba el silencia que parecía ser permanente por aquellos escabrosos paisajes, parecía mentira que el color existiera, todo se tornaban de apagados grises y negros, la lluvia no dejaba lugar seco a los ojos del que lo mirara, allí el tiempo aprecia no existir, por las noches la luna se tornaba amenazante tras los erosionados picos de las montañas. Hacia años, décadas en incluso siglos que los humanos no había pisado ese lugar, que caía en el olvido desde la edad donde las brujas eran quemadas y los curas se peleaban por quien dirigir una abadía, donde las doncellas despojadas caían en el olvido y en la soltería eterna y los caballeros se divertían montando a caballo, frecuentando fatuas batallas y divirtiéndose en enamorar a inocentes campesinas dejándolas un regalo en el vientre que seguramente moriría falto de higiene o deshidratado por la falta diaria de comida. Y así aquel lugar calló para todos en el olvido, y con él aquellos misteriosos habitantes que quitarían el aliento con tal solo verlos, un lugar olvidado para todos, magos y muggles, o por lo menos eso era lo que pensaban los habitantes de aquellas montañas, los enormes y elegantes dragones. Uno de estos abría los ojos, dejando mostrar unos enormes iris grises que parecían arder en fuego dentro de un pequeño trozo de hielo, aquél joven dragón, Colmillo Real, era uno de los más importantes integrantes de aquél monstruoso grupo alado. Asomó lentamente su blanquecino hocico por el agujero de entrada a la cueva, dando paso después a sacar todo su cuerpo, depositó sus garras cuidadosamente sobre aquellas frías rocas que representaban su hogar, por poco tiempo se dijo. Entró de nuevo apresuradamente en la cueva, hoy iba a ser un largo día, pero no quería comenzarle totalmente solo, algo poco frecuente en él, despertó a su querido y poco corriente amigo, un pequeño trasgo llamado Hipper con él que había realizado la mayoría de sus hazañas. Este aun soñoliento se subió a su lomo, el dragón partió sin mirar atrás, volvería? Entonces la niebla se presento aun más densa si cabe, y la enorme silueta del dragón se disimuló hasta quedar prácticamente indescriptible... Mientras tanto una chica volvía en sí:
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-Hermione- una voz la llevaba de nuevo a la realidad, ¿donde había estado, que había sido aquél lugar en que la niebla y el olvido mandaban?
-Si que qué pasa....- abrió los ojos y nada más y nada menos que Draco Malfoy la observaba con una notable cara de ..¿preocupación?!! en el rostro...
- Malfoy!!!- vociferó sorprendida Hermione- ¿qué haces tú aquí?
-No te pongas así si, lo llego a saber y no te ayudo ni harto de vino(Malfoy, ayudando a Hermione, uy uy uyyyy :p)- contestó este notablemente molesto
-¿Qué me ha pasado?- preguntó más calmada Hermione, y visiblemente agradecida.
- No lo sé, fui ha... bueno da igual, el caso es que pasaba por un pasillo y te encontré tirada en el suelo, sudorosa, así que te cogí y busqué un compartimiento vacío, te recosté entre los asientos, y hice un hechizo enervate, que no te sirvió más que para que te movieras más y la fiebre te subiera, como vi que no podía hacer nada por el medio mágico, y no es que sepa demasiado del muggle, fui a buscar a alguien pero cuando estaba al salir empezaste ha hacer sonidos muy raros, como si te fueras a despertar, entonces me volví y te hablé. y bueno todo lo demás ya lo sabes- concluyó el rubio.
- Muchas gracias, no hacía falta que te tomaras tantas molestias.. yo .. no se como agradecer...
- No me tienes que agradecer nada, diles a los tontos de tus amiguitos que se preocupen más por ti, que no voy a volver a ayudarte, adiós- y abandonó el vagón cerrando la puerta tras de si con una sospechosa sonrisa en el rostro.
Hermione se levantó aún confundida con los recientes sucesos que le asediaban últimamente, a este paso moriría antes de llegar a Hogwarts, aunque haría lo posible por que eso no pasara, bueno ahora tenía que buscar a Harry, Ron, Erica, y a Marc, tenían más de una conversación pendiente...,
Por fin, ahí estaba su vagón, entró esperando que sus amigos no hubieran abandonado este, y una sonrisa apareció en su rostro, blanco por el desmayo anterior, al comprobar que sus amigo seguían en el compartimiento, y que la llegada de Malfoy había servido un poco para aligerar la tensión que inevitablemente se había formado.
-Hola- saludó tímidamente Herms- no quiero importunaros... -Pasa Herms- dijo inmediatamente Harry, Hermione no sabía donde sentarse, el lado de la ventana lo ocupaba Harry y al lado de este Ron, enfrente de Harry se encontraba Erica, y al lado un asiento libre, Marc se encontraba sentando en el suelo, encima de un baúl, y otras cosas para estar al nivel de los otros, Erica pareció darse cuenta del pequeño problema de Hermione...
-Siéntate aquí.. amiga- le dijo la chica de enormes ojos rojos a la joven. pronunciando tímidamente la última palabra, esta le sonrió y se sentó a su lado, le pareció adecuado posponer el tema para más tarde, y lo que quedaba de trayecto lo pasaron hablando de quidditch, el nuevo título otorgado a Hermione, y luego Hermione mantuvo una conversación individual con Erica, conociéndose mejor, reencontrándose como amigas.
Llegaron a Hosmeade, estaba lloviendo, una lluvia fina y fría, pero raramente agradable al contacto de la piel, llegaron los carruajes, Erica subió junto a Marc y Harry, y Hermione subió con Sam(aquél chico de los sprays :p) y Ron, que parecía llevarse muy bien con el amigo de la joven.
McGonogall esperaba a Sam, Marc y Erica, que la reconocieron a lo lejos por su perfectísimo moño, y su seria cara. Esta les dirigió una fingida sonrisa de bienvenida, diciéndoles que serían los últimos en seleccionar y dándoles la bienvenida a Hogwarts. Junto a ella había otros dos chicos que parecían tener aproximadamente también 15 años, eran una chica con el pelo medio azul medio morado con unos enormes ojos azulones, y un chico algo más alto que ella con el pelo cobrizo y ojos turquesa, que parecían sonreírle en su morena cara. La chica mostraba unas negras ojeras bajo esos enormes ojos azulones, y una cara pálida, pero a pesar de eso, parecía enormemente contenta.
Hermione, Harry y Ron mientras tanto se disponían a coger un buen asiento, parecía que este año la selección de los nuevos alumnos les interesaba bastante. McGonogall colocaba en el centro de la sala un taburete y encima de este un viejo sombrero lleno de parches y remiendos.
Después que los alumnos de primer año fueron seleccionados, los cinco alumnos restantes se disponían a ser repartidos entre las casas. El primero en acercarse al taburete fue Marc..
Que tenemos aquí? Preguntó el Sombrero Seleccionador, muchas cualidades alberga tu cabeza, auque seguro no de un Hufflepuff, ni las equivalentes a un Ravenclaw, parece ser que estás destinado para Gryffindor o para Slytherin, poderosas casas para un poderoso individuo, en Gryffindor podrías conseguir grandes cosas, en cambio en Slytherin todos tus poderes saldrían a la luz, con la gran característica de tu ambición y astucia, en definitiva tu casa es :
SLYTHERIN! Gritó el sombrero, el chico se quedó bastante sorprendido y entre un enorme barullo se dirigió hacia la mesa decorada de verde y plateado, donde un reciente prefecto le daba la bienvenida a aquella casa, y le advertía estar en la mejor de todos, diciéndole que esperaba que no defraudara a su casa. Mientras tanto en la mesa dorada y roja una chica pensaba como su hermano había entrado en Slytherin, bueno sería la excepción que confirma la regla, se dijo, y esperando que Malfoy no le pusiera en su contra dirigió su cálida mirada hacía el sombrero seleccionador donde en ese instante se encontraba sentada Erica, que sonreía bajo el sombrero.
Vaya, ¿qué tenemos aquí? Una linda damisela, con unos dotes impresionantes he de añadir, no veía tales dotes desde que una chica, creo que se llamaba Hermione se sentaba donde tu estás ahora, al igual que aquella chica tu demuestras un enorme valor e inteligencia, eres honrada y aunque tienes un pequeño toque Slytherin, que era más notable en Granger, te mandaré a:
GRYFFINDOR! Gritaba el sombrero, la mesa estallaba en aplausos y entre vítores una sonriente Erica se sentaba junto a Hermione, la cual le dio un cariñoso abrazo, las amigas juntas de nuevo pensaba la chica de enromes ojos rojos, mientras una frase se le repetía una y otra y otra vez en la cabeza, tienes un pequeño toque Slytherin, aunque era más notable en Granger, no serían las suposiciones de Marc ciertas? Bueno entre todos tendrían tiempo de averiguarlo, cuándo el sombrero anunció una nueva Gryffindor, aquella chica de enormes ojos azulones remarcados con oscuras ojeras.
Sam quedó en Ravenclaw, y el otro chico en Slytherin, donde no fue tan aplaudido por sus compañeros como el chico de ojos amarillos con pintas moradas, Marc
Ya llevaban un rato cenando, cuando Hermione se dio cuenta que la chica de los enormes ojos azulones no había probado bocado:
-Hola, soy Hermione Granger, prefecta de Gryffindor y una de tus compañeras de habitación- se presentó educadamente Herms
-Hola encantada, yo soy Nika- contestó sonriente la chica
-He observado que no has probado bocado, ¿te encuentras mal?- preguntó Hermione como una made preguntando a su hijo
-No- contestó divertida la otra- solo que es que yo no suelo cenar muy a menudo, simple costumbres
-Ah, perdona si te molesté- añadió Hermione
-Que va, menos mal que me hablaste, tanto barullo me desconcentra.
-Bueno, estoy aquí para lo que necesites- se ofreció la nueva prefecta de Gryffindor
-Vale, ...- y entonces las dos chicas se tornaron en una conversación variada de distintos temas, a la que se unió en unos minutos Erica, resultó que Nika era de descendencia de magos, aunque no del todo, como nos logró explicar, su madre no era mago, pero tampoco dejaba de serlo, y con tal descripción la cena dio por terminada. Las chicas subieron a su habitación donde el equipaje les esperaba al lado de sus camas, Lavender y Parvati decidieron dormir, mientras que las otras tres chicas a las que habían puesto todas muy cerca se pusieron a desempacar sus cosas, acostándose con todo hecho, y preparándose para el ajetreado día que les esperaba mañana ............................................................................ ..................................................................
En una oscura habitación, maloliente un incansable llanto se escuchaba, una rata comía lo que algún día había parecido ser queso, y en una esquina uno de los cerdos se daba golpes contra la pared mientras que una gallina ponía un huevo, en la otra esquina una cama de madera con un colchón falto de plumas eran testigos de el sufrimiento de una pequeña muchacha que no debía aparentar más de trece años, aunque ya los quince pasaban amenazadoramente.
No tendría tiempo de comunicarse con ellos, y aún no sabía como escapar de las llamas, no quería morir, no aun, no quería morir antes que él, y esperarle en la eternidad durante años y años, no, no, se negaba a ello, tendría que escaparse y buscar una solución coherente, pero entonces, algún día podría volver? De sus enormes ojos castaños afloraban lágrimas, pero, lágrimas, ¿de sangre?
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Hermione despertaba, miró el despertador mágico que se encontraba en su mesilla, y vio que aún era pronto, había tenido un sueño muy raro, decidió que aun era pronto para bajar a desayunar, tomaría un buen baño, se dijo y con tal pensamiento se metió en el aseo, y dejó el agua recorrer su cuerpo bien formado, cada gota que recorría su cuerpo le hacían pensar en alguien, en un rubio, pero como tales sentimientos podían dirigirse a él, salió del baño, y se miró al enorme espejo, su reflejo le sorprendió dejando entrever que era mas bella de lo que pensaba, y entonces se paró en sus enormes ojos, forzó la vista, cuando un enorme grito producido por ella misma resonó en toda la torre de Gryffindor, en un instante sus ojos se habían vuelto llorosos y por ellos cían lágrimas de sangre, aquella visión había producido el grito, aquella visión la había hecho volverse, se volvió a mirar al espejo, allí estaba ella misma, sin sangre, sin lágrimas, respiró aliviada sin prestar atención a las preguntas que se escuchaban al otro lado de la puerta, salió con la respiración agitada y se sentó en su cama.
Parvati y Lavender le decían que se fuera a gritar a otra parte, mientras que Erica y Nika la observaban con notable preocupación, esta última se acercó y le dijo que qué la había pasado, diciéndola que se tranquilizara, que ya había pasado todo, mientras Erica la abrazaba cariñosamente meciéndola como a una niña mientras que le acariciaba la cara y observaba sus desorbitados ojos, pensaba que la leyenda se estaba cumpliendo.
Cuando Hermione se tranquilizó bajaron a desayunar, a pesar de todo era temprano y las mesas de las casas se encontraban prácticamente vacías, exceptuando a un rubio que se encontraba acompañado de un chico con ojos amarillos con pintas morenas.
Cuando se quisieron dar cuenta se vieron rodeadas de la mayoría de los alumnos, cuando Dumblendore se dispuso a dar un comunicado: -Estimados alumnos me da mucho gusto anunciarles que este año tendremos para nuestra alegría, a una de las mejores profesoras de DCAO del momento, la señorita Laura Croff. Y cuando dijo esto una chica de estatura normal pero tirando a pequeña con un cuerpazo abrió la puerta. Para asombro de todos no llevaba ni túnica ni capa, si no unos pantalones anchos y una camiseta sin mangas que la llegaba por encima del ombligo, aunque su cara mostraba seriedad el resto del cuerpo la convertía notablemente en la profesora más joven y más rara que tenían. Hermione repartió los horarios, y después miró el suyo, a primera hora tenían... Defensa contra las artes oscuras.
Se dirigieron con paso ligero hacia la clase, estaban ansiosos de empezar a dar clase con aquella peculiar profesora.
Entraron y se sentaron en primera fila, colocados de izquierda a derecha así: Nika, Ron, Harry, Hermione y Erica. Poco a poco los alumnos fueron entrando con la curiosidad marcada en la cara, cuando ya estaban prácticamente sentados a excepción de Seamos, que parloteaba alegremente frente a Parvati.
- Buenos días alumnos- saludó con voz grave la profesora- no hace falta que me presente, pues el director muy amablemente se ha encargado ya de eso, ahora os nombraré y levantáis la mano cuando pronuncie vuestros respectivos nombres.
Y así nombre por nombre pronuncio a todos los presentes deteniéndose misteriosamente al llegar al nombre de Hermione y de Erica.
- Hoy daremos la marca tenebrosa, para iros introduciendo en lo que es Voldemort y sus seguidores
Toda la clase se quedó sin aliento al oír a la pequeña profesora pronunciar su nombre, todos excepto Harry, Hermione( por raro que parezca) y Erica que solo entristeció la mirada, lo que produjo una clara decepción para Croff.(la profesora)
-Bueno empezaremos por describir a esta, como todos sabéis, se trata de una calavera de tamaño colosal , compuesta de lo que parecían de lo que parecen estrellas de color esmeralda y con una lengua en forma de serpiente que le sale por la boca. El símbolo también aparece en el brazo de los seguidores de Voldemort, haciéndose más visible cuánto más fuerza adquiere Voldemort y cuanto más cerca está.
La marca tenebrosa es la versión de Voldemort de la marca del diablo, una noción de la Edad Media. Pero no vamos a introducirnos en los orígenes de tales marcas, como unos cuantos de esta clase sabéis,- dijo mirando inquisidoramente a Harry, Hermione y Erica, la cuál pegó un salto en la silla.- el hechizo para que aparezca la marca tenebrosa es Morsmordre, que significa muerde la muerte en francés, la marca es perfectamente reconocible, y lo usan como signo de haber cometido alguna atrocidad con muggles o magos hijos de muggles, o incluso amigos de muggles, aunque se que esto no os va a servir de nada, por lo menos valdrá para que sepáis algo de los métodos de Voldemort, y ahora hablaremos algo de este, que es Voldemort?
El señor tenebroso, el que no debe ser nombrado, quieres ser dueño del mundo, aunque es una fuerza abstracta, menos de carne y hueso que una energía sobrenatural, ahora mismo esta recuperando poderes, pero se debilitó notablemente gracias a Harry, es una degradación de mago, envidioso lucha contra lo que tiene y odia. Él, un hijo de bruja y muggle, repudiado, conviviendo n el orfanato con muggles, va contra ellos, les ha tomado tal odio que no hace más que matarlos sin darse cuenta de que ha perdido su vida, y su personalidad.
Luego les estuvo enseñando algunos hechizos de contraataque, hasta que llegó la hora y les despidió sin deberes, y dejándoles con una sensación de sabiduría estable en el estómago, como si saber a lo que se enfrentaban ayudaba algo, y si que ayudaba.
Después de unas cuantas clases en las que Hermione participo incluso más de lo normal, probando que aunque sus gustos y su aspecto hubiera cambiado sus estudios se mantendrían igual o mejor si cabe.
Por los oscuros pasillos una chica se dirigía con paso rápido hacia el despacho del director. Por otro pasillo incluso más oscuro otro chico iba al mismo destino.
Su respiración era agitada, había salido tarde de la última clase, para encontrarse con McGonogall que le dijo que Dumblendore quería hablar con ella, que la esperaba en su despacho, y allí se encontraba frente la estatua de la gárgola .Se apoyo en esta para descansar un poco, un segundo más o menos no tendría importancia para Dumblendore, en cambio la permitía descansar.
Cuando se disponía a decir al contraseña oyó unos pasos acelerados que se dirigían hacia donde ella estaba. Miró hacia atrás para encontrarse con la exquisita mirada de Malfoy.
-Hola Granger, tu por aquí, entonces no he de preocuparme, ya veo que el asunto carece de importancia.
-Hola Malfoy- contesto como más fríamente pudo y pronunció la contraseña, la gárgola se abrió al igual que la vez anterior y los dos chicos pasaron trayendo con ellos un silencio incómodo.
- Buenas noche- saludó el poderoso mago- se preguntarán para que han venido aquí, bueno tenemos que hablar de sus obligaciones como prefectos y de lo que ello implica, bien creo que les hemos explicado todo excepto la parte de sus dormitorios- agregó misteriosamente el anciano.
-La parte de los dormitorios?...- preguntó inquisitivamente Draco
-Si Draco, las partes de los dormitorios. Bueno como prefectos deben dormir cada uno en su torre- arrancando un suspiro de parte de ambos- pero como prefectos tiene derecho a unas habitaciones con sala común especial y un baño, ambas cosas que tiene que ser compartidas por los dos, aunque las habitaciones como es lógico están separadas, y dentro de las habitaciones de cada uno, hay un cuadro que lleva a un pasillo que les permitirá llegar a sus salas comunes y a la torre de sus respectivas casas, ahora ustedes viene conmigo, les enseño el lugar y ya está, si tiene alguna pregunta.. háganla- Dumblendore soltó todo esto de corrido sin borrar esa sonrisa de satisfacción de su rostro a pesar de las caras que se iban desfigurando poco a poco conforme el hablaba.
Los chicos aun atónitos por todo lo que les había comunicada el director, siguieron a este hasta una estatua que mostraba con ciervo con lo que parecía ser una doxy encima.
Dumblendore pronunció la contraseña: Draco Dormiens arrancando una sonrisa por parte del Malfoy y una mueca de fastidio por parte de la joven.
Al entrar se encontrarin con un iluminado pasillo, que al pasar de largo mostraba una amplia sala, con dos escritorios, unas cuanats librerias repletas de libros de toda clase, incluso algunos que parecían haber estado anteriormente en la zona prohibida de la biblioteca, había también una enorme chimenea y enfrente de esta un enorme sillón, una considerable ventana que llegaba hasta el techo mostraba un balcón donde apoyado contra el suelo se encontraba un telescopio de considerable tamaño.
Una puerta con tiradores góticos daba paso a una escalera, donde a un lado se encontraba una puerta que ponía Hermione Granger, y al otro una que ponía como es lógico Draco Malfoy, entraron y pudieron ver como muchas de sus cosas se encontraban ordenadas por la habitación. Era en definitiva un lugar precioso.
Salieron, y Dumblendore les dejó solos en su nueva sala común, Draco como no sabia que decir se fue dejando a una Hermione Granger confundida y misteriosamente feliz a la vez.
La chica salió con paso ligero hacia el gran comedor, que ahora se encontraba considerablemente más cerca., por el camino percibió aquel olor familiar. El mismo que detectó en el metro aquella mañana, el de su hermano, se escondió no quería cruzarse con el, quería verle y luego llegarle por detrás para que no pudiera darle ninguna excusa, cuando se acerca a donde se encontraba ella escuchó algo que la dejó paralizada. Su hermano tarareaba incansable aquella melodía de su sueño, aquella melodía que en su sueño bailaba con él, por que ¿había sido un sueño?
Su hermano entro en el gran comedor sin sufrir ningún percance, Hermione seguía en su escondite, parada, quiete, paralizada por lo que acaba de escuchar, aquella melodía....
Después de que pasó a lo sumo un cuarto de hora, que para Hermione había parecido siglos, la chica volvió a el mundo, salió y entro al Gran comedor, se sentó en la mesa de Gryffindor, no sin antes echar un sospechoso vistazo hacia la mesa de las serpientes.
-Hola Herms- saludó Erica, se preguntaba donde había estado la Gryffindor , y eso hizo- Donde has estado, te he echado de menos...
-Pues te acuerdas que McGonogall me dijo que fuera a habalr con Dumblendore bueno fui y- le contó todo lo que había ocurrido, haciendo a la otra notar un brillo especial en las partes que mencionaba a Draco, cuando Hermione acabó su relato, Erica le dijo algo que la dejo conmocionada, le dio a entender que si le gustaba Draco, a lo que Hermione respondió con una negación bastante titubeante y un tono notablemente rojo, lo que arrancó unas irremediables carcajadas por parte de la chica de ojos rojos.
- Hola - saludó Nika, sus ojeras habian aumentado se sentó y converso algo con las chicas, sin evitar que Hermione se fijara en la predilección por los alimentos rojos.
Hermione salió acompañada con Erica, la cual se desprendio de su destino introduciéndose en la biblioteca, Hermione siguió andando sin saber lo que buscaba, sin rumbo fijo, se cruzó con Sam, que la saludó, y con Marc que le saludó sonriéndola, parecía que todo iba a ser mucho más fácil de lo que imaginaba, sacó un libro de sus enormes bolsillos, y mientras que lo hacía se trpezó con algo y cayó estrepitosamente al suelo, dándose un fuerte golpe en la cabeza, cuándo abrió los ojos se encontró debajo de un chico que no resulto ser otro que Malfoy , Draco hasta en la sopa pensó, y luego le miró a los ojos, este iba a decirla algo aunque paró al notar la intensa mirada de Hermione sobre sus ojos, decidió mirarla, mirar a esos enormes ojos castaños, que le ofrecían la calidez que nunca había obtenido de nadie, por la cabeza de ella mientras tanto atravesaban un millón de sensaciones, él la miraba, con esos tan fríos, que parecían cristal pero que la derretían como si de fuego se trataba, la miraba ardientemente, sus rostros se empezaron a acercar lentamente, poco a poco, sus labios se rozaron produciendo un leve calambre, el fuego y el hielo se juntaban, sus cuerpos se atraían, eran polos opuestos, pero, quién sabe, tal vez tuvieran algo en común, sus miradas encajaban a la perfección, sus labios igual, sus lenguas se comenzaron a entrelazar como si de fuego se tratara, también encajaban, eran como un puzzle, ambos se necesitaban uno al otro para estar completos. Se separaron lentamente, él se levanto, le dirigió una preciosa mirada, mientras que ella se quedó en el suelo, pasando su lengua por sus labios, sorprendida por lo que acaba de pasar, y asustada por todo lo que eso pudiera acarrear.
Él se alejó, no sabía como había podido pasar eso, pero tampoco le importaba, solo sabía que había pasado lo que él deseaba que pasara, y esperaba que ella también lo esperaba. No había sido su primero beso, y sin duda no el más apasionado, pero el mejor, se había sentido entero, feliz, contento, como en una nube, él nunca se había sentido así, le daban ganas de darse la vuelta y hablar, aunque sabía que ya habría tiempo de eso, lo que no había duda es que algo había cambiado entre ellos, y era ese algo lo que le mantenía el corazón en vilo, bueno, compartían una misma sala común, podrían hablar, pronto, incluso más pronto de lo que él pensaba.
Ahora un miedo se apoderaba incesantemente del muchacho, si su padre se enterara de este suceso, si se enterara que era una sangre sucia lo que hervía sus venas, porque, ¿ era una sangre sucia? las dudas aun albergaban en su mente, y no solo en su mente, si no en la de tres chicos más, aunque todos en su interior sabían la respuesta, que luchaba por ser conocida.
Mientras tanto Hermione andaba lentamente hacia su sala común, tenía que hablar con Erica, era sorprendente la confianza uqe tenia en aquella chcia, que apenas conocía hace un par de días, abrió la puerta de su habitación, donde la chica la esperaba sonriente:
- ¿Qué te ha hecho Draco?- preguntó misteriosa, Hermione se lo contó, sintiéndose mucho más a gusto después de esto, a continuación las dos amigas se pusieron a escuchar a Ari, una cantante de hip hop española.
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rimas frescas para que aprendan las princesas niñas bonitas vestidas de fiesta va que apestan huelen molestan quita mosquita, entra en acción el miembro principal de la función con un focón encendido a dar calor Ari ha venido, ya te digo hoy soñaras conmigo en la de te has quedado con uno de estos frisos no hace falta que me baje los pantalones y enseñarte lo que hay que hay que tener para coger este micrófono monótono de vida y darle vida
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Estuvieron escuchando música hasta altas horas de la noche, aunque Hermione nada más que hacía pensar en lo sucedido con Draco, le había tenido tan cerca, le había besado, aun no se le quitaba la sensación en la boca, esos calambres que le habían atravesado el cuerpo, había sido tan intenso, tan raro...
Decidieron irse a dormir, a Hermione le pesaban los ojos y empezaba a sentirse bastante mareada. Sus enormes ojos castaños parecían rogar poderse cerrar, y su cuerpo normalmente ligero como una pluma pesaba como nada, y quería descansar en la cama.
Mientras que Hermione se tumbaba ágilmente en la cama, la otra chica se quitaba la capa, dejando ver su prefecta figura y el precioso tatuaje de la calavera en el hombro, una calavera que te miraba de frente, como si quisiera saber todo de ti, o simplemente lo supiera, que se encontraba rodeada por fuego en forma de fénix.
La chica de ojos rojos pensaba con su cabeza apoyada en el respaldo de la cama, era la única que conocía la leyenda, la única por ahora. Los otros lo tendrían que averiguar, igual que lo hizo ella un año atrás, pero debía ser rápido, el tiempo corría. Y por ahora todo encajaba.
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Todo lo que la rodeaba permanecía en oscuridad, como si de una invidente se tratara, fue andando apoyándose en las paredes de roca fría, cuando se pie hizo contacto con algo, se agacho para ver que era aquello, cual fue su sorpresa al ver que tres animales se encontraban juntasen aquel lugar, o era un solo, su cabeza era suave y peluda, con un hocico exacto al de un león, su cuerpo similar a de una cabra y una cola de dragón, con escamas platadas y verdes, era la quimera
-.-.-.-.-.-.-.-.-. Nota de autora: -.-.-.-.-.-. Bueno muchas gracias a la chica que m ha dejado el review, en cuanto al pelo, no creo que le crezca, pero siempre puede haber un hechizo que se le alargue para ocasiones especiales, bueno n he resistido a no poner algo de Ari, un saludo
Andrea Espero subir el próximo capitulo pronto
