Capítulo 4: Las cosas se hacen realidad.

Sus escamas hondeaban caprichosas el viento, unos ruidos de tambores se oían claro a lo lejos, él la había visto, tenía que hablar con ella. Era la única que lo podría solucionar.

Sus ojos grises parecían quemar el paisaje que la criatura miraba indecisa. Plegó sus enormes alas, sus garras abandonaron la fría roca, para contactar ágiles con el viento.

Colmillo Real volvía a su cueva, comunicaría lo averiguado, por fin había llegado el momento de su salvación, se dijo, decorando a su rostro con una enorme sonrisa en sus grandes ojos.

Llegó, la niebla permanecía igual o más densa que cuando había partido. Ese ambiente le agobiaba, aunque había sido de los pocos en probar otros más agradables.

Allí estaba, la cueva mayor, el dragón mas longevo habitaba la fría cueva ,Colmillo Real no se detuvo a averiguar si el anciano dormía. Era un asunto lo bastante importante como para posponerlo.

Entró, como suponía, el viejo dragón le esperaba imponente en el centro de la cueva. Le contó sus averiguaciones, arrancando una curiosa sonrisa por parte del sabio dragón.

Ese día descansaría. Volaría a la luz de la luna. Cuando nadie le pudiera ver. Cuando nadie le pudiera dañar

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.--.-.-.-..-.--.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Amaneció soleado. Una sensación le embargaba el cuerpo, no podía si no dejarlo estar. Aunque presentía que algo importante iba a suceder pronto. Tal vez más pronto de lo que esperaba.

Se despertó con la sensación de haber soñado algo importante, entonces la imagen de un hermoso fénix se le vino a la cabeza. Y con ello todo lo que se sucedía. No había logrado ver el cuerpo entero, sol había visto la enorme herida, y posteriormente el saneamiento de esta, y la mano que acariciaba al fiel fénix.

Decidió pensar en aquello más tarde, aunque presentía que más tarde no tendría tiempo.

Decidió bajar a desayunar, miró a su alrededor, Parvati y Lavender dormían. Nika ya se habría levantado pronto, eso si hubiera dormido, y no se veía a Erica por ningún lado.

Bajó a la sala común, Erica estaba hablando con Ron, ya la interrogaría después, pensó. Estaba saliendo ya por el retrato de la señora Gorda, cuando una voz la detuvo.

-Hermione espérame- le gritó Erica desde donde se encontraba con Ron, se despidió de este con una sonrisa, y corrió hasta donde se encontraba Hermione. -Hola, como te vi tan entretenida con Ron, prefería no molestar- justificó malignamente la joven.

-Anda no digas tonterías, vamos- dijo la chica de ojos rojos tomando la delantera.

Salieron del retrato, que las saludaba alegremente. Iban hablando de tonterías. cuando Hermione se decidió a contarle su sueño a Erica.

-Bueno yo entraba a un sitio, y estaba todo oscuro, entonces veía algo rojo y dorado, me acercaba, y vi que era un fénix, que no cesaba de llorar, entonces fue como si m metiera en su pensamiento. Estaba muy triste, intentaba curar a un cuerpo inerte que se encontraba en el suelo, al que parecía muy apegado. Este cuerpo se recuperaba, y acariciaba a el fénix una y otra vez.

-Hermione, creo que tienes premoniciones- dijo misteriosamente la muchacha, dejando a la chica de enormes castaños irremediablemente anonadada, haciéndola pensar durante lo que quedaba de día en esa frase. El día transcurrió tranquilo. No habían tenido clases con los Slytherins. Hermione le contó a Erica los sueños relacionados con los dragones, cuando de repente dos Slytherins, le taparon los ojos.

No había duda, uno era Marc, y supuso que el otro sería Draco. Acertó. Y yendo abrazada de su hermano, les contó a ellos también lo de él sueño, de repente, para asombro de los presentes, Draco agarró a Hermione, se acercó lentamente a sus labios y le planto un pequeño beso. Ambos sonrieron, dejando a los otros dos perplejos. Decidieron ir a buscar información sobre los dragones a la biblioteca.

Ya era la hora de cerrar la biblioteca ,y cuatro chicos buscaban desesperados algo sobre dragones, según la bibliotecaria tendrían que estar todos en aquella estantería. En cambio, como comprobaron después, no había ni un solo ejemplar que mencionara a estas criaturas. Alguien los habrá trasladado de lugar, les dijo la bibliotecaria sorprendida y añadió que hablaría con el director respecto a este suceso.

Cuando los chicos ya se encontraban al borde de la desesperación, llevaban horas y horas buscando para nada. Cuándo a Hermione se le vino algo a la cabeza.

dijo en alto la chica.

-¿Qué dices Hermione?-preguntó Erica, que había escuchado hablar a su amiga.

-Que qué digo? Que somos tontos. Todo encaja- en este momento la chica acaparaba la atención de Draco y su hermano, sin olvidar a Erica- Lo hemos tenido delante de nuestras narices todo el tiempo y no nos hemos dado ni cuenta. La bibliotecaria dijo que talvez trasladaron los libros de lugar, pero ¿a dónde los pueden haber llevado? ¿Dónde encontramos lo de quimera- preguntó ahora a Draco, que la miraba boquiabierto,

Hermione dejó allí a los chicos, y salió corriendo de la vieja biblioteca. Los tres jóvenes la siguieron inmediatamente, corrieron tras ella,, que los llevó por los pasillos a una velocidad inmensurable. Draco comenzó a reconocer el camino( anda que le ha costado ... : p)

En un cuarto de hora se encontraban en frente de la estatua del ciervo con la doxy encima. Marc y Erica se miraban sorprendidos, se encontraban totalmente perdidos, en cambio Draco y Hermione parecían saber perfectamente donde se encontraban.

La joven de enormes ojos castaños dijo algo, produciendo que la estatua se retirara, dejando paso a un enorme pasillo muy iluminado. La chica entró seguida de el rubio, el chico de los ojos amarillos con pintas moradas y la chica de enormes ojos rojos.

Atravesaron el pasillo .Llegaron a la hermosa sala común, produciéndose un sonido de admiración por parte de Marc y Erica, y una sonrisa de orgullo por parte de Hermione y Draco.

-Hermana, nos puedes explicar que hacemos aquí, dónde estamos, y por qué se supone que somos tontos- preguntó Marc de corrido, produciendo risas por parte de Draco y Erica, mientras que Hermione se emociono al escuchar a su hermano, decirle hermana.

-Muy simple- le contestó esta sonriente- Aquí vas a encontrar todos los libros de los dragones, esta es nuestra sala común- dijo mirando a Draco, produciendo que Marc mirara a Draco sorprendido.

-Tu convives con mi hermana y no me lo habías dicho- preguntó en tono defensor el chico de ojos amarillos con pintas moradas al rubio de impresionantes ojos grises.

-Bueno dejemos las protecciones para otro momento- dijo Erica, que no había dicho nada desde que entró a la sala, y se dirigió con paso decidido hacia las librerías, que parecían haber aumentado considerablemente en tamaño y en cantidad.

Amaneció tormentoso, Hermione se despertó sobre saltada, miró a su alrededor, se encontraba en la sala común de los prefectos, y como pudo ver, los libros le habian servido como mantas.

Marc dormían cerca de la chimenea, también rodeado de libros, y Erica se encontraba hecha un ovillo en una esquina, donde la montaña de documentos llegaba hasta el techo.

De Draco no había rastro, miró a el sillón que se encontraba frente a la chimenea, y cual fue su sorpresa al descubrir que una cabellera platina descansaba sobre uno de los extremos del sillón. Estaba tumbado todo lo largo que era, dejando salir a los pies fuera del mueble.

Ese si que sabía pensó. Se levantó comprobando que aquella noche como rata de biblioteca había dejado secuelas en todo su cuerpo. Las agujetas la acompañaban con cada paso que daba, y las ojeras resaltaban sus enormes ojos castaños.

Se acercó lentamente al sillón, observo a Draco, dormía apaciblemente, parecía un niño pequeño, vio que sonreía ligeramente, lo que le producía un pequeño hoyito.

Se arrodilló para poderle ver mejor, cual fue su sorpresa, al darse cuenta que después de agacharse, el rubio había abierto los ojos y la observaba juguetonamente.

-¿Estabas despierto?- preguntó en un susurro la joven.

-Sí- contestó el otro mirándola lujuriosamente y acariciándola lentamente la cara.

Esta se acerco y le dio un leve pico en los labios.

-Anda tumba te aquí- le dijo coquetamente Draco señalando al sillón.

La chica se tumbó junto a él. Estaban muy cerca, Hermione notaba la respiración de Draco, el cuál la miraba intensamente. La chica se humedeció los labios, era su impresión o cada vez hacía mas calor en aquella sala. Draco no puedo resistirse y la atrajo hacia a él posesivamente, sus respiraciones aumentaron, sus bocas se juntaron apasionadamente, y sus lenguas comenzaron a luchar entre sí. Una extraña sensación les embargaba a ambos, Draco se colocó encima de Hermione, la cual le miraba lujuriosamente, él la empezó a desabrochar los botones poco a poco mientras Hermione le tocaba su sedoso pelo. Sus respiraciones seguían agitadas.

-¿Qué haces Draco?, quitaté de encima de MI hermana inmediatamente- dijo con tono cabreado Marc que les miraba sorprendido desde la chimenea, rodeado de libros.

-Yo no pretendía hacerla nada- dijo Draco apartándose inmediatamente de Hermione, a la cual se le dibujo una expresión de fastidio.

-Marc, él no me ha hecho nada, dijo Hermione sonrojada- gracias por preocuparte por mi- dijo en tono más bajo, aunque Marc lo entendió perfectamente. -Herm, si él te hace daño, solo dímelo, es mi amigo pero tu eres mi hermana, y no dejaré que nadie te haga daño, ya nadie te va ha hacer nunca daño- dijo con la cabeza bajada

Hermione se acercó a donde se encontraba su hermano, le abrazo, y su hermano le correspondía al abrazo, mirando a Draco

-Draco lo siento- dijo Marc- se que tú no le harías hecho daño, pero me han dicho tantas cosas de ti...

-Tranquilo- dijo sonriente Draco, era su único y mejor amigo, y no iba a permitir que se apartara de él.

-Bueno días- dijo Erica desde el suelo, donde había dormido, bostezó y se acercó hacía donde estaban los otros- y este silencio?-preguntó la chica de ojos rojos

-Nada, que Hermione y Draco se estaban comiendo en el sillón- dijo Marc sonriendo

- Alguno encontrasteis algo?- preguntó cambiando de tema la chica..

- Sí- contestó Draco- todos esos libros- dijo señalando a una montaña apilada sobre uno de los escritorio- pero ninguno trae nada que nos ayude- añadió dándose media vuelta y accediendo a la torre donde se encontraba su dormitorio. -Tenemos que ir a clase- dijo Marc

-Yo no tengo aquí los libros-admitió Erica

-Vente conmigo Erica- dijo Hermione dándose media vuelta y subiendo hacia donde había ido Draco, aunque metiéndose en la habitación de enfrentar.

-A través de ese tapiz se accede a nuestra sala común, coge tus libros, te espero- dijo la prefecta, dando paso a los pasillos que llevaban a la sala común.

En unos minutos volvió llevando consigo su mochila, y habiéndose cambiado de ropa. Estaban yendo por el pasillo, cuando una imagen les dejó paralizadas.

Marc se besaba apasionadamente en una esquina con la menor de los Weasley, que le pasaba los brazos alrededor del cuello. Y entonces escucharon como Marc susurraba a la chica que la quería, y que no sabía lo que haría si ella faltaba algún día, Gin le respondía con un pico en la boca.

Hermione sonrió, nunca se hubiera imaginado aquella pareja, pero vistos juntos no casaban mal.

Entraron al Gran Comedor, donde Harry conservaba animadamente con Nika, la cuál se reía sonoramente.

Hacía tiempo que no hablaba con Harry. Se sentó al lado suyo. Él la saludó alegremente, estuvieron conversando animadamente cuándo llego Ginny, que se sentó en frente de Hermione. Cuanto tiempo hacía que no hablaba con su pequeña amiga, y la de cosas que tenían para hablar ahora!.

Ya habría tiempo pensó. Ya habría tiempo. Se equivocaba.

Fueron a clase de DCAO, por misteriosos cambios en el horario lo compartían con los Slytherin.

-Hola- dijo Marc a su hermana dándole un abrazo y agarrándola de la cintura, para ir andando hacia DCAO.

-Hermano, no me tienes que contar algo de cierta pelirroja- pregunto pícara Hermione.

-¿Cómo?- preguntó el otro notablemente sorprendido por la pregunta de la chica.

-Sí, no tienes nada que decirme- pregunto de nuevo Hermione tozuda.

-Yo... eh bueno. esto ... pues ella y ... estamos . esto.. ehmm .. juntos- dijo nervioso

-Felicidades, es una chica estupenda-dijo sonriente Herm

-Lo es- contestó Marc, y siguieron andando hasta llegar a la clase, entraron y se sentaron en la última fila. Malfoy aun no había llegado. La profesora estaba sentada, les saludó preocupada, y les dijo que sentía lo que iban a dar hoy, pero que lo tendían que saber.

Cuando empezó la clase, aun no había llegado el rubio de penetrantes ojos grises.Cinco minutos después, alguien entraba acelerado.

-Disculpe profesora, estaba hablando con el director- dijo Malfoy arrastrando las palabras

-Ya estoy enterada Malfoy, tome asiento,- le dijo sonriente la profesora. Draco recorrió con la mirada toda la clase. El única asiento libre estaba junto a Hermione. La profesora al notar su indecisión le dijo que se sentara al lado de Hermione, sin dejar de ver otra solución, y encantado de esta Draco se sentó junto a la chica..

-Bueno como os decía hoy vamos a ver algo que poca gente sabe. Voldemort tiene un hermano menor, al que ha intentado matar unas cuantas veces, junto a su familia. Tiene dos hijos , aunque a una la separaron, son mellizos, y llevan un gran poder en sus manos.- explicó la profesora, mirando permanentemente a Marc y a Hermione- actualmente son estudiantes, y no pronunciaré sus nombres, porque podríais dejarles de lado. Creo que ellos saben quienes son, y supongo que sus amigos se están dando cuenta de ello. Ahora buscarme información haber si podeis encontrar el nombre del hermano de Voldemort.

No podía creer lo que había dicho ahora mismo la profesora, ella, poderosa, hija del hermano menor de Voldemort, no podía ser, su .. su tío era Lord Voldemort, no se lo podía creer, Draco le miraba sorprendido, la chica sintió marearse, miró hacia donde estaba Marc, que la miraba con los ojos abiertos como platos. Le dio la mano por debajo de la mesa. Mientras que Draco la susurraba que se tranquilizara, que alo mejor no eran ellos. Pero ella sabía que él se equivocaba, por algo les había avisado la profesora, ella sabía que eran ellos, y ellos sabían que era verdad. Miró a Marc, estaba conteniéndose por salir corriendo.

Marc la abrazó delante de todo el mundo, no quería verla sufrir, y no quería él sufrir, ahora compartían mucho más. La gente se los quedó mirando, Hermione empezó a soltar lágrimas silenciosas, Erica la observaba preocupada, Draco le dio la mano, algo que no pasó desapercibido por las cotillas número 1.Hermione se la apretó. La profesora observaba todo en silencio, llamó a Marc y a Hermione, y los sacó fuera de clase.

-Lo siento, lo mejor era que lo supierais, Voldemort va detrás de vosotros- dijo la profesora mientras los llantos entrecortados de Hermione rebotaban en los oscuros pasillos, Draco salía en ese momento por la puerta, se fue directo junto a Hermione, la abrazó, y le dijo a la profesora que no se preocupara, que él hablaba con ella. Mientras tanto la profesora se fijó en Marc, ese chico que la volvía loca, pero él nunca se fijaría en ella, ya le había visto andando con la pelirroja Weasley, Se acercó al muchacho, estaba apunto de llorar, se contenía, se contenía por él mismo, y sobre todo por su hermana, necesitaba apoyarla.

Laura (la Prof.) rodeó al joven con los brazos, y le dijo que eso no tenia nada que ver con él, que igual que su tío hacia mal con su poder ,que el podía hacer justo lo contrario, que tenía que ser fuerte, ella sabía lo que le iba a costar, pero también sabia que él podría que no lo olvidara, que no se hundiera, que tenía que hacer lo contrario, afrontarlo y derrotarlo, que para todo lo que la necesitara estaba allí, como una amiga no como una profesora, o como ambas cosas.

El chico se sintió respaldado por al joven profesora, él sabía sobre ella, era la profesora más joven, y antes de eso auror, en un año aprendió todo lo referido a Hogwarts, solo contaba con 18 años.

Entraron de nuevo a clase. Todas las miradas estaban sobre los dos hermanos, Hermione iba con la cabeza bien, alta, agarrada fuertemente a su Hermano, el que la miraba asombrad o, a él mismo le costaba mantener la cabeza y no llorar, en cambio su hermana había entrado como sí todos los demás le pertenecieran, dispuesta a comerse el mundo, aunque el sabia que se encontraba igual o peor que él.

La mayoría desconocía que fueran hermanos, y por lo tanto miles de rumores se repartieron por todo Hogwarts. Cuando la clase terminó, a nadie le cabía la duda de que Hermione había perdido un bebe y que Marc era el padre. Que Draco la había violado, y que la profesora era la hermana mayor de Hermione,

Hermione iba sola por uno de los enormes y oscuros pasillos, cuando Sam pasaba por allí, Erica le había contado lo sucedido. Se la acercó y la abrazo.

-¿Cómo esta mi rapera preferida?-preguntó el chico

-Bien- dijo la otra secándose la cara.

Pasearon por los alrededores del castillo, hasta que la noche amenazaba con llegar, entraron y fueron directos a cenar, Hermione se sentó en la mesa de Gryffindor y Sam se fue a Ravenclaw. Al día siguiente irían a Hosmeade. Marc entró por el Gran Comedor, y se dirigió como era ya costumbre hacia la mesa de Gryffindor, aunque seguido por un hombrecillo(no de pan, mis amigas me entienden :p) llamado Draco( huyyy si fuera el de pan así) que se sentó junto a Hermione, para asombro de todos los alumnos presentes, que denegaron el rumor de que este la hubiera violado.

Estuvieron hablando sobre lo que harían al día siguiente en Hosmeade y de la clase de DCAO, cuando hablaron del ultimo tema, Draco pasó el brazo por encima de Hermione.

Harry estaba impresionado de ver a su amiga tan apegada al rubio y viceversa, Pero se veía a Hermione alegre cerca suya y eso es lo que el importaba.

-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.- .-.-.-.--.-.-.-.-.-.--.-.-.--.-.-.-.

Amaneció solado, nadie podría imaginarse los terribles sucesos que les esperaban en lo que aparentaba iba ser un día de fiesta y risa.

Hermione andaba sonriente por el castillo, llevaba unos pantalones anchos grises de B-boys, y una camiseta de mangas cortas que le llegaba por encima del ombligo. Como pearsing llevaba una hoja de mariguana negra. Un cinturón de la bandera rastafari terminaba de marcar su cintura de avispa. Su hermano le esperaba fuera, habían decidido desayunar juntos aquel día. Parecía que el también había optado por su mejor ropa. Llevaba unos pantalones anchos rojos, con una preciosa cadena de plata, y un jersey con una enorme capucha negro. Que hermano mas guapo tenía! (ya ves, pa hacerle papi) . Esperaba que su hermano le hubiera dado algún consejo al rubio. Y parece que así fue.

Un rubio platino esperaba en un gran ventanal , con una rodilla flexionada y apoyada sobre el marco de al enorme puerta de madera. Llevaba unos pantalones blancos muy anchos y una camiseta sin mangas negra, una cadena que parecía haber sido prestada por su hermano, y el pelo mojado que le caía juguetón sobre la cara. Estaba fumando un pequeño porro, Hermione se le acercó por detrás tapándole los ojos.

-Hola Herm- dijo el chico muy natural.- quieres? -le preguntó mirando a el porrito.

-Vale- dijo dejando sorprendido al rubio, dio dos caladas y se lo devolvió.- por ser un dia especial- dijo sonriendo por la cara de tonto que se le había quedado a Malfoy.

Anduvieron hacia la puerta del colegio, donde unos cuantos carruajes dirigidos por caballos alados les esperaban para llevarles a pasar un agradable dia en Hosmeade. O por lo menos, eso pensaban.

Hermione fue en el carruaje junto con Erica y Draco, el cual no paraba de mirarla lujuriosamente. Un extraño presentimiento q no indicaba nada bueno embargó a la joven, haciendo notar en su rostro una considerable preocupación que no paso desapercibida para Erica, la cual simplemente mostró un rostro serio y triste que parecía haber guardado por un instante un sentimiento de satisfacción.

.-.-.-.-..-.-.-.-.

Todo lo que les rodeaba era un enorme acertijo en forma de un elegante laberinto herbáceo, un resplandor dorado y rojizo la dirigía a paso rápido hacia su destino, había llegado la hora. Todo iba a empezar, la muerte de la pequeña se acercaba. Corría y corría, siguiendo hábilmente al aleteo del animal. Conforme andaba el aire se cernía más viciado y una suave niebla difuminaba el paisaje. Un resplandor aparecía y desaparecía rítmicamente en la lejanía. Un repentino dolor la atacó, el estomago parecía retorcerse en su interior, evitándola proseguir su cometido, la echaba hacía atrás inevitablemente, pero debía luchar, tenía que lograr llegar al final del camino, al final de su cometido. El resplandor dorado y rojizo acompañado de un armonioso aleteo se alejaba de ella.

La oscuridad la rodeaba, un espantoso grito sonó a lo lejos. Una sombra atravesó la oscura noche que carecía de luna, una figura encapuchada, ella profirió un grito sordo, abriendo repentinamente sus ojos, sus enormes ojos rojos.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Hermione despertó sudorosa, todo había sido un sueño. Un simple e inocente sueño. Miró a su alrededor, Ron dormía junto a ella, y Erica miraba aburrida por la ventana, hacía el horizonte, mientras una lágrima cristalina recorria su cara, estaría apunto de llegar a Hosmeade, se dijo Herm, y no se equivocaba.

El carruaje paró minutos después. Los tres chicos se bajaron ágilmente de este, aunque Ron seguía algo adormilado.

Hermione se dirigió primero hacia el caldero chorreante, donde Draco la esperaba en una mesa, y cerca de este, en otra mesa se encontraba su hermano junto con Ginny, y Harry con Nika, justo cuando iba hacia la mesa de Draco, entraron tras ella Ron junto con Erica, que mostraba una expresión preocupada e incluso angustiada.

Draco la saludó con una sonrisa, q se borró inmediatamente de su cara, un aire escandalosamente viciado ocupo el lugar, un silencio mortal reinaba en el exterior de el establecimiento, un tono verde resplandeciente cubría los alrededores del bar.

Hermione volvió la vista hacia Draco el cual tenia una expresión de pánico indescriptible.

-Herm, aléjate de mi- le susurró Draco

-Pero, ¿por qué?-preguntó preocupada la joven.

-Voldemort esta aquí y mi padre también- dijo el rubio despacio, con un tono que no invitaba al reproche.

En ese momento las puertas se abrieron de golpe, y un intenso frío les heló los huesos, una horripilante carcajada resonó en los muros de las tres escobas.

En el umbral de la puerta se hallaba Tom Marvolo Riddle, cubierto por una espectacular capa negra y una enorme capucha que dejaba al descubierta sus repugnante nariz de serpiente y esa mezquina sonrisa.

-Vaya, vaya vaya, que tenemos por aquí- dijo con sorna

- Voldemort..- dijeron a la vez Marc y Harry amenazantemente.

-El mismísmo- contestó sonriente el engendro- el poderoso Lord Voldemort, heredero de el gran Salazar Slytherin para servirles

-¿Qué quieres?-preguntó arrogante Potter

-Nada de ti por ahora, no quieras tener el protagonismo siempre, estimado señor Potter-contestó el mago, arrancando las carcajadas forzadas de sus seguidores.- esta vez vengo por mis adorados sobrinos

-No nos podrás tocar- dijo furiosa Hermione, sacando una valentía que dudaba que albergara en ella.- inténtalo- añadió amenazante - ¿Crees poderte enfrentar a mi niñata engreida?-contestó sorprendido del atrevimiento de la joven Voldemort

- ¿Tenerte miedo a ti? A un excremento de persona y un sucedáneo de mago, no te tengo miedo.

- Serásss- y diciendo esto mando un cruciatus a Hermione, q fue parado a mitad de camino.

-Ni tu ni nadie harán jamas daño a mi hermana mientras yo pueda evitarlo- dijo Marc

-Pues tendré que matarte- contesto el malvado individuo y mandó un Avada Kedavara hacia Marc.

Un resplandor verde invadió el establecimiento, un grito se había escuchado poco antes, una muerte se había producido, y una horripilante calavera con lengua de serpiente se cernía sobre sus cabezas.

Voldemort y los mortífagos habían desaparecido, no se les veía p ninguna parte, el aire volvía a ser normal y la niebla verde se retiraba tan misteriosamente como había llegado.

El frío había pasado, se había simplemente esfumado, aunque aun se conservaba en todos los presentes, más en sus corazones que en sus huesos.

Todo había sido muy confuso. Marc había salido sorprendentemente ileso, mientras la pequeña de los Weasley se encontraba en frente de este en el suelo, como dormida, aunque con los ojos abiertos y una sonrisa de satisfacción en el rostro, parecía un angel, no respiraba, su corazón había dejado de latir y su cuerpo de sentir, y a pesar de que la muerte cubria todo su cuerpo, y de que la vida la había abandonado, parecía un angel rodeado de una extraño fuerza, de una felicidad y una satisfacción absoluta que simplemente maquillaba lo que nadie quería creer.

La verdad que les tenía a todos con el corazón en un puño.

Algo que jamás hubieran imaginado. Algo casi imposible de suceder.

Aunque ese algo estuviera relatado hace mucho tiempo, y aunque solo una persona sabia del suceso, no habría podido remediarlo, hubiera suicedido de todas las maneras posibles.

Ginny Weasley había muerto. Había muerto para salvar a Marc, y también a Hermione.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Notas de la autora -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Después de tanto tiempo vuelvo a la carga, este no es el final de la historia, aun queda lo mejor, podriamos decir que la verdadera historia comienza con la muerte de la pelirroja. Espero que os haya gustado. Bss para todos: Andrea.