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Capítulo uno Media mentira, toda la verdad
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~1~
Suspirando, dio la última calada al cigarro y lo volvió a dejar en el cenicero repleto de colillas de horas anteriores. Aún estaba a medio acabar, pero no le importó. Últimamente no le importaban demasiado esas cosas.
Miró un momento hacia el teclado, antes de seguir escribiendo. No sabia muy bien por que, pero esa tarde no se estaba concentrando como solía hacerlo. Bueno, como solía hacerlo siempre que había suficiente calma como para hacerlo.
Una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando pensó en eso.
Solo había escrito un par de paginas del penúltimo capítulo, y solo le quedaban tres semanas para entregarle a su editor el borrador de la novela. De *toda* la novela. Y aún le faltaba el final, por dios santo...
Suspirando otra vez, se estiro en la silla, tratando de relajarse un poco, y volvió a poner sus manos sobre el teclado. No podía ser tan difícil, vamos. Nathan no era un personaje tan complicado, y después de todo lo que le había pasado a lo largo de la novela, las motivaciones que le impulsaron a su situación actual estaban bastante claras en la mente de su creador. El problema era que no conseguía encontrar las palabras adecuadas para expresarlo de modo que hicieran al lector sorprenderse del inesperado e inusual final. Eso es lo que siempre hacía, y lo que el publico esperaba leer, acurrucadas en su cama a media noche con el cuerpo en tensión y las manos agarradas fuertemente al papel, deseando saber el como termina.
Y eso era lo que él les daría, si conseguía liberarse del dolor de cabeza que se le estaba empezando a formar por encima de las orbitas de los ojos.
Suspirando por ultima vez, Yuki Eiri se levantó de la silla dándose por vencido, y abrió la puerta para salir de la habitación.
O lo intentó, hasta que encontró algo blando en su camino.
-Oh, gomen, Yuki! –le dijo el chico delante de él, que sostenía el picaporte de la puerta y le miraba con cara preocupada- como es tan tarde iba a ver que tal ibas y no te vi...
Yuki miró su reloj de pulsera, y vio con asombro que ya eran casi las 11 de la noche. Vaya, la última vez que lo había mirado eran solo las ocho y media.
-¿Es tan tarde ya? –le dijo pasando a su lado, y dirigiéndose hacia la cocina.
Shuuichi lo siguió por el pasillo.
-Hai, por eso iba a ver que hacías. Se que no debo molestarte cuando estas trabajando, pero como no habías salido de la habitación desde las ocho pues pensé que quizás tuvieras hambre o algo, no has comido nada desde este mediodía, o a lo mejor te habías quedado dormido delante del ordenador, y esa no es forma de descansar, por que luego te duele la espalda y es peor al día siguiente cuando te tienes que volver a sentar en esa silla tan incómoda y ... ¿y qué estas mirando?
-Espero a que respires.
Shuuichi lo miro, sus ojos por un momento parecieron tristes, pero luego sonrió abiertamente y se dirigió hacia el horno.
-Hablo demasiado, ne? Y tú estarás cansado probablemente, gomen. –sacó un pequeño plato con arroz con cuidado y lo colocó en la mesa- cena algo antes de irte a la cama, ok?
-Lo haré, baka, no tienes que preocuparte -le dijo Yuki, cogiendo unos palillos y sentándose en la mesa, cansado.
-Este baka no lo puedo evitar
Yuki le miró entonces, y le sonrió. No era una gran sonrisa 'soy el tipo más feliz del mundo', pero si lo bastante como para que el corazón de Shuuichi se acelerase un poquito, contento de que pudiera haberle alegrado aunque fuera un poquito solo.
Hacía un par de meses que no había habido disputas entre ellos (lo que era una forma amable de decir que Yuki no se había marchado sin decirle nada o le había echado de casa, esto es), y, aunque aún era extraño verle relajado y sin el ceño fruncido, y mucho mas sonriéndole sin tener una razón de peso, sí era verdad que el escritor ya no le gritaba tanto sin sentido, ni le molestaba tanto que Shuuichi estuviera cerca de él o le preguntara cosas o le quitase el cigarro de la boca y lo dejase en el cenicero.
Mientras Shuuichi no se dejase llevar demasiado por su 'avasalladora energía', como solia decirle Yuki, a éste no le molestaría su presencia, demasiado.
-Ven aquí baka –le dijo Yuki, señalándole la silla que había a su lado en la mesa- ¿qué has estado haciendo esta tarde?
Shuuichi sonrió un poco, e hizo lo que Yuki le había dicho.
-Ano... he estado trabajando en un par de canciones que han estado rondándome en la cabeza toda la semana, aunque no he terminado de escribir ninguna. Es como cuando tienes una imagen en la cabeza que te inspira muchos sentimientos y muchas palabras bonitas, pero que no consigues escribirlas en un papel, como si se te escapasen. Así que cogí uno de los videos de NG a ver si me inspiraban, pero luego recordé que te molesta que los ponga cuando estas escribiendo por el ruido, así que me decidía poner el disco en mi discman, cuando recordé que no tenia pilas. Como ya era muy tarde para salir a comprarlas, y no quería ponerlo en la mini cadena, dejé la idea de escribir ninguna canción hoy, y me eché en el sofá leyendo el manga que me compre el otro día, hasta que me di cuenta de la hora que era y me dije que podía ir a ver que estabas haciendo en la habitación tanto tiempo... y creo que eso es todo.
Yuki lo miró una vez más fijamente, sorprendido de la capacidad pulmonar del cantante que le permitía hablar durante mas de doce minutos seguidos sin tener que coger aire en absoluto. Alguna vez tendría que preguntarle como lo hacía.
Se levantó de la mesa y dejo el plato sucio en el fregadero, ya habría tiempo mañana de lavarlo.
-¿Y sobre qué estás escribiendo esas canciones esta vez?
Shuuichi se volvió, gratamente sorprendido de que Yuki hubiera *realmente* escuchado lo que le había dicho, e incluso se interesase.
-¡Ah! Pues una es una historia de amor entre dos personas que se conocían desde hace mucho tiempo, pero que al final no acaba bien por que el....
Suspirando levemente, Yuki dejo que Shuuichi le hablase de los motivos mas variopintos por los que dos personas podían enamorarse una de la otra y luego romper, que quedase bien en una canción. Bueno, o lo que pensaba él que era quedar bien en una canción.
Caminaron hasta el salón, y se sentaron en el sofá, mientras Yuki encendía un cigarrillo. Shuuichi puso mala cara, pero una mirada del escritos le previno de deir nada al respecto. No había fumando más que dos cigarros en toda la tarde, ¡¡dos!!, y después de oír a shuichi más de dos minutos seguidos, era lo que necesitaba.
-....¿Tú que opinas, Yuki?
-Que deberías buscarte otra profesión.
-Yuki~!
-Escuchame, baka. Cuando tienes una idea así en tu cabeza, tienes que escribir los primero que te venga a la mente, no pensar en qué quedaría mejor o qué no, por que eso arruina lo genuino del pensamiento. Le quita frescura y espontaneidad.
Shuuichi los miraba con los ojos muy abiertos, y asintió levemente.
-Si escribes pensamientos forzados, solo te saldrán letras forzadas, que no expresaran lo que tu querías en primer lugar, y encima, harán que la gente se de cuenta el poco talento que tienes.
-¡Yu--
-Sin embargo, si lo dejas madurar un tiempo, cuando menos lo esperes, te vendrán las palabras adecuadas a la mente, sin ningún esfuerzo, como si alguien te las estuviera susurrando al oído, muy bajito, y tú solo tendrás que escribirlas en un papel.
Shuuichi frunció el ceño un momento, reflexionando lo que le había dicho Yuki.
-Pero si no apunto la idea y la dejo 'madurar' en mi cabeza, ¿no se irá?
Yuki lo miró un momento serio, su cara no mostraba expresión, y un segundo después estalló en una enorme carcajada, que envió escalofríos por la espalda de Shuuichi.
Yuki se había reído.
Realmente había reído.
No la sonrisa de hace unos minutos, en la cocina. No como cuando Shuuichi trató de hacer un pastel en San Valentín y se resbaló en la cocina, manchándose con harina todo el pelo.
Esta vez, había sido una risa genuina y sana.
Shuuichi no sabía si mostrarse enfadado por que se estaba riendo de él, o alegrarse por que estaba riendo, sin más.
Cuando Yuki pareció parar un poco, se apoyó contra el respaldo del sofá y apartó una lagrima delicadamente con su mano.
-Vaya... hacía mucho tiempo que no me reía así. Arigatou, Shuuichi.
-Ano....no es nada. Puedes reírte de mi cuando quieras, Yuki –le contestó sonriendo, decidiendo que no podría enfadarse con Yuki aunque quisiera- pero.... ¿qué tiene de malo la pregunta que he hecho?
-Es absurda, eso es.
-Yu--
-Déjame terminar. Si no puedes retener la idea que has tenido ni un día en tu cabeza, es que no es una idea demasiado importante. Las cosas importantes, no se olvidan tan fácilmente.
-Ah! Pero es que yo tengo muchas ideas todo el tiempo, Yuki. ¡No podré acordarme de todas!
Yuki sonrió, y se acercó un poco más a él, apagando el cigarrillo en el cenicero de la mesa.
Suficiente nicotina por hoy.
-Por eso es por lo que has de dejarlas madurar, baka. Al final, las ideas importantes, las que realmente merecen la pena, son las que seguirán ahí.
-¡Ah! Sou ka.... ¿es eso lo que haces para escribir tus libros? Dejas madurar tus ideas hasta que solo quedan las importantes, y las escribes?
Yuki lo miró un poco sorprendido. No solo por el echo de que Shuuichi mostrase interés en algo que era medianamente intelectual, que por lo general, solía cansarle al poco rato; sino también por que a él no le importase lo más mínimo estar hablando de esto con él. Más que eso, le apetecía contárselo. Eran raras las ocasiones en que estaba de tan buen humor, y Shuuichi estaba más calmado de lo habitual.
Gratamente agradado por este pensamiento, cruzó su pierna derecha, y miro a Shuuichi.
-Con una novela es más complicado. No solo tienes que tener una idea, una buena idea, general de lo que va a ocurrir en ella, si no que también tienes que tener en cuenta a los personajes que tomarán parte en ella, sus motivos, sus miedos, sus personalidades. Cómo reaccionarían si estuvieran en ciertas circunstancias, qué dirían si les ocurriese eso, cómo se sentirían si les dijeran lo otro. Todo eso.
-Parece muy complicado.
-Lo es. Pero también es divertido.
-¿Lo...lo es?
-Hai. Por que tú eliges qué va a pasar. Tú decides si ese personaje vive o muere, si consigue sus objetivos o no, si el público lo amará o lo odiará. No solo tienes poder de controlar lo que le sucede a los personajes que has creados, si no a las personas que leerán su historia por la noche, acurrucados en sus camas, después de un largo día de trabajo.
-¿Todo se reduce a tener el control?
Yuki asintió levemente.
-No es distinto que tus canciones, Shuuichi. ¿Qué crees que sienten las personas cuando te escuchan cantarlas? ¿Qué crees que es lo que están pensando, en medio del estadio, gritando al mismo tiempo que tú? Creen que es su historia también. Creen en cada palabra que dices, o más bien, creen en la esperanza que esas letras transmiten.
Shuuichi estaba sin palabras. ¿Le acababa de decir Yuki lo que el creía haberle oído decir? ¿Realmente? ¿¿No baka, no 'no tienes talento', si no un cumplido???
-Vaya.... nunca lo había visto de esa forma.
-Eso supuse. Por eso creo que deberías replantearte la canción que estabas a punto de escribir. Ya hay demasiadas desgracias en el mundo. Solo deberías escribir acerca de las cosas que sientas, y no de parejas que rompen.
-¡Yuki~! -el pequeño cantante no pudo resistí la tentación, aun sabiendo que Yuki lo regañaría después, de abrazarle muy fuerte –Yuki~! Yuki~! Yuki~! Todo el mundo dice que eres frío, pero no tiene ni idea. ¡En el fondo eres un romántico.....!
-¡Aparta! ¡No arruines el momento! –con un poco de dificultad logró apartarlo de su abrazo- y yo pensando en que habías madurado....
-No me extraña que tus libros sean tan buenos, si tienes esa clase de pensamientos
-Tú que sabrás, baka, si no has leído ninguno –le dijo, volviendo a su posición original.
-¿Y quien te dice que no?
Yuki lo miró de frente
-¿Uh? ¿Has leído alguno de mis libros?
Shuuichi lo miro tímidamente, sonriendo un poco.
-¿Te cuerdas cuando salió a la venta 'Koibito' y yo te pedí que guardarás una copia y tú me contestaste que era una pérdida de tiempo, dinero y espacio, ya que tú lo tenias en tu ordenador, pero yo te dije que la cogieras de todas formas y tu lo hiciste a regañadientes?
-...Hai
-Pues... cuando tu estabas en tu habitación escribiendo, yo lo cogía de la estantería y lo leía. Al principio tardaba mucho tiempo en terminar un capitulo entero. A decir verdad yo no sabía demasiado de la era Edo, y me perdía cuando Minase-sensei hablaba a sus estudiantes en la universidad. Pero me dije, 'te has propuesto leerlo, y eso significa no saltarte ninguna parte' a si que le dije a Hiro que me prestara algunos de sus libros de historia. Oh, Yuki, tenias que haber visto su cara cuando se lo dije. Me miró como si le hubiese dicho que ya no volvería a cantar nunca más, o algo así. Hasta me tomo la temperatura...como si estuviera delirando, vale que yo no sea el chico más inteligente de la tierra, pero tampoco es como para que se ponga así...
-Shuuichi--
-Ah, si. Los libros de historia. Pues al final me los dejó y me los traje aquí, y cuando tenía alguna duda sobre lo que estaba diciendo Minase, los miraba para poder seguir leyendo la historia. Cuando llegué más o menos a la parte en la que Sakura ya sabe quien había engañado a su hermana, ya no podía parar de leerlo. Era como si esas personas fueran reales, y como si yo pudiera sentir lo que ellos sentían también. Estaba tan orgulloso de ti....
Entonces Shuuichi hizo entonces una mueca rara, y sus ojos se humedecieron un poco. 'Pero que....?'pensó Yuki.
-Pero cuando al final se descubre que no había sido Minase, sino Noburo-kun, el que había matado a su prometido, y aún así Sakura-san no podía hacer nada por salvarle, fue taaan triste....! no pude para de llorar en toda la tarde, y al día siguiente, y no pudimos ensayar.
Yuki estaba sin habla.
Se podría pensar que un escritor tiene recursos para contestar a cualquier cosa, sea cual sea la situación en la que se encuentre. Yuki pertenecía a este grupo, y también lo pensaba, hasta que conoció a Shuuichi. En momentos como este se preguntaba donde demonios se habría ido toda su labia.
-¿Por... por qué no me lo habías contado?
-Eto....bueno, quería esperar a haberme terminado de leer los otros. No quería que pensases que no me intereso por lo que haces y que solo me preocupo por la banda, o las letras y esas cosas, por que es todo lo contrario. Tú vienes siempre que puedes a ver nuestros conciertos, aunque estemos en algún distrito lejos de aquí, y yo quería también poder participar de alguna forma en lo que más disfrutas haciendo. Así que cuando termine de leer koibito, me fui hasta la librería que hay cerca del apartamento de Hiro, y compre otros dos libros más. Creo que la dependienta me reconoció, por que no paro de sonríeme todo el rato.
-¿Los has leído?
-¡He leído casi ocho! Aunque con el último tour tuve menos tiempo para leer, y no pude terminarlo antes de volver.
Silencio.
-Ne, Yuki... ¿estás enfadado conmigo?
Yuki se giro despacio, manteniendo su vista firme.
-¿Por que habría de estarlo, baka?
-¿Por haberlos leído sin tu permiso...?
Y Yuki, sin ocurrírsele otra cosa mejor que hacer después de haber oído lo que Shuuichi le había contado, se inclinó y le beso suavemente en los labios. Shuuichi se relajó un poco.
-¿Crees que me enfadaría por eso? –le susurro cerca del oído, mientras sus manos le rodeaban la cintura, despacio.
-Ano.....yo pensé....¡Yuki! –le dijo con los ojos muy abiertos, mientras Yuki se apartaba solo unos centímetros de su cuello, donde acababa de morderle.... suavemente.
-Todavía hay una cosa de la que no me has dicho tu opinión, Shuuichi-chan.
-ah.... ¿qué... que cosa?
Yuki sonrió perversamente, mientras movía sus manos hacia dentro de la camisa de Shuuichi, y lo atraía más hacia así.
-No me has contado que te pareció la escena al final del capitulo quince, después de que Sakura conoce a Minase en el bar.
Shuuichi empezó a sentir mucho calor. No sabía si era por lo que Yuki le estaba haciendo, o por que acababa de recordar a que escena se refería.
-Oh, te refieres a *esa* escena....
-Hai –le dijo al tiempo que volvía a besarle en la boca, esta vez, un beso más largo y profundo.
-Ano.....
-Por que no en vez de contármelo, me lo enseñas, Shuuichi-chan
Shuuichi lo miro, reprimiendo una sonrisa y asintió. Le encantaba cuando Yuki lo llamaba por su nombre.
Ambos se levantaron, sin soltarse las manos, y se encaminaron hacia el dormitorio, cerrando la puerta tras de sí.
Y le encantaba aún más cuando tenia a Yuki para el toda la noche....
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