Remembrance
by Nagi-chan

~2~

Es una ardilla.

No, en realidad no.

Imposible.

No existen ardillas rosas.

Es un conejo. Tiene que serlo.

Aunque claro, tampoco existen conejos rosas.

No, espera. En realidad, me es vagamente familiar. He visto a este conejo en alguna parte antes.

Si hasta tiene un nombre estúpido.

Si, es algo como .... kamagaru... komagaru....kumagoro...

Si, eso es.

Kuamgoro~.

Es el estúpido peluche del cantante que tanto le gusta a Shuuichi.

Los ojos de Yuki se abrieron de repente, parpadeando varias veces ante la luz que le llegaba de la ventana.

¿Acababa de sonar con el peluche de Ruuychi? Esto jamás de los jamases se lo contaría a Shuuichi. Dios, ¡ni a nadie! Antes muerto que los demás supiesen que había soñado con un estúpido conejo rosa.

Oyó un pequeño murmullo, y aún un poco dormido, se pregunto si había alguien más en la casa. Miró hacia el otro lado de la cama, y vio que Shuuichi no estaba. Ah, probablemente era él hablando con el repartidor, o por teléfono. Despacio, se levantó de la cama, y se aproximo hacia el pasillo, dispuesto a darse una ducha de agua muy fría a ver si despertaba de una vez. Ya podía oír las voces más claramente, y parecía que efectivamente, Shuuichi estaba halando por teléfono. ¿Quién sería?

-....ro que lo conseguiremos, aún tenemos mucho tiempo para perfeccionar la canción, ¡y la idea que tuvisteis Fujisaki y tú ayer era fantástica!....

Ah... probablemente Hiro.

-....hai, lo haré. ..... no, hoy tengo la tarde libre. Yuki tiene que ira recoger uno de esos premios para escritores de best-sellers.... no, los anuncian esta noche, pero estoy seguro de que va a ganar...

Este baka....

-....hahahah, Yuki nunca me dejaría acompañarle! Ahí van escritores importantes, yo acabaría deciento alguna estupidez que le avergonzaría! .... si, pues me pasaré sobre las siete entonces?

¿Pero que.....?

-...de acuerdo! Hasta esta tarde, ja!

Yuki volvió corriendo hasta el dormitorio sin hacer ruido, al tiempo que Shuuichi colgaba el teléfono y desaparecía en la cocina, para volver a parecer con un papel en la mano, tomando la misma dirección que Yuki. Al ver al escritor en pie, su cara se iluminó, y se avanzó hacia él, dándole un rápido beso en los labios.

-Ohayo~! –se acercó un poco más para darle un tierno beso.

-Estas despierto! Iba a dejarte una nota –le dijo señalando el papel- para que no te olvidaras de ir a recoger el traje para esta noche de la tintorería, y que te he dejado el desayuno encima de la mesa. Si te das prisa aun estará caliente.

Yuki lo miraba un tanto perplejo. ¿Cómo era posible que acabase de decir algo tan triste hace un momento, y ahora le estuviera sonriendo de una forma tan honesta? ¿Cómo era posible que fuera tan bastardo de no haber caído en eso antes? Nunca le había pedido que le acompañase a sus compromisos públicos por miedo a que hiciera una escena, y, aunque la mayoría de las veces no hubiera podido ir de todas formas por que coincidían con alguna entrevisto, o un concierto suyo, Shuuichi se había dado cuenta del verdadero por qué.

Y se había retirado en silencio.

Este pensamiento hizo que un sentimiento de culpa agolpase en su pecho.

-¿Yuki...?

-Hai, hai. Traje, desayuno. ¿Es eso todo?

-No –le dijo Shuuichi sonriendo- y que te quiero.

Dicho esto se dio la vuelta con un pequeño saltito y salió despacio del dormitorio.

-¡Estaremos ensayando toda la mañana si me necesitas! Me voy!

-Lo que sea –le dijo Yuki, aún en el dormitorio- pero no te retrases, no podemos llegar tarde hoy.

Shuuichi se dio la vuelta, extrañado. Había quedado para hacer algo con Yuki y lo había olvidado? ¡Imposible! Tenia apuntadas todas y cada una de las cosas ha hacía con Yuki en su calendario (en rojo) , y hoy no tenia nada apuntado. Eran raras las ocasiones en las que tenían que hacer algo, aparte de alguna que otra entrevista, y estaba seguro de que jamás se olvidaría de algo así. ¿Tal vez Yuki se había confundido de día...?

Volvió hacia el dormitorio, donde Yuki estaba haciendo la cama.

-¿Aún estas aquí?

-Ano... Yuki... ¿a dónde se supone que no podemos legar tarde?

-¿Lo has olvidado? –le dijo casualmente, sin mirarle- hoy anuncian al ganador de los premios Greenlib, y no puedo faltar.

-Y... y quieres que yo te acompañe? –le preguntó, en un tono que denotaba incredulidad.

-Esas fiestas tienden a ser cada vez más aburridas, así que he pensado que sería interesante llevarme algo para distraerme.

Silencio.

Shuuichi tardó unos minutos en procesar la información, un segundo en agrandar sus ojos –Yuki casi podía jurar que adoptaron la forma de un corazón- y dos microsegundos en abrazarse con manos y piernas a Yuki, tirándolo de nuevo en la cama, y dándole pequeños besos por toda la cara.

-Suki da! Suki da! Suki da! Yuki~ suki da!

-¡Déjame, baka! !Quítate de encima! –le gritó, un poco colorado.

Y pese a todos los esfuerzos, Yuki no consiguió romper el abrazo de Shuuichi, aunque en realidad no estaba del todo seguro de que quisiera romperlo en primer lugar....

-¿No vas a llegar tarde?

Los ojos se Shuuichi volvieron a la normalidad, mientras miraba su reloj de pulsera. Su cara cambió, esta vez a puro pánico.

-Oh, *no*! Casi son las nueve! ¡¡¡K me matara!!!

-Entonces te sugiero que corras –fue la única respuesta de Yuki.

Le dio un rápido beso en los labios y le indicó la puerta.

-OK! Estaré de vuelta antes de las 4! No te preocupes no llegaremos tare! Te quiero! Y no te vayas sin mi! Ja!

Yuki se sentó en la cama con un pesado suspiro, de repente todo el sueño y el cansancio le había vuelto encima.

-Baka.... -suspiró, pero con una sonrisa en los labios.

Terminó de hacer la cama, y se vistió rápido, tenían mucho que hacer hoy. Picó un poco del desayuno que había preparado Shuuichi, pero realmente no tenia demasiada hambre, así que en su lugar, enciendo un cigarrillo. El primero de hoy.

No sabía por que, pero tenía el presentimiento, de que no seria el último.

Cuando fue a buscar el cenicero, recordó la nota de Shuuichi, que estaba

en cima de la mesa.

-El traje, es cierto.

Suspirando, cogió su cartera y las llaves del coche, apagó el cigarrillo en el cenicero, y salió de casa. No le apetecía nada en absoluto tener que salir ahora de casa, necesitaba un poco de tiempo para pensar en algunas cosas, y también tenía que acabar el capítulo antes de la semana que viene, o su editor empezaría a llamarme más a menudo para ver si cumplía con el horario.

Dio la vuelta a la esquina, y divisó la tintorería donde Shuuichi había dejado su traje. Fue su culpa que se manchara del tinte que Hiro y él usaron para cambiar el color de su pelo a verde fosforito –sé, sí, verde, para que fueran a par con el pobre Fujisaki- para celebrar el éxito de su tour por Japón.

Suspirando, aparco el coche en doble fila, apagó el motor y se dirigió hacia la acera. Entró con rapidez en la tienda, sacando el resguardo, que para su desgracia, tenía varios corazones alrededor del su nombre. Este Shuuichi.....

-¡Iterrashai~! -le replico la chica con coletas desde el otro lado del mostrador. Llevaba un peto con corazones por todas partes y mascaba chicle de fresa.. Oh, vaya.... después de todo, *Shuuichi* era quien había elegido esta tienda.

-Hai, trajeron un traje mío que debía estar listo hoy.

-¡Hai! ¿me da el resguardo?

Yuki se lo entregó, sacando el dinero de su cartera. No quería estar allí ni un momento más.

Y necesitaba un cigarrillo.

-¡Aquí está, señor! Son 3500 yen

-Bien, quédese con el cambio.

-¡Arigatou, señor! ¡Que pase un buen día!

Yuki no contestó, y salió con el traje enrollado en su brazo. Y justo cuando iba a cruzar la calle para ir hacia su coche, lo vio.

Kuso. *Ahora* sí que necesitaba un cigarrillo.

-Hola, Eiri-san. Pareces cansado.

-Y tú preocupado, como siempre, Thoma.

El susodicho sonrió, sin cambiar su expresión. Era algo digno de ver, como alguien podia enmascarar tan bien sus sentimientos, y que Yuki solo se lo había visto hacer a él.

-Puede que lo esté, tengo muchas cosas en la cabeza.

-No has venido a contarme tus problemas –más que una pregunta, parecía una afirmación, por lo que Thoma no se molestó en contestar.

-Siempre tan directo. De acuerdo, Eiri-san. Lo haremos a tu modo –se apoyó contra el coche de Yuki, sin dejar de mirarlo, y cruzó sus brazos.

-¿Has pensado en lo estuvimos hablando la semana pasada?

Yuki sonrió.

-¿Estuvimos? Que yo recuerde tú fuiste el que hablaste todo el rato mientras yo solo negaba con la cabeza.

-Eiri-san....

-Y tambien recuerdo haberte dicho expresamente que no volvieras a mencionarlo, nunca más.

-Solo lo hago por tu bien, Eir--

-¡Y una mierda!

Varios transeúntes se volvieron a ver quien era el que había gritado, mirándole extrañados. Hasta a Thoma le había cambiado la cara, ligeramente.

-Las personas como tú solo se preocupan de lo que es mejor para ellos, nada más y nada menos.

-Eso es cruel, Eiri-san. Es cierto que solo estoy pensando en tu felicidad. Pero este no es el mejor lugar para discutir esto... ¿Por qué no vamos--

-¡Te he dicho que no! –dicho esto, Yuki sacó las llaves de su coche y abrió la puerta, entrando dentro.

Cuando intentó cerrarla puerta, un brazo la mantuvo abierta. Thoma se asomo dentro, su rostro serio, sin la falsa sonrisa que siempre le acompañaba.

-Es una gran oportunidad para ti, Eiri, y lo sabes.

Yuki suspiró, y se relajó un poco. Le miró lo mas sinceramente que pudo.

-No voy a dejarle, Thoma. Nunca.

-Solo te pido que lo pienses.

Thoma le dejó un sobre encima del asiento y se apartó, dirigiéndose hacia su propio coche. Yuki puso el motor en marcha, y se alejó de allí tan rápido como pudo.

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¿Qué os parece hasta ahora? Review review! Onegai~~~!!!