Angst, angst, angst, (que de alguna forma suena mejor que 'angustia' o.O) y Thoma portándose mal -no sé, hace muy bien el papel de malo ^_~
~4~
-¿Ya está todo?
Shuuichi miró por última vez a la que había sido su habitación los últimos tres días en el Hospital General de Tokio, y asintió. La verdad, no echaría de menos este sitio. No solo era la impersonalidad que emanaba de cualquier rincón, sino también la ropa que les hacían llevar, y la comida, que era de lo peor que había probado nunca. Tendría todas las vitaminas que quisieran, pero habían olvidado ponerle el sabor.
Oh, y por supuesto aquel color blanco.
-¿....Shuu?
-Hai, no queda nada.
Hiro le miró un momento pero no digo nada. Cogió el bolso de Shuuichi y le dio una palmada en la espalda, indicándole que le siguiera. Shuuichi asintió, y ambos salieron de la habitación. Antes de que Shuuichi le pudiera preguntar a Hiro si podía pasar un momento a la habitación de Yuki para despedirse antes de abandonar definitivamente el hospital, Hiro sonrió y le dijo
-No tardes mucho
Shuuichi lo miró y sonrió, no había nada que su amigo no supiera de él después de tanto tiempo, para que sorprenderse ahora.
-Vuelvo ahora mismo
-Ok
Shuuichi se encaminó a la habitación contigua y volvió a intentar mirar hacia dentro por la ventana, pero tampoco tuvo suerte, ya que las cortinas (por que era cortinas, no las persianas que le pareció la primera vez que fue a la habitación) seguían corridas, seguramente a petición de Yuki al que no le gustaba nada la idea que la gente pudiera verlo cuando pasaba. Así que llamó a la puerta suavemente, y la abrió, temiendo que Yuki pudiera estar aún dormido o algo así.
Pero la habitación estaba vacía.
Por supuesto la primera reacción de Shuuichi fue de puro pánico. Su corazón estalló en su pecho y por su mente pasaron millones de imágenes de Yuki ocurriéndole cosas terribles durante la noche, los médicos no pudiendo hacer nada, Yuki diciendo su nombre...
Esto es, hasta que recordó que tenía prevista unas radiografías para esta mañana.
Shuuichi se rió con ganas en la soledad de la habitación, no solo para relajar los nervios y hacer que su corazón volviera a latir normalmente, sino por la estupidez de su actuación. Seguramente Yuki se hubiera reído de él también.
Con un poco de tristeza, abandono la habitación para reunirse con Hiro en el pasillo, que le miraba con una expresión interrogante en la cara.
-Cuando dijiste en seguida, realmente decías enseguida ne?
Shuuichi sonrió.
-No es eso. Yuki no estaba en su habitación.
-Ah, eso lo explica entonces.
-Tenían que hacerle unas radiografías, o algo así.
-Ah. La operación es el viernes, ne?
-Hai.
-Pues entonces será mejor que nos demos prisa para que puedas volver esta tarde a darle ánimos.
-Hiro~! –dijo Shuuichi con corazones en los ojos, y le dio un rápido abrazo.
Y juntos se alejaron de la habitación. Cogieron el ascensor hasta la planta baja con el pequeño bolso de Shuuichi al hombro, mientras Hiro se preguntaba donde demonios había aparcado la moto esta vez, puesto que el aparcamiento al lado del hospital estaba completo aquella mañana. Cuando las puertas se abrieron, Shuuichi divisó una figura familiar al lado del puesto de enfermeras y la saludó. Al verlos, Giovanna también inclinó la cabeza, asombrándose una vez mas de las extrañas costumbres japonesas.
-Si es mi cantante favorito. ¿Ya te han dado el alta?
-Hai
-Pues asegúrate de seguir las instrucciones del médico, que ese brazo aún no está curado del todo.
-No te preocupes Gio-chan, lo haré.
-De todas formas los vas a ver por aquí a menudo –añadió Hiro, que también se había acercado
Giovanna sonrió.
-Ah, si. El ángel guardián del escritor.
Shuuichi no pudo por menos que sonrojarse al oírlo.
-No es eso....
-Está bien, creo que nuestra belleza rubia necesita a alguien a su lado. Y ahora si me disculpáis, en el trabajo de una enfermera no existe el descanso! –dijo alegremente.
-Adiós, Gio-chan
-Hasta la vista, y no olvides lo que te he dicho –le dijo Giovanna antes de acercarse a Hiro un momento- y tú, cuidada de él por mi.
-¿No lo hago siempre? –respondió, con una sonrisa afeccional en su cara.
Gio sonrió, y se alejó por el pasillo sin mirar atrás. Shuuichi miró a Hiro con una cara interrogante mientras caminaban hacia la salida, pero Hiro sacudió al cabeza como queriendo decir que no tenía importancia. Le indicó el camino de la izquierda, y ambos caminaron por el asfalto hasta los límites del hospital.
-¿Nani? Pensé que habías venido en la moto...
-Y he venido en la moto.
-¿Y dónde se supone que está?
-Está aparcada ahí atrás –le dijo Hiro, sin parar de caminar.
-Se supone que estoy enfermo, y me haces caminar más. ¿No podías haberla dejado en el aparcamiento un momento?
Hiro se volvió sorprendido
-¿Así que ahora estas enfermo? Recordaré eso cuando me pidas que te traiga esta tarde para visitar a Yuki-san..-dijo con una voz intencionadamente peligrosa.
Shuuichi se mordió el labio inferior, arrepintiéndose una vez más de no poder mantener la boca cerrada cuando le convenía.
-Ano, Hiro...
-Te traeré, no te preocupes. Pero con una condición.
-Eso era lo que me temía –musitó Shuuichi.
-¡Eh! –Hiro intentó parecer herido- sabes que siempre soy justo, ne?
-....
-Lo haré si prometes que escribirás una canción para antes de final de semana y así evitar que Fujisaki se suicide un día de estos.
Shuuichi se rió, imaginándose al pianista tirándose de los pelos con esa cara tan característica suya por que debían de tener listo el primer single para dentro de menos de un mes.
-Trato echo
-¿Ves? Soy un buen negociante
-Lo que eres es un buen chantajista
-Ahora si estoy herido, Shuu-chan...
Y ambos se alejaron riendo hacía la parte que estaba detrás del edificio del hospital, sin darse cuenta de que alguien los observaba desde una de las habitaciones del tercer piso, mientras tomaba una taza de te caliente.
-No es nada personal, Shindou-san –musito para si mismo, y luego se alejó de la ventana.
Hiro condujo despacio y muy por debajo del límite de velocidad, que no solía ser su costumbre, pero Shuuichi no dijo nada. Desde que había sucedido el accidente, se había dado cuenta de lo vulnerables que eran cuando estaban en la carretera. No se trataba solamente de que tú siguieras las normas de circulación y con eso estarías a salvo, si no que había que tener en cuenta al resto de la gente que no les hacía ningún caso, y que no merecerían poder usar ni una bicicleta.
Una vez llegaron al piso de Yuki, Hiro aparcó y ayudó a Shuuichi a subir su bolsa hasta casa. No es que pesase mucho, pero quería asegurarse de que llegaba bien a salvo.
-¿Seguro que estarás bien?
Shuuichi se volvió y entornó los ojos.
-Claro que si Hiro. Me encuentro bien, !en serio! No moveré nada el brazo ni haré ningún esfuerzo grande si eso te hace sentir mejor, ok?
-Si solo supiera que es cierto...
Shuuichi le quitó la bolsa de las manos, y la dejó en el sofá.
-Hiro, estaré bien. Esta tarde nos vemos en el estudio, ok? Y ahora vete a llamar a Ayaka, que lo estás deseando.
Shuuichi sabía positivamente que la única forma de distraer a Hiro de lo que fuera que estuviera haciendo, era nombrar a su encantadora novia. Entonces, el resto del mundo se desvanecía y él no sabía más que decir bobadas sin sentido mientras se ponía todo colorado. Se preguntaba si le ocurría lo mismo a él cuando alguien mencionaba a Yuki.
Por el bien de Yuki esperaba que no.
-Hai... es cierto que debería haberla llamado...pero puede que deba esperar un poco más, ahora probablemente estará en sus clases y no quiero que se preocupe si la llamo en mitad de una clase y probablemente... –Hiro le miro un momento- ¿Y por qué demonios te estoy contando todo esto?
Shuuichi se rió para si mismo.
-No sé, eres tú el que has empezado.
-Tratabas de distraerme no es cierto?
Shuuichi piso su mejor cara inocente y dijo.
-¿Yo?
Hiro suspiró, ahogando una sonrisa en su cara.
-De acuerdo, confiaré en que no hagas demasiado el tonto esta tarde. Nos vemos a las cuatro, ok?
-Allí estaré
-¿Seguro que no quieres que venga a...?
-Seguro. Ahora vete, ¡es una orden!
-Hai hai
Hiro se despidió de su amigo, y salió de casa de Yuki. Shuuichi esperó hasta que se solo se podía ver su silueta en la moto a lo lejos, cerro la puerta, y suspiró. La verdad era que si estaba algo cansado. Pero no era culpa suya, no podía dormir bien en los hospitales.
Recogió la bolsa de encima del sofá, la llevó hasta la cocina y sacó su contenido. Toda la ropa sucia fue al cubo directamente, ya habría tiempo de llevarla a lavar otro día, y el resto –su cepillo, el peine- lo llevó al servicio. Aún quedaba una cosa más que guardar, el Kumagoro que Ryuichi le había dejado para que le cuidase mientras estaba enfermo. Shuuichi se preguntaba como habría aguantado estos días sin él, si siempre parecían tan inseparables.
Sonriendo, llevó al conejito hasta la sala de estar para estar seguro de no olvidarse de llevárselo esa tarde de vuelta al cantante, puesto que como ya no estaba en hospital, no era necesario que siguiera cuidándolo.
Resistiendo las ganas que tenía de pasarse por el estudio de Yuki –por miedo a echarle más de menos de lo que ya estaba haciendo- decidió que lo mejor sería que durmiera un poco antes de ir al estudio. No creía que le hicieran hacer mucho hoy, probablemente Hiro y Fujisaki le explicarían los arreglos de la canción que debía ser el nuevo single y luego podría irse al hospital a ver qué tal se encontraba Yuki y qué le habían dicho en las pruebas.
Tuvo intención de ir al dormitorio, pero rechazó la idea de inmediato, estando seguro de que no podría pegar ojo si lo hacía. La cama le recordaba demasiado a Yuki. Así que se acomodo en el sofá, abrazó fuerte una de las almohadas que se había traído del cuarto y trató de no pensar en nada durante un rato.
Y lo consiguió, hasta que alguien tuvo la desgracia de llamar por teléfono.
Shuuichi se levantó en seguida, desorientado por un momento sin saber muy bien en donde se encontraba. Una vez asimilado que estaba echado en el sofá de su casa, miró el reloj, y descubrió que ya eran las cuatro menos veinte. ¿Había dormido durante toda la hora de la comida? Vaya, si debía estar cansado.
De repente recordó que el teléfono seguía sonando, y lo contestó.
-Moshi moshi.
-Hai. ¿Shindou-san?
Esa voz sonaba como la de..
-¿Tohma-san?
-Hai. Creo que tienes intenciones de venir esta tarde a visitar a Eiri, ¿no es así?
No sonaba amenazante, pero a Shuuichi no le gustó un pelo la forma con la que estaba diciendo.
-Hai, ...habíamos quedado en eso.
-Creo que no va a ser posible.
Shuuichi se quedó callado un momento, no sabiendo muy bien qué decir. Nunca sabía qué decir cuando hablaba con Tohma sobre Yuki.
-Ano.... ¿por qué no?
Hubo un pequeño silencio.
-Las pruebas han durado toda la mañana, y Eiri está muy cansado. Además, creo que le darán algún sedante esta tarde para que duerma y así descanse.
-Oh.
Estaba bastante claro que Tohma no quería que fuera esa tarde a verlo, y dado que Tohma se preocupaba casi tanto como él por Yuki, puede que tuviera razón. Quizás era mejor que dejarlo descansar, e ir a verlo al día siguiente, aunque el precio fuera un día entero sin poder ver a Yuki.
-Entonces creo que iré mañana a visitarlo, cuando este más descansado.
-¿Vas a venir esta tarde al estudio? –dijo ignorando la respuesta de Shuuichi.
-Hai
-Pásate por mi despacho cuando termines, hay cosas de las que debemos hablar. Ja ne.
Y dicho eso, Tohma colgó el teléfono.
¿Para que demonios querría hablar Tohma con él? Podía ser por algo relacionado con la banda, pero por algún motivo Shuuichi no creía que este fuera el caso. La forma en que lo había dicho... Tohma parecía enfadado.
Pero ¿enfadado con quien?
Shuuichi se levantó del sofá de mal humor. El día iba empeorando según iba pasando. Ahora tendía que esperar hasta mañana para poder ver a Yuki, una charla con Tohma en su despacho que seguramente sería por algo desagradable, y encima llegaba tarde al estudio, seguramente haciendo que todos se preocupasen por él.
Sacudiendo la cabeza, se dijo que contra más tardase en ir, empeoraría más la situación, así que se arregló un poco en el servició, metió a Kumagoro en su mochila, y se encaminó al estudio.
Como esperaba, Hiro le esperaba fuera mirando impacientemente el reloj.
-Llego tare, lo sé. Gomen. Me quedé dormido.
Hiro iba a decir algo, pero cambió de idea.
-¿Has comido algo?
Shuuichi negó con la cabeza. Hiro asintió, como si ya se lo esperase, y le indicó la cafetería que había enfrente. Escogieron una mesa al fondo, y pidieron una hamburguesa americana.
-¿Has descansado algo?
-He estado durmiendo desde que te fuiste.
-¿Ah, sí? Bien –dijo mientras daba u mordisco a su hamburguesa- así tendrás fuerzas para esta tarde.
-¿Qué ha dicho Fujisaki?
-Ya sabes como es, siempre quiere tener el trabajo a tiempo –le guiñó un ojo- dice que aún tenemos tiempo de sobra para hacer la presentación del single, así en un gesto muy poco propio de él, dijo que podemos ir cuando quieras la hospit—
-No vamos a ir al hospital –dijo Shuuichi dejando la mitad de su hamburguesa en el plato, admitiendo que no podría comer nada más. Ya no tenía petito.
-¿Nani? ¿por qué? Pensé que querrías...
-Yuki está descansado de las pruebas de esta mañana, puede que incluso sedado. Es mejor dejarlo dormir.
Hiro seguía mirándolo extrañado.
-¿Y cómo se supone que sabes todo esto?
-Tohma me llamó.
Ahora sí dejo su hamburguesa en la mesa y le miró atentamente.
-¿El presidente te llamó?
-Hai. Me dijo que era mejor dejarlo descansar por hoy, y que luego me pasase por su despacho.
-¿Para qué?
-No sé, dijo algo de qué teníamos que hablar.
-¿Te dijo sobre qué?
-Uh uh –negó con la cabeza.
Hiro no dijo nada.
-Es un poco extraño, ¿no te parece?
-¿Y cuando no es Tohma extraño cuando se trata de Yuki? –le contesto Shuuichi.
Hiro tuvo que admitir que era cierto.
-¿Y qué vas a hacer?
-Primero voy a devolverle a Sakuma-san su Kumagoro y agradecerle que me lo dejase. Estoy seguro de que lo estará echando de menos.
-No te lo puedes ni imaginar –dijo Hiro, un poco aliviado al ver que Shuuichi se había animado un poco- ahora en vez de hablar el solo habla con todo el resto del mundo, nos trae locos.
Shuuichi incluso sonrió.
-Tú vete al estudio y dile a Fujisaki que por una vez, haremos el trabajo cuando hay que hacerlo.
-¿Estás seguro de que quieres trabajar ya? Aún estas—
-Hiro, solo comprobaremos los arreglos, ok? Y la letra de la canción, nada de grandes esfuerzos.
Hiro no parecía muy convencido, poder sabía por experiencia que cuando algo te está rondando la cabeza, lo mejor es distraerse en el trabajo, así que asintió. Ambos se dirigieron al estudio, y Shuuichi le dijo Hiro que se encontrarían abajo más tarde, que el iba a buscar a Ryuichi.
Solo entonces se dio cuenta de que no sabía donde demonios podría estar el cantante, ni siquiera si estaba en el edificio. Recorrió algunos pasillos con la esperanza de encontrárselo por casualidad, pero como la suerte no parecía estar de su lado aquel día, sus pasos le llevaron a encontrarse con Tohma.
-Shindou-san, veo que tienes mejor aspecto.
-Aa, arigatou, Tohma-san.
Tohma cambió su maletín de mano mientras le miraba, y luego sonrió es este típico gesto suyo- ¿Ibas a alguna parte?
-Ano... buscaba a Sakuma-san.
Tohma no pareció sorprenderse.
-Ah sí?
-Hai, para devolverle a Kumagoro.
-Ah, sí. Me habían dicho que estaba a tu cuidado.
-Hai.
Otro silencio.
-Ryuichi volverá en un media hora, ha salido con K para hacer un recado.
-Oh.
-¿Quieres acompañarme hasta mi despacho y poder hablar un momento?
¡ No! ¡Solo quiero ver a Yuki!, su mente gritó.
-Claro.
Siguió a Tohma hasta su despacho en la segunda planta, y lo observó mientras cerraba la puerta y se acercaba a su mesa, dejando cuidadosamente el maletín encima de ella. Shuuichi se fijo en que parecía muy elegante, recubierto con piel y con un cerrojo con clase secreta, y pensó vagamente en como sería llevar uno por la calle. Probablemente Shuuichi nunca tendría uno así, él llevaría una mochila hasta le final de sus días, pero quizás sería bonito regalarle uno así a Yuki por su cumpleaños o algo.
-Sientate, por favor –la voz de Tohma lo sacó de sus pensamientos.
Hizo lo que se le había dicho, y espero pacientemente mientras Tohma se sentaba en su silla, juntaba sus manos, y lo miró expectante con sus intensos ojos.
-Espero que por fin te hayas dado cuenta de que al final, yo tenía razón.
-¿uh?
Vale, la conversación no había empezado terriblemente bien.
-Shindou-san, ahora ya no puedes negar la evidencia.
-Tohma-san, yo no sé—
-Claro que lo sabes –dijo Tohma sin ni siquiera subir el tono de voz, pero haciendo peligrosamente claro que estaba muy enfadado -Creo que ha quedado suficientemente probado que tu relación con Eiri no es beneficiosa, si no para ninguno de los dos, por lo menos para Eiri.
-Demo—
-No más peros, Shuuichi –dijo, levantándose de su silla y girándose hacia la ventana.
El corazón de Shuuichi latía a mil por hora, no sabía si por el rápido movimiento de Tohma, o por el hecho de que lo hubiera llamado por su nombre, y sin calificativo.
-Creo que Eiri ya ha sufrido bastante –dijo, más bajo esta vez, sin darse la vuelta.
Shuuichi por un momento pensó si estaba hablándole a él, o para sí mismo.
-Es hora de que lo vuestro termine.
-¿Nani? –Shuuichi casi gritó, temiendo el giro que la conversación estaba tomando- no creo que seas tú quien deba juzgar—
Tohma se dio la vuelta, mirando directamente a Shuuichi a los ojos. Ya no sonreía, como solía hacerlo siempre, sino que su rostro estaba triste, como si hubiera perdido la esperanza en algo muy importante.
-Creo que no te das cuenta de la gravedad de la situación –dijo mientras se acercaba unos pasos, con una voz cansada- Eiri podría quedarse ciego de por vida, o perder una gran parte de su capacidad visual. ¿Qué crees que eso puede hacerle a un escritor? ¿O que le hará la prensa cuando se entere?
Shuuichi notaba que su respiración se iba haciendo más rápida, y que en sus ojos empezaba a parecer el principio de sendas lágrimas.
Esto no podía estar pasando a él.
-Demo, el doctor dijo que era una operación sencilla...
-Claro que dijo que seria sencilla. ¿Qué le esperas que diga al paciente? ¿Que solo tiene una posibilidad entre veinte de volver a ver normalmente?
Shuuichi no sabía que decir.
-Sé que no quieres verlo, y puede que no sea muy correcto por mi parte decirlo, pero como la causa de que Eiri se encuentre en esta situación, he de pedirte que abandones la relación de una vez por todas.
-¿La.... causa?
Ahora Tohma rió, pero sonó más como una risa histérica de alguien al borde de la locura.
-No me digas que no lo recuerdas –le dijo con voz peligrosa, acercándose un poco más- Por que yo lo he oído de labios de Eiri todas estas noches, en sus pesadillas.
¿Qué estaba diciendo Tohma?
-Algo que dijiste le distrajo, ¿no es cierto? Querías tener toda su atención y le hiciste mover sus ojos de la carretera...
-No... –pero Shuuichi tenia la cabeza atontada.
No podía pensar.
No podía razonar.
Veía en su mente la conversación que mantuvieron Yuki y él antes de estrellarse una y otra vez, pero estaba todo tan borroso... Sabía que él se giró para decirle algo a Yuki, puede que riéndose al hacerlo, eso no estaba claro, y Yuki se volvía hacia él para oírle mejor, y luego la luz....
Puede que si le distrajese después de todo. Puede que si no hubiera hablado ni le hubiera dicho nada a Yuki, él hubiera podido ver al coche acercarse y no se habrían estrellado contra la vaya, y Yuki no tendería los ojos como los tiene ahora.
Puede que si fuera culpa suya.
Los ojos de Shuuichi se llenaron de lágrimas, entendiendo por fin.
Y Tohma lo vio
Vio el cambio en sus ojos. El cambio de la culpabilidad.
Lo conocía bien, puesto que es el que lleva todos y cada uno de los días el desde que la vida de Yuki cambio radicalmente en Nueva York. La culpa por pensar que si se hubiera actuado diferente, si hubiera llegado un poco antes, si no hubiera confiado en Yuki..... pero ya nada podía hacerse. Tohma solo podía esperar que Yuki le perdonase en algún momento de su vida. Y haría todo lo que estuviera en su mano para evita que volviera a sufrir. Incluso si se trataba de alejarlo para siempre de Shindou Shuuichi.
-Yo...
-No hay otra salida, Shindou. Lo sabes. Debes dejarle.
Shuuichi siguió mirando al vacío, como si no oyese a Tohma.
-Eiri no aceptaría dejarte por su maldito orgullo, pero como su amigo, como alguien que le quiere, creo que debes hacer lo que es mejor para todos.
-¿Qué estás tratando de decirme Tohma?
-Que dejes que me lo lleve lejos, para que no sufra más.
Shuuichi lo miró con un gesto horrorizado en la cara. No creía haber entendido el significado de la frase en su totalidad, pero sabía que era algo que le mataría por dentro.
-Yo...
-Después de que le den el alta en el hospital, me lo voy a llevar a Osaka, para que pueda recuperarse en paz. Te ruego que no mantengas ningún contacto más con él para no hacer esto demasiado doloroso. Por supuesto, puedes quedarte con el apartamento y todos los muebles, los gastos corren a cuenta mía.
¿El... el piso? ¿Y a quién demonios le importaba el maldito piso?
Shuuichi solo podía pensar en que había herido, quizás irremediablemente, a la persona que más le importaba en este mundo, y que la única forma de dejar de hacerle daño, sería alejarse en silencio. Tal y como decía Tohma.
El presidente lo miró un momento, y casi estuvo a punto de sonreír. No es que se alegrase de poner a Shuuichi en una situación como esa, pero visto lo visto, la relación no le estaba haciendo ningún bien a Yuki, y el jamás permitiría que le volviera a suceder nada que le hiriese. Nunca.
Shuuichi suspiró, hundiéndose aún más en la silla en la que se encontraba. Sabía que estaba llorando, pero eso había dejado de importarle desde hacia rato. Además, Tohma ya le había visto llorar más veces, esta no iba a hacer ninguna diferencia.
Había perdido, lo había perdido para siempre.
Finalmente, consiguió recuperar sus fuerzas, solo para mirar a Thoma y decirle con una voz que no le pareció suya en absoluto.
-Está bien, haz lo que quieras Tohma. Solo quiero que sea feliz, y si para eso ha de irse, adelante.
~ ~ ~
La conversación que más me ha costado escribir hasta ahora, pobre Shuu-chan ::hugs him:: Pero por lo menos ya sé qué dirección lleva este fic.
Lo siguientes culpa de Omi Kitten, no mía. Quejas a ella.
Tohma: Ano.... Nagi-san...
Nagi-chan: ¿Hai?
Tohma: ¿Por que siempre tengo que hacer yo de malo?
Nagi-chan: Por que haces muy bien ese papel ::thinks:: y por que no hay nadie más
que lo haga.
Tohma: ¿Cómo que no? Podría ser Tatsuha, o Ryuichi...
Ryiuichi: ¿Alguien me llamó? Kumagoro ya está conmigo, y ha oído mi nombre
::plays with Kumagoro:: ¿de verdad que lo has oído? ¿Na no da?
Nagi-chan: ::stares:: ¿qué clase de malo crees que él haría?
Tohma: oh.. ::sweatdrop::
Yuki: Yo creo que Tohma lo hace muy bien.
Shuuichi: ¡Cállate! Que a ti no te hace nada, soy yo el que siempre está angsting
todo el rato...
Yuki: Ya, pero y lo mono que estabas cuando Tohma te dijo en el despacho...
Nagi-chan: ¡Yuki! ¡Se supone que no puedes ver!
Yuki&Shuuichi: ::blushing::
Oh....
Nagi-chan: Ojalá mis personajes me hicieran algo de caso... ::sweatdrop::
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