He intentado hacer algo más original en este capitulo, espero que no sea demasiado confuso para nadie ^^;;

~3~

-¿Eiri?

Caminó por el pasillo hasta la cocina, pero allí no había nadie. Dio la vuelta y volvió a pasar por el dormitorio, pero la cama aún seguía estando vacía.

-¿Eiri...?

Oyó unos leves ruidos a su derecha, se giró rápidamente y se dirigió hacia el servicio, donde vio a Yuki tratando de abrir la puerta con la mano derecha, o por lo menos eso era lo que parecía que estaba haciendo. Tohma no pudo evitar sonreír al verlo, tan.... increíblemente indefenso en su batalla mortal contra el pomo. Se acercó despacio, pero haciendo el suficiente ruido como para asegurarse de que Yuki podía oír que alguien estaba cerca. No quería darle un susto de muerte al escritor en esas condiciones, y menos con el humor que había tenido últimamente.

La verdad era que ya había supuesto un tipo de comportamiento así por parte de Yuki, pero no tanto. Tohma sabía que estaba pasando por unos momentos duros, entre lo de Shindou y el problema con sus ojos... pero aún así, Yuki era mucho más frío y desconsiderado que antes.

Tohma solo esperaba que en cuanto le quitasen las vendas, y pudieran marcharse lejos, todo estaría bien.

Puso su mano en el hombro de Yuki despacio, mientas con la otra tomaba la mano derecha del escritor y la guiaba directamente al pomo.

-Maa, maa, Eiri, deberías haberm—

-¡Por dios, Tohma! –le dijo apartando su mano de la de él rápidamente- Creo que puedo ir al baño solo

Había frialdad en su voz, y sus ojos probablemente también lo hubieran sido, si no estuvieran tapados por una venda y el pañuelo de flores que Mika le había prestado, para hacerle sentir mejor.

Pero Yuki no se dio ni cuenta.

Consiguió encontrar el maldito pomo por fin, lo hizo girar, y entró en el servicio deprisa, cerrando la puerta con un golpe sordo en las narices. Buscó el pequeño tranco que había un poco por encima del picaporte, y lo cerró, atrancando la puerta.

¿Por qué no podían simplemente dejarle irse a su casa a escribir?

Oh, si. Estaba ciego.

Yuki maldijo entre dientes, antes de palpar las paredes con sus manos hasta encontrar las cortinas del baño, sentándose en el borde de la bañera aun momento.

Esto no iba a funcionar.

Realmente apreciaba lo que Tohma estaba intentando hacer, cuidar de él y todo eso, pero esto esa demasiado. No solo estaba invadiendo la intimidad de su hermana y su cuñado –que por mucho que le dijeran que no le importaba en absoluto, Yuki sabía positivamente que estar con él estos días no era un camino de rosas precisamente- si no también era que Yuki sentía que se estaba ahogando en esa casa. No quería estar allí. No le gustaba cuando todo el mundo le decía lo que tenía que hacer, o cuando sentía que no podría hacerlo por él mismo. Odiaba tener que depender de los demás, era algo que él ya pensaba que estaba bastante claro.

Pero parecía que no.

Constantemente Mika vendría a preguntarle si quería algo, o Tohma le diría que si le apetecía que le leyese eso o aquello, o qué plato prefería para la comida, o que no debería fumar tanto por que era malo para la salud. Como si Yuki no lo supiera ya de sobra.

Nunca había esperado vivir tanto como para tener que preocuparse por los efectos del tabaco de todas formas.

Pero antes de que pudiera seguir con su línea de pensamientos, oyó sonar el timbre. Con curiosidad, se preguntó quien demonios sería a esas horas de la mañana un Domingo. Nadie se atrevía a molestar al Oh-gran-señor-Seguchi-Tohma un domingo.

Tohma estaba pensando algo muy parecido mientras se acercaba a la entrada principal con intenciones de echar lo más rápido posible a quien quiera que osase molestarle a él, o a Yuki. Tenía la impresión de que sería más bien lo último. No creía que Shuuichi se hubiera atrevido a venir, aún habiendo averiguado por alguien –posiblemente Mika- donde se encontraba Yuki ahora, después de charla que le dio en el despacho, pero aún así....

No podría estar tranquilo hasta que estuviera muy lejos.

Con decisión, abrió la puerta principal con una de sus mejores caras de póker. No había ningún sentido en asustar a alguien innecesariamente si resultaba ser solo algún vecino, ne?

Pero sus sospechas quedaron confirmadas cuando se encontró cara a cara con el guitarrista de Bad Luck. Y parecía que él tampoco tenía un buen día.

-Ohayo

-Ohayo, ciertamente. Es muy pronto para una reunión de trabajo, Nakano-san.

Hiro sonrió levemente, pero siguió con el ceño fruncido.

-No es de trabajo de lo que he venido a hablar, como supongo que habrá adivinado. Y tampoco es usted a quien he venido a ver.

Tohma levantó una ceja en señal de fingida sorpresa, mientras cruzaba los brazos por delante de su pecho.

-¿Ah, no?

-Iie.

-Pues mi mujer tampoco...

-Dejémonos de juegos. He venido a ver Yuki-san, por que hay cosas de las que necesitamos hablar.

La mirada de Tohma se endureció. Hiro no se andaba por las ramas, y eso era algo que normalmente indicaba un grado de determinación que a Tohma no le gustaba demasiado.

-Eiri no quiere ser molestado ahora

-Solo será un momento

-¡He dicho que no quiere ser molestado! Y como presidente de la compañía en la que trabaja, debería tomarse mi palabra en serio.

Hiro se rió internamente. Si piensa que me asusta en lo más mínimo, va listo.

-Pues despídame, no me importa. Pero voy a hablar con Yuki-san hoy, le guste o no.

-¿Cómo te atreve—

-Tohma, déjale entrar –se oyó una voz autoritaria desde dentro de la casa, y ambos se giraron un poco sobresaltados. Yuki se encontraba apoyado en un bastón negro en el pasillo, con una mano en la pared y mirando hacia ellos.

Como si realmente pudiera verlos.

Hiro tragó saliva, y por un momento pensó si esto había sido tan buena idea después de todo.

-Demo, Eiri...

-Tohma, no puedes impedir que vea a la gente. Oigamos lo que Nakano-san tiene que decirme –y sonrió a Hiro un momento, antes de darse la vuelta y dirigirse a su dormitorio.

Hiro esquivó a Tohma en la entrada, que aún no se había movido, y siguió los pasos de Yuki por el pasillo hasta el dormitorio. Una vez dentro, cerró la puerta para evitar que Tohma pudiera interferir.

Yuki se había sentado en la cama, de repente se sentía mucho más cansado que esa mañana. Cogió el paquete de cigarrillos que llevaba en el bolsillo, y se dispuso a encender uno. La conversación prometía ser interesante.

¿Qué sería lo que pretendía ahora que era Shuuichi el que lo había dejado a él?

-Y bien, Nakano-san, ¿a qué que debo esta inesperada visita?

-Se trata de Shuuichi

-¿Oh? –dijo, mientras daba la primera calada a su cigarro.

-Hay algo importante que debes saber.

-Y bien, ¿qué es eso tan importante que tenías que contarme, Mika-san? –le preguntó Shuuichi tímidamente, mientras echaba un poco de té caliente en la tazas.

Le había sorprendido mucho que Mika supiera donde estaba viviendo desde que se había ... separado de Yuki, pero aún más que supiera donde estaba el apartamento de Hiro. No recordaba habérselo dicho nunca, aunque claro, probablemente Tohma siendo el presidente de la compañía y todo eso, tendría esa información almacenada en sus fichas.

Pero Shuuichi no sabía por que Mika querría saberlo en primer lugar...

-¿Shuuichi?

-Hai, gomen, me he despistado un momento –dijo poniendo su mejor sonrisa.

-¿Qué pensabas?

-Ano.. me ha sorprendido que hayas venido a verme...

-¿Para qué crees que he vendo?

-Tiene que ver con ... Yuki....-dijo casi en un susurro.

-Así es. Shuuichi—

-No... Mika-san, onegai. No me hagas esto. Ya esta siendo suficientemente duro para mi tener que olvidarme de él una vez. No me hagas tener que hacerlo de nuevo, por que no podría.

-Pero es que ese es el problema, Shuuichi. No tienes que olvidarte de él, no quiero que te olvides de él.

Shuuichi la miraba confuso.

-¿Nani...?

-Shuuichi, ¿no lo ves? No puedes seguir así. ¡Tienes que dejar de sentirte culpable por algo que no ha pasado!

-Demo, Mika-san...

-Tú quieres volver con mi hermano ¿no es así? Tú quieres estar con él.

-Demo... Seguchi-san dijo..

-¡Olvida lo que dijo mi marido, Shuuichi!.

Shuuichi la miró con los ojos muy abiertos.

-Confía en mi en esto, Shuuichi, por favor. Sabes que solo quiero que Eiri sea feliz, que nunca le haría daño. Por favor, confía en mi.

Shuuichi asintió lentamente.

-Quiero que trates de concentrarte en lo que recuerdas.

Shuuichi la miraba sin comprender del todo

-Tohma no estaba en ese coche, pero tú sí. Solo tú y Eiri sabéis lo que realmente pasó.

Mika le sonrió, pero Shuuichi no se sentía muy confiado.

Cerró los ojos, y dejó que su mente le llevara a la memoria que tenía justo antes del accidente, donde todo estaba borroso. Un escalofrío le recorrió al espalda.

-Dime lo que recuerdas

Shuuichi se movió inquieto en el asiento. No le gustaba demasiado toda esta idea. No quería recordarlo.

Pero era.., era la voz de Yuki.

...cuando lleguemos intenta no hacer caso de lo que diga mi editor....

.....grite un poco ... ...... farfulla algo sobre llegamos tarde....

....ignorarlo...

-Recuerdo como Yuki me decía algo sobre su editor... que probablemente nos reñiría por llegar tarde.

Shuuichi oyó a Mika reír suavemente.

-Típico de Eiri, siempre la acaba enfadando. Continúa

-Yo le contesté que que llegábamos tarde...

... no por nuestra culpa ...

...atasco...

-....pero él dijo que no era por nuestra culpa...que era por un atascó y... y entonces se volvió a mirarme y me sonrió.... y la luz...

Mika notó que Shuuichi se estaba poniendo un poco nervioso, así que se acercó un poco más a él, y le puso un brazo alrededor de la espalda, atrayéndolo hacia ella. Shuuichi se dejó abrazar, agradeciendo el silencio a Mika que lo hubiera hecho.

Pasado un rato, Shuuichi fue el primero en romper el silencio.

-No puedo creer que lo olvidara. Yuki se volvió a mi para sonreírme.

-No fue culpa tuya, ni de Eiri. Si no del conductor de aquel coche, Shuuichi.

Shuuichi rió tristemente, y se apartó de Mika.

-Lástima que ahora ya sea demasiado tarde...

-¿Por que dices eso?

Shuuichi se volvió como su fuera la pregunta más ridícula del mundo.

-¡Mika! Le he.. ¡le he dejado solo cuando más me necesitaba! En el hospital, durante su operación, y ahora....

Mika entonces comprendió el verdadero miedo de Shuuichi.

-¿Crees que Yuki te odia?

-¡Pues claro k me odia! ¿Por que si no se habría marchado sin decirme nada?

-Oh, claro. Yuki Eiri, uno de los escritores mas importantes de todo Japón, de repente se queda sin imaginación, aceptando la primera razón que le ponen delante de su cara.

-La teoría mas sencilla es siempre la correcta, Ar—

-Arthur Conan Doyle, lo se Yuki-san, yo también soy un fan de Sherlock Holmes, aunque no lo crea –dijo Hiro casi sin aliento, luchando desesperadamente por encontrar las palabras adecuadas para hacerle ver lo equivocado que estaba. Lo equivocados que estaban tanto Shuuichi, como él.

Esperaba que Mika estuviera teniendo más suerte que él.

-Pero en eso se equivoca. Esa no es la explicación mas sencilla

Yuki se volvió hacia el, con su segundo cigarro de la mañana en una mano y un té caliente en la otra, con interés.

-¿Ah no? –dijo con incredulidad

-Iie.

-¿Y te importaría revelármela entonces, ya que pareces saberlo todo?

Hiro dejo escapar una carcajada.

-¿No es obvio? La razón mas sencilla, por supuesto, es que Shuuichi se esté culpando de lo que te ha pasado.

Yuki se quedo callado un momento, intentando procesar las palabras de Hiro. De repente se le había quedado la garganta seca.

-¿La culpa de qué?

Hiro entorno los ojos. ¿Cómo un hombre que había escrito novelas tan inteligentes, podía ser tan estúpido en estos temas?

-Del accidente, claro. De tu ceguera.

Yuki se atragantó con el té que estaba bebiendo en esos momentos.

-Del... ¿¡del accidente!? ¿Y qué demonios tiene Shuuichi que ver con eso?

-Pregúntaselo a él.

Ano baka!

-¿Entiendes ahora por que no ha ido al hospital? ¿Por qué no estuvo durante la operación? Era demasiado doloroso para él, pero puedo decirte que estuvo tan preocupado por ti como para no dormir aquella noche.

-No lo entiendo.... unos día antes estaba tan normal, y de repente desapareció. No es típico de él.

-Ciertamente, hubo alguna interferencia... externa, por así decirlo.

-¿Qué quieres decir?

-Bueno... alguien le metió a Shuuichi la idea de que el accidente fue culpa suya en la cabeza –dijo Hiro, sin muchas ganas.

-¿¡Quién!?

-No se si estoy en posición de decirlo... -dijo cada vez más incómodo.

-Fue Tohma, ¿no es cierto?

-Yo....

-No puedo creer que hiciera algo así. ¿¡Cómo se atreve!? ¡No tiene derecho a inmiscuirse en mi vida como y cuando le plazca, y menos en la de Shuuichi! ¡K'so!

-¿Comprendes ahora por que he venido? Todo esto es un gran error, uno que se puede arreglar fácilmente si me acompañas.

-¿Uh?

-Shuuichi estará probablemente pensando en algunas cosas ahora mismo, espero que para bien. Pero no terminará de estar seguro si no hablas con él. Creo que ambos necesitáis hablar... ne?

Yuki dudó.

No por que no quisiera verlo, Dios sabía que era lo que más deseaba en ese mundo. Sino por que tenía miedo de hacerlo. No sabía muy bien por qué, pero Shuuichi conseguía hacerle tener tantas emociones largamente olvidadas, que a veces le daba miedo.

-No creo que sea buena idea

-¿Qué? ¿después de todo lo que te he contado, no quieres ir a verlo?

-No es eso...

-¡No! –grito de pronto- ¡Ni hablar!, no dejaré que le vuelvas a hacer daño.

Yuki rió levemente.

-No pretendo hacerle—

-Pues es lo que vas a conseguir, sentándote ahí y compadeciéndote de ti mismo

-Por si no lo has notado, estoy ciego

-Sí, lo estás. Pero no por la venda que llevas en los ojos, si no la que llevas en el corazón. Si es ese el coraje que vas a poner para luchar por Shuuichi, entonces Tohma tenía razón desde el principio, y esta relación estaba condenada a fracasar –le dijo en tono acusador, y reprimiendo las ganas de marcharse de esa habitación dando un gran portazo.

Yuki era tan estúpido como Shuuichi, de verdad.

El escritor estuvo a punto de levantarse y darle un puñetazo, o tratar de hacerlo, por haber dicho eso, pero una parte de él lo retuvo. Por que una parte de él, sabía que Hiro tenía algo de razón.

Estaba siendo un cobarde.

Para consigo mismo, y para con Shuuichi.

Hiro, parado delante de la puerta, le dijo antes de salir

-Déjame hacerte una única pregunta más, Yuki Eiri-san. Y si la respuesta no es suficientemente satisfactoria para ti, puedes marcharte lejos, o hacerte monje budista o lo que sea, por todo lo que me importa. Pero piénsalo bien antes de contestar. Y si la respuesta es la que yo creo que será, entonces vendrás conmigo, y podremos terminar esta situación de una vez por todas.

Yuki se quedó quieto, esperando, y en esos momentos deseó poder observar el rostro de Hiro.

-¿Aún le quieres?

-¡Pues claro que lo quiero! –dijo Shuuichi, al borde de las lágrimas ya.

-¿Entonces cual es el problema?

-El ya no me quiere a mi –dijo, casi en su susurro, y las lágrimas comenzaron a caer libremente por sus mejillas.

-Shuuichi, eso no lo sabrás hasta que no hables con él.

-Demo.... demo no puedo...

-Sí puedes, Shuuichi. Y lo harás. Por que esa será la única forma de que podáis ser felices otra vez.

Shuuichi no dijo nada, pero en su corazón sabía que Mika tenia razón. No podía mentirse a si mismo, no le había olvidado. Era demasiado difícil.

-Aún no entiendo una cosa...

-Dime

-¿Por qué Tohma-san haría una cosa así?

Mika sonrió tristemente, apartándole una lágrima de su cara con suavidad.

-Eres demasiado inocente.

Shuuichi la miro sin comprender.

-Tohma-san y tú no sois tan diferentes cuando a la culpa se refiere, Shuuichi. Él también tiene demonios a los que vencer, sólo que lo hace de una forma equivocada.

-¿Eso te hace sentirte triste, Mika-san?

Mika se sorprendió con una lágrima en los ojos, y un dolor familiar en el corazón. Pero consiguió una sonrisa sincera para Shuuichi.

-Un poco, pero no tienes que preocuparte ¿de acuerdo? Todo esto se va a solucionar

-De acu—

Pero la frase se le ahogó en la garganta, cuando vio a entrar por la puerta del apartamento a Hiro y a...

-¿...Yuki?

~ ~ ~

Ta da! Cliffhanger!
Ah, y contestando a Kaori, ¡gracias por avisarme! La verdad es que no se japonés, solo lo que he visto escrito en otros fanfics y lo que oigo de los subs de mis cintas de anime, así que probablemente tengas razón ^^ Si es así, pretendamos que Hiro solo está intentando ser sweet con Ayaka, ne? ^^;;