CAPÍTULO 3: SORPRESAS Y REVELACIONES

"Denme diez líneas escritas por el hombre más inocente del mundo y yo encontraré un motivo por el cual ahorcarle"- Cardenal Richelieu.

Las chimeneas pasaban como borrones mientras daba cada vez más vueltas; de improviso sintió como su velocidad aminoraba y estiró los brazos para evitar darse de golpe con el suelo; cayó pesadamente sobre una alfombra mareado y con los sentidos algo perdidos, definitivamente la red flu no era su medio de transporte favorito. Cuando sintió que el mareo se le pasaba abrió los ojos.

Se encontraba en un amplio salón-comedor de aspecto muy lujoso. Las paredes estaban cubiertas por antiguos tapices y cuadros elegantes. El suelo de mármol blanco estaba cubierto en algunas zonas por alfombras con complicados adornos y motivos artísticos. Una gran lámpara de araña colgaba del centro del techo, esplendorosa y magnífica, una mesa con capacidad para al menos treinta personas se hallaba en el centro de la estancia, de madera de caoba al igual que las sillas que había en torno a esta. La chimenea tenía los bordes dorados y jarrones de porcelana fina oriental descansaban en ella, frente a ésta había un sofá y dos sillones tapizados en trono a una pequeña mesilla de cristal. A juzgar por las apariencias de la habitación, la familia de Myrddin debía ser muy rica.

Harry se sentó en uno de los sillones mientras que esperaba a que llegara Myrddin y se dedicó a pensar en su actual situación. Hace tan sólo unas pocas horas pensaba que pasaría el resto del verano con los Weasley y ahora se encontraba en casa de una persona a la cual apenas conocía. Rememoró todos los hechos por los que había pasado desde que montó en el coche del ministerio; la marca tenebrosa, la carta, Ginny capturada por los seguidores de Lord Voldemort, su combate contra los orcos, la aparición inesperada de Myrddin y la conversación que había tenido con Dumbledore cuando regresó a La Madriguera. Sentimientos de intranquilidad le invadieron mientras rememoraba el combate contra los orcos; la emoción del momento le había hecho pasar por alto que acababa de matar por primera vez. Sintió un nudo en su garganta y una intensa sensación de vacío. Sabía que en el fondo lo había hecho en su propia defensa y en la de Ginny, pero tenía un cargo de conciencia en su interior. Se preguntaba si los aurores se sentían así cuando se veían obligados a matar a alguien y si los mortífagos realmente no sentían nada cuando asesinaban a alguien. La sensación que le invadía era muy angustiosa y no sabía como sacársela de encima.

Un suave plim sacó a Harry de sus pensamientos mientras veía como Myrddin se aparecía en la sala cargando con su baúl y la vacía jaula de Hedwig. Este le dirigió una sonrisa en cuanto le vio a la cual Harry respondió con otra algo forzada. Myrddin debió notarlo porque al instante le preguntó.

-¿Ocurre algo malo Harry?

-Pues... verás.... Estaba pensando en el combate que tuve contra los orcos y... bueno, se que no tendría porque preocuparme ya que actué en defensa propia, pero no puedo evitar sentirme intranquilo por haber matado a un ser que piensa y tiene conciencia de si mismo.

-¡Eso está muy bien Harry! -dijo Myrddin contento. -Precisamente eso es lo que diferencia de Lord Voldemort y sus seguidores, tienes conciencia -añadió ante la cara de sorpresa que tenía Harry. -Es lógico que te sientas mal por haberle arrebatado a alguien su vida. Sin embargo, debes alejar cualquier sentimiento de culpabilidad. Actuaste en legítima defensa. No pienses más en lo que ha pasado hoy. Deja de lado tus preocupaciones y piensa en como te divertirás el resto del verano. Voy a presentarte a mis padres. Escóndete tras el sofá, quiero que sea una sorpresa para ellos.

-¿Pero porqué?

-Tu simplemente hazme caso -dijo Myrddin mientras se dirigía hacia la entrada del salón.

Harry se escondió tras el sofá al tiempo que Myrddin gritaba "¡Papá! ¡Mamá! ¡Estoy de vuelta!". Seguidamente oyó pasos y una voz de mujer que decía.

-¿Ya has vuelto hijo? Pensaba que volverías mañana una vez que hubieses terminado de colaborar en la implantación de hechizos protectores a La Madriguera.

-Esta fue atacada por mortífagos mamá respondió Myrddin serenamente.

-¿Cómo? ¿Atacada? -dijó la mujer con nerviosismo. -¿Ha resultado alguien "herido"?

-No mamá, todos los Weasley están bien. Aunque la hija de ellos fue capturada. No obstante entre una persona y yo logramos rescatarla.

-¿Y que pasará ahora con los planes de Albus? -preguntó una voz de hombre.

-Hemos decidido cambiarlos, pero no os he llamado para hablar de esto. Quiero que veáis quien ha venido a quedarse lo que queda de verano con nosotros. Puedes salir Harry.

Harry se levantó y posó su mirada hacia donde estaba Myrddin. Junto a él había dos personas cercanas a los cuarenta años que supuso que debían ser su padres. La mujer, aunque alta no alcanzaba a llegar a los hombros de los dos varones, tenía el pelo de color rubio platinado y unos hermosos ojos dorados al igual que Myrddin. El hombre era alto, de estatura cercana a los dos metros, de rasgos pálidos, finos y afilados al igual que Myrddin, su cabello era plateado, pero a diferencia de Myrddin, lo llevaba largo hasta por debajo de sus hombros, sus ojos eran de un color azul profundo, pero lo que más le caracterizaba era sus puntiagudas orejas. Ambos permanecieron un rato mirando a Harry fijamente de arriba abajo. Súbitamente la mujer corrió hasta él y le abrazó con fuerza, provocando que Harry se sonrojara.

-¡Harry como has crecido! -dijo mientras dejaba de abrazarlo. -La última vez que te vi tenías sólo un año. ¡Myrddin esto ha sido sin duda alguna la mejor sorpresa que podrías haberme dado! -exclamó volviéndose hacia su hijo. -Perdona Harry si no me he presentado. Soy Vivian Fénix, la madre de Myrddin. Estudié con tus padres en Hogwarts y fui la mejor amiga de tu madre. -dijo con una sonrisa.

-Mucho gusto en conocerla señora Fénix -respondió Harry sintiéndose súbitamente contento. Se encontraba delante de alguien que conoció a sus padres y quizás Vivian podría contarle cosas de la época de estudiantes de ellos en Hogwarts.

-Llámame Vivian Harry, cielo.

-Muy bien Vivian -respondió Harry un poco incómodo

-Por un momento pensé que eras James, te pareces tanto a él, salvo en tus ojos, son los de Lily -dijo de repente el hombre. Yo también tuve el placer de ser amigo de ambos. Eltharion Fénix.

-Un placer -dijo Harry mientras le estrechaba su mano. Se quedó mirando por unos momentos las orejas puntiagudas del hombre.

-Supongo que te preguntarás el porque de que mis orejas sean puntiagudas, ¿me equivoco Harry? -le preguntó Eltharion con cara divertida.

-Eh.... bueno.... la verdad... es que.... me suenan de haber leído sobre ellas en algún libro señor Fénix -dijo con embarazo Harry.

-Tutéame a mi también Harry. Y no te preocupes. Mucha gente me lo pregunta cuando me conocen -añadió con una sonrisa ante la cara incómoda de Harry. -Mis orejas son así porque soy un alto elfo.

-¡Sabía que había leído sobre ellos en alguna parte! -exclamó Harry cayendo en la cuenta. -Entonces, ¿eres de Ulthuan?

-Sí, nací allí, pero he pasado la mayor parte de mi vida viviendo aquí en Gran Bretaña con mi familia.

-Creo que podríamos seguir hablando mientras cenamos no creéis? -dijo de repente Myrddin quien había permanecido en silencio contemplando la escena.

-Tienes razón Myrddin. Tú y Harry debéis de estar hambrientos y cansados -dijo Vivian.

Media hora después los cuatro se encontraban cenando en el gran salón- comedor en uno de los extremos de la mesa. Vivian había cocinado una deliciosa cena y todos estaban disfrutando de ella. Mientras comían Vivian le contaba a Harry cosas de su época de estudiantes en Hogwarts. Como conoció a sus padres, como se hizo la mejor amiga de su madre y había formado junto a ella a Bella y Jane otra amiga el equivalente femenino de los merodeadores. También le contó como había ayudado a su padre a declarársele a su madre.

- Fue muy divertido. Lo recuerdo como si fuera ayer -decía Vivian entre risas. -Tu padre llevaba tras tu madre desde quinto y la defendía de todo el que se acercaba a ella, pero no se atrevía a decírselo, le daba mucha vergüenza, además tu madre en quinto había salido con un muchacho de Slytherin, aunque cortaron a fines de ese curso al darse cuenta de que no funcionaría su relación. Tu madre no se daba cuenta de que tu padre estaba enamorado de ella. Ella también se había enamorado de él en sexto pero pensaba que tu padre sólo la veía como su mejor amiga. Finalmente en sexto los amigos de tu padre y Arabella y yo decidimos armar un complot para que confesaran sus sentimientos -los ojos de Vivian brillaban mientras contaba esto. -Una noche les enviamos a ambos sendas cartas de amor supuestamente escritas por el otro. Al leerlas se dirigieron a la sala de profesores. Nosotros estábamos ocultos en el armario de las túnicas de los profesores para poder verlo todo -volvió a reírse. -Cuando llegó tu madre tu padre ya la estaba esperando, se miraron a los ojos sin decirse nada. Luego se acercaron y se dispusieron a besarse, cuando casi estaban a punto Filch apareció en el pasillo dando gritos mientras perseguía a Peeves. Tus padres se quedaron quietos por el miedo y Filch casi estuvo a punto de descubrirles a ambos a través de la puerta abierta si Sirius y yo no llegásemos a salir del armario y arrastrarlos allí -al ver la expresión de la cara de Harry añadió. -No te preocupes, se que Sirius es inocente. Albus me contó todo, incluyendo como le ayudaste a escapar. Aquella noche actuaste tal y como lo hubiera hecho tu padre, incluido el perdonarle la vida a Peter -dijo Vivian con un súbito tono de orgullo en su voz. -En fin, cuando Filch se hubo ido tus padres comprendieron inmediatamente que pasaba en realidad al vernos a Remus, Bella, Peter, Sirius, Jane y yo en el armario. Por un momento pensamos que nos iban a echar maldiciones cuando tu padre agarró a tu madre por la cintura y la besó de improviso. Tu madre se quedó sorprendida al principio, pero luego correspondió al beso de tu padre. Sirius que siempre era un bromista hasta para eso le dijo a tu padre que estarían más cómodos en su habitación que el armario. Tu padre y tu madre se marcharon allí y no le volvimos a ver hasta la mañana siguiente. Sirius, Remus y Peter tuvieron que quedarse a dormir en la habitación nuestra -añadió Vivian riéndose muy fuerte esta vez.

-¿Quién fue el novio de mi madre en quinto? -preguntó Harry muerto de curiosidad. Vivian soltó una carcajada y le costó un rato poder volver a hablar de la risa.

-La última persona que te imaginarías, nada más ni nada menos que Severus Snape.

-¿Cómo? -dijo Harry. -¿El profesor Snape fue novio de mi madre?

-En efecto, a raíz de ello fue que tu padre y Severus se hicieron más enemigos que nunca. Severus se dio cuenta de lo que sentía James por Lily y no quería que ella acabara con James. Lo del noviazgo entre tus padres fue la gota que colmó el vaso, después de eso Severus no podía ver a tu padre ni en pintura. Lily, Jane y yo éramos amigas suyas desde cuarto y nunca nos mostró rencor. El que nos llevásemos tan bien con él no le hacía mucha gracia a Bella y los muchachos.

-Ya veo -añadió Harry, esperaba poder contarle todas estas cosas a sus amigos en cuanto volviera a verlos.

Siguieron hablando de la infancia y juventud de sus padres y de cómo habían seguido manteniendo el contacto tras Hogwarts entre sí, cuando terminaron de cenar Vivian le dijo a Harry que le tenía guardada una sorpresa.

-Sabes que al igual que un padrino tienes una madrina, ¿no Harry?

-La verdad es que no -le respondió Harry. -Pues soy yo -dijo con una sonrisa Vivian ante la cara incrédula de Harry. -Siento que no te lo hayan dicho antes. Si de mí hubiese dependido te habría llevado a vivir con nosotros tras lo de tus padres -dijo con voz temblorosa y los ojos brillantes. Era obvio que al igual que Sirius se sentía muy mal por lo de aquella noche. -Pero Dumbledore me dijo que en casa de tus tíos estarías a salvo, aislado de todo y bajo la protección de Bella. En cierto modo era cierto ya que yo y mi familia estábamos en el punto de mira de Lord Voldemort y sus seguidores y aún con su caída algunos de los mortífagos nos siguieron buscando para matarnos. Al igual que tus padres tuvimos que ocultarnos -añadió con tristeza.

-No te preocupes Vivian, lo comprendo, se que Dumbledore lo hizo por mi bien, lo importante es que he podido saber muchas cosas que la gente hizo por mí y por ello os estoy agradecido -dijo Harry mientras sonreía, aunque en el fondo se sentía algo apenado. Pensaba en la vida que habría podido tener con Vivian y su familia, notaba como Vivian le quería como a un hijo por su forma de hablarle y mirarle, al igual que Sirius, Harry comprendió que Vivian era mucho más que su madrina, era la madre de la que ahora carecía, lo más próximo a una madre que había tenido alguna vez era la señora Weasley. Trató de no pensar en ello y de imaginar el verano que pasaría con la familia Fénix.

-Por cierto Harry, ya que en estos catorce años no he podido cuidar de ti ni regalarte nada por orden de Dumbledore. Mañana por la mañana iremos a Caer Cymry, la ciudad más próxima a comprarte ropa nueva y a cambiar tus gafas.

-No Hace falta Vivian -repuso Harry rápidamente sintiéndose algo embarazado. -No tienes que comprarme nada sólo porque no hayas podido hacerme regalos ni cuidarme antes.

-¡Por supuesto que sí! -dijo enérgicamente Vivian. -No puedes seguir con esa ropa de tu primo que te queda grande y con esas gafas rotas. Dumbledore me ha contado como te tratan tus tíos. Les tendré que dar una lección algún día por como te han tratado todos estos años.

Harry contuvo una sonrisa al imaginarse a Vivian entrando en casa de sus tíos y lanzándoles allí mismo una maldición. Vio que Myrddin se levantaba y le hacía señas con la mano.

-Ven Harry, te mostraré tu habitación que mañana hay que levantarse temprano.

Harry le siguió y abandonaron el salón comedor para llegar a un Hall enorme con una gran escalera enmoquetada por la cual siguió a Myddin. Al llegar a la planta de arriba vio un enorme pasillo que se extendía tanto a la izquierda como a la derecha. Le siguió por el pasillo derecho el cual estaba elegantemente decorado con pinturas antiguas y lámparas colgadas a la pared. El suelo con moqueta producía un sonido amortiguado al andar por él. Tras un corto tramo en el cual divisó varias puertas y un pasillo que partía hacía la izquierda perdiéndose en la oscuridad que reinaba en él llegaron ante una puerta. Harry notó que el pasillo seguía y que había otro nuevo pasillo cinco metros más adelante. La mansión debía de ser seguramente enorme.

-Esta es tu habitación, la mía está justo enfrente. Dispone de su propio cuarto de baño. Si necesitas algo no dudes en pedírmelo -explicó Myrddin con una sonrisa. -¡Buenas noches Harry!

-¡Buenas noches! -dijo éste mientras se metía en su habitación. Era enorme y estaba decorada con muebles antiguos y de madera noble. Tenía una gran cama con dosel, más grande aún que la de matrimonio de sus tíos. Había también un enorme ropero y una mesa de estudio, además de varias estanterías para libros y un mueble con televisor. Esto sorprendió a Harry quien se acercó a ella y la encendió para comprobar si funcionaba. Para su alegría si lo hizo, así que si no consiguiese dormir podría encenderla y ver algún programa nocturno. Se percató que cerca de su cama estaban su baúl y la jaula de Hedwig y que en la esquina izquierda cerca de la ventana había una puerta que seguramente llevaría al cuarto de baño. Como tenía mucho calor decidió abrirla, una agradable y ligera brisa invadió la habitación. Se puso el pijama y se metió en la cama cayendo dormido casi de inmediato debido al cansancio y a las emociones.

Soñó que volaba sobre el lomo de lo que parecía ser un gigantesco dragón de color dorado. Sobrevolaban una isla, la mayor parte de la cual estaba ocupada por un gigantesco castillo de aspecto siniestro. El dragón avanzaba hacia la torre más alta de la cual salían destellos de luz. Se percató de que había tres figuras, dos de ellas parecían lanzarse hechizos y la tercera permanecía tumbada en el suelo como inconsciente. Conforme se acercaban se percató de que la persona que estaba en el suelo era una chica

que se le hacía muy familiar. De improviso escuchó una voz fría y siniestra que gritaba Avada Kedavra y todo quedó iluminado por un destello de luz verde.

Harry despertó bruscamente con la cicatriz ardiéndole como si le hubiesen aplicado un hierro al rojo vivo. Se incorporó boqueando el aire lentamente tratando de calmarse, si la cicatriz le había vuelto a doler eso significaba que Lord Voldemort o estaba cerca o estaba muy furioso. La luz de la mañana entraba en la habitación y Harry miró el despertador de la mesilla de noche para ver la hora. Tan solo eran las siete y media de la mañana pero Harry decidió levantarse para poder ducharse con tranquilidad. Cogió unos pantalones marrones, una camiseta verde y una sudadera azul que le estaban muy grandes y se metió en el cuarto de baño. Este también era enorme y tenía una ducha y una gran bañera, además del resto de equipamiento que poseían los cuartos de baño comunes, además de un mueble espejo en el cual poder colocar las pertenencias de uno.

Media hora después Harry deshacía el camino que había hecho con Myrddin la noche anterior cuando se encontró en el gran vestíbulo se preguntó si habría alguien despierto y en donde estarían Myrddin y sus padres en ese momento. Unos pasos provenientes de la escalera le sacaron de su distracción y al girarse vio a Eltharion bajar. A pesar de ser un alto elfo llevaba un pantalón azul marino de vestir, una camisa blanca con corbata verde y unos zapatos negros, la chaqueta azul marino la llevaba en la mano izquierda colgando del hombro. Harry pensó que parecía el ejecutivo de una empresa en lugar del esposo de una bruja.

-Buenos días Harry. ¿Vienes a desayunar? -le preguntó sonriendo.

-Claro -aceptó.

Harry acompañó a Eltharion a través de una puerta en la pared izquierda del vestíbulo que daba acceso a un pasillo parecido al del piso superior. La luz del día entraba por las ventanas y le daba un aspecto alegre que contrastaba con el sombrío aspecto nocturno. Pasaron dos puertas hasta llegar a una blanca con ventanas traslúcidas que se deslizaban. Eltharion entró seguido de Harry.

La cocina era grande y moderna con electrodoméstico por doquier. Una nevera, el lavaplatos, el microondas, el horno y el fregadero le daban un aire muy muggle, cualquiera pensaría al ver las paredes de azulejos y el suelo y la encinera de granito que se trataba de la cocina de unos magos. Myrddin se hallaba preparando unas tostadas, llevaba unos tejanos y unas zapatillas Nike, el conjunto lo completaban una camiseta negra con la inscripción METALLICA en el pecho y una cazadora de cuero con el dibujo de un ángel en la espalda y las letras MADE IN HEAVEN. Su aspecto le recordaba mucho al de Bill y contrastataba con el de sus padres que iban más formales. Vivian se hallaba en la mesa de cocina tomando café y leyendo el profeta. Llevaba un vestido largo color crema que llegaba hasta por debajo de las rodillas completado por una chaqueta y unos tacones blancos, en la mesa descansaba un bolso blanco como el nácar.

-¿Unas tostadas Harry? ¿Las acompaño con un vaso de leche o prefieres café? -preguntó Myrddin posando su mirada en él.

-El vaso de leche por favor. Todavía no he probado el café.

-Pues te pierdes uno de los grandes placeres de la vida Harry -replicó un sonriente Myrddin.

Mientras desayunaban Harry no dejaba de mirar la cocina, al igual que el resto de la casa, le parecía un lugar demasiado muggle para una familia de magos. Se animó a preguntarle a Vivian sobre ello.

-¿Os gusta la tecnología y el modo de vida muggle?

-La verdad es que si, me viene desde chica -respondió alegre Vivian. -Verás, a pesar de ser hija de magos me crié de pequeña en el mundo muggle. Mis padres murieron en accidente de coche cuando era un bebé de pocos meses. Sus mejores amigos, los vecinos, me cuidaban esa noche y al enterarse de la noticia y de que yo no tenía parientes vivos me adoptaron. Así pues me crié con ellos y con su hija de mi misma edad como si fuese mi familia. A los once me llegó la carta de Hogwarts, el propio Dumbledore fue quien me la entregó y quien les explicó a mis padres adoptivos quien era en verdad, ellos se lo tomaron muy bien, de hecho se sintieron orgullosos de lo que era. En séptimo me contaron al verdad ellos y Dumbledore. Al principio quedé un poco chocada por la noticia pero luego hablé con mis padres adoptivos y con mi hermana y les dije que hiciésemos como que no hubiera pasado nada, que ellos aunque no fuesen mis verdaderos padre y hermana eran la única familia que había conocido y que por tanto, les consideraba como mi verdadera familia, pues me criaron y me dieron amor aunque yo no fuese su hija natural. Aun hoy en día sigo viendo a mis padres y a mi hermana, de hecho esta tarde viene aquí con su marido y su hija que tiene tu edad -dijo sonriendo Vivian. -Siempre me gustó el modo de vida muggle así que trato de compaginarlo con el mágico. -Creo que deberíamos irnos ya para poder volver temprano y preparar todo para cuando llegue tu hermana cariño -dijo Eltharion mientras terminaba su café.

-Cierto querido, será mejor que nos vayamos a Caer Cymry. Vamos Myrddin, Harry.

Todos se incorporaron y salieron de la cocina. Harry siguió a Eltharion de vuelta al vestíbulo, salieron por la puerta principal del vestíbulo. Afuera estaba aparcado un mercedes impresionante de color gris metalizado. Harry se quedó de piedra al ver semejante cochazo y se imaginó la cara de tío Vernon si pudiese ver la mansión y el coche de la familia que le había acogido. Eltharion metió la llave en la cerradura ya abrió las puertas. Myrddin abrió la puerta de atrás y le indicó a Harry que entratrara. Cuando todos estuvieron adentro Eltharion arrancó el coche y pisó el acelerador. Harry se percató de que la gigantesca mansión estaba en el centro de un pequeño valle entre montañas al cual sólo se podía acceder por un estrecho paso que había a unos quinientos metro frente a la mansión. El coche atravesó el paso para llegar a una explanada con un bosque a la derecha que se perdía el la lejanía. Eltharion giró hacia la izquierda bordeando las montañas.

-Caer Cymry te gustará Harry -dijo Myrddin. -Es la única ciudad de Gran Bretaña en la que los muggles están al tanto de la existencia de la magia. Viven junto a los magos en armonía desde hace siglos. Han utilizado de forma combinada la tecnología y la magia, de forma que hay centros comerciales, Mc´s Donalds, estadio de fútbol y de quiddicth -explicó Myrddin ante el interés que había suscitado en Harry. -Allí fue donde mi padre se sacó la documentación y el carnet de conducir, dudo mucho que se lo hubiesen permitido a un elfo en otro lugar -añadió con una risita.

Tras veinte minutos de viaje en los cuales Myrddin le contó a Harry muchas más cosas de la ciudad, asistido por su madre, llegaron de nuevo a un paso entre montañas, cuando salieron de él llegaron a un nuevo valle gigantesco. Rodeado de montañas, poseía una gran cascada que caía sobre un gran lago en uno de los extremos. Dejaron el lago a sus espaldas y Harry quedó mudo de la impresión a ver lo que había frente a él.

Una enorme muralla que surcaba el valle de lado a lado, de al menos veinte metros de altura, con torres altas y majestuosas en sus extremos y una torre más pequeña en el centro. Dos grandes puertas estaban a cada lado de la torre central cerradas. La muralla estaba formada por piedras superpuestas unas encimas de otras de tal manera que el muro era liso. El color que despedía parecía ser de tonos plateados. Los pendones ondeaban en las torres, con el dibujo de un caballa alzado sobre sus patas traseras y un jinete montado sobre él con la espada en alto.

-El valle es más largo que ancho, Harry, pero tras esas murallas los magos lo han ensanchado haciendo uso de la magia recortando la superficie de las montañas -explicó Myrddin a un Harry que se había quedado sin palabras.

El coche llegó hasta una de las puertas, las cuales se abrieron permitiéndoles el paso hacia el interior de la ciudad. Ya dentro Harry observó que los edificios no empezaban hasta unos quinientos metros tras pasar las murallas. Ese espacio lo ocupaba lo que parecía ser una especie de plaza enorme que iban de un extremo a otro de las montañas. Conforme fueron avanzando por la ciudad Harry observó que se parecía a una ciudad muggle cualquiera. Edificios de pisos, calles asfaltadas con tráfico y semáforos... Dudaba que incluso su tío sospechara que allí vivían magos si no se lo dijeran, pues la gente iba vestida al modo muggle. Eltahrion siguió conduciendo por la ciudad hasta que llegaron a un edificio enorme que Harry reconoció como el centro comercial. Estacionó el coche en el aparcamiento subterráneo y minutos más tarde Harry se encontraba caminando por el centro comercial con Vivian y Eltharion. Myrddin se había excusado de acompañarles alegando que tenía que compara cierta cosa.

Fueron primero a una óptica para cambiarle a Harry sus gafas a pesar de las reticencias de éste. Allí el dependiente le tomó medidas del estado de sus ojos y luego se puso a probarle gafas para que Harry pudiese escoger las monturas que más le gustasen. Finalmente y con la ayuda de Vivian se decantó por una gafas cuadradas de bordes reondeados y ligera que en palabras de Vivian "le daban un aire juvenil". El dependientes las cogió y le dijo que una hora estaría listas pero Vvian no se conformó con ello. Le encargó además un par de lentillas de la misma graduación.

-Por favor Vivian, no necesito lentillas con las gafas me basto -objetó Harry.

-No, las gafas pueden ser muy incómodas e ciertas condiciones como en los partidos de quidditch, las lentillas te irán muy bien para esas situaciones.

Resigando a verse con lentillas puestas Harry salió con Vivian y Eltharion de la óptica con sus nuevas gafas puestas y sus lentillas con su kit de mantenimiento una hora y media después de entrar. Le había costado aprender como ponerse y quitarse las lentillas satisfactoriamente.

Luego pasaron cerca de tres horas recorriendo todas las tiendas de ropa y comprando todo tipo de atuendos nuevos para Harry, desde ropa muy formal como camisas, chaquetas y corbatas hasta ropa deportiva y vaqueros. En una de las tiendas se encontraron con Myrddin el cual convenció a Harry de que se probara una sudadera negra que ponía en letras grandes METALLICA y una cazadora de cuero que llevaba el dibujo de un ángel en el reverso y la frase LET ME LIVE. A Harry le gustaron ambas prendas y decidió llevárselas, también le compraron zapatos nuevos, desde unas deportivas hasta zapatos negros de vestir. En alguna que otra tienda los dependientes reconocieron a Harry, provocando tumultos de clientes y empelados que deseaban poder estrecharle la mano. Harry estaba acostumbrado a ese tipo de cosas pero nunca a tan gran escala. Al parecer en esa ciudad le concían no sólo los magos sino también los muggles.

A las tres de la tarde se encontraban de vuelta en la Mansión del Fénix cargados de paquetes de ropa. Myrddin llevaba un paquete largo bajo el brazo pero rehusó explicar que era lo que contenía. Harry, Myrddin y Eltharion llevaron todos los paquetes hasta el dormitorio del primero mientras Vivian preparaba la comida. Se pasaron los siguientes tres cuartos de hora metiendo la ropa nueva en el ropero y quitando de en medio la vieja ropa de Dudley. Cuando terminaron bajaron a ayudar a Vivian a poner la mesa.

La comida estuvo deliciosa y entretenida. Vivian siguió contándole a Harry historias de su época en Hogwarts. Cuando terminaron de comer y de recoger la mesa eran las cinco y media de la tarde. Vivian le dijo a Harry que se pusiera su nueva ropa para recibir la visita de su hermana y su familia que sería dentro de media hora y que se pusiera también sus lentillas para irse acostumbrando.

Harry subió a su habitación acompañado de Myrddin, quien entró en su habitación. Harry siguió su ejemplo. Una vez dentro se puso un pantalón desmontable gris-beige y una camiseta verde oscura. Por encima se puso la sudadera negra de METALLICA y se calzó unas botas marrones. Se dirigió hacia el cuarto de baño y se puso con un poco de dificultad las lentillas. Se echó una mirada al espejo y se sorprendió al verse, casi ni se reconocía. La ropa nueva y las lentillas hacían ver a un adolescente de pelo azabache y ojos verde-esmeralda brillantes con un cuerpo incipientemente musculoso debido a sus dos semanas de entrenamiento intensivo con pesas. Decidió que continuaría con el entrenamiento durante todo el verano.

Cuando el reloj dio las seis decidió bajar abajo para ver si había llegado la familia de Vivian. Conforme iba bajando las escaleras escuchaba voces provenientes del salón comedor, entró adentro y se encontró a Vivian y a Eltharion hablando con un hombre y una mujer que a Harry le sonaban de haberlos visto antes en alguna parte . Junto a ellos había una preciosa muchacha que a Harry se le hacía también muy familiar. Debía de tener su edad. Ella posó su mirada en Harry con curiosidad y este la miró fijamente a los ojos, seguro de haberla visto antes. Sus miradas coincidieron y en ese momento Harry abrió la boca producto de la sorpresa, la muchacha también la abrió pero se llevo una mano a la boca para taparla. Harry no podía creer que se tratara de ella, era imposible y sin embargo aquella muchacha era... era...

Era Hermione Granger su mejor amiga.

Pero no parecía ella, la última vez que la había visto llevaba su largo y espeso pelo castaño enmarañado. Ahora lo llevaba en tirabuzones que caían como cascadas de rizos sobre su espalda muy cerca de su cintura. Iba vestida de una manera muy provocativa con pantalones vaqueros ajustados y un top rojo muy ceñido que dejaba entrever su cuerpo de mujer en formación y le dejaba los delicados hombros al descubierto. Su cara estaba ligeramente maquillada con los labios pintados de un rojo ardiente. Harry no supo porque al verla le daba vueltas el estómago. Trató de articular alguna palabra pero estas se negaban a salir de su boca. Finalmente logró decir un susurro apenas perceptible.

-¿Hermione?

-¿Harry? -preguntó ella en un susurro también.

Instantes después Harry se encontraba abrazado por su amiga mientras sentía su cara enrojecer sin saber porqué, con brazos temblorosos le correspondió su abrazo.

-¡Dios Harry no te había reconocido! Estás... tan... cabiado... -dijo Hermione mientras le soltaba y le examinaba de arriba a bajo.

-Tu también si no llego a mirarte a los ojos no te habría reconocido -respondió Harry.

-¿Llevas lentillas?

-Sí

-Te ves mejor con ellas, hacen resaltar el color verde de tus ojos.

-Gracias.. -dijo un Harry muy cohibido.

-¡Hermi! -gritó una voz detrás de ellos. Ambos se giraron y vieron a Myrddin quien tenía los brazos abiertos. -¡¿Cómo está mi chica favorita?!

-¡Primo! -dijo Hermione mientras corría y le abrazaba. Myddin la levantó por la cintura y empezó a girar como una peonza mientras Hermione gritaba. -¡Para, para! ¡Que me mareo!

-¡Fíjate como estás! -dijo myrddin cuando la soltó. -Has pasado de ser aquella inquieta y linda chiquilla que conocía a ser una adolescente preciosa en dos años. ¡Romperás corazones en Hogwarts este año!

-Primo por favor... -dijo Hermione con la cara roja por la vergüenza.

-Pero si es la verdad, ¿verdad que sí mamá?

-Eso es cierto, ya estás hecha toda una mujer y muy guapa si me permites añadir -dijo Vivian con una sonrisa. -Hasta Harry no te ha reconocido.

-Bueno el también ha cambiado mucho, se ve más guapo -dijo Hermione provocando que Harry se pusiese rojo, su mejor amiga jamás le había hablado de esa manera. -¿Por cierto que haces en casa de mis tíos Harry? ¿Creí que pasarías el resto del verano con los Weasley por lo que me dijo Ron en una carta?

Las caras de Harry y Myrddin se ensombrecieron, Harry pensó que contestarle a Hermione pero la voz de Myrddin sonó en ese momento.

-Veras Hermi... a ti no voy a mentirte. La Madriguera fue atacada por un grupo de mortífagos. Cuando Harry llegó a ella acompañado por el señor Weadsley, Ron, Bill y los gemelos vieron la marca tenebrosa sobre ella.

-¡No! -gimió Hermione. -Eso quiere decir que...

-No -cortó Myrddin. -Todos los Weasley están a salvo. Los mortífagos se llevaron a la joven Virginia pero Harry y yo logramos rescatarla.

Hemione se sentó en una de las sillas mientras respiraba con dificultad, la noticia le había impactado de lleno y tenía los ojos brillantes, parecía a punto de llorar. Los padres de Myrddin y los Granger se acercaron a ella tratando de calmarla.

-Calma Hermi, los Weasley están bien. Mientras sigan bajo la protección de Dumbledore nada les pasará -dijo muy serenamente Myrddin mientras le colocaba una mano sobre el hombro. Hermione pareció tranquilizarse pues se lenvantó y se secó los ojos con un pañuelo que le ofreció Vivian.

-Harry cielo -dijo ésta. -Te presento a mi Hermana, Kate y asu marido Michael Granger.

-Es un placer -dijo Harry mientras le estrechaba la mano a los señores Granger. Ya los había visto en el Callejón Diagon tres años atrás.

-¿Tú eres Harry Potter no? Hermione nos ha hablado mucho de ti -dijo el señor Granger. -Por lo visto eres una especie de héroe para los magos y brujas.

-Eh... la verdad es que no he hecho gran cosa para serlo -respondió Harry, no le gustaba para nada la fama que había adquirido en todos estos años.

-¿Como que no Harry? -dijo Hermione indignada. -Has derrotado ya en varias ocasiones a Quien-tú-ya-sabes. Eso no lo ha hecho ningún mago hasta ahora.

-Pura suerte -dijo Harry airadamente. -No la tendré la próxima vez.

-No existe la suerte Harry. Mi experiencia me lo ha demostrado -dijo Myrddin mientras sonreía. -Debes saber que no existen las casualidades y que hayas escapado de Lord Voldemort (hizo caso omiso del estremecimiento de Hermione) cuatro veces debe de tener un significado oculto a los ojos de la gente. Todo esto me recuerda que tengo aquí algo para ti. Dumbledore me dijo que esto era para ti. Le he añadido una accesorio para que te sea más fácil llevarlo contigo. Procura no separarte de ella en ningún momento -le tendió a Harry un paquete alargado y ligero.

Harry cogió el paquete con manos temblorosas y lo abrió ahogando un grito al ver en sus manos la espada de Gryffindor envainada en una vaina de seda escarlata con decoradas en motivos dorados que representaban al león de Gryffindor.

-¿Pero porqué me la habéis dado? -preguntó Harry.

-Albus considera que si la espada ha acudido en tu ayuda en dos ocasiones es porque te ha considerado digno de protarla. Además dice que tal y como están las cosas ahora es mejor que dispongas de un arma para poder defenderte y que esta espada no es para tenerla expuesta en una urna -esto último lo pronunció con gravedad en su voz.

-¿Esa es la espada de Godric Gryffindor? -preguntó Hermione asombrada mientras la ojeaba. -¿Con ella mataste al basilisco en segundo año no?

-Y diez orcos ayer por la tarde -dijo Myrddin con orgullo.

Hermione y sus padres se giraron mirando a Harry fijamente, éste bajó la cabeza y se dedicó a mirar al suelo. La batalla de ayer no le causaba ningún orgullo, todavía seguía pesando la sensación de haber matado a unos seres pensantes.

-Eso me recuerda que a partir de mañana empezarás un entrenamiento en esgrima y artes marciales -dijo Myrddin. -¿Cómo? -preguntó Harry incrédulo.

-Si, Dumbledore lo cree necesario. No puedes contar con que la próxima vez que tengas que empuñar tu espada el awen te vuelva a poseer.

-¿Harry entró en trance? -preguntó Hermione sorprendida.

-Si. Y dado que no puedes usar tu varita en vacaciones te vendrá bien aprender técnicas de defensa corporal. Hermi nos ayudará, aunque no lo creas es cinturón azul de Tae Kwondo y una excelente luchadora en esgrima. No en vano le he enseñado yo durante diez años -dijo mientras guiñaba un ojo pícaramente. Hermione se sonrojó y los padres de Myrddin empezaron a reírse de la reacción de la muchacha.

-Creo que será mejor que llevemos vuestras cosas a vuestras habitaciones para poder preparar la cena con tranquilidad -dijo Vivian mientras daba por terminada la conversación.

A las nueve y media de la noche se encontraban todos cenando en el gran comedor. Harry puso a Hermione al corriente de todo lo que le había acontecido en las vacaciones. Desde la reunión en casa de Arabella del antiguo grupo hasta el ataque a La Madriguera y la posesión del awen que sufrió. Ella se impresionó mucho por esto pues no era un don común en magos. También se sorprendió cuando su tía le reveló que era la madrina de Harry y que había sido la mejor a miga de su madre en Hogwarts. Hermione le contó a Harry todo sobre sus vacaciones en Bulgaria.

-La familia de Víctor fue muy amable, nos trataron muy bien a pesar de que mis padres eran muggles, desde el primer día se sintieron fascinados con la tecnología muggle y todos los días le pedían a mis padres que le contaran cosas sobre ellos. Víctor me enseñó además a perderle el miedo a volar en escoba, dijo que lo hacía muy bien y que tenía reflejos y características de cazadora. Por cierto, este año necesitáis guardián, cazador y capitán nuevos.

-Si, hay que reemplazar a Wood y a Angelina -dijo Harry.

Su conversación fue interrumpida por el aleteo de dos lechuzas que dejaron caer cuatro cartas dirigidas a ellos. Harry agarró las dos dirigidas a él. Vio que llevaban el sello de Hogwarts, así que abrió la carta que era más grande en primer lugar preguntándose porque ese año le habían enviado dos cartas en lugar de una y empezó a leerla:

Estimado señor Potter:

Le rogamos que no olvide que el próximo curso dará comienzo el 1 de septiembre. El expreso de Hogwarts partirá a las once en punto de la mañana de la estación de King´s Cross, andén nueve y tres cuartos.

Le adjuntamos la lista de libros del próximo curso.

Atentamente,

Profesora M. McGonagall Subdirectora.

Lista de libros para quinto curso:

-Libro reglamentario de hechizos curso 5º, Miranda Goshawk.

-Transformación avanzada para estudiantes, James Potter.

-Mil y un encantamientos imprescindibles, Lily Potter y Arabella Figg.

-Diario de tres aventureros por el mundo mágico Vol. I, como enfrentarte a las artes oscuras sin morir en el intento, Albus Dumbledore, Louis Malfoy y Avatar Fénix.

-Las artes tenebrosas, estudio de los usos destructivos de la magia, Vivian Fénix.

-Historia moderna del mundo mágico, del alzamiento de Grindelwald a la caída de Lord Voldemort, Louis Malfoy.

Harry leyó la carta sorprendido. Dos de los libros que les habían mandado para el nuevo curso estaban escritos por sus padres. Hermione también tenía la boca abierta por la sorpresa.

-Así que os han mandado todos estos libros -dijo Myrddin mientras examinaba la lista con interés. -Sin duda alguna son todos muy buenos.

-¿Mis padres escribieron esos libros?, no lo sabía.

-Así es -respondió Eltharion. -Libros muy buenos por cierto. Aunque el mejor es sin duda el de Louis Malfoy, cuenta la historia moderna desde un punto de vista ameno y divertido.

-¿Louis Malfoy? -dijo para si mismo Harry.

-El padre de Lucius Malfoy, un gran hombre, junto con Albus Dumbledore el mayor amante y defensor de los muggles de todo el siglo. Nunca apoyó a Voldemort, de hecho se peleó con su hijo por ese motivo. Él y Albus Dumbledore eran muy buenos amigos -dijo Vivian con tristeza en su voz. -Murió hace seis años, una gran pérdida.

-¿Y este hombre llamado Avatar Fénix? ¿Es pariente vuestro? -preguntó Harry.

-Es mi padre -respondió Eltharion. -Es también un gran amigo de Dumbledore y lo era también del bueno de Louis.

-El libro de tu madre y Bella también es muy bueno -dijo Vivian mirando la carta. -Os enseñará un montón de encantamientos tremendamente útiles que ni siquiera conocíais.

-Y el de tu padre está considerado como una de las guías imprescindibles para la docencia de la transformaciones -dijo Myrddin contento.

Harry se quedó impresionado con las revelaciones sobre sus padres, pero lo que más le impresionó fue el hecho de que un Malfoy fuese amigo de Dumbledore y amante de los muggles. Vio que todavía le quedaba una carta por abrir y se apresuró a hacerlo, Hermione le imitó dentro encontró una letra y una insignia plateada que representaba la letra p, la carta decía:

Estimado señor Potter:

Nos complace comunicarle que ha sido seleccionado como prefecto masculino de 5º año de Gryffindor. Su deber como tal consistirá en velar por el cumplimiento de las normas por parte del alumnado y para ello podrá sancionar a aquellos alumnos que no lo hagan con la pérdida de puntos para su casa. También indicamos que dispone de dos compartimentos en el expreso de Hogwarts exclusivos para el uso de los prefectos así como un baño también exclusivo para los prefectos.

El prefecto femenino de 5º año elegido para compartir sus tareas es Hermione Grnager.

Atentamente;

Profesora M. McGonagall.

Harry terminó de leer la carta sin poderse creer lo que decía. Él, prefecto, sencillamente era imposible. No era un estudiante modelo y además quebrantaba las normas a la menor oportunidad. Pensó que era demasiada responsabilidad para él y que Ron se pondría furioso, él siempre anhelaba tener parte de la fama que tenía Harry. El año pasado le había retirado temporalmente la palabra cuando lo nombraron campeón de Hogwarts en el Torneo de los Tres Magos, no quería ni imaginarse que diría ahora. Miró a Hermione quien parecía radiante de felicidad, no era para menos, ella era la mejor estudiante de Hogwarts y aquello suponía un reconocimiento a su labor como estudiante.

-¡Harry somos prefectos! ¿No es maravilloso? -chilló mientras le abrazaba.

-Supongo... -dijo él con desánimo.

-¿No te gusta la noticia?

-Ron -dijo Harry con tristeza. -¿Cómo crees que se lo tomará?

-Es cierto -dijo Hermione recordando la pelea del año pasado y el hecho de que Ron siempre permanecía a la sombra de Harry. -Pero el es tu mejor amigo no te puede culpar por que te hayan elegido.

-Creo que voy a rechazar el puesto.

-¿Y porqué Harry? -preguntó Myrddin mientras leía la carta de Hermione.

-Porque siempre estoy quebrantando las normas y no soy estudiante modelo. No merezco ese puesto -dijo Harry con vehemencia.

-Si los profesores te han elegido para ese cargo deben tener sus razones -dijo Myrddin mientras los Granger y sus padres felicitaban a Hermione por la obtención del puesto de prefecto. -Te sugiero que hables con Dumbledore sobre ello. Seguro que él te explicará el porqué de tu elección.

-¿Habéis hecho ya los deberes? -preguntó Vivian tratando de cambiar de conversación. -Porque podéis usar la biblioteca para conseguir información extra. Este año tenéis los TIMO. -La verdad es que yo terminé los deberes hace unos días, pero de todas maneras me gustaría echarle un vistazo a la biblioteca para retocar los trabajos de pociones, transformaciones y encantamientos -dijo Harry. -Los hice en las dos primeras semanas de vacaciones, al no poder dormir bien por las noches -todos miraron a Harry con preocupación, en especial Hermione, ella sabía muy bien el infierno por el que Harry debía estar pasando tras la muerte de Cedric. Pero también sabía que Harry era una persona muy fuerte y que esa carga no le iba a vencer tan fácilmente.

-¿Ya los has terminado Harry? ¿Yo ni siquiera los he empezado? -dijo Hermione mientras bajaba la cabeza al sentir que las miradas de los demás se posaban sobre ellas.

-Parece que las vacaciones en Bulgaria te han afectado más de lo que creía Hermi -dijo Myrddin con una risita.

Tras terminar de cenar Harry, Hermione y Myrddin se encaminaron hacia sus dormitorios para descansar. Hermione ocupaba la habitación contigua de Harry cosa que a este le gustaba. Cuando estaban caminando por el pasillo que conducía a los dormitorios una serpiente apareció de entre las sombras de improviso, Harry y Hermione se asustaron al verla aparecer tan repentinamente. Parecía una cobra sólo que era mucho más grande de lo normal y de un color verde escamoso.

-Buenas noches Myrddin -dijo la serpiente.

-Buenas noches Naga -respondió este. Harry dio un respingo, si Myrddin le había contestado a su pregunta eso significaba que hablaba la lengua pársel.

-¿Hablas pársel? -le preguntó a Myrddin.

-Si me viene de familia -respondió Myrddin. -Mamá también la habla. Hermi ya sabe de mi cualidad desde hace tiempo. Esta es Naga, es mi mascota -añadió mientras acariciaba la cabeza de la serpiente como si fuera un perro.

-Myrddin -dijo Hermione todavía recuperándose del susto. -¿Porqué no haces que abandone esa costumbre que tiene de aparecer de improviso?

-Ya sabes como es Naga Hermi. Nada de lo que le diga hará que cambie. Naga te presento a Harry, el ahijado de mi madre.

-Un placer conocerte Harry, me llamo Naga -dijo la serpiente mientras le guiñaba un ojo.

-Un placer -dijo Harry. -¿Es una cobra?

-Un cruce entre cobra de la India y basilisco -dijo Myrddin muy tranquilamente.

-¿Basilisco? -dijo Harry recordando los colmillos del basilisco de Slytherin. -No te preocupes, no puede petrificar y es inofensiva, aunque he de reconocer que el veneno de sus colmillos resulta muy útil para envenenar puntas de flecha.

-Lo que dice Myrddin es cierto Harry -dijo Hermione muy tranquila. -Conozco a Naga desde hace cinco años, aunque hasta hace tres no sabía que era medio basilisco. No ha atacado a nadie aunque ha dado más de un susto con sus apariciones repentinas. Es más Myrddin la tiene amaestrada y veces que su comportamiento recuerda al de un perro -añadió con una risita.

-Eso me recuerda que hay algo que quiero enseñaros -dijo Myrddin mientras abría la puerta de su cuarto y les dejaba pasar.

Entraron dentro. La habitación era muy parecida a la de Harry, aunque ésta estaba decorada con póster en las paredes, tanto mágicos del Puddlemere United como muggles de Star Wars, El Señor de los Anillos o el Real Madrid. Las estanterías estaban repletas de libros y vídeos y el televisor tenía conectado un reproductor de vídeo. Sin embargo lo que más atrajo la atención de Harry era un pájaro del tamaño de un cisne de color escarlata posado en una percha de plata.

-Un fénix -susurró Harry.

-Es precioso -dijo Hermione con voz embelesada.

-Este es Orthanc, mi fénix. Son unas criaturas fascinantes y maravillosas, además de fieles mascotas. ¿Qué os parece? -preguntó Myrddin.

-No sabía que fuesen tan bonitos -opinó Hermione.

-Yo ya he visto uno; Fawkes el del profesor Dumbledore, de hecho a ese fénix le dbo mi vida -dijo Harry rememorando su enfrentamiento con el basilisco.

Se quedaron acariciando unos diez minutos al Fénix, mientras lo acariciaba Harry recordó que esa mañana le había dolido la cicatriz al despertarse y no se lo había dicho a nadie. No quería preocupar a Hermione pero sabía que tenía que decírselo a Myrddin por precaución.

-Myrddin, esta mañana me desperté porque la cicatriz me ardió -dijo de repente en voz baja.

Hermione se llevó las manos a la boca en señal de preocupación mientras miraba a Harry con miedo, Myrddin en cambio conservó la tranquilidad y la sonrisa mientras miraba a Harry con sus ojos.

-Ya lo presentía cuando te vi en la cocina esta mañana. Tus ojos me lo decían. ¿Te ha dolido alguna otra vez en verano?

-No, aunque por las noches no había podido dormir bien porque tenía pesadillas.

Hermione miró a Harry con pena y angustia en su cara. Sabía muy bien que Harry se sentía culpable por la muerte de Cedric y que cargaría con esa muerte toda su vida.

-Dumbledore me habló sobre ello -dijo Myrddin tranquilamente. -¿Has seguido teniéndolas?

-No.

-¿Soñaste algo?

-Si, un sueño bastante extraño -Harry empezó a contarle a Myrddin lo que había soñado, cuando terminó vio que Myrddin le miraba a los ojos trasmitiéndole tranquilidad con su mirada. Seguía sonriendo como si nada hubiera pasado. Hermione parecía en cambio muy nerviosa y preocupada y no dejaba de mirar a Harry como si creyera que éste fuese a desaparecer de un momento a otro.

-Entonces no hay de que preocuparse, lo de la cicatriz no debe ser gran cosa -dijo Myrddin mientras le guiñaba un ojo con una sonrisa en su cara. -De todas maneras hablaré con papá y mamá sobre ello. Lo que debes de hacer es relajarte y disfrutar del verano. Ahora vete a dormir, dentro de cinco días será tu cumpleaños y habrá que celebrarlo, necesitas descansar y dejar de lado todas tus preocupaciones -dijo con un tono alegre en su voz.

-Sí, creo que tienes razón.

Harry se dirigió a su habitación y se puso el pijama, diez minutos después mientras intentaba dormir oyó que la puerta de su habitación se abría, lanzó una mirada a esta y vio a Hermione en la puerta vestida con un camisón de dormir muy fino que resaltaba la forma de su cuerpo.

-Pasa estoy despierto -dijo.

Hermione entró cerrando la puerta tras de sí. Se aproximó a la cama y se sentó cerca de Harry.

-¿Sigue preocupándote lo de Cedric? -preguntó.

-Yo le dije que cogiéramos juntos la copa Hermione. De no haberlo dicho él seguría vivo.

-Harry no puedes seguir culpándote por eso. Cedric no murió por tu culpa. Ambos mostrasteis deportividad y sacrificio al rehusar coger la copa. Tuviste una idea noble y no es culpa tuya que la copa fuese un traslador.

-No es sólo eso Hermione. Tú no viste lo que pasó aquella noche, ver a Cedric morir fue muy duro. No es que fuese amigo mío, pero era buena persona. No viste con tus propios ojos lo que Voldemort es capaz de hacer. No lo viste, no lo sentiste...

-Harry yo... se que no puedo comprenderte del todo, pero me duele verte así.

-Escucha Hermione. Lo que más me preocupa ahora que ese asesino ha vuelto es que os pase algo a vosotros dos, a Ron o a ti. Va detrás mía, pero se que antes de matarme querrá verme sufrir y para ello irá a por vosotros. Si os pasara lo mismo que a Cedric jamás me lo perdonaría. Ayer cuando vi la marca tenebrosa en casa de Ron..., cuando vi que Ginny faltaba.... sentí una angustia enorme. Si algo hubiera pasado yo... yo....

-Shhhh, está bien no sigas Harry -dijo Hermione mientras acariciaba la cabellera alborotada del joven y con la otra mano hacía lo mismo en su mano izquierda. -Ya verás como no pasará nada mientras Dumbledore vigile Hogwarts, ya verás que todo saldrá bien....

Harry no supo describir que sentía en ese momento, sólo sabía que las caricias de Hermione le daban una tranquilidad y una paz como nunca antes había sentido. Sin saber muy bien porqué, deseó que ese momento durara para siempre mientras el cansancio y el sueño lo vencían.

Bueno, bueno ,bueno. Por fin terminé el tercer capítulo. No he podido incluir la fiesta de cumpleaños de Harry por problemas de espacio, así que los incluiré en el próximo capítulo. ¿Qué les pareció el último momento? ¿No es muy tierno como Hermione consuela a Harry? Je,je,je,je Este es sólo uno de los muchos momentos H/HR que contendrá el fic.

Adelanto del próximo capítulo: se celebrará la fiesta de cumpleaños de Harry y harán su aparición nuevos personajes. Conoceremos por fin que es exactamente el antiguo grupo, el cual estará formado por todo un repertorio; a saber, un convicto a la fuga, un hombre lobo, un amargado, un amante de los muggles, un jugador empedernido, dos brujas de armas tomar, un orco y un demonio entre otros. Esto promete. Por último, ¿qué os ha parecido las sorpresas sobre los padres de Harry? Espero que me mandéis reviews.

Fragmento de un próximo capítulo: "-Lucius, ¿cómo estás viejo amigo? -preguntó Eltharion mientras le tendía una mano. -Bastante bien -respondió este mientras se la estrechaba. Ambos hombres se miraron fijamente a los ojos, el tiempo parecía haberse detenido y todas las miradas del lugar estaban puestas en los dos hombres que se lanzaban miradas envenenadas y cargadas de odio.