CAPÍTULO 4: LA ORDEN DEL FÉNIX

"Sólo cuando viven por el prójimo los hombres empiezan a vivir de verdad"- Albert Einstein.

Los días fueron pasando muy rápidamente conforme se acercaba el 31 de julio. Harry se lo pasaba muy bien en casa de Myrddin con sus padres y con la compañía de Hermione y su familia. Ya fuera haciendo los deberes con Hermione en salón o en la biblioteca; esta última era inmensa y contenía todo tipo de libros tanto muggles como mágicos, hasta tenía libros que en Hogwarts estaban en la sección prohibida, sólo que Vivian les dio permiso para consultarlos si querían. También reanudó su entrenamiento con pesas por las mañanas, sólo que la mansión poseía su propio gimnasio con aparatos y todo el equipamiento necesario para ejercitar los músculos.

Las clases de esgrima y artes marciales eran bastante duras, Myrddin no se había equivocado al decir que Hermione era muy buena, se movía con una agilidad y soltura que Harry no esperaba ver en ella, además manejaba muy bien dos dagas de filo curvado, mostrando una destreza en su manejo con ambas manos insospechada; si bien Hermione sólo las utilizaba para entrenar. No obstante Harry poseía un talento unido a su capacidad para entrar en trance que le convertían en un excelente espadachín, a los tres días era capaz de anticipar golpes y movimientos que a otra persona le habría resultado imposible. Era capaz de hacer que Hermione tuviera que esforzarse bastante para desarmarle, aunque el combate con artes marciales no era su fuerte.

A pesar de que dedicaban casi toda la tarde en entrenar, también encontraron tiempo para disfrutar de otras cosas tales como montar en escoba y jugar al quidditch. Harry observó que Hermione en efecto volaba muy bien y había perdido el miedo a montar en una escoba. Myrddin volba de una forma sobrenatural, realizaba con su Saeta de Fuego unos giros y cambios de dirección a alta velocidad que Harry jamás había visto en ningún otro jugador, ni siquiera en Viktor Krum. Myrddin se había empeñado en entrenar a Hermione como cazadora porque pensaba al igual que Krum que ella sería una excelente jugadora y la animaba a que hiciera las pruebas para entrar en el equipo de Gryffindor. También jugaban al fútbol, deporte en el cual Harry había sido bastante bueno en sus años de colegio muggle, si bien le escogían el último para complacer a su primo Dudley. Myrddin en este deporte era también muy bueno, de hecho les confesó que jugaba como centrocampista y buscador en los equipos de fútbol y quidditch de Caer Cymry. También pasó buenos ratos leyendo los libros que le prestó Arabella en Privet Drive o jugando a la PlayStation 2 de Myrddin, en especial al Pro Evolution Soccer y al Tekken Tag Tournament.

Por último estaban los entrenamientos nocturnos, de los cuales Hermione no sabía nada. Cada noche antes de dormir, Myrddin le mostraba a Harry durante una o dos horas como controlar el awen, pues por orden de Dumbledore Harry debía aprender a controlar su poder, ya que éste era muy grande y descontrolado podría causar muchas desgracias. Le había dicho que no debía utilizar el awen a no ser que fuese absolutamente necesario y menos aún cuando estuviese lleno de ira, pues el awen podría controlarle como la otra vez, y si perdía el control de sí mismo su poder podría volverse en su contra y en la de aquellos que le rodearan.

Harry se tomó en serio esta advertencia y a pesar de que por las noches se hallaba cansado de las actividades que hacía todo el día, le ponía mucho empeño en controlar su asombrosa habilidad. Myrddin también le explicó que además de él, Dumbledore y Lord Voldemort también poseían esa capacidad y que cuando el awen se encontraba en su máxima expresión, el mago irradiaba un aura a su alrededor del color de sus ojos. Harry decidió que, por el momento no le contaría a nadie nada acerca de su entrnamiento para controlar el awen. A parte de Dumbledore, Myrddin, Vivian y Eltharion nadie debería saberlo, ni siquiera Sirius, pues si se llegaba a enterar seguro que se preocuparía todavía más por Harry.

Sin duda alguna lo que más apreciaba Harry de su estancia con los Fénix es que estos se habían convertido en su segunda familia. Vivian se preocupaba porque comiera bien a diario y por el estado de su ropa, Eltharion hablaba con él muy a menudo sobre temas amenos, en espcial sobre quidditch y fútbol, sus dos pasiones. Los Granger lo tartaban muy bien y a menudo le pedían que les contara sus aventuras y anécdotas en Hogwarts, estar al lado de Hermione además le alegraba aunque fuera estudiando ya que disfrutaba los momentos con su compañía. Pero l que más le alegraba era tener a Myrddin cerca; éste se había convertido para Harry (aunque le daba vergüenza admitirlo) en un hermano mayor. Trataba por todos los medios de tener la mente de Harry ocupada para que no le asaltasen las preocupaciones, y hacía que todos los momentos que pasaba con él fuesen divertidos amenos gracias a su sentido del humor y su jovialidad. Estaba empezando a gustarle mucho el estar con la familia de su madrina, sentía que estaba en su hogar, una sensación que sólo había experimentado en Hogwarts y el La Madriguera.

La mañana del 31 de julio Harry se despertó bruscamente con un fuerte dolor en su cicatriz. Se levantó de la cama y fue a mirarse al espejo. Hedwig descansaba en su jaula (llegó hace tres días). Su cara presentaba un mejor aspecto que hace una semana. Las ojeras habían desaparecido al poder dormir sin problemas por las noches y la preocupación que antes invadía su rostro había volado.

Se puso unos tejanos y una camiseta gris metalizado de manga corta, encima de la misma se puso la cazador de cuero con la inscripción LET ME LIVE y se calzó las Nike negras que le había comprado Vivian el día que fueron a Caer Cymry. Se puso las lentillas sin problema alguno, lo cierto es que empezaba a gustarle el llevarla puestas, sobretodo para entrenar a la esgrima y al quidditch, no tenía que preocuparse de que se le cayeran las gafas.

Salió al pasillo y puso rumbo a las escaleras que conducían a la planta baja, en medio de éste se encontró con Naga, ya se había acostumbrado a su presencia y le había divertido comprobar que Hermione tenía razón al decir que la serpiente se comportaba como un perro. Le gustaba que le acariciaran la cabeza o restregarse en las piernas de los demás, por si fuera poco, Naga comprendía a la gente cuando le hablaban, era graciosísimo ver como afirmaba o negaba con la cabeza cuando Eltharion le preguntaba por Myrddin o como obedecía los encargos de este como traerle el periódico.

-Buenos días Harry, ¿bajas a desayunar?

-Si Naga.

-Te acompaño entonces.

Harry bajó con Naga hasta la cocina, en el pasillo que conducía a ella se encontró con Hermione.

-¡Feliz cumplaños Harry! -le dijo mientras le daba un beso en la mejilla. Harry se puso rojo sin saber porque. Entraron juntos a la cocina.

-¡Feliz cumpleaños Harry! -exclamaron unas voces.

Allí estaban Vivian, Eltharion, Myrddin y los Granger, además de otras dos personas. Una de ellas medía dos metros y tenía el cabello plateado al igual que Myrddin y Eltharion y los ojos grises, se parecía bastante a este último en los rasgos de su cara y en sus orejas puntiagudas, sólo que parecía más mayor. La otra figura era muy alta y llevaba una túnica negra con capucha que le cubría el rostro. El desconocido emitió una respiración ruidosa como si aspirara algo; en ese momento Hermione ahogó un grito y se echó para atrás, Harry se puso pálido mirando con ojos desorbitados al dementor que tenía frente a él.

-¿Qué pasa? -preguntó Myrddin con una voz divertida.

-Allí... -dijo Harry. -¡Tenéis un dementor detrás vuestra!

Todos los presentes, incluidos los señores Granger emitieron una carcajada, Harry y Hermione los miraron mitad asustados mitad sorprendidos, preguntándose si los poderes del dementor les habrían vuelto locos.

-Harry, Hermi os presento a Seth, guardián de nuestra familia, una especie de guardaespaldas por así decirlo -dijo Myrddin tranquilamente mientras señalaba al dementor. Este se dirigió hacia donde estaban los jóvenes y les tendió una mano enguantada en un guante de seda negra.

-Un placer conoceros a los dos -dijo el dementor con una voz clara pero a la vez profunda como si hubiera surgido de las profundidades de la tierra. -Así que tú eres la prima de Myrddin, me ha hablado mucho de ti. La mejor alumna de Hogwarts en los últimos cincuenta años -al ver que Hermione no le estrechaba la mano se la tendió a Harry. -Y tú eres Harry Potter. Te pareces tanto a James... puede que no pueda verte, pero las sensaciones que siento en ti son idénticas a las de tu padre -añadió con voz triste.

Harry tampoco le estrechó la mano al principio, pero al escucharle mencionar a su padre se armó de valor y, olvidando el miedo que le tenía a los dementores le estrechó la mano con algo de cautela.

-¿Usted conoció a mi padre? -dijo con cautela.

-Si... -dijo con más tristeza en su voz. -Y a tu madre también. Muy buenas personas, una gran pérdida la suya -añadió con amargura en su voz.

Hermione pareció salir de su shock ya que le tendió su mano para que el dementor se la pudiera estrechar. Mientras lo hacía Harry se percató de que en ningún momento desde que había entrado en la cocina había sentido los efectos que provocaban en él los dementores. Se sentía totalmente normal, sin esa sensación de frío y oscuridad que producían en él, además tampoco estaba recordando el peor recuerdo de sus vida, el asesinato de sus padres. Myrddin debió de captar lo que pensaba porque de repente dijo:

-Me parece que Hermi y tú os estáis preguntando porque no os sentís mal e inquietos -dijo mirando a Harry.

-Bueno... -dijo Hermione lentamente. -La verdad es que yo por lo menos me preguntaba si Seth es o no un dementor, porque no siento nada. En cambio en cuanto me acercaba a los dementores de Azkaban sencillamente me sentía mal y triste.

-La respuesta es que Seth tiene sus poderes mitigados -dijo Myrddin con una sonrisa surcando su rostro.

-¿Mitigados? -dijeron al unísono Harry y Hermione.

-Si, los dementores no tienen porque hacer sentir mal a la gente. Hacen desesperar, sufrir y llevarse la alegría de las personas cuando activan su poder, pero también pueden apagarlo, de forma que el dementor no le causa nada a las personas. ¿No habéis estudiado a los dementores?

-No -respondieron a la vez.

-Pues este año lo haréis. Me parece que lo han incluido en el temario.

-¿Entonces los dementores de Azkaban si quisieran podrían apagar sus poderes y evitar que la gente de a su alrededor no recordara sus peores recuerdos? -peguntó Hermione con curiosidad.

-Por supuesto que podrían, pero esos bastardos malnacidos ya no respetan el código de honor -dijo Seth con odio en su voz, que hizo que esta pareciera escalofriante y amenazadora. Harry y Hermione dieron un respingo asustados. -Lo siento si os he asustado -se apresuró a decir suavizando su voz.

-No importa -dijo rápidamente Harry. -¿Qué es eso del código de honor?

-La ley por la cual nos guiamos los dementores, aunque sean pocos los que ahora lo siguen. Tienes tres pilares básicos. El primero es no usar la habilidad de robar la alegría y los recuerdos alegres de las personas salvo para defenderse de un enemigo. El segundo es no usar el beso del dementor a no ser que la víctima haya hecho una afrenta especialmente atroz contra ti. Y el tercero es la deuda de vida, si alguien le salva la vida a un dementor, este deberá ser su guardián y el de su familia por siempre.

-¿Entonces a ti alguien te salvó no? Por eso eres el guardián de la familia de Myrddin -dijo Harry sorprendido con lo que le había contado el dementor.

-En efecto -dijo Myrddin. -Mi abuelo Avatar Fénix fue quien le salvó la vida hace muchos años y aunque más de una vez ha tratado de liberar a Seth de su deuda de vida con él este se ha negado. Seth no sólo a cuidado de mi abuelo, sino también de mi padre y de mi mismo.

Conforme decía estas palabras el elfo que todavía no conocía Harry se levantó de la silla y se acercó a ellos ofreciéndoles su mano.

-Avatar Fénix, padre de Eltharion y abuelo de Myrddin -les dijo mientras le estrechaba la mano a Harry para a continuación besar a Hermione en su mano, lo cual hizo que esta se sonrojara.

-¡Usted es uno de los que han escrito Diario de tres aventureros por el mundo mágico! -exclamó Harry; observó a Avatar durante unos momentos fijándose en el medallón que tenía sobre el cuello. Tenía la forma de un fénix surgiendo del fuego con las alas desplegadas; al verlo sus ojos se abrieron de par en par. -Usted es... es... ¡Avatar Fénix el cuadragésimo primer rey fénix de Ulthuan!

Hermione abrió la boca fruto de la sorpresa mientras Avatar, Eltharion y Myrddin estallaban en carcajadas.

-Así que me has reconocido Harry. Si tienes razón, soy el actual rey de Ulthuan y mi hijo Eltharion es mi heredero y por lo tanto Myrddin es un príncipe heredero. Pero hacednos un favor -añadió volviéndose a Hermione y los Granger. -No me digais majestad ni tampoco Lord Fénix, llamadme Avatar. Lo mismo digo por mi hijo y mi nieto, no les gusta que les llamen por su título.

-Entendido -dijeron los aludidos. Como desee Avatar.

-Espero que os guste mi libro -continuó Avatar. -Lo encontraréis muy divertido, cuenta las anécdotas de mi viaje con Dumbledore y Louis cuando éramos jóvenes y despreocupados.

Terminada las presentaciones de rigor Harry y Hermione se sentaron a desayunar en la mesa mientras los adultos hablaban entre ellos. Seth permanecía aparte de pie, lanzando algún que otro breve comentario de vez en cuando. Harry y Hermione no se acostumbraban del todo a la presencia del dementor, el sólo verle les hacía recordar su enfrentamiento con los dementores en tercer año. Sin embargo, la sensación de incomodidad fue desapareciendo poco a poco al ver que efectivamente el estar al lado de Seth no causaba malestar alguno, además el dementor se mostró muy atento con ellos haciéndoles preguntas sobre como estaban pasando las vacaciones o sobre los estudios:

-Y bien, ¿que tal van los deberes? -les preguntó.

-Bien -le respondió Harry. -Terminé de retocar los deberes de encantamientos, historia de la magia y transformaciones. Ahora iba a terminar de retocar el trabajo de pociones. Hermione ha terminado transformaciones, aritmancia y encantamientos, se pondrá a empezar con el de pociones.

-Eso está, este año si no me equivoco tenéis los TIMO, además, ahora que sois prefectos hay que dar ejemplo -añadió el dementor.

Tras terminar de cenar se dirigieron al salón. Una habitación enorme que estaba en el mismo pasillo que daba a la cocina. Tenía una gran chimenea dorada, en cuya repisa descansaban fotos de la familia de Myrddin. El suelo estaba cubierto por una alfombra y en las paredes colgaban elegantes cuadros y tapices. Había una mesa larga de caoba con capacidad para veinte personas. Había también varios sillones dispuestos por toda la habitación y un gran televiso frente a un televisor de pantalla ancha con DVD y equipo Dolby Digital. Sobre el mueble del televisor descansaba también la PlayStation 2 de Myrddin.

Se sentaron en la mesa, en la cual habían dejado los libros de pociones que estaban consultando y los trabajos. Estaban utilizando para el trabajo una copia del Moste Potente Potions sacada de la biblioteca de la mansión, también estaban concultando Antídotos y Venenos Mortales y Pociones y Venenos Predilectos de los Adeptos a las Artes Tenebrosas. Myrddin les había dicho que esos dos volúmenes al igual que el Moste Potente Potions eran parte de la sección prohibida en Hogwarts, pero que el consideraba que ambos eran lo suficientemente maduros para utilizarlos en su trabajo.

Cuando llevaban más de dos horas trabajando escucharon la puerta del salón abrirse. Se voltearon para ver quien había entrado, llevándose una sorpresa al ver a las tres que personas que acababan de entrar en la sala.

Un rostro de nariz aguileña y ojos azules detrás de unas gafas de medialuna les observaba sonriendo. El largo pelo y barba plateados le hacía inconfundible a los ojos de cualquier mago. Llevaba una túnica azul con dibujos de soles y estrellas y un sombrero a juego.

-Buenos días -saludó Albus Dumbledore a los jóvenes. -Muchas felicidades Harry, no todos los días se cumplen quince años -añadió alegre.

-Buenos días profesor Dumbledore -le respondieron ambos mientras se levantaban.

-Ya veo que el verano le ha sentado muy bien señorita Granger -observó Dumbledore mientras miraba a Hermione haciendo que ésta se pusiera roja. -Me parece que tu estancia con tu madrina también te ha venido bien, ¿no Harry?

Ehhh... si... -dijo Harry igual de cohibido que Hermione. Miró a los otros dos acompañantes de Dumbledore. Uno de ellos era la profesora McGonagall, subdirectora de Hogwarts y jefa de la casa de Gryffindor. Llevaba su habitual sobrero y gafas, acompañados de una túnica de tela escocesa. Sonrió a Harry y Hermione cuando ambos les saludaron y felicitó a Harry por cumplir quince años.

La otra persona que estaba con ellos era nada más ni nada menos que Snape, el profesor de pociones y jefe de la casa de Slytherin. De cara cetrina, nariz ganchuda y pelo grasiento, llevaba puestas su habitual toga y capa negras. Miró con malicia y desprecio a Harry con sus ojos negros.

-Buenos días profesor Snape -le saludó Harry a pesar del odio que éste tenía sobre Harry, tenía ante todo que mostrarle respeto por ser profesor a pesar de la mutua antipatía que se profesaban. Hermione también le saludó un poco intimidada por la mirada astuta de Snape.

-¿Estudiando no? Me sorprende en usted señor Potter, siempre pensé que era usted de los que hacía los deberes la última semana -dijo con una voz que imitaba a la perfección los silbidos de una serpiente.

-Ya vale Severus -le cortó Dumbledore. -¿Qué asignatura es?

-Pociones, estaba terminando de hacerlo y Harry de retocarlo -le contestó Hermione.

-Así que trabajando en pociones, ¿eh Potter? -dijo Snape mientras cogía el trabajo original de Harry y lo examinaba. -Evidentemente es muy pobre en contenido, apenas se profundiza en los venenos y antídotos -añadió con desprecio.

-Es que en casa de mis tíos sólo disponía de los libros del colegio. Por suerte aquí hay una biblioteca muy bien surtida -le respondió Harry sin intimidarse.

-Parece ser que por fin ha decidido aplicarse en mi asignatura -decía mientras examinaba el trabajo retocado de Harry. -Esto si que es un trabajo en condiciones de pociones. Si sigue así puede que sea un buen alumno en mi asignatura. Ya era hora de que empezase a trabajar en serio señor Potter -dijo con malicia en su voz.

Harry se quedó sorprendido, nunca habría esperado recibir un elogio de su profesor de pociones, aunque evidentemente Snape lo había dicho con disgusto en su voz. Estaba meditando que contestar pero por suerte Dumbledore le echó un cable cambiando de tema.

-Así que estáis consultando estos libros -decía mientras observaba los tres títulos que habían estado utilizando. -Muy interesantes; puede que este año tengáis la opción de estudiar las pociones que aquí vienen y de echarle algún que otro vistazo a estos libros, pero no diré nada más. No quiero estropearos la sorpresa de este año.

Harry y Hermione se miraron tratando de descifrar las palabras de Dumbledore. Mientras meditaban que había querido decir con ello, Harry recordó que tenía una duda que quería preguntarle al director de Hogwarts.

-Profesor Dumbledore, tengo una pregunta que hacerle.

-¿Cuál es Harry?

-Verá señor. ¿No habrá una equivocación en la elección de prefectos? Quiero decir... No merezco el puesto, seguro que hay candidatos mejores que yo.

-¿Y eso porqué Harry?

-Porque siempre estoy quebrantando las normas del colegio desde que llegué a Hogwarts. Además no soy un estudiante modelo. Entiendo que se haya escogido a Hermione, ella si encaja en ese papel, pero a mi... ¿porqué? -dijo Harry con vehemencia.

-Sorprendente señor Potter. Francamente no me esperaba esto de usted -dijo Snape con los ojos brillando. -Primero trabajando en pociones, y ahora reconociendo por fin que las normas no cuentan para usted. Parece que por fin a madurado por muy sorprendente que parezca en usted.

-Severus... -le advirtió Dumbledore. Se volvió a Harry clavando sus penetrantes ojos azules en los del muchacho. -Dime Harry, ¿para qué crees que están los prefectos?

-Para hacer que los alumnos respeten las normas -contestó él.

-¿Y para que están las normas? Antes de contestarme medita bien la respuesta pero te daré una pista. ¿Porqué está prohibida la entrada al Bosque Prohibido? Y válgame la redundancia -dijo sonriendo.

Harry meditó, recordando las dos veces que había entrado allí. La primera casi muere a manos de Lord Voldemort si un centauro llamado Firenze no le hubiera salvado y la segunda casi acaban él y Ron siendo la cena de unas acromántulas. Además estaba convencido de que debía haber más criaturas peligrosas por el bosque. Súbitamente entendió lo que Dumbledore le trataba de decir.

-Para proteger a los alumnos de las criaturas que viven allí -dijo Harry. -Por lo tanto las normas están para proteger a los alumnos.

-Exacto -dijo Dumbledore muy contento. -Por lo tanto el deber de los prefectos es....

-Proteger a los alumnos -concluyó Harry.

-Efectivamente Harry. Los prefectos están para proteger a los alumnos, y para ello deben hacer cumplir las normas -dijo Dumbledore sin perder la sonrisa. -Ahora que Lord Voldemort a retornado, es cuando se necesito gente de confianza que se encargue de la seguridad de Hogwarts y sus estudiantes. Harry, tú que has visto con tus propios ojos que es capaz de hacer Lord Voldemort, tú que has sido de los pocos capaces de mirarle a los ojos sin acobardarse, tú que más de una vez lo has dado todo por la gente que te es preciada, eres el más indicado para ocupar ese puesto -dijo Dumbledore con gravedad en su voz. -Quiero que ayudes a los profesores a hacer que Hogwarts sea el lugar más seguro para los estudiantes y se que puedo confiar en ti. Así que te pido que aceptes el puesto por favor.

-Si me lo pide de esa forma no puedo negarme profesor. Le doy mi palabra de que haré lo posible por cumplir lo que me ha pedido -dijo Harry mirando a Dumbledore a los ojos.

-Supongo que también puedo confiar en usted señorita Granger -dijo volviéndose hacia Hermione.

-Por supuesto profesor.

-Lo malo es que ahora tendré que dar ejemplo como prefecto y ya no podré hacer escapadas -dijo Harry con ironía.

Todos los presentes salvo Snape empezaron a reírse del chiste. En ese momento se abrieron las puertas del salón y entraron Mirddin y Vivian.

-¡Abuelo! -dijo Myrddin mientras abrazaba a Dumbledore.

-¿Abuelo? -preguntó Hermione extrañada por la conducta de Myrddin.

-Me gusta llamarle así. El profesor Dumbledore siempre ha sido para mi como una especie de abuelo -le explicó Myrddin. Luego se volvió y saludó a la profesora McGonagall y al profesor Snape al cual le estrechó la mano. Snape pareció indiferente al saludo de Myrddin.

-¡Albus! -exclamó Vivian mientras le abrazaba. -¡Minerva que gusto verte aquí! -dijo mientras también la abrazaba. Se volteó hacia Snape y le sonrió. -Severus, me alegro de volver a verte.

-Yo también -respondió Snape mientras (para sorpresa de Harry y Hermione) le abrazaba y le sonreía. Ya era muy chocante ver a Snape abrazar a alguien pero más aun sonreír, y no la típica sonrisa despectiva sino una sonrisa sincera y alegre.

Vivian se llevó a la profesora McGonagall aparte para hablar sobre la decoración de la casa y Snape, Dumbledore y Myrddin se volvieron con preocupación y seriedad en sus caras.

-¿Algún movimiento nuevo? -preguntó Myrddin.

-Creo que de esto no deberíamos hablar delante de ellos Myrddin -dijo Snape señalando a Harry y Hermione con una mueca de disgusto.

-No veo porqué no Severus, Harry fue quien dio con la joven Virginia y quien en parte la rescató del los orcos de Lord Voldemort, y mi prima ya sabe lo del ataque a La Madriguera -repuso Myrddin airado.

-Myrddin tiene razón Severus; dada la actual situación es mejor que lo sepan. Así sabrán a que nos estamos enfrentando -dijo Dumbledore con gravedad en su voz.

-Como quieras Albus. Lo digo para evitar que luego jueguen a los detectives y a los héroes -dijo Snape mientras clavaba sus ojos negros en los dos jóvenes. -De hecho si no les dijéramos nada creo que sí que tratarían de averiguar que le ocultamos -dijo Myrddin perdiendo la paciencia. -¿Qué noticias tenemos?

-Nada -dijo Dumbledore. -Todo muy tranquilo. Sospecho que Voldemort trata de encontrar secretamente a sus antiguos aliados antes de dar el primer golpe. ¿Alguna novedad por aquí?

-Si, Harry se despertó con dolor en su cicatriz hace cinco días tras un sueño -Myrddin procedió a relatarles el sueño de Harry. -Por lo que me describió creo que ese lugar es Azkaban.

-Ya veo -dijo Dumbledore. -Todo sigue igual que hasta ahora. Sólo hemos tenido tres desapariciones y desde hace más de un mes. La de Karkarov, la de Ludo Bagman y la de Rita Skeeter...

No pudo continuar hablando porque en ese momento Harry y Hermione estallaron en carcajadas. Los tres hombre los miraron sorprendidos de su reacción.

-¿Pero que os pasa? -preguntó Myrddin cuando se tranquilizaron un poco.

-Nada es que esas dos desapariciones no tiene que ver con Voldemort, la verdad es que... -Harry empezó a contarles toda la historia de Ludo Bagman y de cómo había apostado contra los duendes que él ganaba El Torneo de los Tres Magos - Y al final tuvo que huir al perder la apuesta -finalizó Harry entre risas. Los demás trataban de hacer esfuerzos por contenerla.

-Ya veo -dijo Dumbledore muy divertido. -¿Pero que pasa con Rita?

-Cometió el error de enfurecer a Hermione con su artículo de Corazón de Bruja -dijo Harry. Les contó como Hermione había tratado de descubrir como se las arreglaba para escuchar a escondidas, como había descubierto que era animaga y como la había encerrado en un tarro y le había amenazado con contarle al ministerio su condición de animaga. Cuando terminó de contar el relato todos los presentes (incluido Snape) se partían de la risa.

-¿La soltaste cuando llegamos a Londres Hermione? -le preguntó Harry cuando todos se calmaron.

-No -dijo ésta con gravedad.

-Te pueden acusar de secuestro, ¿lo sabes? -dijo Myrddin gravemente aunque tenía una cara divertida.

-Lo sé, pero no me fiaba de su palabra. Además vio todo lo que pasó en la enfermeria, incluyendo que el profesor Dumbledore encubre a Sirius y que éste es animago. Pensé que en cuanto la soltara iría corriendo al ministerio a contarlo -añadió.

-Sin duda alguna actuó sensatamente señorita Granger -dijo Dumbledore mientras clavaba sus ojos azules en ella. -Gracias a usted nuestra situación no está comprometida. -¿Nos dejas luego el tarro Hermi? -le pidió Myrddin. -Queremos tener con ella unas palabras.

-Claro -dijo ésta.

-Y ahora, ¿os venís a daros un baño en la piscina? Hace calor -propuso Myrddin.

-Por supuesto -dijo Harry.

-Yo... mejor no... -dijo Hermione mientras se ponía roja.

-¡Como que no! ¡Todavía no te has bañado! ¿No me digas que te da vergüenza que te vean en bañador? -dijo Myrddin. Hermione se puso roja del todo confirmando las sospechas de este. -Si no vienes hoy con nosotros te llevaré yo mismo y te tiraré al agua con ropa y todo -amenazó Myrddin.

Ante esta amenaza Hermione acabó aceptando el bañarse con ellos. Diez minutos más tarde los tres se encontraban en la piscina. Harry y Myrddin llevaban sendas bermudas y Hermione lucía un bikini muy provocativo verde. Estaba totalmente cohibida y miraba al suelo al suelo sin parar. Harry al verla así volvió a sentir como el estómago le bailaba, nunca antes se había sentido así en presencia de su amiga y se preguntaba que le pasaba. Lo cierto era que Hermione había cambiado mucho a lo largo del año y como se empeñaba en decir Myrddin se estaba convirtiendo en una preciosa mujer. Su cuerpo mostraba las curvas ya propias de una mujer y el pelo le caía en rizos por el la espalda. Por otra parte Harry también se sentía cohibido en presencia de Hermione, cuando ésta le lanzó una mirada se puso completamente rojo, sin saber porque se sentía así en presencia de su mejor amiga. Myrddin parecía disfrutar de la situación de incomodidad que se había adueñado de los dos y no dejaba de lanzar comentarios pícaros que hacían que ambos se sonrojaran.

La piscina de la mansión, si es que se le podía llamar piscina, era una habitación enorme ampliada mágicamente. De dimensiones cercanas a los quinientos metros de ancho y el kilómetro de largo. Utilizando la magia habían construido una especie de playa con arena y marea. Es más hasta poseía palmeras y el techo y las paredes habían sido encantados para que reflejaran un cielo azul despejado. Hasta la temperatura de la sala podía ser modificada mágicamente.

Disfrutaron mucho del resto de la mañana jugando y nadando en la arena. Myrddin le había estado enseñando a lo largo de toda la semana natación a Harry, el cuál se lo agradeció profundamente ya que los Dursley ni se habían molestado en ello, y Harry no deseaba pasar otra experiencia como la de la segunda prueba.

Cuando llegó la hora de comer se presentaron en el salón-comedor con el pelo todavía mojado. La comida estuvo deliciosa y la charla fue muy amena. Dumbledore que estaba sentado cerca de ellos les preguntaba como estaban pasando las vacaciones. Avatar y Eltharion hablaban con Seth animadamente de la temporada de quidditch, Vivian conversaba con Snape, el cual tenía una expresión de alegría en su cara como si estuviese feliz por algo, caso que asombró más todavía a Harry, quien estaba descubriendo facetas desconocidas de su profesor. Myrddin estaba hablando con sus tíos y con McGonagall de lo buena estudiante que era Hermione en Hogwarts; los Granger parecían muy orgullosos de su hija y no dejaban de hacer preguntas sobre como eran Hogwarts y las asignaturas que se estudiaban allí.

Cuando la comida terminó Vivian se levantó con Hermione y alegó que tenían que irse.

-He logrado convencerla de que se alise el pelo de manera permanente -les dijo.

-Te va a costar mamá, nunca vi un pelo más enmarañado y rebelde al peine, salvo el de Harry y James -dijo Myrddin. -De todas maneras fijo que si lo consigues todo Hogwarts irá a la biblioteca por las tardes.

Hermione se puso roja con el comentario de Myrddin mientras todos los presentes se reían del chiste.

-Pero si es la verdad, cambiaste tanto que hasta Harry no te reconoció el otro día -decía Myrddin alegre quien parecía disfrutar de la situación. -Por cierto, ¿todo ese cambio de look, ropa, pelo alisado... ¿Se debe a un chico? -añadió pícaramente.

-Ya vale Myrddin -dijo Vivian tratando de cortar los comentarios de Myrddin. Se llevó a las escaleras a una Hermione completamente roja mientras Myrddin no paraba de soltar risitas.

-¿Nos vamos a mi habitación a jugar con el ordenador? -le propuso Myrddin.

Harry aceptó de buena gana y juntos subieron las escaleras rumbo al cuarto de Myrddin. Allí encendieron el ordenador. Myrddin le preguntó si había visto la película del Señor de los Anillos. Harry negó con la cabeza escandalizando a Myrddin quien dijo que como podía haberse perdido semejante joya del cine. Mientras discutían sobre las películas que iban a ir a ver a Caer Cymry la próxima semana incluyendo El Ataque de los Clones oyeron unos gritos provenientes de la habitación de Hermione. Extrañados salieron del dormitorio y entraron en la habitación de la prima de Myrddin.

Dentro estaba Hermione sentada en un sillón frente a un espejo y Vivian de pie mientras le pasaba el peine por la cabeza y sacaba de él bolas de pelo, cada vez que lo hacía Hermione chillaba.

-Vamos Hermi, que tampoco es para tanto, ni que fuera un cruciatus -dijo Myrddin divertido con la escena.

A Vivian de la impresión se le cayó el peine, mientras que Hermione pegó un bote en el sillón. -¡Que susto nos diste Myrddin! -exclamaron las dos agitadas.

-Os hecho una mano -dijo éste.

-Me vendría bien -contestó su madre.

Myrddin recogió el peine del suelo ye le preguntó a su madre:

-¿Tienes la poción?

-Si -dijo mostrando una botella con un líquido transparente.

-Bien. Escucha Hermi esta poción aplicada todos los días durante un mes hará que el pelo se te quede de forma permanente de la forma en que te lo hayas estado peinando y en el largo que tuvieras cuando te la pusiste por primera vez -dijo mientras le señalaba su peinado con los pelos cortos y en punta. -Vez los míos, no me crecen y se mantienen en esta forma aunque se mojen.

Eso explicaba porque Myrddin mantenía sus pelos en punta aún cuando se bañaba en la piscina pensó Harry.

-¿Y si deseo cambiarme el peinado a cortarme el pelo? -preguntó Hermione con temor en su voz.

-Pues te peinas de otra forma echándote la poción durante un mes otra vez, no da sensación pringosa ni mojada ya que se seca enseguida. En cuanto a lo de cortarte el pelo pues te lo cortas, aunque en cuanto tenga este la longitud que desees debes aplicarte de nuevo la poción.

-Aha -dijo Hermione temblando.

-Vamos Hermione querida -dijo Vivian tranquilizándola. -No te preocupes ay verás como quedarás muy bien. Además tú misma fuiste quien pidió el cambio.

-Si, será mejor que empecemos -dijo Hermione.

-El que de verdad necesita el uso de esta poción es Harry, así dejaría de pelearse con el peine por las mañanas -dijo Myrddin mientras miraba a Harry de reojo.

Todos empezaron a reírse, hasta Harry, del chiste de Myrddin.

-¿No os importa que me quede viendo vuestra sesión de tortura? -preguntó éste.

-¡Que va! ¡Quédate! -dijo Myrddin. -Pero te aviso que nos llevará más de una hora.

-Hermione ponte esta máscara -dijo Vivian. -Para que no puedas ver que hacemos hasta el resultado final.

Hermione aceptó y una vez puesta la máscara Vivian y Myrddin comenzaron su trabajo. Empezaron a aplicarle la poción por todo el cabello mientras le pasaban el peine para tratar de quitarle los rizos. Hermione ponía gestos de dolor en su cara pero no llegaba a gritar, Harry por su parte observaba el proceso divertido. Myrddin hacía muchos esfuerzos para pasar el peine de forma suave por los rizos de Hermione sin hacerle daño, de vez en cuando sacaba de él alguna que otra bola de pelo. Vivian por su parte le pasaba la poción una y otra vez por el cabello y utilizaba encantamientos para quitarle algún que otro rizo especialmente rebelde. Harry a los quince minutos se había sentado en la cama de Hermione y había empezado a leer un libro de encantamientos aburrido de la rutina con el peine. No obstante había decidido quedarse para comprobar el resultado final; no sabía muy bien porqué pero le daba mucha curiosidad ver a Hermione con el pelo liso, acostumbrado como estaba a verlo siempre enmarañado. Pero la vez que había ido al baile de navidad le había sentado muy bien llevarlo liso aunque éste lo había llevado en un moño.

Casi dos horas después Vivian y Myrddin terminaron de alisarle el pelo a Hermione.

-¡Listo! -dijo Myrddin.

Harry dejó el libro de encantamientos sobre la cama y se aproximó a Hermione. Lucía totalmente distinta a como Harry la había visto. El largo pelo castaño le caía suavemete hasta la cintura completamente liso y brillante. Hermione se quitó el antifaz de la cara y se levantó del sillón mirándose al espejo. La expresión de su cara era de una total incredulidad mientras se miraba absorta en el espejo.

-¿Y bien? -preguntó Vivian.

-Este... -dijo Hermione con voz temblorosa.

-Aquí lo que hace falta es opinión masculina -dijo Myrddin. -¿A que está mucho más guapa Harry?

-Si, te ves muy bien -dijo Harry mientras se ponía rojo. Ante su comentario las mejillas de Hermione comenzaron a ponerse de un color escarlata.

-Será mejor que bajemos para que todos puedan verte -dijo Myrddin. -Deben estar en el salón

Salieron de la habitación y se dirigieron escaleras abajo hacia el salón. Al entrar en él vieron que la habitación estaba completamente a oscuras.

-¿Qué ha pasado con las luces? -preguntó Myrddin mientras palpaba la pared en busca del interruptor.

En ese momento la luz volvió a la habitación mientras escucharon el grito de ¡SORPRESA!. Harry se quedó pasmado. En el salón se encontraban los Weasley al completo, los Granger, Hagrid y Madame Máxime, Arabella, Mundungus, Sirius convertido en perro, los señores Diggory, Eltharion , Avatar, Seth, McGonagall, Snape (con el rostro crispado) y Dumbledore. Del techo clgaba un cartel que decía ¡FELIZ CUMPLEAÑOS HARRY!; en la mesa había una enorme tarta blanca con quince velas encendidas. Los rostros de la mayoría de los presentes, salvo los de los profesores y los de Avatar y Eltharion pasaron de la alegría al desconcierto.

-¡Lo sentimos Vivian! -dijo Arabella rápidamente. -Como tu esposo nos dijo que bajarías con Harry pensamos que ya había entrado, pero no es así. Espero que no se haya enterado con nuestro gritos. Tampoco veo a tu sobrina. Estará con él arriba en su cuarto.

En ese momento comenzó a oírse una sonora carcajada. Lo siguiente que Harry vio fue a Myrddin en el suelo golpeando la alfombra con el puño mientras decía:

-¡Que bueno! ¡Yo me muero! ¡Piedad por favor!

Para su sorpresa Harry se encontró acompañando a Myrddin en sus carcajadas y no era el único. Vivian, Hermione, los Granger, Eltharion, Avatar, McGonagall y Dumbledore también reían a más no poder. Disfrutando de la cara de desconcierto de los presentes logró calmarse y decir:

-Muchas gracias por la sorpresa, de verdad no me la esperaba.

Todos los presentes abrieron los ojos y lo miraron con la boca abierta. Nadie decía nada y todavía se escuchaban las carcajadas de los que reían. Finalmente Ron logró decir:

-¿Harry?

-Me alegro de verte de nuevo Ron -respondió.

-Yo también me alegro de volver a verte Ron -dijo Hermione mientras se calmaba.

-¿Hermione? -dijo Ron con la boca abierta mientras Myrddin se revocaba por el suelo fruto de la risa.

-¡Esto si que es bueno! ¡Ni su mejor amigo les ha reconocido!

-¿Pero que os ha pasado? -decía mientras abrazaba a ambos a la vez. -Os dejo sólo y conseguís que nadie os reconozca.

Los Weasley se recuperaron de la impresión y se acercaron hacia donde estaba Harry.

-¡Harry cariño! ¡Como has cambiado en unos días! -dijo la señora Weasley mientras le abrazaba. -¡Estás muy guapo así! -añadió provocando el sonrojo de Harry. -¡Hermione querida tu también has cambiado mucho y para bien! ¡Estás hecha toda una mujer preciosa!

-¡Gracias! -respondió una sonrojada Hermione.

-¡Harry! -dijeron los gemelos mientras le daban palmadas en la espalda. -Tienes buen aspecto chico.

-Encantado de volver a verte Harry -dijo Charlie mientras le estrechaba la mano.

-Un placer verte de nuevo Harry. Ese nuevo vestuario te sienta mejor -dijo Bill mientras le estrechaba la mano. -Tienes que decirme donde has comprado esa cazadora.

-Un placer volver a vernos Harry -dijo Percy de forma pomposa mientras le tendía la mano.

-Hola Harry, me alegro de verte -le dijo el señor Weasley.

La última en saludar fue Ginny quien se limitó a decir un breve y bajo hola mientras se ponía roja. Harry no se percató hasta ese momento de lo mucho que había cambiado. Su cuerpo empezaba a parecerse al de una mujer y el largo cabello rojo como el fuego le caía hasta la cintura.

Luego se acercaron hasta él Remus, Arabella, Mundungus y Sirius convertido en perro. Éste saltó sobre Harry y le cubrió la boca de babas.

-Hola Harry -saludó Lupin. -Estás irreconocible.

-Piensas lo mismo que yo. ¿En donde está el Harry de la pasada semana? -preguntó Mundungus con una voz desenfadada.

-Harry cielo, que guapo estás, definitivamente este año irán las chicas detrás tuya -le dijo Arabella muy sonriente haciendo que Harry se pusiera incómodo. -Veo que Vivian se ha encargado muy bien de ti.

-Ya sabes Bella, debo de cumplir con mis funciones de madrina -respondió ésta.

-¿Madrina? -dijeron varias voces.

-Aquí presente -respondió Vivian sonriendo.

Hagrid se acercó hasta Harry y lo zarandeó un poco antes de decir:

-Me alegro de volver a verte, compañero. Ya me contarás tus conquistas este curso.

-Hagrid por favor no empieces tú también -dijo Harry completamente rojo.

Hubo una carcajada general en la sala; luego pasaron a saludarle los Diggory y para sorpresa de Harry Madame Máxime.

-Bueno -dijo Dumbledore una vez que todo el mundo saludó a Harry y Hermione (a ésta última no dejaron de mirarla durante un buen rato los chicos, haciendo que se pusiera roja de la vergüenza). -Ahora que las presentaciones y las observaciones de los cambios de look han acabado -añadió sonriendo (Harry y Hermione se sintieron azorados). -Es la hora de que se muestre el último invitado de la fiesta y así todos sepan la verdad sobre él -dijo Dumbledore con gravedad en su voz.

-Adelante Sirius -dijo Myrddin mirando al perro negro.

El gigantesco perro negro posó su mirada en Myrddin y luego en Dumbledore, para luego asentir con su cabeza y transformarse en hombre. Cuando lo hizo la señora Diggory y la profesor McGonagall ahogaron un grito; ésta, Madame Máxime, el señor Diggory, Bill, Charlie y Percy le apuntaron con su varita. Los gemelos dieron un salto para atrás y Ginny se escondió detrás de su padre. Snape sonreía, aparentemente disfrutando la escena.

-¡Sirius Black! ¿Que haces aquí? -exclamó el señor Diggory con furia en sus ojos.

-¡TÚ! -gritó Hagrid mientras se acercaba a él a zancadas. -¡MALDITO ASESINO TRAIDOR!

Viendo que la situación se ponía peligrosa Harry se interpuso entre su padrino y los presente, pero no fue el único, Dumbledore y Myrddin también se interpusieron entre él y los demás.

-¡APÁRTESE PROFESOR! ¡DEJE QUE ME HAGA CARGO DE ESTE MISERABLE!

-¡Hagrid! -dijo Dumbledore con una voz retumbante como el trueno. -¡Cálmate ahora mismo! -¡Y vosotros bajad ahora mismo esas varitas! - las palabras de Dumbledore causaron su efcto. Hagrid se detuvo en seco y los demás bajaron su varita asustados por la mirada colérica del director de Hogwarts.

-¡Pero Albus! ¿No te das cuenta de que tienes detrás de ti a la mano derecha de... de...

-Para eso estamos aquí para aclarar esa cuestión Minerva.

-¿ACLARAR QUÉ? -estalló de nuevo Hagrid. ¡NO TE ACERQUES A ÉL HARRY! ¡POR CULPA DE ESTA ALIMAÑA NO TIENES PADRES!

Los ojos de Sirius brillaron brevemente, Hagrid nuevamente se acercaba a él con la cara crispada de la ira, pero fue detenido por Seth, el gran dementor haciendo uso de su fuerza lo sujetó por el brazo derecho.

-Será mejor que te calmes Hagrid y escuches lo que tiene que decir Dumbledore -siseó en voz baja y amenazadora haciendo que Harry se tranquilizara por el miedo.

-¿Escuchar qué? ¿Qué no sabemos ya sobre este maldito traidor? -bramó el señor Diggory.

-¡Eso no es cierto! ¡Si Sirius fuese un asesino y mano derecha de Lord Voldemort (la mayoría de los presentes se estremeció) ya me habría matado nada más entrar! -e hizo algo que soprendió a la mayoría de los presentes, abrazó a Sirius. -Me alegro de volver a verte Sirius.

-Pero si sólo ha pasado una semana desde que nos vimos por última vez -dijo éste mientras le devolvía el abrazo.

-Ya pero como te veo tan poco -respondió Harry ante la cara de estupefacción de los presentes.

-Por favor siéntense -dijo Myrddin. -Se que para muchos les parecerá increíble, pero Sirius es inocente. Les vamos a explicar toda la verdad sobre él. Y no se preocupen por la reacción de Harry, ya sabe que Sirius es su padrino y el resto de la historia.

-¿Y como saben que es inocente? -preguntó el señor Diggory.

-Ah, esa es una historia sumamente increíble -dijo Myrddin con misterio. -Puede que para algunos les cueste creer la verdad.

-Dígamelo a mí -soltó el señor Weasley. -Aún me cuesta creerla.

-La cuestión es que la verdad es lo contrario a lo que todos pensábamos -continuó Myrddin. -La verdad es que el traidor no fue Sirius, sino Peter Petegrew -ante este comentario los presentes empezaron a articular cosas como ¡ABSURDO! ¡NO TIENE SENTIDO! O cosas por el estilo. -Le voy a ceder la palabra a las personas que descubrieron la verdad; la noche en que Sirius fu capturado en Hogwarts y se escapó. Harry, Hermi, Ronald, Remus, adelante.

Todas las miradas se concentraron en los nombrados. A petición de Remus, Harry comenzó a contar como Sirius se había llevado a Ron hasta La Casa de los Gritos por el pasadizo del Sauce Boxeador, como habían encontrado allí a Sirius como había logrado desarmarle y como había llegado en ese momento Remus Lupin. Cuando llegó hasta esa parte Remus comenzó a contar los hechos un poco alterados, como le dijo Myrddin a Harry, Hermione y Ron en voz baja (tambié se omitiría el incidente con Snape). No mencionó nada de lo que tuvo que ver el mapa del merodeador, sino que había visto a Harry y Hermione meterse por el pasadizo y les había seguido. También la parte en la que ayudó a Sirius fue omitida, explicó que Sirius le había insistido tanto en que observara la rata de Ron que terminó aceptando creyendo que había perdido el juicio, dijo que reconoció a la rata como Peter Petegrew.

-¿Absurdo! -exclamó Percy. -¿Cómo iba a ser Petegrew una rata? ¡No figura en el registro de animagos!

-Al igual que Sirius no figura en ningún registro porque es una animago no registrado. Ambos se hicieron animagos no registrados en quinto curso de Hogwarts.

-Como mi padre -añadió Harry. -Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta. Los Merodeadores quebrantadores de leyes de Hogwarts.

Sirius y Remus se echaron a reír, Harry por su parte miraba divertido a Fred y George quienes observaban a Harry sorprendidos por lo que acababa de decir.

-Que tiempos aquellos, ¿verdad Lunático? -dijo Sirius.

-Desde luego Canuto -respondió Lupin. -Mejor sigo con la historia.

Prosiguió bajo la atenta mirada de los gemelos quienes no creían que estuviesen delante de sus mentores. Relató como había obligado a la rata a transformarse en Peter, como Sirius le había contado que en el último momento convenció a Lily y a James de que utilizaran a Peter como guardián secreto para tenderle una trampa a Lord Voldemort, como había ido hasta casa de Peter para asegurarse de que era de fiar, como no lo había encontrado allí y como había ido hasta el Valle de Godric, como había perseguido a Peter y como lo había acorralado, como éste gritó para que lo oyeran, como voló la calle y se cortó el dedo para escapar convertido en rata. En este punto hubo muchas preguntas y discusiones para aclarar dudas, las más relevante fue la del señor Diggory:

-¿Cómo supo que Peter estaba como mascota de los Weasley y como escapó de Azkaban?

Sirius se adelantó y comenzó a contar su estadía en Azkaban. Relató que los dementores no habían podido absorber el pensamiento de su inocencia, gracias a esto conservó la cordura y cuando ya no aguantó se convirtió en perro.

-Muy inteligente... -murmuró Seth. -Las emociones de un animal les confundiría a los carceleros y no se vería afectado por sus poderes.

Sirius prosiguió con la visita de Fudge y como al pedirle el periódico (lo sacó de su túnica amarillento y arrugado) descubrió el paradero de Peter. Finalizó su relato explicando como había escapado convertido en perro.

Harry continuó la historia relatando como decidieron entregar a Petegrew pero que al llegar a Hogwarts Lupin sufrió los efectos de su licantropía y, como con la confusión del momento mientras Sirius trataba de controlarlo Petegrew escapó convertido en rata. Le siguió la aparición de los dementores y como en el último momento apareció un patronus que los ahuyentó a todos y como había visto a alguien que saludaba la invocación antes de desmayarse.

-¡Sucios bastardos, ojalá hubiese estado allí! -rugió Seth cuando Harry terminó el relato. -¡Sabía que los dementores de Azkaban llegaban a muy lejos pero jamás pensé que a tanto! -varios de los presentes miraron al dementor quien parecía fuera de sí. Harry sabía que estaba así por el incumplimiento del código de honor por parte de los demás dementores.

-¿Cómo lo hizo Potter? -preguntó de repente Snape con una mueca de disgusto en su cara.

-¿Hacer qué? -preguntó Harry quien no entendía la pregunta de su profesor de pociones.

-¿Cómo logró liberar a Black estando en la enfermería? -le preguntó mientras miraba a Sirius con desprecio. Se respiraba la tensión en el ambiente. -¿Cómo pudo estar en dos sitios a la vez?

-Creo que quien tiene que comenzar el relato es la mente maestra que planificó la huida -dijo Myrddin con voz desenfadada.

-Fue ahora Dumbledore el que se levantó ante el asombro de todos y contó su plan de utilizar el giratiempo de Hermione para liberar al hipogrifo de Hagrid, Buckbeak y utilzarlo para que Sirius huyera en él.

-Lo he tenido bien cuidado Hagrid -dijo Sirius mientras observaba la expresión radiante de alegría del guardabosques de Hogwarts.

-Ahora los que llevaron a cabo el plan serán los que sigan contando la historia -dijo Dumbledore.

Harry y Hermione se adelantaron y empezaron a contar como llevaron a cabo el plan de dumbledore; en la parte en la que Harry convocó al patronus que hizo ahuyentar a los dementores hubo varias exclamaciones de sorpresa.

-Muy poderoso tuvo que ser el patronus para ahyentarlos a todos. Eso es magia muy avanzada -dijo Seth. -Así que te viste a ti mismo aquella noche.... Curioso...

-Pensé cuando me vi a mi mismo que era mi padre, hasta que comprendí la verdad.

-Lógico .dijo Myrddin mientras le lanzaba una sonrisa. -Eres el doble de tu padre, de lejos nadie distinguiría entre él y tú.

La mayoría de los presentes lanzaron miradas de tristeza y comprensió hacia Harry; para romper el silencio Hermione prosiguió con el relato de la huida hasta el final.

-¡No me esperaba esto de usted señorita Granger! -dijo airada la profesora McGonagall mientras sus padres la miraban sorprendidos.

-Simplemente obedeció las órdenes de su director Minerva -dijo Dumbledore con aire desenfadado.

-Esta historia suena un tanto extraña y cuesta de creer... -dijo Percy mientras miraba a Sirius.

-Vamos -exclamó Myrddin. -A mi me parece una historia lógica y todo por muy increíble que parezca encaja.

-También lo hace con la predicción de la profesora Trelawney -dijo Harry.

-¡No irás a creerte esa pamplina! -exclamó Hermione enojada.

-No lo viste, se puso en trance y habló con voz profunda -Harry repitió los versos de la profesora mientras más de uno enarcó las cejas sorpendido. -Y acertó, Peter escapó aquella noche y ayudó a Voldemort a alzarse de nuevo la noche de la tercera prueba -se remangó la manga de la cazadora hasta la altura del codo derecho mostrando la cicatriz que tenía allí. -Aquí me hizo el corte para proporcionarle a Voldemort la sangre del anemigo tomada por la fuerza; también le proporcionó la carne del vasallo, se cortó la mano...

Mientras había relatado esa parte de los hechos de aquella fatídica noche su voz había sonado como apagada y su mirada se había perdido en sus propios pensamientos sumergida en una tristeza profunda, muchos de los presentes pusieron caras de comprensión pues sabían que rememorar aunque sólo fuera un poco aquella noche debía de ser muy duro. Volvió a la realidad cuando sintió sobre su hombro la mano de Myrddin.

-Creo que con todo esto nos basta. Sirius es inocente aunque las pruebas estén contra él; pero se demostrará cuando atrapemos a Petegrew. Mientras tanto hay que confiar en la palabra de todos los que han testificado aquí. Es más, podéis ver que no ha intentado matar a nadie desde que llegó -añadió con tono burlón.

Vivian quien hasta ahora había permanecido apartada en un rincón se acercó hasta donde estaba Sirius.

-Hola Sirius -dijo con voz alegre pero a la vez triste. Al ver que Sirius no le respondía y evitaba mirarle agregó. -¿No vas a saludar a una amiga? Has estado evitando mi mirada todo este rato.

-Vivian... yo... yo... -dijo con voz ronca, como si le costara hablar. No pudo continuar porque ésta le abrazó con fuerza (para disgusto de Snape) mientras le decía "te extrañé mucho". Sirius en ese momento la abrazó con fuerza y empezó a llorar, Harry se sorprendió con la reacción de su padrino (al igual que la mayoría). -Lo siento... fue mi culpa... si yo.... si yo no hubiera tenido aquella idea... ahora ello estarian vivos y Harry tendría una familia... -dijo entre sollozos.

-No fue tu culpa -dijo Vivian quien también había comenzado a llorar. Tuviste una idea noble jugándote la vida... nadie podría haber creído que Peter fuera un traidor...

-Pero ahora ellos...

-Lo sé, pero hay que seguir adelante. Siempre supe que eras inocente. Antes habrías muerto que traicionar a James... -dijo Vivian mientras sollozaba. -Lo que más me duele es que hayas tenido que enfrentarte a ello sólo durante catorce años y doce de ellos en Azkaban...

-Gracias Vivian -dijo Sirius con voz triste.

-¡Fue muy injusto! ¡No te concedieron juicio, no dejaron que te defendiera! ¡Lo habría hecho a muerte! ¡Y no me dejaron visitarte a Azkaban! -dijo Vivian con voz triste. Por eso dejé el ministerio, por eso dejé de creer en él...

La mayoría de los presentes observaban la escena conmovidos y punto de llorar más de uno, Snape observaba a los dos con un gesto raro en su cara, como de incomodidad, con los ojos brillando. Myrddin por fin logró desviar el silencio.

-¡Venga, vamos! -dijo con tono alegre. -¿Os habéis olvidado para que estamos aquí? No para recordar cosas tristes, sino para celebrar los quince años de Harry. Esto no pasa todos los días y hay que aprovechar el momento -añadió mientras le daba a Harry una palmada en la espalda. -¡Vamos a darle de una vez los regalos y animemos la fiesta! -dicho esto se aproximó al equipo de música del salón e insertó un disco, al momento empezó a sonar One Step Closer de Linkin Park (el grupo favorito de Murddin). Todos los presentes asintieron con la cabeza mientras las caras se les animaban. Myrddin se acercó hasta uno de los sillones y sacó de él dos paquetes, uno de ellos largo y fino.

-¡Aquí tienes; feliz cumpleaños Harry! -dijo mientras se los daba. -Uno de ellos me gustaría que lo llevaras siempre contigo por precaución; el otro perteneció a tu padre.

Harry abrió el paquete más pequeño con manos temblorosas encontrándose dentro con lo que parecía ser una armadura. Estaba hecha como de una especie de escamas doradas solapadas unas encima de otras.

-¡Pruébatela! -le animó Myrddin. -¡Armaduras de escamas de dragón, duras como el diamante y livianas como una pluma! ¡Es capaz hasta de repeler hechizos no muy poderosos! ¡Llévala siempre contigo aunque sea debajo de la ropa! Ni sientes su peso cuando te la pones.

Harry se la puso, notando que en efecto no sentía su peso y que le permitía una gran movilidad, a pesar de que le llegaba por debajo de la cintura y hasta casi a la altura de los codos por los brazos. Las mujeres soltaron exclamaciones de lo guapo que se veía con ella puesta, haciendo que Harry bajara la vista al suelo avergonzado. Decidió abrir el otro paquete para acallar los comentarios encontrándose con una escoba de mango plateado y delgado. La reconoció enseguida como una Flecha Plateada, una de las pocas que debían quedar pues ya no se fabricaban. Se trataba de la precursora de las actuales escobas de carreras. Examinó la escoba de todos los ángulos sorprendiéndose al encontrar cerca de donde terminaba el mango la inscripción de cornamenta y el dibujo de un ciervo al galope.

-¿Esa no es la Flecha Plateada de James? -preguntó Sirius mientras se acercaba a examinarla.

-En efecto -contestó Myrddin.

-Harry, esta escoba fue la que utilizó tu padre en su época de cazador de Gryffindor -dijo Sirius mientras la cogía y la examinaba con ojos radiantes de felicidad.

-¿De verdad fue de mi padre?

-Si -contestó Myrddin. -Tu padre me la regaló cuando cumplí seis años. Ese día había tratado de realizar el amago de Wronski con mi Estrella Fugaz. Pero acabé estrellándome contra el suelo. Salí ileso pero la escoba se hizo añicos -añadió con una sonrisa. -Tu padre, que por cierto era mi padrino (Harry abrió la boca de la sorpresa) al verme llorar desconsoladamente trató de animarme. Sirius con su habitual poco tacto me dijo que no llorara, que no era una gran pérdida lo de mi escoba -añaidó lanzándole a Sirius una mirada mitad divertida mitad colérica. -Yo le dije que a mi no me importaba que fuera una escoba mala, que tenía mucho valor para mí por haber sido mi primera escoba. Tu padre desapareció para volver a continuación con su escoba; me dijo que para él la Flecha Plateada tenía un gran valor pues con ella había ganado tres veces la Copa de Quidditch. Me la dio diciendo que esperaba que pudiera sustituir en cierta forma la pérdida de mi primera escoba. Desde entonces he jugado con ella en todos los partidos de quidditch que he disputado con los Cymry Fénix y no he perdido ninguno. Me he negado a volar hasta en Saetas de Fuego o en Nimbus. Pero ya es hora de que pase a tus manos.

-¿Porqué si fue un regalo de mi padre y para ti tiene mucho valor? -repuso Harry tratando de devolverle la escoba.

-Quien no es capaz de desprenderse de algo que quiere no sabe el verdadero valor de las cosas -le contestó Myrddin. -Además creo que no tienes muchos recuerdos de tus padres, ¿cierto?. Esto te ayufará a recordarles cuando los eches de menos.

Harry le agradeció a Myrddin los regalos con una sonrisa y muy agradecido, consciente del valor de ambos; a continuación vio que se acercaba Vivian con una paquete. Se lo tendió y cuando Harry lo abrió se encontró con un álbum de fotos mágicas de sus padres y sus amigos en su época de Hogwarts, le agradeció el regalo con un abrazo mientras se esforzaba por no llorar. Luego se acercó Bella quien le entregó un grueso paquete que resultó ser una túnica azul oscura acompañada de unos pantalones del mismo color, unas botas altas de color marrón y una capa blanca con capucha (para que conquistes en Hogwarts a muchas chicas le dijo mientras los demás se reían). Luego se acercó Hagrid quien le dio un libro de pasta roja que se titulaba Los Secretos de los Fénix, como aprender sus costumbres y llegar a amaestrarlos. Luego se acercaron los Diggory (para sorpresa de Harry), quienes le entregaron un libro titulado Estrategias y tácticas para atrapar la snitch; la guía definitiva para buscadores. Los siguientes fueron los Weasley, Ron le regaló el libro Volaba como un loco (biografía de Dai peligroso Llewellyn), Fred y George un surtido completo de sortilegios Weasley, incluyendo sus nuevos inventos (bajo la mirada desaprobatoria de su madre), Ginny para su sorpresa le había comprado un reloj digital, sólo que este tenía incorporada muchas funciones extras, como decir el paradero de las personas que eran importantes para ti o mostrar un mapa de los alrededores entre otras ( se sonrojó mucho cuando Harry le dio las gracias), el resto de los Weasley le regalaron una túnica de los Chudley Canons, actuales líderes de la liga; Harry se lo agradeció mucho consciente de lo mucho que le debía de haber costado el regalo.

-Bueno Harry -dijo Sirius mientras se acercaba con Lupin y Mundungus hasta él. -Aquí tienes nuestro regalo, para cuando tengas muchas cosas en la cabeza y quieras librarte de ellas.

Le entregó un pensadero a Harry quien se asombró al verlo pensando que aquello era justo lo que necesitaba últimamente.

-¡Gracias! Me vendrá de perlas -les dijo.

Eltharion se acercó hasta él y le tendió dos paquetes. Abrió el primero y se encontró con una camiseta del Real Madrid con el número y nombre de Zidane a la espalda. Harry se quedó impresionado, no se lo esperaba. Durante los últimos días en las charlas de fútbol con Eltharion y Myrddin había presenciado todo tipo de jugadas históricas del fútbol y había disfrutado en especial con el gol de volea de Zidane que le dio la Liga de Campeones al Madrid este año. Para él el fútbol era más que un deporte, durante su época en el colegio muggle el fútbol era lo único que conseguía distraerle y hacerle feliz. Abrió el otro paquete encontrándose con un balón Nike, emocionado le dio las gracias a Eltharion.

-La verdad Harry, no se que le ves a un juego donde no hay pelotas encantadas y no se puede usar escobas -dijo Ron al ver que Harry se ponía la camiseta y empezaba a darle toquecitos al balón.

-Algún día Ronald Weasley le enseñaremos a jugar al fútbol y se tragará sus palabras, pues es el mejor deporte del mundo -dijo Eltharion ante la cara de incredulidad de la mayoría quienes pensaban que el quidditch era insuperable. -Tengo también otra cosa para ti, Harry -le tendió una daga guardada en su funda.

-¿Una daga? -preguntó Harry sorprendido, esta era de una ornamentación fina y preciosa; con motivos dorados y una vaina verde. La sacó de la funda notando lo liviana que la sentía en su mano y las runas que la decoraban a lo largo de la hoja plateada y afilada.

-Perteneció a tu padre. La puso bajo mi custodia para que te la entregara cuando cumplieras la suficiente edad si a él le ocurría algo -dijo Eltharion con la mirada perdida en el pasado. -Si se acercan a ella criaturas malignas vibrará con violencia si está envainada; si está fuera de la vaina la hoja brillará, aumentando su intensidad si la apuntas a la dirección de la que provienen los siervos del mal. Como vez es una excelente alarma contra las criaturas de Voldemort.

-Gracias por los regalos Eltharion -dijo Harry mientras se colgaba la daga del cinturón por el costado derecho. Se dio cuenta de que constituía un regalo muy serio. -La llevaré siempre conmigo por si las dudas.

-Yo también tengo algo de tu padre para ti -dijo Avatar mientras le entregaba un cuerno de caza decorado con motivos en plata y oro. Se podía llevar colgado del cuello por una cadena dorada que poseía. -Es el cuerno de Roland; cuando sea soplado producirá efectos muy parecidos al canto del fénix. Los corazones amigos se llenarán de valor y osadía, mientras que los enemigos y los seres impuros de corazón sentirán miedo e incertidumbre -explicó ante el asombro general. -Además, si lo soplas cuando estés en problemas, los amigos y aliados tuyos a leguas a la redonda acudirán en tu ayuda guiados por el sonido del cuerno. También tengo esto para ti -le entregó un anillo y un broche de capa; ambos portaban el emblema real de Ulthuan, un fénix surgiendo del fuego con las alas desplegadas.

-Muchas gracias musitó Harry mientras cogía los regalos de Avatar, intimidado porque nunca en ningún cumpleaños había recibido tantos presentes.

Luego se acercó Hermione, llevando con gran esfuerzo una gran caja en sus brazos.

-¡Feliz cumpleaños Harry! Te lo compré en Bulgaria; Víktor fue quien lo sugirió -dijo con una gran sonrisa mientras le entregaba la caja.

-Así que fue idea de Vicky, ¿eh? -dijo Ron con voz burlona y una mueca de disgusto.

-¡No lo llames Vicky! -chilló Hermione. -¡Le llamaré como me plazca! -respondió Ron a gritos.

A esto le siguió una pelea a gritos entre los dos mientras Harry, cargando todavía la gran caja trataba de calmarlos. Los adultos observaban la escena perplejos, en especial los Weasley y los Granger. Fred, George, Charlie y Bill estaban que se partían de la risa mientras Ginny no paraba de soltar risitas. Sirius bromeaba con Remus diciéndole que le recordaba a sus discusiones con Lily. Myrddin y Dumbledore por su parte observaban la escena divertidos mientras trataban de contener la risa; Eltharion por su parte había sacado una cámara de video y grababa la escena. La pelea terminó cuando un flash de una cámara de fotos los deslumbró. Las miradas se posaron en Myrddin, quien sostenía una Polaroid en sus manos y cogía la foto que salía de esta, esperando a que surgiera la imagen.

-¡Dios que escena! -dijo estallando en carcajadas mientras veía la foto. -¡Si vierais vuestras caras! -le pasó la foto a Dumbledore y en segundos pasó de mano en mano provocando risas por doquier. -He encontado la cámara para que saque fotos mágicas, no tiene desperdicio.

Cuando la foto llegó a manos de Harry, éste no pudo evitar reírse. Aparecían Hermione y Ron gritándose y él en medio tratndo de aplacar la discusión con cara de resignación. Hasta Ron y Hermione al ver la foto se rieron.

-Por cierto, ¿quién es Vicky? -preguntó Myrddin.

-Su novio -dijo Ron con disgusto.

-¿NOVIO? -exclamó Myrddin. -¿Te echas un novio y no me dices nada? ¿Con la cantidad de aprovechados que hay hoy en día? ¡Más vale que te trate bien o le hecho un maleficio! -gritó ante las caras divetidas de los presentes.

-¡Viktor no es mi novio! ¡Ya lo aclaré con él en Bulgaria, sólo somos amigos! -dijo Hermione mirando a Ron con furia.

-¿Viktor Krum? -preguntó Myrddin con el rostro ceñudo.

-Si, pero sólo somos amigos -dijo Hermione desviando su mirada de los penetrantes ojos de Myrddin.

-Hmmm...

-¿No abres el regalo Harry? -preguntó Vivian tratando de desviar la conversación antes de que Myrddin empezara a acosar a Hermione con preguntas. Harry le siguió el juego, sabiendo que Myrddin se ponía así simplemente porque era sobreprotector con Hermioe; según le había contado Vivian la quería mucho. Abrió la caja ahogando un grito de sorpresa al ver dentro de ella un juego de pelotas de quidditch. La quaffle roja y las dos bludgers sujetas a sus correas estaban a la vista. Hermione se agachó y sacó de un compartimento la pequeña snitch. Tenía grabada las letras HP y en medio de estas un grabado con la forma de la cicatriz de su frente.

-¡Gracias Hermione! -le dijo mientras la abrazaba. -Muy buen regalo -observó Myrddin mientras miraba la snitch. -En particular el detalle de la snitch está muy bien -añadió, Ron, los gemelos, Charlie y Bill se acercaron con Dumbledore a observarla estando de acuerdo con él; aquel había sido todo un detalle. -Habrá que estrenar el juego un día de estos.

-Bueno, ahora que todos los regalos han sido entregados vamos con la tarta ¿no? -animó Eltharion mientras sostenía la cámara de vídeo.

La fiesta se prolongó hasta las nueve y media de la noche y fue muy divertida. Se sopló las velas de la tarta, se contó muchas anécdotas de las fiestas de cumpleaños de Sirius y compañía la gente se había acostumbrado a su presencia gracias a su carácter divertido), se jugó a varias cosas incluido un emocionante campeonato de Tekken que ganó Myrddin en una disputada final contra su padre, se gastaron varias bromas usando los sortilegios Weasley ( la que más éxito tuvo fue la galleta de canarios que le coló alguien a Snape, él cual sólo se contuvo porque Vivian le sujetó el brazo, pero durante un buen rato estuvo pasando su mirada iracunda de los gemelos a Harry y a Sirius quienes eran los que más se reían).

-Ya deberían de estar aquí -murmuró Myrddin mientras la gente a su alrededor descansaba de la fiesta.

-¿Quién... -comenzó a preguntar Harry, pero se detuvo al ver un cuerpo que salía de la chimenea y caía al suelo, instantes despuesotor cuerpo cayó encima del primero.

-¡Ez la última vez que viajo azí! ¡Ziempre tengo que acabar en el zuelo! -exclamó la figura que estaba debajo de la otra.

-Lo ziento jefe, pero zi por una vez me hubiera hecho cazo ahora no eztaríamos azí -dijo la segunda mientras se incorporaba y ayudaba a la segunda a levantarse. Cuando ambos se levantaron, se volvieron hacia los presentes. Los Weasley y los Diggory ahogaron un grito y Harry desenvainó su espada rápidamente. Frente a ellos se encontraban dos orcos de piel negra oscura, casi negra. Eran más corpulentos y altos que los orcos con los cuales Harry se había batido el otro día. Uno de ellos llevaba puesta un peto metálico que le cubría el cuerpo, con protecciones en brazos y piernas, llevaba una capa de seda negra cogida con un broche dorado. El otro, visiblemente menos grande y corpulento no llevaba armadura, pero sí una enorme vara en la cual se apoyaba, su capa estaba hecha de piel de algún animal.

-¡Azrag!, ¡Skaga! ¿Cómo estáis? -dijo Avatar mientras se levantaba y abrazaba a ambos.

-Ya zabez, como ziempre, ocupadoz con muchaz cozaz -dijo el orco con armadura mientras le abrazaba. -Me alegro de verte a ti también Albuz -dijo mientras abrazaba a Dumbledore.

-Como estás Azrag viejo pillo -dijo Dumbledore muy desenfadado.

-¿Tú familia bien no? -dijo el otro orco.

-Los puedes ver aquí Skaga -dijo Avatar mientras señalaba a Myrddin, Eltharion y Vivian. -¿Acaso te has olvidado de donde estamos?

-Perdonad -se disculpó Skaga mientras los saludaba. -Con el golpe me he dezpiztado un poco.

-No pasa nada -dijo Myrddin. -Se volvía hacia el resto mientras Azrag saludaba a su familia. -Estos son Azrag y Skaga. Jefe y shamán del clan Blackrock. No os preosupéis, aunque sean orcos negros. Su clan siempre ha sido benévolo y aliado del ministerio, aunque llevan años sin dirigirle la palabra.

-¿Con loz doz últimoz miniztroz que ha habido? -bufó Azrag. -Zobretodo con eze patán de Fudge.

Myrddin se rió del chiste y empezó a presentarle los orcos a los demás. Aunque conmocionados, enseguida se acostumbraron a su presencia tras haber pasado toda la tarde al lado de un dementor y divertirse con él. Cuando a ambos les presentó a Harry se sobresaltaron.

-¿El hijo de Jamez? -preguntó Skaga en voz alta.

-El mismo -dijo Myrddin.

-Igual que Jamez, tuve el inmenzo plazer de conozerlo -dijo Azrag con tristeza y melancolía.

-¿Conoció a mi padre?

-Zi. Era el mejor jugador de quidditch de Gran Bretaña, y un valiente zoldado, pero zobretodo un gran amigo. Hoy ez tu cumplañoz ¿no? Te mandaré un regalo aunque zea atrazado.

-No hace falta -dijo Harry recordando todos los regalos que había recibido ese día.

-¡Por supuesto que zí! ¡Que claze de amigo de Jamez y Lily zería zi no te diera nada por tu cumpleañoz! ¡Myrddin ezto ze aviza!

-Bueno, bueno, bueno -dijo Myrddin. -Será mejor que dejemos las discusiones y comencemos la reunión. Los adultos dirigieron una mirada siginificativa que Harry captó al momento.

-Supongo que eso incluye que nuestra presencia queda excluida -dijo Harry mientras se imaginaba el porque de que hubiera tanta gente en casa de Myrddin. -Así que nos vamos -dijo mientras le hacía señas a Ron, Hermione, Ginny y los gemelos para que salieran afuera con él.

-Vuelve a sorprenderme señor Potter -dijo Snape clavando sus ojos en los de Harry. -Ha decidido no jugar a los detectives y entrometerse donde no le llaman. Pero seguro que se pondrá a escuchar tras la puerta.

-Le prometo que no haremos eso -contestó Harry con sorna mientras le mantenía la mirada. Sirius iba a levantarse para encararse con Snape pero la voz de Myrddin le detuvo.

-No Harry, puedes quedarte en esta reunión, y si vosotros lo deseáis también -dijo señalando a Ron, Hermione, Ginny y los gemelos.

-¿Qué crees que haces Myrddin? -dijo Snape furioso. -Vas a meter en una conversación de adultos a cinco críos.

Fred y George miraron indignados a Snape, pues ambos tenían diecisiete años, Ron y Hermione por su parte miraban desafiantes a Snape. Harry miraba a Myrddin quien le guiñaba un ojo.

-Simplemente evitar que jueguen a los detectives -dijo imitando el tono burlón de Snape ante la mirada divertida de Sirius y la furiosa de Snape. -Si no se enterasen de nada luego tratarían de descubrirlo más tarde -añadió imitando la mueca burlona y los gestos de Snape (éste estaba que no se contenía). -Además Fred y George ya casi son adultos y Ronal, Virginia y Hermi ya no son niños sino adolescentes, son capaces de entender lo que vamos a tratar han vivido experiencias muy dramáticas, esto para ellos no debe ser nada nuevo. Además te has olvidado que Harry aunque tenga quince años tiene ya la mente de un mago adulto. Ha visto cosas que le han hecho madurar más deprisa y tiene derecho a saber esto.

Se paseó por toda la habitación. La mayoría salvo unos pocos no entendían a que se estaba refiriendo. Se paró en el centro de la habitación y volvió a hablar rompiendo el silencio.

-Os estaréis preguntando a que viene esto de la reunión. Bien, esto nos incumbe a todos, especialmente a ti Harry. A llegado la hora que sepas ciertas cosas sobre tus padres.

-¿Qué cosas... -pero se calló con el gesto que le lanzó Myrddin con la mano.

-Estamos aquí reunidos gente de muy diversa condición para tratar un tema muy delicado. Ahora que se ha vuelto a juntar lo que queda del antiguo grupo ha llegado la hora de volver a poner en funcionamiento la Orden del Fénix.

-¿La qué? -saltó Percy de improviso.

-La Orden del Fénix -dijo Dumbledore mientras se levantaba. -Es un grupo que cree cuando Vodemort estaba en la cúspide de su poder para luchar contra él. Se trataba de una fuerza que se encargaba de oponerse a Lord Voldemort y a sus seguidores de forma secreta. La formaban doce personas. Yo mismo, Louis Malfoy, Mundungus Fletcher, Severus Snape, Remus Lupin, Arabella Figg, Vivian Fénix, Sirius Black, Peter Petegrew (las caras de los nombrados se ensombrecieron), Jane Marshall y James y Lily Potter ( las caras de los miembros de la orden se volvieron tristes). Tuvimos gran éxito al combatir a Lord Voldemort (hizo caso omiso del estremecimiento de la mayoría de los presentes) hasta su caída; con la muerte de tres de los miembros y la traición de otro (varios de los miembros tuvo que hacer un esfuerzo para no llorar) disolvimos la orden. No obstante -añadió con gravedad en su voz. -Ahora que Lord Voldemort ha vuelto he decidido volver a ponerla en funcionamiento para combatirle y acabar con él antes de que recupere la fuerza que tuvo hace catorce años.

-¿Y qué tiene que ver eso con nosotros? -preguntó el señor Diggory.

-La respuesta es sencilla -dijo Myrddin clavando en él sus ojos dorados. -Queremos que ustedes se unan a la Orden del Fénix, o que al menos nos ayuden. Todos ustedes saben lo que es capaz de hacer Lord Voldemort y algunos han sufrido a sus manos -añadió mirando con dolor a los Diggory. -Si no nos unimos contra él no podremos detenerlo; necesitamos gente en la cual podamos confiar. En todo caso, si no quieren luchar contra él y esto es algo que comprendo, necesitamos gente que pueda ayudarnos, perdimos a Jane, Lily y a James aquel fatídico año a manos de Lord Voldemort. Peter se ha convertido en un enemigo y Louis murió hace seis años.

-Amos, Arthur, Percy -continuó Dumbledore. -Vosotros estáis bien situados dentro del ministerio. Como sabéis, Fudge ha silenciado el asunto y se niega a creer que Lord Voldemort ha vuelto. Necesito si no queréis luchar a nuestro lado que me ayudéis desde el ministerio. Conocéis a la suficiente gente bien colocada como para hacer correr la voz entre aquellos que estén dispuestos a creer la verdad.

-Por supuesto que le ayudaré Dumbledore -respondió el señor Weasley.

-También puede contar conmigo -dijo Percy con voz firme.

-Y conmigo -dijo el señor Diggory firme.

-Puede contar con mi ayuda; deseo unirme a la orden -saltó Bill.

-Yo también -dijo Charlie con decisión provocando el asombro de sus padres.

-Profesor Dumbledore, sabe que puede contar conmigo para lo que sea -dijo Hagrid levantándose.

-Puede contar con nosotros -empezaron a decir los presentes, hasta los Granger se habían ofrecido como enlace con el mundo muggle por si Voldemort decidía dar el primer paso allí.

Harry no escuchaba lo que decían los adultos. Se hallaba ensimismado en si mismo. Había cogido el pensadero y lo estaba utilizando. Myrddin le había explicado el otro día como se utilizaba cuando Harry le vio utilizando el suyo. Se puso su varita en la sien recordando lo que sucedió después de coger la copa con Cedric, se puso a revivir los fatídicos momentos de aquella noche y cuando sintió que ya no pesaban sobre su cabeza introdujo la varita en el pensadero. De ella surgió una sustancia plateada semi líquida que cayó al fondo del recipiente. Al caer allí Harry sintió que se había sacado un peso de encima. La voz de Myrddin le devolvió a la realidad.

-Eso si, quiero advertirles a nuestros invitados que se mantengan al margen de los asuntos de la orden, es muy peligroso. Eso sí, cuando necesitemos vuestra ayuda os la pediremos, se muy bien hasta donde sois capaces de llegar. Pero hasta que no os la pidamos no os hagáis los héroes -dijo volviendo a imitar al profesor Snape, éste sólo se contuvo al ver que Vivian le lanzaba una mirada significativa.

-No hablarás en serio Myrddin -dijo Sirius con voz grave.

-Por supuesto que si; seguro que ellos estarán al tanto de cualquier rumor que surja en Hogwarts, especialmente de ciertos Slytherins. Si oís o veis cualquier cosa rara hacédnoslo saber -añadió con una sonrisa.

-No te preocupes Myrddin, este año no tengo ganas de aventuras -dijo con pesadumbre en su voz (todos le miraron preocupados al ver su expresión sombría). -Tengo otras obligaciones como preparar los TIMO o vigilar a los alumnos como prefecto.

-¿Eres prefecto? -dijeron a la vez Ron y los gemelos. Ron lo miró por un momento resentido.

-Somos -dijo Harry señalando a Hermione. -Y no os haré la vista gorda.

-¡No seas malo Harry! -dijo Fred.

-Si, este es nuestro último año y hay que despedirlo a lo grande -añadió George.

-¡Y le diré a Harry y a Hermione que estén detrás de vosotros para que no hagáis nada! -dijo la señora Weasley en un tono cortante.

-Entonces... -dijo Myrddin cuando todos terminaron de reír. -¿Cómo van las cosas Severus?

-Mal -dijo Snape con voz sombría. -Ni rastro de Karkarov desde que desapareció.

-Si es que no está muerto -dijo Harry con una voz de gravedad impropia de su edad que sorprendió a más de uno. -Y eso sin contar que Lord Voldemort haya atraído hacia sí a los gigantes.

-Eso de momento no ha pasado -dijo Dumbledore mirando a Hagrid y a Madame Máxime, quienes asintieron con la cabeza.

-Pero eztá juntando de nuevo a loz clanez orcoz que le fueron fielez en el pazado. Muy pronto dizpondrá de un ejército lo zufizientemente grande para atacar toda Gran Bretaña mágica -dijo Azrag con preocupación. -Hay que detenerlo antez de que zea demaziado tarde.

-Y hay que añadirle que Azkaban es su objetivo más importante -añadió Harry.

-Cierto -corroboró Myrddin. -¿Cómo te has enterado de los planes de Lord Voldemort?

-Lo dijo abiertamente la noche de la tercera prueba -dijo Harry con mirada triste. -Creo que la Orden del Fénix debe de saber que pasó aquella noche si es que no lo sabe ya.

-A medias... -dijo Myrddin con mirada seria que contrastaba con su habitual desenfado. -¿Estás seguro de querer contarlo?

-No exactamente... -dijo Harry con voz susurrante. -No me siento con fuerzas para contar esa experiencia de nuevo. Pero como dice el refrán una imagen vale más que mil palabras -dijo señalando el pensadero con voz sombría.

Sirius y Vivian preocupados por la expresión de dolor de Harry se acercaron a él y le pusieron una mano en el hombro cada uno. La señora Weasley tenía los ojos brillantes mientras miraba a Harry. Hermione y Ron se acercaron hasta donde estaba él preocupados.

-Bien entonces veámoslo -dijo Myrddin mientras se acercaba al pensadero. -Antes de nada voy a advertirles que aquellos que no estén preparados que salgan de la habitación.

La señora Weasley le hizo un gesto a Ginny y a Ron para que se fueran pero estos negaron con la cabeza. Los Granger hicieron lo mismo con Hermione pero ésta también se negó. Myrddin y Dumbledore pasaron sus penetrantes miradas por todos los presentes.

-Bien, ya que todos están decididos a verlo, adelante...

-Vamos -apremió Harry.

Myrddin introdujo el dedo en el pensadero y empezó a remover la sustancia creando un remolino. La estancia cambió y todos pasaron al laberinto justo al lado del Cáliz de Fuego. Presenciaron la discusión entre Harry y Cedric sobre quien debía coger la copa; cuando la cogieron fueron transportados con los demás al cementerio. Fueron presentes del asesinato de Cedric (los señores Diggory empezaron a llorar desconsoladamente), para a continuación ser presentes del ritual de hueso carne y sangre. Cuando Petegrew se cortó la mano un escalofrío recorrio a todos los presentes menos a Harry, Myrddin y Dumbledore. Hermione se cogió del brazo de Harry quien no dejaba de mirar el cuerpo caído de Cedric, sólo separó la mirada de él cuando aparecieron los mortífagos (aquí el señor Weasely cerró el puño en un gesto de furia). Luego Lord Voldemort empezó a relatar su vuelta y su plan para llevarla a cabo, descubriendo la mayoría el secreto de la cicatriz de Harry. Finalmente llegaron a la parte en que Voldemort decía:

-Y aquí está... el muchacho que todos vosotros creíais que había sido mi caída. ¡Crucio!

Cuando vieron que Voldemort le lanzaba la maldición cruciatus a Harry la mayoría chillaron. Ginny y la señora Weasley empezaron a llorar. McGonagall se llevó las manos a la boca; Ron se puso pálido y Hermione se aferró al brazo de Harry muy fuerte.

Luego le siguió el duelo con Lord Voldemort, conforme pasaban los segundos, la gente se ponía más pálida de lo que ya estaba. Los únicos que parecían conservar la calma eran los miembros de la Orden del Fénix, Azrag, Skata, Avatar, Eltharion y Myrddin. Finalmente llegaron a la parte en que las varitas de Voldemort y Harry se conectaban y se veían envueltos en la red dorada. Luego aparecieron los víctimas de Lord Voldemort. Al aparecer Cedric los Diggory rompieron a llorar, pero fue la aparición de los padres de Harry lo que causó conmoción, ya hasta los miembros de la Orden del Fénix estaban pálidos; Harry sintió que Vivian y Sirius le apretaban el hombro con sus manos, Hermione se cogió con tanta fuerza que Harry perdió sensibilidad en el brazo. Ron por su parte estaba completamente blanco. Los únicos que mantenían la calma eran Azrag, Dumbledore, Avatar y Myrddin; los tres primeros con una expresión triste, el último con una expresión de furia que hacía que sus ojos dorados relampaguearan. Luego vino la indicación de su padre y el ruego de Cedric. Cuando Harry cogió de nuevo el cáliz todos volvieron al salón.

Harry se sintió de nuevo el centro de todas las miradas. Alzó la vista encontrándose miradas de angustia y compasión, Ron y Hermione le observaban como si nunca antes lo hubieran visto. Fue para él una bendición escuchar de nuevo la voz de Dumbledore.

-Te lo vuelvo a repetir Harry; aquella noche demostraste una valentía inesperada en ti.

-No mostré nada especial profesor -dijo Harry mientras le miraba a los ojos. -Simplemente aquella noche comprendí que si tenía que morir a manos de Lord Voldemort lo haría de pie, devolviéndole la mirada, sin concederle el placer de verme suplicar y tratando de defenderme -todos miraron a Harry sorprendidos. Algunos ante esta frase por fin comprendieron lo que Myrddin había querido decir respecto a que Harry era un quinceañero con mente de adulto. Había pasado por tales acontecimientos en su vida que había madurado muy aprisa; hacía mucho tiempo que había dejado de ser un niño inocente y con los problemas de su edad. Aquello era una muestra más de lo que Voldemrot causaba en las personas. Le había arrebatado la infancia y la adolescencia a un muchacho.

-Actuaste igual que tu padre Harry -dijo Myrddin tranquilamente. -Pero deja ya de atormentarte por lo de aquella noche. No fue tu culpa ni la de nadie más.

-Cierto -dijo el señor Diggory haciendo un esfuerzo para no llorar. -No te culpes por la muerte de Cedric Harry. Deberías de estar orgulloso por encararte con ese asesino.

-Siempre podré encararme con él, porque aquella noche vi el miedo en sus ojos cuando se enfrentó a sus víctimas -dijo Harry con odio en su voz.

-Cierto, esto demuestra que hasta él, que se considera todopoderoso sabe lo que es el miedo-dijo Myrddin; observó el silencio que se había apoderado de la sala y las caras tensas. -Bueno, será mejor que vayamos a dormir. Mañana nos espera un gran día -añadió con tono alegre. -Se celebrará en Caer Cymry, el 52º aniversario de la caída de Gindelwald y no creo que queráis perdéroslo por no poder dormir.

-Es cierto -dijo Eltharion. -Se hará una gran fiesta para celebrar la victoria del ejército aliado sobre el de Grindelwald en el Paso de la Muerte.

-Que gran día -dijo Azrag. -Jamáz lo olvidaré, zalimoz victoriozoz.

-Por supuesto que zi jefe, tú nunca pierdez -dijo Skaga. -Excepto cuando Albuz te timó jugando a laz cartaz, o cuando perdizte la carrera de montura de jabalí frente a Louiz Malfoy, o cuando Avatar te robó tu carro favorito y no pudiste recuperarlo, o cuando Jamez cogió tu garrapato y lo ezcondió zin que lo encontraraz; a parte de eztaz vecez y algunaz máz tú nunca pierdez.

-¡Ezto ez un motín, haré que te dezpellejen! -rugió Azrag enfadado.

-No jefe ezto no ez un motín, cuando te ataque por la ezpalda y te degüelle con mi cuchillo, entoncez zi zerá un motín, ¿me explico? -dijo Skaga mientras Myrddin, Dumbledore, Seth, Avatar y Eltharion se partían de la risa.

-¡Ah! Bueno da igual, vámonoz para caza. Eztaremoz en contacto Albuz, te mantendremoz informado -dijo Azrag mientras se dirigía a la chimenea. Instantes después los dos orcos desaparecieron con un estallido.

-Bueno muchachos, a dormir, mañana será un gran día -dijo Myrddin mientras los sacaba del salón cargando los regalos de Harry con ayuda de los gemelos. Subieron las escaleras y Myrddin les mostró sus habitaciones a cada uno.

Veinte minutos después Harry se encontraba en su habitación con el pijama puesto aunque no tenía sueño. Escuchó a alguien llamar a su puerta.

-Pasa, no duermo.

Entraron Ron y Hermione, ambos con el pijama puesto y caras pálidas. Harry observó que Hermione tenía los ojos enrojecidos. Instantes después se abalanzaron sobre Harry y lo abrazaron.

-¿Qué os pasa? -preguntó él sorprendidos.

-¿Porque no nos contaste nada sobre aquello? Ahora comprendo porque te sientes así -dijo Hermione sollozando.

-Podríamos haberte ayudado a superarlo -dijo Ron con la cara pálida. -Nunca pensé que hubieses tenido que enfrentarte a las tres maldiciones imperdonables aquella noche.

-Para mí es muy duro tener que recordar todo lo referente aquella noche. Podeís haberlo visto, pero jamás sentiréis lo que yo he sentido -dijo Harry mirando el suelo. -De todas maneras ¿qué hacemos hablando de esto? Como me dijo Myrddin una vez "lo hecho echo está y no podemos cambiarlo, sólo nos queda seguir adelante". Pero me enfurece el no poder hacer nada. Ya es la tercera persona que muere por interponerse entre Voldemort y yo.

-No pronuncies ese nombre ¿quieres? -dijo Ron asustado.

-Tienes razón Harry, no hay que darle más vueltas a lo de aquella noche. Pero no te sigas culpando ¿Vale? Ni por lo de tus padres ni por lo de Cedric -dijo Hermione tratando de esbozar una sonrisa.

-Aunque acabe perdonándome siempre cargaré con la muerte de Cedric -dijo Harry. -Pero voy a superarlo, debo de enfrentarme a la realidad de una maldita vez y no seguir escondiéndome. La vida sigue.

-Así se habla -escucharon una voz que provenía de la puerta. Se giraron y vieron a Ginny quien traía puesto el camisón de dormir. -Eso es lo que hay que hacer en los momentos difíciles, tirar hacia delante.

-Gracias Ginny -dijo Harry con una sonrisa, le sorprendió ver que esta vez no se sonrojó si no que le sonrió y le mantuvo la mirada. -Pareces que sabes de esto.

-Si, tras el incidente de la Cámara de los Secretos y una conversación que tuve con el profesor Dumbledore me di cuenta de que había que dejar atrás el pasado y enfrentarme al presente para ver un futuro mejor -añadió para darle ánimos a Harry aunque éste notó que tenía los ojos enrojecidos y parecía muy nerviosa.

-Gracias -volvió a decirle Harry.

-¡Harry! -exclamó una voz. Era Fred. -¡A ti te buscábamos!

-¡Si tienes que decirnos porque el profesor Lupin y tu padrino se han llamado Canuto y Lunático! -exclamó George.

Harry esbozó una sonrisa y les invitó a todos que se sentaran en la cama y empezó a contarles cuanto sabía sobre la pandilla de su padre. Fed y George escuchaban cada vez más emocionados los relatos de Harry orgullosos de que el padre de su amigo fuera su mentor.

-¿Con que dando una fiesta nocturna y no me avisáis eh? -dijo una voz desde la puerta divertida. Harry dio un respingo recordando que habían dejado la puerta abierta. En ella estaba Myrddin quien los miraba con una sonrisa puesta en su cara. -¿Queréis que os cuente las hazañas de los Merodeadores contadas por el propio Cornamenta?

-¡Sí! -exclamaron a la vez Fred y George entusiasmados ante la idea. Harry asintió deseando oír las historias que su padre le había contado a Myrddin.

-Muy bien, pero sólo hasta la una que mañana hay que levantarse temprano -Myrddin comenzó a relatar un montón de hazañas llevadas a cabo por el grupo de James, algunas de las cuales incluían también al grupo de amigas de su madre. Así estuvieron durante una hora hasta fueron las una de la mañana.

-Bueno ya basta por hoy. Todo el mundo a dormir. A vosotros dos -dijo señalando a Fred y George. Sabed que Sirius y Remus se quedarán un tiempo aquí, así que tenéis varios días mientras permanecéis aquí para acosarles con preguntas. Fred y George abrieron los ojos de la emoción. -¡Y ahora a la cama! -esperó hasta que todos se hubieron ido para dirigirse a Harry. -¿Cómo estás?

-Bien -dijo éste.

-No del todo, pero hoy te has quitado un gran peso de encima, ¿me equivoco?

-No, lo que más me enfurece es no haber podido hacer nada, mis padres y Cedric murieron por interponerse entre Voldemort y yo; no quiero que eso pase con nadie más...

-Escucha Harry, cargarás con su muerte todo tu vida, pero no te culpes de la muerte de Cedric. Si lo haces caerás en un círculo vicioso del cual no podrás escapar. Te lo digo por experiencia. Yo también perdí a alguien ante mis ojos sin poder hacer nada, pero aunque sigo llorando su muerte ya no me culpo por ello -añadió con voz triste. -¿Crees que a Cedric le gustaría verte en este estado?

-Tienes razón Myrddin, pero eso se acabó; a partir de hoy voy a tratar de hacerme fuerte para poder defender a los que quiero.

-Eso está bien, si quiere te ayudo.

-No me vendría mal, gracias Myrddin.

-¡No hay de que! -dijo Myrddin mientras se marchaba del cuarto; al llegar a la puerta se volvió y dijo. -¡Buenas noches!

-¡Buenas noches Myrddin! -dijo Harry mientras se acostaba en la cama; el sueño le fue venciendo con rapidez, fruto del cansancio por todas las emociones experimentadas durante todo el día.

Fiuuuuuuuu. Treinta y cinco páginas, cada vez los hago más largos. Espero que os guste el capítulo, me ha costado mucho escribirlo y de todas maneras creo que lo voy a retocar en ciertos aspectos que no me han gustado, pero espero que os guste. ¿Qué me decís del corazoncito de Snape? ¿Y de la escena del abrazo entre Sirius y Jane? Esa fue la escena con la que más he disfrutado al escribir el capítulo, me parece enternecedora. Por fin aparece el personaje que tengo más ganas de desarrollar, Seth el dementor; ¡y qué me decís de Myrddin? Siempre animando en los momentos tensos y mostrando una confianza en Harry que no le tienen los demás. Ya veréis hasta donde llega esa confianza en el próxima capítulo. Seguidme mandando reviews por favor.

Caer: palabra celta que quiere decir fuerte o pueblo amurallado.

Cymry: palabra celta que quiere decir galés.

Para todos aquellos que deseen saberlo he de añadir que además de la obra de Tolkien me han inspirado mucho El Ciclo Pendragón de Stepehn R Lawhead y los juegos de miniaturas de Games Workshop (Warhammer y HeroQuest).

Próximo capítulo: Harry, Myrddin, Avatar, Dumbledore, Eltharion y Seth van a Caer Cymry para participar en los festejos de la ciudad sin saber que Lord Voldemort a decidido revelarse dando el primer golpe en la ciudad. Una batalla tendrá lugar a las puertas de la ciudad ¿Podrán los cymbrogi resistir el ataque de las huestes del señor tenebroso?

Fragmento de un próximo episodio: La cámara estaba llenas con auténticas montañas de galeones, sickles y knutts. Harry nunca había visto tal cantidad de dinero; hubiera jurado que si se derribaran los montones se formaría una piscina de dinero de cinco metros de profundidad en la cual se podría uno sumergir.

Nota: A partir del próximo episodio en determinados momentos pondré unas notas indicando que se debe poner una determinada pista de música si queréis saber que es lo que siento al escribir el fic y para darle mayor ambiente (en otras palabras estoy loco y lo admito).