CAPÍTULO 7: EL KOMITÉ DE BIENVENIDA

"¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio"- Albert Einstein.

El despertador sonó ruidosamente provocando que unos cuantos quejidos y murmullos saliesen de debajo del lío de sábanas que había en la cama; lentamente una mano salió de debajo de las sábanas y empezó a tantear por la mesilla de noche hasta encontrar el despertador y apagarlo. Luego volvió a meterse en el montón de ropa.

De repente Harry se levantó de un salto mirando el reloj que le había despertado para asegurarse de lo que había estado esperando durante la última semana. La pequeña pantalla marcaba que eran las 7:00 del 1 de Septiembre del 2002, lo cual significaba que hoy por fin comenzaba el nuevo curso escolar en Hogwarts. No es que la estancia en el Valle del Fénix se hubiese hecho aburrida para Harry; al contrario, había sido el mejor verano de su vida, pero había deseado poder volver al castillo de Hogwarts y volver a vivir de nuevo el día a día con las clases, sus profesores y sus compañeros.

Rápidamente Harry cogió la ropa ya preparada sobre la mesa y se dirigió hacia el cuarto de baño a darse una ducha. A un lado de la cama estaba el baúl con la ropa y los materiales ya guardados en el interior ordenadamente. La noche anterior mientras estaba con Myrddin en la sesión nocturna de magia Vivian le había guardado todo ordenadamente en su baúl y le había dejado ropa ya lista para cuando se levantara, un detalle muy atento por su parte para que Harry no tuviese que preparar todo por la mañana ya que había estado por la noche hasta tarde practicando maldiciones con Myrddin.

Un cuarto de hora después tras haberse duchado y hecho la cama Harry se colocaba las lentillas, ya las gafas sólo las usaba cuando tenía los ojos cansados y no podía soportar tener puestas las lentes de contacto, pues estas resultaban mucho más cómodas en todos los sentidos, hasta ya le había cogido el truco a ponérselas y quitárselas sin dificultad. Se echó una mirada en el espejo pensando que dirían sus compañeros en Hogwarts, últimamente Myrddin y Sirius estaban muy pesados diciéndoles a todas horas que las mujeres se pelearían por él. Vale que sin gafas sus ojos verdes se vieran más brillantes que nunca, que hubiera crecido mucho, que su pelo alborotado le diera personalidad y que los entrenamientos de Myrddin le hubieran dado una buena musculatura, pero el pensar verse rodeado a todas horas de chicas que suspirasen por él lo hacía sentirse mal, sencillamente le daba vergüenza el pensar que diría la gente de eso.

Agarró la jaula de Hedwig y su baúl con un suspiro de resignación y salió de su dormitorio. Empezó a arrastrar con algo de dificultad el baúl y la jaula cuando una voz profunda le preguntó:

-¿Te ayudo?

Harry se volvió y se encontró con Seth quien estaba detenido a un par de metros por detrás de él.

-No me vendría mal -respondió. El dementor se agachó y levantó el pesado baúl como si fuera una pluma gracias a su gran fuerza. -Gracias.

-No hay de que.

Ambos bajaron hasta el vestíbulo y dejaron el baúl y la jaula de Hedwig junto a otro precioso baúl de caoba con remaches de plata. Harry se preguntó de quien sería, se percató de que también había una jaula cubierta con una manta y una caja de cartón con agujeros en su parte superior . Luego se dirigieron a la cocina para que Harry desayunara.

-Buenos días cielo -dijo Vivian mientras entraba en la cocina; allí se encontraban además de su madrina, Myrddin, Eltharion, Avatar, Sirius, Remus, Arabella, Bill y el señor y la señora Weasley; Snape se había marchado hacía tan sólo tres días, pero les había dicho "No me echéis de menos, me veréis en pociones dentro de unos días" con su habitual tono de desprecio.

-Buenos días Vivian -dijo Harry. -Gracias por lo de ayer.

-No fue nada Harry. Para algo soy tu madrina. ¿Qué quieres de desayuno?

Durante la siguiente media hora estuvieron desayunando mientras hablaron de temas muy variados. Poco después de Harry llegó Hermione con sus padres, y más tarde llegaron Ginny, Charlie y Percy, los últimos en llegar fueron Ron, Fred y George, quienes se habían quedado dormidos para variar.

Cuando todos terminaron de desayunar se dirigieron al vestíbulo; entre todos cogieron las baúles y los llevaron hasta los dos monovolúmenes en los cuales había ido el otro día al Callejón Diagon.

-¿De quién es este baúl? -preguntó Harry señalando el arcón de caoba.

-Mío -respondió Myrddin tranquilamente.

-¿Y para qué nos lo llevamos?

-¿No es evidente? -contestó Myrddin sonriendo.

-¿Acaso vas a Hogwarts primo? -preguntó Hermione.

-En efecto, Dumbledore requiere mi presencia por motivos de seguridad -dijo Myrddin como si no importara. -En la jaula tengo metido a Ortahanc y en la caja está Naga

-¿Crees prudente llevarte a tu serpiente a Hogwarts? -preguntó Hermione preocupada.

-No veo porque no, me da igual lo que la gente piense de mi si me ve hablando pársel con una serpiente. Hoy en día se juzga a alguien por las apariencias, no por como uno es... -dijo Myrddin sacudiendo la cabeza.

Harry se sintió aliviado al escuchar la noticia, con Dumbledore y Myrddin en Hogwarts Voldemort no se atrevería a acercarse al castillo ni de lejos. Se aproximó hasta Sirius, Remus y Arabella quienes no irían a King´s Cross con ellos.

-¡Cuídate mucho Harry! -dijo Arabella mientras lo abrazaba.

-¡Espero que te vaya bien en Hogwarts y que saques un diez en Defensa Contra las Artes Oscuras! -le dijo Remus mientras le estrechaba la mano.

-¡Que te vaya bien Harry! -dijo Sirius mientras lo abrazaba. -Ya sé que odias los sermones pero... no hagas tonterías y ni se te ocurra salir del castillo a horas tardías.

-No te preocupes Sirius, este año no tengo ganas de ir por ahí -contestó Harry triste. -Además como prefecto debo dar ejemplo.

-Ah... pero espero que alguna que otra escapadita a las cocinas o alguna trastada a pelo grasiento hagas... De lo contrario me sentiré decepcionado con mi ahijado -dijo mientras le guiñaba un ojo a Harry. -Bueno... lo de la broma a Snape podría ser factible, pensaré detenidamente en ello -contestó Harry.

-Eso está bien; cuídate mucho y también cuida de Ron y Hermione.

-Por eso no te preocupes Sirius; Voldemort tendrá que pasar primero sobre mi cadáver para acercarse a ellos.

-Harry... -dijo de repente Sirius impresionado por sus palabras. -No... tengo... palabras... para... decirlo... Pero que sepas que me siento orgulloso de ti, y que tus padres también lo estarán donde quiera que estén.

-Lo se Sirius, lo se... y haré cuanto pueda para que tú y ellos sigáis estándolo -dijo Harry mientras le daba un último abrazo a su padrino antes de montar en el monovolumen.

-¡Muy bien en marcha compañía! -exclamó Myrddin muy alegre mientras arrancaba el coche. En él iban los jóvenes junto a Charlie y Bill. Todos se giraron para despedirse de Sirius, Remus y Arabella con la mano mientras se alejaban del valle.

El viaje duró cerca de dos horas pero fue muy entretenido con las continuas bromas de Myrddin y las conversaciones sobre Hogwarts, quidditch, fútbol (para desesperación de los Weasley quienes no entendían como Harry y Myrddin hablaban emocionados de si el Madrid conseguiría la décima Champions o si el Barça se vengaría por la semifinal de este año o si los Red Devils de Old Traldford jugarían la final ante su público) o los discos que Myrddin puso de Emmienm, Linkin Park y otros grupos muggles que sólo él y Hermione conocían pero que gustaron a todos.

Cuando llegaron a King´s Cross faltaba aún media hora para que el Expreso de Hogwarts saliera. Cogieron carritos para los baúles de todos y se dirigieron al Andén nueve y tres cuartos en grupos de cuatro para que los muggles no sospecharan. Harry y Ron iban en el último grupo con Myrddin y Eltharion quienes llamaban la atención por su pelo plateado y las orejas puntiagudas del elfo. Seth iba detrás de ellos en silencio, pero como Myrddin les había explicado, este era invisible a los ojos de los muggles.

-Nunca he estado en ese andén aunque Marcus me ha hablado mucho de él -dijo Myrddin mientras empujaba su carrito. -Simplemente hay que pasar por la barrera que separa los andenes nueve y diez ¿verdad?

-Si -respondió Harry. -¿Nervioso? ¿Miedo? -añadió con sorna.

-He vivido experiencias peores que atravesar una barrera Harry James Potter, dudo que pierda el control por encontrarme en una situación en la cual me confieso como novato -dijo Myrddin con una sonrisa en la boca. A Harry le agradaba que Myrddin siempre estuviera dispuesto a admitir su ignorancia en algunos temas a pesar de lo mucho que sabía.

Llegaron frente a la barrera, Ron y Eltharion se dirigieron primero hacia ella para enseñar a Myrddin como atravesarla. Después de que ambos atravesaran el muro Harry y Myrddin enfilaron sus carritos y se lanzaron a toda velocidad contra él; segundos después se encontraban frente a la locomotora de vapor escarlata. El andén a pesar de ser temprano estaba ya lleno de gente, por todos los lados habían estudiantes con sus familias. Al fondo en uno de los últimos vagones Harry divisó a todos los demás metiendo los baúles en el vagón.

-¡Myrddin! ¡Aquí!

Harry se giró hacia donde provenía el grito y vio con sorpresa que en un rincón justo al lado de la locomotora estaban Flint, Schneider, Santana, Wakabayashi, los cazadores de los Cymy Fénix Sipke Trevor y Joyce Singer, una muchacha en torno a los veinte años de pelo castaño ondulado y ojos azules que no había visto antes, la última persona que había era una elfa (por sus orejas puntiagudas). Le hacían señas a Myrddin para que se acercara.

-Adelántate al vagón Harry, diles a mamá y papá que enseguida voy.

Harry asintió y se marchó pasando entre estudiantes y padres hasta llegar al vagón donde los demás estaban.

-¿Y Myrddin? -preguntó Eltharion.

-Está despidiéndose de Flint y unos amigos.

-Así que si han venido a despedirle -dijo Vivian con una sonrisa. -Muy considerados de su parte.

-Permíteme Harry -dijo Seth mientras cogía su baúl y la jaula de Hedwig y las llevaba al interior del vagón. Harry notó que las miradas cercanas se posaban en el dementor con miedo o disgusto, pero vio que muchos las quitaban cuando reconocían a Eltharion quien no paraba de saludar con gestos de cabeza y mano a cuanto veía.

-Bueno Harry cuídate mucho ¿vale? -dijo Vivian mientras le abrazaba.

-Si, gracias por dejarme pasar el verano con vosotros.

-No ha sido nada, es más el verano que viene tienes que volver con nosotros ¿de acuerdo?

-Estaré encantado -dijo Harry.

-Suerte campeón -dijo Eltharion mientras le estrechaba la mano y le palmeaba la espalda. -Este año tenéis que ganar de nuevo la copa de quidditch y de las casas.

-Me encargaré de ello -dijo Harry.

-Adiós Harry -dijo la señora Granger. -Ha sido un placer conocerte.

-Lo mismo digo -dijo el señor Granger mientras le estrechaba la mano. -Cuida de mi hija ¿vale? -añadió con una sonrisa que sorprendió a Harry, ¿acaso el sabía lo que sentía por Hermione?

-Harry cielo cuídate -dijo la señora Weasley dándole un gran abrazo.

-No se preocupe señora Weasley -respondió Harry.

El señor Weasley, Charlie, Bill y Percy también se despidieron de él, el último en hacerlo fue Avatar.

-¡Duro este año con los TIMOS Harry! ¡Y te olvides de lo que te ha dicho mi hijo!

-Tranquilo, este año Gryffindor arrasará.

-De eso no me cabe la menor duda. Suerte -dijo mientras le estrechó la mano.

-Así que habéis venido ¿eh panda de canallas? -dijo Myrddin mientras se acercó al grupo de jóvenes. -¿Donde están los demás?

-Trabajando a diferencia de otros que se dan la buena vida -dijo Flint entre risas aludiendo al medio elfo. -De todas maneras como nosotros teníamos el día libre pensamos que te gustaría vernos.

-Si -dijo Myrddin sonriente mirando a sus amigos. -Aunque de todas maneras nos veremos a menudo.

-Claro, Voldemuerto y sus moñífagos sabrán quienes somos -dijo Spike arrancando las risas de todos con su comentario. Eran un hombre joven bastante bajo, de pelo negro y lacio, ojos marrones, piel ligeramente morena y rasgos orientales en su cara. Lógico siendo hijo de un mago mejicano y una bruja japonesa.

-Calma Spike, todavía el baile no empieza -dijo Joyce una bonita joven de pelirroja con el pelo rizado y ojos azules muy vivos.

-¡No me chafes la emoción! -respondió Spike poniendo cara de perrito lastimado.

-Con esa cara lo único que vas a conseguir es que los de la perrera vengan a por ti -dijo Joyce arrancando las risas de todos de nuevo.

-Desaprensiva...

-Aquí el único desaprensivo es Myrddin -dijo Anna (la chica de pelo castaño) con un tono de enojo que trataba de ocultar los evidentes esfuerzos que hacía para no volver a reír. Era alta y de mirada inteligente y despierta.

-Me partes el corazón Anna... -dijo Myrddin poniendo una cara cómica. -¿Qué afrenta a nuestra bella manager le ha hecho un humilde siervo?

-Precisamente te vas ahora a Escocia a cientos de kilómetros cuando dentro de una semana estaba previsto una sesión de fotos y una rueda de prensa para El Profeta ¡Dios cuando se enteren me van a matar!

-Los riesgos de ser manager de unos jugadores tan solicitados -dijo irónicamente Andraia la elfa, de pelo negro y ojos azules profundos, casi negros, tras los cuales había un brillo que sólo podía ser percatado por alguien que los observara con atención. Tenía los rasgos pálidos y afilados propios de su raza.

-Si... y encima me deja a mi sola el marrón de tener que estar encima de vosotros -masculló Anna enfadada.

-Tampoco es para tanto, el que esté en Hogwarts no significa que no pueda venir aquí de vez en cuando. Como puedo aparecerme puedo venir hasta aquí en cuestión de segundos. Tranquila estaré para la sesión de fotos y si tienes con estos algún problema porque no siguen los entrenamientos me das una llamada y yo acudo a poner orden -añadió Myrddin divertido al ver las caras de horror de Flint y Spike.

-¡Dios y yo que creía que me iba a poder librar de las torturas a las que este nos sometía! -dijo Spike con cara de cómo si alguien se hubiera muerto.

-Me parece a mi que los planes de diversión que teníamos se van a ir al garete -dijo Flint negando con la cabeza. -Presiento que nos va a tener más vigilados que a los concursantes de Gran Hermano.

Todos volvieron a prorrumpir en carcajadas una vez más con los comentarios de los dos cazadores. Cuando se calmaron Scheneider se volvió hacia Myrddin.

-Eh Myrddin, a ver si en Hogwarts les enseñas a los maguitos el disfrute del noble espectáculo del fútbol.

-Si -afirmó Wakabayashi. -Esa panda de infelices no saben lo que se pierden. Mira que decir que es un deporte simplón y poco atrayente -añadió con un gesto de negación.

-Bueno... tengo algunos planes para ello, no os diré gran cosa, pero conformaos con saber que este año no sólo disfrutarán de la copa de quidditch -dijo Myrddin.

-¿Vas a hacer una liga interna de fútbol? -preguntó Santana.

-Puede...

-Oye Myrddin... ¿Avísame de las fechas de los partidos de quidditch vale? -dijo Andraia.

-Uppps -dijo Spike socarronamente. -Me parece que nuestra cazatalentos nos quiere echar del equipo y sustituirnos por una panda de nenes.

-Eso ha sido un golpe bajo Spike -dijo la elfa.

-Yo que tú Myrddin me andaría con ojo -dijo Joyce. -He oído que Harry Potter es muy bueno.

-Si... pero aun le queda mucho para llegar siquiera a la suela de los zapatos de Dios Myrddin -dijo el medio elfo poniendo una pose de estrellita de rock.

-Pero recuerda que el aprendiz siempre supera al maestro -dijo Santana.

-Yo si fuera Myrddin tendría cuidado con las chavas, o acabarán formando el CFMF -dijo Spike con su característico tono burlón.

-¿CFMF? -dijeron los otros.

-Club de Fans de Myrddin Fénix -respondió Spike.

Todos volvieron a estallar en carcajadas de nuevo salvo Myrddin quien parecía que la broma no le hacía mucha gracia.

-Mirad la cara de Myrddin -dijo Flint entre risas.

-Es que no puede ir detrás de las estudiantes o podrían acusarle de acoso -dijo Joyce divertida.

-O de ser un asaltacunas -añadió Andraia riendo.

-Más bien el acoso va a provenir de las niñas -dijo Wakabayashi. -¿Recordáis lo de Beauxbatons?

-Demasiado tío... fue demasiado -dijo Schneider haciendo esfuerzos por no reírse aún más. -Esa imagen siempre se quedará en mi cabeza.

-Preferiría no recordar esos hechos -dijo Myrdin muy pálido, tanto que parecía un cadáver.

-¡Mirad que cara ha puesto! -dijo Spike. Todos volvieron a reírse. Dio la impresión de que Spike iba a volver a la carga, pero afortunadamente Flint le echó un cable.

-Será mejor que te apresures y te metas en uno de los vagones, en pocos minutos el tren se pondrá en marcha.

-Vale -dijo Myrddin, suspiró brevemente. -Bueno peña os voy a echar de menos -dijo Myrddin mientras se despedía de todos, cuando iba a hacer lo mismo con Flint este sacó de detrás de donde estaba un paquete.

-Ten -dijo mientras se lo daba. -Es un pequeño regalito nuestro para que lo uses en Hogwarts. Bueno en realidad son dos, el otro es para que no nos eches de menos mientras estés allí.

-No teníais que haberos molestado muchachos -dijo Myrddin emocionado. -¡Muchas gracias! -dijo mientras le estrechaba la mano a Flint.

-Venga tío, vete con tus padres antes de que nos echemos a llorar -dijo Flint medio en broma medio en serio.

Myrddin se despidió de todos con abrazos y enfiló el carrito hacia el último vagón, conforme se alejaba giró su cabeza hacia donde se hallaban sus amigos quienes se despedían de él agitando los brazos, levantó el brazo izquierdo y les hizo un gesto con la mano en señal de despedida, momentos después llegó hasta donde se hallaban sus padres y el resto.

-Perdonad el retraso, me estaba despidiendo de la peña.

-Tranquilo hijo -dijo Eltharion.

-Me llevo tus cosas dentro -dijo Seth mientras cogía el baúl, la jaula y la caja como si no pesaran nada. - Estaré esperando en el compartimiento.

-¿Seth también viene a Hogwarts? -preguntó Hermione desde la ventana del compartimiento en el que estaba con Harry y Ron.

-Si -dijo el dementor. -Alguien tiene que controlar a este irresponsable o provocará un cataclismo en Hogwarts.

Myrddin bufó ante el comentario del dementor pero no respondió, se quedó mirando como entraba con sus pertenencias y se volvió a los adultos.

-Bueno, como dijo Julio César; Alea jacta est, creo que este curso será muy largo.

-Ya lo creo hijo -dijo Eltharion con una sonrisa. -Sin ti la mansión va a estar muy silenciosa.

-Yo también echaré el valle de meno papá -respondió Myrddin mientras abrazaba a su padre.

-Pórtate bien hijo, y no saques de quicio a Severus y Albus con tus locuras -dijo Vivian mientras le abrazaba.

-Tranquila mamá -dijo Myrddin con una sonrisa. -No reventaré el colegio, aunque. le haré un pequeño homenaje a tío Jim -añadió maliciosamente.

-Eso habrá que verlo -dijo Eltharion aguantando la risa.

-¡Eltahrion!

-Tranquila cariño, no creo que pase lo mismo que en la Torre de Hoeth.

-¡Como se te ocurra hacer algo parecido a aquello Myrddin Fénix te aseguro que tendrán que recoger tus pedazos con una cuchara! -dijo su madre en un tono de advertencia que habría aterrorizado hasta el mismísimo Lord Voldemort.

-Tranqui mami, no pensaba en eso, pensaba en un golpe más grande -respondió su hijo sin cortarse un pelo ante el enfado de su madre.

-¡Myrddin!

-Quédate tranquila cariño, con Seth vigilándole día y noche no creo que tenga la oportunidad -dijo Eltharion mientras abrazaba a su mujer.

-¡Más le vale! -¡Os echaré de menos! Y a tus broncas también mamá -dijo Myrddin a sus padres mientras le daba a ambos un último abrazo pero por la expresión de los tres parecía como si eso no fuera cierto. -Señores Weasley, ha sido un placer -dijo volviéndose a los Weasley.

-El placer ha sido nuestro Myrddin -dijo la señora Weasley mientras le daba un enorme abrazo para sorpresa de Myrddin. -Estaremos siempre agradecidos por lo que hiciste por nuestra hija.

-Y lo volvería a hacer tantas veces como fuera necesario -dijo Myrddin serio. -No se preocupen por sus hijos, mientras esté en Hogwarts tendré puestos mis hjos en ellos, sobretodo en Ron.

-Myrddin. -empezó a decir el señor Weasley pero fue cortado por este.

-Se que están preocupados por sus hijos ahora que Voldemort ha vuelto (hizo caso omiso al estremecimiento de los Weasley), pero no se preocupen por ellos, no permitiré que nada malo les ocurra.

-Gracias Myrddin, eres un gran hombre -dijo la señora Weasley con lágrimas en los ojos.

-Bueno. -dijo Myrddin mientras se volvía hacia los Granger. -Tío Mike, tía Kate, me ha encantado que volvieseis a pasar este verano con nosotros, espero que el siguiente hagáis lo mismo.

-Nosotros también Myrddin -dijo la señora Granger.

-Myrddin -dijo el señor Granger mientras lo cogía y se lo llevaba aparte. -Se que no hará falta que te lo pida pero. ¿Cuidarás de Hermione?

-Sabes que la protegeré con mi vida tío Mike -dijo Myrddin.

-Lo sé, lo sé. pero es que no puedo evitar recordar cuando la petrificaron en segundo año. -dijo el señor Granger. -Si algo le pasara no sabríamos que hacer.

-No te preocupes tío Mike tienes mi palabra de que no permitiré de que nada malo le ocurra.

-Gracias Myrddin. Una última cosa.

-¿Qué?

-Trata de que no se obsesione con los estudios, la conozco y se que con los exámenes de este año es capaz de dedicarse exclusivamente a estudiar todo el día y sé que eso no es bueno para ella. Bastante tuvo con lo de su tercer año como para repetirlo otra vez.

-No te preocupes, pienso hacer que entre como cazadora en el equipo de quidditch de Gryffindor, eso la mantendrá ocupada y alejada de los libros. Y me dedicaré a vigilar que no se encierre en la biblioteca. De paso le diré a Harry y a Ron que también la vigilen.

-Gracias Myrddin, que te vaya bien.

-Lo mismo digo tío Mike.

Myrddin le dio un abrazo para a continuación subir al tren, pasó entre estudiantes por el pasillo buscando el compartimiento de los muchachos. Cuando lo encontró vio que en el estaba Seth sentado en un rincón con los brazos cruzados, mientras que Harry Ron y Hermione estaban en la ventana despidiéndose de todos. Se acercó hasta ellos y también él sacó la cabeza por la ventana.

-¡Adiós a todos! ¡Espero que nos veamos pronto!

-¡Gracias por todo Vivian! -dijo Harry a su madrina.

-Gracias a ti Harry -dijo Vivian; en ese momento la sirena que indicaba que el tren partía sonó y éste comenzó a moverse.

-Adiós papá, mamá. Este año estudiaré más que nunca -gritó Hermione a sus padres mientras se despedía de ellos. El señor Granger le guiñó un ojo a Myrddin.

Todos se despidieron de los adultos una última vez antes de perderlos de vista entre el gentío conforme el tren avanzaba ganando velocidad. A unos metros más adelante, cerca de la salida del andén Flint y el resto de amigos de Myrddin se despedían de él agitando las manos, Myrddin hizo lo propio antes de perderlos de vista cuando el Expreso salió del andén 9 y ¾ y tomó una curva.

-Bueno... ¡Hogwarts allá vamos! -dijo mientras se dejaba caer pesadamente en uno de los asientos. Echó un vistazo al compartimiento para añadir -¿Y tus hermanos Ronald?

-Fred y George han ido a buscar a su amigo Lee Jordan, mientras que Ginny ha ido a ver a sus amigas -contestó Ron.

-Bueno, pues parece que tendremos el compartimiento para nosotros solos -dijo Myrddin.

-¿Adonde vas Hermione? -preguntó Ron a su amiga mientras veía como cogía de su baúl un fajo de ropa.

-A ponerme el uniforme en el cuarto de baño -respondió Hermione un poco roja.

-¿Y porqué no te lo pones aquí como todos los años? -dijo Ron como si tal cosa.

Hermione se puso totalmente roja y murmuró un débil "hasta luego" antes de desaparecer por la puerta del compartimiento. Ron se quedó estupefacto por la reacción de la muchacha.

-¿Qué le pasa a ésta?

-Que eres un poco indiscreto e inmaduro Ronald -dijo Myrddin haciendo esfuerzos para no reír.

-No entiendo porqué, siempre se ha cambiado con nosotros delante -dijo Ron aun confuso.

-La pubertad Ronald, la pubertad... -dijo Myrddin suspirando de resignación mientras Harry se reía en silencio, la verdad es que Ron cuando quería podía ser muy inocente en ciertos aspectos. -¿Nos cambiamos nosotros también? Cuanto antes lo hagamos mejor, así luego no habrá que preocuparse de hacerlo deprisa y corriendo.

Los dos muchachos asintieron y comenzaron a quitarse la ropa muggle para ponerse el uniforme del colegio, cuando Harry se quitó la camiseta y dejó al descubierto la cota de escamas de dragón que Myrddin le había regalado por su cumpleaños.

-Veo que sigues mi consejo al pie de la letra, ¿eh Harry? -le dijo el medio elfo alegre.

-Es muy cómoda, ni sientes el peso cuando la llevas encima y resulta cálida al tacto -dijo Harry mientras se ponía por encima la camisa blanca del uniforme.

-Créeme, algún día agradecerás el llevarla puesta -dijo Myrddin.

Minutos más tarde los tres hombres se encontraban ya vestidos. Harry y Ron llevaban el uniforme del colegio, pantalones y zapatos negros, camisa, chaleco gris, corbata a rayas con los colores de su casa y la túnica negra por encima. Harry llevaba en el pecho la brillante insignia de plata que indicaba que era prefecto. Myrddin llevaba una túnica corta, pantalones y capa azules, además de unas botas altas marrones. Llevaba por encima de la túnica la cota de mallas negra que había portado el día de la batalla contra los no muertos; al costado llevaba ceñida su espada.

-Ten Harry -dijo Myrddin mientras le pasaba un cinturón con sus armas. -Tenlas siempre a mano.

-¿Lo crees necesario? -preguntó Harry.

-Si, nunca se sabe lo que puede pasar, así que es mejor llevar tus armas contigo a cualquier parte por si se presentara una situación inesperada en que hicieran falta.

Harry asintió y se ajustó el cinturón con sus armas, cuando estaba terminando entró Hermione ya vestida con el uniforme de las chicas que difería del de los chicos en que este llevaba falda en lugar de pantalones. También ella llevaba la insignia de prefecta en el pecho.

-Harry voy al compartimiento de los prefectos -dijo. -¿Vienes conmigo a conocerlos?

-Iré más tarde -dijo el muchacho. Prefería estar con Ron y Myrddin que ir a ver a todos los estudiantes modelos del colegio. Ron le dirigió una mirada de agradecimiento por haber decidido quedarse con él en lugar de haber ido con los prefectos.

-Muy bien -dijo Hermione. -¡Nos vemos chicos!

-Un momento Hermi -dijo Myrddin. Hermione se volteó y Myrddin le tiró un cinturón con dos espadas cortas curvas envainadas. -¡Ten! Lleva siempre contigo tus armas. Ya tienes la suficiente edad y madurez para usarlas y llevarlas contigo.

-¿Lo crees necesario primo? -preguntó Hermione.

-Por supuesto -afirmó Myrddin. -Nunca se sabe que es lo que puede ocurrir y es mejor estar preparado para cualquier situación imprevista. Harry también lleva sus armas.

-Esta bien Myrddin, las llevaré siempre conmigo -dijo Hermione mientras se ponía el cinturón y se lo apretaba. Myrddin levantó el pulgar en gesto de afirmación.

Una vez que Hermione se hubo ido se pasaron los tres jóvenes la hora siguiente hablando del colegio, de si ese año habría por fin quidditch, de quien sería el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, de los TIMOS y de un montón de cosas más. Seth permaneció todo ese tiempo en silencio, sentado en un rincón cerca de la ventana con los brazos cruzados, su mirada perdida en torno a Dios sabía que.

Cuando era más del mediodía apareció Hermione de nuevo con un muchacho alto de pelo negro y ojos marrones. Llevaba en su túnica también la insignia de prefecto y en su túnica se veía el escudo de Slytherin. Ron dio un bufido de desaprobación, pero se contuvo de decir algún comentario hiriente estando Myrddin presente.

-¿Harry porque no has venido? -dijo Hermione con un tono de ligero enojo que no correspondía con su sonrisa. -¡Todos quieren verte! -añadió mientras cogía a Harry de la túnica y se lo llevaba del compartimiento ante las miradas divertidas de Myrddin y Ron al ver la cara de horror del muchacho.

Cuando estaban en el pasillo Hermione soltó a Harry y señaló al muchacho que les acompañaba:

-Harry, este es Blaise Zabini, prefecto de quinto de Slytherin, además de un buen chico -dijo. Harry dudaba que nadie de la casa de Slytherin fuera buena persona pero cambió de opinión cuando el mencionado dijo:

-Por favor Hermione...- dijo avergonzado; se volvió hacia Harry y le tendió la mano. -Un placer Potter, espero que nos llevemos bien -tenía una sonrisa sincera que contrastaba con la de los demás miembros de su casa que solía ser despectiva.

-Igualmente -dijo Harry. Había algo en ese chico que nunca había visto en otros miembros de Slytherin, parecía diferente al resto de los de su casa, le recordaba a Snape cuando estaba con Vivian o Eltharion. -Pero prefiero que me llames Harry a Potter ¿vale?

-Siempre y cuando me llames Blaise.

-¡Hecho! -dijo Harry chocando su mano con la de Blaise. Hermione parecía contenta por como se llevaban los dos muchachos. -Por cierto estás irreconocible, si no fuera porque Hermione te llamó por tu nombre no te hubiera reconocido -dijo Blaise examinándolo de arriba abajo. Harry se imaginó que tendría que acostumbrarse a este tipo de reacciones en los primeros días de curso y se limitó a esbozar una ligera sonrisa. -¿Quién iba a decir que el mayor rompereglas aparte de los gemelos Weasley llegaría a prefecto? -dijo Blaise riendo mientras avanzaban por los vagones. -¡Me gustaría haber visto la cara del profesor Snape cuando se enteró! -Harry y Hermione empezaron a reírse también. Blaise era un muchacho agradable y divertido, Harry no en él ninguna característica de Slytherin y se preguntaba porque estaría en esa casa.

Finalmente llegaron al primer vagón, Hermione y Blaise se dirigieron hasta uno de los compartimientos anteriores y entraron, Harry los siguió y entró también. Dentro estaban Ernie McMillan conversando con dos muchachas y un chaval y en una esquina apartados de ellos y con cara de asco Pansy Parkinson. Harry se preguntaba como habían podido elegir alguien tan odioso para el cargo de prefecta. Todo el mundo se calló cuando los tres muchachos entraron, Harry se percató de que Ernie McMillan le dirigía una mirada tensa, muy parecida a aquella de segundo curso, cuando creía que él era el heredero de Slytherin; sintió un ligero temblor en el estómago al recordar que Ernie era de Hufflepuff y si él creía que le artículo de Rita sobre lo trastornado y peligroso que era resultaba cierto.

-Hola Hermione -dijo el otro muchacho. -¿No ibas a venir con Harry? No lo veo.

-Pero si está aquí -dijo Hermione señalando a Harry. El resto de prefectos se quedaron con la boca abierta al ver a Harry tan cambiado. Hasta Pansy lo miró de reojo levantando una ceja.

-¿Pero que demonios te ha pasado? ¡Cualquiera te reconoce! -exclamó el muchacho sorprendido.

-Bueno es que el verano me ha sentado muy bien -dijo Harr riendo.

-A ver Harry ellos son los prefectos de quinto año -dijo Hermione emocionada. -A Ernie ya lo conoces, ella es Susan Bones la prefecta de Hufflepuff, Tery Boot y Lisa Turpin, prefectos de Ravenclaw y ya conoces a Parkinson -añadió con desagrado.

-Ni falta que hace que me nombres sangresucia -dijo Pansy Parkinson con desprecio. -Hogwarts y Gryffindor en especial no podían haber caído más bajo. Una sangresucia y cabezarajada como prefectos... ¡que asco!

-Por lo menos ellos tienen cerebro cosa de la que tú careces Pansy -dijo Blaise enojado. -¿Porqué no te vas con tu queridito Malfoy a molestar a otro sitio?

-¡Eso haré! -dijo Parkinson mientras salía del compartimiento mirando a Blasie con odio. -¡Me voy de aquí antes de que resulte manchada de estar con tantos sangresucia, sangremezclada y con un asqueroso traidor!

-Al menos el traidor valora las personas por quienes son, no por lo que son -contestó Blaise antes de que Pansy se largara. -Bahhhh, es una estúpida, al igual que la mayoría de los de mi casa.

-Parece que no te llevas bien con ellos -dijo Boot.

-Es que me saca de quicio eso de ser superiores por ser sangrelimpia -escupió Blaise. -La casa Slytherin en si misma no es mala, los valores fundamentales de la casa son ambición, astucia, inventiva, determinación, liderazgo... Y no obstante han sido reemplazados por el desprecio a los hijos de muggles... A veces me pregunto porque el profesor Dumbledore no hace nada para arreglar la situación de la casa.

-Es muy difícil -dijo Harry -hacer cambiar a las personas de opinión, sobretodo cuando el mismo fundador de la casa despreciaba a los hijos de muggles.

Nadie dijo nada durante un buen rato, Harry se percató de que tanto Ernie como Susan le observaban de reojo con miradas sombrías. Decidió romper el silencio.

-Ernie, Susan... ¿qué os pasa? Os noto un poco raros...

-Nada -dijo secamente Ernie.

-No lo creo... algo os pasa -insistió Harry.

-¿No es evidente? ¡Tú lo sabes mejor que nadie! -dijo Susan mientras se ponía de pie y se iba confirmando los temores de Harry.

-¡No puedo creer que culpéis a Harry de lo sucedido aquella noche! -dijo Hermione enfadada encarándose con Ernie, Harry simplemente miraba el suelo.

-¡A mi me gustaría aclarar ciertos puntos! -contestó Ernie arrogante.

-¿Qué puntos Ernie? -dijo de repente Blaise. -¿Acaso dudas de lo que dijo el profesor Dumbledore y te crees todas las idioteces de Rita Skeeter?

-¡Sí claro! ¡Como va a haber retornado el innombrable! ¡Es algo imposible! ¡Desapareció hace catorce años! ¡O no será que Dumbledore quiere proteger a su alumno predilecto de ciertos hechos embarazosos como dijo el ministro!

Harry sintió esto como un golpe en el estómago, una auténtica cuchillada. Nunca creyó que Ernie fuese capaz de volver a dudar de él hasta ese punto. Terry Boot y Lisa Turpin miraban la discusión sin saber muy bien que hacer.

-¡Así que te fías más de la palabra del patán del ministro que de la palabra de Dumbledore! ¿Y que hay de lo sucedido el 1 de Agosto en Caer Cymry? -gritó Blaise. -¿Eh?

-Barbaridades de Rita -repuso Ernie con vehemencia.

-¡Así que ese artículo del ataque si es una mentira pero el de que Harry es un psicópata es verdad! ¡Desde luego Ernie es curiosa tu forma de ver las cosas! ¡Desde luego van a tener razón cuando dicen que los Hufflepuff sí son idiotas! ¡Lástima que Cedric por lo menos si pensara antes de hablar!

Harry nuca había visto a Hermione tan furiosa la agarró de la túnica y la arrastró fuera del compartimiento porque en ese estado era capaz de lanzarle una maldición a Ernie, una vez fuera sujetó a Hermione para que no volviera a entrar.

-¡Cálmate Hermione!

-¡Estúpido! ¡Idiota! ¡Como se atreve a decir lo que dijo!

-Ya vale Hermione. No merece la pena.

-Pero Harry...

-Escucha Hermione, ya estoy acostumbrado a que la gente hable mal de mi a mis espaldas, lo llevan haciendo desde que entré a Hogwarts. Como ya te he dicho no tiene ninguna importancia.

-Si, tienes razón... siento que lo que ha pasado, no debí haberte traído aquí...

-En absoluto, si eso no hubiera pasado no habría conocido a Blaise. Es una buena persona.

-A que sí, no es como los demás Slytherin, es diferente.

-Venga, volvamos con Myrddin y Ron que deben de estar esperándonos, sobretodo Ron.

-Perdonad -dijo una voz a sus espaldas, Harry y Hermione se giraron para encontrarse con Katie Bell, cazadora de quidditch de Gryffindor que cursaba séptimo año, llevaba en su túnica la insignia de premio anual. -¿Qué ha sido todo ese ruido Hermione?

-Nada Katie -respondió Hermione queriendo dar por finalizado el asunto de su discusión con Ernie.

-Veo que eres la Premio Anual de este año enhorabuena -dijo Harry sonriendo.

-Lo mismo te digo Katie -dijo Hermione.

-Gracias, por cierto ¿quien eres tú? -dijo Katie volviéndose a Harry, este se limitó a sonreír divertido. -No puedo creer que no reconozcas al buscador estrella de Hogwarts que le dio a Gryffindor la copa de quidditch -dijo Harry riendo.

-¿Harry? ¿De verdad eres tú? -preguntó insegura Katie mientras lo miraba de arriba abajo. Harry se levantó el flequillo para que su cicatriz con forma de rayo quedara al descubierto. -¡No me lo puedo creer! ¿Qué diablos te pasó?

-Un verano como ningún otro -respondió Harry alegre.

-Te ves muy bien... En cualquier caso que bien que os haya encontrado. Como prefectos de quinto año la profesora McGonagall ma ha informado de que tenéis que conducir a los alumnos de primer año a la sala común después del banquete. La contraseña es "Corazón de león".

-Vale Katie, no te preocupes Harry y yo seremos un ejemplo de prefectos -dijo Hermione.

-Se que lo haréis bien, nos vemos en el banquete -dijo Katie mientras se metía en un compartimiento.

-Bueno Harry volvamos con Ron y mi primo -dijo Hermione. En ese momento escucharon abrirse la puerta del compartimiento de los prefectos de quinto año, de el salió Blaise con cara de enojo. -¿Ocurre algo Blaise?

-No, simplemente he tenido una pequeña charla con Ernie -dijo muy despacio, conteniendo la ira que sentía. -Me iré a buscar un compartimiento lejos de aquí y del idiota de Malfoy que es quien menos ganas tengo de ver ahora mismo.

-¡Vente con nosotros! -dijo Harry. Le daba la impresión de que Blaise no debía de tener muchos amigos en Slytherin por su forma de ser.

-No, gracias no quiero ser una molestia.

-Para nada Blaise, vente con nosotros que no nos molestas -dijo Hermione con una sonrisa en los labios.

-Muchas gracias -dijo Blaise tímidamente.

Se dirigieron de vuelta al compartimiento cuando llegaron a él vieron que Ron estaba comiendo dulces del carrito del Expreso a mansalva. Myrddin miraba a Ron dividido entre la diversión y la incredulidad, cambió su mirada hacia los muchachos.

-¡Ya era hora de que volvierais! -dijo socarronamente. -¿Quién es vuestro acompañante?

Antes de que Harry ni Hermione pudiesen decir nada Blaise se acercó hacia Myrddin y le tendió la mano. -Blaise Zabini, es un placer conoceros en persona Lord Fénix -dijo educadamente. Myrddin enarcó sus cejas divertido por el saludo estricto del muchacho.

-El gusto es mío Blaise, pero por favor nada de llamarme milord, ni alteza, ni ninguno otro de mis títulos. Simplemente Myrddin ¿de acuerdo? -dijo Myrddin con un tono de desenfado.

-Como vos guste -dijo Blaise todavía formal.

-Nada de vos Blaise, tutéame.

-De acuerdo -dijo Blaise. Fijó su vista en Seth que se encontraba todavía en el rincón se acercó hasta él y le tendió la mano para sorpresa de todos. -Saludos, es un placer conocer por fin en persona al guardián de la familia Fénix.

-Vaya que inesperada sorpresa -dijo Seth con voz amable mientras le estrechaba la mano al prefecto de Slytherin. -No esperaba que nadie me reconociera en Hogwarts.

-¿Quién de Caer Cymry no conoce al gran Seth? -dijo Blaise con una reverencia.

-¿Eres de Caer Cymry? -inquirió Myrddin.

-Si, mi madre, es de allí y yo también nací en esa ciudad. Aunque mis padres viven en Londres todos los veranos nos vamos un mes a casa de mis abuelos.

-Bien, siempre es un placer conocer alguien de Caer Cymry y a un futuro cymbrogi -dijo el dementor solemne.

-Ron -dijo Hermione. -Él es Blaise, prefecto de Slytherin.

-Un placer -dijo Blaise mientras le tendía la mano. Ron se limitó a soltar una especie de gruñido como saludo. Blaise retiró la mano nervioso. Hermione dio la impresión de que iba a encararse con Ron y decirle cuatro cosas no muy agradables, afortunadamente Myrddin se percató de la tormenta que estaba a punto de estallar porque rápidamente cambió de tema.

-Bueno porque no comemos y charlamos del como será el nuevo curso en Hogwarts.

Harry y Hermione asintieron, Blaise dijo que se marchaba pero Myrddin lo obligó a quedarse con ellos. Mientras comían los dulces dl carrito empezaron a hablar de la nueva temporada de quiddtch, de los TIMO, de quien sería el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras y un montón de cosas más.

Una hora y media más tarde Myrddin y Seth se marcharon del compartimiento alegando que tenía que hacer ciertas cosas en el tren y que ya se verían en el banquete de principio de curso. Los cuatro muchachos siguieron hablando, para gusto de Harry y Hermione Blaise compartía muchos gustos comunes con ellos como los estudios, el quidditch o el fútbol; Ron fue cogiéndole poco a poco confianza al prefecto de Slytherin gracias a su carácter sincero y amistoso.

Sobre las tres de la tarde aparecieron los compañeros de curso de Harry, Ron y Hermione; Neville Longbottom, Seamus Finnigan, Dean Thomas, Parvati Patil y Lavender Brown. Todos se quedaron sorprendidos con el cambio físico de Harry (en especial Parvati y Lavender que no le quitaron el ojo de encima en un buen rato para la incomodidad de Harry), cuando vieron a Blaise los chicos se mostraron suspicaces al principio (Parvati y Lavender dijeron que era un encanto además de guapo para embarazo de Blaise) pero al igual que Ron en unos minutos se acostumbraron a la presencia del Slytherin gracias a la personalidad del chico.

-¿Visteis el partido entre los Canons y los Fénix? -dijo Seamus emocionado.

-Estuve allí -dijo Blaise. -Le dieron una buena paliza a los campeones de la liga.

-Si -dijo Neville. -Si participaran en la liga seguro que la ganarían sin problemas.

-Todos sus jugadores son muy buenos, se coordinan entre si de manera perfecta -dijo Hermione.

-¿Y qué me decís de su buscador? Lord Myrddin Fénix es sencillamente genial, mucho mejor que Krum -dijo Parvati.

-Y más guapo -añadió Lavender.

Harry y Hermione empezaron a reírse a carcajada limpia, al poco rato Ron se les unió también, los amigos de Harry los miraban extrañados.

-¿Qué os pasa? -dijo Seamus.

-La cara que hubiese puesto mi primo si te hubiese escuchado Lavender -dijo Hermione entre risas.

-¿Primo? -preguntó Blaise sin comprender.

-Si... mi primo Myrddin Fénix.

-¿CÓMO? -dijeron todos al unísono.

-Si... primo por parte de madre -explicó Hermione. -Mi madre y Lady Vivian son hermanas.

-¿Qué tú eres prima de Lord Myrddin Fénix? -dijo Blaise incrédulo.

-¿Y tú tía es bruja? -dijo Neville sorprendido. -Aha -dijo Hermione divertida por las reacciones de los muchachos.

-Quien lo iba a decir -dijo Parvati incrédula aun.

-No os preocupéis, tendréis muchas oportunidades de verle este año en Hogwarts -dijo Hermione.

-¿Qué quieres decir? -preguntó Lavender.

-Estará en el colegio todo el curso.

-Con razón estaba aquí en el Expreso -dijo Blaise.

-¿Está en el Expreso? -preguntó Dean

-Estaba en este compartimiento hasta hace un buen rato -dijo Harry divertido.

-En cuanto lo veamos tenemos que pedirle un autógrafo -dijo Lavender.

-Tienes razón Lav. Hermione nos lo presentarás ¿verdad? -inquirió Parvati.

Hermione no pudo contestar a su pregunta porque en ese momento la puerta del compartimiento se abrió y por ella apareció Draco Malfoy, el eterno enemigo de Harry, acompañado de sus dos amigotes Crabbe y Goyle que parecían guardaespaldas.

-Vaya, vaya, vaya ... miren a quien tenemos aquí -dijo con su habitual manera de hablar arrastrando las palabras. -Si es el héroe Potter acompañado de su corte con Weasley y la sangre sucia a la cabeza -sus ojos se detuvieron en Blaise. -Pero si es el traidor sangre mezclada de Zabini, Slytherin no podía haber caído más bajo teniendo de prefecto a alguien de tu categoría.

Todos miraban a malfoy con odio, Harry y Hermione tuvieron que sujetar a Ron para que no se echase encima de Malfoy. Blaise se levantó y avanzó hasta encararse con Malfoy.

-Te aconsejo que tengas cuidado con lo que dices a este sucio traidor Malfoy, pues ahora es un prefecto y no te agradaría en lo más mínimo saber que puede hacerte, aún siendo tú el nene mimado del profesor Snape -dijo Blaise con un repentino tono arrogante y amenazador que sorprendió a todos y dejó claro porque era un Slytherin. -Además es mucho mejor ser un traidor sangre mezclada que un inepto sangre limpia lamebotas de Lord Voldemort.

Todos se quedaron en shock con las últimas palabras de Blaise, tanto por la forma en que había respondido a Malfoy como por haber pronunciado el nombre de Lord Voldemort sin inmutarse.

-Mira que valiente es el traidor, pronunciando el nombre del Señor Tenebroso. Aunque me gustaría ver si es capaz de decir lo mismo en su presencia. Los traidores como tú son los primeros en su lista junto a los sangre sucia y los amigos de los muggles -dijo con arrogancia.

-¡Fuera Malfoy! -dijo Harry interponiéndose entre él y Draco. -¡Largo de aquí a vas a lamentar el haber venido a molestar!

-Vaya... pero si es don prefecto Potter -dijo con sorna. -¿Te has cambiado el look para ocultarte del Señor Tenebroso? Porque me parece a mi que eso no te servirá de mucho si lo que pretendes es esconderte de él. Eres el primero Potter y... -se calló cuando sintió que algo le oprimía el vientre, al bajar la vista vio que Harry hundía el pomo de su espada en el estómago como señal de advertencia. -¡Que gallito con su espadita! ¿Se te ha subido a la cabeza tu pequeña hazaña de la batalla de Caer Cymry Potter? -sonrió con aún más malignidad. -No siempre tendrás a Dumbledore o a Lord Fénix para que te protejan del Señor Tenebroso.

-¡Largo Malfoy! -dijo Harry con voz firme sacando la varita. -¡O tu primer destino este año será la enfermería!

-¡Recuerda mis palabras señor héroe! -dijo Malfoy aún más arrogante. -Tú y toda tu tropa seréis los primeros en caer, el Señor Tenebroso os tiene en el punto de mira e iréis cayendo uno a uno, pero tú serás el último Potter, cuando todos los que te rodeen ya hayan caído, entonces te llegará tu turno.

Dicho esto abandonó el compartimiento seguido de Crabbe y Goyle. Todos estaban furiosos con Malfoy, todos salvo Harry quien se había tomado la advertencia de Malfoy muy en serio. Sabía muy bien que Voldemort antes de matarle se vengaría de él yendo a por sus seres queridos, pero estaba dispuesto a cualquier precio a no concederle ese gusto a Voldemort.

-¡Qué imbécil! -masculló Ron. -¡Cómo me gustaría que atraparan a su padre! ¡Entonces veríamos quien sería el gallito!

-Lo harán Ron , lo harán... -dijo Hermione, ella al igual que Harry también estaba preocupada por las palabras de Malfoy pero no iba a dejar que su temor saliera a la luz.

-Bahhhh, se cree el don importante porque su padre es un asqueroso mortífago pero apuesto a que enseguida corre a lamerle los pies a Lord Voldemort -dijo Blaise arrancando escalofríos por parte de todos menos de Harry. -Apuesto a que el 99% de sus seguidores le siguen por miedo y no son tan gallitos cuando están en su presencia.

-Supones bien -dijo Harry, Rony Hermione se volvieron recordando lo que habían visto en el pensadero de Harry. -Nunca creí que escucharía de un alumno de Hogwarts pronunciar el nombre de Lord Voldemort.

-¿Hay alguna razón para no hacerlo? -dijo Blaise. Todos se volvieron hacia él sorprendidos. -Lo que quiero decir es... ¿acaso va a venir a por ti si pronuncias su nombre? -dijo dejando a todos boquiabiertos.

-Muy cierto -dijo Harry. -No es nada más que un asqueroso y cobarde asesino.

-Cierto, lo comprendí el otro día -dijo Blaise.

-¿Cómo? -dijo Saemus.

-El día de la batalla de Caer Cymry yo estaba en las murallas cuando él llegó a las puertas de la ciudad, vi con mis propios ojos como huía con el rabo entre las patas cuando Lord Myrddin Fénix le desafió y como los cymbrogi se encaraban con él. En ese instante comprendí que ante mi no tenía a nada más que un asesino y que el miedo constituía su arma más poderosa. Y que el primer paso para hacerle frente era perderle el miedo, empezando por llamarle por su nombre, tal y como decía Dumbledore.

-Tienes toda la razón -dijo Harry mientras los demás miraban boquiabiertos al Slytherin.

-Tú estuviste magnífico -dijo de repente Blaise.

-¿Perdón? -dijo Harry.

-En la batalla, tu forma de luchar, el desprecio al peligro que demostraste, como le diste moral a los cymbrogi cuando más lo necesitaban; como le salvaste la vida a Lord Fénix. Lo vi desde los refugios. Me sentía impotente, mis padres allí fuera luchando junto al resto de habitantes de la ciudad y yo ahí sin poder hacer nada. Y tú ahí en primera línea de combate.

-No fue para tanto -dijo Harry.

-¿Entonces lo de la batalla era cierto? ¿No era una mentira de Rita Skeeter? -dijo Neville.

-No Neville, fue verdad -dijo Hermione. -Y Harry al igual que muchos otros arriesgó su vida para defender la ciudad de la horda no muerta de Voldemort -pronunció el nombre del enemigo de Harry sin ningún temblor y asomo de miedo en su voz, luego le guiñó un ojo a Harry.

-Y... entonces... ¿Voldemort en verdad atacó a Caer Cymry? -dijo Neville con voz temblorosa sorpendiendo ahora si a todos, nadie se esperaba eso del nervioso Neville. -Es que... si en verdad atacó la ciudad, ¿no podría hacer lo mismo con Hogwarts?

-No mientras Dumbledore esté en Hogwarts Neville -dijo Harry. -Nunca se atreverá a poner un pié estando él ahí y menos ahora que Myrddin está también.

-Es un alivio saber que ellos dos están en Hogwarts -dijo Harry.

-Si... tienes razón -dijo Blaise, al ver las caras tensas de todo el mundo sonrió y sacó una baraja de cartas. -¿Alguien quiere una partida de Snap Explosivo?

La sugerencia de Blaise fue muy bien vista y todo el mundo se apuntó de inmediato para bajar la tensión del ambiente, estuvieron muy entretenidos jugando a las cartas que el tiempo pasó especialmente rápido y cuando ya se habían dado cuenta el Exprso de Hogwarts había llegado a su destino y se había detenido.

Harry y los demás bajaron del vagón y se encontraron fuera con el habitual tumulto de alumnos de todos los años. Harry no dejó de notar que había muchos magos adultos en el lugar que no parecían pertenecer ni a Hogsmeade ni al Hogwarts, se preguntó si no serían magos del ministerio que estarían velando por la seguridad de los alumnos. Sintió una sensación de incomodidad repentina, como si alguien estuviese vigilándole. Al fondo, cerca de la locomotora, vieron la gigantesca silueta de Hagrid que gritaba por encima del tumulto:

-¡Los de primer año por aquí por favor! ¡Harry! ¿Ha ido bien el viaje?

-Si Hagrid, muy entretenido.

-Me alegro; oye que sepáis que en los carruajes pueden ir este año hasta diez personas, los han ensanchado mágicamente.

-Gracias Hagrid -dijo Harry mientras se dirigía a uno de los negros carruajes sin caballos que conducían a Hogwarts. Cuando entró en el vio que en efecto estab por dentro ensanchado de tal manera que cabían diez personas en el con comodidad.

-Cabemos todos sin problemas -dijo Harry a sus compañeros.

Todos se metieron dentro de carruaje. Durante el camino nadie dijo nada, sumidos en sus pensamientos o mirando despreocupadamente la despejada noche por las ventanillas. A lo lejos se divisaba el imponente castillo de Hogwarts con sus innumerables torres y ventanas.

Finalmente los carruajes se detuvieron frente a la escalera de acceso al portón de Hogwarts. Harry salió del carruaje y fijó la vista hacia arriba, sobre las impresionantes murallas con troneras que guarnecían la puerta de entrada al castillo. Junto a Hermione, Ron y los demás se dirigió a la entrada del colegio cuando de súbito se detuvo. La pequeña daga que perteneció a su padre vibraba en su costado derecho violentamente, solo en una ocasión la había sentido así, el día de la batalla de Caer Cymry y sólo se había detenido cuando el último no muerto fue destruido.

-¿Harry qué te pasa? -preguntó Hermione mientras todos le miraban preocupados. -Te has puesto muy pálido. ¿Te sientes mal?

Harry por toda respuesta desenfundó la pequeña daga. La hoja cubierta de runas brillaba con un resplandor azulado. Dirigió la daga en todas direcciones hasta que comprobó que el resplandor aumentaba de intensidad justo en la dirección que llevaba a los límites del bosque prohibido.

-Dios... -susurró Hermione, Ron también estaba pálido y miraba con ojos desorbitados el lindero del bosque a unos cien metros de donde estaban ellos.

-¿Qué ocurre? -preguntó Blaise preocupado por las caras pálidas de los tres muchachos.

Poner pista 16 (Amon Hen) de la BSO de la Comunidad del Anillo desde el principio hasta el minuto 2,35.

Harry posó su vista en el lindero del bosque y entonces lo vio. Surgiendo de el había una docena de figuras corpulentas de cerca de los dos metros, espaldas anchas y piel verde. Orcos portando armaduras pesadas, espadas de hoja ancha y escudos redondos. El que parecía el jefe levantó su espada y con ella apuntó a los alumnos que entraban por las puertas principales del castillo.

-¡Ron! -dijo de repente Harry con voz autoritaria. -¡Avisa al profesor Dumbledore de que estamos bajo el ataque de orcos! ¡Hermione, Blaise! ¡Conducid a los alumnos al interior del castillo! ¡Yo ganaré algo de tiempo para ello!

-¡Pero Harry.... -objetó Ron pero fue cortado por una mirada gélida de su amigo.

-¡Es una orden de un prefecto! ¡Si no sabes cumplirla se lo pediré a otro! ¡Acompañadle! -dijo con voz firme dirigiéndose a Neville, Seamus, Dean, Parvati y Lavender quienes miraban a los orcos con ojos desorbitados de horror, aunque asintieron tragando algo de saliva.

-¡Demonios tienes razón! -masculló Ron saliendo disparado hacia el interior del castillo seguido de los demás compañeros de quinto. Harry tenía razón la mejor manera en que el podía ayudar en esta situación era alertando a los profesores. A diferencia de Harry y Hermione él no era prefecto y no tenía conocimientos en el combate con armas. Rezó en sus adentros para que Harry saliese vivo de esta.

Poner pista 16 (Amon Hen) de la BSO de la Comunidad del Anillo desde el principio hasta el minuto 2,35.

-¡Hermione Blasie! ¡Adelante! -dijo Harry mientras se daba la vuelta para encararse con los orcos.

-¡No puedes tú solo contra ellos! -gimió Hermione.

-¡Claro que no solo voy a ganar tiempo! -contestó Harry sin darse la vuelta y acelerando el paso para poner la mayor distancia posible entre los alumnos y los orcos.

-¡Vamos Hermione! -dijo Blaise mientras le ponía una mano en el hombro. -Debemos cumplir con nuestro deber.

Hermione asintió mientras se quitaba una lágrima de su mejilla, se giró y se dirigió al alumnado pensando en cual sería la mejor manera de meterle prisa sin hacer cundir el pánico. -¡Todo el mundo al interior del castillo! ¡Rápido al castillo es peligroso aquí fuera!

-¡ Somos prefectos! ¡Este es un comunicado del profesorado! ¡Todo el mundo ha de dirigirse hacia el interior del castillo en seguida a paso ligero! -la gente comenzó a entrar más rápido preguntándose el porque de la orden.

Harry desenfundó su espada y la alzó en alto en señal de desafío. El jefe de los orcos (visiblemente más corpulento) le señaló con su espada y soltó un aullido tras el cual tres de sus hombres se lanzaron a la carga con sus armas en alto.

-¡Aquí vamos! -se dijo a si mismo Harry para darse ánimos mientras se preparaba para la embestida.

El primer orco descargó un golpe en horizontal de arriba abajo, pero Harry haciendo uso de sus reflejos de buscador lo esquivó ágilmente mientras golpeaba al piel verde con un golpe de revés que lo alcanzó en el abdomen, la plateada hoja de su espada atravesó la armadura y se hundió en su enemigo. Sacándola rápidamente desvió el golpe del segundo y encadenó un nuevo golpe que golpeó al orco en el rostro. El tercero dio dos amplios mandobles, pero Harry los detuvo con su espada y antes de que el orco pudiera encadenar un nuevo movimiento desenfundó con la mano izquierda la pequeña daga y se la clavó en la garganta matándola en el acto.

-¡Por aquí todo el mundo! ¡Todo el mundo por aquí! -chilló Hermione mientras conducía al alumnado a través del portón. Dio gracias a Dios de que nadie se hubiese percatado aun de lo delicado de la situación. Un enrome aullido surcó el aire nocturno, instintivamente se giró sobre si misma para ver como un orco caía ante un golpe de la espada de Harry. Por desgracia el aullido no solo fue escuchado por ella, varios alumnos se giraron en la dirección de la cual provenía y al ver la escena soltaron chillidos de terror al tiempo que algunos gritaban "¡Orcos!", "¡Nos atacan!".

Ese fue el desencadenante de una reacción en cadena. La gente comenzó a correr despavorida hacia la puerta empujándose unos a otros y chillando de terror, pese a los esfuerzos de Hermione y Blaise para controlar la situación.

Hermione dirigió una mirada más hacia Harry y palideció de horror. Una veintena de orcos más salía del bosque prohibido. Harry ya se encontraba bastante mal luchando contra seis pieles verdes y perdía terreno poco a poco, no aguantaría mucho más. Asintiendo para si misma mientras reunía todo el coraje que poseía y recordaba lo que Myrddin le había enseñado en estos años avanzó resulta hacia donde el centro de la lucha mientras desenvainaba sus dos espadas cortas pese a los gritos de Blaise para que se quedara.

Harry dio buena cuenta del sexto con un golpe rápido y preciso mientras retrocedía para poner algo de distancia entre él y sus atacantes. Atrás de él podía oír los gritos de horror de los alumnos. Masculló para sus adentros preguntándose porque no llegaban los profesores. A lo lejos saliendo del bosque prohibido venía un nuevo grupo más numeroso.

Un orco cargó contra él desde el flanco izquierdo, Harry paró el golpe para devolverle un contragolpe que cercenó la mano del orco, desarmado acabó con el decapitándolo. Otro cargo desde el flanco opuesto rozándole cuando Harry esquivó su golpe de un salto hacia la izquierda. Antes de que pudiera responder a su ataque una figura pequeña y ágil apareció golpeando al orco con dos golpes encadenados que lo dejaron herido de muerte, girándose sobre si misma paró una embestida de otro y le dio lanzó tres golpes que segaron su vida. Cuando la persona se detuvo Harry quedó mudo al ver quie era.

Hermione tenía una mirada distinta a como había visto Harry desde que la conocía, sus ojos parecían brasas encendidas y sus labios estaban cerrados dándole a su rostro un aspecto frío, amenazador y de concentración absoluta. En cada mano empuñaba una de las espadas cortas curvas que le había entregado Myrddin en el Expreso.

-¿Qué haces aquí? -dijo Harry mientras encaraba un nuevo orco.

-¡Lo mismo que tú! -dijo Hermione mientras daba cuenta de otro de un par de movimientos cruzados tras haber esquivado su ataque de un giro sobre si misma delicado y elegante a la vez. -¡Ganar tiempo hasta que lleguen los profesores!

-¡Ahora creo que no es momento de discutir! -dijo Harry mientras veía como el segundo grupo estaba a diez metros de ellos. -¡Viene la segunda marea!

Harry y Hermione resistieron la embestida, pero a pesar de los certeros golpes de Harry y de los delicados y refinados golpes de Hermione los atacantes les superaban en número un cada vez se veían forzados a retroceder más, para colmo de males un tercer grupo de orcos surgía del bosque. Harry se preguntaba donde diablos estaban los profesores cuando una tercera persona se metió en la refriega, esta portaba un escudo triangular en el brazo izquierdo y una espada en la mano derecha. Atacando de improviso dio buena cuenta de un orco, luego golpeo con el escudo al más cercana para desarmarlo y dar cuenta de él. Harry no creía lo que veían sus ojos cuando reconoció a la persona.

Era Malfoy, con su rostro envuelto en una expresión de concentración absoluta auque tenía una fina sonrisa en los labios, como si disfrutara de la lucha.

-¡Tú! -dijo Harry furioso mientras detenía una nueva estocada y clavaba su daga en la muñeca del orco haciendo que soltase la espada por el dolor. -¿Qué haces aquí? -añadió dando un nuevo golpe a su agresor que lo mató.

-¡No lo ves Potter! ¡Eliminando a un montón de asquerosos pieles verdes! -dijo mientras detenía un golpe con su escudo. -¿Es que al famoso héroe Potter le fastidia que le quiten la gloria?

Harry maldijo para sus adentros mientras encaraba a los orcos de tal forma que siempre pudiera ver que hacía Malfoy, desconfiaba de que no le diese un golpe por la espalda en la confusión de la lucha y a juzgar por las apariencias Hermione también desconfiaba de sus intenciones. Juntos hicieron retroceder a los orcos cuando llegó el tercer grupo. Mascullando maldiciones Harry se preparó para la embestida final, estaban muy superados ahora en número.

Un silbido rasgó el aire y al instante un orco caía con el ojo atravesado por una flecha. Dos silbidos más se escucharon y dos nuevos orcos caían al suelo con flechas clavadas en el cuello. De improviso apareció una gigantesca figura envuelta en una capa negra empuñando con ambas manos un espadón de grandes proporciones. Con un gran mandoble Seth partió en dos a un orco para a continuación matar a otro partiendo su espada cuando el orco trató de parar el brutal golpe de Seth con su hoja. Myrddin apareció en la refriega también, empuñando su espada en la mano derecha y sosteniendo el arco con ella.

-¡A ellos muchachos! ¡Ya son nuestros! -gritó.

Espoleados por la aparición del medio elfo y su guardián los tres jóvenes atacaron con renovadas fuerzas. Pronto bajo los brutales tajos de Seth, los rapidísimos golpes de Hermione, las estocadas de Malfoy y los precisos golpes de Harry y Myrddin los orcos fueron vencidos, tres de ellos trataron de escapar hacia el bosque prohibido pero fueron muertos por los certeros disparos de Myrddin y su arco.

Cuando el choque de los metales se dejó de escuchar sólo se oían la respiración agitada de Harry, Hermione y Malfoy. Harry echó un vistazo a su alrededor y vio como cerca de cincuenta orcos caídos sobre el pasto. Las puertas de entrada al colegio estaban despejadas por lo que supuso que todos ya estarían dentro. Vio la hoja de su espada manchada de sangre verde negruzca y la limpió en el suelo, cuando estuvo limpia hizo lo mismo con su daga, los demás imitaron su ejemplo. -Parece que ya no quedan por los alrededores -dijo Myrddin observando como la plateada hoja de la daga de Harry estaba apagada. -Muy buen intento de ataque por parte de Lord Voldemort -añadió con tono sombrío.

-Pero ha pagado cara su osadía -dijo Malfoy. Tenía una expresión extraña en el rostro, sombría y a la vez perdida.

-¡Malfoy! -rugió Harry. -¿Qué estás tramando?

-Eso Potter... son asuntos míos -dijo Malfoy secamente. -Pero si tanto quieres saberlo te diré que simplemente cumplía con el deber familiar.

-¿De qué hablas Malfoy? -dijo Hermione enfadada y mirando a Malfoy con desconfianza.

-Simplemente hacer lo que ha hecho su familia desde hace más de doscientos años. Luchar contra los orcos del clan Mordisco de Víbora -dijo Myrddin tranquilamente señalando el emblema de una serpiente que había en las armaduras de los orcos.

-Exacto, no me interesa para nada que venían a hacer aquí, simplemente como todo Malfoy debo combatirlos dondequiera que se hallen -dijo Malfoy arrogante.

-Si claro, y tú esperas que yo me lo crea -dijo Harry escépticamente.

-¡Basta de discusión! -dijo Myrddin con voz firme y fría como el acero que hizo que los adolescente se callaran. -Será mejor que vayamos adentro. Todos deben de estar muy preocupados. Por el camino quiero que me contéis que ha pasado.

Mientras entraban en el castillo Harry le explicó a Myrddin todo cuanto había sucedido resumidamente. Myrddin permaneció en silencio asintiendo de vez en cuando. Finalmente atravesaron las puertas del gran comedor, del cual se escuchaba provenir infinidad de murmullos.

Cuando entraron los murmullos se apagaron al instante todas las miradas de las cuatro mesas estaban posadas en el curioso grupo que acababa de entra compuesto por Myrddin, Harry, Hermione, Malfoy y Seth. Algunos alumnos miraban con temor al dementor mientras que otros señalaban a Harry, Hermione y Malfoy y a sus armas. Harry pudo ver a los de primer año frente a la mesa de los profesores. La profesora McGonagall estaba con ellos y se tenía puesta una mano en el pecho mientras jadeaba por la falta de aire. En la mesa de los profesores estaban entre otros Hagrid, quien con los labios les preguntaba a Harry y Hermione en silencio si estaban bien; Snape, quien estaba sin color en el rostro cetrino y el profesor Dumbledore que les sonreía y levantaba los pulgares en señal de ánimo.

Harry iba a sonreír cuando de improviso se paró en seco poniéndose aún más pálido que la vez anterior. Su daga volvía a vibrar con fuerza en su costado, más violentamente aun que antes. Myrddin y Hermione al notar que se había parado. Cuando vieron su cara se alarmaron. Hasta Seth al percibir la intranquilidad del muchacho. Se empezaron a oír murmullos de nuevo desde las mesas de los estudiantes mientras varios señalaban a Harry. Desde la mesa de los profesores las miradas de Dumbledore y Snape se cruzaron mostrando peocupación y nerviosismo.

-¿Qué ocurre Harry? -preguntó Hermione preocupada por la cara de su amigo. Por toda respuesta recibió un rápido desenvainado de la daga de Harry. Al ver la hoja brillar con una intensísima luz azulada ahogó un grito.

-¡¿Qué diantre?! -masculló Myrddin agitado mientras veía como Harry dirigía la daga hasta el punto máximo de resplandor, que coincidía con la puerta de acceso al gran comedor. El silencio se había extendido por todo el gran comedor mientras que la gente miraba con horror la puerta.

-Myrddin -dijo de repente Seth con una voz que reflejaba temor e intranquilidad. Una voz que hasta ahora Harry no había escuchado nunca en el dementor. -¿Lo sientes? ¿Qué ser puede poseer tal cantidad de poder?

La única respuesta del medio elfo que se escuchó en medio del aterrador silencio que se había adueñado del gran comedor fueron una palabras en voz muy baja, pero que las escucharon todos cuantos estaban en la gran sala.

-Voldmort... ¿qué tienes preparado para ahora?

Respuestas a los reviews:

Siento el retraso con el capítulo pero es que me quedé bloqueado en la parte del Expreso de Hogwarts; no obstante para vuestra alegría tengo el placer de comunicaros que a partir de este capítulo responderé a vuestros reviews. Vamos con ello.

AnNa: como puedes ver he cumplido tus ruegos y te he colocado como miembro de la peña de amigos de Myrddin. Que puedo decir, manager del equipo de los Cymry Fénix, aunque tienes que lidiar continuamente con toda esa panda de impresentables. Por cierto eres muggle, pero tranquila, formas parte de la fuerza regular de los cymbrogi de Caer Cymry y eso está considerado en esa ciudad como algo más honorable que ser mago (fíjate en Flint por ejemplo que también forma parte de la fuerza regular).

Gerardo: bueno ya he enviado el nuevo capítulo, ahora mismo estoy con el siguiente, lo mandaré pronto. Como te prometí tú saldrás también como elfo, muy al estilo de Haldir de ESDLA, pero tranquilo, a diferencia de él a ti no te voy a matar; todavía faltan unos cuantos capítulos para que salgas, todo llegará.

LoBeZn0: Así que te has dado cuenta del pequeño cameo (bueno no será tan pequeño) que hacen tres personajes de Oliver y Benji. Bueno pues no será el único cameo que haya; cierto elfo rubio (no, no es Legolas) también hará su aparición estelar en este fic muy pronto. Andraia: bueno también tú sales como miembro de la famosa peña; en este caso una elfa, además de ser la cazatalentos del equipo de los Cymry Fénix jejeje vas a estar muy ocupada con los partidos de quidditch, te lo aseguro.

Elizabeth Potter: al igual que tu review vamos por partes. Primero, no te puedo explicar porque los cymbrogi estaban tan emocionados de que Harry luchara a su lado, pero si tiene que ver con su padre y con su título familiar. Sólo he de decirte que el título que Harry ha de heredar (pronto, te lo aseguro) es un título muy importante, reconocido por todos los cymbrogi de Gran Bretaña e Irlanda. Además está el hecho de que James Potter se ganó su reconocimiento en ciertas acciones durante el alzamiento de Voldemort (se irá explicando a lo largo de la historia). Harry si tiene un guardián, y sí, el guardián tiene título, pero no es de poder, pero también tiene una gran importancia y reconocimiento. Seth es el guardián de los Fénix porque Avatar salvó su vida hace muchos años en el alzamiento de Gindelwald, y según el código de honor de los dementores, si alguien le salva la vida, el dementor contrae una deuda de vida y deberá convertirse en el guardián de esa persona y de su familia por siempre. El guardián de Harry no es lo mismo que Seth, más bien es el depositario del testamento de Lily y James y en el que recae la responsabilidad de instruir a Harry en el camino correcto para que sepa sobrellevar el enorme peso que recaerá en él conforme le vaya siendo entregada toda su herencia, pues como ya he dicho acarrea una gran responsabilidad (ya verás quien es, no te lo vas a esperar), pues no sólo es la grandeza del título de Harry ( ya lo veréis) Con respecto a lo de meterte en mi fic, tú lo has dicho con tu nombre es difícil, no obstante ya lo tengo pensado para que encajes con la historia. No, no serás una prima de Harry, vas a tener otra historia más trágica que explica el porque de que hasta ahora no hayas aparecido en su vida (hmmm, sospecho que mis lectoras femeninas van a matarme cuando vean lo que haré con tu personaje, ya verás) de una forma coherente.

Joyce Singer: vuelves a aparecer una vez más y no ha sido nada el que te haya dedicado el capítulo anterior. Tú fuiste mi apoyo para cuando nadie leía mi fic, es lo menos que podía hacer.

Adelanto del próximo capítulo: Sabremos que es aquello tan poderoso que asusta tanto a Seth como a Myrddin. Esta vez el medio elfo tendrá que demostrar y forzar sus habilidades mágicas y de guerrero en un cruento enfrentamiento que puede determinar el futuro de todos cuanto se hayan en Hogwarts.

Fragmento de un capítulo próximo: "La esbelta y alta elfa de brillante cabellera rubia platinada y unos hermosos pero tristes ojos verdes se aproximó lentamente hasta el taburete. Su porte y sus gestos eran de una elegancia y exquisitez impensables para la mayoría de los que se hallaban en el gran comedor. La hermosura de sus rasgos pálidos contrastaba con el gesto de frialdad y carencia de emociones que mostraba su rostro, imperturbable ante los cientos de miradas que se posaban en ellas, como si perteneciera a otro mundo superior al cual se hallaba ahora."