CAPÍTULO 8: SED DE SANGRE
"Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano"- Confucio.
El Gran Comedor permanecía en un completo silencio sepulcral, todo el mundo miraba con horror el gran portón; súbitamente se escuchó una especie de gruñido bajo y el chirrido de un objeto metálico contra las paredes.
Myrddin intercambió una rápida mirada con Dumbledore, las caras de ambos hombres reflejaban preocupación e intranquilidad, Myrddin asintió con la cabeza despacio. Cuando volvió la vista al portón empezó a dirigirse a él a paso lento, desenvainando su espada con la mano derecha y sosteniendo en la izquierda la varita.
Cuando Myrddin desapareció por la gran puerta Harry y Hermione cruzaron sus miradas, las caras pálidas de ambos reflejaban la pregunta que ambos se hacía; ¿Qué podía asustar a Dumbledore, Myrddin y Seth hasta ese extremo? Seth jadeaba provocando que su respiración parecida a aspiraciones de aire fuese más ruidosa de lo normal. Malfoy miraba la puerta con el ceño fruncido y los labios contraídos, apretaba la espada con fuerza y asentía con la cabeza para si mismo.
De improviso se escucharon unas botas golpear el suelo, Myrddin apareció corriendo en el Gran Comedor, su rostro mostrando nerviosismo en extremo. Se giró sobre si mismo y apuntando con la varita a las puertas del comedor exclamó:
-¡Yanasië! -al instante una luz azulada envolvió a la puerta, para a continuación formar la figura de un círculo con muchas letras y grabados sobre su perímetro. -¡Quizás esto lo entretenga un poco! -se volvió hacia Dumbledore y gritó. -¡Issüe! ¡Sëfai irion äkawäi terionlin esfeisein ibnäriel opshäi! ¡Voldemort akagi utaneon safin lahin fiiniwäi!
-¿Nami? -exclamaron a la vez Dumbledore y Snape levantándose de golpe. -¿Shasha dua einon karen Myrddin?
-Efinion aseri ithua. Abon deca ithälien -respondió Myrddin el la extraña lengua que solo el director y el profesor de pociones comprendían. -¡Varo aka gandaniel eräthien! ¡Ainuir itheriol camlon!
-Ereth. -comenzó a decir Dumbledore pero fue interrumpido por Myrddin.
-Beionlin esteriohin, ifariel assai . Ithuä tariel temonlin, itha ereth fanardil hathel. Ihe iriel arathul tremonlin assai uhea ifaaniel -dijo Myrddin lentamente.
Dumbledore asintió lentamente y luego habló de nuevo alzando la voz:
-¡Todo el mundo preparado para salir del Gran Comedor a las Salas Comunes! ¡Se hará por la puerta trasera! ¡Los prefectos y profesores se encargarán de ello! ¡Los cursos más jóvenes lo harán en primer lugar!
Mientras toda alma del Gran Comedor se levantaba de los asientos y se dirigía aprisa a la puerta trasera de la sala en tropel pese a los esfuerzos de los profesores y prefectos Myrddin arrastró a Harry, Hermione y Seth a un rincón alejado.
-¿Qué ocurre primo? -preguntó Hermione asustada por la cara pálida del medio elfo.
-Debes prometerme algo Harry -dijo Myrddin hablando muy lentamente mientras ponía sus manos en los hombros del muchacho y le miraba fijamente a los ojos.
-¿Qué es lo que pasa Myrddin? -dijo Harry inquieto por la mirada de su amigo.
-Pase lo que pase, ocurra lo que ocurra...
-¡Myrddin... -empezó Hermione pero fue cortada por su primo.
-Suceda lo que suceda, no intervengas Harry.
-¿De qué estás hablando Myrddin? ¿Qué es lo que hay ahí fuera?
-Algo muy ancestral y poderoso Harry, mantente al margen, no debéis de intervenir en este combate -dijo Myrddin muy serenamente mientras le miraba anhelante con sus ojos dorados.
-¿Porqué? -quiso saber Harry.
-No puedo explicártelo ahora; sólo has de saber esto, si yo caigo tú y el abuelo sois los únicos que podréis detenerle.
-¿Detener a qué? ¿Qué insinúas con todo esto? -exclamó Harry contrariado.
-¿Confías en mi? -preguntó Myrddin.
-Por supuesto Myrddin...
-Entonces prométeme que no intervendrás en esta pelea a no ser que el abuelo te lo pida; por favor Harry confía en lo que te digo -dijo Myrddin suplicante.
-Está bien, no intervendré pase lo que pase -dijo Harry ante la mirada de su amigo. Hasta ahora Myrddin había confiado en él y le había dejado tomar parte en asuntos que otras personas jamás se lo hubieran permitido; ahora le llegaba el turno de confiar en el medio elfo, sabiendo que si esta vez le pedía mantenerse al margen es porque debía ser algo muy grave y peligroso.
-Hermi te digo lo mismo que a Harry -dijo Myrddin a una muy nerviosa Hermione que hacía esfuerzos por no llorar.
-¡Oh primo ten cuidado! -dijo Hermione mientras se echaba sobre él y lo abrazaba. -Lo tendré -dijo Myrddin, luego volvió su vista al dementor. -Seth cuida de los muchachos, no permitas que les pase nada -por toda respuesta el dementor asintió con la cabeza en silencio.
Un fuerte golpe se escuchó contra las puertas principales. Todo el mundo se quedó quieto mientras miraban el portón con miedo en sus ojos. Harry y Hermione tenían los ojos muy abiertos mientras escuchaban un chirrido metálico proveniente de la puerta. Luego un gruñido de bestia se escuchó tras las puertas y un nuevo golpe que las hizo temblar y que apareciera de nuevo el símbolo del sello mágico que Myrddin había puesto momentos antes.
-No os preocupéis -dijo Myrddin sonriéndole a los dos muchachos. -Todo saldrá bien -dicho esto se incorporó y se dirigió a la puerta para encarar a lo que fuera que había allí fuera. Aunque la gente seguía saliendo por la puerta trasera muchos (sobretodo de 5º para arriba) estaban todavía en el Gran Comedor con sus miradas fijas en la puerta que se estremecía por los golpes.
Un nuevo golpe, más fuerte aún, hizo estremecer la puerta al tiempo que el sello parpadeaba; Myrddin apuntaba con la varita el sello para mantenerlo durante el mayor tiempo posible activo. Dos nuevos golpes hicieron crujir los goznes de la puerta al tiempo que el sello empezaba a desaparecer, todavía quedaba mucha gente en el Gran Comedor.
-¡Maldita sea! ¡Sólo un poco más! -exclamó Myrddin concentrado con todas sus fuerzas en que el sello no despareciera.
Con un colosal golpe las puerta fueron arrancadas de cuajo de sus goznes al tiempo que el sello se desvanecía en un haz brillante de luz azul que cegó a todos durante unos segundos. Cuando la visión se volvió de nuevo nítida Harry dirigió su mirada a la puerta de entrada al Gran Comedor, no pudo evitar estremecerse y sentirse aterrorizado como jamás lo había sentido.
Nunca hasta ahora se había encontrado en todos los años que llevaba en Hogwarts con algo tan terrorífico, ni siquiera Lord Voldemort ni los dementores. El gigantesco ser de tres metros de altura, pelaje rojizo salpicado de sangre seca, fauces con colmillos de cinco centímetros, armadura bronce rojiza, garras como cuchillas que sostenían un enorme hacha y un látigo, y con unas correosas alas negras en la espalda emitió un aullido espeluznante que heló la sangre de todos cuanto lo escucharon.
-¡Dios mío! -susurró Hermione. -¡Oh Dios mío!
Hermione no era la única que estaba aterrorizada; decenas de alumnos chillaban presa del terror mientras que otros miraban a la criatura con los ojos desorbitados, completamente paralizados por el miedo que inspiraba el monstruoso ser, hasta los profesores habían perdido el color en sus caras, sólo Dumbledore se mantenía firme, aunque tenía un ligero tic en el bigote, sus ojos azules relampagueando mientras clavaba su mirada en la bestia que estaba frente a las puertas.
-¡No puedo creerlo! ¡Un Devorador de Almas! ¡Ha venido un Devorador de Almas!
-¡¿Qué diablos es eso?! -dijo Harry mirando a su amiga y al dementor que parecían más aterrorizados aun que el resto de alumnos.
-Eso, Potter... -dijo una voz por detrás de él, al girarse vio a Snape que tenía su tez más pálida aun de lo normal con los ojos negros reflejando el terror en estado puro a pesar de la tranquilidad que su voz intentaba dejar - es un Devorador de Almas, los más poderosos de todos los grandes demonios. Aquellos que se han enfrentado a ellos y han logrado sobrevivir se pueden contar con los dedos de una mano y sobran.
-La última vez que se tiene constancia de que se venciera a uno fue hace cincuenta años -prosiguió Hermione con la voz temblando por el miedo.
-Y apenas logró salir con vida del enfrentamiento -puntualizó Snape.
-Vamos Myrddin -siseó Seth aspirando ruidosamente. -Si alguien puede plantarle cara a semejante monstruo ese eres tú... -las miradas del cuarteto estaban dirigidas hacia el medio elfo que avanzaba con paso resuelto hacia el demonio.
(Poner pista 18 Dueling the Baslisk de la BSO de La Cámara Secreta)
Myrddin se detuvo a dos metros de distancia del monstruoso ser con una sonrisa que parecía casi una mueca en su cara. Sus ojos dorados relampagueaban como nunca, lanzando miradas gélidas hacia su contrincante que le miraba con los ojos inyectados en sangre mientras la saliva caía por las comisuras mientras abría y cerraba sus mandíbulas lentamente.
-No puedes estar aquí -dijo lentamente con voz clara y firme mientras alzaba la palma de la mano izquierda. -¡Vuelve al vacío del que has provenido hijo del caos!
Por toda respuesta el monstruoso ser descargó su látigo contra el medio elfo. Myrddin esquivó el golpe rodando por el suelo, se levantó de nuevo e hizo frente una vez más al agresor.
-Es mi última advertencia, tú última oportunidad. ¡Vete o volverás a la nada de la que provienes! -exclamó con voz fría como el hielo. -¡Tú poder oscuro no tiene permitido la presencia en este mundo!
El gran demonio desplegó sus grandes alas y con un repentino movimiento alzó el vuelo para luego caer sobre Myrddin en picado descargando su gigantesca hacha contra él. Myrddin esquivó de nuevo su golpe de un salto mientras el hacha de su oponente se calvaba con fuerza en el suelo. El demonio se alzó en toda su gran estatura desincrustando el hacha y volviéndola a esgrimir, con un nuevo aullido escalofriante se lanzó a la carga contra el medio elfo.
-¿Porqué no le ataca con maldiciones o encantamientos? ¡No tendrá ninguna oportunidad en combate cuerpo a cuerpo contra semejante bestia! -exclamó Harry mientras veía el brutal intercambio de golpes entre los dos contendientes.
-No serviría de nada. -dijo Snape con ojos sombríos, mucha gente observaba como el demonio y el medio elfo luchaban en el centro del Gran Comedor sin retroceder ni un solo palmo de terreno. La agilidad y rapidez de movimientos de Myrddin le permitía esquivar y devolver los devastadores golpes de su oponente. -Los demonios emanan un aura especial que dispersa los hechizos que le son lanzados, en especial los grandes demonios como un Devorador. Es totalmente inútil atacarle con magia; habría que emplear hechizos muy poderosos y ni siquiera le afectarían mucho.
¡Maldición! -masculló Harry mientras volvía de nuevo su vista al violento combate, a su lado Hermione no paraba de susurrar "Dios protégele, dios protégele" con los ojos brillantes por las lágrimas. Respirando lentamente para tratar de calmarse murmuró -vamos Myrddin, si alguien puede hacerlo ese eres tú.
Myrddin volvió a esquivar un nuevo hachazo del Devorador mientras que con un rápido mandoble golpeaba el la muñeca izquierda provocándole una herida al demonio, haciéndole retroceder y aullar de dolor mientras dejaba caer su arma al suelo. Antes de que Myrddin pudiera encadenar un nuevo golpe el gigantesco demonio le lanzó un latigazo que el joven Lord Fénix esquivó de un salto con voltereta; pero, en el instante en que sus pies tocaron suelo, el látigo de su contrincante pareció cobrar vida ya que por si solo se lanzó en el pie derecho de Myrddin y se enroscó en el. Al ver el gran demonio que tenía apresado a su oponente atrajo el látigo violentamente hacia él provocando que el medio elfo perdiera el equilibrio y cayera al suelo de espaldas. Con un nuevo movimiento levantó el látigo y a Myrddin con el del suelo, lanzándolo contra la pared más cercana.
El impacto fue brutal, Myrddin sintió un gran dolor en el costado derecho, justo donde se golpeó contra el muro. Cayó pesadamente contra el suelo boqueando por la falta de aire. Pudo oir gritos de terror y la voz de Hermione gritar "¡Myrddin!". Sintió nuevamente ser alzado del suelo y a continuación un nuevo golpe más fuerte aun contra el muro de piedra para de nuevo caer contra el duro suelo de piedra. A la cuarta vez que fue de nuevo lanzado contra el muro no pudo evitar lanzar un grito de dolor mientras sentía un devastador dolor en las costillas. Seguramente se habría roto algunas costillas. Trató de reincorporarse para encontrar la mirada ávida del demonio clavada en él con la boca semiabierta y babeando saliva.
El demonio una vez más tiró del látigo hacia él para lanzar a Myrddin de nuevo contra el muro, pero el medio elfo ya se esperaba el ataque y con un rápido movimiento aprisionó con su espada el látigo en suelo, esto provocó que el arma del demonio se partiera en dos. Myrddin se permitió esbozar una breve sonrisa despectiva mientras su contrincante blandía su hacha con las dos manos y se lanzaba a la carga contra él.
Harry observaba la pelea mientras se mordía el labio. Myrddin y el Devorador de Almas se lanzaban rápidos ataques girando sobre si mismos y moviéndose de un lado a otro por el centro de la sala. A su lado Hermione era sostenida por Seth; había estado a punto de haber echado a correr para ayudar a su primo cuando el demonio le atrapó con su látigo si el dementor no la hubiese sujetado; él mismo trataba con todas sus fuerzas de mantenerse al margen tal y como Myrddin se lo había pedido, porque y muy a su pesar suyo reconocía que no estaba preparado para luchar con un adversario como ese.
Vio como Myrddin de un nuevo golpe rápido hirió en la pantorrilla a la bestia, ya le había causado tres cortes más, dos en el costado y uno a la altura del pecho, penetrando en su gruesa armadura. No obstante su contrincante no parecía sentir en lo más mínimo las heridas inflingidas, de hecho parecía que cada vez que recibía una atacaba con mayor fiereza si eso era posible. Myrddin no hacía más que girar en torno a él para eludir sus constantes ataques y a la vez encontrar huecos en la defensa de su enemigo.
El demonio de pronto abrió la palma de su mano apuntando a Myrddin, de ella salió una gigantesca bola de fuego en dirección a Myrddin, el cual levantó su antebrazo como si estuviera sosteniendo un escudo para luego verse envuelto en una esfera dorada. Cuando la bola de fuego hizo contacto con la esfera se produjo una gigantesca explosión y el medio elfo fue lanzado varios metros atrás algo aturdido por el golpe del hechizo.
Con un aullido el Devorador de Almas se precipitó sobre Myrddin blandiendo su gigantesca hacha con ambas manos por encima de su cabeza para partir a su oponente en dos. En un acto reflejo Myrddin trató de esquivar el golpe echándose hacia atrás. Un súbito dolor ardiente en su rostro al tiempo que sentía la sangre correr por su cara le hizo ver que su enemigo había fallado el golpe apenas por unos centímetros. Con un rápido contragolpe le clavó su espada al demonio en la pierna quien retrocedió aullando de rabia.
-¡Myrddin! -gritó Hermione al tiempo que se desprendía de los brazos de Seth y corría a ayudar a su primo. Se vio sujetada de nuevo por unos fuertes brazos. Al girarse vio a Harry que la sostenía con fuerza para impedir que corriera hacia Myrddin. -¡Suéltame Harry, debo ayudarle!
-¡No! -exclamó Harry. -¡Lo único que lograrías es ponerte en peligro y ser una carga para Myrddin!
-¡Pero va a matarle! -dijo Hermione con lágrimas en los ojos señalando el rostro ensangrentado de Myrddin. -¡Debemos hacer algo!
-¡Él es fuerte Hermione! ¡Sabe muy bien como ha de enfrentarse a ese monstruo! -dijo al tiempo que atraía a Hermione hacia él y la abrazaba. -Ya verás como Myrddin lo derrota -dijo tratando de convencerse mas a si mismo que a su amiga.
Myrddin atacó una vez más a su oponente sin ningún éxito. Sus fuerzas comenzaban a flaquear, el cansancio se apoderaba de sus músculos y sus reflejos. El pecho y las costillas le ardían cada vez que respiraba dificultando su respiración agitada y entrecortada. Sentía en la frente un inmenso dolor punzante, como si le aplicaran un cuchillo al rojo vivo. Al mismo tiempo su visión se volvía borrosa por momentos. El Devorador de Almas le ganaba poco a poco terreno. "Si sigo así acabará venciéndome. ¡Nunca! ¡No puedo permitirme ahora perder!"
Con un grito de rabia se precipitó contra su oponente sacando fuerzas de flaquezas en su desesperación. Sus ojos dorados refulgían, había sacrificado toda posible defensa en pos del ataque, el único modo de vencer al gigantesco demonio.
El demonio comenzó a retroceder fruto de la furiosa embestida del medio elfo. Múltiples heridas comenzó a recibir por todo su cuerpo, enfureciéndolo más de lo que ya estaba. Myrddin no dejaba de atacar con golpes rápidos y encadenados para que no tuviese tiempo a contraatacarle. El gran demonio dio un gran tajo horizontal con su hacha que el medio elfo esquivó con habilidad agachándose, pero antes de que pudiera volver a reiniciar su desesperado ataque recibió de lleno un golpe del puño de la mano del Devorador que no esgrimía el hacha. El impacto fue tan fuerte que envió a Myrddin contra una de las columnas, golpeándose en la cabeza y cayendo al suelo semiinconsciente. El Devorador de Almas alzó el hacha mientras prorrumpía en un aullido victorioso para, a continuación, dirigirse a paso lento al aturdido medio elfo.
-¡Hay que hacer algo! ¡Hay que hacer algo! ¡Va a matarlo! -chillaba Hermione desesperada mientras era sostenida por Harry. -¡Profesor Dumbledore! -exclamó dirigiendo su vista al director que estaba junto a muchos de los profesores que apuntaban al demonio con sus varitas.
Dumbledore por toda respuesta con un ademán de la mano hizo guardar las varitas del profesorado con reticencias por parte de este. Sólo Dios sabía que aguardaban sus ojos azules mientras decía -Pase lo que pase nadie ha de intervenir, ni siquiera para salvarle la vida a Myrddin -los pocos alumnos que quedaban en el Gran Comedor chillaban horrorizados mientras muchas alumnas lloraban.
-¡Harry! ¡Tenemos que ayudarle! -exclamó Hermione señalando a su primo mientras trataba de zafarse de los brazos de Harry. -¡Suéltame! ¡Debo ayudarle!
Harry no respondió, se limitó a observar con el corazón en un puño como el demonio se acercaba más a Myrddin. Cuando estuvo a su altura se agachó lentamente mientras acercaba su mano izquierda al rostro del aturdido medio elfo. En ese momento Hermione comenzó a sollozar enterrando su cara en el pecho de Harry para no ver la escena mientras Seth desenfundaba su espadón listo para intervenir a pesar de las órdenes de Myrddin. En ese momento Harry suspo que tenía que hacer algo.
¡MYRDDIN! -exclamó a pleno pulmón con una voz que no parecía la suya. -¡LEVÁNTATE DE UNA VEZ Y LUCHA! ¡¿O ES QUE QUIERES MORIR YA?!
En ese momento, como si las palabras de Harry hubiesen supuesto el impulso que necesitaba para volver en si, Myrddin abrió los ojos dándose cuenta de la situación, con la mano del demonio a escasos centímetros de él. Rápidamente tomó su espada que descansaba junto a él, listo para volver a luchar; pero antes de que pudiera levantar del suelo su espada el demonio descargó su hacha contra ella, partiéndola en dos. No obstante Myrddin no se dejó llevar por el pánico y, cogiendo lo que quedaba de su maltrecha arma se la clavó al demonio profundamente en la muñeca que sostenía el hacha, haciéndole soltar su arma mientras aullaba de dolor. Girando sobre si mismo e incorporándose del suelo, Myrrdin tomó la otra mitad de la hoja de su espada y se la enterró al demonio profundamente en el corazón mientras pronunciaba Anima expello y una intensa luz azul partió de la hoja clavada en el monstruo, poseyendo por completo el cuerpo del demonio que retrocedió aullando de dolor. Luego con un fogonazo de luz azul el monstruo se desvaneció, dejando atrás únicamente su armadura que cayó pesadamente al suelo junto al hacha que había empuñado instantes antes.
Todo el Gran Comedor permanecía en silencio mientras observaba los restos del ser que, instantes antes, había amenazado la seguridad de todos cuantos se hallaban en Hogwarts. Myrddin retrocedió de lo que quedaba de su enemigo mientras respiraba bocanadas de aire lentamente.
-¡Myrddin! -chilló Hermione al tiempo que se desprendía del abrazo de Harry y corría a su primo. Se lanzó sobre para abrazarlo, instantes después comenzó a llorar en su pecho a lágrima viva. -¡Menos mal que estás bien! ¡Creí que iba a perderte! ¡No habría podido soportarlo!
-Tranquila Hermi -dijo Myrddin mientras la abrazaba para reconfortarla a pesar del dolor que sentía en el costado (intensificado por el abrazo de su prima). -Ya todo acabó.
-¡Pensé que te iba a matar y yo sin poder hacer nada! -dijo Hermione llorando más fuerte aun. -¡Lo he pasado muy mal! ¡No vuelvas a hacer una locura como esta nunca más!
-Shhhhh... -dijo Myrddin mientras le acariciaba el cabello para tranquilizarla. -Está bien. Todo ha terminado y estamos todos bien -sintió una fuerte mano posarse en su hombro. Al levantar la vista vio a que le sujetaba con fuerza el hombro. -Estoy bien Seth, no te preocupes. Sólo un poco magullado.
-No vuelvas a hacerlo Myrddin, no vuelvas a hacer una locura semejante, no intentes hacerte el héroe -dijo el dementor con voz entrecortada.
-Era necesario Seth, no había otra manera y lo sabes -fijó su vista en Harry que estaba tras el dementor. -Gracias Harry.
-¿Porqué Myrddin?
-Por haberme obedecido hasta el final cando tú mismo eras el primero en que querer hacer algo para ayudarme. Sin embargo te mantuviste al margen hasta el final tal y como te pedí -respondió Myrddin con una sonrisa en su ensangrentado rostro.
-Myrddin, siempre has confiado en mi, ahora me había llegado a mi el momento de devolverte esa confianza que depositaste en mi y hacer caso a tus ruegos. Aunque no negaré que unos segundos más y me habría lanzado a la carga contra esa bestia -dijo Harry también sonriendo.
-Myrddin será mejor que te llevemos a la enfermería -se escuchó la voz de Dumbledore quien se había acercado a ellos acompañado de la señora Pomfrey. Tenía en su cara una mirada de preocupación que Harry no había visto nunca.
-Está bien abuelo. Vamos Hermi, tengo que ir a que me recoloquen unas cuantas tuercas -dijo en broma mientras separaba a Hermione de él que aun lloraba en silencio.
-¿Puedo acompañarle a la enfermería profesor? -preguntó Hermione con una voz desesperada.
-Por supuesto señorita Granger -respondió Dumbledore. -Seth, te importaría permanecer en el Gran Comedor y vigilarlo.
-Por supuesto señor -respondió el dementor asintiendo con la cabeza.
Myrddin trató de incorporarse pero se tambaleó y hubiera caído si un atento Harry no lo hubiera sujetado.
-Me parece Myrddin que realmente necesitas que te coloquen unos cuantos tornillos en su sitio -dijo bromeando mientras pasaba el brazo derecho del medio elfo por sus hombros y lo ayudaba a levantarse.
-Vamos Potter -dijo Snape mientras pasaba el otro brazo de Myrddin por los suyos. -Llevemos al héroe a la enfermería.
Así pues Harry y Snape llevaron a Myrddin hasta la enfermería seguidos de una preocupada Hermione, de la señora Pomfrey y de un pensativo Albus Dumbledore.
Al llegar a la enfermería la señora Pomfrey ordenó que acostaran a Myrddin en una cama. Allí procedió a examinarle mientras los demás aguardaban impacientes.
-Ha tenido mucha suerte Lord Fénix, tan sólo unas cuantas costillas rotas, algunas contusiones y un corte sin importancia en la frente -dijo la señora Pomfrey cuando terminó de examinarlo y procedió a buscar unas cuantas pociones y ungüentos en los estantes de la enfermería.
-Voy a hablar con Vivian y Eltharion Albus -dijo Snape mientras procedía a abandonar la enfermería.
-¡Espera Severus! -dijo Myrddin mientras se sacaba del bolsillo del pantalón un teléfono móvil y se lo arrojaba a Snape. -Llámalos a casa, será más rápido. -Myrddin los artefactos muggles de ese tipo no funcionan en Hogwarts porque hay demasiada magia en el aire -dijo Hermione mientras veía a Snape salir de la enfermería.
-Y por ende tampoco deberían funcionar en el Valle del Fénix -replicó Myrddin dejando a Hermione desconcertada.
-Bébase esto Lord Fénix, para calmar el dolor -dijo la señora Pomfrey mientras le pasaba un vaso lleno con una poción marrón a Myrddin. A juzgar por su cara mientras lo ingería, no debía saber nada bien. Luego la señora Pomfrey procedió a curarle con su varita las costillas y las contusiones, para después aplicarle un grueso vendaje por la zona abdominal. Finalmente le limpió la sangre seca de la cara y le aplicó en la zona del corte una pasta que retiró después de un par de minutos. -¡Qué! ¡La cicatriz de la herida permanece a pesar de haberla tratado!
-No se sorprenda Poppy -dijo serenamente Dumbledore ante la cara de preocupación de Hermione. - Ya me lo esperaba.
-¿Qué quieres decir Albus?
-Las heridas hechas por un hacha de Khorne nunca cicatrizan del todo. De vez en cuando vuelven a abrirse como recuerdo del horror al que se enfrentaron quienes las tienen -explicó Myrddin dándole una sonrisa a la preocupada Hermione.
Harry y Hermione miraron la cicatriz que le había quedado a Myrddin. Partía desde un poco por arriba del entrecejo y caía por este en diagonal hacia la derecha a la altura de la nariz.
-¡Que si Vivian! ¡Tu hijo está bien! ¡No, no le ha pasado nada salvo un buen corte y unas contusiones! -dijo Snape entrando y hablando rápidamente por el móvil mientras hacía con la mano libre gestos muy cómicos. -¡Que si! ¡Te lo prometo! ¡Está bien! ¡Yo nunca te mentiría respecto a algo como esto! ¡Si si! ¡Ahora te lo paso! -le tendió el móvil a Myrddin. -A ver si tú puedes calmar a tu madre.
-¡Hola mamá! ¡Si lo que ha dicho Severus es verdad! ¡No mamá, no! ¡Estoy bien! -dijo Myrddin por el teléfono mientras hacía esfuerzos evidente por no reír. -¡No mamá! ¡Que si que estoy bien, de verdad! ¿Y papá y el abuelo? ¿Cómo? ¿El abuelo dando saltos por el salón? -dijo Myrddin mientras no pudo evitar soltar una carcajada. -¡No no me lo tomo a broma! -se alejó a un rincón de la enfermería para seguir discutiendo con su madre.
-Albus -dijo Minerva mientras entraba a la enfermería. -Todos los alumnos están en sus salas comunes. ¿Qué hacemos con la selección?
-Celebrarla como todos los años Minerva ¿Porqué me preguntas algo así?
-¿Crees prudente después de lo que ha pasado esta noche llevarla a cabo?
-Minerva, desde la fundación de Hogwarts no ha habido constancia de que alguna vez no se haya llevado la ceremonia de selección y el banquete de inicio de curso, fueran cuales fueran las circunstancias. Como bien sabes, si este año decidimos abrir Hogwarts a pesar de los tiempos que corren fue para que se viviese con normalidad, a pesar de la situación tan difícil en que vivimos -hizo una pausa antes de continuar. -Si no llevásemos a cabo el banquete como todos los años los alumnos se mostrarían suspicaces y preocupados y Voldemort lograría su propósito, sembrar el miedo y la inseguridad. Debemos de mantener la normalidad de todos los años, para que la vida siga como hasta ahora, a pesar de los tiempos difíciles en que vivimos, ¿no crees?
-Tienes razón Albus. Iré a avisar a los profesores de que lleven al alumnado al Gran Comedor -dicho esto salió de la enfermería acompañada de Snape.
Los demás se giraron para observar como Myrddin seguía discutiendo con Vivian por el móvil durante diez minutos más, tras un "¡Hasta luego y os quiero a ti, a papá y al abuelo!" Myrddin colgó.
-Bueno ¿nos vamos a cenar? -dijo animadamente.
-Eso será lo mejor, no se vosotros pero yo me muero de hambre -dijo Dumbledore mientras le guiñaba un ojo a los adolescentes.
Salieron de la enfermería y en cinco minutos llegaron al Gran Comedor el cual lucía tan magnífico como todos los años. Ya todos estaban sentados en sus respectivas mesas mirando con curiosidad y nerviosismo al grupo que entraba en el Gran Comedor. Myrddin y Dumbledore se dirigieron a la mesa de los profesores mientras que Harry y Hermione se sentaban al lado de Ron.
-¿Cómo está? -preguntó Ron mirando a Myrddin que se sentaba a la izquierda de Dumbledore.
-Bien, ninguna herida de gravedad -respondió Harry; no pudo seguir porque en ese momento la profesora McGonagall colocaba encima de un taburete el viejo sombrero seleccionador. Todo el mundo se calló y miró al sombrero cuando a este se le abrió una rasgadura a la altura del ala.
Hace mil años tal vez
en tiempos perdidos en la leyenda,
existieron cuatro magos de renombre y poder.
Los más poderosos de su época llegaron a ser.
Estaba el valeroso y respetado Gryffindor,
la inteligente y estudiosa Ravenclaw,
la honesta y trabajadora Hufflepuff
y el astuto y temido Slytherin.
Compartieron un mismo sueño, una misma esperanza
un proyecto como ningún otro, sin par
el colegio en el que ahora estáis
para que los magos tuvieran esperanza en tiempos sombríos.
Cada uno fundó su propia casa en base a sus valores
todas ellas con su historia y su gloria
han dado magos y brujas de renombre,
yo me encargo de decidir a cual iréis.
A Griffindor van los valientes y nobles de corazón,
a Ravenclaw los de mente estudiosa e inteligente,
a Hufflepuff los justos e incansables trabajadores
y a Slytherin los astutos y ambiciosos.
Así que si quieres saber a que casa vas
ponme en tu cabeza sin miedo y con decisión
te diré de donde eres con un solo vistazo
porque yo el Sombrero Seleccionador jamás me equivoco.
Todo el Gran Comedor prorrumpió en aplausos por la nueva canción del sombrero. Cuando los aplausos acabaron la profesor McGonagall desenrolló el pergamino que llevaba.
-Adrian, Sean -exclamó. Instantes después le colocaba el sombrero a un niño de once años. El sombrero después de unos segundos gritó "¡RAVENCLAW! Haciendo que dicha mesa estallara en aplausos
-Vamos a ver que tal son los de este año -dijo Harry mientras aplaudía a Bloom, Sarah que era la primera Gryffindor seleccionada.
-Evidentemente hay que volver a ganar la copa de la casa, ¿Eh Harry? -dijo Ron con animación mientras Connely, Charles era enviado por el sombrero a Slytherin entre los aplausos de su casa con Malfoy a la cabeza.
-Desde luego, no podemos dejar que Slytherin la vuelva a ganar un año más.
Luego de que el último seleccionado Zarryl, Adam fuese enviado a Hufflepuff, Dumbledore se levantó de su silla de oro mirando a todo el Gran Comedor con una sonrisa. Por alguna razón no se habían llevado el sombreo y el taburete.
-¡Lo único que diré por ahora es que no quiero ver ni un solo plato con restos de comida! -dijo bonachonamente.
Al instante siguiente las fuentes doradas se llenaron enseguida de una multitud de deliciosos platos. A pesar de que Harry no tenía mucha hambre se sirvió unos cuantos filetes de pollo en su plato. Cuando probó la comida pudo notar que los elfos domésticos se habían vuelto a lucir en la preparación del banquete de comienzo de curso.
-¡Ah que bueno está esto! -exclamó Ron mientras se metía en la boca un pedazo de pollo asado.
-Hermione... ¿no tienes hambre? -preguntó Harry a la muchacha al ver su plato vacío. Durante toda la selección se había mantenido muy callada y apenas había aplaudido.
-No Harry, no tengo hambre... -respondió Hermione en voz baja, daba la impresión de que tenía ganas de llorar.
-Vamos Hermione come algo -dijo Harry mientras le ponía en su plato patatas asadas y unos cuantos filetes. -No te hará nada bien el no comer nada.
-Gracias Harry pero de verdad no quiero nada -respondió la chica con una sonrisa, algo apagada pero por lo menos ya sonreía.
-Hermione Marie Granger -dijo Harry muy serio. -No pienso moverme de aquí en toda la noche hasta que no comas algo, así que ya puedes empezar -dicho esto cogió las manos de Hermione y le obligó a cortar un pedazo de filete y a metérselo en la boca. -Y quiero ver la sonrisa de la auténtica Hermione en tu cara.
-Muchas gracias Harry -dijo Hermione dándole su dulce sonrisa. -De verdad no se que haría sin ti.
-Para eso están los amigos -dijo Harry mientras le lanzaba a Ron una mirada cómplice de reojo y este asentía con la cabeza afirmativamente.
Mientras Harry se encargaba de que Hermione comiera algo, se permitió echar un vistazo a la mesa de los profesores. Vio a Hagrid que levantó el pulgar para indicar que todo estaba bien. También vio al pequeño profesor Flitwick de encantamientos, a la profesora Sinistra de astrología y a la profesora McGonagall sentada al lado del profesor Dumbledore. A la derecha de Dumbledore estaba sentado Myrddin quien hablaba animadamente con Snape, los dos sumidos en una discusión de Dios sabía que, detrás de ambos estaba Seth con los brazos cruzados. Cuando vio la persona que había al lado de Snape se quedó con la boca abierta.
-Ron, ¿has visto quien está al lado de Snape? -dijo Harry. Ron miró en dirección a la mesa de los profesores y se quedó con la boca abierta cuando vio a una joven de no más de veinte años y pelo plateado que les guiñó el ojo pícaramente a ambos.
-Harry... ¿esa no es Fleur?
-La misma -respondió Harry.
-¿Y que hace aquí?
-Supongo que habrá venido para dar clases -dijo Harry.
-Te refieres a la vacante en Defensa Contra las Artes Oscuras.
-No me imagino cual otra -respondió Harry recordando que hasta ahora no habían tenido un profesor que durara más de un año.
-¿Qué os pasa a los dos? -preguntó Hermione. Fijó su vista a la mesa de los profesores y cuando vio a Fleur frunció el ceño. -¿Ya estáis babeando por la francesita?
-No Hermione -dijo Harry. -Nos preguntábamos si ella sería la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-¿Esa de profesora?
-Mejor que tener a Snape -dijo Ron como embobado mientras miraba a la francesa.
Hermione bufó pero no dijo nada.
Cuando todo el mundo acabó de comer los restos de comida desaparecieron de los platos dejándolos completamente limpios. Todo el mundo quedó en silencio mientras veía como Dumbledore se levantaba.
-Antes de decir los novedades de fin de curso quisiera que se guardara un minuto de silencio en memoria de alguien que debería de estar con nosotros este año aquí, disfrutando del curso con sus amigos, Cedric Diggory.
Todo el comedor permaneció en pié y en silencio mientras guardaba el minuto de silencio en memoria de Cedric, cuando terminó todo el mundo volvió a sentarse.
-Como todos sabréis vivimos tiempos muy difíciles. Al final del curso pasado Lord Voldemort resucitó -dijo Dumbledore muy tranquilamente ignorando las miradas de terror de los alumnos. -A pesar de lo que diga el ministerio, creo que el ataque de esta noche, unido al sufrido por Caer Cymry el pasado 1 de Agosto lo confirma totalmente. Ante esto debemos permanecer más unidos que nunca y tratar de vivir como hasta ahora llevamos haciendo. Los profesores y yo mismo nos encargaremos de velar por la seguridad de todos vosotros.
-¡En seguida! -dijo Myrddin en voz alta y burlona sorprendiendo a todos. -¡Se nota que no eres tú el que ha sudado la camiseta esta noche abuelo! ¿Verdad Harry? -dijo mientras le guiñaba un ojo cómplice.
-Muy cierto Myrddin -dijo Harry mientras estallaba en carcajadas seguido de Ron, Hermione, Ginny y los gemelos. Poco a poco todo el Gran Comedor (profesores incluidos) se unieron a la risa colectiva.
-Bien después de esta pequeña conspiración en mi contra -dijo Dumbledore mirando a Myrddin una vez que todos terminaron de reírse. -Debo comunicar que Gryffindor ha ganado esta noche doscientos puntos por la actuación de Harry Potter, quien ha comprendido de primera cuales son las responsabilidades y obligaciones que acarrea el ser prefecto.
Toda la mesa de Gryffindor estalló en vítores mientras muchos le estrechaban a Harry la mano.
-Espero que todo el cuerpo de prefectos, así como los dos premios anuales tomen buena nota de lo sucedido esta noche y velen por encima de todo por la seguridad del alumnado como ha hecho el señor Potter. Pasemos ahora a las buenas noticias de verdad. Este año me complace el comunicarles que vuelve la Copa de Quidditch -tuvo que callarse ante el estallido de vítores que surgió de todas las mesas. -Los interesados en participar deberán ponerse en contacto con Madam Hooch para entrar a formar parte de los equipos de sus respectivas casas. También he de comunicar que las visitas a Hogsmeade continuarán llevándose a cabo bajo la supervisión de los profesores. También he de decir que los libros de la Sección Prohibida de la biblioteca podrán ser consultados por los alumnos de quinto en adelante.
-Seguro que a ti te habrá hecho ilusión ¿Eh Hermione? -dijo Ron con sarcasmo. -Más libros en los que poder husmear.
-Ron esos libros podrían ser de mucha ayuda para preparar los TIMO -dijo Hermione irritada.
-También he de decir que este año habrá dos nuevas asignaturas; Duelo Mágico y Lucha con Armas. Los profesores de ambas asignaturas llegarán en una semana. Finalmente quiero presentaros a vuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Myrddin Fénix y a su ayudante la profesora Fleur Delacour, representante del colegio Beauxbatons en el Torneo de los Tres Magos.
-¿Lo habéis oído? ¡Myrddin profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras! -dijo Harry mientras aplaudía.
-¡Esto no me lo esperaba! ¡Si que ha sido una sorpresa! -dijo Hermione mientras aplaudía entusiasmada.
-A petición de ambos -prosiguió Dumbledore. -Vamos a hacerles pasar por la prueba del sombrero seleccionador para que entren a formar parte de una de las cuatro casas como todos los que están aquí. Por favor adelante.
Fleur fue la primera en ponerse el sombrero, después de unos segundos el sombrero gritó ¡GRYFFINDOR! Y la susodicha mesa estalló en aplausos. Después le vino el turno a Myrddin.
-Seguro que quedará en Gryffindor, sobretodo después de lo de hoy -dijo Ron convencido.
-Hmmm, muy difícil, si... muy difícil... Ni si quiera el joven Harry Potter lo era tanto... Veo una mente estudiosa e inteligente, con ansia de conocimiento... a una persona leal y honesta que lo da todo cuando hace algo... Hmmm un alma valerosa, noble que no le teme a nada salvo a perder a los seres queridos.... Ohhhh... si... hay una mente astuta, inventiva e independiente y una fuerte determinación. También veo ambición pero enfocada a ayudar a los demás. Esto es muy interesante... podrías estar en cualquiera...
-Siempre me han dicho que soy un tipo conflictivo, hasta para ser seleccionado.
-Sarcástico además ¿eh?... vaya, vaya... Si, lo tienes todo en tu cabeza, todo lo que te hace ser el perfecto...
-¡SLYTHERIN!
-¿Cómo? -dijo Ron mientras veía como Myrddin se quitaba el sombrero y saludaba a la mesa de Slyhterin que aplaudía antes de volver a la mesa de los profesores y estrecharle la mano a un sonriente Snape.
-¡Pero si Myrddin es lo más opuesto a un Slytherin que hay en el mundo! -dijo Hermione con la boca abierta.
-No tanto -dijo Harry mientras recordaba las palabras de Blaise en el tren.
-¡Todavía no me lo creo! -dijo Hermione.
-Bien una vez que ya todo esta dicho solo quedar añadir una cosa ¡Todo el mundo a dormir para estar descansado mañana!
-Vamos Hermione, a conducir a los de primero a la sala común.
-De acuerdo Harry -dijo Hermione con una sonrisa nerviosa.
-¡Los de primero por aquí! ¡Por favor los de primero por aquí! -dijo Harry mientras conducía a los de primer año fuera de las puertas del Gran Comedor. Al llegar al vestíbulo se encontró con Myrddin y Seth que se dirigían hacia fuera. -¿Qué tal Myrddin? ¡Un poco tarde para dar un paseo nocturno!
-Mas bien vamos a hacer una ronda nocturna -dijo Myrddin sonriendo.
-¿Sin espada? Ten toma -dijo mientras se quitaba su espada del cinturón y se la daba.
-Gracias, te prometo que te la traeré de una sola pieza -dijo el medio elfo.
-Ah, toma esto -dijo Harry mientras le lanzaba el cuerno de Roland. -Lo convoqué con el encantamiento convocador mientras estábamos en la enfermería. Si algo ocurre no vuelvas a intentar hacerte el héroe y pide ayuda.
-Descuida tío -dijo Myrddin levantado el pulgar.
-Myrddin... ten cuidado por favor -dijo Hermione casi llorando.
-No te preocupes Hermi, lo tendré -dijo con una sonrisa antes de salir fuera acompañado por Seth.
Harry y Hermione condujeron a los de primero hasta el retrato de la Señora Gorda, una vez allí dijeron la contraseña (Corazón de León) Harry notó que Hermione seguía muy nerviosa, así que se encargó de llevar a los de primero a sus respectivas habitaciones. Cuando regresó a la sala común vio a Hermione llorando en uno de los sofás, se sentó a su lado y la abrazó protectoramente.
-Tranquila Hermione, ya todo pasó y Myrddin está bien.
¡Oh Harry! ¡Fue horrible! ¡Sólo me sentí así de mal cuando fuiste a enfrentarte a Quirrell tú solo y cuando despareciste con Cedric al coger la copa! -dijo entre lágrimas.
-Pero todo ha salido bien. Myrddin está bien y yo también -dijo Harry sintiéndose culpable del sufrimiento de Hermione.
-Harry... prométeme que tú también tendrás cuidado y que no te pondrás en peligro.
-Te lo prometo Hermione, lo haré por ti. Ahora es mejor que vayas a dormir -dijo mientras conducía a Hermione abrazándola aún a su habitación. Allí la acostó en su cama y la arropó tiernamente. Tomó su mano y empezó a acariciarla como ella hizo en el verano con él. -Ya verás como nada malo ocurrirá este año -Hermione se durmió casi enseguida con una sonrisa en su rostro, parecía un ángel de lo bella que se veía. Harry tomado por un repentino impulso la besó tiernamente en la frente. Luego se levantó de la cama. Sintió algo restregarse contra sus piernas, al bajar la vista vio a Crookshanks, el gato de Hermione mirándole fijamente a los ojos.
-Estate con ella toda la noche, no la dejes sola ¿entendido? -por toda respuesta el gato saltó a la cama y se acurrucó junto a Hermione. -Buenas noches Mione -dijo Harry antes de cerrar la puerta de los dormitorios.
Harry bajó hasta la sala común y se sentó en un sillón junto al fuego. No le prestaba atención a la gente que llegaba a la sala común hasta que sintió una mano en su hombro. Al levantar la cabeza vio a Ron que le miraba grave.
-¿Como está?
-Sigue muy nerviosa y preocupada Ron, pero se pondrá bien. Tenemos que ayudarla en lo que podamos. También deberías de evitar discutir con ella en lo posible.
-Lo sé amigo. En estos momentos lo que menos quiero es que llore por mi culpa como en tercero ¿Vienes a la cama?
-Más tarde, todavía no tengo sueño.
-Bien -dijo Ron mientras se levantaba y se dirigía a la escalera del dormitorio de los chicos. Harry siguió con su vista clavada en el fuego de la chimenea sumido en sus propios pensamientos.
Mientras tanto tres personas cercanas a los veinte años estaban en el terminal de llegadas internacionales del aeropuerto de Londres. Eran un joven alto de pelo negro y ojos marrones acompañado de dos muchachas, una pelirroja y de ojos azules y la otra de pelo castaño y ojos azules.
-¿En que vuelo venía Marcus? -preguntó Joyce.
-En el de las once de París -dijo Flint.
-Bueno hace cinco minutos que llegó, debe de estar ocupada con las maletas -dijo Anna mirando el tablón de llegadas.
-Aun no me explico los retrasos de estos aparatos muggles, si van a más de cuatrocientos kilómetro por hora -dijo Flint.
-La culpa no la tienen los aparatos Marcus, sino el papeleo y los trámites -bufó disgustada Anna.
-Y además siempre están de huelga los operarios -dijo Flint. -No puede ser más...
-¡HERMANO! -gritó una joven alta de pelo negro y ojos marrones echándose encima de Flint, casi tirándolo al suelo de la sorpresa . -¡Te he echado de menos!
-¡Ale hermanita! ¿Cómo está mi pequeña?
-Bien aunque cansada por el viaje.
-Pues entonces mejor nos vamos para el coche para llegar a casa cuanto antes -dijo Anna cogiendo una de las maletas pese a las reticencias de Flint.
Diez minutos después estaban en la autopista rumbo a Caer Cymry en el coche de Anna. Flint iba en el asiento del copiloto y Joyce y Ale en la parte de atrás.
-¿Qué tal Beauxbatons Ale? -preguntó Joyce.
-Muy bien, por fin me he graduado, aunque echaré de menos el día a día de allí y a Fleur.
-¿Fleur? -preguntó Anna con interés mientras conducía.
-Mi mejor amiga.
-¿No fue campeona en el Torneo de los Tres Magos? -preguntó Flint.
-Si y desde la segunda prueba no hizo otra cosa más que hablarme de Harry Potter. Hagui es fantástico, Hagui es fenomenal, es el mejog, es guapísimo, es caballegoso -dijo imitando el acento francés de la semi veela. Todos se rieron.
-Dichoso niño, tiene al igual que Myrddin a todas las mujeres zumbando a su alrededor. No se como lo hacen -dijo Flint.
-Siempre igual Marcus -dijo Anna enfadada. -Nada más que pensando a que mujer llevarte a la cama.
-Perdona pero yo no soy de ese tipo de hombres... ahora bien, si tú te pones celosa ese es tú problema.
-¿Celosa yo? ¿Celosa de qué?
-¡Tú sabrás!
-Quieren dejar a un lado sus discusiones matrimoniales -dijo Ale.
-¡COMO QUE DISCUSIONES MATRIMONIALES! -dijeron Anna y Flint al unísono, lego se miraron a los ojos durante unos segundos para después desviar la vista del otro y ponerse rojos hasta el cabello.
-¡Ja! ¿Lo has visto Joyce? ¡Están como tomates!
Joyce no pudo evitar sacar una sonrisa. Si esos dos siempre discutían era porque no sabían reconocer sus propios sentimientos. Toda la peña estaba volcada en conseguir que los dos reconocieran por fin que se gustaban.
En ese momento el pitido del móvil de Flint se escuchó. Este se lo sacó del pantalón y la activó.
-Si... ¿quién es? Ah buenas noches Eltharion, ¿pasa algo? -su cara se fue poniendo pálida conforme escuchaba, las tres mujeres se miraron preocupadas. -¿CÓMO? ¡¿Myrddin está bien?! ¡¿Algún herido?! ¡Ya... ya! ¡Si... si...! ¡Gracias por llamar! ¡Vale, estaremos en contacto!
-¿Qué pasa? -preguntó Anna preocupada.
-Ese bastardo de Voldemort envió una partida de orcos del clan Mordisco de Víbora a atacar Hogwarts y no acabó allí... también envió un Devorador de Almas.
-¿Qué? -dijo Joyce. -¿Un Devorador? ¿En serio?
-Si... Myrddin luchó contra él y logró vencerlo aunque casi pierde la vida en el intento.
-Dios... -dijo Ale.
-Esto es grave -dijo Anna. -Ahora ya se atreve hasta atacar Hogwarts. Debemos hacer algo ¿Cuándo es el primer encuentro del grupo?
-A finales de esta semana, aun está por decidir -dijo Flint.
-¿Qué grupo? -quiso saber Ale.
-Myrddin ha propuesto a la peña que organicemos una resistencia encubierta contra Voldemort ya que este vigilará los movimientos del ministerio y de Dumbledore, pero no se esperará lo mismo de unos universitarios -dijo Joyce.
-Quiero entrar en el grupo.
-¿Qué? -dijo Flint.
-Soy tu hermana y también formo parte de la peña Marcus. Debo hacer algo ¿no crees?
-Por mi está bien -dijo Flint. -Pero no deben de enterarse papá y mamá.
-Descuida soy muy discreta y lo sabes.
-Debemos de movernos cuanto antes, la guerra ha empezado -dijo Anna.
Nadie dijo nada más en todo el camino de regreso a Caer Cymry.
Respuesta a los reviews:
Anna. ¿qué te parece tu relación con Flint? Jejeje vas a tener que lidiar mucho con todos esos impresentables del equipo, te lo aseguro.
Gerardo: a eso de cortar el capítulo ahí se le llama dar intriga. No te preocupes, Malfoy no es bueno. Además a mi no me gusta eso de que Malfoy se vuelva bueno de repente porque si, no le pega. Debe tener motivos grandes para cambiar su actitud. Respecto a lo de Blaise... el tiempo dirá si es bueno a malo ya lo verás. Respecto a que Malfoy sepa pelear te diré una cosa, Louis y Lucius le enseñaron. Ya se verá más adelante.
Joyce: lo de Hermione con sus espadas me basé en Lucía la protagonista de Devil May Cry2 un videojuego de PS2. Me alegro de que te haya gustado esa parte.
Elizabeth Potter: bueno respecto a lo de los orcos, a grandes rasgos hay dos razas; los orcos normales y los orcos negros, más grandes y fuertes y de piel negra, todos ellos distribuidos en varios clanes por todo el mundo; los dos autóctonos de Gran Bretaña son el Blackrock (el de Azrag y aliado del Ministerio) y el Mordisco de Víbora, enemigo acérrimo del primero. Los orcos que atacaron a Ginny no eran del clan Mordisco de Víbora pero en si mismo a Lucius le importa un comino, ya que él solo tiene un seño,r Lord Voldemort y los principios de su familia le importan un bledo. Respecto a porque Neville dijo el nombre de Voldemort, pues es que se sintió "inspirado" por las palabras de Blaise, Harry y Hermione, al fin y al cabo es un Gryffindor e hijo de un auror de prestigio. Hay muchas cosas respecto a él que nadie sabe.
LoBezno: Ron aprenderá a luchar, ya he dicho muchas veces que a él le espera un destino grande conforme avance el fic.
Muchas gracias a javito 19, a Duende, a Draconier Ballantine y a Liz Beth por sus reviews.
LO SE LO SE no tengo excusa por la tardanza en publicar y no voy a poner ninguna excusa ni a pedir perdón por que no lo tengo ni lo merezco, soy el escritor más canalla del mundillo y lo admito. A ver si me doy una patada en el culo y actualizo más rápido.
Próximo capítulo: Comenzarán las clases en Hogwarts y veremos como imparte Myrddin su asignatura. También veremos a los nuevos profesores de las dos nuevas asignaturas y una nueva alumna que entra a quinto año.
Fragmento de un próximo capítulo:"-Y bien.... ¿cómo llamaremos a este grupo de lunáticos y suicidas que pretenden pelear contra el mago oscuro más poderoso de los últimos cien años? -inquirió Spike irónico. Todo el mundo permaneció en silencio hasta que se escuchó la voz de Harry decir: -¡Los Merodeadores!"
"Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano"- Confucio.
El Gran Comedor permanecía en un completo silencio sepulcral, todo el mundo miraba con horror el gran portón; súbitamente se escuchó una especie de gruñido bajo y el chirrido de un objeto metálico contra las paredes.
Myrddin intercambió una rápida mirada con Dumbledore, las caras de ambos hombres reflejaban preocupación e intranquilidad, Myrddin asintió con la cabeza despacio. Cuando volvió la vista al portón empezó a dirigirse a él a paso lento, desenvainando su espada con la mano derecha y sosteniendo en la izquierda la varita.
Cuando Myrddin desapareció por la gran puerta Harry y Hermione cruzaron sus miradas, las caras pálidas de ambos reflejaban la pregunta que ambos se hacía; ¿Qué podía asustar a Dumbledore, Myrddin y Seth hasta ese extremo? Seth jadeaba provocando que su respiración parecida a aspiraciones de aire fuese más ruidosa de lo normal. Malfoy miraba la puerta con el ceño fruncido y los labios contraídos, apretaba la espada con fuerza y asentía con la cabeza para si mismo.
De improviso se escucharon unas botas golpear el suelo, Myrddin apareció corriendo en el Gran Comedor, su rostro mostrando nerviosismo en extremo. Se giró sobre si mismo y apuntando con la varita a las puertas del comedor exclamó:
-¡Yanasië! -al instante una luz azulada envolvió a la puerta, para a continuación formar la figura de un círculo con muchas letras y grabados sobre su perímetro. -¡Quizás esto lo entretenga un poco! -se volvió hacia Dumbledore y gritó. -¡Issüe! ¡Sëfai irion äkawäi terionlin esfeisein ibnäriel opshäi! ¡Voldemort akagi utaneon safin lahin fiiniwäi!
-¿Nami? -exclamaron a la vez Dumbledore y Snape levantándose de golpe. -¿Shasha dua einon karen Myrddin?
-Efinion aseri ithua. Abon deca ithälien -respondió Myrddin el la extraña lengua que solo el director y el profesor de pociones comprendían. -¡Varo aka gandaniel eräthien! ¡Ainuir itheriol camlon!
-Ereth. -comenzó a decir Dumbledore pero fue interrumpido por Myrddin.
-Beionlin esteriohin, ifariel assai . Ithuä tariel temonlin, itha ereth fanardil hathel. Ihe iriel arathul tremonlin assai uhea ifaaniel -dijo Myrddin lentamente.
Dumbledore asintió lentamente y luego habló de nuevo alzando la voz:
-¡Todo el mundo preparado para salir del Gran Comedor a las Salas Comunes! ¡Se hará por la puerta trasera! ¡Los prefectos y profesores se encargarán de ello! ¡Los cursos más jóvenes lo harán en primer lugar!
Mientras toda alma del Gran Comedor se levantaba de los asientos y se dirigía aprisa a la puerta trasera de la sala en tropel pese a los esfuerzos de los profesores y prefectos Myrddin arrastró a Harry, Hermione y Seth a un rincón alejado.
-¿Qué ocurre primo? -preguntó Hermione asustada por la cara pálida del medio elfo.
-Debes prometerme algo Harry -dijo Myrddin hablando muy lentamente mientras ponía sus manos en los hombros del muchacho y le miraba fijamente a los ojos.
-¿Qué es lo que pasa Myrddin? -dijo Harry inquieto por la mirada de su amigo.
-Pase lo que pase, ocurra lo que ocurra...
-¡Myrddin... -empezó Hermione pero fue cortada por su primo.
-Suceda lo que suceda, no intervengas Harry.
-¿De qué estás hablando Myrddin? ¿Qué es lo que hay ahí fuera?
-Algo muy ancestral y poderoso Harry, mantente al margen, no debéis de intervenir en este combate -dijo Myrddin muy serenamente mientras le miraba anhelante con sus ojos dorados.
-¿Porqué? -quiso saber Harry.
-No puedo explicártelo ahora; sólo has de saber esto, si yo caigo tú y el abuelo sois los únicos que podréis detenerle.
-¿Detener a qué? ¿Qué insinúas con todo esto? -exclamó Harry contrariado.
-¿Confías en mi? -preguntó Myrddin.
-Por supuesto Myrddin...
-Entonces prométeme que no intervendrás en esta pelea a no ser que el abuelo te lo pida; por favor Harry confía en lo que te digo -dijo Myrddin suplicante.
-Está bien, no intervendré pase lo que pase -dijo Harry ante la mirada de su amigo. Hasta ahora Myrddin había confiado en él y le había dejado tomar parte en asuntos que otras personas jamás se lo hubieran permitido; ahora le llegaba el turno de confiar en el medio elfo, sabiendo que si esta vez le pedía mantenerse al margen es porque debía ser algo muy grave y peligroso.
-Hermi te digo lo mismo que a Harry -dijo Myrddin a una muy nerviosa Hermione que hacía esfuerzos por no llorar.
-¡Oh primo ten cuidado! -dijo Hermione mientras se echaba sobre él y lo abrazaba. -Lo tendré -dijo Myrddin, luego volvió su vista al dementor. -Seth cuida de los muchachos, no permitas que les pase nada -por toda respuesta el dementor asintió con la cabeza en silencio.
Un fuerte golpe se escuchó contra las puertas principales. Todo el mundo se quedó quieto mientras miraban el portón con miedo en sus ojos. Harry y Hermione tenían los ojos muy abiertos mientras escuchaban un chirrido metálico proveniente de la puerta. Luego un gruñido de bestia se escuchó tras las puertas y un nuevo golpe que las hizo temblar y que apareciera de nuevo el símbolo del sello mágico que Myrddin había puesto momentos antes.
-No os preocupéis -dijo Myrddin sonriéndole a los dos muchachos. -Todo saldrá bien -dicho esto se incorporó y se dirigió a la puerta para encarar a lo que fuera que había allí fuera. Aunque la gente seguía saliendo por la puerta trasera muchos (sobretodo de 5º para arriba) estaban todavía en el Gran Comedor con sus miradas fijas en la puerta que se estremecía por los golpes.
Un nuevo golpe, más fuerte aún, hizo estremecer la puerta al tiempo que el sello parpadeaba; Myrddin apuntaba con la varita el sello para mantenerlo durante el mayor tiempo posible activo. Dos nuevos golpes hicieron crujir los goznes de la puerta al tiempo que el sello empezaba a desaparecer, todavía quedaba mucha gente en el Gran Comedor.
-¡Maldita sea! ¡Sólo un poco más! -exclamó Myrddin concentrado con todas sus fuerzas en que el sello no despareciera.
Con un colosal golpe las puerta fueron arrancadas de cuajo de sus goznes al tiempo que el sello se desvanecía en un haz brillante de luz azul que cegó a todos durante unos segundos. Cuando la visión se volvió de nuevo nítida Harry dirigió su mirada a la puerta de entrada al Gran Comedor, no pudo evitar estremecerse y sentirse aterrorizado como jamás lo había sentido.
Nunca hasta ahora se había encontrado en todos los años que llevaba en Hogwarts con algo tan terrorífico, ni siquiera Lord Voldemort ni los dementores. El gigantesco ser de tres metros de altura, pelaje rojizo salpicado de sangre seca, fauces con colmillos de cinco centímetros, armadura bronce rojiza, garras como cuchillas que sostenían un enorme hacha y un látigo, y con unas correosas alas negras en la espalda emitió un aullido espeluznante que heló la sangre de todos cuanto lo escucharon.
-¡Dios mío! -susurró Hermione. -¡Oh Dios mío!
Hermione no era la única que estaba aterrorizada; decenas de alumnos chillaban presa del terror mientras que otros miraban a la criatura con los ojos desorbitados, completamente paralizados por el miedo que inspiraba el monstruoso ser, hasta los profesores habían perdido el color en sus caras, sólo Dumbledore se mantenía firme, aunque tenía un ligero tic en el bigote, sus ojos azules relampagueando mientras clavaba su mirada en la bestia que estaba frente a las puertas.
-¡No puedo creerlo! ¡Un Devorador de Almas! ¡Ha venido un Devorador de Almas!
-¡¿Qué diablos es eso?! -dijo Harry mirando a su amiga y al dementor que parecían más aterrorizados aun que el resto de alumnos.
-Eso, Potter... -dijo una voz por detrás de él, al girarse vio a Snape que tenía su tez más pálida aun de lo normal con los ojos negros reflejando el terror en estado puro a pesar de la tranquilidad que su voz intentaba dejar - es un Devorador de Almas, los más poderosos de todos los grandes demonios. Aquellos que se han enfrentado a ellos y han logrado sobrevivir se pueden contar con los dedos de una mano y sobran.
-La última vez que se tiene constancia de que se venciera a uno fue hace cincuenta años -prosiguió Hermione con la voz temblando por el miedo.
-Y apenas logró salir con vida del enfrentamiento -puntualizó Snape.
-Vamos Myrddin -siseó Seth aspirando ruidosamente. -Si alguien puede plantarle cara a semejante monstruo ese eres tú... -las miradas del cuarteto estaban dirigidas hacia el medio elfo que avanzaba con paso resuelto hacia el demonio.
(Poner pista 18 Dueling the Baslisk de la BSO de La Cámara Secreta)
Myrddin se detuvo a dos metros de distancia del monstruoso ser con una sonrisa que parecía casi una mueca en su cara. Sus ojos dorados relampagueaban como nunca, lanzando miradas gélidas hacia su contrincante que le miraba con los ojos inyectados en sangre mientras la saliva caía por las comisuras mientras abría y cerraba sus mandíbulas lentamente.
-No puedes estar aquí -dijo lentamente con voz clara y firme mientras alzaba la palma de la mano izquierda. -¡Vuelve al vacío del que has provenido hijo del caos!
Por toda respuesta el monstruoso ser descargó su látigo contra el medio elfo. Myrddin esquivó el golpe rodando por el suelo, se levantó de nuevo e hizo frente una vez más al agresor.
-Es mi última advertencia, tú última oportunidad. ¡Vete o volverás a la nada de la que provienes! -exclamó con voz fría como el hielo. -¡Tú poder oscuro no tiene permitido la presencia en este mundo!
El gran demonio desplegó sus grandes alas y con un repentino movimiento alzó el vuelo para luego caer sobre Myrddin en picado descargando su gigantesca hacha contra él. Myrddin esquivó de nuevo su golpe de un salto mientras el hacha de su oponente se calvaba con fuerza en el suelo. El demonio se alzó en toda su gran estatura desincrustando el hacha y volviéndola a esgrimir, con un nuevo aullido escalofriante se lanzó a la carga contra el medio elfo.
-¿Porqué no le ataca con maldiciones o encantamientos? ¡No tendrá ninguna oportunidad en combate cuerpo a cuerpo contra semejante bestia! -exclamó Harry mientras veía el brutal intercambio de golpes entre los dos contendientes.
-No serviría de nada. -dijo Snape con ojos sombríos, mucha gente observaba como el demonio y el medio elfo luchaban en el centro del Gran Comedor sin retroceder ni un solo palmo de terreno. La agilidad y rapidez de movimientos de Myrddin le permitía esquivar y devolver los devastadores golpes de su oponente. -Los demonios emanan un aura especial que dispersa los hechizos que le son lanzados, en especial los grandes demonios como un Devorador. Es totalmente inútil atacarle con magia; habría que emplear hechizos muy poderosos y ni siquiera le afectarían mucho.
¡Maldición! -masculló Harry mientras volvía de nuevo su vista al violento combate, a su lado Hermione no paraba de susurrar "Dios protégele, dios protégele" con los ojos brillantes por las lágrimas. Respirando lentamente para tratar de calmarse murmuró -vamos Myrddin, si alguien puede hacerlo ese eres tú.
Myrddin volvió a esquivar un nuevo hachazo del Devorador mientras que con un rápido mandoble golpeaba el la muñeca izquierda provocándole una herida al demonio, haciéndole retroceder y aullar de dolor mientras dejaba caer su arma al suelo. Antes de que Myrddin pudiera encadenar un nuevo golpe el gigantesco demonio le lanzó un latigazo que el joven Lord Fénix esquivó de un salto con voltereta; pero, en el instante en que sus pies tocaron suelo, el látigo de su contrincante pareció cobrar vida ya que por si solo se lanzó en el pie derecho de Myrddin y se enroscó en el. Al ver el gran demonio que tenía apresado a su oponente atrajo el látigo violentamente hacia él provocando que el medio elfo perdiera el equilibrio y cayera al suelo de espaldas. Con un nuevo movimiento levantó el látigo y a Myrddin con el del suelo, lanzándolo contra la pared más cercana.
El impacto fue brutal, Myrddin sintió un gran dolor en el costado derecho, justo donde se golpeó contra el muro. Cayó pesadamente contra el suelo boqueando por la falta de aire. Pudo oir gritos de terror y la voz de Hermione gritar "¡Myrddin!". Sintió nuevamente ser alzado del suelo y a continuación un nuevo golpe más fuerte aun contra el muro de piedra para de nuevo caer contra el duro suelo de piedra. A la cuarta vez que fue de nuevo lanzado contra el muro no pudo evitar lanzar un grito de dolor mientras sentía un devastador dolor en las costillas. Seguramente se habría roto algunas costillas. Trató de reincorporarse para encontrar la mirada ávida del demonio clavada en él con la boca semiabierta y babeando saliva.
El demonio una vez más tiró del látigo hacia él para lanzar a Myrddin de nuevo contra el muro, pero el medio elfo ya se esperaba el ataque y con un rápido movimiento aprisionó con su espada el látigo en suelo, esto provocó que el arma del demonio se partiera en dos. Myrddin se permitió esbozar una breve sonrisa despectiva mientras su contrincante blandía su hacha con las dos manos y se lanzaba a la carga contra él.
Harry observaba la pelea mientras se mordía el labio. Myrddin y el Devorador de Almas se lanzaban rápidos ataques girando sobre si mismos y moviéndose de un lado a otro por el centro de la sala. A su lado Hermione era sostenida por Seth; había estado a punto de haber echado a correr para ayudar a su primo cuando el demonio le atrapó con su látigo si el dementor no la hubiese sujetado; él mismo trataba con todas sus fuerzas de mantenerse al margen tal y como Myrddin se lo había pedido, porque y muy a su pesar suyo reconocía que no estaba preparado para luchar con un adversario como ese.
Vio como Myrddin de un nuevo golpe rápido hirió en la pantorrilla a la bestia, ya le había causado tres cortes más, dos en el costado y uno a la altura del pecho, penetrando en su gruesa armadura. No obstante su contrincante no parecía sentir en lo más mínimo las heridas inflingidas, de hecho parecía que cada vez que recibía una atacaba con mayor fiereza si eso era posible. Myrddin no hacía más que girar en torno a él para eludir sus constantes ataques y a la vez encontrar huecos en la defensa de su enemigo.
El demonio de pronto abrió la palma de su mano apuntando a Myrddin, de ella salió una gigantesca bola de fuego en dirección a Myrddin, el cual levantó su antebrazo como si estuviera sosteniendo un escudo para luego verse envuelto en una esfera dorada. Cuando la bola de fuego hizo contacto con la esfera se produjo una gigantesca explosión y el medio elfo fue lanzado varios metros atrás algo aturdido por el golpe del hechizo.
Con un aullido el Devorador de Almas se precipitó sobre Myrddin blandiendo su gigantesca hacha con ambas manos por encima de su cabeza para partir a su oponente en dos. En un acto reflejo Myrddin trató de esquivar el golpe echándose hacia atrás. Un súbito dolor ardiente en su rostro al tiempo que sentía la sangre correr por su cara le hizo ver que su enemigo había fallado el golpe apenas por unos centímetros. Con un rápido contragolpe le clavó su espada al demonio en la pierna quien retrocedió aullando de rabia.
-¡Myrddin! -gritó Hermione al tiempo que se desprendía de los brazos de Seth y corría a ayudar a su primo. Se vio sujetada de nuevo por unos fuertes brazos. Al girarse vio a Harry que la sostenía con fuerza para impedir que corriera hacia Myrddin. -¡Suéltame Harry, debo ayudarle!
-¡No! -exclamó Harry. -¡Lo único que lograrías es ponerte en peligro y ser una carga para Myrddin!
-¡Pero va a matarle! -dijo Hermione con lágrimas en los ojos señalando el rostro ensangrentado de Myrddin. -¡Debemos hacer algo!
-¡Él es fuerte Hermione! ¡Sabe muy bien como ha de enfrentarse a ese monstruo! -dijo al tiempo que atraía a Hermione hacia él y la abrazaba. -Ya verás como Myrddin lo derrota -dijo tratando de convencerse mas a si mismo que a su amiga.
Myrddin atacó una vez más a su oponente sin ningún éxito. Sus fuerzas comenzaban a flaquear, el cansancio se apoderaba de sus músculos y sus reflejos. El pecho y las costillas le ardían cada vez que respiraba dificultando su respiración agitada y entrecortada. Sentía en la frente un inmenso dolor punzante, como si le aplicaran un cuchillo al rojo vivo. Al mismo tiempo su visión se volvía borrosa por momentos. El Devorador de Almas le ganaba poco a poco terreno. "Si sigo así acabará venciéndome. ¡Nunca! ¡No puedo permitirme ahora perder!"
Con un grito de rabia se precipitó contra su oponente sacando fuerzas de flaquezas en su desesperación. Sus ojos dorados refulgían, había sacrificado toda posible defensa en pos del ataque, el único modo de vencer al gigantesco demonio.
El demonio comenzó a retroceder fruto de la furiosa embestida del medio elfo. Múltiples heridas comenzó a recibir por todo su cuerpo, enfureciéndolo más de lo que ya estaba. Myrddin no dejaba de atacar con golpes rápidos y encadenados para que no tuviese tiempo a contraatacarle. El gran demonio dio un gran tajo horizontal con su hacha que el medio elfo esquivó con habilidad agachándose, pero antes de que pudiera volver a reiniciar su desesperado ataque recibió de lleno un golpe del puño de la mano del Devorador que no esgrimía el hacha. El impacto fue tan fuerte que envió a Myrddin contra una de las columnas, golpeándose en la cabeza y cayendo al suelo semiinconsciente. El Devorador de Almas alzó el hacha mientras prorrumpía en un aullido victorioso para, a continuación, dirigirse a paso lento al aturdido medio elfo.
-¡Hay que hacer algo! ¡Hay que hacer algo! ¡Va a matarlo! -chillaba Hermione desesperada mientras era sostenida por Harry. -¡Profesor Dumbledore! -exclamó dirigiendo su vista al director que estaba junto a muchos de los profesores que apuntaban al demonio con sus varitas.
Dumbledore por toda respuesta con un ademán de la mano hizo guardar las varitas del profesorado con reticencias por parte de este. Sólo Dios sabía que aguardaban sus ojos azules mientras decía -Pase lo que pase nadie ha de intervenir, ni siquiera para salvarle la vida a Myrddin -los pocos alumnos que quedaban en el Gran Comedor chillaban horrorizados mientras muchas alumnas lloraban.
-¡Harry! ¡Tenemos que ayudarle! -exclamó Hermione señalando a su primo mientras trataba de zafarse de los brazos de Harry. -¡Suéltame! ¡Debo ayudarle!
Harry no respondió, se limitó a observar con el corazón en un puño como el demonio se acercaba más a Myrddin. Cuando estuvo a su altura se agachó lentamente mientras acercaba su mano izquierda al rostro del aturdido medio elfo. En ese momento Hermione comenzó a sollozar enterrando su cara en el pecho de Harry para no ver la escena mientras Seth desenfundaba su espadón listo para intervenir a pesar de las órdenes de Myrddin. En ese momento Harry suspo que tenía que hacer algo.
¡MYRDDIN! -exclamó a pleno pulmón con una voz que no parecía la suya. -¡LEVÁNTATE DE UNA VEZ Y LUCHA! ¡¿O ES QUE QUIERES MORIR YA?!
En ese momento, como si las palabras de Harry hubiesen supuesto el impulso que necesitaba para volver en si, Myrddin abrió los ojos dándose cuenta de la situación, con la mano del demonio a escasos centímetros de él. Rápidamente tomó su espada que descansaba junto a él, listo para volver a luchar; pero antes de que pudiera levantar del suelo su espada el demonio descargó su hacha contra ella, partiéndola en dos. No obstante Myrddin no se dejó llevar por el pánico y, cogiendo lo que quedaba de su maltrecha arma se la clavó al demonio profundamente en la muñeca que sostenía el hacha, haciéndole soltar su arma mientras aullaba de dolor. Girando sobre si mismo e incorporándose del suelo, Myrrdin tomó la otra mitad de la hoja de su espada y se la enterró al demonio profundamente en el corazón mientras pronunciaba Anima expello y una intensa luz azul partió de la hoja clavada en el monstruo, poseyendo por completo el cuerpo del demonio que retrocedió aullando de dolor. Luego con un fogonazo de luz azul el monstruo se desvaneció, dejando atrás únicamente su armadura que cayó pesadamente al suelo junto al hacha que había empuñado instantes antes.
Todo el Gran Comedor permanecía en silencio mientras observaba los restos del ser que, instantes antes, había amenazado la seguridad de todos cuantos se hallaban en Hogwarts. Myrddin retrocedió de lo que quedaba de su enemigo mientras respiraba bocanadas de aire lentamente.
-¡Myrddin! -chilló Hermione al tiempo que se desprendía del abrazo de Harry y corría a su primo. Se lanzó sobre para abrazarlo, instantes después comenzó a llorar en su pecho a lágrima viva. -¡Menos mal que estás bien! ¡Creí que iba a perderte! ¡No habría podido soportarlo!
-Tranquila Hermi -dijo Myrddin mientras la abrazaba para reconfortarla a pesar del dolor que sentía en el costado (intensificado por el abrazo de su prima). -Ya todo acabó.
-¡Pensé que te iba a matar y yo sin poder hacer nada! -dijo Hermione llorando más fuerte aun. -¡Lo he pasado muy mal! ¡No vuelvas a hacer una locura como esta nunca más!
-Shhhhh... -dijo Myrddin mientras le acariciaba el cabello para tranquilizarla. -Está bien. Todo ha terminado y estamos todos bien -sintió una fuerte mano posarse en su hombro. Al levantar la vista vio a que le sujetaba con fuerza el hombro. -Estoy bien Seth, no te preocupes. Sólo un poco magullado.
-No vuelvas a hacerlo Myrddin, no vuelvas a hacer una locura semejante, no intentes hacerte el héroe -dijo el dementor con voz entrecortada.
-Era necesario Seth, no había otra manera y lo sabes -fijó su vista en Harry que estaba tras el dementor. -Gracias Harry.
-¿Porqué Myrddin?
-Por haberme obedecido hasta el final cando tú mismo eras el primero en que querer hacer algo para ayudarme. Sin embargo te mantuviste al margen hasta el final tal y como te pedí -respondió Myrddin con una sonrisa en su ensangrentado rostro.
-Myrddin, siempre has confiado en mi, ahora me había llegado a mi el momento de devolverte esa confianza que depositaste en mi y hacer caso a tus ruegos. Aunque no negaré que unos segundos más y me habría lanzado a la carga contra esa bestia -dijo Harry también sonriendo.
-Myrddin será mejor que te llevemos a la enfermería -se escuchó la voz de Dumbledore quien se había acercado a ellos acompañado de la señora Pomfrey. Tenía en su cara una mirada de preocupación que Harry no había visto nunca.
-Está bien abuelo. Vamos Hermi, tengo que ir a que me recoloquen unas cuantas tuercas -dijo en broma mientras separaba a Hermione de él que aun lloraba en silencio.
-¿Puedo acompañarle a la enfermería profesor? -preguntó Hermione con una voz desesperada.
-Por supuesto señorita Granger -respondió Dumbledore. -Seth, te importaría permanecer en el Gran Comedor y vigilarlo.
-Por supuesto señor -respondió el dementor asintiendo con la cabeza.
Myrddin trató de incorporarse pero se tambaleó y hubiera caído si un atento Harry no lo hubiera sujetado.
-Me parece Myrddin que realmente necesitas que te coloquen unos cuantos tornillos en su sitio -dijo bromeando mientras pasaba el brazo derecho del medio elfo por sus hombros y lo ayudaba a levantarse.
-Vamos Potter -dijo Snape mientras pasaba el otro brazo de Myrddin por los suyos. -Llevemos al héroe a la enfermería.
Así pues Harry y Snape llevaron a Myrddin hasta la enfermería seguidos de una preocupada Hermione, de la señora Pomfrey y de un pensativo Albus Dumbledore.
Al llegar a la enfermería la señora Pomfrey ordenó que acostaran a Myrddin en una cama. Allí procedió a examinarle mientras los demás aguardaban impacientes.
-Ha tenido mucha suerte Lord Fénix, tan sólo unas cuantas costillas rotas, algunas contusiones y un corte sin importancia en la frente -dijo la señora Pomfrey cuando terminó de examinarlo y procedió a buscar unas cuantas pociones y ungüentos en los estantes de la enfermería.
-Voy a hablar con Vivian y Eltharion Albus -dijo Snape mientras procedía a abandonar la enfermería.
-¡Espera Severus! -dijo Myrddin mientras se sacaba del bolsillo del pantalón un teléfono móvil y se lo arrojaba a Snape. -Llámalos a casa, será más rápido. -Myrddin los artefactos muggles de ese tipo no funcionan en Hogwarts porque hay demasiada magia en el aire -dijo Hermione mientras veía a Snape salir de la enfermería.
-Y por ende tampoco deberían funcionar en el Valle del Fénix -replicó Myrddin dejando a Hermione desconcertada.
-Bébase esto Lord Fénix, para calmar el dolor -dijo la señora Pomfrey mientras le pasaba un vaso lleno con una poción marrón a Myrddin. A juzgar por su cara mientras lo ingería, no debía saber nada bien. Luego la señora Pomfrey procedió a curarle con su varita las costillas y las contusiones, para después aplicarle un grueso vendaje por la zona abdominal. Finalmente le limpió la sangre seca de la cara y le aplicó en la zona del corte una pasta que retiró después de un par de minutos. -¡Qué! ¡La cicatriz de la herida permanece a pesar de haberla tratado!
-No se sorprenda Poppy -dijo serenamente Dumbledore ante la cara de preocupación de Hermione. - Ya me lo esperaba.
-¿Qué quieres decir Albus?
-Las heridas hechas por un hacha de Khorne nunca cicatrizan del todo. De vez en cuando vuelven a abrirse como recuerdo del horror al que se enfrentaron quienes las tienen -explicó Myrddin dándole una sonrisa a la preocupada Hermione.
Harry y Hermione miraron la cicatriz que le había quedado a Myrddin. Partía desde un poco por arriba del entrecejo y caía por este en diagonal hacia la derecha a la altura de la nariz.
-¡Que si Vivian! ¡Tu hijo está bien! ¡No, no le ha pasado nada salvo un buen corte y unas contusiones! -dijo Snape entrando y hablando rápidamente por el móvil mientras hacía con la mano libre gestos muy cómicos. -¡Que si! ¡Te lo prometo! ¡Está bien! ¡Yo nunca te mentiría respecto a algo como esto! ¡Si si! ¡Ahora te lo paso! -le tendió el móvil a Myrddin. -A ver si tú puedes calmar a tu madre.
-¡Hola mamá! ¡Si lo que ha dicho Severus es verdad! ¡No mamá, no! ¡Estoy bien! -dijo Myrddin por el teléfono mientras hacía esfuerzos evidente por no reír. -¡No mamá! ¡Que si que estoy bien, de verdad! ¿Y papá y el abuelo? ¿Cómo? ¿El abuelo dando saltos por el salón? -dijo Myrddin mientras no pudo evitar soltar una carcajada. -¡No no me lo tomo a broma! -se alejó a un rincón de la enfermería para seguir discutiendo con su madre.
-Albus -dijo Minerva mientras entraba a la enfermería. -Todos los alumnos están en sus salas comunes. ¿Qué hacemos con la selección?
-Celebrarla como todos los años Minerva ¿Porqué me preguntas algo así?
-¿Crees prudente después de lo que ha pasado esta noche llevarla a cabo?
-Minerva, desde la fundación de Hogwarts no ha habido constancia de que alguna vez no se haya llevado la ceremonia de selección y el banquete de inicio de curso, fueran cuales fueran las circunstancias. Como bien sabes, si este año decidimos abrir Hogwarts a pesar de los tiempos que corren fue para que se viviese con normalidad, a pesar de la situación tan difícil en que vivimos -hizo una pausa antes de continuar. -Si no llevásemos a cabo el banquete como todos los años los alumnos se mostrarían suspicaces y preocupados y Voldemort lograría su propósito, sembrar el miedo y la inseguridad. Debemos de mantener la normalidad de todos los años, para que la vida siga como hasta ahora, a pesar de los tiempos difíciles en que vivimos, ¿no crees?
-Tienes razón Albus. Iré a avisar a los profesores de que lleven al alumnado al Gran Comedor -dicho esto salió de la enfermería acompañada de Snape.
Los demás se giraron para observar como Myrddin seguía discutiendo con Vivian por el móvil durante diez minutos más, tras un "¡Hasta luego y os quiero a ti, a papá y al abuelo!" Myrddin colgó.
-Bueno ¿nos vamos a cenar? -dijo animadamente.
-Eso será lo mejor, no se vosotros pero yo me muero de hambre -dijo Dumbledore mientras le guiñaba un ojo a los adolescentes.
Salieron de la enfermería y en cinco minutos llegaron al Gran Comedor el cual lucía tan magnífico como todos los años. Ya todos estaban sentados en sus respectivas mesas mirando con curiosidad y nerviosismo al grupo que entraba en el Gran Comedor. Myrddin y Dumbledore se dirigieron a la mesa de los profesores mientras que Harry y Hermione se sentaban al lado de Ron.
-¿Cómo está? -preguntó Ron mirando a Myrddin que se sentaba a la izquierda de Dumbledore.
-Bien, ninguna herida de gravedad -respondió Harry; no pudo seguir porque en ese momento la profesora McGonagall colocaba encima de un taburete el viejo sombrero seleccionador. Todo el mundo se calló y miró al sombrero cuando a este se le abrió una rasgadura a la altura del ala.
Hace mil años tal vez
en tiempos perdidos en la leyenda,
existieron cuatro magos de renombre y poder.
Los más poderosos de su época llegaron a ser.
Estaba el valeroso y respetado Gryffindor,
la inteligente y estudiosa Ravenclaw,
la honesta y trabajadora Hufflepuff
y el astuto y temido Slytherin.
Compartieron un mismo sueño, una misma esperanza
un proyecto como ningún otro, sin par
el colegio en el que ahora estáis
para que los magos tuvieran esperanza en tiempos sombríos.
Cada uno fundó su propia casa en base a sus valores
todas ellas con su historia y su gloria
han dado magos y brujas de renombre,
yo me encargo de decidir a cual iréis.
A Griffindor van los valientes y nobles de corazón,
a Ravenclaw los de mente estudiosa e inteligente,
a Hufflepuff los justos e incansables trabajadores
y a Slytherin los astutos y ambiciosos.
Así que si quieres saber a que casa vas
ponme en tu cabeza sin miedo y con decisión
te diré de donde eres con un solo vistazo
porque yo el Sombrero Seleccionador jamás me equivoco.
Todo el Gran Comedor prorrumpió en aplausos por la nueva canción del sombrero. Cuando los aplausos acabaron la profesor McGonagall desenrolló el pergamino que llevaba.
-Adrian, Sean -exclamó. Instantes después le colocaba el sombrero a un niño de once años. El sombrero después de unos segundos gritó "¡RAVENCLAW! Haciendo que dicha mesa estallara en aplausos
-Vamos a ver que tal son los de este año -dijo Harry mientras aplaudía a Bloom, Sarah que era la primera Gryffindor seleccionada.
-Evidentemente hay que volver a ganar la copa de la casa, ¿Eh Harry? -dijo Ron con animación mientras Connely, Charles era enviado por el sombrero a Slytherin entre los aplausos de su casa con Malfoy a la cabeza.
-Desde luego, no podemos dejar que Slytherin la vuelva a ganar un año más.
Luego de que el último seleccionado Zarryl, Adam fuese enviado a Hufflepuff, Dumbledore se levantó de su silla de oro mirando a todo el Gran Comedor con una sonrisa. Por alguna razón no se habían llevado el sombreo y el taburete.
-¡Lo único que diré por ahora es que no quiero ver ni un solo plato con restos de comida! -dijo bonachonamente.
Al instante siguiente las fuentes doradas se llenaron enseguida de una multitud de deliciosos platos. A pesar de que Harry no tenía mucha hambre se sirvió unos cuantos filetes de pollo en su plato. Cuando probó la comida pudo notar que los elfos domésticos se habían vuelto a lucir en la preparación del banquete de comienzo de curso.
-¡Ah que bueno está esto! -exclamó Ron mientras se metía en la boca un pedazo de pollo asado.
-Hermione... ¿no tienes hambre? -preguntó Harry a la muchacha al ver su plato vacío. Durante toda la selección se había mantenido muy callada y apenas había aplaudido.
-No Harry, no tengo hambre... -respondió Hermione en voz baja, daba la impresión de que tenía ganas de llorar.
-Vamos Hermione come algo -dijo Harry mientras le ponía en su plato patatas asadas y unos cuantos filetes. -No te hará nada bien el no comer nada.
-Gracias Harry pero de verdad no quiero nada -respondió la chica con una sonrisa, algo apagada pero por lo menos ya sonreía.
-Hermione Marie Granger -dijo Harry muy serio. -No pienso moverme de aquí en toda la noche hasta que no comas algo, así que ya puedes empezar -dicho esto cogió las manos de Hermione y le obligó a cortar un pedazo de filete y a metérselo en la boca. -Y quiero ver la sonrisa de la auténtica Hermione en tu cara.
-Muchas gracias Harry -dijo Hermione dándole su dulce sonrisa. -De verdad no se que haría sin ti.
-Para eso están los amigos -dijo Harry mientras le lanzaba a Ron una mirada cómplice de reojo y este asentía con la cabeza afirmativamente.
Mientras Harry se encargaba de que Hermione comiera algo, se permitió echar un vistazo a la mesa de los profesores. Vio a Hagrid que levantó el pulgar para indicar que todo estaba bien. También vio al pequeño profesor Flitwick de encantamientos, a la profesora Sinistra de astrología y a la profesora McGonagall sentada al lado del profesor Dumbledore. A la derecha de Dumbledore estaba sentado Myrddin quien hablaba animadamente con Snape, los dos sumidos en una discusión de Dios sabía que, detrás de ambos estaba Seth con los brazos cruzados. Cuando vio la persona que había al lado de Snape se quedó con la boca abierta.
-Ron, ¿has visto quien está al lado de Snape? -dijo Harry. Ron miró en dirección a la mesa de los profesores y se quedó con la boca abierta cuando vio a una joven de no más de veinte años y pelo plateado que les guiñó el ojo pícaramente a ambos.
-Harry... ¿esa no es Fleur?
-La misma -respondió Harry.
-¿Y que hace aquí?
-Supongo que habrá venido para dar clases -dijo Harry.
-Te refieres a la vacante en Defensa Contra las Artes Oscuras.
-No me imagino cual otra -respondió Harry recordando que hasta ahora no habían tenido un profesor que durara más de un año.
-¿Qué os pasa a los dos? -preguntó Hermione. Fijó su vista a la mesa de los profesores y cuando vio a Fleur frunció el ceño. -¿Ya estáis babeando por la francesita?
-No Hermione -dijo Harry. -Nos preguntábamos si ella sería la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-¿Esa de profesora?
-Mejor que tener a Snape -dijo Ron como embobado mientras miraba a la francesa.
Hermione bufó pero no dijo nada.
Cuando todo el mundo acabó de comer los restos de comida desaparecieron de los platos dejándolos completamente limpios. Todo el mundo quedó en silencio mientras veía como Dumbledore se levantaba.
-Antes de decir los novedades de fin de curso quisiera que se guardara un minuto de silencio en memoria de alguien que debería de estar con nosotros este año aquí, disfrutando del curso con sus amigos, Cedric Diggory.
Todo el comedor permaneció en pié y en silencio mientras guardaba el minuto de silencio en memoria de Cedric, cuando terminó todo el mundo volvió a sentarse.
-Como todos sabréis vivimos tiempos muy difíciles. Al final del curso pasado Lord Voldemort resucitó -dijo Dumbledore muy tranquilamente ignorando las miradas de terror de los alumnos. -A pesar de lo que diga el ministerio, creo que el ataque de esta noche, unido al sufrido por Caer Cymry el pasado 1 de Agosto lo confirma totalmente. Ante esto debemos permanecer más unidos que nunca y tratar de vivir como hasta ahora llevamos haciendo. Los profesores y yo mismo nos encargaremos de velar por la seguridad de todos vosotros.
-¡En seguida! -dijo Myrddin en voz alta y burlona sorprendiendo a todos. -¡Se nota que no eres tú el que ha sudado la camiseta esta noche abuelo! ¿Verdad Harry? -dijo mientras le guiñaba un ojo cómplice.
-Muy cierto Myrddin -dijo Harry mientras estallaba en carcajadas seguido de Ron, Hermione, Ginny y los gemelos. Poco a poco todo el Gran Comedor (profesores incluidos) se unieron a la risa colectiva.
-Bien después de esta pequeña conspiración en mi contra -dijo Dumbledore mirando a Myrddin una vez que todos terminaron de reírse. -Debo comunicar que Gryffindor ha ganado esta noche doscientos puntos por la actuación de Harry Potter, quien ha comprendido de primera cuales son las responsabilidades y obligaciones que acarrea el ser prefecto.
Toda la mesa de Gryffindor estalló en vítores mientras muchos le estrechaban a Harry la mano.
-Espero que todo el cuerpo de prefectos, así como los dos premios anuales tomen buena nota de lo sucedido esta noche y velen por encima de todo por la seguridad del alumnado como ha hecho el señor Potter. Pasemos ahora a las buenas noticias de verdad. Este año me complace el comunicarles que vuelve la Copa de Quidditch -tuvo que callarse ante el estallido de vítores que surgió de todas las mesas. -Los interesados en participar deberán ponerse en contacto con Madam Hooch para entrar a formar parte de los equipos de sus respectivas casas. También he de comunicar que las visitas a Hogsmeade continuarán llevándose a cabo bajo la supervisión de los profesores. También he de decir que los libros de la Sección Prohibida de la biblioteca podrán ser consultados por los alumnos de quinto en adelante.
-Seguro que a ti te habrá hecho ilusión ¿Eh Hermione? -dijo Ron con sarcasmo. -Más libros en los que poder husmear.
-Ron esos libros podrían ser de mucha ayuda para preparar los TIMO -dijo Hermione irritada.
-También he de decir que este año habrá dos nuevas asignaturas; Duelo Mágico y Lucha con Armas. Los profesores de ambas asignaturas llegarán en una semana. Finalmente quiero presentaros a vuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Myrddin Fénix y a su ayudante la profesora Fleur Delacour, representante del colegio Beauxbatons en el Torneo de los Tres Magos.
-¿Lo habéis oído? ¡Myrddin profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras! -dijo Harry mientras aplaudía.
-¡Esto no me lo esperaba! ¡Si que ha sido una sorpresa! -dijo Hermione mientras aplaudía entusiasmada.
-A petición de ambos -prosiguió Dumbledore. -Vamos a hacerles pasar por la prueba del sombrero seleccionador para que entren a formar parte de una de las cuatro casas como todos los que están aquí. Por favor adelante.
Fleur fue la primera en ponerse el sombrero, después de unos segundos el sombrero gritó ¡GRYFFINDOR! Y la susodicha mesa estalló en aplausos. Después le vino el turno a Myrddin.
-Seguro que quedará en Gryffindor, sobretodo después de lo de hoy -dijo Ron convencido.
-Hmmm, muy difícil, si... muy difícil... Ni si quiera el joven Harry Potter lo era tanto... Veo una mente estudiosa e inteligente, con ansia de conocimiento... a una persona leal y honesta que lo da todo cuando hace algo... Hmmm un alma valerosa, noble que no le teme a nada salvo a perder a los seres queridos.... Ohhhh... si... hay una mente astuta, inventiva e independiente y una fuerte determinación. También veo ambición pero enfocada a ayudar a los demás. Esto es muy interesante... podrías estar en cualquiera...
-Siempre me han dicho que soy un tipo conflictivo, hasta para ser seleccionado.
-Sarcástico además ¿eh?... vaya, vaya... Si, lo tienes todo en tu cabeza, todo lo que te hace ser el perfecto...
-¡SLYTHERIN!
-¿Cómo? -dijo Ron mientras veía como Myrddin se quitaba el sombrero y saludaba a la mesa de Slyhterin que aplaudía antes de volver a la mesa de los profesores y estrecharle la mano a un sonriente Snape.
-¡Pero si Myrddin es lo más opuesto a un Slytherin que hay en el mundo! -dijo Hermione con la boca abierta.
-No tanto -dijo Harry mientras recordaba las palabras de Blaise en el tren.
-¡Todavía no me lo creo! -dijo Hermione.
-Bien una vez que ya todo esta dicho solo quedar añadir una cosa ¡Todo el mundo a dormir para estar descansado mañana!
-Vamos Hermione, a conducir a los de primero a la sala común.
-De acuerdo Harry -dijo Hermione con una sonrisa nerviosa.
-¡Los de primero por aquí! ¡Por favor los de primero por aquí! -dijo Harry mientras conducía a los de primer año fuera de las puertas del Gran Comedor. Al llegar al vestíbulo se encontró con Myrddin y Seth que se dirigían hacia fuera. -¿Qué tal Myrddin? ¡Un poco tarde para dar un paseo nocturno!
-Mas bien vamos a hacer una ronda nocturna -dijo Myrddin sonriendo.
-¿Sin espada? Ten toma -dijo mientras se quitaba su espada del cinturón y se la daba.
-Gracias, te prometo que te la traeré de una sola pieza -dijo el medio elfo.
-Ah, toma esto -dijo Harry mientras le lanzaba el cuerno de Roland. -Lo convoqué con el encantamiento convocador mientras estábamos en la enfermería. Si algo ocurre no vuelvas a intentar hacerte el héroe y pide ayuda.
-Descuida tío -dijo Myrddin levantado el pulgar.
-Myrddin... ten cuidado por favor -dijo Hermione casi llorando.
-No te preocupes Hermi, lo tendré -dijo con una sonrisa antes de salir fuera acompañado por Seth.
Harry y Hermione condujeron a los de primero hasta el retrato de la Señora Gorda, una vez allí dijeron la contraseña (Corazón de León) Harry notó que Hermione seguía muy nerviosa, así que se encargó de llevar a los de primero a sus respectivas habitaciones. Cuando regresó a la sala común vio a Hermione llorando en uno de los sofás, se sentó a su lado y la abrazó protectoramente.
-Tranquila Hermione, ya todo pasó y Myrddin está bien.
¡Oh Harry! ¡Fue horrible! ¡Sólo me sentí así de mal cuando fuiste a enfrentarte a Quirrell tú solo y cuando despareciste con Cedric al coger la copa! -dijo entre lágrimas.
-Pero todo ha salido bien. Myrddin está bien y yo también -dijo Harry sintiéndose culpable del sufrimiento de Hermione.
-Harry... prométeme que tú también tendrás cuidado y que no te pondrás en peligro.
-Te lo prometo Hermione, lo haré por ti. Ahora es mejor que vayas a dormir -dijo mientras conducía a Hermione abrazándola aún a su habitación. Allí la acostó en su cama y la arropó tiernamente. Tomó su mano y empezó a acariciarla como ella hizo en el verano con él. -Ya verás como nada malo ocurrirá este año -Hermione se durmió casi enseguida con una sonrisa en su rostro, parecía un ángel de lo bella que se veía. Harry tomado por un repentino impulso la besó tiernamente en la frente. Luego se levantó de la cama. Sintió algo restregarse contra sus piernas, al bajar la vista vio a Crookshanks, el gato de Hermione mirándole fijamente a los ojos.
-Estate con ella toda la noche, no la dejes sola ¿entendido? -por toda respuesta el gato saltó a la cama y se acurrucó junto a Hermione. -Buenas noches Mione -dijo Harry antes de cerrar la puerta de los dormitorios.
Harry bajó hasta la sala común y se sentó en un sillón junto al fuego. No le prestaba atención a la gente que llegaba a la sala común hasta que sintió una mano en su hombro. Al levantar la cabeza vio a Ron que le miraba grave.
-¿Como está?
-Sigue muy nerviosa y preocupada Ron, pero se pondrá bien. Tenemos que ayudarla en lo que podamos. También deberías de evitar discutir con ella en lo posible.
-Lo sé amigo. En estos momentos lo que menos quiero es que llore por mi culpa como en tercero ¿Vienes a la cama?
-Más tarde, todavía no tengo sueño.
-Bien -dijo Ron mientras se levantaba y se dirigía a la escalera del dormitorio de los chicos. Harry siguió con su vista clavada en el fuego de la chimenea sumido en sus propios pensamientos.
Mientras tanto tres personas cercanas a los veinte años estaban en el terminal de llegadas internacionales del aeropuerto de Londres. Eran un joven alto de pelo negro y ojos marrones acompañado de dos muchachas, una pelirroja y de ojos azules y la otra de pelo castaño y ojos azules.
-¿En que vuelo venía Marcus? -preguntó Joyce.
-En el de las once de París -dijo Flint.
-Bueno hace cinco minutos que llegó, debe de estar ocupada con las maletas -dijo Anna mirando el tablón de llegadas.
-Aun no me explico los retrasos de estos aparatos muggles, si van a más de cuatrocientos kilómetro por hora -dijo Flint.
-La culpa no la tienen los aparatos Marcus, sino el papeleo y los trámites -bufó disgustada Anna.
-Y además siempre están de huelga los operarios -dijo Flint. -No puede ser más...
-¡HERMANO! -gritó una joven alta de pelo negro y ojos marrones echándose encima de Flint, casi tirándolo al suelo de la sorpresa . -¡Te he echado de menos!
-¡Ale hermanita! ¿Cómo está mi pequeña?
-Bien aunque cansada por el viaje.
-Pues entonces mejor nos vamos para el coche para llegar a casa cuanto antes -dijo Anna cogiendo una de las maletas pese a las reticencias de Flint.
Diez minutos después estaban en la autopista rumbo a Caer Cymry en el coche de Anna. Flint iba en el asiento del copiloto y Joyce y Ale en la parte de atrás.
-¿Qué tal Beauxbatons Ale? -preguntó Joyce.
-Muy bien, por fin me he graduado, aunque echaré de menos el día a día de allí y a Fleur.
-¿Fleur? -preguntó Anna con interés mientras conducía.
-Mi mejor amiga.
-¿No fue campeona en el Torneo de los Tres Magos? -preguntó Flint.
-Si y desde la segunda prueba no hizo otra cosa más que hablarme de Harry Potter. Hagui es fantástico, Hagui es fenomenal, es el mejog, es guapísimo, es caballegoso -dijo imitando el acento francés de la semi veela. Todos se rieron.
-Dichoso niño, tiene al igual que Myrddin a todas las mujeres zumbando a su alrededor. No se como lo hacen -dijo Flint.
-Siempre igual Marcus -dijo Anna enfadada. -Nada más que pensando a que mujer llevarte a la cama.
-Perdona pero yo no soy de ese tipo de hombres... ahora bien, si tú te pones celosa ese es tú problema.
-¿Celosa yo? ¿Celosa de qué?
-¡Tú sabrás!
-Quieren dejar a un lado sus discusiones matrimoniales -dijo Ale.
-¡COMO QUE DISCUSIONES MATRIMONIALES! -dijeron Anna y Flint al unísono, lego se miraron a los ojos durante unos segundos para después desviar la vista del otro y ponerse rojos hasta el cabello.
-¡Ja! ¿Lo has visto Joyce? ¡Están como tomates!
Joyce no pudo evitar sacar una sonrisa. Si esos dos siempre discutían era porque no sabían reconocer sus propios sentimientos. Toda la peña estaba volcada en conseguir que los dos reconocieran por fin que se gustaban.
En ese momento el pitido del móvil de Flint se escuchó. Este se lo sacó del pantalón y la activó.
-Si... ¿quién es? Ah buenas noches Eltharion, ¿pasa algo? -su cara se fue poniendo pálida conforme escuchaba, las tres mujeres se miraron preocupadas. -¿CÓMO? ¡¿Myrddin está bien?! ¡¿Algún herido?! ¡Ya... ya! ¡Si... si...! ¡Gracias por llamar! ¡Vale, estaremos en contacto!
-¿Qué pasa? -preguntó Anna preocupada.
-Ese bastardo de Voldemort envió una partida de orcos del clan Mordisco de Víbora a atacar Hogwarts y no acabó allí... también envió un Devorador de Almas.
-¿Qué? -dijo Joyce. -¿Un Devorador? ¿En serio?
-Si... Myrddin luchó contra él y logró vencerlo aunque casi pierde la vida en el intento.
-Dios... -dijo Ale.
-Esto es grave -dijo Anna. -Ahora ya se atreve hasta atacar Hogwarts. Debemos hacer algo ¿Cuándo es el primer encuentro del grupo?
-A finales de esta semana, aun está por decidir -dijo Flint.
-¿Qué grupo? -quiso saber Ale.
-Myrddin ha propuesto a la peña que organicemos una resistencia encubierta contra Voldemort ya que este vigilará los movimientos del ministerio y de Dumbledore, pero no se esperará lo mismo de unos universitarios -dijo Joyce.
-Quiero entrar en el grupo.
-¿Qué? -dijo Flint.
-Soy tu hermana y también formo parte de la peña Marcus. Debo hacer algo ¿no crees?
-Por mi está bien -dijo Flint. -Pero no deben de enterarse papá y mamá.
-Descuida soy muy discreta y lo sabes.
-Debemos de movernos cuanto antes, la guerra ha empezado -dijo Anna.
Nadie dijo nada más en todo el camino de regreso a Caer Cymry.
Respuesta a los reviews:
Anna. ¿qué te parece tu relación con Flint? Jejeje vas a tener que lidiar mucho con todos esos impresentables del equipo, te lo aseguro.
Gerardo: a eso de cortar el capítulo ahí se le llama dar intriga. No te preocupes, Malfoy no es bueno. Además a mi no me gusta eso de que Malfoy se vuelva bueno de repente porque si, no le pega. Debe tener motivos grandes para cambiar su actitud. Respecto a lo de Blaise... el tiempo dirá si es bueno a malo ya lo verás. Respecto a que Malfoy sepa pelear te diré una cosa, Louis y Lucius le enseñaron. Ya se verá más adelante.
Joyce: lo de Hermione con sus espadas me basé en Lucía la protagonista de Devil May Cry2 un videojuego de PS2. Me alegro de que te haya gustado esa parte.
Elizabeth Potter: bueno respecto a lo de los orcos, a grandes rasgos hay dos razas; los orcos normales y los orcos negros, más grandes y fuertes y de piel negra, todos ellos distribuidos en varios clanes por todo el mundo; los dos autóctonos de Gran Bretaña son el Blackrock (el de Azrag y aliado del Ministerio) y el Mordisco de Víbora, enemigo acérrimo del primero. Los orcos que atacaron a Ginny no eran del clan Mordisco de Víbora pero en si mismo a Lucius le importa un comino, ya que él solo tiene un seño,r Lord Voldemort y los principios de su familia le importan un bledo. Respecto a porque Neville dijo el nombre de Voldemort, pues es que se sintió "inspirado" por las palabras de Blaise, Harry y Hermione, al fin y al cabo es un Gryffindor e hijo de un auror de prestigio. Hay muchas cosas respecto a él que nadie sabe.
LoBezno: Ron aprenderá a luchar, ya he dicho muchas veces que a él le espera un destino grande conforme avance el fic.
Muchas gracias a javito 19, a Duende, a Draconier Ballantine y a Liz Beth por sus reviews.
LO SE LO SE no tengo excusa por la tardanza en publicar y no voy a poner ninguna excusa ni a pedir perdón por que no lo tengo ni lo merezco, soy el escritor más canalla del mundillo y lo admito. A ver si me doy una patada en el culo y actualizo más rápido.
Próximo capítulo: Comenzarán las clases en Hogwarts y veremos como imparte Myrddin su asignatura. También veremos a los nuevos profesores de las dos nuevas asignaturas y una nueva alumna que entra a quinto año.
Fragmento de un próximo capítulo:"-Y bien.... ¿cómo llamaremos a este grupo de lunáticos y suicidas que pretenden pelear contra el mago oscuro más poderoso de los últimos cien años? -inquirió Spike irónico. Todo el mundo permaneció en silencio hasta que se escuchó la voz de Harry decir: -¡Los Merodeadores!"
