DIGIMON TAMERS 02
Capítulo tres: Los Dioses Guerreros
No nos abandones...
No nos dejes aquí, sufriendo...
No nos dejes...
¡No nos dejes solos, Takato!
Ruki abrió sus ojos; Estaba bañada en sudor. Aún era de noche, ya que se veía que la oscuridad reinaba en su cuarto estilo oriental.
Su pesadilla fue horrible... Vio a Takato, pero una sombra extraña lo atrapaba y lo mataba. Ella y todos los demás Tamers veían la horrible escena, inexpresivos, sin hacer absolutamente nada; ella era la única que gritaba histérica, tratando de encontrar una solución a la situación de su amigo.
Se sentó en su tapete para dormir, con las sábanas aún tapándola. No tenía sueño. No tenía deseo alguno de dormir. Quería pensar en alguna forma de sacar a su amigo del Digimundo...
Pero las palabras de esa niña la hacían dudar...
- De seguro su amigo está teniendo un mal momento en el Mundo Digital, así que será mejor que no intenten buscarlo...
Si lo intentaran buscar en el Digimundo, ¿ qué clase de peligros encontrarían ahí? ¿Valdrá la pena hacer un posible sacrificio sólo para encontrar a una persona?
No... No era una persona. Era su mejor amigo. La primera persona que realmente la comprendió y que no le reprochaba agresivamente sus crueles actos del principio.
Quería pagarle lo mucho que la ayudó, y este era el momento.
Pero... Aún duda...Hay algo que realmente la hace dudar.
" Takato... Eres un tonto..."
***
A la mañana siguiente, Ruki se preparaba para ir a su escuela. Aún asistía al colegio de niñas, a pesar de que su mamá quería cambiarla a la Primaria Shinjuku junto con Takato y los demás. Ruki negó que la cambiaran, ya que quería mantenerse sola en su escuela.
Escuchar las noticias sobre ese maldito virus mientras desayunaba la hacían pensar aún más en cómo estará Takato. Ver entrevistas de fanáticos religiosos anunciando el Fin del Mundo la inquietaban mucho, y no era para menos.
Hace cuatro meses sintió la desesperación de que su familia y todas las personas de este mundo podían desaparecer, y que todo dependía de ella y de los demás. Al principio quería hacer a Renamon fuerte para que pudiera defender a las demás personas, y no sufrir la misma frustración de hace tiempo.
"Koromon..." Pensó, con la mirada perdida en la pantalla del televisor. Su abuela estaba preocupada al verla actuar de esa forma. Aún no sabían de la situación de Takato Matsuda...
Media hora después, Ruki estaba frente a las puertas de su colegio: Habían suspendido las clases por la situación del virus que estaba afectando a todo el mundo.
" El único lugar que me distrae... Y no puedo entrar en él..."
Miró al cielo. Había mucho sol, y varias nubes se movían lentamente en el azul firmamento. Todo eso la hacía olvidar de los gritos de los vagabundos que anunciaban el Apocalipsis. En ese instante, comenzó a llover. Las gotas de lluvia que caían en su uniforme no las sentía. En cuestión de segundos, comenzó un aguacero.
Ahí es cuando comenzó a recordar... Esa experiencia...
- ¡Renamon, resiste! ¡Tú eres la más fuerte! ¡ Puedes vencer a ese Digimon! – Se lograba ver a si misma, con su camisa con el corazón partido y sus jeans... Ese momento era antes de que conociera a Takato y los demás.
La escena la hacía llorar. La lluvia. La enorme niebla que cubría Shinjuku, y un pequeño Digimon que fue destruido por una sombra oscura. La Ruki imaginaria cayó en Shock. La Ruki real también al recordar tan amarga experiencia.
Abrió sus ojos: Aún estaba frente a su colegio. La lluvia había desparecido como por arte de magia; todo había sido parte de su imaginación... Y un recuerdo muy fuerte que la hacía pensar sobre sus acciones y lo que en verdad tiene que hacer de ahora en adelante...
***
Los humanos están destinados a sufrir...
***
- Estoy feliz porque el día de hoy no hubo clases, pero no me gustaría que algo malo sucediera a causa del virus.- Comentó Kenta, balanceándose en el columpio.
- Tienes razón Kenta.- Dijo Hirukazu – A mí tampoco me gustaría ver algún desastre... Dicen que posiblemente sea el fin del mundo, pero ¿tú crees que pueda ocurrir algo como eso?
- Sí, si es un Digimon.
Ambos amigos voltearon a ver a Jen, que estaba algo retirado de los dos. Estaba muy serio, porque sabía de las dimensiones del problema. Hirukazu y Kenta no comprendieron de lo que trataba de hablar Lee, ya que no tenían ni la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo. Jenrya ha tratado de ocultarles que Takato había ido al Digimundo, y que el virus posiblemente esté relacionado con los Digimons.
Pero ya era momento de decir todo.
- ¿De qué es lo que hablas, Jen? – Inquirió Kenta, curioso.
***
- Jefe Yamaki, el Antivirus no está sirviendo de nada. El virus acaba de controlar al 40% la computadora principal. – Informó Reika, tecleando lo más rápido que podía.
- El virus se reproduce rápidamente y se dirige a otras computadoras del mundo... ¡A este paso, controlará toda la Red del mundo en tan sólo unos días! – Exclamó Megumi, consternada.
Yamaki sólo observaba los monitores. Estaba cansado; como todos, no había dormido esta noche a causa del extraño virus que era capaz de controlarlo todo.
" Esto tiene que ver con los Digimons... De eso no hay duda."
- ¡ Déjenme pasar!
Un hombre ya grande entró a fuerzas al cuarto de máquinas. A pesar de que los guardias trataban de detenerlo, simplemente no podían; esas eran las ventajas de hacer ejercicio físico. Su nombre era Jyanyu Lee, pero en su tiempo como miembro del "Grupo Salvaje" tenía el apodo de...
- ¡Tao! ¡Qué gusto verte! – Dijo Yamaki, en tono irónico – Tengo unos guardias incompetentes; les dije claramente que...
- ¿ Que no me dejaran pasar? – Interrumpió el hombre de anteojos –¿ Porqué, Yamaki?¿ Qué tan grave puede ser la situación que vive Japón y el mundo entero para intentar hacer que no me entrometiera?
Yamaki volvió a los monitores, mientras jugaba con su inseparable encendedor. Después, ya resignado, comenzó a hablar...
***
Ruki caminaba de regreso a su casa. Como no tenía prisa, lo hacía a paso lento. No quería ver a su abuela de nuevo, y menos con el estado en el que se encuentra.
Siente mucha presión en su cuerpo; carga demasiada responsabilidad como para una niña de once años. Pero aún así, quiere saber de la situación. Tan sólo sabe que Takato está en el Digimundo, y que el "enemigo" que acecha al Mundo Digital tiene mucho que ver con el extraño virus que está controlando la Internet. Pero quiere saber más. Así, sabiendo la verdadera situación en la que se encuentran, tal vez ya no se encuentre tan confundida.
Se detuvo, justamente cerca del lugar en donde encontrará la verdad.
En el Parque Chuo.
***
- Bueno, yo ya me tengo que ir. – Dijo Kenta, tomando su mochila. Se despidió de Jenrya y de Hirukazu.
Shiota volteó con el peliazul, y le dijo:
- Espero que Takato se encuentre bien, aunque le tengo envidia porque se encuentra con su Digimon camarada.
.- Sï, es lo más probable. – Replicó Lee, con una sonrisa que ocultaba su consternación.
Les había dicho sobre lo de Takato, pero no tuvo la suficiente fuerza como para decirles que estaba en extremo peligro por una amenaza; la misma que está acechando la Red, así que se guardó eso último.
Cuando se fueron los dos amigos, Jenrya lanzó un fuerte suspiro.
" Necesito saber más sobre la situación" Pensó. Miró hacia el camino que lleva a la Antigua Guarida de Guilmon. "Tal vez ella haya pensado lo mismo que yo..."
Así, sin pensarlo dos veces, se dirigió al lugar.
***
Ruki llegó a la Guarida de Guilmon. Estaba tan sumida en su confusión, que, al entrar, no se dio cuenta de que alguien estaba con ella.
- Te dije que te alejaras de aquí.
Ruki se giró. Ahí estaba la niña, con la misma túnica de ayer.
- ¡Solamente vengo a que me contestes un par de preguntas! – Dijo Ruki, malhumorada – ¿Quién está amenazando al Digimundo, y porqué no podemos ir?
- No tengo la obligación de contestarte...
- ¡Claro que sí!
La niña sacó un silbato y lo sopló. Acto seguido, apareció Poemon, el Digimon compañero de ella.
- ¿ Qué sucede? – Preguntó.
- Quiero que alejes a esta niña de aquí, y asegúrate de que no regrese. – Ordenó ella. Ruki se mordió el labio.
- ¡No me iré de aquí hasta que me respondas!
- No creo que estés en condiciones de oponerte.- Miró a su Digimon – Poemon... ataca.
Ruki se dio cuenta de que tenía que pelear contra ese Digimon para tener sus respuestas, así que se preparó para hacerlo. Poemon atacó muy forzadamente, volando rápidamente hacia ella. Makino le dio una patada al Digimon como respuesta, lanzándolo hacia fuera de la Guarida.
- No tienes posibilidades de vencerme, masa de humo. –Dijo Ruki, confiada, saliendo también de la Guarida – A pesar de ser un Digimon, eres bastante débil.
- ¿Eso lo crees? – Dijo la niña de pelo azul, igual de confiada que la pelirroja. A Ruki no le agradaba tal confianza – Poemon, ya sabes qué hacer.
- ¡S-Sí! – Poemon atacó de la misma forma a Ruki. Ella atacó de nuevo con una patada, con la diferencia de que había atravesado a un Digimon.
- ¡¿Pero qué...?!
- ¿No sabías que Poemon es un fantasma? Los fantasmas se pueden hacer intangibles si lo desean. –Explicó la niña. Poemon se giró, pero no atacó. Miró a su Tamer, diciéndole apenado:
- ¿No crees que es muy injusto que ataque a un humano? La puedo lastimar...
- ¡Debe de entender que no puede estar aquí porque su misión ha terminado, así que ataca Poemon! – La niña, como vio que su Digimon no quería lastimar a la pelirroja, decidió ir por otra opción.
Ruki volteó con la sacerdotiza, que sacó una carta Digimon, y la deslizó por su D- Ark:
" Card slash! Conección S de Super-Evolución!"
Poemon comenzó a brillar con intensidad, cegando a Makino. Cuando la luz disminuyó, se dio cuenta sorprendida de que el Digimon había evolucionado.
Ya no era más una bola de humo, sino que tenía forma de un humano. Su resplandor blanco la hacía pensar de que se trataba de un Digimon con forma de un humano fantasma.
Ruki sacó su D-Ark, y comenzó a analizar al extraño Digimon:
- Junnamon, en su etapa adulta. Es la primera evolución que alcanza Poemon. Su técnica especial es el llamado espiritual. – Ruki se dio cuenta de que ya no sería tan fácil pelear contra él.
- Será mejor que abandones la absurda idea de querer ganarle a mi Digimon, ya que nunca podrás vencerlo. Así que mejor regresa a tu casa y déjanos todo el trabajo a nosotros.
Miró a la sacerdotiza, y se le ocurrió una idea.
- Cobarde...- Le dijo.
- ¿Cobarde?
- Sí. Eres una cobarde al mandar a un Digimon a pelear conmigo.¿ Porqué no vienes tú y arreglamos todo esto?
La niña se quedó pensativa.
- Es un acto de gallinas dejar que otro se encargue del trabajo sucio, no? Eso indica el nivel tan bajo que tienes como Digimon Tamer...
- No me importa lo que me digas. – Interrumpió – Sólo intento cumplir con mi deber, y no me gustaría que ustedes interfirieran es esto.
- Entonces ya veo que no eres nuestro enemigo.
Jenrya Lee apareció a la escena. Se encontraba muy serio, y se encontraba mirando a Ruki. Era como si no aprobara la actitud en la que está tomando ella la situación.
Cambió su mírada hacia la niña de pelo azul, y agregó:
- Es mejor que nos digas que es lo que está sucediendo. Así podríamos entenderlo mejor, ¿no lo crees?
- ... No es necesario que les diga, tan sólo entiendan que no deberían meterse en esta situación.
- Bueno, por lo menos dinos tu nombre. – Dijo Jenrya. La niña miró al muchacho, que tenía una sonrisa en su rostro, y decidió contestar:
- Mi nombre es Musabi Maki. – Dijo – Tú eres Lee Jenrya, ¿no es así?
- Así es.- Contestó Lee –¿Cómo lo supiste?
Maki miró al cielo, cerró los ojos, y contestó:
- Los espíritus de este lugar saben tu nombre porque lo han escuchado bastantes veces.
Jenrya se asombró al ver que en verdad ella hablaba con los espíritus. Junnamon, al ver que no había necesidad de estar en esta forma, sonrió mientras volvía a su estado de Poemon. A su lado estaba una sorprendida Ruki, viendo cómo su amigo estaba tomando las cosas de la forma más calmada posible.
"¿Porqué yo no puedo actuar así?¿ Será mi naturaleza actuar de forma ruda?"
***
- El virus que amenaza la Internet de todo el mundo se reproduce a una velocidad impresionante. Cuando llegó a nuestras computadoras y evadió nuestros muros de fuego, nosotros tratamos de erradicarlo con un Antivirus de alta tecnología que decodifica al ente extraño e inmediatamente lo deshecha. Supuestamente, es compatible con cualquier tipo de virus...
- ¿Entonces...?
- El virus destruyó el programa.- Yamaki volteó con Tao – Lo único que hemos podido hacer hasta ahora es poder capturar un poco de él y tratar de estudiarlo, pero no hemos logrado gran cosa con eso.
- ¿Y qué es lo poco que han logrado? – Preguntó Jyanyu. Yamaki lo llevó a uno de los monitores.
- Tan sólo hemos encontrado su código madre, que es indestructible por el momento. – Yamaki presionó un botón del teclado que hizo aparecer una serie de letras que formaba una palabra...
***
- ¿Chaosmon? – Lee escuchaba atentamente la explicación de Maki. Estaban ellos dos, junto con Ruki y Poemon, en el interior de la Guarida de Guilmon.
- Sí. Ese Digimon es el causante de todos los problemas que se han suscitado en el Mundo Real, y trata de controlar al Digimundo imponiendo su régimen de muerte y destrucción..
- Esto es absurdo... ¿Le vas a creer semejante cosa, Lee? – Le preguntó Ruki a su amigo. La actitud que tomó su amigo ante las cosas la irritó bastante.
Jenrya no contestó nada, y siguió escuchando a Maki.
- Hay una antigua profecía en el Digimundo, que explica la llegada de tres Dioses que son Chaosmon en tres diferentes formas: La destrucción, la muerte, y la discordia. Esos tres Digimons harán que el caos reine en el Digimundo, sin que nadie pudiera hacerle frente. Eso mientras encuentran el poder negativo suficiente como para liberar a su creador.
- ¿Y de donde es exactamente Chaosmon? – Preguntó Lee.
- No tengo la más mínima idea.- Contestó Musabi – Lo único que sé es que la única esperanza para detener a esos Dioses es liberar a los Dioses Protectores del Digimundo.
- ¿Los Dioses protectores del Digimundo?
- Sí. La profecía cuenta que ellos son los únicos que pueden acabar con Chaosmon y salvar al Digimundo y al Mundo de los Creadores, que es nuestro mundo.
- ¡Vaya, qué historia tan absurda! – Exclamó Ruki – ¿En verdad crees que nos tragaremos todo eso? ¡Iremos al Digimundo, y tú no nos vas a detener!
- ¡No voy a permitir que lo hagan! – Gritó Maki – ¡No sabes lo poderosos que pueden ser esos Digimons! ¡Los he visto en sueños, y son en verdad terribles!
- ¡No me importa! ¡Yo quiero ir a ayudar a Takato!
Maki perdió su paciencia, y gritó:
- ¡Ese niño lo más probable es que ya esté muerto, así que ya no te causes más problemas de los que ya tienes!
Ruki se sintió. Maki, arrepentida de lo que había dicho, vio como un par de lágrimas salían de ella. Después, se levantó y salió corriendo de ahí.
Jenrya, preocupado, no dijo nada.
- No... No fue mi intención herirla...
- Debe de entender. – Interrumpió Lee – Envidio tanto a Ruki... No lo parece en apariencia, pero sé que es la más afectada por todo esto...
***
- ¿Ruki- chan, no quieres comer conmigo? – Preguntó Rumiko, tras la puerta del cuarto de Ruki.
- No quiero nada...
La mujer no entendía la situación de su hija, ya que aún no sabía lo de Takato, pero lo que sí sabía era que algo malo sucedía con ella.
Y también sabía que iba a tardar mucho tiempo en resolver su conflicto interno.
En el interior del oscuro cuarto, una niña estaba acostada boca abajo en su cama; quería ocultar el dolor que se representaba en sus lágrimas...
" ¿Takato... Porqué nos abandonaste de esa forma?"
***
Espero que les esté gustando mi fic ^_^ En este capítulo no tengo ninguna nota (Creo que todo está entendible xD). Cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí está el mail de mi fic:
digimon_tamers02@hotmail.com
Nos vemos!
***
AVANCES DEL PROXIMO CAPITULO:
Takato ha sido para los Tamers el modelo a seguir como ser humano. Todo mundo lo quería; era estimado por todo su vecindario, y sus papás veían en él a un especial hijo, a pesar de faltar con sus compromisos a veces y ser muy callado.
Cuando los Digimons partieron, Takato estaba seguro de que volvería a ver a su amigo Guilmon. Ruki y los demás habían perdido toda esperanza, y no creían en las palabras de Matsuda... Aún así, él creyó...
Y además, prometió que todos irían junto con él al Mundo Virtual, y un estandarte selló aquél pacto... El Estandarte de los Tamers... El Estandarte de la Amistad...
