**Nota para *Valeria-chan*: Me dijiste que cuando lo terminara, lo ibas a leer, así que de ahora en adelante este fic está dedicado a ti ^_-
Espero que regreses pronto DIGIMON TAMERS 02
Capítulo cuatro: El Estandarte de la Amistad
Partiste... Partiste lejos...
Porqué te fuiste??
Porqué te alejaste de nosotros, tus amigos?? Porqué no nos pediste tu compañía??
Porqué...?? Porqué me siento así??
Porqué me he convertido en una niña débil??
Los pensamientos negativos de Ruki se hacían cada vez más intensos. Takato no aparecía, y ella pensaba a cada momento las palabras de Maki:
- Ese niño lo más probable es que ya esté muerto, así que ya no te causes más problemas de los que ya tienes!!
La forma por la cual ella toma las cosas irrita bastante a la pelirroja, y lo peor de todo...
Lo peor de todo es que ella tiene razón... en todo.
Hoy no era un buen día para levantarse... No quería ponerse a buscar por ningún lado... Ella ya no quería llorar...
Ya no quería sufrir por su amigo... Ya no quería recordar nada de lo que le había pasado en su vida...
Ya no quería ser débil...
***
- Ruki eres tan insensible!! – Un niño de pelo castaño le gritaba a su amiga, furioso. La pelirroja niña sólo lo miraba con indiferencia.
- Y tú eres tan infantil...- Dijo la niña – Crees que no deseo ver a Renamon?? Quiero volverme a encontrar con ella, pero volver al Digimundo... Simplemente es imposible reencontrarnos con nuestros Digimons.
- Eso no es verdad! Si lo deseas con todas tus fuerzas, de seguro será una realidad!
- Eso es imposible; cuántas veces quieres que te lo repita?? No tiene caso soñar de algo que no tiene razón de pensarse!
Takato Matsuda veía a su amiga, extrañado. En todas las aventuras que tuvieron como Digimon Tamers, era la primera vez que veía a Ruki tan conformista y resignada a la realidad.
Lanzó un suspiro para calmar sus emociones, para después mencionar:
- Recuerdas... El Estandarte que hice cuando tú, yo, y Jenrya nos unimos... Y cuando fuimos por primera vez al Digimundo??
Primera vez... Suena de nuevo a mentira. De todos, Ruki miró a su amigo, y contestó afirmativamente.
- Aquí... En esta Guarida... Vivimos grandes experiencias... Experiencias que ningún otro niño de nuestra edad ha vivido... Y es... Como decirlo... Difícil de olvidar...
Ruki escuchaba con atención lo que Takato decía. Quería llevarle la contraria, como siempre lo ha hecho en estos últimos cuatro meses, pero ahora escuchaba un tono diferente en él.
- El punto es que...- Takato miró a su amiga, que prestaba atención como le era posible. En ese momento, se escucharon voces de niños: Habían llegado Hirukazu y Kenta.
Desvió su mírada hacia el exterior, y concluyó con un simple...
- Olvídalo...
***
- Ruki, el teléfono...- Ruki abrió rápidamente sus ojos al escuchar la voz de su madre – Es Juri, tu amiga.
Rápidamente se levantó y le arrebató el teléfono a su mamá.
- Ya encontraron a Takato? – Yumiko escuchó eso; inmediatamente se dio cuenta de que su hija le ocultaba algo.
- (No... Ruki... Aún no...) – Contestó Juri, en tono triste. Ruki lanzó un suspiro – (Sólo llamo para invitarte a comer un helado...)
- No creo que haya helados en estos momentos...
- (Entonces buscamos. Debe de haber una fuente de sodas abierta, no?)
Ruki no quería salir. Quería mantenerse en su habitación, pensando, pero el tono de voz de su amiga la hizo aceptar la invitación.
- Está bien. A qué hora y en donde.
- (Estaré a las dos en tu casa, está bien?)
- Muy bien. – Ruki apretó el botón para colgar, y se lo entregó a su madre. Yumiko estaba preocupada por su hija, y la pelirroja se dio cuenta porqué.
- Ruki, tenemos que hablar...
- No tenemos nada de qué hablar...- Contestó su hija, desviando la mírada – Puedo resolver mis conflictos yo sola...
- No puedes hacerlo sola; si sólo fueras tú, y nadie más, no hubieras tenido tal problema.- Ruki apretó sus ojos, tratando de no llorar – Ruki... Soy tu madre, y como madre, quiero que expreses tus sentimientos... Creo que podré ayudarte a pensar mejor en todo lo que te ha sucedido...
- Mamá, no comprendes lo que me pasa... No es lo que tú piensas...
Yumiko sonrió, se sentó a orillas de la cama, y abrazó a su hija. Ruki sintió por primera vez en mucho tiempo un sentimiento cálido... Este era el amor de madre??
- Hablemos, y seguro así pensaré en lo correcto...
Ruki sonrió; sentía gran confianza, y dejó que las palabras fluyeran...
***
- El virus se encuentra en un extraño receso en estos últimos dos días. Hemos intentado estudiarlo, pero todos los programas que aplicamos se los traga de una forma que no podemos explicar. – Reportó Reika.
- El virus detuvo su crecimiento, dejando paralizada aproximadamente el 80% de la Red. Reportes recientes indican que Chaos ha controlado por completo las bolsas de valores de las ciudades más importantes del mundo. Si no se hace algo, no tardará en haber una tremenda crisis mundial. – Dijo Megumi.
- Hay alguna manera de hacer algo, Yamaki? – Preguntó Jyanyu, desconcertado. Yamaki no contestó nada.
***
- Pero qué es lo que haces?? – Preguntó el Sr. Matsuda, parando de amasar al ver a su esposa con varias mochilas de equipaje y con vestimenta de excursión.
- He decidido ir al Mundo Digital a buscar a mi hijo! – Contestó la señora – Ya me cansé de esperar! Quiero saber de él!
- Pero no puedes! Es muy peligroso que tú vayas sola al Digimundo! – El señor trataba de detener a su esposa, que estaba empeñada a ir. Después de un rato insistiendo, la mujer cesó, se cayó de rodillas y comenzó a llorar.
- Por favor, no llores...
- Mi hijo... Él es tan pequeño... Porqué tiene que pasarnos esto a nosotros?
- Ha de ser una prueba. – Contestó el hombre, tomando un hombro a su esposa – Es lo que el destino nos preparó para madurar; de seguro algo bueno saldrá de todo esto.
La señora levantó su rostro, y dirigió su mírada hacia el mostrador del negocio de panes... Comenzó a recordar cuando ella y su esposo llegaron por primera vez aquí. Takato apenas tenía tres años, y cada momento, mientras se preparaban para abrir, tiraba o rompía algo por tratar de ayudarles.
- Takato, mira lo que hiciste! Mejor vete a ver la televisión, u otra cosa, pero ya deja de estorbarnos! – Le dijo una vez a su hijo. El pequeño Takato salió corriendo, derramando lágrimas por todo el piso.
- Creo que... Esto nos pasa por ser tan malos padres con nuestro pequeño...
- No digas eso... Mejor levántate, y llámemos a uno de sus amigos. - El hombre levantó a su esposa y la abrazó. – Tal vez ellos sepan algo sobre nuestro hijo.
- Sólo espero que regrese con bien... Eso es lo único que espero...
Y así, comenzó a llorar fuertemente, con los brazos de su querido esposo rodeándola...
***
Mientras tanto, Jenrya esperaba en la Guarida de Guilmon. Tenía que hablar de nuevo con Maki, y saber cuándo iba a partir al Digimundo.
Quería ir con ella, y de seguro también Ruki tenía ese deseo. No le importaba que tan peligroso iba a ser todo esto, ya que lo único que quería saber era si Takato estaba con bien.
Cerró sus ojos, mientras pensaba:
" Terriermon..."
- Me esperabas?
El muchacho se sobresaltó. La niña por fin había llegado, junto con su Digimon fantasma, que estaba saltando de un lado al otro tratando de entretenerse.
- Sí, claro que te esperaba.- Contestó Lee – Sólo te aviso que no nos importa lo que pueda sucedernos; necesitamos y deseamos ir al Digimundo..
- No me importa lo que me digan, jamás los llevaré. – Contestó Musabi – Es demasiado peligroso para ustedes, compréndalo.
- Insinúas que somos inútiles?? Nosotros hemos estado en el Digimundo, y conocemos cómo es! – Gritó Jenrya – Ten por seguro que podemos servirte de algo!!
Maki miró a Lee a los ojos, fijamente. Un silencio llegó al interior de la Guarida de Guilmon, mientras que Poemon jugaba arriba de un árbol cercano.
- Me iré hoy mismo... No hay que esperar más...
Los ojos de Lee se iluminaron.
- Entonces... Podemos ir? – Preguntó.
Maki salió de la guarida, y, a espaldas de él, le contestó:
- Sólo les pido que no intenten hacer ninguna locura; los enemigos tienen poderes muy superiores a los de nuestros Digimons.
- N-no hay problema con eso... Lo único que queremos es reencontrarnos con nuestros Digimons, buscar a Takato y ayudarte en lo que podamos ante esta terrible amenaza.
La niña volteó y miró a Lee algo extrañado:
- Pensé que ya lo habías comprendido.- Dijo.
Él no entendió esas palabras, así que preguntó:
- A qué te refieres?
- A lo de Matsuda... Pensé que habías comprendido que las esperanzas de verlo con vida son mínimas; casi nulas.
- Tú eres una sacerdotisa... Debes de comprender mejor que nadie que lo último que se debe perder es la fe! – Exclamó el niño de pelo azul – Estoy seguro que Takato sigue con vida!!
Maki sonrió: Es la primera vez que ve a un niño de su misma edad tan decidido.
- Es bueno que pienses así...
" Tal vez... puedan ser de ayuda para mí en este enfrentamiento..."
***
- Ruki, creo que ya sabes porqué te invite hasta aquí... – Juri comenzó a hablar, después de cinco minutos de quietud. Ruki seguía tomando de su malteada, sin mirar a ningún lado; estaba pensando, pero las palabras de su amiga la hicieron volver a la realidad.
- Tengo una leve idea. – Dijo la pelirroja, un poco sarcástica.
- Bueno...- Juri ignoró el sarcasmo de su amiga, y continuó – Últimamente te he visto un poco extraña, y ya me imagino porqué.
- Quieres continuar lo que dejaste a medias el otro día? Entonces te anticipo que no tengo deseos de hablar de eso!! – La Reina Digimon se levantó de la mesa, pero Juri la tomó de la mano, tratando de detener su partida.
- Espera! – Exclamó – Necesito hablar de eso contigo!
- Para qué?? Para llegar de nuevo a ningún lado?? – La niña de pelo marrón escuchó eso, y bajó su mírada; su amiga tenía razón – Lo ves?? Sabes que esta conversación no tiene sentido alguno!
- Claro que lo tiene! – Interrumpió Katou – Por favor, siéntate!!
Ruki miró Juri fijamente, y se dio cuenta de las intenciones de su amiga: En verdad tenía deseos de ayudarla en su conflicto emocional.
En estos últimos cuatro meses, ellas dos se han vuelto grandes amigas. Tal vez Ruki, en su desesperación por encontrar algo que llenara el vacío de Renamon, encontró en Juri la forma de enterrar ese doloroso pasado que la atormenta. Así comenzó todo, pero pronto ese intento de llenar el vacío se frustró y encontró una nueva amistad que dejó olvidada esa intención... Ahora se ha dado cuenta de que Juri era tan parecida, y sabía que Katou había hecho lo mismo que ella: La utilizó para llenar el hueco de Leomon.
Katou sentía que su papá no la quería... Pensaba que nadie la tomaba en serio, y el D-Reaper sacó a relucir eso. En este momento es cuando Ruki se dio cuenta de que en Juri, más que encontrar una forma de olvidar a Renamon, obtuvo una hermana gemela: Sentían lo mismo; les pasaba lo mismo.
Eran tan diferentes, pero a la vez tan iguales.
Y en ese instante en el que veía los marrones ojos de su hermana del alma, cuando se entera que Juri quiere ayudarla, y no se detendrá hasta hacerlo.
Así que, sin decir ni una palabra, se sentó.
Juri sonrió.
- Vamos, dime lo que me quieras decir. – Dijo la pelirroja.
- Bueno, me gustaría saber qué es lo que te pasa...
- Ni yo misma lo sé. – Contestó Ruki – Tengo sentimientos entremezclados...
- Uno de ellos es la rabia, verdad? – Preguntó Juri.
Ruki abrió bien los ojos; era increíble lo bien que la conocía Katou.
- Piensas que Takato se olvidó de nosotros, y que él fue muy egoísta.
Makino no dijo nada, así que Juri continuó:
- Otro de tus sentimientos es el miedo; temes que a Takato le haya pasado algo trágico.
Ruki suspiró; ella tenía razón en todo lo que decía. Así que preguntó:
- Sabes esto porque sientes lo mismo que yo?
- Claro. – Contestó Juri – Conozco a Takato desde que estábamos en cuarto de primaria; él había sido mi único amigo antes de que conociera a los Digimons y a ustedes.
- Ya veo...
- Tal vez no te hayas dado cuenta, pero Takato es un niño muy callado y antisocial. Los únicos amigos que tenía era Hirukazu, Kenta, y yo. Nunca lo vi relacionarse con otras personas antes de que conociera a Guilmon...
Ruki esbozó una leve sonrisa.
- Creo que todos somos iguales, no lo crees? – Comentó. Juri asintió – Digo, es como si alguien nos hubiera escogido especialmente a nosotros para que nos conociéramos.
- Tienes razón.
- Es increíble...- Continuó Ruki – Si lo pienso desde otro punto de vista, jamás me podría olvidar de ustedes, porque sé que son mis verdaderos amigos... Tal vez sea por eso que siento rabia hacia Takato por olvidarnos.
- Él no nos olvidó... – Interrumpió Katou – Hizo lo que cualquiera de nosotros hubiera hecho... Tú hubieras reaccionado de otra forma??
Por primera vez, Ruki comenzó a pensar desde esa forma: Takato no pensó en lo que hizo... Lo único que quería era ver a su Digimon. Estaba segura de que tampoco pensó en la forma de regresar, sino que partió al Mundo Digital como un simple instinto.
Cualquiera lo hubiera hecho de esa forma, hasta ella, así que no debería de sentir rabia.
- Y tampoco deberías de sentir miedo...- Dijo Juri, interrumpiendo los pensamientos de la pelirroja - Takato piensa en nosotros, y sabe que si él muere, hay gente que lo estima bastante y que lloraría por eso.
Eso también es cierto. Ella no debería de dudar por él... Ninguno de los Tamers debería de dudar por ninguno.
Eso es lo que debió haber aprendido ella: Confiar en los demás. Entonces, su miedo en verdad no tiene caso.
El pasado ya es pasado, y no debe de sentir trauma por lo que le haya sucedido antes; hay que aprender a ayudar a los demás cuando sea el momento, y no vivir siempre con el temor de poder verlos lastimados, física o emocionalmente.
- Hablaste con Lee, verdad? – Le preguntó la pelirroja. Ella asintió, sonriente.
- Él me contó todo lo que ha acontecido, y por eso decidí hablar contigo.
- ... La verdad, tienes razón en todo; organizaste parte de mis problemas, y te lo agradezco mucho. – Dijo Ruki.
- No me lo tienes que agradecer. – Juri se levantó de la mesa, y concluyó – Bueno, era lo único que quería decirte. Lo demás es parte tuya. – En eso, de su mano derecha apareció una marioneta de perro; la que Juri siempre acostumbra traer – Y no te preocupes; Takato se encuentra bien...Bow!
Ruki también sonrió; tal vez la primera sonrisa que le dirige a uno de sus amigos... Una sonrisa cálida, con el significado de que por fin encuentra una posible salida a sus conflictos. Una lágrima resbaló por su mejilla izquierda.
- En serio, te lo agradezco tanto!
***
- ( Ruki, buenas noticias! Iremos al Digimundo!)
- Muy bien... Me alegro...
- (... Bueno. Nos vemos a las cinco de la tarde en la Guarida de Guilmon... Hasta luego...)
Ruki se encontraba acostada en su tapete, en su propia habitación. Ahora parecía más amplía, ya que estaba comenzando a aclarar sus sentimientos; ya se sentía un poco mejor.
Ahora ya no se sentía tan sola; ahora sabe que tiene grandes amigos con los que se puede confiar y llorar cuando se necesitaran. Una era Juri... Otra era su madre...
Ahora que lo pensaba, la ausencia de Renamon le sirvió mucho. Ya había visto que había un mundo afuera, que la tomaba en cuenta, para bien o para mal.
Ya no se sentía culpable por el pasado; Lo único que le dolía ahora es no haberse dado cuenta de esto antes.
En pocas palabras, ya no le importaba ser débil... Con esto aclarado, ella sonrió.
Se levantó de la cama. Volvería a ser la misma niña de fuerte carácter de antes, pero mostrando sus sentimientos hacia los demás.
- Mamá... Abuela... – Ruki llegó al jardín, donde se encontraban sus dos personas más queridas. Les dijo sobre sus planes... Sobre lo que tenía que hacer.
Su abuela aceptó la situación... su madre lloró, pero terminó dejándola ir.
- Sólo espero... Que todos vuelvan con bien...
- No te preocupes... Volveré con bien... y es porque te quiero mucho y no quiero que sufras...
Su madre miró sorprendida a su hija, para después abrazarla y estallar en llanto... Estaba feliz... En ese momento, todo lo que ha hecho en su vida, las cosas buenas y malas, cobraron total sentido...
Después, Ruki se marchó, sonriendo y derramando unas cuantas lágrimas de sus ojos; estaba feliz... Por primera vez le había dicho a su mamá que la quería... Por primera vez en su vida.
Quería quedarse, pero también quería partir... Quería encontrarlo y demostrar que en verdad confiaba en él.
Pero antes, debía ir con sus padres...
Al llegar, se encontró con ellos, tristes por la ausencia de su hijo. Al ver a la pelirroja, pensaron que había noticias del muchacho, pero Ruki aclaró eso antes de que preguntaran.
- Nosotros partiremos al Digimundo hoy mismo. Nuestra primera prioridad será buscar a su hijo, así que no se preocupe por ello. – Dijo la niña. La Sra. Matsuda lloró de emoción.
- Muchas gracias! – Dijo, abrazando a Ruki, no importándole lo que pudiera decir. Ella no dijo nada, y sintió la gran consternación de la señora... Por primera vez comprendía los sentimientos de los demás, apartes de sus amigos y de Renamon.
En pocas palabras, era una Ruki nueva... Y se sentía contenta de ello...
- Sr. Matsuda...
- Qué sucede? – Contestó el señor, sonriendo.
- Hay un par de cosas que olvidó Takato... Puedo entrar a su habitación a buscarlas?
***
- Takato, qué es eso? - Preguntó Kenta, al ver a su amigo con un estandarte. Tenía garabateados a todos los Tamers con sus Digimons: él con Guilmon, Ruki con Renamon, Jenrya con Terriermon, Ryo con CyberDramon, Hirukazu con Guardromon, Kenta con MarineAngemon, Shiuchon con Lopmon, y por último Juri con Kurumon. En la parte superior decía con letras grandes "Digimon Tamers".
- Es otro estandarte?? – Dijo Kazu. Todos los Tamers miraban tristes la creación del emocionado muchacho.
- Este será nuestro Estandarte de la Amistad. Este será nuestro sello de juramento, de que partiremos al Digimundo por nuestros Digimons y después, todos juntos volveremos...
- Takato, para esto nos invitaste??!! – Gritó Ruki. Le arrebató el estandarte, partió el asta de madera, y lo tiró al suelo frente a sus asombrados amigos.
- Ruki!!! – Takato se arrodilló y tomó el estandarte. Levantó su rostro, que en lugar de mostrar furia, mostró tristeza – Porqué lo hiciste??
- Acaso no entiendes??! Nunca podremos volver a ver a nuestros amigos!! Lo único que haces es lastimarnos más!!
- Ruki, por favor cálmate! – Dijo Lee, tratando de detenerla, pero Ruki se sentía muy mal.
Sentía que su herido corazón se lastimaba más y más...
***
- Estás seguro que Ruki vendrá? Ya se tardó mucho. – Dijo Hirukazu, llevando una gran mochila en su espalda.
- Estoy seguro que vendrá.- Contestó Juri.
Ellos dos junto con Kenta y Lee, estaban reunidos afuera de la Guarida de Guilmon. Lee no pudo encontrar a Ryo, ya que no tenía su teléfono, así que se conformó con llamar sólo a ellos tres.
- Aún no puedo creer lo que está sucediendo. – Dijo Kenta, muy nervioso
- Tienes razón; Yo tampoco puedo creer que Takato pueda estar solo ante todo esto. Estará bien? – Dijo Kazu. Juri quizo hablar para calmarlos, pero Lee se le adelantó.
- No se preocupen... Momantai...- Dijo. Los dos muchachos sonrieron, y se calmaron. Juri también sonrió.
Apenas hace unos momentos Jen les aclaró todo lo que le faltó decir a sus dos amigos: Sobre lo de Chaosmon, que ese Digimon es el responsable del virus que se expande por la Internet, y la gravedad de la situación.
Mientras tanto, Maki se encontraba con Poemon adentro de la Guarida. Estaba impaciente, pero aún así no habría tanta prisa de partir; aún la puerta seguía cerrada.
- Esa niña es mucho más extraña que Ruki...- Comentó Hirukazu, para matar el tiempo – No entiendo cómo le hará para abrir la puerta...
- No va a abrir la puerta, - Aclaró Lee – Según lo que me dijo ella, en cualquier momento se abrirá.
- No me digas que es una bruja. – Dijo Kenta, acomodándose sus anteojos – Será mejor que me aleje de ella que puede ser más peligrosa que Ruki...
- Que de quién??
Kenta se horrorizó. Se giró lentamente, para encontrarse con lo que más temía.
- Ruki! – Jenrya estaba extrañado; Hirukazu exclamó, y Juri simplemente saludó a su amiga.
La niña llevaba puestos los googles de aviador de Takato Matsuda, y en sus manos traía el estandarte que el niño de pelo castaño mostró a todos los demás. La parte que Ruki había roto, estaba unida con cinta de aislar, así que a pesar de eso, estaba en buenas condiciones.
- Ruki, porqué llevas todo eso?? – Preguntó Kenta, esperando un golpe por parte de la Reina Digimon.
La niña mostró su sonrisa de gato, para después decir:
- Para la buena suerte.
Maki salió de la guarida, y dijo:
- La puerta se ha abierto, así que ya podemos partir.
Ruki, Jenrya, Juri, Hirukazu y Kenta escucharon eso, y se reunieron.
- Muy bien, Digimon Tamers! – Gritó Ruki, animosa – Están todos listos?
- Sï!!
Maki los miraba sonriente. Poemon salió de la casa, y le preguntó:
- Porqué no nos unimos a ellos? Se ve que se divierten mucho...
La niña de pelo largo miró a su Digimon, y, desapareciendo su sonrisa, contestó:
- No tiene caso... Mejor que se diviertan, porque lo que viene será muy difícil...
Así, los Digimon Tamers marcharon a una nueva aventura en el Mundo Digital, para reencontrarse con su Digimons, detener a Chaosmon, y encontrar a Takato.
Ruki en especial se encontraba confiada en encontrar a su amigo. Mientras bajaba, con los googles de su amigo puestos y el estandarte en sus manos, no dejaba de pensar en aquéllas palabras:
Este será nuestro Estandarte de la Amistad...
Este será nuestro sello de juramento, de que partiremos al Digimundo por nuestros Digimons y después...
Todos juntos volveremos...
***
Fin del capítulo cuatro
***
Otro capítulo sin sentido a la cuenta xD Bueno, espero por lo menos que les haya gustado el capítulo, y también espero que les comience a gustar la trama.
Algo que se me olvidó mencionar en las notas del capítulo anterior es sobre el Koromon que menciona Ruki. Ese evento es algo que se mencionará mucho después en el fic, así que no coman ansías (ni que fuera tan famoso el fic =P)
Nos vemos!
***
AVANCES DEL PROXIMO CAPITULO:
Ruki y los demás llegan al desierto del Digimundo. Todos comienzan a notar, después de pasar un tiempo en ese sitio, que sólo hay oscuridad: el primer indicio de que algo malo le ocurre al Mundo Digital. Al decidir partir de ese lugar, un extraño Digimon aparece, que se hace llamar "Royal Knight"...
Nota final. Sí!! El conflicto de los Royal Knights por fin comienza!! ^O^
