**Nota para *Valeria-chan*: Me dijiste que cuando lo terminara, lo ibas a leer, así que de ahora en adelante este fic está dedicado a ti ^_-

Espero que regreses pronto DIGIMON TAMERS 02

Capítulo cinco: La Orden Sagrada de los Royal Knights

- Jefe Yamaki, el virus está regresando a la normalidad toda la Red que tenía bajo su control!!! – Exclamó Megumi. Yamaki escuchó eso y corrió hacia los monitores junto con Jyanyu.

- Vaya, ese virus del demonio está jugando con nosotros...- Dijo, jugando inquietamente con su encendedor.

- Yamaki, qué es lo que podemos hacer?? No podemos quedarnos con los brazos cruzados! – Dijo Tao – Debemos aprovechar que el virus se encuentra estable para hallar una vacuna contra él!!

- Eso ya lo sé, pero no podemos hacer nada...

- Entonces sólo nos quedaremos esperando a que el virus destruya todo??? – En eso se escucha un sonido: Era el celular de Jyanyu. Lo saca de su bolsillo y lo contesta.

- Bueno?

   Al otro lado del teléfono, una mujer angustiada lloraba en el recibidor de su casa. Su hija, una pequeña de 8 años, estiraba el vestido de su madre, sin saber lo que estaba sucediendo.

- Jyanyu, hablo para decirte... algo muy importante...- Dijo la señora, tratando de contener las lágrimas al hablar con su esposo.

- Mamá, qué es lo que pasa?? Lloras porque mi hermano fue al Digimundo con sus amigos?

~**~

   Ruki se sobó la cabeza: Estaba mareada. Pensó en el Estandarte, y lo buscó por todos lados. Al instante, lo vio a lado suyo. Lo tomó, y lo revisó:

- Qué bueno. – Se dijo, sonriente – No le pasó nada.

   Se levantó con el Estandarte en sus manos, y trató de salir del cráter que formó por la caída. Cuando por fin salió, miró al cielo y exclamó:

- Pero porqué el cielo se encuentra así???

   El cielo estaba completamente oscuro; era como si el firmamento hubiera desaparecido por completo y ahora era parte de la nada. Lo único que se alcanzaban a ver eran las columnas de luz que transitaban por el mundo, y la Tierra... pero también había algo extraño con ella. Se veía con diferentes manchas de color morado, como si algún líquido la estuviese cubriendo.

- No te preocupes...- Lee apareció a lado de Ruki. Se encontraba muy serio – El Mundo Real está bien; sólo se ve así a causa del virus.

- Ya veo...

- Lo que no entiendo es porqué el cielo se ve así. De hecho, creo que el mismo cielo del Digimundo ha desaparecido.

- Tal vez sea por las formas que Chaosmon materializó en este mundo. – Supuso Ruki – Pero tendrán tanto poder como para destruir el firmamento??

   Mientras tanto, Hirukazu y Kenta se levantaban. Ambos gritaron al darse cuenta de que habían perdido todo su equipaje. Ruki y Lee corrieron hacia ellos, para encontrarlos llorando como niños chiquitos.

- Todas nuestras cosas se perdieron!! – Gritaron.

- Yo que había traído líquido especial para encerar a mi hoja de lata!! – Exclamó Hirukazu.

- Por eso les dije que no trajeran nada. – Dijo Lee, con una enorme gota corriendo por su cabeza. – Pensé que ya habían aprendido esa lección.

- Teníamos todo preparado! – gimoteó Hirukazu, levantándose resignado.

- Habíamos cerrado bien nuestras mochilas para que nos se escaparan las cosas, - Dijo Kenta – Pero parece que esta vez las mismas mochilas se fueron de nosotros.

- Qué mala suerte... Bueno, ya ni llorar es bueno, no lo crees? – Finalizó Kazu, con una sonrisa resignada.

   Ruki y Lee suspiraron. Esta vez ellos dos había llegado al Mundo Digital como Tamers, pero seguían comportándose de la misma forma. Tal vez sea porque no convivieron mucho tiempo con sus Digimons, pero no es momento para pensar en eso.

- No dejarán de ser unos niños! – Dijo Juri, en tono de broma. Ella era la última que faltaba por reunirse al grupo... No, no era así... faltaba alguien.

- Por cierto, donde está Musabi? – Preguntó Lee, mirando para todas direcciones buscando a la niña.

- No la he visto por ningún lado. –Contestó Kazu. Kenta también replicó lo mismo.

- Esa niña me trae mala espina...- Comentó Ruki, de brazos cruzados – No creen que debamos separarnos de ella para  que haga lo que quiera??

- No, por supuesto que no. – Dijo Jenrya, serio – Debemos de encontrarla, ya que nos puede servir de mucho...

***

   Mientras tanto, no muy lejos de ahí, Maki se encontraba sentada en una piedra comiendo una bolas de arroz que ella misma preparó para comer. Una mitad se la había regalado a Poemon, que a pesar de ser un fantasma, como todo Digimon, necesitaba comer.

- Maki, porqué no nos vamos de una vez en lugar de quedarnos aquí? – Preguntó el Digimon, después de haberse acabado el pedazo que le correspondía.

Maki le dio las últimas dos mordidas a la bola de arroz para terminársela, para después contestar:

- Es algo que deseo hacer. No te gustaría que nos acompañaran?

- Maki, hay veces en que no te entiendo muy bien...

- Bueno, es simple... Con ellos, que ya han estado en el Digimundo, no nos perderemos tan fácilmente, no lo crees?

- Bueno, creo que tienes razón...- Poemon se alejó un poco de su Tamer. El lugar estaba muy oscuro, y no se alcanzaba a ver casi nada. En eso, notó una extraña luz que parecía de linterna.

- Ahí están. – dijo Maki, seria.

   Ruki, Lee, Juri, Hirukazu y Kenta se encontraron con la sacerdotisa. Para ellos fue muy difícil encontrarla, ya que el lugar se encontraba demasiado oscuro.

- Ni creas que te nos vas a escapar, entendido? – Dijo Ruki, molesta – Recuerda que de ahora en adelante, todos estamos metidos en esto, y terminaremos con esto juntos.

- Quién dijo que iba a escapar? – Maki se levantó de la roca, y agregó – Sólo quería alejarme un poco, es todo...

- Y crees que te vamos a creer semejante cosa?? – Exclamó la Reina Digimon, furiosa.

- No dije eso para que me creyeras... Es sólo la verdad. Además, como soy la única Tamer con su Digimon, si los dejo, morirían irremediablemente.

- Yo sé cuidarme sola!! No necesito a Renamon para pelear!

- Tanta riña de ellas dos me asusta.- Comentó Kenta – Creo que son taaan parecidas...

- Tienes razón. Si ya con una Ruki es suficiente! – Exclamó Hirukazu.

- Por favor, no sean así. – Dijo Juri. Se acercó a las dos niñas, y les dijo – Esto es algo que debemos superar juntos.

Miró a Ruki, y le dijo:

- Ruki-chan, Musabi tiene razón; di dejamos que se marche, nosotros ya no tendríamos con qué defendernos de posibles ataques.

- Sí, creo que tienes razón...- Contestó la pelirroja, cruzando sus brazos y mostrando molestia.

Luego, Katou volteó con Maki.

- Y tú podrías perderte en el Digimundo como nos pasó a nosotros la primera vez que venimos aquí. – Maki no contestó nada – Es obvio que necesitamos unirnos para encontrar a Takato y salvar al Mundo Digital y nuestro mundo.

- Juri tiene razón. – Lee por fin intervino en el diálogo – Ahora no es momento para pelear entre nosotros.

- Bueno, está bien... Pero ni crean que me llevaré bien con ella. – Concluyó Ruki. Miró el sitio en donde estaban, y se le hizo el lugar ideal para poner el estandarte de Takato – Qué les parece si pongo nuestro estandarte justo aquí?

- Me parece bien.- Contestaron Hirukazu y Kenta el unísono.

   La niña buscó el lugar exacto, y cuando lo encontró entre unas rocas, lo puso justo ahí y le agregó con un poco de piedras para que permaneciera sin caerse. Al ver el estandarte que hizo Takato, ella sonrió. Jenrya, Juri, Hirukazu y Kenta se acercaron y también sonrieron.

Maki y Poemon sólo los veían, extrañados.

" Ellos en verdad quieren buscar a Takato antes que nada..."

- Bueno, vámonos. – Dijo Ruki, acomodándose sus googles. En todo el tiempo que estuvieron contemplando el estandarte, no se dijeron ni una sola palabra.

En ese momento, una explosión ocurrió cerca de ellos.

- Pero qué pasa?!! – Gritó Juri. Gran cantidad de tierra se levantó de la explosión, haciendo que la poca visibilidad que había se perdiera por completo. Al disiparse todo, pudieron apreciar una extraña silueta.

- Así que ustedes son los niños destructores de los que tanto he escuchado? Permitanme presentarme...

   Parecía un androide; su cuerpo metálico de color rosa, y tenía forma de mujer. Al verlo, todos pensaron que en verdad era un robot.

- Quién es ese arlequín?? – Preguntó Hirukazu, tendido en el suelo, asustado.

- No sé, pero tiene una apariencia extraña. – Dijo Kenta, que estaba igual que su amigo Kazu.

   El que parecía un Digimon estaba algo alejado de los niños, que no comprendían lo que estaba sucediendo. Él sacó de la nada una rosa roja, y comenzó a hacer una pose, ridícula para los niños.

- Mi nombre es RhodoKnightmon, el guerrero de las rosas. Soy un miembro honorable del grupo de los Caballeros más poderosos del Digimundo, la Orden Sagrada de los Royal Knights. Será mejor que se rindan si no quieren sentir mi enorme poder.

- La Orden Sagrada de los Royal Knights? – Se preguntó Ruki, mirando al ridículo ser.

- He escuchado sobre ellos, en sueños. – Dijo Maki – Creo que es un grupo creado justo después de que el Delipa fuera derrotado, formado por los Caballeros Digimon de etapa mega que sobrevivieron en la batalla. Ellos se ofrecieron a proteger a este mundo.

- Y son muy poderosos? – Preguntó Juri.

- Por supuesto que sí. – Contestó la niña de pelo azul, seria – Aunque se supone que son Digimons que luchan por la justicia, pero...

- Entonces no veo porqué tenemos miedo ante ese ser. – Interrumpió Ruki, levantándose y llamando la atención del Caballero Digimon.

- Ruki, ese Digimon viene a matarnos!! – Gritó Maki, tirando a la pelirroja al suelo, justo a tiempo porque RhodoKnightmon había lanzado su rosa a una velocidad que, si hubiera tocado a Makino, la hubiera atravesado sin remedio.

Ruki vio eso, y comenzó a temblar de miedo. Miró a Maki, que estaba muy preocupada.

- Estás bien? – Preguntó la sacerdotisa.

Ruki pensaba cómo se había dado cuenta ella de que RhodoKnightmon la iba a atacar.

- Tal como lo dijo esa niña, he venido hasta aquí simplemente para matarlos – Dijo el Royal Knight.

- Pero porqué??!! – Preguntó Jenrya, desafiante – Qué es lo que te hemos hecho?!

- Nosotros, los Royal Knights, no toleraremos que seres inferiores como ustedes intenten destruir nuestro Digimundo. Hemos estado todo este tiempo reconstruyéndolo, y hemos hecho grandes avances... No permitiremos que ustedes acaben con todo lo que hemos hecho!!

   RhodoKnightmon se lanzó a una increíble velocidad hacia los niños, teniendo su escudo por delante para atacarlos. Pero, justo en ese momento, Poemon se atravesó, abriendo su frasco y sacando de él una gran cantidad de humo, hizo su técnica especial, el humo cegador.

- Pero qué...??!! – RhodoKnightmon no podía ver absolutamente nada a causa de ese humo; una gran oportunidad para alejarse lo más pronto posible de ahí.

- Hay que escapar! – Gritó Jenrya – Es nuestra oportunidad de huir!

   Ruki rápidamente se levantó y vio a Maki, que estaba mirando alerta a RhodoKnightmon; ella sabía que no iba a durar mucho tiempo.

Maki tenía que hacer algo.

- Qué estás haciendo? Hay que escapar! – Gritó la pelirroja.

- Yo no huiré. Ustedes escapen; yo y Poemon trataremos de detenerlo por más tiempo.

La sacerdotisa sacó una carta y su D-Ark.

"Card Slash! Conexión S de Supervelocidad!"

   Gracias al poder de la carta, Poemon ganó más velocidad. El humo por fin se disipó, y el tiempo de los Tamers de escapar había terminado.

- jajaja, no crean que con eso van a poder escapar. – Dijo RhodoKnightmon – Pánico Extremo!

El Digimon de nuevo se lanzó hacia los niños. Ellos no podían hacer nada, ya que no tenían a sus Digimons.

- Poemon, atácalo! – Gritó Maki. El fantasma obedeció, sacando un rayo color morado oscuro de su boca.

- Rayo Lúgubre! – El rayo impactó en RhodoKnightmon, que lo hizo detenerse, pero no lo dañó en absoluto. Maki comenzaba a consternarse.

- Creo que primero acabaré con ese molesto insecto. – Dijo, acercándose al fantasma, que no sabía que más hacer – No quería hacerlo, pero los Digimons que protegen a los niños que intentan destruir este mundo, también tienen que ser exterminados.

- Maldición! – Ruki se acercó a la niña de pelo azul, que sacaba otra carta para ayudar a su Digimon – Tengo que hacer que evolucione!

- No! Hay que escapar! – Exclamó la Reina Digimon – No podemos contra él! Sólo está jugando con nosotros!

- Ustedes escapen! Yo me quedaré aquí luchando y enfrentaré mi destino!

- Ya me cansé de ti! – Ruki tomó el brazo de Maki y la comenzó a jalonear de forma brusca -  No me importa para nada lo que hagas, pero no me perdonare si te matan aquí!

- Muere! – RhodoKnightmon de nuevo usó su Pánico Extremo, esta vez en contra de Poemon. El fantasma abrió bien sus dos luces que tiene por ojos; lo único que lo podía salvar era de nuevo su humo, que usó sin dudar.

- Por favor, déjame en paz! – Maki se soltó de Ruki – Yo sé muy bien lo que hago, y tengo que encontrarme con mi muerte aquí mismo!

- Hay que escapar! Vengan con nosotros! – Gritó Jenrya. Todos los demás también gritaron: Ruki y Maki estaban muy cerca de la batalla, y podían salir lastimadas, o algo peor.

- Ni creas que me vas a detener con ese humo! – Exclamó RhodoKnightmon, usando su Farsa Espiral para dispersar el humo, dejando visible nuevamente a Poemon – Lo ves? No tienes ninguna posibilidad de vencerme.

   Ante las míradas de todos sus compañeros, Ruki se puso atrás del Digimon fantasma y frente al Caballero Digimon. Maki no comprendía porqué; porqué arriesga tanto por ella y su Digimon, si tanto los odia?

- Acaso quieres pelear contra mí, chiquilla? – RhodoKnightmon río fuertemente, sacando de la nada otra rosa roja – Quieres terminar tu vida rápido? Entonces te mataré primero que tu amiga y su Digimon!

- No permitiremos que nos mates aquí, caballero de segunda! – Gritó fuertemente Ruki, llena de coraje – Tenemos algo que hacer, y no permitiremos que te atravieses en nuestro camino!!

   Una fuerte luz blanca apareció, cegando a RhodoKnightmon. Unos pequeños seres aparecieron en el lugar: Eran los Digi-Gnomos.

- Maldición! No permitiré que escapen!! – Gritó el Digimon.

- Qué es lo que pasa? – Se preguntó Lee, tapando la luz con su brazo para tratar de ver a los seres digitales rodeando a los niños.

- Son... Los Digi-gnomos. – Dijo Maki, acercándose a la Ruki, sorprendida – Se supone que ellos...

- No entiendo lo que pasa, pero seguro vienen a salvarnos! – Dijo Juri.

   Ruki no podía ver nada. La luz que producían los D-Gnomos era muy fuerte, y molesta para la vista, así que rápidamente se puso los googles de Takato. De repente, sintió una extraña sensación en su mano izquierda. Al verla, miraba cómo se iba desintegrando poco a poco su mano... Después su brazo... Y luego, todo su cuerpo...

- Qué es esto??!! – Gritó, asustada.

- Makino!!! – Maki también se miró, y estaba desapareciendo igual que ella.

- Ay, mamacita! – Exclamó Kenta, jurando que sus pantalones para ese momento ya estaban mojados. Todos los demás Tamers comenzaban a desaparecer también.

   La luz terminó... Los Digi-gnomos desaparecieron, al igual que los Tamers. El único que quedaba era un tranquilo RhodoKnightmon, que parecía ya no importarle lo que haya pasado con ellos.

- No importa adonde hayan ido... Nosotros los Royal Knights los encontraremos!!

- Eso es lo que espero...

   RhodoKnightmon giró hacia una roca alejada. Se alcanzaba a apreciar una silueta; sólo eso, ya que la prenumbra no dejaba ver absolutamente nada. Lo único que se podía admirar claramente era el fuego azul que salía de algún lugar y una extraña aura azul oscuro que despedía la sombra.

 El Caballero Digimon le hizo una reverencia a la silueta, mientras hablaba:

- No se preocupe. Mataremos a esos niños antes de que se reencuentren con sus Digimons y causen más problemas...

- Está bien... Sólo espero que no tengan más problemas que los que tuviste tú...

   RhodoKnightmon se sintió aminorado; no era para menos: sentir el enorme poder de un Digimon Dios era aterrador. Lentamente tragó saliva, y contestó:

- Le repito que no tiene porqué preocuparse. Nosotros acabaremos con esos niños... De eso no le quepa la menor duda, Sr. Hadesmon...

***

Fin del capítulo cinco

***

NOTAS DEL AUTOR:

Espero que les haya gustado el capítulo (La verdad está re-feo, pero qué se le va a hacer xP).

* Una cosa: Los Royal Knights sí existen. Si quieren información de ellos o de alguna otra cosa, no duden en escribirme a digimon_tamers02@hotmail.com para aclarar todas sus dudas.

Nos vemos!

***

AVANCES DEL SIGUIENTE CAPITULO:

   Ruki y los demás llegan a una aldea de unos peculiares Digimons. Ahí, la Reina Digimon encuentra a su compañera Renamon, pero actúa algo extraña. Mientras tanto, otro Royal Knight aparece para acabar con los Tamers...