Del Asesinato como una de las bellas artes: Introducción.



El arte corría por sus venas. En su familia siempre había habido miembros con talentos artísticos: pintura, escultura, canto,... Siempre en la familia Malfoy alguien se había destacado en esos campos.

Y él, por supuesto, no iba a ser menos. Era un perfecto Malfoy, en todos los sentidos, y el talento artístico no iba a ser una excepción.

Lucius Malfoy tenía refinamiento, buen gusto, sentido de la estética... y afán de superación. Por ello sus obras eran tan espectaculares.

Como bien se sabe, no todo el mundo puede ser perfecto en todos los campos, por lo que diremos que era bueno dibujando, especialmente con el carboncillo, de notable voz y oído musical y se defendía con la escultura y los trabajos manuales en general. Pero si por un arte será recordado Lucius Malfoy, será por el arte de torturar y matar a otras personas.

Ese era uno de los motivos por los que se había unido a la causa de Lord Voldemort, por ser una excelente oportunidad para plasmar sus ideas en la realidad, para darse a conocer por su estilo personal. Aparte, claro está, de por la sed de poder que embriagaba siempre a un buen Malfoy.

Los gritos, los lloros y los lamentos son como el canto del alma. La sangre, las lágrimas, los órganos internos saliendo fuera del cuerpo son el color del cuerpo. El crujir de los huesos, el rechinar de dientes, eso es la percusión que acompaña la danza.

¿Y donde está la danza? La danza la ejecuta Lucius, mientras tortura, mientras hace llorar, abre la carne, corta los huesos y arranca la vida. Allí es cuando surge la danza macabra.

Que nadie se atreva a decir que Lucius está loco o que sus actos eran grotescos. Él sabe que eso no es cierto, sino más bien que es totalmente contrario a la realidad: grotescos eran los Lestrange, que adoraban la rapidez y la contundencia: un par de cruciatus, algún hechizo desgarrador de piel y su víctima estaba muerta y ellos cubiertos de sangre, símbolo de poder y de victoria en sus retorcidas mentes. Grotesco era Nott, que se escondía entre las sombras y lanzaba la maldición mortal sin correr nunca riesgos, cobarde practicante de la alevosía. Grotesco era Snape, títere de un viejo loco, traidor al que consideraba amigo, que buscaba hacer el menor daño posible para luego acusar a sus compañeros y librarse así de Azkaban, egoísta, salva tu pellejo. Grotescos eran Crabbe y Goyle, que si hacían algo decente era más bien por accidente que por determinación...

Definitivamente, el no era grotesco. ÉL ERA UN ARTISTA, un número uno, un inigualable.

Para quién siga dudando de ello, aquí hay un par de ejemplos. Espero que disfrutéis con el arte del asesinato, pues vamos a hablar del asesinato como una de las bellas artes.