"...No te pares frente a mí
Con esa mirada tan hiriente
Pon tu mano en mi pecho
Y reconoce que este latido no se miente ..."

Estrechez de corazón, Los Prisioneros.
[ Ok, soy fanática de esta canción. Los que puedan, si no conocen ni pepas de este grupo, bajenla!! Es... genial.^-^ Y las que la han escuchado... a que no piensan en Draco-Hermione? XD]
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"Se ama por que se ama"
Capítulo 19: Latidos.
- Despierta, ya es tarde...-

Hermione se movió un poco, y luego abrió lentamente los ojos. Draco, el muchacho Slytherin de 6 grado, la miraba casi con algo que se podría definir como ternura, y aún vestía el negro pijama de seda. La muchacha de revueltos bucles castaños pestañeó algo confundida, y se sentó mejor en el suelo, pegando la espalda a la fría pared blanca.

- Hola- le saludó con esas sonrisas de " tengo sueño ", mientras se bajaba un poco el sweter, arrugado por dormir en el suelo.- ¿Qué hora es?- preguntó Hermione mientras miraba a Draco, quien caminaba hacia una de las grandes ventanas de la enfermería, que estaba, como todas, cubierta por las cortinas.

- Temprano, como la 6:00 de la mañana- dijo Draco, separando los cortinajes de la ventana y dando paso a un pálido cielo, que comenzaba recién a despedirse de la noche y de su frío manto negro cubierto de diamantes. Hermione tomó la manta entre sus manos y se levantó, para luego pasar sobre sus hombros la sábana y abrigarse un poco más. Se acercó al muchacho, y le miró con curiosidad. En su mirada gris, perdida entre los arboles oscuros de las faldas del bosque, brillaba cierta incertidubre e inquietud, y parecía tomar un tono más melancólico al reflejarse las primeras luces de día en su metalica iris.

- ¿Qué pasa?- preguntó la chica, mientras miraba un pajarillo que, a traves del cristal de la ventana, le devolvía la mirada pareciendo querer jugar o querer comer.

Draco pareció despertar de un ensimismamiento y la miró serio, tan serio que Hermione tuvo ganas de no haber preguntado.

- Pasan muchas cosas, pero no te las diré ahora.- hizo una pausa- Iré a bañarme, los elfos ya deben haber traido algo de ropa y mi túnica.- Dió la media vuelta y Hermione sintió como si un aire frío cruzara la enfermería, y apretó mas la manta a su cuerpo.

- Quiero que las digas.- le dijo Hermione, haciendo que el Slytherin se volviera y la mirara por unos segundos.

- ¿Te importa el pasado?- preguntó.

- Si.- afirmó la chica de Gryffindor, mientras un primer rayo de sol comenzaba a enredarse por entre sus cabellos castaños.- Tu me ocultas algo, y quiero saber que es.

- Dame una razón, tan solo una, por la que deba contarte algo personal de mi.- Draco la miró como si sus ojos funcionaran para mirar atraves de ella.

- Por que somos amigos.- contestó Hermione simplemente, obedeciendo a la conciencia que le gritaba "¡No te ilusiones!". Más que mal, en la noche anterior no había pasado nada más que besos y caricias, y por que ninguno de los dos lo encontró apropiado ni menos a lugar. Era como si hubiese habido una magia tan especial que si hubiese pasado los límites se hubiese roto. Bueno, Hermione pensaba eso al menos, y con eso bastaba para no sentirse arrepentida.

- No somos amigos.-el se acercó y puso las manos sobre sus hombros, mientras su mirada chocaba furiosamente con la de ella- somos novios.- dijo, antes de besarla.

**

Miró, a través de la amplia ventana de su despacho, el amanecer. Los colores cálidos mezclándose graciosamente, aunque logrando una estética prodigiosa imposible de capturar en una fotografía o en una pintura. Sonrió, hace mucho que no veía un amanecer sintiendo tanta calma en su interior.

- Ojalá haya resultado todo bien...- suspiró, sentándose en su cómodo sillón, y mirando como manos invisibles le servían un té. -

Dumbledore miró nuevamente por la ventana, mientras bebía un sorbito de su recién preparado té. Sus ojos azules destellaron tras sus lentes de medialuna, y las aves que recorrían el cielo se reflejaron en los cristales.

- Cuando las vidas que peligran encuentran manos que las cuiden, todo puede tener una mejor solución. Aunque tuve que dar una ayudadita.- Sonrió culpable, recordando las dos gotas de Poción de la Verdad que había aplicado al agua de la enfermería, esperando que nadie se diese cuenta.- Pero después de todo, ¿ quién en este mundo no la necesita?

Bebió un poco más de té, y recordó que ya había enviado los mensajes para los cuatro alumnos que serían sancionados. Suspiró.

- Dí las alas, esperemos que sepan volar. O que no caigan del cielo mientras yo esté ausente. - Murmuró.

**

Sus labios frios se posaron sobre los de Hermione, quien estaba demasiado sorprendida como para hacer algo más que no fuese responderle aquel beso. Sus lenguas se encontraron y tal como dos furiosas llamas de fuego se enredaron, rebosando miel y una carga electrica que hacía que sus pieles parecieran temblar y mandar sobre ellos, haciendo que sus cuerpos se juntaran más y que sus manos juguetearan en la figura del otro, queriendo conocer más con cada beso que se daban. Las manos de Draco comenzaron a bajar por la cintura de Hermione, quien se dejaba acariciar como si estuviese totalmente entregada a él. Una pequeña luz comenzó a apoderarse de la enfermería, tibia y dorada, y comenzaba a envolver sus cuerpos con sutileza.

Hermione de repente se separó de Draco y lo miró, curiosa.

-¿Novios?- preguntó con una sonrisa.- Me estás pidiendo que sea tu novia, Draco Malfoy?

- No te lo pido, te lo ordeno.- bromeó el muchacho, con una sonrisa en sus labios.

- Bueno, entonces acato ordenes.- siguió la broma Hermione, y ambos chicos rieron.- Pero...- interrumpió la muchacha de revueltos bucles castaños.

- ¿Qué pasa ahora? - Draco se cruzó de brazos, esperando alguna complicación por parte de la Gryffindor.-¿ Muy temprano, hay que esperar...?- adivinó, de ojos cerrados.

- Exacto.- aprobó Hermione, caminando un poco.- Digo, ... tu ni siquiera me amas.

- Bueno, yo no he dicho eso. - se defendió el muchacho de ojos grises mirandola intensamente.-

- Tampoco lo haz desmentido.- aclaró ella, devolviendole la mirada. Draco tomó la mano de la muchacha y sin medir en que esta le miraba curiosamente, la puso en su pecho, justo donde estaba su corazón.

- Este latido no se miente.- dijo Draco, mirando la mano de la muchacha, que podía sentir cada uno de los furiosos tumbos que daba su corazón.

- Draco... yo...- Hermione no encontraba palabras adecuadas para expresar lo que sentía. Sonrió.- No se como decirtelo.

-¿No te dije que muchas cosas no se explican con palabras?- preguntó Draco, haciendo alusión a sus palabras anteriores. La chica asintió con la cabeza.- Entonces bésame.- dijo a modo de orden, con una sonrisa bailoteando en sus labios.- Soy tuyo por unos segundos, aprovecha.- bromeó, arqueando las cejas.

- Eres único, Malfoy.- dijo Hermione, y sus labios volvieron a juntarse, ardientes y ávidos de miel, de la miel que derrapaban sus lenguas al enredarse. Las manos de ambos se entrelazaron, como si quisiesen estar así hasta que llegase el fin de todo, y los cabellos rubios del muchacho bailotearon con el aire matutino que se colaba entre las ventanas, al igual que los ensortijados mechones castaños de la muchacha.

- Eso lo sé.- susurró Draco entre besos.

La luz del sol ya se había apoderado de la tierra, a pesar de que aun la escarcha plateada de luna parecía humedecer las flores. Las aves zurcaban el cielo azul, quizás tratando de perforar las esponjosas nubes blancas, o queriendo demostrar su gracia a los ojos curiosos que, desde tierra, las observaban.

- ¿Esto será secreto?- preguntó Hermione, separandose de él y tomando una expresión casi preocupada.

- Si, es mejor. Para los dos.- contestó el rubio adquiriendo, por un momento, una expresión seria.

El reloj de la enfermería marcó las siete en punto, haciendo un lijero "cucú". No se dieron cuenta de que dos lechuzas estaban esperando tras la ventana, picoteando entre sus alas.

- ¿Y si esto no fuese secreto, Draco? - planteó teóricamente Hermione- ¿Si... no hubiese problemas, ni nada de eso?

- ¡Seria rosa, muy lindo!- Draco rodó los ojos- En cambio ahora es... exitante.- contestó, mordiendose lentamente el labio inferior.-

- Tu eres un demonio- rió Hermione, cruzandose de brazos.

-Los demonios son peligrosos, y a ti te gusta el peligro.- insinuó Draco, adquiriendo una postura muy sexy.

- ¿Por qué dices eso?- preguntó, arqueando una ceja.

- Por que...- Él se acercó a ella y la abrazó por la cintura.- estás conmigo.- Sonrió.

**

Su vista seguía fija en el techo de la habitación, y aunque su mente estaba procesando miles de ideas y preguntas, parecía que en verdad se estuviese complicando más en vez de idear soluciones. Pasó una mano por su cabello fueguino, y rindiéndose al insomnio, se levantó y se dirigió por una buena ducha, al baño.

Dejó que el agua fría recorriera libremente su cuerpo, sin censurar lugar. Luego de lavarse el cabello y el cuerpo, y claro, después de estar varios minutos bajo la lluvia artificial solo tratando de relajarse, salió y se enrolló una mullida toalla gris a las caderas, y goteando, salió del baño.

- ¿Tu tampoco podías dormir?- preguntó la voz de Harry, oculta tras los doseles de su cama. Ron sonrió con poca satisfacción.

- Al parecer tu tampoco.- dijo, sentandose en el borde de su cama y con las piernas lijeramente abiertas, mientras unas juguetonas gotas resbalaban de su cabello a su pecho, lijeramente marcado por musculos salidos gracias al Quidditch. [ n/a °^^° Fan de Ron, ok? XD]

- El partido de Quidditch de la otra semana, es eso.- mintió Harry, destapándose.

- A ti nunca te ha preocupado Ravenclaw, a pesar de que el nuevo buscador es bastante bueno.- dijo Ron, levantandose con gesto lánguido.- No pudiste dormir por que tines un mal presentimiento, Potter, no me mientas a mí.- sonrió, sacando un poco de ropa.

- Oh, Weasley, a ti no se te engaña muy a menudo, eh?- contesto Harry, siguiendo la jerga.

-¿Te vas a bañar?- preguntó el pelirrojo, abotonandose una camisa celeste. Se miró un momento y se dejó de abotonar, abandonando los cuatro primeros botones de arriba y uno de abajo. - Así mejor.- murmuró, poniendose los pantalones de tela negra sobre los boxers grises.[n/a ^-^ No lo pude evitar... Boxers... *-* ]

- No, me da flojera...- bostezó el niño que vivió, levantándose.- y tú, ¿por que te bañaste si no es el ultimo sábado del mes?- bromeó Harry, mirando a su amigo.

- Ja, ja.- rió sarcastico.- Es que quería...aclarar ideas.

- Es que si mojas las neuronas amigo, te sale todo peor.- Rió Potter, sacándose los shorts negros con los que dormía, y buscando, luego, algo de ropa en su baúl.-

- Amaneciste gracioso, eh?- observó Ron, mirando sus calcetines, el unico par que había encontrado, con las cejas levantadas. Suspiró y se puso los calcetines amarillos, y de inmediato los cubrió con unos cómodos zapatos. Dos lechuzas aparecieron tras la ventana, y el pelirrojo levantó el cristal para poder rescatar los mensajes. Suspiró y dandoles algo de la comida de la aun dormida Hedwig, despidió a las otras dos lechuzas que emprendieron de inmediato el vuelo.

- Bueno, hay que ver el lado gracioso algunas veces...- Harry terminó de ponerse el polerón verde, y su cabello quedó más revuelto que de costumbre.- Además, temo que se vienen tiempos malos.

-Tenemos que ir donde Dumbledore a las siete.Y creo que deberías dejar adivinación.- opinó Ron, moviendo un dedo.

O tal vez debería ser profesor de esa materia.

**

Hermione esperó afuera, mientras Draco se bañaba. Se había atado el pelo en una cola alta y ya tenía puesta la túnica en la que lucía la insignia de su casa. En ese momento, mientras la enfermera comenzaba a ordenar un poco, leía un ligero libro de 1980 páginas de pasta vieja y parecía bastante interesada en él.

Minutos después la puerta se abrió, dejando pasar a un Draco de cabellos lacios y empapados, de los cuales resbalaban gotas hacia su túnica negra de Slytherin. Parecía no estar muy bien, pues tenía la mano en el costado y parecía molestarle un poco, por la expresion tensa de su rostro. Madam Pomfrey se acercó con una poción granulienta de color verde palta, y le dió a beber una cucharada para que luego se sentara unos instantes a esperar el efecto.

- ¿estás bien?- Preguntó Hermione, cerrando el libro de golpe y abandonandolo al lado de donde estaba sentada. Draco respondió con la cabeza, afirmando algo que no parecía cierto.-¿ La poción es muy asquerosa?- preguntó, y Draco asintió efusivamente.- Ah, ya veo.- dijo con pesar, compadeciendolo en cierta forma y además riendo al ver su expresión.

- Bueno, aquí no hay "manjares" de pociones.- Dijo la enfermera, algo molesta. Miró a la ventana, y vio sorprendida como dos lechuzas se peleaban entre sí.- Tienen correo al parecer.- dijo, observando el collar dorado que se podía casi ver entre la humareda y montonar de plumas. - Es del director.

- ¡Oh!- exclamó Hermione y, abriendo la ventana, recogió los papeles que estaban tirados en el alfeizar, y dejó las lechuzas peleando sin siquiera haberlas interrumpido. Leyó las notas y suspiró.- A las siete en el despacho de Dumbledore. Verán lo de los castigos.

- ¿Y por que te llaman a ti? - preguntó Draco, aun con cara de " He probado mierda". [n/a pobrechito mi bebé v_v´]- Tu no tuviste que ver en la pelea.

- no lo sé ... además, creo que fui yo el motivo.- Hermione bajó la cabeza.- Cuando me insultaste ellos se enfadaron y...

- Me retracto- irrumpió Draco.

- ¿Qué?- preguntó Hermione asombrada al haber escuchado un casi " Perdón" de los labios de... ¡Draco Malfoy!

- Si lo oíste, no me hagas repetirlo.- dijo Draco, ceñudo.

- ¿Eso fue un... "Perdón por todos los insultos" ?-

- Algo así. - Murmuró el muchacho.- Aunque... tu también me haz insultado, así que no te hagas la santa.

- Si, es verdad... Entonces, Draco Malfoy, perdón por todos los insultos.- Dijo Hermione, con los ojos cerrados, como si, al igual que al chico, le costara pronunciar un poco las palabras.

- Aceptado.- dijeron a coro.

- Que raro es ver un Slytherin y Gryffindor no insultándose...- comentó la enfemera, mientras cargaba unos tarros coloridos.- Ojala que sepan volar, como dice Dumbledore... Aunque el viento quiera botarlos.

Hermione sonrió, mientras pensaba que seguramente aquella frase significaría, en el futuro, algo importante. Pero más que importante, esa frase era una advertencia.

Por que los vientos del sur vendrían mas fríos.

Más entumecedores, más envolventes y más oscuros.

Y Draco lo sabía mejor que nadie.
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Nota De la Maltratada [ siologicamente ] Escritora del Fic:
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Bueno, estoy algo asustada, gracias a un lindo señor que me mandó una carta cadena que casi hace que me desmaye. Bueno, la imbécil de yo es muy credula y ya verán que esas cosas me afectan.... Ya, punto. La fanatica número 1 de Kiriyama, Vegeta, y demases personajes malvadamente sexys, escribió continuación!!!!!!!! :D espero que les guste como va..... estoy empezando ya el capítulo 20, asi que no creo que me demore mucho en actualizar. No tengo mucho mas que decir a las una de la mañana, solo que faltan 99 días para cumplir 15 años [ buaa no queyo v_v] y que toy muy feliz por que mi profesora de castellano, siendo como es, me dijo que tenía buena redacción!!! °^^° [ y que me importan los cuatros en matematicas y física! XD] y que me escuché al fin a LA ARC~EN~CIEL [Magnifico...]... Asi que me despido.... espero me dejen reviews, chic@@@@@s!!!!!

Byes!

Akane

[Sábado: Taller de Latín !!! :D]